22 de abril de 2012

FUNCAS PREVÉ AL MENOS DOS AÑOS DE RECESIÓN EN ESPAÑA

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Echo en falta en el análisis de Funcas el efecto que la participación cruzada de las empresas del Ibex va a tener como reforzador de la crisis capitalista del Estado español.

Al perder gran parte de su valor algunas de estas empresas –Repsol, Telefónica, Caixabank,...- en los desastres bolsísticos que pronto nos llevarán a valores bursátiles de 2003, el resto de las grandes empresas con participaciones accionariales cruzadas con las más afectadas, sufrirán el efecto dominó de pérdida de valores, incrementando la profundidad de la crisis.

La “solución” de segregar dichas participaciones cruzadas no parece demasiado eficaz, toda vez que generará un debilitamiento del valor de cada una de las grandes empresas del Ibex en particular.

Conviene señalar también la velada satanización que hace Funcas de algunas partidas del gasto social (pensiones, prestaciones de desempleo), lo que ayudará al PP a encontrar “justificaciones” en nuevos recortes al salchichón del Estado del Bienestar, al que apenas le queda ya algo más que la cuerda.

En todo caso, bienvenidos a la nueva pincelada al escenario del horror que nos pinta esta fundación de las moribundas cajas de ahorros



FUNCAS PREVÉ AL MENOS DOS AÑOS DE RECESIÓN EN ESPAÑA

Augura una caída del PIB del 1,5% y 6 millones de parados en 2013


Carlos Molina. Cinco Días
La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) ha presentado un panorama todavía más sombrío para la economía española que el augurado a mitad de semana por el FMI. El organismo presidido por Christine Lagarde estimó que el PIB se contraerá un 1,8% y volverá a tasas positivas el año que viene, con un tímido avance del 0,1%. Un escenario muy optimista para Funcas, que en la actualización de las previsiones hecha pública esta mañana estima que la economía española estará en recesión al menos dos años, con descensos del PIB del 1,7% y del 1,5% respectivamente.


"La elaboración del escenario ha partido de la introducción de nuevos recortes de gran calado en el gasto público y de incrementos sustanciales en el IVA e impuestos especiales hasta llegar al objetivo del 3% del déficit", apunta el documento. De este modo, los técnicos de Funcas dan por descontado que las medidas fiscales aprobadas hasta ahora, como el incremento del IRPF, del IBI o la amnistía fiscal no serán suficientes para compensar la caída de los ingresos, por lo que será necesario tocar otros tributos, como los especiales o el IVA, cuyo tipo general se encuentra en el 18%, tres puntos por debajo de la media europea. Al contrario de lo que ha previsto el Ejecutivo, Funcas considera que el período más intenso de la recesión se producirá en el segundo y en el tercer trimestre del año y no en los tres primeros meses de este ejercicio.


El informe constata que, pese a las medidas, el déficit no bajará del 6,2% este año, un punto por encima de lo comprometido con Bruselas, "debido a la inercia de importantes partidas de gasto como las pensiones, las prestaciones por desempleo o los intereses por la deuda y al poco tiempo que queda para implementar las medidas que se adopten, especialmente por parte de las comunidades autónomas". Funcas matiza que la caída del 1,5% prevista para el próximo año "es la que correspondería a un escenario de cumplimiento del objetivo de déficit del 3%", con lo que se pone en el escenario más pesimista.

La peor parte de la prolongación de la recesión se lo va a llevar el mercado de empleo, en el que se destruirán puestos de trabajo este año y el que viene. En sus previsiones apuntan a que la tasa de paro escalará al 26,3% de la población activa en 2013, lo que supondrá que se superarán los seis millones de parados. Esta caída del empleo, junto con la subida del precio de la energía y el aumento de los impuestos que incluye el escenario de previsión harían retroceder el consumo un 2,1% este año y un 2,7% el próximo. A pesar de ello, el informe apunta que la tasa de ahorro de las familias sufriría un descenso significativo.

