9 de mayo de 2014

¿POR QUÉ SUBE LA EXTREMA DERECHA EN EUROPA?

Ignacio Ramonet. Le Monde Diplomatique

Una cosa es segura: las elecciones europeas de finales de mayo se traducirán en un aumento notable del voto de extrema derecha. Y por la incorporación al Parlamento Europeo de un número considerable de nuevos diputados ultraderechistas. Actualmente, estos se concentran en dos grupos: el Movimiento por la Europa de las Libertades y de la Democracia (MELD) y la Alianza Europea de los Movimientos Nacionales (AEMN). Entre ambos suman 47 eurodiputados, apenas el 6% de los 766 euroescaños (1). ¿Cuántos serán después del 25 de mayo? ¿El doble? ¿Suficientes para bloquear las decisiones del Parlamento Europeo y, por consiguiente, el funcionamiento de la Unión Europea (UE)? (2). 

Lo cierto es que, desde hace varios años y en particular desde que se agudizaron la crisis de la democracia participativa, el desastre social y la desconfianza hacia la UE, casi todas las elecciones en los Estados de la UE se traducen en una irresistible subida de las extremas derechas. Las recientes encuestas de opinión confirman que, en los comicios europeos que se avecinan, podría aumentar considerablemente el número de los representantes de los partidos ultras: Partido por la Independencia del Reino Unido, UKIP (Reino Unido) (3); Partido de la Libertad, FPÖ (Austria); Jobbik (Hungría); Amanecer Dorado (Grecia); Liga Norte (Italia); Verdaderos Finlandeses (Finlandia); Vlaams Belang (Bélgica); Partido de la Libertad, PVV (Países Bajos); Partido del Pueblo Danés, DF (Dinamarca); Demócratas de Suecia, DS (Suecia); Partido Nacional Eslovaco, SNS (Eslovaquia); Partido del Orden y la Justicia, TT (Lituania); Ataka (Bulgaria); Partido de la Gran Rumanía, PRM (Rumanía); y Partido Nacional-Demócrata, NPD (Alemania). 

En España, donde la extrema derecha estuvo en el poder más tiempo que en ningún otro país europeo (de 1939 a 1975), esta corriente tiene hoy poca representatividad. En las elecciones de 2009 al Parlamento Europeo sólo obtuvo 69.164 votos (0,43% de los sufragios válidos). Aunque, normalmente, alrededor del 2% de los españoles se declara de extrema derecha, lo cual equivale a unos 650.000 ciudadanos. En enero pasado, unos disidentes del Partido Popular (PP, conservador) fundaron Vox, un partido situado a “la derecha de la derecha” que, con jerga franquista, rechaza el “Estado partitocrático”, defiende el patriotismo y exige “el fin del Estado de las autonomías” y la prohibición del aborto. 

Herederas de la extrema derecha tradicional, cuatro otras formaciones ultras –Democracia Nacional, La Falange, Alianza Nacional y Nudo Patriota Español– reunidas en la plataforma “La España en Marcha”, firmaron un acuerdo, en diciembre de 2013, para presentarse a las elecciones europeas. Aspiran a conseguir un eurodiputado. 

Pero el movimiento de extrema derecha más importante de España es Plataforma per Catalunya (PxC), que cuenta con 67 concejales. Su líder, Josep Anglada, define a PxC como “un partido identitario, transversal y de fuerte ­contenido social” pero con una dura posición antiinmigrantes: “En España –afirma Anglada– aumenta día a día la inseguridad ciudadana, y gran parte de ese aumento de la inseguridad y del crimen es culpa de los inmigrantes. Defendemos que cada pueblo tiene el derecho a vivir según sus costumbres e identidad en sus propios países. Precisamente por eso, nos oponemos a la llegada de inmigración islámica o de cualquier otro lugar extraeuropeo.”

En cuanto a Francia, en los comicios municipales de marzo pasado, el Frente Nacional (FN), presidido por Marine Le Pen, ganó las alcadías de una docena de grandes ciudades (entre ellas Béziers, Hénin-Beaumont y Fréjus). Y, a escala nacional, consiguió más de 1.600 escaños de concejales. Un hecho sin precedentes. Aunque lo más insólito está quizás por venir. Las encuestas indican que, en los comicios del 25 de mayo, el FN obtendría entre el 20% y el 25% de los votos (4). Lo cual, de confirmarse, lo convertiría en el primer partido de Francia, por delante de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), y muy por delante del Partido Socialista del presidente François Hollande. Una auténtica bomba. 

El rechazo de la UE y la salida del euro son dos de los grandes temas comunes de las extremas derechas europeas. Y, en este momento, encuentran un eco muy favorable en el ánimo de tantos europeos violentamente golpeados por la crisis. Una crisis que Bruselas ha agravado con el Pacto de Estabilidad (5) y sus crueles políticas de austeridad y de recortes, causa de enormes desastres sociales. Hay 26 millones de desempleados, y el porcentaje de jóvenes de menos de 25 años en paro alcanza cifras espeluznantes (61,5% en Grecia, 56% en España, 52% en Portugal). Exasperados, muchos ciudadanos repudian la UE (6). Crece el euroescepticismo, la eurofobia. Y eso conduce en muchos casos a la convergencia con los partidos ultras. 

Pero hay que decir también que la extrema derecha europea ha cambiado. Durante mucho tiempo se prevalió de las ideologías nazi-fascistas de los años 1930, con su parafernalia nostálgica y siniestra (uniformes paramilitares, saludo romano, odio antisemita, violencia racista...). Esos aspectos –que aún persisten, por ejemplo, en el Jobbik húngaro y el Amanecer Dorado griego– han ido desapareciendo progresivamente. En su lugar han ido surgiendo movimientos menos “infrecuentables” porque han aprendido a disimular esas facetas detestables, responsables de sus constantes fracasos electorales. Atrás quedó el antisemitismo que caracterizaba a la extrema derecha. En su lugar, los nuevos ultras han puesto el énfasis en la cultura, la identidad y los valores, de cara al incremento de la inmigración y la “amenaza” percibida del islam. 

Con la intención de “desdiabolizar” su imagen, ahora abandonan también la ideo logía del odio y adoptan un discurso variopinto y radical de rechazo del sistema, de crítica (más o menos) argumentada de la inmigración (en particular musulmana y rumano-gitana) y de defensa de los “blancos pobres”. Su objetivo declarado es alcanzar el poder. Usan intensivamente Internet y las redes sociales para convocar manifestaciones y reclutar nuevos miembros. Y sus argumentos, como hemos dicho, cada vez encuentran mayor eco en los millones de europeos destrozados por el paro masivo y las políticas de austeridad. 

En Francia, por ejemplo, Marine Le Pen ataca con mayor radicalidad que cualquier dirigente político de la izquierda al “capitalismo salvaje”, a la “Europa ultraliberal”, a los “destrozos de la globalización” y al “imperialismo económico de Estados Unidos” (7). Sus discursos seducen a amplios fragmentos de las clases sociales trabajadoras azotadas por la desindustrialización y las deslocalizaciones, que aplauden a la líder del FN cuando declara, citando a un ex secretario general del Partido Comunista francés, que “hay que detener la inmigración; si no, se condenará a más trabajadores al paro”. O cuando defiende el “proteccionismo selectivo” y exige que se ponga freno al libre cambio porque este “obliga a competir a los trabajadores franceses con todos los trabajadores del planeta”. O cuando reclama la “pertenencia nacional” en materia de acceso a los servicios de la seguridad social que, según ella, “deben estar reservados a las familias en las cuales por lo menos uno de los padres sea francés o europeo”. Todos estos argumentos encuentran apoyo y simpatía en las áreas sociales más castigadas por el desastre industrial, donde durante decenios el voto a las izquierdas era la norma (8). 

Pero el nuevo discurso de la extrema derecha tiene un alcance que va más allá de las víctimas directas de la crisis. Toca de alguna manera ese “desarraigo identitario” que muchos europeos sienten confusamente. Responde al sentimiento de “desestabilización existencial” de innumerables ciudadanos golpeados por el doble mazazo de la globalización y de una UE que no cesa de ampliarse. Tantas certidumbres (en materia de familia, de sociedad, de nación, de religión, de trabajo) han vacilado estos últimos tiempos, que mucha gente pierde pie. En particular las clases medias, garantes hasta ahora del equilibrio político de las sociedades europeas, las cuales están viendo cómo su situación se desmorona sin remedio. Corren peligro de desclasamiento. De caer en el tobogán que las conduce a reintegrar las clases pobres, de donde pensaban (por el credo en el Progreso) haber salido para siempre. Viven en estado de pánico. 

Ni la derecha liberal ni las izquierdas han sabido responder a todas estas nuevas angustias. Y el vacío lo han llenado las extremas derechas. Como afirma Dominique Reynié, especialista de los nuevos populismos en Europa: “Las extremas derechas han sido las únicas que han tomado en cuenta el desarraigo de las poblaciones afectadas por la erosión de su patrimonio material –paro, poder adquisitivo– y de su patrimonio inmaterial, es decir su estilo de vida amenazado por la globalización, la inmigración y la Unión Europea” (9).

