7 de junio de 2013

LA MUERTE DEL JOVEN MERIC DESTAPA EL NEOFASCISMO FRANCÉS

A la caza de homosexuales e izquierdistas

La ocupación de las calles de París por la ultraderecha usando como pretexto la ley de uniones homosexuales desemboca en la muerte de un joven de izquierdas brutalmente agredido. Un estudio constata la creciente derechización de las opiniones públicas europeas en materia social.

Dabid lazkanoiturburu. Gara

La brutal agresión neofascista que provocó la muerte al joven de izquierda Clément  Meric, un estudiante de 19 años, es la última de una serie de ataques perpetrados por unos movimientos que han encontrado un caldo de cultivo ideal en una Francia hundida en una crisis económica feroz y tensionada por la oposición visceral de los sectores retrógrados al derecho a la unión entre parejas del mismo sexo.

El suceso tuvo lugar el miércoles por la tarde en el céntrico barrio parisino de la estación de Saint Lazare, donde se había organizado un mercadillo de ropa. Un grupo de jóvenes con estética skinhead llegó y comenzó a provocar a un grupo en el que se encontraba el joven estudiante de Ciencias Políticas. Uno de ellos le propinó al menos un fuerte golpe con un puño americano y la víctima cayó al suelo tras golpearse la cabeza con un poste. Ingresada en el hospital con diagnóstico de muerte cerebral, falleció ayer.

El ministro francés de Interior, Manuel Valls, anunció la detención de cuatro jóvenes, entre ellos «el autor probable» de la agresión, y el Partido de Izquierda pidió abiertamente la disolución de los grupos de extrema derecha, que están multiplicando los ataques en las últimas semanas tanto en la capital como en otras ciudades del Estado francés.

Todo el arco político francés denunció los hechos, incluso el presidente, François Hollande, de visita en Tokio. Hasta la líder del ultraderechista Front National, Marine Le Pen, se apresuró a desmarcarse del «terrible e injustificable» ataque.

Lo cierto es que, como recuerda la izquierda, la agresión contra el joven Meric ha salido a la luz pública por lo dramático de sus consecuencias, pero se enmarca en una creciente oleada de ataques que ha tenido como objetivo preferente, que no único, a los homosexuales. Al calor de las multitudinarias manifestaciones contra la ley Taubira (bautizada con el nombre de la ministra de Justicia y principal proponente), y que pillaron a contrapié tanto a la derecha clásica de la UMP como al Front National, han reaparecido con fuerza grupúsculos de extrema derecha decididos a pasar a la acción.

La virulencia y el éxito en participación (cientos de miles de personas en cada convocatoria) de la oposición a esta ley igualitaria ha sorprendido tanto dentro como fuera del Estado francés. No obstante, un repaso a la historia francesa que repare en el peso de las fuerzas reaccionarias sirve para situar la cuestión. Como recuerda Bernard Schmid en Viento Sur, se trata de «sectores que van más allá de su tradicional actitud de defensa del orden social existente de forma pasiva». El autor añade que «la memoria de la ruptura revolucionaria de los años 1789-1793, y la forma como el orden burgués se impuso al ancienne régime (entre otros instrumentos, con la guillotina) han hecho que este campo esté dispuesto a movilizarse contra los cambios que considera catastróficos o que le conducen al abismo».

Y no hay duda de que la ley de igualdad de las personas del mismo sexo en el ámbito del reconocimiento legal de su unión es, a ojos de este sector, uno de ellos. Un sector que tiene continuidad histórica tanto en la Francia colaboracionista del régimen de Vichy como en el indudable peso político del Front National, extrema derecha homologada, como en amplios sectores del electorado de la UMP (sarkozysmo).
El cuestionamiento por parte de los opositores a la ley Taubira, ante la que oponen la primacía de una supuesta «ley natural» (lo que les permite proseguir con sus protestas pese a su aprobación) ha resucitado viejos fantasmas.

El suicidio en la catedral de Notre Dame de uno de los teóricos de la extrema derecha francesa, acompañado de un testamento-llamamiento para ir más allá de la protesta contra los homosexuales, debía haber encendido, más allá del simbolismo e individualismo de la acción, bastantes alarmas.

Dominique Venner, ensayista y prolífico autor de obras que defienden el supremacismo europeo, se disparó en la sien con una pistola el 21 de mayo, cinco días antes de la manifestación, nuevamente multitudinaria, contra la ley de igualdad de los homosexuales. En su mensaje, hacía un llamamiento a proseguir con la lucha pero alertaba de un «peligro» mucho mayor: el de que «Francia caiga en manos de los islamistas».

Venner, militante de la organización paramilitar de las OAS (grupos de choque en la Guerra de Argelia), era uno de los principales teóricos e impulsores del autodenominado «nacionalismo revolucionario francés». Lo que nos devuelve directamente a la muerte del joven Meric, que la Policía imputa al grupo «Juventud Nacionalista Revolucionaria».

Este movimiento, fundado en 1987, está formado actualmente por bandas «neonazis» con estética skinhead y supone una amalgama que combina una visión en la que priman los estados nación con elementos socializantes (aunque ferozmente anticomunistas).

Salvando las distancias geográficas y políticas, este grupo se reclama émulo del Movimiento Nacional Bolchevique, liderado por el ruso Eduard Limonov, una suerte de mezcolanza entre paneslavismo y estalinismo que tiene su correspondencia en el ámbito estético (hoz y martillo en lugar de la esvástica sobre un fondo igualmente negro).

Si Limonov luchó junto a las milicias serbias en el cerco de Sarajevo (Bosnia), la Juventud Nacionalista Revolucionaria francesa no tiene empacho alguno en reivindicar modelos como el baazismo (iraquí y sirio) e incluso en alabar a figuras como el desaparecido Hugo Chávez y al presidente iraní, Mahmud Ahmedineyad. Asegura compartir con estos últimos su antiimperialismo (frente a EEUU).

En el ámbito nacional (siempre francés, por supuesto), rechaza el liberalismo económico y aboga por un modelo económico corporativo y orgánico en la línea de lo que fueron movimientos como el fascismo italiano en sus inicios o el falangismo español.

Y es que muchas veces se pasa por alto el componente (o la excusa) socialistoide de este tipo de movimientos a lo largo de la historia, incluido el nacional-socialismo hitleriano.

Estas últimas reflexiones quedarían en unos insuficientes apuntes históricos si no fuera porque la situación que vive el Estado francés, y en general buena parte del continente europeo, no revistiera circunstancias de urgencia como las que dieron pie a la emergencia de aquellos movimientos fascistas.

Ayer mismo se conoció que la tasa de paro en el Hexágono ascendió en el primer trimestre del año al 10,4%, el nivel más alto desde 1998. Y la situación tiene todos los visos de empeorar.

Ante ello, la izquierda y los sindicatos han cedido todo el protagonismo y el escenario a la reacción, como ha quedado patente con las protestas anti-gays.