21 de abril de 2012

GHETTO DE VARSOVIA: NUESTRA MEMORIA CON LOS SITIADOS INSURRECTOS

judiosantisionistas.org
El ghetto de Varsovia fue establecido por las tropas nazis que ocuparon Polonia en octubre de 1940. Durante los 3 años de existencia se estima que de las 400.000 personas que lo habitaron, fueron reducidas por deportaciones a campos de exterminio, por asesinatos y fusilamientos, a 50.000. Pero en ese rincón de Varsovia, en ese territorio hostigado, acosado y atacado, tuvo lugar una de las primeras revueltas masivas contra la ocupación nazi: el levantamiento se inició el 19 de abril de 1943.

Polonia era una parte más de los distintos países y territorios donde se libraba el espanto de la guerra. El Partido Socialista Polaco protestaba enérgicamente contra los persecuciones, y resistentes polacos ayudaron a los sitiados, tanto entrando en el ghetto como proporcionando medicamentos y armas. Se conformó el Comité de Ayuda a los Judíos, en el que se coordinaban varias organizaciones, incluso el comité de justicia del gobierno civil clandestino polaco, emitió varios decretos y condenas a muerte a quienes delataran o entregaran judíos a las tropas nazis. La población polaca sufría asimismo de los peligros y la represión que ejercían el ejército ocupante. La eliminación de los colaboradores con los nazis, se hacía saber mediante octavillas y carteles, y, junto al nombre figuraban los motivos de la condena.

Los gobernadores alemanes en Polonia, trasladaron al barrio judío de Varsovia, judíos de otros distritos y poblaciones cercanas. Inicialmente el perímetro fue cercado con alambres de púas y posteriormente levantando un muro de 3 metros de altura y 18 kms. de largo…

El ghetto era parte de la cadena de terror y destrucción de la política nazi. Dentro de los muros del ghetto, de acuerdo a la documentación recuperada, a los testimonios de los sobrevivientes, y la difusión que se expandía fuera del mismo, desde los primeros pasos del aislamiento, se iniciaron también caminos de resistencia.

Bajo el lema vivir con dignidad y morir con dignidad, y con una ajustada organización social, se trató de dar cabida a las múltiples necesidades de sus habitantes. Así funcionaba una biblioteca central, consultorios médicos, un instituto clandestino, un círculo dramático, se organizaban recitales poéticos, conciertos; obras de teatro y exposiciones de arte.

La vida cultural incluía periódicos clandestinos, que eran editados en polaco, en hebreo y en yidish. Se realizaban asimismo, ceremonias religiosas, tanto en lugares abiertos como en las casas de los rabinos; llamativamente había una iglesia construida para los judíos convertidos al catolicismo; se distribuían noticias del frente, había un receptor de radio; a pesar de todos los obstáculos se celebraban fiestas obreras, los comités de inmuebles ubicaban a los que llegaban según las urgencias, pero también construían refugios y planificaban la compra de armas. Se construían pasadizos y subterráneos secretos, se colocaban minas, etc. Es de destacar la labor de archivo de la documentación de los que vivieron en el ghetto, encontrándose numerosos ensayos, trabajos escolares, colecciones de arte, recetas, entradas de teatro, periódicos clandestinos, cartas, diarios personales, etc. Esta documentación fue escondida en tres partes distintas de las que se recuperaron dos.

En todas y cada una de las actividades trataba de rescatarse la vida frente al hambre, a las enfermedades, a los ataques nazis… En diciembre de 1942 se llegó a un acuerdo entre las diversas asociaciones. Así la resistencia judía clandestina se agrupó en dos organizaciones, por un lado, la Organización Judía de Combate, y por otro, el Comité Judío de lucha, un bloque antifascista, para preparar la respuesta por la vía armada.