Mientras las izquierdas europeas consagraban, en los últimos dos decenios, toda su atención y su energía a –legítimas– cuestiones societales (divorcio, matrimonio homosexual, aborto, derechos de los inmigrantes, ecología), al mismo tiempo unas capas de la población trabajadora y campesina eran abandonadas a su –mala– suerte. Sin tan siquiera unas palabras de compasión. Sacrificadas en nombre de los “imperativos” de la construcción europea y de la globalización (10). A esas capas huérfanas, la extrema derecha ha sabido hablarles, identificar sus desdichas y prometerles soluciones. No sin demagogia. Pero con eficacia. Consecuencia: la Unión Europea se dispone a lidiar con la extrema derecha más poderosa que el Viejo Continente haya conocido desde la década de 1930. Sabemos cómo acabó aquello. ¿Qué esperan los demócratas para despertar? 

Notas:
(1) En las elecciones europeas de 2009, los partidos de extrema derecha obtuvieron el 6,6% de los votos. 
(2) Las encuestas más serias indican que, después del 25 de mayo, el número de eurodiputados de extrema derecha pasaría de 47 a 71. Léase “Élections européennes 2014: vers "une" extrême droite européenne?”, Fundación Robert Schuman, http://www.robert-schuman.eu/fr/questions-d-europe/0309-elections-europeennes-2014-vers-une-extreme-droite-europeenne
(3) Un sondeo realizado por la firma YouGov el 6 de abril de 2014 en el Reino Unido le atribuye al Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) un 40% de las intenciones de voto y al menos 20 diputados europeos. 
(4) Según un barómetro de imagen del FN realizado en febrero de 2014 por el Instituto TNS Sofres, el número de franceses que se adhieren a las ideas del FN es del 34%. 
(5) El Pacto de Estabilidad y de Crecimiento prohíbe a los gobiernos europeos de la zona euro realizar un déficit presupuestario superior al 3% del PIB. 
(6) El último estudio Eurobarómetro, publicado en diciembre de 2013, revela que sólo el 31% de los europeos tiene una imagen positiva de la UE (frente al 48% en marzo de 2008). 
(7) Léase “Nouveaux visages des extrêmes droites”, Manière de voir, n.°134, París, abril-mayo de 2014. 
(8) Según un sondeo publicado por el diario Le Monde, la imagen de la presidenta del FN recibe cada vez más opiniones favorables: el 56% de los encuestados cree que “entiende los problemas cotidianos de los franceses” y el 40%, que "tiene nuevas ideas para resolver los problemas de Francia". 
(9) Dominique Reynié, Populismes: la pente fatale, Plon, París, 2011.
(10) NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Dicho de otra manera a la del señor Ramonet, ya que el es un mero socialdemócrata: cuando las izquierdas se hacen derechas desclasadas e interclasistas, "modelnas", rechazadoras de la lucha de clases, liberales en lo económico y en lo político, flower-power, margariteras y pijo-progres o directamente "ni-nis" (ni de izquierdas ni de derechas; es decir, de derechas), llega la crisis capitalista y se mantienen en la misma inercia, la clase trabajadora se siente abandonada y busca refugio en quien le apele hablándole de sus problemas, aunque el diagnóstico sea en gran parte falso y las soluciones que le ofrezcan sean, de nuevo, las del horror. La culpa no es de las clases trabajadoras sino de esa caterva de sindicaleros de salón y de izquierdas de pega. 


NOTA FINAL: Concentración: contra el fascismo y el imperialismo en Ucrania ¡no pasarán!: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/05/concentracion-contra-el-fascismo-y-el.html

CONCENTRACIÓN: CONTRA EL FASCISMO Y EL IMPERIALISMO EN UCRANIA ¡NO PASARÁN!

Coordinadora Antifascista de Madrid . Kaosenlared.

Sabado 10 de Mayo de 2014 a las 19:00h Embajada de Ucrania. Calle Ronda de la Abubilla 52. Metro Esperanza Convoca: Coordinadora Antifascista de Madrid

DESDE MADRID A ODESA SOLIDARIDAD ANTIFASCISTA.

Desde la Coordinadora Antifascista de Madrid queremos mandar nuestro pésame y apoyo a las familias y allegados de las decenas de víctimas del incendio provocado por fascistas en la ciudad de Odesa, así como todas las víctimas y heridos en lo que llevamos de guerra.

Una guerra civil provocada por la UE y EEUU que creía que podía seguir quitando y poniendo gobiernos sin encontrar ningún tipo de oposición.

Para los y las antifascistas madrileños estos sucesos nos recuerdan mucho los que trágicamente se sucedieron en nuestro país en 1936, y saludamos con cariño a aquellas fuerzas que se reclaman antifascistas, a las milicias populares que se van constituyendo por todo el país.

El imperialismo es contrario a los intereses de los trabajadores y el pueblo en todo el mundo y como estamos viviendo no duda en armar y militarizar a todo tipo de grupúsculos fascistas con tal de proseguir su plan de dominación.

Lo que está pasando hoy en Ucrania es un aviso para todos los pueblos de Europa. Para la oligarquía financiera es mejor que los criminales fascistas impongan su “ley y orden” a que se tenga un mínimo de soberanía popular.

Nuestro deber como antifascistas es solidarizarnos y apoyar a las fuerzas populares antifascistas en Ucrania. 

Romper el cerco informativo de los medios occidentales, comenzar a organizar la solidaridad internacional y comenzar a extender la cultura popular antifascista antes de que los próximos seamos nosotros y nosotras.

¡¡El fascismo en Ucrania no pasará!!

COORDINADORA ANTIFASCISTA DE MADRID

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Más información de movilizaciones antifascistas contra el genocidio por los nazis ucranianos de rusos y comunistas en otros lugares del Estado español: 
Convocan actos en varias ciudades españolas contra la masacre fascista de Odessa: http://www.librered.net/?p=33319

7 de mayo de 2014

CANDIDATURAS QUE NO VOTARÉ EN LAS ELECCIONES EUROPEAS NI PASADO DE CANUTOS

Por Marat

Estoy firmemente convencido de que los votantes de todas o algunas de la candidaturas a las que digo que no pienso votar evitarán leer este artículo porque muchos de ellos ya suponen de cuáles voy a hablar y no desean encontrarse con información que afee la bonita imagen que ellos mismos prefieren tener de sus candidatos/as y organizaciones. No hay peor ciego que aquél que se saca los ojos para no ver lo que no desea ver. Ni mayor sordo que el que lo es por su propia voluntad. No obstante, si este texto sirve para aclarar dudas a algún indeciso que siente alguna simpatía hacia cualesquiera de aquellas o alguien se lo hace llegar a algún amigo o conocido, me daré por satisfecho.

En este artículo vas a encontrar muchos enlaces. Si crees que lo que en él se cuenta es cierto, no necesitarás el tedioso esfuerzo de ir para delante y para atrás de forma constante, atendiendo tanto a la lectura del artículo como a los citados enlaces. En tu manos está la libertad de decidir de qué modo lo leerás. Nadie te obliga a leerlo de un modo u otro. Por tanto, sobran comentarios acerca de lo pesada que una forma determinada de lectura pueda resultarte. Las consecuencias de tu decisión no me las endilgues a mí.

No votaré al PP porque es el partido enemigo de la clase trabajadora, de la igualdad y de la fraternidad. Porque es el partido enfeudado en un franquismo casposo que se niega a enterrar. Porque es el heredero de quienes fusilaban al amanecer y de quienes encarcelaron la palabra. Porque es el partido de los hijos de quienes metieron a mi padre en un batallón de trabajadores después de obligarle a huir a Francia donde le recibió el campo de concentración de Argelès-sur-Mer al acabar la guerra civil que sus papás provocaron. Porque es el partido de la mentira y de los empre-Saurios. Porque es el partido del Estado totalitario de derecho, conculcador de las libertades. 

No votaré al PSOE porque soy de izquierda y ese es el partido de los capitalistas modernos, de suaves maneras y de políticos cínicos, carentes de idea alguna que no sea su propia supervivencia de arribistas. Porque es el partido que convirtió en constitucional la prioridad de pagar la deuda del Estado sobre los derechos sociales y económicos de los más débiles. Porque es un partido del que no cabe esperar renovación alguna sea el marketing de los vendeburras. Porque es un cadáver andante que no sabe que ha muerto hace ya mucho tiempo. Porque no es el partido de los trabajadores sino que fue el señuelo de compra de voluntades con guiños progres en forma de cheques-bebés (dicho en sentido metafórico) y similares píldoras para captar el voto de cada colectivo al que contenta con sus caramelos. Y ahora ya ni eso porque se les acabó la máquina de hacer billetes y en su chistera ya no hay conejos.

No votaré a ninguno de los dos porque son los partidos de “la mordida" y porque en la UE PP y PSOE votan juntos el 73% de las veces y en materia económica el 68% de ellas. Esta es la razón que explica los insistentes rumores de un grosse coalition europea entre conservadores y social-liberales a nivel europeo (Juncker-Schulz) y entre PSOE y PP (Rajoy-Rubalcaba) en España

No votaré a Vox porque es un partido aún más a la derecha que el PP. Porque su esencialismo de patriotas de hojalata (“indisoluble unidad de la nación española”), capaz de aplicar un consejo de guerra a cualquier presidente autonómico independentista, me produce arcadas. Porque un partido que habla del “imperio de la ley” en su manifiesto resumido me recuerda al personaje principal de la película “El juez de la horca” o al sheriff de “OK. Corral”. Porque un partido antiabortista como él sólo piensa en tocarle los ovarios a la mujer y porque su visión de la “protección de la familia” es la de un cura violando a mujeres para que den más hijos a Dios y a la Patria. Porque para partido que defiende “la economía de mercado, la libre iniciativa y el pleno reconocimiento del derecho de propiedad”  ya tengo al PP y el PSOE. Los originales siempre son mejor que la copia. Porque en su defensa de la privatización sanitaria siempre estará por detrás del inimitable e inefable (por impronunciable) Wert. Porque gran parte de su programa y Manifiesto me recuerda al de Falange Española (y) de los CoJONS. 