Muchos lo fiaron todo a la llegada al Elíseo del «socialreformista» Hollande, quien en un año de legislatura ha generado una insatisfacción general que ha llegado a cifras igualmente récord.


Hora es de que la izquierda se ponga las pilas para arrebatar la calle a sus actuales ocupantes y evitar que sus «grupos de choque» sigan sembrando de pánico, y muerte, las calles de París, Toulouse, Marsella...

6 de junio de 2013

SOBRE EL HAMBRE

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:

El hambre es uno de Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.

Tener hambre no es tener un sano apetito ni ganas de comer. Sufrir hambre es una etapa de un camino que conduce a la muerte –otro de los Jinetes del Apocalipsis- y, cuando posee dimensión epidémica, no nace del accidente, del azar o de factores ligados a la voluntad humana sino de la injusticia, la desigualdad, la opresión de unos seres humanos sobre otros, el reparto desigual de la riqueza, y mucho más desigual de la pobreza, y de una situación social, económica y política que lo amparan, protegen y promueven. Pero esto ya lo saben ustedes.

En diferentes momentos históricos la vieja “civilizada Europa”, madre de dos Guerras Mundiales, ha conocido el hambre. Uno de esos momentos más recientes fue “el hambre de la patata”, la Gran Hambruna Irlandesa, de 1845 a 1849. Entre dos millones y dos millones y medio de personas murieron entonces por efecto de esta devastadora lacra. Más de dos millones de irlandeses emigraron a Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Chile, Argentina y Australia en lo que se conoció como la Diáspora Irlandesa. Otros dos millones de personas se desplazaron dentro del país huyendo de las zonas de mayor hambruna. Sus efectos continuaron durante décadas y la población de Irlanda todavía no ha recobrado los niveles previos a la hambruna. Entre 1841 y 1851 la población del país disminuyó de 8,2 a 6,6 millones. Irlanda perdió una cuarta parte de su población. No es cierto que este desastre humano (no humanitario porque de humanitario no tiene mucho) se deba al mildiú, la ineficiencia económica o los métodos inadecuados de cultivo, como nos quieren contar los grandes maquilladores históricos. Estos sólo fueron factores facilitadores.

La realidad es que la propiedad de la tierra irlandesa era en el siglo XIX británica, siendo los campesinos irlandeses sus aparceros. Los irlandeses cultivaban el trigo que se exportaba a Inglaterra, mientras ellos se alimentaban de los productos de la huerta familiar: patatas, que sufrieron la devastación del mildiú y una pérdida radical de las cosechas. Fue el sometimiento irlandés bajo los británicos la causa de que la enfermedad de la patata tuviera tan trágicas consecuencias. Los patatales morían y los trigales disfrutaban de grandes cosechas pero los irlandeses no podían acceder a este alimento pues pertenecía a los terratenientes ingleses. No se sabe de ningún terrateniente británico que abriera sus despensas a los hambrientos irlandeses. La corona inglesa no tomó medida paliativa alguna con sus súbditos irlandeses literalmente muertos de hambre. Que los irlandeses murieran o emigraran aseguraba aún más el dominio inglés en un territorio hostil y fuertemente cruzado de un sentimiento nacional independentista. Mientras tanto, los terratenientes británicos siguieron exigiendo a sus aparceros el pago del arriendo.

Desconozco los efectos cuantitativos de los períodos de entreguerras (entre la I y la II G.M.) con la crisis de la Gran Depresión en Europa y USA pero sabemos que la mortalidad se incrementó notablemente, el crecimiento vegetativo se estancó e incluso se convirtió en negativo. Las grandes ciudades rusas y parte de su territorio rural se vieron desabastecidas de alimentos, por la falta de brazos campesinos, empleados en la I Guerra Mundial, el envío de gran parte de la producción agrícola al frente para alimentar a las tropas y el creciente incremento de los alimentos. En Alemania y en otros países de la Europa central, pero también de las grandes ciudades USA, la gente caía desmayada de hambre por las calles. El desempleo conducía al suicidio por desesperación y a la muerte por hambre. Mientras tanto, a un lado y otro del Atlántico,  los grandes terratenientes agrícolas quemaban las cosechas para impedir que los precios agrícolas bajaran.

Esta imagen desapareció de las ciudades del centro del capitalismo con la expansión económica tras la II G.M. y la recuperación de las grandes tasas de ganancia del capital, que practicó una política económica de cierta “redistribución de la riqueza” que permitiese el consumo de masas. Durante unos sesenta años el hambre en el mundo ha sido cosa principalmente de negros africanos pero como eran pobres y disfuncionales para el capitalismo de consumo de masas parecían no existir como denuncia que alzase su voz, salvo para el gran negocio de la caridad y la “solidaridad” profesionalizada de ONGs y otros vividores a costa de la pobreza ajena.

Hoy, la crisis global del capitalismo, ha vuelto a colocar el hambre en las calles y ciudades de Europa y USA, casi siempre como cifras abstractas, en ocasiones como rostros que el sensacionalismo mediático aprovecha para vender más periódicos o aumentar la cuota de pantalla de las cadenas televisivas  y para recordarnos que si nos rebelamos y perjudicamos el clima social –ya sabemos que el capitalismo es cobarde y gusta de la tranquilidad, que viene de tranca- las cosas pueden irnos aún peor a los desposeídos, por lo que nos conminan a callar y trabajar, los que aún tienen trabajo y a esperar resignadamente, como Godot, la mágica recuperación de los beneficios empresariales que son, según ellos, los que nos dan de comer. Mientras tanto, algo de pan nos dejarán caer las organizaciones caritativas de las iglesias y grupos nazi-fascistas como Amanecer Dorado en Grecia o España 2000 por estos lares, realizando unos y otros su “benefactora” propaganda por alimentos, eso sí, siempre limitada a nacionales.

Ni el hambre es culpa de quienes la padecen, como nos dicen los liberales que nos recuerdan cada día que sólo el esfuerzo y el trabajo es causa del progreso de las naciones (curioso discurso de quienes viven del trabajo y la miseria ajenos, la cultura del pelotazo y la corrupción), ni su existencia nace del azar o los desastres naturales. Es inducido por el capitalismo, del que sus víctimas tendemos a señalar su carácter criminal sólo cuando la situación se vuelve insostenible para nosotros y al que aceptamos pasiva o entusiásticamente cuando nos caen algunas migajas de sus banquetes.

Hoy he encontrado algunos textos sobre el hambre en distintos lugares del mundo que deseo compartir con ustedes. ¡Bon appétit!

DESNUTRICIÓN INFANTIL, EFECTO DEVASTADOR DE 5 AÑOS DE CRISIS ECONÓMICA EN ESPAÑA

En Andalucía firman decreto para garantizar tres comidas al día a los niños

Más de 28 por ciento de los menores no se alimentan como aconseja Naciones Unidas

Armando G. Tejeda. La Jornada

El hambre y la pobreza se han extendido sin piedad entre los niños españoles. En Andalucía, la región con mayor desempleo y desigualdad en el país, se puso en marcha un plan para atajar un fenómeno que amenaza con llevar a la exclusión a buena parte de la sociedad, el cual consistirá en dar desayuno o merienda a alrededor de 50 mil menores en los próximos meses.