La dificultad de conseguir armas generaba actos de heroísmo indescriptibles. Las batallas desproporcionadas cuerpo a cuerpo, con bombas de fabricación casera, la lucha de guerrilla, la resistencia en las cloacas…

Tres semanas de titánica lucha que acabó con la derrota de la resistencia, fueron incendiadas todas las casas y los nazis dinamitaron la sinagoga Tlomacki como signo del fin de la existencia del ghetto de Varsovia. Según los datos del jerarca nazi Stroop, informaba que tras el levantamiento 56.065 judíos fueron capturados durante los días de enfrentamiento y 631 búnkeres destruidos; entre 5.000 y 6.000 judíos murieron en combate, 7.000 fueron fusilados y otros 7.000 fueron deportados a campos de exterminio.

Estimaciones posteriores puntualizaron que también murieron 300 soldados alemanes.
Hasta aquí un relatoría memoriosa posibilitada por las voces que no sólo atravesaron el muro, atravesaron fundamentalmente el olvido y la manipulación.

Y llegados hasta aquí, la indignación por aquella barbarie nazi aún perdura porque con iguales tácticas de separación, aislamiento y cerco, se extiende un nuevo muro de la vergüenza que aísla Cisjordania y Gaza deparando a la población palestina, perjuicios inauditos. Han establecido el recurso perverso del apartheid contra los palestinos que son avasallados a vivir en un cárcel territorial impuesta por el sionismo negacionista de los derechos históricos de un pueblo, que con similares sufrimientos y esperanzas, encara un combate desigual, como antaño lo hicieran los resistentes de Varsovia.

El periódico del BUND (partido socialista judío antisionista) llevaba en su cabecera la consigna “Por nuestra libertad y por la vuestra”; y tenemos la absoluta convicción que en la misma contenía y contiene toda resistencia contra la injusticia y el oprobio.

Por todo lo anterior, queremos también como miembros de IJAN, Red Internacional Judía Antisionista, en estas líneas rendir un homenaje sin exclusión, a todos los inolvidables combatientes del ghetto de de Varsovia, y en especial a todos aquellos omitidos de la historia construida por sionismo.

Y porque esta historia no conoce aún un final digno en tanto y cuanto continúe el plan de exterminio del Estado de Israel sobre el pueblo palestino, cerramos provisionalmente estas líneas con Marek Edelman, adjunto de la insurrección y uno de los sobrevivientes del ghetto de Varsovia, (fallecido en esta ciudad, octubre 2009) , quien declaraba “Es en Israel donde nuestro recuerdo corre peligro de perderse”.

Fuente: http://www.judiosantisionistas.org/ http://acjp.cat/

17 de abril de 2012

MAYO DE INCERTIDUMBRES Y COMBATES NECESARIOS

Por Marat
No hace mucho abordé la cuestión de los retos para el sindicalismo y las izquierdas tras la exitosa Huelga General del 29M, los salvajes Presupuestos Generales del Estado (PGE) que entonces apenas eran una amenaza inconcreta y del futuro rescate de España (1)

Aquellas reflexiones sobre la huelga estaban marcadas por la urgencia y a la inmediatez del momento y acusaban la inmadurez de un análisis que hubiera necesitado una segunda revisión más profunda y meditada respecto a desafíos y propuestas.

En cuanto a los Presupuestos Generales del Estado y a la brutalidad de la agresión social que representaban seguramente me quedé corto. Atacaban directamente a la sanidad, la educación, la protección social, la investigación, desarrollo e innovación, la cultura y todo aquello que hace de la vida algo deseable y merecedor de la existencia. Un camino seguro hacia mayores dosis de injusticia, desigualdad y miseria de los trabajadores y los sectores más desprotegidos (rentas bajas, parados, precarios de diversa condición,...).

Respecto al futuro rescate del Estado español parece que el desenfrenado ascenso de la prima de riesgo por encima de los 400 puntos por los ataques especulativos del lunes 9 y el martes 10 de Abril (el lunes 16 la prima de riesgo se encaramó hasta los 443 puntos básicos), la desconfianza de los burócratas de Bruselas y el BCE y los malos modos de un Sarkozy en peligro de reelección y buscando un chivo expiatorio frente al mal francés, señalan que la hora del rescate está próxima.