No votaré a Renovación Democrática Ciudadana (RED) del juez campeador Elpidio Silva porque pongo por delante mi condición de trabajador con conciencia de clase que la de ciudadano, de ese ciudadanismo desclasado e integrador de todas las contradicciones de clase. Porque no entiendo a alguien que, viéndose atacado por los poderes de la banca, monta una candidatura para ser eurodiputado al saber que se le acababa la carrera judicial. Eso ya lo hizo Ruíz Mateos y con un nivel de esperpento que Silva pronto alcanzará. Porque alguien que pretende ser político, y aún es juez, aunque en suspenso, debiera ser un “ciudadano” honrado  que paga sus deudas. Lo digo por esto y por esto. Porque no tengo 300 euros para cenar con él, ni 20 para pagarle por un autógrafo, ni 25 para una charla con el mismo y porque mi escaso dinero creo que tiene que tener mejor empleo. Porque ha convertido su juicio, aunque tenga razón en recusar a varios miembros de la sala, en una charlotada, en lugar de tener la valentía de desmontar las acusaciones, y eso me parece mal comienzo para quien se presenta como un paladín dispuesto a cambiar el sistema de justicia. Porque no soporto a los “ni-nis” -ni de izquierdas ni de derechas; esto es, de derechas- Porque una candidatura que está apoyada por hartos.org, que ha llevado a fascistas en sus listas y va de de “ni-ni”, me parece más que rechazable.   

No votaré a Podemos, propiedad de Pablo Iglesias y sus mariachis, porque me dan miedo los mesías cuyo ego y cuyo culto a la personalidad de sus correligionarios convierten su cara en el logotipo “su” partido político. Ni Stalin, criticado justamente, entre otras muchos motivos, por el culto a su personalidad que creó de sí mismo, se atrevió a cambiar el logo de su partido por su jeta. Porque, como ya dije, no soy un n-ni. Porque jamás apoyaré a estrellitas mediáticas fabricadas en las televisiones del capital ya que no puedo esperar que éstas me ofrezcan nada que sea conveniente a mis intereses de clase.  Porque lo que pienso sobre Podemos, del partido que está dentro del “nuevo partido”, de sus dirigentes y de los motivos que llevan a ciertos medios y a intereses ocultos a proyectar su “estrellato” que acabará en “estrellado” ya los he expuesto en un artículo anterior. Porque mal comienzo es el de un partido que copia un diseño ajeno para hacer el cartel de la reunión de sus círculos. ¿De qué me suena a mí eso de los Círculos? Ah sí. Porque el partido Podemos tiene unos estatutos que hacen de algo recién creado ya una organización esclerotizada,  con tendencia a una escasa democracia interna y el hiperliderazgo. Porque tengo memoria y cultura política y sé muy bien a quién y a quiénes sirve el trotskismo de organizaciones como Izquierda Anticapitalista, que ha hecho todas las piruetas imaginables, y aún hará algunas más. Y sobre todo porque puestos a ser reformistas, como es Podemos, hay otras opciones que lo son menos y están a su izquierda.    

No votaré a Primavera Europea (Compromís-EQUO y otros) porque es una especie de IU pero en versión muy derechizada. Porque, para ser una candidatura que critica la profesionalización de la política tiene en Valencia y en Madrid, al menos, a gente que lleva demasiados años dedicada profesionalmente a la misma. Es una cuestión de coherencia: no criticar aquello que a uno le puedan afear por caer en lo mismo. Porque su dirección está compuesta básicamente de tránsfugas de otros partidos, lo que me hace pensar que son leales antes a sus propios intereses que a organizaciones concretas. Porque son una muestra más de la venta de la burra de la “democracia participativa” en base a votar digitalmente, cuando la auténtica democracia es más que voto y sobre todo, es participación activa, en la vida política y social, en las luchas que, o se realizan en la calle, o son humo. Porque EQUO tiene un coportavoz, Juan López de Uralde, que lo ha sido de Greenpeace, una ONG accionista de  la petrolera Shell . Y, según parece, financiada también, entre otros por la familia Rockefeller y la petrolera Exxon. Coherentemente con esto, EQUO y López de Uralde no se sitúan en el eje izquierda-derecha. Porque dicho lo anterior es lógico que otros partidos que están dentro de la candidatura liderada por Compromís-EQUO tampoco son de derecha ni de izquierda. Es el caso de Por Un Mundo Más Justo o Democracia Participativa, un partido casi inexistente, también de derechas, como los anteriormente mencionados. 

No votaré a Recortes Cero porque soy contrario a las sectas -UCE-, cercanas a la extrema derecha, junto a la que no dudan en manifestarse, que se camuflan dentro de candidaturas aparentemente plurales, con algún incauto que les dé color y un nombre lo bastante emocional como para que piquen los ignorantes. Porque un grupúsculo -el que está tras la candidatura- que pasa de apoyar a Izquierda Unida, y en su día a Suárez, y luego a UPyD, a cuya duce llaman Rosa-Obama, no puede esconder nada bueno.  Porque este partido ha timado económicamente a muchos de sus ya ex militantes, con los que mantiene elevadas deudas. Porque no me sorprende que los fascistas de la Asociación DRY apoyen esta candidatura. ¿Cómo no iban a hacerlo si está copada su candidatura casi en su totalidad por sus hermanos ideológicos de la UCE? Porque Unificación Comunista de España (UCE) es una empresa registrada notarialmente como tal

No votaré al Frikipartido X porque detrás de la tecnopolítica y de la ingeniería política hay siempre una gran mentira, la que pone el método -democracia 4.0- por delante del programa porque necesitan ocultar que su programa se agota en puro fuego de artificio, en un bla, bla, bla genérico donde las bonitas palabras para el analfabeto político esconden la ausencia de un proyecto que realmente inquiete al capital. Porque si el 15M me asqueaba y lo combatí no entiendo por qué no debo combatir a uno de sus detritus. En esta lista hay otros varios. Porque tanto ingeniero informático, emprendedor y experto en la “sociedad de la comunicación” en sus listas y de caras visibles de la Red Ciudadana Partido X me convence de que los neopijos digitales sólo buscan resolver lo suyo como joven generación clase media que no quiere verse descolgada del nivel de vida de sus papás. Porque un “método” que se resume en “democracia y punto” me suena tan autoritario como “el creer, obedecer” (“combatir” estos poco) de los fascistas italianos. Porque ese slogan es un resumen de la soberbia de la pretendida “generación mejor preparada de la historia” que, sin embargo, es la más desreferenciada políticamente. Porque un partido que se presentó primero en un vídeo con actores, guardó la incógnita de quienes estaban detrás y finalmente terminó su striptease con Falciani de cabeza de cartel y unos cuantos ligados al 15M de Barcelona y otros lugares, es la prueba más palpable de que lo que importa es la performance, la forma del cartón piedra por encima del fondo (vacío), la conversión de la política en mero espectáculo, lo que degrada a aquella. Porque hacer bandera de la corrupción y de los bancos como productos estrella es reducir la realidad de la crisis capitalista y de sus causas reales al mero populismo oportunista de lo que está de moda o puede captar votos. Porque decir que no se quiere poner la ideología o la definición en términos de izquierda-derecha porque eso impide encontrar un “mínimo común denominador y el método para conseguirlo” eso es dar gato por liebre y esconder que en realidad se es de derecha liberal y, en el mejor de los casos, parcialmente social, justo en la medida en la que a la desclasada clase media que representan le permita seguir manteniendo su estatus. Porque su concepto de democracia participativa es millones de Enjutos Mojamutos conectados al gran establo de la red y dando al “me gusta” a cada una de las chorradas que a estos frikitipejos se les ocurra. Porque cuando Falciani, su cabeza de lista, admite que ha pactado con los Estados para luchar contra la falta de transparencia bancaria sé que me está mintiendo porque los Estados responden a intereses de clases (que seguramente no existen para Falciani y sus secuaces) y los que hoy dominan son los de la burguesía capitalista. Su brindis al sol me recuerda a aquello que pactaron al principio de la crisis los miembros del G-20: acabar con los paraísos fiscales. Porque la afirmación de que “Esta noción de partido "o hacia la izquierda o hacia la derecha" no tiene sentido cuando se piensa en el proyecto y cuando se piensa en lo que significa la democracia. La democracia no es separarse en partidos sino reunirse en torno a proyectos comunes” sólo puede ser sostenida por un imbécil o por un fascista, dado que la democracia -burguesa, lo que es este sujeto- es precisamente la posibilidad de que todas las ideas políticas puedan expresarse o estén representadas.  