Este programa llegará a 5 por ciento de la población infantil andaluza, gracias a un decreto del gobierno de coalición del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) e Izquierda Unida (IU), en el que se declaró obligatorio que todos los niños coman tres veces al día. El almuerzo consistirá en una torta de chorizo, un jugo de frutas, galletas, mantequilla y una manzana.

Como en los peores años de la posguerra o de la gran depresión de principios del siglo XX, España vive una pesadilla que no da tregua y que enfrenta a la población con el pasado, cuando la gente se alimentaba de pan, chorizo y vino. Es la peor cara de la crisis que afecta a este país desde hace cinco años y que ha multiplicado el desempleo: 27.1 por ciento, es decir, casi seis millones de personas; la pobreza, que afecta ya a 25 por ciento de la población, y la desnutrición infantil con dos de cada cinco niños mal nutridos.
Los últimos informes, tanto públicos como de organizaciones internacionales, confirman que la crisis y sus efectos devastadores han provocado un enorme incremento en la desnutrición infantil. En el conjunto del país más de 28 por ciento de los niños no se alimentan como aconseja la Organización de Naciones Unidas, mientras en la región de Andalucía la cifra alcanza 35 por ciento.

Este panorama fue el detonante para que el pasado abril, en un gesto insólito de los gobiernos autonómicos de España, la Junta de Andalucía, por medio de la Consejería de Igualdad, aprobara un decreto de lucha contra la exclusión social, en el que se desarrolla una línea de trabajo alimentaria que se enfoca en la desnutrición infantil, al garantizar, por ley, que todos los niños de la región coman tres veces al día, y deja un margen legal al gobierno para dotar los recursos que hagan posible dar de comer a los niños más pobres y con más desnutrición (5 por ciento).

El plan tiene un presupuesto de 16 millones de euros y se apoyará también en las ONG que trabajan en la región para hacer más eficiente el reparto, así como de los centros escolares, donde también se distribuirán los paquetes de alimentos. La consejera de Igualdad, Susana Díaz, explicó en su día que este plan de trabajo pretendía poner rostro a la crisis a través de nuestros menores, que son los más vulnerables en un momento de mucha debilidad y de una crisis brutal como la que estamos viviendo. Hay que reconocer que casi seis de cada cien infantes en Andalucía están situación de pobreza extrema, algo ante lo que hay que ser contundentes, porque estamos influyendo en el desarrollo y el futuro de los niños.


EL HAMBRE AUMENTA EN GRAN BRETAÑA

Matt Carr. IPS

Los drásticos recortes a la seguridad social implementados por el gobierno de coalición tienen un impacto cada vez más notorio en Gran Bretaña, donde las medidas de austeridad que buscan hacer frente a la crisis financiera hacen estragos entre los sectores más vulnerables.

Un relevamiento publicado en el sitio web Netmums concluyó que, con regularidad, una de cada cinco madres británicas no tiene qué darles de comer a sus hijos. Actualmente, miles dependen de organizaciones benéficas y bancos de alimentos de emergencia para alimentarse a sí mismas y a sus familias.
En los últimos 12 meses, The Trussell Trust, el mayor operador de bancos de alimentos en Gran Bretaña, dijo haber suministrado alimentos a 350.000 personas, lo que representa 100.000 más de lo previsto y supone un aumento de 170 por ciento en relación al año anterior.

Las personas recurren a bancos de alimentos por muchos motivos. Algunas están subempleadas, otras son víctimas de violencia doméstica. Otras sucumbieron ante usureros que se aprovechan de los pobres ofreciéndoles préstamos con intereses exorbitantes. Pero la mayoría están sin empleo, y les quitaron o recortaron los beneficios sociales a consecuencia de la arremetida del gobierno contra lo que considera una población de vagos y “parásitos”.

Todos estos factores alimentaron lo que The Trussell Trust llama una “epidemia” de hambre, que se vuelve cada vez más visible en localidades de todo el país.
Clay Cross, por ejemplo, es un pequeño pueblo de 5.000 habitantes en las colinas de la zona rural del norte de Derbyshire, que otrora fue un centro de la industria británica del carbón.

Como muchos pueblos y aldeas del área con un pasado extractivo, Clay Cross pasó épocas duras desde el cierre de su mina en los años 80, pero en los últimos tiempos las cosas empezaron a empeorar mucho más.

Una noche, IPS visitó el banco de alimentos local de The Trussell Trust, en la iglesia de Saint Bartholomew. En su interior, voluntarios exponían parte de las dos toneladas de alimentos donados por comerciantes durante una recolección de dos días en varios supermercados Tesco el fin de semana anterior.

El banco de alimentos se inauguró apenas en agosto de 2012, pero desde entonces atendió a 1.147 personas, y está abriendo otros en las cercanías.

Uno de sus clientes era David, quien ahora trabaja como voluntario para el Trust. Extaxista, durante 12 años se dedicó a cuidar de forma permanente y remunerada a su esposa discapacitada. Pero el año pasado, cuando ella falleció, perdió su salario de cuidador y permaneció siete semanas sin ingresos, mientras esperaba los beneficios por desempleo. En ese tiempo vivió gracias a tres sacos de provisiones que le dio el banco de alimentos, recordó.

Los retrasos en los pagos de beneficios son algunos de los motivos más comunes para que la gente recurra al banco de alimentos, y muchos de quienes lo hacen se sienten profundamente avergonzados y humillados.

El coordinador del proyecto, James Herbert, y su equipo, están dispuestos a superar estas reservas y a dar la bienvenida a quienes se acercan, pero también les indigna el hecho de que se requieran esos servicios.

“Es reprensible. El gobierno local y nacional debería estar avergonzado de dejar a las personas en una situación en la que tienen que depender de una organización benéfica para alimentar a sus familias”, planteó.

La mayoría de los usuarios del servicio llegan al Trust enviados por organizaciones de caridad o por agencias del gobierno, con cupones que les permiten retirar alimentos apenas tres o cuatro veces.

Bernard (nombre ficticio) acaba de llegar, enviado por primera vez de su centro de empleo local. Mentor voluntario de 38 años, trabajaba con jóvenes infractores, y gozó de beneficios por desempleo hasta hace dos semanas, cuando se los recortaron porque no se postuló a uno de los trabajos ofrecidos por su centro local de empleo.

Según él, nunca recibió el ofrecimiento, y apeló la decisión. Si tiene éxito, puede recibir un fondo semanal de 29 libras (45 dólares) por penurias económicas o la plena restauración de sus beneficios de 71 libras (110 dólares). De lo contrario, no recibirá nada por otras seis semanas, aunque vive en un apartamento sin gas, ni electricidad, ni alimentos.