La expropiación de la petrolera YPF que la Presidenta Argentina Cristina Fernández de Kirchner acaba de anunciar de realizar es la puntilla definitiva que le quedaba por llegar a la economía española antes de su ya inminente rescate o intervención, como prefieran llamarlo. Las advertencias previas y la reacción posterior del gobierno español a esta decisión de soberanía argentina son la expresión más evidente de hasta qué punto el Estado capitalista lo es de clase y de defensa de los intereses de una clase concreta: la burguesía.

Algunos retazos sobre el momento:
Una moviola acelerada de las jugadas más interesantes nos ha mostrado en apenas una semana (entre el 3 y el 11 de Abril) el escenario de un recorte de 27.000 millones de euros (PGE) destinado a calmar al capitalismo, otro hachazo de 10.000 millones más anunciados en sanidad y enseñanza, la desconfianza más profunda de las instituciones al servicio de Alemania respecto a la economía española, los análisis más catastrofistas de los i-nexpertos económicos, la provisión de fondos para la deuda del Estado español a un tipo de interés del 6%, el desplome de la bolsa de valores, la espantada de un Presidente del Gobierno huyendo de la prensa hacia el garaje del Congreso de los Diputados, las amenazas de jibarización del Sistema Nacional de Salud (SNS), la subida del abono transporte en un 30% en Madrid (el que usamos a diario la clase trabajadora), el globo sonda de Luis De Guindos para empobrecer el SNS, alejando de él a las clases medias y altas, y la llamada-avanzadilla de las decisiones próximas de su partido por parte de Esperanza Aguirre a la recentralización del Estado en un país cuya pluralidad es su razón de seguir existiendo.

Tomen aire, respirando profundamente del largo párrafo, del momentazo PP-coyuntura-instantánea del devenir de la más aguda crisis económica que hemos conocido desde tiempos inmemoriales y amárrense los machos porque esto son sólo los entrantes del sinnúmero de raquíticos platos que la “nouvelle cousine” capitalista nos depara a los trabajadores.

El escenario descrito se produce sin que se haya dado respuesta al problema agudo del sistema financiero español , que no es sólo de las Cajas sino que afecta a la solvencia del conjunto de las entidades bancarias, del descenso de la productividad y la confianza de los españoles en la recuperación económica y en las medidas del Gobierno, del consumo y del incremento del paro y el endeudamiento de las familias de bajos recursos.

En lo internacional rebrota el lepenismo francés y una pseudoradicalidad de protesta en la izquierda-protesta que se queda muy por dentro del círculo de la legalidad burguesa-, se incrementan los ataques xenófobos y racistas contra inmigrantes, crece el euroescepticismo, las primas de riesgo se disparan también en Italia, Estados Unidos acusa una ralentización en la creación de empleo y América Latina acusa una desaceleración del crecimiento.

De vuelta al panorama local nos encontramos con uno de los momentos de menor credibilidad del Gobierno central –véanse las abiertas críticas de sus epígonos mediáticos en las dos últimas semanas-, en el período de menor esperanza respecto a la recuperación económica, con un descenso acusado del consumo y la productividad, el incremento de las cifras de paro y de endeudamiento de las familias y la permanencia de la sequía de flujo del crédito hacia particulares y empresas.

Hechos inquietantes en el horizonte inmediato:
Tres elementos inquietantes amenazan a las perspectivas de rebeldía y combatividad abiertas en torno a la fecha de la huelga del 29M:

En primer lugar, el previsible acuerdo PSOE-IU en torno a la formación del próximo gobierno andaluz bascula entre un pacto de legislatura y un acuerdo de gobierno, polarizándose especialmente hacia el segundo.