No votaré a Ciudadanos porque, por mucho que Albert Rivera en Cataluña pretenda presentar un perfil moderado, es una expresión patriotera y de derechas al estilo de UPyD y de Vox. Porque lejos de ser una solución al hecho identitario en Cataluña es parte del enconamiento de un patriotismo español que sólo agudiza las tensiones entre comunidades. Porque su candidato, Javier Nart, es la evidencia del aventurerismo político en un largo viaje que va desde el PSP de Tierno Galván a Ciudadanos, pasando por el PSOE. Porque el señor Nart debe explicar lo de su cuenta en Suiza y porqué su nombre aparece en el “caso Palau”, uno de los episodios de corrupción de CiU más sonados. 

No votaré a  UPyD porque esta formación “ni-ni” es en el fondo una forma de populismo neofalangista al servicio del personalismo de una lideresa que ha hecho de la democracia interna en su partido un sacarsmo. Y lo dice uno que no ha dejado de ser un reaccionario ex UpyD. Basta para entender su ideología los enlaces recomendados que pone en su página.  Porque parlamentariamente  es la marca blanca del PP. Porque tiene dentro de sus filas a un imbécil misógino como Toni Cantó. Porque no creo que la unidad del territorio de un Estado se pueda fundamentar en la fuerza, la amenaza o la imposición sino en la libre determinación de compartir un proyecto de país. 

No votaré a ninguna opción nacionalista porque soy internacionalista y porque creo que cuando un proyecto soberanista se impone como objetivo máximo y determinante de una organización política los factores de clase, sociales y económicos pasan a un segundo plano, por muy de izquierdas que sea ese proyecto soberanista. Porque para ser hegemónico dentro de un territorio en el que el proyecto nacional es clave se acaba por entrar en los territorios ideológicos del nacionalismo de derechas, si se quiere ganar unas elecciones por mayoría absoluta o bien se pacta con esas fuerzas nacionalistas de derechas sacrificando el componente ideólogico de izquierdas en todo o en parte.   

No votaré en general a ningún partido, candidatura o coalición que pretenda vender la burra de las elecciones primarias como muestra de democracia interna porque la práctica ha demostrado que eso no es así y que elecciones primarias son compatibles con un bajo nivel de participación política de sus bases. Porque son pura mercadotécnia y show business político y base del cesarismo y el bonapartismo políticos. 

No votaré en general a ningún partido, candidatura o coalición que se presente como regeneradora de España o de la política porque en la historia de España no han faltado ocasiones en las que el regeneracionismo ha acabado transitando hacia el fascismo o sus antecedentes (Ramiro de Maeztu, Miguel Primo de Rivera). Porque en su versión más “progresista”, que ha existido y no ha sido minoritaria el regeneracionismo no es más que un reformismo aséptico (modernización) en lo referente a la estructura social que no se plantea erradicar las causas de la injusticia social y la desigualdad, las cuales son ante todo económicas y derivadas de un sistema concreto y de las relaciones sociales en las que éste se asienta. 

Y sí. Creo necesario votar y no hacerlo en blanco en estas elecciones europeas. No lo creo así por sistema ya que considero el voto como una conquista y un derecho, no como una obligación. 

Pero esta es una de esas ocasiones en las que creo que al poder económico del capital le interesa que sus víctimas y quienes se le oponen no vayan a votar porque no es cierto que dé igual a quien se vote o que la culpa de la crisis sea de los políticos en genérico porque ésta no se inició en el sistema político sino en el económico y no por unas decisiones principalmente políticas sino por una crisis de sobreproducción capitalista que derivó en crisis financiera; no al revés.  Y por supuesto, no es cierto que todos los políticos sean iguales porque eso es lo mismo que decir que la política es, en sí, algo sucio y malo y que si me interesa la política y quiero realizar actividad política, que hay muchas formas de hacerla, sea un sinvergüenza porque, si esa es la afirmación, a los demás nos da todo el derecho a decir: quienes afirman que todos los políticos son iguales son la quintacolumna del capital y del fascismo.  

Por si usted quiere saber a quién votaré le diré que, como comunista que soy, me gustaría poder votar a una opción de esa ideología, pero la situación de los partidos comunistas en España me parece hoy profundamente desalentadora y soy consciente de que nos jugamos mucho, el auge de los populismos prefascistas y antipartidos en este país (muchos de los grupos que he citado pueden se inscriben en esta tendencia) y de los fascismos en Europa (que el 25 de Mayo serán la opción más votada en un puñado de países) y pronto empezarán a articular alianzas continentales, con los riesgos históricos que ello significa. 

Creo muy válido votar ideológicamente y hacerlo a las izquierdas -considero al PSOE derecha (aún) democrática)- porque, por mucho que no nos gusten a la clase trabajadora (que es la que me importa) las izquierdas que tenemos, son infinitamente mejores que la patulea de partidillos, coaliciones y candidaturas a las que no votaré.

En mi caso, con una pinza en la nariz, porque son muchas las cosas que me distancian de ellos (entre ellas, que es una fuerza socialdemócrata porque el PSOE ya no es ni social-liberal siquiera o su ciudadanismo) actuaré, dentro de mi posición en la izquierda, pragmáticamente y votaré por Izquierda Unida, hacia la que soy profundamente crítico, pero que constituye la única fuerza política capaz de impedir que el voto hacia las opciones reaccionarias que están configurándose en mi país y en Europa se empiece a asentar al menos en el Estado español. Y porque, a pesar de sus pactos con el PSOE en Andalucía -espero que no acaben la legislatura- y de sus referencias sindicales -ya no exclusivas entre sus militantes- en los domesticados pactistas de CCOO, muchas luchas en la calle no hubieran alcanzado el desarrollo logrado sin el esfuerzo de su militancia. Desgraciadamente tampoco la disidencia controlada del 15M pero, afortunadamente, esa serpiente ya ha muerto, a pesar de que haya dejado sus huevos antipartidos y populistas. 

En cualquier caso, y dado que mi voto no es ciego ni acrítico, lo que tenga que decir sobre IU -y sé que a muchos de mis lectores no les va a gustar- lo diré pasado el 25M. En todo caso no le debo nada a IU sino que es más bien al revés -y algunos de ellos saben por qué lo digo- y es a mi propia conciencia política a la que debo responder.   

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Quiza también le interese: "Si en la dirección de Izquierda Unida hubiera inteligencia colectiva..".:http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/05/si-en-la-direccion-de-izquierda-unida.html
"Ni de derechas ni de izquierdas”. O sea, de derechas": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/06/ni-de-derechas-ni-de-izquierdas-o-sea.html

La paradójica patraña de la "ilusión democrática"http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/07/la-paradojica-patrana-de-la-ilusion.html

"Oligarquía, afiliación de aluvión y opacidad ideológica en Podemos":  http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/08/oligarquia-afiliacion-de-aluvion-y.html

5 de mayo de 2014

¿A TI TE IMPORTA LO QUE ESTÁ PASANDO EN UCRANIA?

Imágenes de los ciudadanos quemados vivos en el
 interior del edificio sindical de Odessa. Los maidanistas 
bloquearon las puertas del edificio y le prendieron fuego. 
Al menos 38 personas han muerto aunque puede
haber más víctimas. Texto y fotos del blog larepublica.es
Por Marat

Vergüenza, asco y odio a partes iguales he sentido al conocer como los asesinos de Pravy Sektor, fuerza parapolicial del “democrático” gobierno de Kiev, han quemado vivos, intoxicado por el humo y obligado a lanzarse por las ventanas de la sede de los sindicatos, incendiada por los nazis en la ciudad de Odessa, a resultas de lo cual murieron 42 personas y 170 resultaron heridas, que se habían encerrado en él en protesta contra el enloquecido, ilegítimo y criminal gobierno de Kiev. Todo porque no querían continuar siendo ciudadanos de una República títere del Imperio USA y de su secuaz UE en manos de ultraliberales, ultraderechistas y neonazis.

Odessa, una ciudad de cultura profundamente europea pero no de la mentira que hoy significa Europa, vivió bajo el Imperio de Nicolas II el preludio de la revolución soviética de 1917 con el levantamiento obrero de 1905. Sergéi Einsenstein, el inigualable cineasta letón, lo reflejó en su inolvidable película “El acorazado Potemkin”. El 14 de Junio de 1905, durante el período revolucionario, un grupo de marineros del acorazado  “Príncipe Potemkin de Táurica” se rebeló contra la oficialidad del buque, después de que el segundo de a bordo, Ippolit Giliarovsky, los reuniese frente al alcázar de la nave sobre una lona, con la intención de fusilarlos por amotinamiento, dado que se habían negado a comer carne podrida con gusanos. La organización socialdemócrata de la Flota del Mar Negro tenía previsto un levantamiento generalizado en todos los buques de la misma en algún momento del otoño de 1905 pero los acontecimientos del Potemkin precipitarían el levantamientpo de parte de la marinería militar rusa. La guerra ruso-japonesa, que tantos muertos y destrucción causó a uno y otro país avanzaba hacia su final, en medio de una hambruna, desmoralización de la población y el ejército ruso y protestas sindicales y políticas.   