“Si soy un parásito, soy un parásito, pero a fin de cuentas, ¿qué más voy a a hacer? ¿Voy a salir a robar para sobrevivir? Si en el siglo XXI, en una de las naciones más avanzadas del mundo, la gente tiene que acudir a bancos de alimentos, hay algo que no está del todo bien, ¿no?”, planteó.

Colin Hampton, coordinador del Centro para Trabajadores Desempleados de Derbyshire, coincidió: “La situación es peor ahora que en los años 80. Las personas vienen a nosotros pidiendo alimentos en situaciones desesperadas, y nosotros las enviamos a los bancos de alimentos. Pero aunque apreciamos que la gente intente ayudar, nuestra mayor preocupación es que, a menos que expresemos nuestra indignación, esto se convertirá en la norma, y las personas necesitan preguntar por qué está ocurriendo esto”, dijo.

El primer ministro británico David Cameron elogió el trabajo de The Trussell Trust, pero los bancos de alimentos son consecuencia directa de políticas gubernamentales diseñadas para quitar beneficios sociales sin importar las consecuencias. El parlamentario laborista Peter Hain acusó al gobierno de “aterrorizar” a los desempleados de su distrito obligándolos a elegir entre morir de hambre y realizar trabajos mal pagados.

El sistema de la Ley de Pobres, del siglo XIX, tuvo otrora una actitud similarmente punitiva y disuasiva hacia los trabajadores industriales pobres. Actualmente, el hambre es una consecuencia de la pobreza manufacturada en la séptima economía más grande del mundo, y los más vulnerables vuelven a ser victimizados y castigados.

En estas circunstancias, los bancos de alimentos pueden ser un sustituto conveniente de la asistencia reglamentaria, habilitando a los herederos políticos de la difunta (ex primera ministra) Margaret Thatcher (1925-2013) a despojar aún más la red de seguridad social partiendo de la idea de que la población puede estar hambrienta, pero por lo menos no se está muriendo de hambre.


RECORTES FISCALES EN ESTADOS UNIDOS APUNTAN A LOS MÁS POBRES

Matthew Charles Cardinale. IPS

El Congreso legislativo de Estados Unidos está a punto de hacer recortes de miles de millones de dólares al Programa de Asistencia Nutricional Complementaria, comúnmente conocido por sus cupones de alimentos, que abarca a millones de pobres e indigentes.
Los aportes se reducirían en noviembre, cuando expiren los que habían sido incluidos, en versión aumentada, en la Ley de Recuperación y Reinversión de 2009, o paquete de estímulo federal.

La merma será de entre ocho y 25 dólares por mes y por individuo, dependiendo del tamaño del hogar que integre. El beneficio promedio ya es tan bajo que llega a 1,46 dólares por comida por persona.

Pero eso no es suficiente para el actual Congreso, que busca exprimir aún más el dinero del programa de emergencia alimentaria.

Grupos como los Demócratas Progresistas de Estados Unidos han hecho circular por Internet una petición para oponerse a los recortes.

“Hay una puja por poner fin a los derechos de ayuda social y, si eso ocurre sin importar qué fórmula usen, la gente resultará perjudicada”, dijo Joyce Dorsey, primera vicepresidenta de la Asociación Nacional de Acción Comunitaria, a IPS.

“Todavía es difícil hallar empleos o quien lo tiene no recibe un salario que le permitan a una persona llevar un nivel de vida adecuado, entonces naturalmente necesita asistencia”, agregó.

Actualmente, 47,5 millones de personas reciben ayuda alimentaria de emergencia a través del Programa de Asistencia Nutricional Complementaria (SNAP, por sus siglas en inglés), según los datos más recientes del Departamento de Agricultura, lo cual equivalen a más de 15 por ciento de los habitantes de Estados Unidos.

El debate se centra en la Ley de Reforma Agrícola, Alimentos y Empleos de 2013, conocida comúnmente como Ley Agrícola, que el Congreso suele volver a aprobar cada cinco años para fijar las políticas nacionales en materia de agricultura, nutrición, conservación y silvicultura.

El Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes, liderado por el opositor Partido Republicano, aprobó el 15 de mayo recortes por casi 21.000 millones de dólares al SNAP. El cambio de requisitos para postularse para recibir la ayuda que conlleva el proyecto implicará una pérdida de beneficios para casi dos millones de personas, entre ellas niños y niñas.

Se trata de personas que hoy pueden solicitar cupones de alimentos porque sus ingresos líquidos están bajo la línea de pobreza, aunque tengan bienes o ingresos brutos que los sitúen por encima del umbral de postulación al SNAP.

Actualmente, las leyes federales permiten que estas personas accedan al SNAP si se consideran aptas para beneficiarse de otro programa estatal bajo la Ayuda Temporal para Familias Necesitadas.

Según el Centro sobre Prioridades Presupuestarias y Políticas, se verán impactados muchos hogares de bajos ingresos de Estados Unidos que poseen un automóvil modesto. Esto también puede incluir a familias trabajadoras con altos costos en materia de cuidado de niños o a ancianos con costosas facturas médicas.

El proyecto de la Cámara de Representantes también elimina los pagos de incentivos del SNAP a estados que han mejorado la precisión en los pagos y la entrega de servicios, y recorta los fondos dedicados a educar sobre nutrición.

Además, restringe una opción que permite a los estados aprobar familias para beneficiarse del programa si estas ya califican para recibir ayuda en materia de calefacción por ser de bajos ingresos, algo que también hace la versión del Senado sobre la Ley Agrícola.

El 14 de mayo, el Comité de Agricultura del Senado, liderado por el gobernante Partido Demócrata, aprobó en una audiencia recortes al SNAP por 4.100 millones de dólares.
“Esto frena los pagos excesivos a un pequeño número de individuos en el programa (…) que pueden reclamar una cobertura para calefacción que no tiene, o ayuda alimentaria, para recibir beneficios” que están por encima de lo previsto, dijo Cullin Schwarz, portavoz de la senadora demócrata Debbie Stabenow, presidenta del Comité.

Schwarz dijo a IPS que los estados están usando tácticas administrativas, como calificar a personas para pagos por separado de ayuda energética de menos de 10 dólares anuales, supuestamente con el único propósito de aumentar sus posibilidades de postularse a los cupones de alimentos.

“Quince estados brindan una suma muy pequeña de ayuda para calefacción en el hogar, de apenas un dólar por año”, lo cual “no ayuda realmente a nadie a pagar por ese servicio”, sostuvo.

En caso de aprobarse el proyecto del Senado, la Oficina de Presupuesto del Congreso estima que 500.000 personas recibirán, en promedio, 90 dólares menos.
Pero la oficina de Stabenow insiste en que este no es un recorte a la estructura de beneficios. “Obtendrán exactamente lo que se suponía que obtendrían en el programa basado en sus gastos reales”, dijo Schwarz.

Ante la pregunta de qué considera que resultará de las negociaciones entre las dos cámaras, Schwarz respondió: “Si los republicanos pueden presentar maneras adicionales de reducir el gasto que no reduzcan los beneficios estándar o perjudiquen a familias verdaderamente necesitadas… estamos abiertos a discutirlas”.