Lejos de ser cualquiera de las fórmulas el origen de un espacio de resistencia frente a las políticas liberales del PP y de la clase social a la que éste representa, ambas pueden representar el canto del cisne de la coalición que dirige Cayo Lara.

En el marco de un PSOE que lanza mensajes confusos de colaboración y entendimiento y, a la vez, de confrontación –líneas rojas de sanidad y educación, que podría fácilmente a romper con su insistencia en demandar pactos en dichas materias-, de unos sindicatos mayoritarios que lanzan el aviso a IU de que la mera votación de investidura a Griñán limitaría a la coalición al “derecho a la pataleta” y, principalmente, de un PP que amenaza con intervenir a las Comunidades Autónomas si no se pliegan a sus políticas brutales de austeridad y recortes sociales, la esperanza de una política autónoma y alternativa frente a este estado de cosas es un espejismo interesado al que, tal vez, algunos deseen sucumbir por sus ansias de tocar poder. Nadie con dos dedos de frente se imagina un gobierno presidido por un dirigente del PSOE abanderando una rebelión institucional y social. Son de sobra conocidos los límites de la disidencia de este partido. El miedo a ser desbordado ante una posición de protesta guarda su acomodada viña.

En segundo lugar, silencio de CCOO y UGT tras la huelga general del 29M, que ya supera las dos semanas de atonía movilizadora, a pesar del natural parón de la Semana Santa, y sus llamamientos al entendimiento, el diálogo y la negociación con el Gobierno no son un buen presagio.

El deseo de lograr la unidad de acción en la lucha puede permitir cierto umbral de tolerancia hacia la falta de claridad en las posiciones de los sindicatos mayoritarios. Desde ese anhelo podemos entender que CCOO y UGT pretendan cargarse de razones en relación con la total carencia de sensibilidad del Gobierno respecto al coste social de sus políticas antes de volver a las movilizaciones. No serían necesarias cuando la realidad y la comprensión de la misma por los trabajadores ponen de manifiesto que no hay nada que esperar de este gobierno.

Extraña en demasía el olvido por parte de ambos sindicatos de su anuncio de movilizaciones sostenidas en el tiempo, del 1º de Mayo como fecha límite de espera a la respuesta de diálogo del Gobierno y de exigencia de derogación de la Reforma Laboral que muy pronto se convirtió en una demanda de negociación sobre la misma.

En tercer lugar, y quizá sea este elemento inquietante el que presenta un semblante más amenazador, empieza a escucharse, desde distintos ámbitos, pero de un modo especialmente señalado desde el entorno PP y PSOE, un discurso todavía difuso pero que levantará con fuerza creciente su voz en las próximas semanas de un Pacto de la Moncloa bis.

El Presidente de Extremadura, señor Monago, es por ahora la figura visible más destacada que actúa de avanzadilla a esta propuesta (2) pero también llega desde las cocinas mediáticas y desde grupos de presión ligados a la patronal. Tiene su correspondencia en las actitudes de sentido de la responsabilidad y los llamamientos a acuerdos de los gestores políticos del PSOE y de los principales dirigentes sindicales.

Se expresa a través de lugares comunes como “el sentido de Estado”, "el interés general del país”, "la excepcionalidad y gravedad de la situación”, “la necesidad de estar unidos ante las amenazas” o “de ser una única voluntad ante las autoridades europeas y los mercados”. Vieja cantinela caducada que nos vendieron en su día hace 35 años y que, si funcionó entonces retrasando el momento de las sucesivas crisis que luego llegaron y creó el espejismo de recuperación y bienestar, hoy no funcionará porque la crisis del capitalismo actual es mucho más global y profunda y no ofrece ninguna salida de la que los trabajadores puedan sacar algún provecho en cuanto a su situación económica, social, laboral o de seguridad y protección legal. Antes bien la reedición de aquellos pactos, en los que se trata de involucrar a partidos (no sólo el PSOE), sindicatos y Comunidades Autónomas, busca convertir en cómplices del inevitable desastre a quienes debieran estar llamados a presentar batalla frente a las medidas antisociales y a abrir caminos a la protesta social.

