Alfredo Jalife-Rahme. La Jornada.
Las relaciones
entre Barack Obama y Vladimir Putin colisionaron a partir del asilo de Edward
Snowden en Rusia. ¿De cuántas cosas no se habrán enterado en el Kremlin sobre
las intenciones desestabilizadoras de Estados Unidos (EU)?
Toda la mutua
confianza establecida de Obama con Rusia mediante la famosa perezagruzka (reactivación) se derrumba en Ucrania por el reparto
multipolar del nuevo (des)orden mundial.
La perezagruzka de
Obama no se confina a Ucrania –quizá la parte más exquisitamente sensible por
su frontera de mil 576
kilómetros con Rusia y sus lazos históricos y
culturales– y su dinámica se extiende a Siria y Venezuela, como declaró sin
ambages Obama en Toluca (19/2/14), donde arremetió contra Putin tres días antes
del derrocamiento del gobierno elegido en Ucrania y un día antes de la clausura
de los Juegos Olímpicos de Sochi. El cronograma geopolítico es prístino.
Sin remontarnos
10 años atrás, a la
revolución de coloren Kiev patrocinada por el megaespeculador George Soros, a mi juicio, los eventos no empezaron en Ucrania a escala local/regional el 22 de febrero, sino se detonan con la derrota geoestratégica de Obama en Siria, lo cual obliga(ba) a un revire de EU en la parte más ultrasensible de Rusia.
Obama había
amenazado con una guerra
limitadaen Siria, que hubiera desembocado en una Tercera Guerra Mundial, y curiosamente fue rescatado in extremis por el zar Putin, quien le dio una salida airosa con el desmantelamiento de las armas químicas en Siria –soslayando la posesión de armas atómicas por Israel, no se diga de sus armas químicas y biológicas.
A menos de nueve
meses de las elecciones intermedias en noviembre, Obama –a quienes muchos
consideran un presidente sin cartas en la mano (“lame duck”)– estaba
obligado a demostrar la vigencia de EU en el reacomodo del nuevo orden
multipolar, donde estaba perdiendo la partida frente a los BRICS. Pero se le
pasó la mano.
Si se interpreta
correctamente su conferencia de prensa en Toluca, el revire de Obama se
escenificó en tres lugares simultáneos donde Rusia conserva(ba) una relativa
influencia: Ucrania, Siria y Venezuela –sin contar el espectacular acercamiento
del general Sisi, el nuevo faraón de Egipto, quien visitó Rusia 10 días antes del
golpe de Kiev: al estilo paraguayo con mezcla hondureña que óptimamente maneja
el Departamento de Estado con los cuentos texanos de la
democraciay los
derechos humanosdiseñados para cándidos en geopolítica.
Aunque se
encuentra en su fase disfuncional, Egipto es el alma del mundo árabe y puede
recuperar sus laureles de antaño en África.
La pérdida de
Egipto por Obama tiene implicaciones mayúsculas en la geopolítica global. Y
aquí es donde empieza a dibujarse lo que está(ba) en juego en Crimea, mucho más
importante que Ucrania misma: el puerto de Sebastopol, sede de la flota rusa en
el Mar Negro, que lo conecta con el Mediterráneo; es decir, con el puerto
rusode Tartus, en Siria, y la nueva conexión con el general Sisi en Egipto: toda la geopolítica rusa en el
Gran Medio Oriente, donde se empieza a replegar Obama tanto en Afganistán como en Irak.
Mas allá de que
el depuesto presidente Yanukovich –quien sin ser trapecista osó saltar al vacío
acrobático entre EU, la
Unión Europea (UE) y Rusia– haya firmado un humillante
acuerdo con Chevron para la explotación del shale gas por
10 mil millones de dólares (Reuters, 5/11/13), Kiev, la capital filoeuropea,
ostenta legítimas aspiraciones que lamentablemente han sido mancilladas por la
prevalencia de grupos neonazis en los que EU
invirtió5 mil millones de dólares, a confesión de la asistente del Departamento de Estado, Victoria Nuland, esposa del súper halcón neoconservador straussiano Robert Kagan, y quien mandó a freír espárragos a los europeos con su indeleble frase “ fucking Europe”, con el fin de colocar a su marioneta fondomonetarista en el poder.
Sin entrar a la
insoluble discusión bizantina sobre el sexo de los
ángelesdel nuevo régimen en Kiev –si fue
golpede Estado y/o una
revoluciónúnicamente a nivel del Poder Ejecutivo–, es difícil retroceder el reloj geoestratégico.
Hubiera sido
ingenuo pensar que unla
República Autónoma de Crimea (a mayoría rusa), donde tiene
una estratégica presencia militar en el puerto de Sebastopol.
cambio de régimenen Kiev decididamente a favor de EU/OTAN/UE no hubiera tenido consecuencias en el Kremlin, donde el contra-revire esperado de Putin vino después de Sochi con la consolidación de la presencia rusa en
El jaque de Obama
a Putin en Kiev fue temerario y ponía en peligro la existencia misma del
régimen ruso, como ha externado metafóricamente Zbigniew Brzezinski, ex asesor
de Seguridad Nacional de Carter e íntimo de Obama: la captura de Moscú pasa por
Kiev.
¿Realmente
creyeron en Washington que Putin hubiera aceptado la presencia de la OTAN en Ucrania, un
verdadero casus belli?
Una cosa es que
Ucrania –étnicamente fracturada en su parte occidental filoeuropea y su parte
sureña/oriental filorrusa– pertenezca mercantilmente a la UE y/o a la Unión Aduanera
rusa, pero otra cosa es la presencia de la OTAN en la frontera rusa.
El veterano ex
diplomático indio MK Bhadrakumar, quien colige los movimientos geopolíticos en
Eurasia, considera que “Putin desmontó el bluff de las sanciones de Obama” cuando
el zar ruso comentó que
en el mundo de hoy, donde todo está interconectado y cada uno es dependiente del otro de una u otra forma, nos podemos desde luego infligir daño uno al otro, pero este daño será mutuo.
Sergeï Glazyev,
consejero del Kremlin, advirtió que Rusia reducirá
a cerosu dependencia económica con EU si Washington impone sanciones contra Rusia, lo que llevaría al crash del sistema financiero de EU (Le Monde, 4/3/14).
Una fuente del
Kremlin, según la agencia rusa RIA Novosti, indicó que el punto de vista de
Glazyev era
una opinión personal y no constituía la posición oficial del Kremlin.
A mi juicio,
Rusia puede desprenderse de sus bonos del Tesoro de EU por 200 mil millones de
dólares y cesar la compraventa del petróleo con el dólar. ¿A quién le conviene?
Sin importar las
intenciones de EU/OTAN/UE, el contrarrevire de Putin en Crimea impide la presencia
de la OTAN , no
se diga después de apoyar las veleidades independentistas de la parte oriental
rusófila.
Todo lo que sigue
es negociable y es probable que se encamine a un complejo triple acomodamiento,
como el mismo Brzezinski ha expresado en Twitter: 1. Entre los grupos de la
oposición nada cohesivos que han sido rebasados por la punta de lanza neonazi
(es inadmisible que EU/OTAN/UE apoyen un gobierno ultrafascista en cualquier
capital europea y del mundo, solamente con el fin de desestabilizar a Rusia);
2. Entre la UE
(léase: Alemania tan dependiente del gas ruso) y Rusia, tomando en cuenta los
intereses de las
dos Ucraniasy Crimea, y 3. Entre EU y Rusia.