La senadora demócrata Kirsten Gillibrand propuso una enmienda para quitar los recortes al SNAP de la Ley Agrícola, y compensar los costos limitando los reembolsos por seguros de cultivos a los proveedores.

“Las familias que viven en la pobreza, nuestros niños, nuestros veteranos, nuestros ancianos, parte de nuestro personal activo, sufrirán si recortamos los cupones de alimentos. Creo que no deberíamos equilibrar la deuda o el déficit sobre las espaldas de estos estadounidenses que trabajan duro y que simplemente tienen hambre”, dijo Gillibrand durante la audiencia.

La enmienda fue rechazada. Más de la mitad de los demócratas se unieron a casi todos los republicanos para vetarla.

Sin embargo, una enmienda propuesta por el senador republicano David Vitter para que violadores, pedófilos y asesinos no puedan ser beneficiarios del SNAP, fue aprobada por unanimidad.


4 de junio de 2013

LA ECONOMÍA DEL ‘IMPASSE’

Aunque para los organismos financieros internacionales, la crisis mundial se aleja, señalan un nuevo peligro: la “guerra de divisas o carrera de devaluaciones competitivas”. Una competición en la que se juegan las hegemonías y las correlaciones de fuerzas regionales y mundiales. Así lo entienden Japón, EE UU, Suiza, Reino Unido y, con un papel más discreto, la Unión Europea y China. Aportamos un análisis.

Isidro López. Diagonal

El pasado 7 de abril, el Ban¬co Cen¬tral de Japón lanzó una de las mayores inyecciones monetarias que se recuerdan en la historia económica reciente. Nada menos que un 30% del PIB de Japón se va a lanzar a la esfera de la circulación monetaria en los próximos dos años. Esta medida se suma a ya casi tres años de intervención monetaria de la Reserva Federal de EE UU (la Fed) en el mismo sentido: lanzar inyecciones masivas de liquidez que contrarresten, por la vía de la abundancia de dinero, lo que estas instituciones leen como una tendencia deflacionista. Por supuesto, y de entrada, estas intervenciones chocan frontalmente con lo que ha sido, al menos sobre el papel, la ortodoxia dominante de los bancos centrales durante los 30 años de ciclo neoliberal, el monetarismo, que precisamente se hizo fuerte institucionalmente dando instrucciones muy sencillas a los banqueros centrales: controlar la inflación mediante restricciones de la oferta de dinero. Por supuesto, los sectores liberales doctrinarios han puesto el grito en el cielo porque estas medidas impiden el ajuste y, más importante, tapan, momentáneamente, los nichos de beneficio dependientes de los intereses de los bonos soberanos de deuda, incluidos los de deuda española.

Hasta cierto punto tienen razón, pero resulta que, a diferencia de lo que sucede con una institución enteramente neoliberal como el BCE, tanto la Fed como el Banco Central de Japón son instituciones mucho más sensibles a las corrientes democráticas de fondo, y mucho más poderosas en la escena geopolítica, y si tienen que poner la paz social en sus países por encima de la ortodoxia monetarista, lo harán. Si tienen que disponer enormes sumas para rescatar a sus bancos, lo harán también.

Una vez puestas en marcha estas políticas expansivas, la pregunta fundamental es si van a ser lo suficientemente profundas como para generar un nuevo ciclo de crecimiento global, o si simplemente van a alargar una nueva irrupción de los problemas estructurales que subyacen al ciclo financiero. Desde luego, si nos tenemos que fiar de los resultados de dos años de políticas expansivas de la Fed, hay que dudar mucho de que los medios monetarios sean capaces, por sí mismos, de generar el grado de actividad económica que necesita la recuperación. Por el momento, lo que han logrado los estímulos es relanzar un miniciclo de crecimiento en las bolsas y mantener en torno al 0-1% los niveles de crecimiento en los EE UU. Es decir, cambiar la recesión por estancamiento. Los problemas que arrastra el capitalismo global desde la crisis de los ‘70 –exceso de capacidad productiva y de competencia, debilidad de la rentabilidad industrial, debilidad de la demanda–, y que volvieron a emerger con toda fuerza después de 2007 con el desplome de la ‘solución financiera’ post-burbuja tecnológica de 2001, son demasiado profundos como para resolverse con una inyección monetaria, por potente que sea. En realidad estas líneas políticas vuelven a mostrarnos que las potentes instituciones económicas diseñadas a lo largo del siglo XX tienen la suficiente fuerza como para contener los perfiles más fulminantes de la depresión. Pero también nos muestran que tanto su sumisión última a las caóticas y depredatorias dinámicas de la financiarización, como el altísimo grado de integración de los polos geográficos de la economía global, les impiden la composición de un ciclo de crecimiento ‘desde arriba’. Una vez más, como sucede en la escala nacional, vemos que la única manera de romper el largo impasse es un cambio político profundo, también a nivel global, en esa estructura de poder financiero a la que llamamos neo¬liberalismo.

De hecho, es bastante posible que la intención de los responsables de estas medidas no sea tanto abrir un ciclo de crecimiento, algo impensable sin una destrucción de capital coordinada a nivel global, como, siguiendo las grandes líneas de la geopolítica de la financiarización, redistribuir espacialmente los costes de la crisis. En este sentido, la agresividad de la decisión japonesa no es comprensible sin tener en cuenta que su intención es devaluar competitivamente el yen para relanzar las exportaciones en un envite a EE UU, pero también a China y a Corea del Sur.

Hay que tener en cuenta que para EE UU, la devaluación del dólar es siempre un dilema: por un lado, relanza las exportaciones, pero, por otro, siempre se arriesga a que parte de la descomunal masa de liquidez que captan los activos financieros denominados en dólares salga buscando otros productos financieros más rentables. Hay que recordar que el dominio americano de estos flujos y su centralización en Wall Street, y su sucursal en Londres, son la fuente principal del dominio americano de la financiarización. También conviene recordar que la última bajada significativa del dólar en el periodo 2007/2009 provocó la salida de flujos de capital financiero a corto plazo hacia los mercados de derivados en petróleo y alimentos, lo que, a su vez, provocó que Europa tuviera que subir tipos de interés y trasladar la crisis al continente, donde, al encontrar Alemania su posición dominante en ese modelo de obtención de beneficios al que llamamos “crisis del euro”, se ha quedado estancada.

Por lo que a nosotros toca, estos posicionamientos globales pueden abrir una nueva fase de la crisis en los países del sur de Europa. La apertura de un nuevo ciclo bursátil mediante las medidas expansivas ha aliviado la presión sobre los mercados de deuda, al producir una fuente alternativa de beneficios financieros. Esto significa que las primas de riesgo, tanto de España como de Italia, se han relajado significativamente. Y aunque el peso de la deuda pendiente es lo bastante grande como para ser determinante en la política de los próximos meses, Bruselas-Berlín va a tener que sacar adelante sus programas de austeridad, recortes y privatizaciones sin el instrumento disciplinario de la prima de riesgo.