De nuevo, frente a todo esto ¿qué hacer?:
Ésta será siempre la eterna pregunta de quienes, ante una coyuntura que socava la legitimidad del sistema económico y político y de sus bases sociales e ideológicas, se plantean una ruptura con el régimen que vaya más allá de los hechos objetivos para generar la hegemonía de una nueva subjetividad colectiva capaz de impulsar el proyecto revolucionario.

Como aliado más poderoso contamos con la agudización de la crisis sistémica en el contexto internacional y específicamente en el Estado español. Lo que en sí mismo es un hecho gravísimo tiene la virtud de abrir oportunidades a la protesta, la agitación y la revuelta -siempre con el generoso permiso del Ministro del Interior Jorge Fernández Díaz (3)-, nacidas de la desesperación, la rabia y la creciente convicción de amplios sectores de la clase trabajadora de que es preferible batirse en rebeldía que esperar a ser llevados como borregos al matadero.

La situación internacional y las medidas que cada día toma este gobierno no cesan de darnos motivos para esa rebelión.

Con todo, ello no es suficiente, ni mucho menos.

Es necesario, en primer lugar, sortear y enfrentar las trampas que nos van a venir desde las “izquierdas sistémicas” y desde los sindicatos mayoritarios que aún no han cambiado el chip del sindicalismo de concertación a otro mucho menos certero pero indudablemente más necesario para un momento de agudización de la lucha de clases por parte del capital.

Ante el silencio sindical, que ya es atronador, tras los sucesos de Abril y el paréntesis obligado, más que pasado, de la Semana Santa, toca agitar las aguas del sindicalismo burocrático y también del alternativo, demasiado tiempo ya autosatisfechos de la gloriosa del 29M.

Han transcurrido tres largas semanas y no escuchamos el ruido de la calle. El fragor de la protesta de las organizaciones de los trabajadores está dejando, ante tanta agresión y desastre demasiada paz de cementerios. La clase obrera no puede permitir que se consagre, de nuevo, la jugada posterior al 29 de Septiembre de 2010.

Es necesario que desde las bases del más amplio movimiento sindical del Estado surja ya un nuevo calendario de movilizaciones, en el que la fecha de la próxima Huelga General aparezca en el horizonte, proclamando un nuevo hito en las luchas de la clase trabajadora. El calendario y la fecha deben ser impuestos a las direcciones burocratizadas y del movimiento sindical y ha de activar la tensión muscular y nerviosa que debe recorrer al cuerpo entero de nuestra clase.

Seguramente, la mayoría sindical vasca, el sindicalismo nacional gallego, la lucha de los trabajadores andaluces, puedan marcar el ritmo y el dinamismo inicial, como ha sucedido anteriormente, a unos sindicatos mayoritarios en el Estado español que hace mucho dejaron de ser vanguardia de las luchas obreras pero que son claves para el éxito de las siguientes convocatorias. El sindicalismo alternativo podría ser el flanco estatal necesario de esa presión sobre CCOO y UGT, si son capaces de superar el sectarismo que les lleva a confundir oponentes con enemigos de clase y objetivos centrales de la lucha con ajustes de cuentas que están fuera de las necesidades que el momento nos exige a los trabajadores.

La rabia y la ira se acumulan en nuestros corazones proletarios y necesitan salida, dirección, proceso de acumulación de fuerzas, proyecto de lucha sostenida en el tiempo y estrategia política.

En torno a las manifestaciones del 1º de Mayo es necesario articular el punto de arranque de unas manifestaciones en todo el Estado superiores a las que se dibujaron alrededor del 29M y en el día de la huelga. Esas movilizaciones, por su contenido reivindicativo, de luchas, consignas y expresiones, podrían ser la clave que, desde los trabajadores, y no desde otros “extraños” movimientos paralelos y con frecuencia antisindicales, muestren la radicalidad de nuestra decisión combativa como clase. Es la hora de expresar que los trabajadores estamos a la altura de lo que la historia nos exige en este preciso momento.