Con el triunfo del motín a bordo del Potemkin, éste se dirige hacia el puerto de Odessa con una bandera roja en el mástil a donde llegó en la noche del mismo 14 de Junio donde le esperaba una huelga general. La revolución de 1905 fracasaría por razones que ahora no vienen al caso pero el papel insurreccional del Potemkin entre la marinería rusa, a la que se unieron otros navíos militares, sería un elemento esencial para el devenir posterior de los soviets de soldados durante la revolución de 1917 hasta el punto en que Lenin llegaría a afirmar que el Potemkin representaba un “territorio invicto de la revolución"

Odessa fue durante la II G.M. un territorio de lucha heroica contra el nazismo, resistiendo durante 73 días el cerco de las tropas de la Wehrmacht, como le fue reconocido más tarde al ser proclamada Ciudad Heroica. Más de 280.000 ciudadanos de Odessa fueron asesinados o deportados por los ocupantes alemanes tras la caída de la ciudad. Pero la resistencia continúo bajo el subsuelo de la misma. Mientras tanto los socios de los ocupantes nazis de la URSS -a la que Ucrania pertenecía, por cierto-, los fascistas de la Organización de Nacionalistas Ucranianos del genocida Stepán Bandera asesinarían, a través de sus formaciones paramilitares Nachtigall y Roland, integradas en la propia Wehrmacht, a más de 100.000 judíos, rusos, polacos y ucranianos en un ejercicio de limpieza étnica destinado a crear un futuro Estado independiente ucraniano racialmente puro.  El Presidente de Ucrania Víktor Yúschenko, uno de los líderes de la “revolución naranja” y racista antiruso, nombraría de forma póstuma a Bandera  “Héroe de Ucrania”  el 20 de Enero de 2010 -el Congreso de Nacionalistas Ucranianos, heredero de la Organización de Nacionalistas Ucranianos, fundada por Bandera, fue socio desde 2002 de la coalición Nuestra Ucrania, liderada por Yúschenko-, aunque el Tribunal Supremo de Ucrania lo anularía con posterioridad.  A pesar de la toma del poder actual por los terroristas de Pravy Sector y de Svoboda, herederos ideológicos de la estirpe criminal de ratas de Bandera, la memoria  del pasado antifascista está muy viva en la mayor parte de la Ucrania actual.

Desde principios de siglo XX Odessa era ya una ciudad culta, llena de museos, teatros y liceos, altamente desarrollada y urbanizada, siendo, a su vez una moderna babel multilingüistica.  Desde hace más de 50 años es una ciudad muy industrializada. La clase trabajadora tiene un peso determinante en su estructura social. A pesar del intento de ucranización de la ciudad a partir de la independencia ucraniana de la extinta URSS, la rusa es la etnia más numerosa del diverso espectro humano que compone la comunidad de Odessa. El ruso es considerado por el 65% de la población de Ucrania su idioma materno y el de uso habitual. Sin embargo, ello no ha impedido que los gobiernos antirusos de Ucrania hayan impuesto el ucraniano como idioma oficial a pesar de que lo habla menos del 30% de la población. 

Ayer como hoy, la caza y muerte de comunistas y de rusos se ha convertido en el deporte nacional de fascismo ucraniano, al igual que sucede ahora en Slaviansk, Kramatorsk, Konstantinovsk, Lugansk, Mariupol,...    Muchas de las víctimas asesinadas en el incendio de la Casa de los Sindicatos en Odessa eran comunistas. 

De comunistas eran las banderas, los locales y los libros quemados en Kiev -en evocación de la quema de libros del 10 de Mayo de 1933 en la Bebelplatz, llevadas a cabo por los camisas pardas y las Juventudes Hitlerianas- y otras ciudades controladas por los nazis ucranianos. Comunista es Petro Simonenko, que sufrió un intento de linchamiento a manos de las bestias de Bandera.  

Crimea se unió a Rusia tras un referéndum en el que el 96,77% de los votantes se expresaron a favor de esta opción. Al gobierno ultraderechista de Kiev no lo ha elegido nadie, al contrario de lo sucedido con la elección del depuesto Presidente de Ucrania, Yanukovich, que fue elegido en unas elecciones multipartidistas. 

El control militar de Crimea por Rusia se produjo prácticamente sin víctimas, ni siquiera militares, muchos de los cuales se pasaron al bando ruso, prácticamente sin disparar un tiro. Los pocos que hubo fueron al aire.

En Crimea, al contrario que en ciudades del este de Ucrania, no se han producido situaciones de tanques aplastando a civiles desarmados ni de helicópteros disparando contra la población.

En los levantamientos de población rusa en dos regiones del este de Ucrania -Lugansk y Donetsk- las milicias actuaron casi sin violencia alguna contra policías -que en muchos casos contemplaron los levantamientos con simpatía- y menos aún contra población civil. Pero Putin es tildado de dictador, cuando aguantó con paciencia franciscana la violencia antirusa de Maidan, la actuación de Rusia es tachada de  irresponsable y violenta y la población y las milicias rusas partidarias de independizarse de Crimea o de la federalización son satanizadas como terroristas.

En el levantamiento de la población rusa no ha habido en ningún caso francotiradores que disparasen alternativamente sobre los ciudadanos y sobre la policía para enconar los enfrentamientos, al contrario de lo que sucedió en Maidan pero los sublevados de esa plaza y los civiles armados por Svoboda y Pravy Sektor fueron considerados por los medios de desinformación capitalistas USA y de la la UE como demócratas. En Noticias 2 de Antena 3 de este pasado puente de Mayo el “presentador” Álvaro Zancajo, un títere-maniquí de penosa presencia televisiva, aludía a los asesinos de la Casa de los Sindicatos de Odessa como “proeuropeos” en un rizo de máximo cinismo y desvergüenza profesional. 

Semejante mamarracho no es la excepción dentro de los medios españoles. En todos ellos los presentadores son bustos parlantes, sin dignidad, conciencia, ni decencia, reproductores de la grabación unidireccional y monocorde de los discursos del poder político-económico. 

Decía que estos días he sentido vergüenza, asco y odio tras los asesinatos a manos de nazis de los encerrados en la Casa de los Sindicatos. 

Me avergüenza vivir en un país en el que maricón-plejines Rajoy hace de comparsa del verdugo obsecuente Obama, auténtico estratega e instigador de lo que desde hace meses sucede en Ucrania y antes con la “revolución naranja”.

Me avergüenza pertenecer a un país integrado en la UE, en donde sus autoridades callan desde Bruselas ante un proyecto de genocidio étnico y político contra rusos -pronto también contra judíos- y comunistas, después de alentar el Maidan nazifascista y aupar a dichos grupos a un gobierno ilegal e ilegítimo de criminales.  

Me avergüenza vivir en un país en el que el idiota medio expresa su rebuzno rusófobo con expresiones del tipo “si quieren irse de Ucrania que se vayan pero que no líen la que están liando”. El muy imbécil jaleaba a los que fascistas clase media de Maidan pero ahora ni entiende ni quiere comprender que los antifascistas, que aguantaron la violencia antirusa en Kiev con una paciencia y moderación infinitas, para evitar una guerra civil, hayan estallado ahora cuando han visto los rostros de los asesinos hijos de Bandera en el gobierno. Ignora el cretino reaccionario que cuando uno se va de un país, se lleva también su casa -es decir, la tierra que le vio nacer- porque lo contrario, no hacerlo, es mera expulsión y diáspora de refugiados, como la de los judíos y moriscos españoles o como la de los gitanos desde hace siglos.   

Me asquea el arco parlamentario español y de sus Comunidades Autónomas al completo, así como el conjunto de las candidaturas europeas de este país, que han callado sobre los sucesos de Ucrania, en un intento de continuar su campaña al margen de las más elementales muestras de humanismo, solidaridad y compasión ante las víctimas salvajemente sacrificadas para mantener la unidad territorial de ese saco de obscenidad llamado Ucrania. 

Me asquean los borregos que degluten con avidez insana los platos preparados de mentiras que diariamente les sirven calientes los sicarios del Imperialismo y su mariachi la Unión Europea, sin cuestionarse nada de la desinformación recibida y haciendo de su rusofobia, reflejo del bilioso anticomunismo de guerra fría, bandera. 

Me asquean los equidistantes “ni-nis” del trotskismo diverso, auténtica quintacolumna del imperialismo USA, y los superadores de la oposición izquierda-derecha, para los que son igualmente condenables Obama y Putin, ucranianos nazis y antifascistas rusos, los que hablan de dos imperialismos, el norteamericano y el ruso, cuando un análisis honrado e informado sobre la actuación de unos y otros en esta crisis no resiste comparación.    

Me asquea que las “izmierdas” que presentan candidaturas a las elecciones europeas callen en campaña la necesaria denuncia de lo que está ocurriendo en Europa porque Ucrania es parte del continente Europeo, que no es lo mismo que decir de la Unión Europea, para no ser tildados de agentes al servicio de Putin y de Rusia y no perder ni un solo voto de esos que creen que son de izquierdas porque no votan al PP o sus compinches del PSOE. Ya hubo precedentes de silencios cómplices con la guerra que desmembró Yugoslavia, cuando los sicarios del imperialismo, y de los planes alemanes de desmembración de la Yugoslavia socialista post-Tito, en la mal llamada izquierda contribuyeron a la criminalización sólo de Serbia y Milosevic y mientras callaban ante las atrocidades que se cometían también del lado croata, bosnio o kosovar.   

Siento odio, un odio profundo y ronco contra USA y su Presidente, al que me gustaría pintar una diana sobre su cara y arrancársela de un disparo de lanzacohetes antitanque pero sé que esa es una ensoñación inútil porque no está a mi alcance hacerlo y porque en ese país no faltan cerdos criminales, protectores de nazis y promotores de asesinos de Al-Qaeda, a los que sentar en el despacho oval de la Casa Blanca.   