En esta situación, y siempre teniendo en cuenta que en ausencia de ciclos significativos de crecimiento pueden volver los ataques a las primas en cualquier momento, los gobiernos del Sur van a intentar retrasar, nunca revertir, el programa económico de Berlín, que, por otro lado, y salvo giro político inesperado, va a intentar redoblar su política de descarga de costes de la crisis sobre los países del Sur.
Y es que, en este nuevo contexto económico, las consecuencias de sus decisiones políticas no dejan de volverse sobre Alemania, que ya se ha opuesto con todas sus fuerzas a las políticas japonesas, al secado progresivo de sus mercados del sur de Europa por culpa de la austeridad, a una crisis bancaria propia siempre alargada y a una limitación voluntaria y miope de las funciones del BCE. A lo que hay que sumarle una revalorización del euro frente a dólar y yen que daña aún más las exportaciones germanas. La solución que le queda a Ale¬mania para desplazar a futuro una crisis social interna cada vez más cercana es que su Estado siga financiándose comparativamente barato, y para eso es necesario que el sur de Europa se financie caro. Frente a esto, sólo una rebelión contra el Gobierno alemán y sus aliados en las finanzas puede poner a Europa en la vía de la recuperación.

3 de junio de 2013

SI LA RENTABILIDAD DEL BONO JAPONÉS SUPERA EL 2%... LEHMAN PARECERÁ UN JUEGO DE NIÑOS

EL INTERÉS SE DISPARA MÁS DE UN 90% DESDE ABRIL
María Igartua. Cotizalia

El 23 de mayo fue la primera vez en casi un año en el que los corredores de bolsa sufrieron un cuadro momentáneo de pánico, que se tradujo en un desplome del 7% del Nikkei. En ese momento se dieron cuenta de que no todo es vino y rosas en un mercado manipulado por bancos centrales, y menos si esto ocurre en los tres mayores del mundo: Estados Unidos, Europa y Japón.

La luz de alarma se encendió con la mayor caída de la bolsa de Japón desde eltsunami de 2011. Sin embargo, basta con echar un vistazo rápido al gráfico de la rentabilidad del bono nipón con vencimiento en diez años para constatar que el gobierno de Shinzo Abe está operando con una bomba de relojería que, si estalla, convertiría a la quiebra de Lehman Brothers en un juego de niños en comparación con el descalabro que podría exportar el país nipón.

Desde que el banco central del país anunció el 4 de abril el objetivo de duplicar la masa monetaria hasta alcanzar una inflación del 2% con inyecciones masivas de capital, básicamente con la compra de bonos, el interés de la referencia genérica japonesa, lejos de caer por debajo del 0,4% en el que se encontraba, se ha disparado un 93%, hasta el 0,85%, y ha llegado a tocar el 1%. Una curva que plasmada en el gráfico da vértigo.


Mientras que en el primer trimestre del año ya se han evidenciado los primeros efectos del Abenomics –como se conoce popularmente al plan impulsado por el primer ministro, basado en una agresiva política monetaria- y Japón ha publicado un incremento anualizado del producto interior bruto (PIB) del 3,5%, gracias al repunte de las exportaciones en un entorno de debilidad de la divisa –cae de los 78 yenes por dólar a finales de septiembre a los 102 yenes-, el mercado de deuda empieza a descontar la inflación que supondrá este crecimiento.

La deuda pública viva de Japón alcanza el 240% del PIB
“De momento, los bonos están donde se encontraban hace un año, pero la alarma ha saltado por la volatilidad que acompaña esta caída (el repunte de la rentabilidad es directamente proporcional al descenso del precio), con sesiones en las que se ha llegado a suspender momentáneamente la cotización por la vorágine de ventas, a pesar de la liquidez que suministra el Banco de Japón (BoJ) a las entidades financieras para que efectúen compras y de las adquisiciones directas del propio regulador”, asegura Francesc Ragolta, responsable de relación con clientes de Gesiuris."Si Japón incurriera en impago, el tsunami mundial sería de órdago, mucho mayor que el que provocó Lehman"

Esto ocurre porque la deuda pública viva del Gobierno japonés alcanza el 240% del PIB y el gasto en intereses, basado en los tipos registrados hasta ahora, es de alrededor del 20% del gasto del ejecutivo nipón. Así, si la rentabilidad del bono llegara al 2%, el gasto financiero se incrementaría sustancialmente y el Estado debería endeudarse más aún o reorientar las partidas de gasto, algo casi impensable en una sociedad con una pirámide de población tan invertida como la japonesa.

A esto hay que sumar que los bancos domésticos son los mayores tenedores de deuda del tesoro y las caídas en los precios de estos bonos les están consumiendo capital que tienen que dotar para afrontar posibles pérdidas, lo que está añadiendo más volatilidad al mercado.

Llegados a este punto, los riesgos son enormes. Teniendo en cuenta la descomunal cantidad de deuda pública viva, “o crece la economía con una inflación controlada, que es la mejor de las formas de reducir el saldo de deuda -explica Ragolta-, o el Gobierno japonés se va a encontrar con unos niveles de deuda inasumibles que pueden llevarle al impago”, asegura.

El 2% de interés del bono es la delgada línea roja del impago
En este sentido, el experto considera que mientras los tipos no excedan en demasía la zona del 2%, aunque la posibilidad es alta, la situación puede aguantar bajo control, pero si cruza esa barrera al alza, la situación pasaría a ser crítica, y no sólo para Japón.

“Si en algún momento en el futuro Japón incurriera en impago, el tsunami financiero mundial sería de órdago, mucho mayor que el que provocó la caída de Lehman Brothers”, advierte Ragolta, que asegura que para que se produzca un default no hace falta que no se venda un solo bono, sino que con no cubrir las subastas y verse el Tesoro nipón obligado a elevar tipos para alimentar la demanda, la factura del Gobierno subiría exponencialmente “y estamos hablando de un total de deuda pública viva de 8,5 billones de euros aproximadamente”, afirma.

Por otro lado, si la inflación aumentara de forma abrupta, los bonos emitidos en los últimos años no cubrirían la pérdida de poder adquisitivo que supondría este encarecimiento de los precios, con lo que la caída sería inevitable.

2 de junio de 2013

EL SUICIDIO MÁS CARO DE LA HISTORIA

Iroel Sánchez. La pupila insomne

En mi adolescencia leí una novela de Samuel Feijóo titulada La gira descomunal, por lo que estuve tentado a llamar con ese nombre este artículo. Pero por respeto a un autor que cumplirá el año próximo su centenario, cuya obra es una indagación constante en los misterios de los campos cubanos, decidí titularlo de otra manera ya que los protagonistas del tema que trato aquí son, a mi juicio, la negación misma de la cubanía.