Surge, cada vez con mayor fuerza, la demanda de huelga indefinida, como expresión de una mezcla de ira y frustración ante la incapacidad colectiva de parar los golpes del capital, que hace ruido mediático en las redes sociales y entre colectivos muy minoritarios y radicalizados de izquierdas sindicales y políticas.

Ésta es una demanda irreal y poco honesta de enfrentamiento directo con el capital. Irreal porque no se sostiene la experiencia de éxitos sólo parciales en las huelgas que se han producido desde el inicio de la crisis. Deshonesta porque actúa como brindis al sol de quienes saben que no se verán ante la circunstancia porque tal convocatoria no va a producirse por parte de fuerza sindical alguna.

Sin embargo, no debe ser rechazada sin más porque expresa la necesidad de ir más allá de huelgas y movilizaciones a fecha concreta que posteriormente no tienen continuidad o ésta se produce en el contexto de arranques y paradas de las luchas.

Frente a ello es necesario avanzar ya hacia la coordinación internacional de la movilización sindical. Es necesario superar las autolimitadas, ceremoniales y burocráticas convocatorias de concentraciones y manifestaciones testimoniales en Bruselas.

La CES es una Confederación absolutamente sumisa, reformista y vergonzante de un tipo de sindicalismo que no ha comprendido aún que la tendencia del proceso marcado por el capital ha superado ya cualquier tipo de modelo concertador, de compromiso histórico o de pacto social. El capital ni lo necesita ni lo quiere. No tiene nada que ofrecer a cambio de paz social y lo que promete, en cambio, es el modelo griego y español de voladura del Estado del Bienestar, a velocidad variable en cada país y según su conveniencia le vaya marcando en cada momento.

En consecuencia, es necesario avanzar hacia la Eurohuelga, como primera meta de una coordinación de la lucha obrera mundial a medio plazo.

Desconozco cómo lograr ambos objetivos ya que la dirección del movimiento sindical hegemónico está en manos de los reformistas pero éste será uno de los desafíos más importantes de la clase trabajadora organizada en los próximos tiempos. La izquierda revolucionaria debiera ir pensando cómo proyectar su consecución.

En este marco de definición del combate de clase y de obligada convergencia en las trincheras del conjunto del movimiento sindical necesitamos emplear toda nuestra capacidad de ir con todas nuestras fuerzas.

Cinco millones y medio de parados son una fuerza impresionante si sabemos emplearla con fraternidad entre los aún ocupados y el ejército laboral de reserva (los desempleados) que ha creado el capital.

Es una indigna mentira que los parados no sean clase obrera porque no están activos. La definición del parado, hoy más que nunca, es la de aquél que desearía tener empleo y ello habría de convertirle en explotado; salvo que recurriese al autoempleo y, aún así muchos de ellos serían autónomos dependientes y, en consecuencia, trabajadores que viven la contradicción capital- trabajo en condiciones en ocasiones peores que los que la soportan por cuenta ajena.

Es cierto que convertir a este territorio humano de la desesperación en fuerza de acción contra el capital resulta muy complejo en la medida en que gran parte de sus esfuerzos se vuelcan sobre la angustiosa búsqueda del trabajo. Ello explica el carácter instrumental de una parte de las asociaciones de parados, convertidas también, aunque no sólo, en sociedades de ayuda mutua y de empleo –en ocasiones manipulables por los poderes políticos- y de la debilidad de una parte de las asambleas de parados, a las que resulta difícil imbuir las energías reivindicativas en un entorno pesimista y poco dado a la organización.

Pero también lo es que su frustración puede ser convertida en cólera social; furia de una formidable formación de quienes nada tienen que perder, salvo sus miedos.