Para sentir esta vergüenza, este asco y este odio no necesito ignorar que Putin es un capitalista con tics autoritarios ni que la Rusia actual es un país que nada tiene que ver con el socialismo, por imperfecto que éste fuera en el pasado, pero no ignoro ni me miento a mí mismo para no ver que frente a la unipolaridad tiránica y criminal de USA es necesario una multipolaridad que contribuya al ocaso definitivo de su dominación mundial y que Rusia contribuye hoy decisivamente a este papel en el mundo.

Tampoco ignoro que, a pesar del creciente nacionalismo de extrema derecha que la voladura desde dentro y desde fuera de la URSS han provocado como reacción entre sectores de la población rusa, el antifascismo sigue muy vivo en ese país y entre los rusos ucranianos que, al contrario de gran parte de los europeos, se niegan a perder la memoria para no ser colaboradores por omisión o por acción del fascismo actual. 

No me siento capacitado para decirle a los dirigentes rusos la respuesta que han de dar ante el salvajismo de los nazis ucranianos contra la población rusa de ese país pero como antifascista y comunista español que no olvida la consigna de Pasionaria del "No pasarán" creo que algo puedo decir, aunque sólo sea desde la memoria histórica del pasado de mi país.

Sé muy bien que este modesto blog apenas llega a los ya convencidos de antemano y que carece de fuerza para ser el medio desde el que convocar ninguna forma de protesta contra el genocidio en marcha en Ucrania, pero me siento concernido como persona a no callar, a no ser colaborador por omisión, ante esta barbarie. 

Como ser humano que soy, me siento legitimado para exigir a esas sedicentes izquierdas a convocar unitariamente actos de repulsa contra los crímenes dirigidos por las autoridades de Kiev contra la población rusa ucraniana y realizarlos ante las sedes diplomáticas de Ucrania, USA y Alemania.   

De lo contrario, la sangre de las víctimas caerá sobre las degeneradas conciencias de sus dirigentes.

SI ERES ANTIFASCISTA, MUÉVELO: Concentración: contra el fascismo y el imperialismo en Ucrania ¡no pasarán!: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/05/concentracion-contra-el-fascismo-y-el.html

4 de mayo de 2014

KIEV ENTREGA PASAPORTES UCRANIANOS A MERCENARIOS POLACOS Y BÁLTICOS

Fotografía: Mykola Velychko
Ria Novosti

Ciudadanos de Polonia y los países bálticos reciben pasaportes ucranianos para participar en la operación contra las milicias populares en el este de Ucrania, según una fuente del Ministerio del Interior del país.

(El titular del Interior Arsén) Avákov y (el jefe del Consejo de Seguridad Valentín) Naliváichenko, remitieron el 29 de abril sendas órdenes al servicio de migraciones para imprimir con urgencia pasaportes nacionales de Ucrania para 300 ciudadanos de Polonia y los países bálticos”, dijo la fuente a esta agencia.

Según agregó, “nacionales de esos países ya se desempeñan como señores de guerra y asesores de grupos paramilitares en el sureste de Ucrania en el marco de la lucha contra las milicias”.

Por otro lado, una fuente del Gobierno ucraniano afirmó que el jefe interino de la Administración presidencial ucraniana, Serguéi Pashinski, es el encargado de facilitar el traslado de ultranacionalistas a las regiones rebeldes del sureste ucraniano.

Según la fuente, en la Administración de (presidente interino Alexandr) Turchínov fue puesto en marcha un “sistema de coordinación para emplear al aparato militar de organizaciones nacionalistas en el sureste de Ucrania”.

“Pashinski organiza el traslado de ultranacionalistas armados a lugares de combates. Arsén Avákov, (el exministro del Interior) Yuri Lutsenko y (el líder del Partido Radical y candidato a la presidencia) Oleg Liashko se encargan de la inactividad de la policía”, indicó.

El pasado viernes, las fuerzas de seguridad de Ucrania reanudaron su dispositivo contra las milicias en varias ciudades de Ucrania Oriental, usando helicópteros y blindados en el asalto a Slaviansk.

Las milicias informan este sábado de que efectivos de la Guardia Nacional y radicales del grupo ultranacionalista Pravy Sektor lanzaron una ofensiva en Druzhkovka, cerca de Slaviansk.

También hay informaciones sobre combates en la zona de Kramatorsk, otra localidad de la provincia oriental de Donetsk.

Moscú ya advirtió de que la actuación de Kiev es una operación punitiva que echa por tierra la última esperanza de poner en práctica el acuerdo logrado el 17 de abril en Ginebra para reducir la tensión

3 de mayo de 2014

RUSIA: DOS PASOS ADELANTE, UNO ATRÁS Y EL NUEVO ORDEN GEOPOLÍTICO MUNDIAL

Alberto Cruz. CEPRID

Una clase acelerada de geopolítica. A eso estamos asistiendo desde hace algo más de dos meses, justo cuando comenzó la crisis de Ucrania, junto a la constatación –inapelable- de la decadencia y declive de EEUU como superpotencia. Sin embargo, la situación a la que estamos asistiendo tiene un calado mucho mayor en el tiempo que esos dos meses largos y hay que remontarse algo más atrás, casi un año. Con la crisis de Ucrania (un país fallido, donde el único poder es el que representan los neonazis amparados por Occidente) ha habido quien ha centrado el foco de la atención en si EEUU era capaz de derrocar tres gobiernos a la vez –Siria, Ucrania y Venezuela- pero no en lo realmente importante: la chulería y prepotencia estadounidense le ha llevado a cometer un error de grueso calibre, del que ya no se va a reponer: enfrentar a dos grandes potencias, China y Rusia, de forma simultánea y eso ha reforzado la alianza entre ellas.

La actualidad que nos marcan los medios corporativos capitalistas no debe hacernos olvidar que todo lo que está aconteciendo tiene unos orígenes, que no son otros que la aprobación, en enero de 2012, de la nueva Doctrina de Seguridad Nacional de EEUU en la que se certifica el “giro” hacia Asia por parte de una superpotencia en decadencia acelerada (1). Era el último intento de mantener el dominio mundial y conviene realizar una lectura del artículo mencionado para tener unos antecedentes de lo que está ocurriendo ahora.

En esa DSN Rusia sólo jugaba un papel secundario. EEUU consideraba que estaba neutralizada en el Occidente europeo –rodeaba de bases de la OTAN por todos los lados, menos por uno: Ucrania- y sólo tenía que preocuparse por los países orientales (Turkmenistán, Azerbaiján, Uzbekistán, Kirguizistán, Tayikistán) para que no tuviesen la tentación de caer en la órbita de Moscú, ya aislada del resto de Europa. Por lo tanto, siguió adelante con su política asiática azuzando las tensiones con China, negando las reivindicaciones de Beijing sobre el Mar de China o exacerbando las disputas entre este país y Filipinas y Vietnam. La prepotencia estadounidense ha sido tal que o no se ha percatado de que tanto Moscú como Beijing habían tomado buena nota de lo que significaba esa DSN o ha hecho caso omiso considerándolo, poco menos, que un juego de críos. Y eso pese a que el acercamiento entre los dos países, escenificado para los profanos en los vetos conjuntos a las pretensiones occidentales sobre Siria, se fortalecía con cada iniciativa estadounidense.

La colaboración entre Rusia y China ha ido cada vez a más. Lejos parece que están los enfrentamientos ideológicos y políticos de la década de 1960 y nunca han estado más cerca que ahora. Mientras Occidente azuzaba a los neonazis de Kiev a la revuelta en lo que considerada último movimiento para cerrar el cerco contra Rusia, Moscú y Beijing realizaban maniobras militares conjuntas (dos en lo que va de año) y estrechaban lazos económicos, políticos y militares (la última reunión entre los jefes de los respectivos ejércitos se produjo durante los Juegos de Invierno de Sochi) que se sancionarán de forma definitiva en la visita que Putin va a realizar a China este mes de mayo. Rusia está preparando el terreno para un progresivo cierre de la UE al gas ruso y nada menos que el 30% de la producción de gas y petróleo va a ir destinada a China, país que ve los cielos abiertos con la crisis de Ucrania porque, de un plumazo, mata una de las bazas de EEUU: el cerco marítimo a China. EEUU tiene en la actualidad el 60% de toda su flota de combate en los mares asiáticos y podrían dificultar el suministro energético y de alimentos que llega a China de otros continentes como América Latina o África. Pero el acuerdo con Rusia hace ineficaz ese bloqueo porque los dos países tienen frontera terrestre.

Con la retaguardia segura, Rusia ya sólo tenía que preocuparse por el flanco occidental, donde EEUU movía sus piezas para completar el control del tablero de ajedrez del que hablaba Brzezinski: Ucrania. Primero, quitando a Rusia su acceso al mar Mediterráneo (no lo pudo hacer en Siria, donde Rusia mantiene la base de Tartus); segundo, poniendo la OTAN a las mismas puertas de Moscú. Así que no había tiempo que perder y Rusia actuó en consecuencia, con determinación y con dureza. Como dice un refrán, “los rusos tardan mucho en ensillar, pero luego montan deprisa”.