La nueva política migratoria implementada por Cuba ha tenido un éxito indiscutible, puso a la defensiva varios de los pretextos propagandísticos con que se intenta demonizar la Revolución y sacó a la luz  las incoherencias de las legislaciones estadounidenses que durante décadas han buscando convertir la emigración cubana en un arma contra el gobierno que Washington intenta derrocar desde 1959. Sin embargo, Estados Unidos se ha empeñado en aprovechar -en función de la estrategia de “cambio de régimen” que impulsa contra la Isla- las regulaciones implementadas el pasado 14 de enero.

A pesar de las restricciones impuestas a la mayoría de los cubanos por las embajadas en La Habana de gobiernos que antes criticaban la política migratoria cubana, un selecto grupo de viajeros ha recibido visas rapit transit para participar, desde el exterior, en las operaciones de propaganda anticubana.

Los escenarios más lujosos en diversas ciudades de Europa y América se han destinado a voces que divulguen, desde espacios absolutamente controlados, la propaganda contra Cuba diseñada en los laboratorios de guerra sicológica de Washington. Así se pretende que un puñado de personas, amplificadas por grandes medios de comunicación, desacrediten el proceso de cambios emprendido en la Isla sobre la base de un amplio consenso popular.
La carencia de ética y la ausencia total de vínculos con el pueblo de estos personajes, ha sido reconocida por los propios diplomáticos norteamericanos acreditados en la capital cubana, como se muestra en los cables secretos del Departamento de Estado divulgados por la organización Wikileaks. Allí, el Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, afirma:
  • Muchos grupos de oposición son dominados por individuos con encumbrados egos que no trabajan bien en equipo
  • Las encuestas informales  que hemos hecho entre solicitantes de visas y refugiados muestran que las personalidades disidentes o sus agendas son prácticamente desconocidas
  • Cuando cuestionamos a los líderes disidentes sobre sus programas, no vemos plataformas diseñadas para llegar a amplios sectores de la sociedad cubana, sino que más bien dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día de los principales organizadores y sus seguidores claves
  • Si bien la búsqueda de recursos es su principal preocupación, la segunda más importante parece ser limitar o marginar las actividades de sus antiguos aliados de manera de reservarse el poder y el acceso a los escasos recursos
  • Los de la isla acusan a los exiliados de Miami y Madrid de tratar de organizar sus acciones  desde lejos y de no presentar cabalmente sus criterios ante los artífices de política de Washington
  • Son muy pocos los disidentes, si es que hay alguno, con una visión política aplicable a un gobierno futuro
  • Pese a que no lo admitirían, los disidentes son poco conocidos en Cuba fuera del círculo de los diplomáticos extranjeros y la prensa

Es obvio que se necesita renovar la desgastada propaganda contra la Revolución, particularmente en circunstancias en que –como expresión de su prestigio internacional- Cuba preside la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Con ese objetivo, no ha habido escrúpulos a la hora de generar proyectos, ni límites para despilfarrar el dinero de los contribuyentes norteamericanos hacia seguros fracasos, presentando una “nueva” contrarrevolución.

En un contexto de crisis económica -en que se recortan gastos sociales-, se han costeado pasajes aéreos en primera clase, alojamientos en hoteles cinco estrellas, salones de lujo, dispositivos de seguridad, asesoría de imagen, producciones audiovisuales y giras transatlánticas por más de una decena de países. Tampoco se han disimulado las intenciones de crear partidos políticos y medios de comunicación “independientes” que, por supuesto, justifiquen nuevas asignaciones de dinero en los presupuestos multimillonarios que aprueba el Congreso de estadounidense cada año para la subversión contra la Isla. La prensa norteamericana llegó incluso a intentar desenterrar la campaña de mentiras desatada alrededor del accidente de tránsito, responsabilidad de un ciudadano español, quien –en cumplimiento de un acuerdo bilateral- regresó a España tras ser juzgado con todas las garantías, según reconoció el propio Cónsul General de su país en Cuba. 

Para cualquier observador mínimamente inteligente toda esta alharaca no es, como se pretende, la expresión de una “naciente sociedad civil”, sino el intento de huir hacia delante ante el fracaso de las estrategias de subversión empleadas por el imperialismo contra la Revolución, el apoyo popular a la renovación de la sociedad cubana, impulsada por el liderazgo revolucionario, el descrédito de la contrarrevolución fabricada por Estados Unidos y su evidente desconexión social.

El resultado de tales maniobras ha sido un verdadero boomerang para sus promotores. Los personajes construidos mediáticamente por Washington, a fuerza de tecnología y dinero, no han podido mostrar  en ninguna parte las decenas de miles de seguidores que deberían tener, de ser cierto el protagonismo que los grandes medios de comunicación  atribuyen a algunos de ellos en Internet. Tampoco han podido dar explicaciones coherentes acerca de sus vínculos con el gobierno norteamericano, demostrados ampliamente en los documentos revelados por Wikileaks. Para colmo, sus patrocinadores han tenido quecensurar en más de una ocasión foros abiertos en las redes sociales ante las numerosas denuncias del carácter fraudulento de estos personajes. No pocas veces, de los muy controlados escenarios donde han sido exhibidas estas marionetas han sido excluidas violentamente personas que han querido expresar, de manera civilizada, alguna idea discrepante de sus mentiras sobre la realidad cubana, o han realizado una pregunta incómoda sobre sus vínculos con la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.

Para ocultar la realidad con la misma firmeza de quienes negaban la redondez de la tierra y suplantarla por dogmas, estos profesionales de la distorsión cuentan con el apoyo a prueba de disparates de los grandes medios de comunicación; verdaderos  guardianes de la fe que juegan el papel que en el medievo tuvo la inquisición como garante de la doctrina, demonizando disidencias y aplaudiendo fanatismos. Si verdaderos luchadores por los derechos humanos les recuerdan que envidian las conquistas sociales que disfrutan los cubanos, los Torquemadas de la red les responderán que se trata de “un mito“, y si su discurso de la “isla de los desconectados” se da de bruces con la noticia de  la ampliación del acceso a Internet en Cuba, entonces los discípulos de Goebbels escribirán en Twitter que el gobierno cubano “es especialista en la fabricación de titulares”.

Por supuesto, tanta mediocridad no puede quedar sin el premio correspondiente. Como era previsible, lo más recalcitrante de la ultraderecha internacional se ha exhibido junto a estos especímenes, que no se han ocultado para pedir más dinero y medios tecnológicos para las funciones que cumplen al servicio de EE.UU. y han llamado a aislar económica y políticamente el país donde viven, replicando el mensaje del gobierno al que sirven. En Europa, los sectores políticos partidarios de recortar los servicios de salud y educación y expulsar de sus casas a familias empobrecidas, han acudido a retratarse con estos personajes de guiñol. Paradojas asombrosas han ocurrido cuando representantes del gobierno sueco, instrumento de Washington en la persecución de Julian Assangehan recibido a algunos de estos personajes en un foro sobre la libertad en Internet, mientras barrios enteros de Estocolmo ardían como consecuencia de la protesta social. En España, la “líder” de las Damas de BlancoBerta Soler -arropada allí por la ultrarreaccionaria ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirrecalificó la Cuba prerrevolucionaria, gobernada por el dictador Batista, como “una joya de oro”. En Miami, Félix Rodríguez Mendigutía, uno de los mercenarios a sueldo de la CIA que participó en el asesinato del Che y en la invasión derrotada en Playa Girón, expresó su admiración por la “ciberdisidente” Yoani Sánchez.