Masivo rechazo a Occidente
Hay un dato que conviene resaltar: la anexión de Crimea a Rusia, previa votación en un referéndum de autodeterminación, contó con el apoyo unánime de todo el parlamento ruso, desde la derecha nacionalista hasta los comunistas. Este dato es crucial para entender lo que está pasando en Rusia y el por qué de la actitud de Putin. Ese apoyo unánime no es más que la constatación de un sentimiento, cada vez más extendido entre los rusos, de romper cualquier vínculo con las instituciones europeas a quienes consideran –con toda la razón- como “los perros falderos de EEUU” (2). Desde hace dos meses no hay encuesta en la que no aparezca un número cada vez mayor de rusos que no quieren saber nada de Occidente (72%, cinco puntos más que en 2013) mientras que aumenta de forma significativa el de quienes apuestan por “un camino de desarrollo propio” (46%, en 2006 este porcentaje era sólo del 15%) sin descartar “el retorno de Rusia al socialismo” al que aspira el 28%, cuatro puntos más que en 2013 (3). Por si todo ello fuese poco, una nueva encuesta certifica que el 56% de los rusos consideran que la famosa “perestroika” de Gorbachov “causó más daño que provecho” para el país (4). Estas son algunas de las razones por las que hoy la tercera ciudad de Rusia en número de habitantes, Novosibirsk –un millón y medio de habitantes-, cuenta con alcalde comunista desde el 9 de abril de este año ganando ampliamente a la candidatura de Rusia Unida, la formación de Putin.

Está claro que Putin está aprovechando el momento y, de esta forma, romper de forma definitiva con cualquier veleidad “euro-yeltsinista” en Rusia. Los “liberales” pro-occidentales están en las catacumbas en estos momentos y sin posibilidad alguna de recuperar la influencia que tuvieron durante la presidencia de Yeltsin o, en menor medida, pero la tuvieron, durante la etapa en la que Medvedev fue presidente (ahora es primer ministro). Este sector abogaba, entre otras cosas y sin entrar en consideraciones de política interna, por una mayor colaboración con la OTAN o una alineación sin fisuras con Occidente en lo referente a la cuestión nuclear de Irán –Medvedev incluyó los misiles S-300 en el material bloqueado como consecuencia de las sanciones aprobadas por la ONU pese a que no es material ofensivo, sino defensivo y, por lo tanto, no incluido en las sanciones (5)- y no se opuso a la agresión militar occidental contra Libia (recuérdese el enfrentamiento, público, que tuvieron Medvedev y Putin sobre este tema).

Como bien entendieron Rusia y China tras la aprobación de la DSN de Obama, la UE no pinta nada a nivel geopolítico y sólo hay que tener en cuenta a EEUU. De ahí que ambos países hayan incrementado sustancialmente su presupuesto de defensa que, en el caso de Rusia, ha llegado hasta extremos muy similares a los que tuvo el Ejército de la URSS. Esta es la razón por la que EEUU no sabe muy bien qué hacer tras el puñetazo encima de la mesa dado por Putin y se limita a movimientos prácticamente simbólicos con la OTAN, pero sin una estrategia clara, puesto que no todos los integrantes europeos de la OTAN están por la labor de molestar a Rusia. Es el caso de Alemania.

Pongamos, por ejemplo, el caso de las famosas sanciones. Las que ya han impuesto tanto EEUU como la UE son de risa, y “las serias consecuencias” –el mantra recurrente occidental- a las que se enfrentaría Rusia si la crisis sigue adelante no son más que humo. No es la primera vez que los occidentales se tienen que tragar sus bravatas. Ya ocurrió en 2008, cuando Rusia intervino militarmente tras la agresión de Georgia contra Osetia del Sur, y lo mismo cuando los más aguerridos congresistas de EEUU pidieron al gobierno de Obama la imposición de sanciones por el apoyo de Rusia a Siria o por otorgar asilo a Snowden.

Rusia no es otro país más, de esos que Occidente –que dice representar los “valores democráticos”, como acaba de demostrar en Ucrania respaldando un gobierno filofascista- suele incluir en su lista de imposición de sanciones si no hacen lo que Occidente dice que hay que hacer. Aunque haya sido un país cándido, incluido Putin, como cuando aceptó plagar Asia Central de bases estadounidenses con la pretendida misión de “combatir el terrorismo” a raíz de la invasión a Afganistán en 2001. Esa candidez ha desaparecido y ya nada será igual.

La crisis de Ucrania ha dejado bien patente que Rusia ha vuelto a lo más alto de la geopolítica. Ya lo había hecho con Siria, pero ahora ha dado un paso más. Está escenificando que está madura para romper con la dependencia occidental y recuperar el componente nacional de toda la industria. Esta fue una de las consecuencias que, para Rusia, tuvo el ingresar en la Organización Mundial del Comercio. Hoy no es pequeño el número de historiadores que consideran que los logros de la política de industrialización de Stalin en la década de 1930-1940 se explican por los bloqueos comerciales y crediticios occidentales contra la URSS. El resultado es que la URSS supo aprovechar la situación para crear un poder económico e industrial que le permitió ganar la II Guerra Mundial pese a la brutal invasión nazi. No es infrecuente leer este símil en los periódicos rusos y no es porque nos acerquemos a una nueva conmemoración, el 9 de mayo, de la derrota nazi.

Téngase en cuenta la encuesta antes mencionada y los últimos movimientos rusos. Ha habido analistas que han considerado la conferencia de Ginebra sobre Ucrania como una “cesión” de Rusia frente a las presiones de Occidente. Sin embargo, no es más que un movimiento geopolítico inspirado en Lenin, un paso atrás cuando antes lo que se ha hecho ha sido dar dos pasos hacia adelante: un retroceso táctico cuando se ha ganado una posición estratégica. La retirada táctica de Rusia ha sido aceptar en la mesa al gobierno filofascista de Kiev, al que había negado –y sigue negando- cualquier representatividad, y la ganancia estratégica es que en dicha conferencia no se ha dicho ni una sola palabra sobre Crimea. Si es que ha habido retroceso, puesto que ese gobierno filofascista está sumido en un absoluto caos y asistiendo impotente al fortalecimiento gradual y constante de la resistencia popular antifascista –y sí, prorrusa- en el Este. Aquí también hay una cierta confusión entre quienes dicen que esta resistencia popular está alentada por oligarcas y la realidad, donde quien está haciéndose con el control son milicias y movimientos claramente populares y de corte socialista. Las banderas con la estrella roja de cinco puntas sobre la bandera rusa son cada vez más patentes. Además, el gobierno filofascista de Kiev no es nada de fiar (¿o no hay que recordar que un día antes del golpe contra Yanukovich la llamada “oposición” que hoy forma ese gobierno filofascista había firmado otro acuerdo certificando la celebración de elecciones y el levantamiento de las protestas del famoso Maidan?) como acaba de quedar claro con el ataque a un puesto civil en Slavianks en violación flagrante de lo acordado en esa conferencia.

Rusia, ahora, devuelve la jugada porque en ese acuerdo lo que se recoge es el desarme de los neonazis, algo que ni siquiera se plantean los títeres de Kiev y sus patronos occidentales que, por el contrario, insisten en que quienes se tienen que desarmar son las milicias populares de Donetsk y otros lugares. Pero, algo que ha pasado desapercibido, este acuerdo de Ginebra se produjo casi en el mismo momento en el que Putin recomendaba a las empresas rusas anular su registro en el extranjero y llevar sus acciones a la Bolsa de Moscú para protegerse así de posibles sanciones futuras y “proporcionar seguridad económica al país” (6).

La hipótesis de la autosuficiencia industrial, en absoluto descartable, serviría para que Rusia completase el “giro asiático” que está poniendo en marcha con la Unión Euroasiática… y el reforzamiento de su alianza estratégica con China y los BRICS.

El fin de Occidente: el acuerdo ruso-chino y los BRICS
Porque este es el otro componente del tablero ucraniano: pese a las alucinaciones occidentales sobre la existencia de un malestar en Pekín por el movimiento de Moscú, y ponen como “ejemplo” la abstención en la ONU –por esa regla de tres, también habría que hablar de malestar de Israel con EEUU puesto que también se abstuvo en la votación de la Asamblea General que rechazó el referéndum de autodeterminación de Crimea-, China está con Rusia.

Sólo hay que leer lo que publican periódicos como el “Diario del Pueblo”, el órgano de expresión del Comité Central del Partido Comunista: “Las teorías políticas, económicas y de seguridad de la Guerra Fría aún influyen a mucha gente en su concepto del mundo, y algunos occidentales siguen imbuidos de resentimiento hacia Rusia” (7). O la agencia estatal “Xinhua”: “Rusia podría no estar más tiempo interesada por competir por la preeminencia global con Occidente, pero cuando esto se refiere a la limpieza del caos que Occidente creó en su patio trasero, los líderes rusos una vez más dan prueba de su credibilidad en la planeación y ejecución de acciones eficaces para contrarrestarlo” (8). ¿Aún hay dudas? Pues la coincidencia de criterios a nivel de ministros de Asuntos Exteriores entre los dos países, Sergei Lavrov y Wang Yi, es total respecto a Ucrania (9). Entre otras cosas, porque también China tiene que enfrentarse a una mentalidad de “guerra fría” como sucedió cuando en julio del año pasado amplió su Zona de Identificación de la Defensa Aérea en el Mar de China Meridional, movimiento que fue rechazado por EEUU y sus aliados, como Japón. Y, por si todo ello fuese poco, aquí está el esclarecedor artículo de un general, Yang Yucai, integrante del Grupo de Estudios de Crisis del Ejército Popular de Liberación: “la alta eficiencia de la Administración Putin en la gestión de la crisis regional es impresionante; esta alta eficiencia se deriva de una institución de seguridad unida, de un alto nivel de planificación estratégica y de una sólida base jurídica [en referencia a la defensa del derecho internacional]. China debe sacar sus conclusiones al respecto” (10).