El lobby anticubano del Congreso estadounidense, obsesionado con el bloqueo a Cuba,incluyendo a Ileana Ros-Lehtinen –inolvidable secuestradora del niño Elián González- recibió y abrazó tanto a Soler como a Sánchez, quien tiene el dudoso honor de ser la persona con mayor cantidad de menciones entre los colaboradores de las Embajadas norteamericanas en todo el mundo, según los documentos del Departamento Estado que se han podido conocer gracias a Wikileaks.

Miami se convirtió en escenario para una delirante competencia entre varios de estos personajes por atraer sobre sí la atención de la mafia anexionista radicada allí y ganar incrementos en las nuevas asignaciones de dinero que se acaban de dar a conocer por el gobierno estadounidense para la subversión en Cuba. La “pacifista” Soler acudió a un homenaje junto a la organización terrorista Alpha 66. Yoani Sánchez recibió allí, sonriente y satisfecha, la bandera de las barras y las estrellas que los cubanos arriamos para siempre el 1ro de enero de 1959. En la misma ciudad del Sur de la Florida, el huelguista de hambre profesional Guillermo Fariñas se arrodilló ante la tumba de Jorge Más Canosa, quien patrocinó durante décadas el terrorismo que ha costado más de tres mil vidas de cubanos.


Ante semejantes éxitos no queda más que agradecer a los organizadores de esta nueva campaña contra Cuba, por mostrar que este grupo de mediocres, antipatrióticos y mercenarizados, es con lo que cuenta Washington para derrocar la Revolución cubana. Gracias por hacer evidente ante los ojos del mundo un fraude descomunal que de ahora en adelante resulta inocultable. Lejos de contribuir a labrarse un futuro político, la contrarrevolución cubana -si alguna vez existió- acaba de protagonizar lo que tal vez sea el suicidio más caro de la historia. 

1 de junio de 2013

EL BANCO DE ESPAÑA PROPONE ACABAR CON EL SALARIO MÍNIMO INTERPROFESIONAL

Begoña Ramírez. InfoLibre

  • Plantea contratos por debajo de 645,30 euros al mes para los parados de larga duración
  • La CEOE ya pidió en 2011 un contrato de aprendiz por debajo del SMI
  • Alemania debate crear un sueldo mínimo para luchar contra la precarización de su mercado laboral
  • El SMI español es de los más bajos de la UE y la mitad que el francés
  • Linde también quiere que las empresas puedan incumplir “temporalmente” las condiciones salariales de los convenios colectivos

El Banco de España vuelve a preocuparse por los problemas del mercado de trabajo nacional. Como su predecesor en el cargo, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que no se cansó de reclamar una reforma laboral “ambiciosa”, Pablo Linde ha aportado una nueva sugerencia en la materia: acabar con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). 

En su memoria de 2012, el organismo supervisor propone que se permita a las empresas contratar por debajo de los 645,30 euros mensualesen que está fijado este año el sueldo mínimo. El Banco de España lo plantea sólo como “mecanismo excepcional” y para que el paro de larga duración se convierta en un fenómeno “crónico”. A su juicio, el SMI actúa “como una restricción para grupos específicos de trabajadores con mayores dificultades para su empleabilidad”.

No es ésta la primera vez que se lanzan dardos contra el Salario Mínimo Interprofesional. Ya en noviembre de 2011, el vicepresidente de la CEOE Javier Ferrer quiso recuperar la figura del aprendiz, jóvenes que cobraran “300, 400 o 500 euros” hasta que acabaran su periodo de formación.

También el traslado de los minijobs alemanes –un máximo de 15 horas semanales a cambio de 400 euros– a España ha sido una posibilidad instigada de forma intermitente tanto por la patronal como por algunos economistas. Sin embargo, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, la descartó en su momento: “Ningún joven puede cobrar menos del Salario Mínimo Interprofesional”, aseguró en su primera comparecencia en la Comisión de Empleo en el Congreso, en febrero de 2012.

Debate en Alemania
La sugerencia de Linde llega precisamente cuando en Alemania se debate la conveniencia de instaurar un Salario Mínimo, a la vista de la precarización sufrida por mano de obra en los últimos años. La cuarta parte de los trabajadores alemanes cobra menos de nueve euros por hora, 1,4 millones no llegan a los cinco. La Cámara Alta alemana aprobó el pasado mes de marzo un tope mínimo salarial de 8,5 euros por hora. El español es ahora de sólo 2,67 euros. Los conservadores de Angela Merkel se oponen a la medida.

España es uno de los países de Europa con el SMI más bajo. En Francia es de 1.425,67 euros, y en Luxemburgo, el más alto, alcanza los 1.801, 49 –ambos con 12 pagas, los 645,30 españoles incluyen 14–. Este año ha subido un 0,6%. En 2011 quedó congelado. En la campaña electoral de 2007, José Luis Rodríguez Zapatero prometió que en 2013 el SMI sería de 800 euros. Las políticas de austeridad han dejado esa cifra casi en el terreno de la ciencia ficción. E incluso resurgen las voces que piden su supresión de facto.

Más desregulación laboral
Pero la propuesta del Banco de España es, en realidad, más amplia. Pide una aún mayor desregulación de las relaciones laborales. También sólo para “casos especiales”. Quiere “fórmulas nuevas” para incumplir –lo llama “desviación temporal”– las condiciones salariales establecidas en los convenios colectivos. Cree que así se creará empleo a corto plazo, introduciendo “flexibilidad salarial”. La reforma laboral ya permite modificar la cuantía de los sueldos y cambiar la estructura de las retribuciones –parte fija, parte variable, complementos–, también descolgarse del convenio colectivo.

Tampoco le parece adecuado al Banco de España que, cuando se recupere la economía, los convenios vuelvan a subir los sueldos según lo haga la inflación. Un índice, el IPC que la patronal y el Gobierno quieren que deje de servir para actualizar los salarios privados, pero también los precios, las pensiones y las rentas públicas.

"No cumple con sus funciones"
El secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, reprochó ayer al órgano supervisor que pretenda "sacar a España del modelo social europeo y avanzar hacia un modelo semiesclavista en el que los trabajadores no tengan derechos ni salarios dignos”.

A su juicio, el Banco de España actúa como “un centro doctrinario al servicio de las grandes corporaciones empresariales y de las grandes entidades financieras”. También le acusa de no haber sabido “prever los efectos del estallido de la burbuja inmobiliaria”. "En lugar de cumplir con sus funciones", destaca Ferrer, el órgano encabezado por Pablo Linde "plantea una nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral y a la devaluación salarial que está imponiendo la UE y el Gobierno del PP”.