Muy atrás están ya las críticas que China realizó a Rusia por la guerra de Georgia (2008) puesto que China siempre ha insistido en la no injerencia en los asuntos internos. Porque nada en la situación actual de Ucrania garantiza a China que el gobierno filofascista que se ha instalado en Kiev cumpla los acuerdos firmados en diciembre de 2013 con Yanukovich por los que ambos países se convertían en “socios estratégicos” garantizando la inversión china en áreas como infraestructuras, aviación, industria aeroespacial, energía, agricultura y finanzas por un importe de 30.000 millones de dólares. Los chinos tienen muy presente lo que pasó en Libia (2011), donde los acuerdos que había firmado con Gadafi fueron “suspendidos” –y no reanudados hasta ahora- por el gobierno títere impuesto por Occidente. Además, China está deseosa de aumentar su cooperación energética con Rusia. El comercio entre los dos países no ha hecho más que crecer desde 2011, estipulándose que en 2020 se alcanzarán los 200.000 millones de euros (11) con un dato significativo: rusos y chinos ya vienen poniendo en marcha que ese intercambio comercial no tiene por qué estar basado en el dólar y hay datos concretos de utilización de sus propias monedas (rublo y yuan) en este intercambio.

Un aspecto importante de esta cooperación hace referencia al suministro de petróleo y gas y Rusia encuentra un consumidor ávido de ambos productos en China, a un nivel muy superior al que ambos países tienen ahora, como ya se ha dicho más arriba y que se sancionará en la visita de Putin a Beijing en mayo. Y a la inversa. Anticipándose a la supuesta retirada de capital europeo y estadounidense de Rusia si la cosa en Ucrania va a más, los chinos ven el cielo abierto para sus inversiones: “se creará un vacío que debe ser rellenado porque Rusia necesita inversiones foráneas; todo eso abre oportunidades para inversores chinos” (12). Vamos a ver cómo en la visita de Putin estos factores aparecen en primer plano.

Pero, con ser importante esta alianza, que pone fin a la supremacía occidental, no lo es menos que se está reforzando como nunca el eje BRICS, del que Rusia y China son los principales motores. El enojo de los BRICS ante la falta de interés de Occidente en ir más allá de la palabrería –en 2010 se acordó reformar el sistema de cuotas del FMI, acorde con el mayor papel económico de los países BRICS, sin que hasta el momento haya habido iniciativa alguna en ese sentido- está generando movimientos inéditos a nivel geopolítico: ya hay un Banco Mundial alternativo, el Banco de Desarrollo de los BRICS, con capital de 50.000 millones de dólares y será en junio, tras el mundial de fútbol de Brasil, donde en la cumbre que ha de celebrarse en este país se dé un paso más reforzando dicho banco y ampliando a otros países su ámbito de intervención. Al mismo tiempo, en la última reunión del FMI (11 de abril), los BRICS no sólo criticaron el estancamiento a la reforma de cuotas que impone Occidente sino que dieron un ultimátum para su reforma con la amenaza, también, de poner en marcha una “alternativa al viejo sistema” en la que ya se ha dado un primer paso: un fondo de reservas propio en el que desaparece el dólar y se relega al euro en favor de las monedas nacionales de los BRICS, al tiempo que se apuesta por la internacionalización de la moneda china, el renminbi (yuan).

El fin de una era
Gramsci dijo hace 100 años que la crisis se produce cuando lo viejo no termina de morir y lo nuevo lo termina de nacer. En eso estamos. La postura de Rusia en Siria y ahora en Ucrania es un claro desafío a la prepotencia hegemónica estadounidense, aunque en este último país se está defendiendo del “castigo” que pretendía imponerle EEUU por haberse atrevido a desafiar la hegemonía estadounidense para reemplazarla por un sistema multipolar –que no es lo mismo que “multilateral”- donde se respete el derecho internacional. Está claro que ya no va a haber una vuelta atrás en el viejo orden mundial y que esta es una de las razones por las que los filofascistas de Kiev y sus patronos occidentales aceptaron ir a la mesa de negociaciones con Rusia.

Estamos asistiendo al nacimiento de una nueva era donde se cuestiona, cuando no se rechaza, el paradigma occidental envuelto en valores que sólo sirven a una minoría pequeña, arrogante y capitalista tal y como hoy se entiende la globalización neoliberal. EEUU sabe que ya no tiene el poder que tenía y se defiende como una fiera herida, lo que le hace mucho más peligroso. Por eso no sería extraño que dentro de poco asistiésemos a un contraataque contra Rusia que no será ni en Siria –donde los “contras” puede que estén recibiendo material sofisticado, y es muy aleccionador ver las páginas web de los neonazis ucranianos “hermanando” sus “luchas” en Siria y Ucrania- ni en Ucrania –un país que no es país, en bancarrota y desestructurado- sino en la retaguardia rusa de Asia Central. EEUU tiene que dejar este verano la base de Manas en Kirguizistán y Rusia ya ha tomado posiciones en dicho aeropuerto junto a un sustancioso acuerdo comercial firmado con el país ex soviético. Otras antiguas repúblicas de la URSS están mirando con mucha atención lo que ocurre en Ucrania, y EEUU lo sabe como ya indicaba en la DSN de 2012.

Por lo tanto, será aquí donde EEUU intente responder a Rusia. Más en concreto, en Turkmenistán. En este país ya se vienen produciendo curiosos ataques provenientes de Afganistán y no será sorprendente que se incrementen en los próximos meses oscuros episodios de violencia que serán utilizados para que el gobierno turkmeno, formalmente neutral, se vea desestabilizado y tenga que optar entre EEUU –que ya ha ofrecido su colaboración militar para “combatir a los terroristas afganos”- o Rusia.

El nuevo mapa geopolítico está tomando forma; el nuevo orden, también. No va a ser un proceso ni fácil ni tranquilo pero, por el momento, Rusia y China tienen en sus manos las principales cartas de la baraja y las están jugando bien. Tanto que periódicos como el International New York Times (nombre actual del Internacional Herald Tribune) se ven obligados a editorializar sobre la crisis de Ucrania haciendo un llamamiento a la clase política estadounidense sobre “los fallos” cometidos por EEUU y la UE en el espacio post-soviético, y no sólo en Ucrania, en lo referente al aislamiento y cerco a Rusia –“EEUU y la UE actuaron alegremente sin tener en cuenta las consecuencia de sus actos”, dice textualmente-, para terminar diciendo que “en Ucrania estamos viviendo una crisis del viejo orden que exige nuevas formas de pensar, nuevas precauciones, una nueva comprensión de los profundos desafíos de este interregno histórico”. Porque, en caso contrario, y tras reconocer que “la influencia [de EEUU] en el extranjero sigue disminuyendo”, llegamos a una situación en la que “asistimos al desmoronamiento del status quo” –en referencia al predominio de EEUU- que el periódico estadounidense identifica con un “desorden internacional sin precedentes desde 1930” (13).

EEUU y la UE cada vez pintan menos en la escena geopolítica. Siguen siendo actores importantes, pero ya no cruciales. Ahora hay otros que están, cuando menos, a su mismo nivel si no por encima. Tal vez sea una simple anécdota, pero una muestra de cómo asistimos a un nuevo tiempo lo acaba de proporcionar el Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad, la organización tuareg del norte de Mali, al solicitar el apoyo de Rusia a su estado, proclamado el 6 de abril de 2012, y que está siendo combatido por el gobierno de Mali –formalmente hay una tregua desde junio de 2013- con el apoyo de Francia.

Notas:
(1) Alberto Cruz, “La nueva estrategia de defensa de EEUU: el último intento por mantener el dominio mundial”: http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1355 
(2) RBC Daily, 7 de abril de 2014. 
(3) Ibid. 
(4) Novosti, 28 de abril de 2014. 
(5) Irán ha puesto una demanda millonaria contra Rusia por incumplimiento de contrato. Rusia sabe que va a perder la demanda y está negociando la entrega a Irán de otros misiles de capacidad similar, como los Tor, aunque Irán rechaza un cambio insistiendo en los S-300. Con la crisis de Ucrania se ha vuelto a hablar de un acuerdo Rusia-Irán sobre el tema, sin especificar en qué consistiría aunque se dice que incluiría la compra de petróleo iraní a pesar de las sanciones, así como la construcción de mini-refinerías o la explotación de yacimientos de gas en territorio iraní. 
(6) Bloomberg, 9 de abril de 2014. 
(7) Diario del Pueblo, 26 de febrero de 2014. 
(8) Xinhua, 8 de marzo de 2014. 
(9) Efe, 3 de marzo de 2014. 
(10) Global Times, 22 de abril de 2014.
(11) Alberto Cruz, “La cooperación entre Rusia y China: el nuevo enfoque geoestratégico que pone fin al poder de Occidente”http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1291 
(12) Diario del Pueblo, 13 de marzo de 2014. 
(13) Internacional New York Times, 16 de abril de 2014.