Es urgente impedir que cristalice el enfrentamiento, buscado por el capital y por su gobierno fascio-liberal, entre trabajadores en activo y parados y lograr incardinar los objetivos y luchas de los desempleados dentro de la marea sindical y de lucha de clases.

Nada facilitaría mejor dicho logro que una implicación intersindical en la búsqueda del mismo y que un compromiso entre las distintas centrales que supere los intereses particulares de cada sigla y ponga el conjunto de recursos al servicio de un movimiento colectivo de parados.

Dar visibilidad a ese movimiento de forma periódica y a fechas siempre fijas frente a las oficinas de empleo, delegaciones de trabajo, Ministerio correspondiente y espacios centrales de las ciudades convertiría la realidad sangrante de los parados en energía de contestación frente al capital y su gobierno natural y sería una potente voz de exigencia de soluciones que dichos poderes difícilmente podrían ignorar.

En la esfera política la más que posible alianza de IU con el PSOE andaluz, sea mediante pactos de gobierno o de legislatura, puede significar el abrazo del oso definitivo de los social-liberales a la coalición socialdemócrata.

No es previsible una resistencia institucional de un PSOE que abandere desde la Junta de Andalucía las resistencias a la destrucción de los restos del Estado social por el PP y la clase cuyos intereses defiende el gobierno.

Para ello el PSOE necesitaría recurrir a una movilización permanente de la sociedad andaluza; movilización a la que no está dispuesto porque podría sobrepasar sus compromisos de “partido responsable” con el sistema económico y constitucional del capital.

Ante lo que seguramente será un amago de disenso controlado por parte de este partido en las instituciones autonómicas andaluzas y una aceptación tácita de las reglas de juego que le impongan el Estado central, el PP y las fuerzas económicas del capital, el compromiso de grado 1 (pacto de gobierno) o de grado 2 (pacto de legislatura) que IU seguramente firmará con dicho partido supondrá tensiones internas que pueden romper la coalición dirigida por Cayo Lara a nivel federal o bien poner fin a su carácter de alternativa a la izquierda del PSOE o ambas cosas a la vez. La ruptura de dichos pactos, si quiere evitar el coste político que supondría mantenerlos en el escenario dibujado anteriormente, sería más difícil de explicar ante las bases sociales de las izquierdas que el anuncio de impedir el acceso del PP al gobierno andaluz, limitándose a dar su voto a la investidura de Griñán, en caso de aceptación de algunos puntos irrenunciables (defensa de la sanidad y la enseñanza públicas, cobertura del desempleo agrario, investigación sobre casos de corrupción en la Junta,...), y paso posterior a una posición parlamentaria independiente.

Por otra parte, resulta un tanto inexplicable que las bases sociales y el entorno próximo a IU contribuyesen a extender la afirmación sobre la identidad política PSOE-PP (PPSOE) y ahora su dirección andaluza, con el beneplácito de la federal se empeñen en ganar el referéndum entre las bases para un programa de acuerdos con el PSOE. Este, por mucho que el sectarismo y la estupidez coaligadas se empeñen en afirmarlo, no es lo mismo que el PP y el paso de los días no hace más que confirmarlo. Pero la distancia no es tan grande, como la experiencia del último gobierno Zapatero y la timorata “oposición” capitaneada por Rubalcaba demuestran, como para justificar un cheque de confianza a modo de pacto de IU con el PSOE. Una cosa es no caer en el absurdo extremeño y otra confiar en que el PSOE haya cambiado, cuando los hechos no permiten extraer, en absoluto, tal conclusión. El anhelo de la coalición socialdemócrata de demostrar que es opción de gobierno puede costarle muy caro, sobre todo cuando ocuparlo es algo cada vez más alejado de tener poder. Éste es algo hoy privativo de los centros de decisión económica capitalistas. Frente a ello, él único poder real político actual es el que da hacerse fuerte en la calle, como lo están demostrando el sindicalismo y la izquierda griegos.

IU no es una izquierda de la que quepa esperar la revuelta obrera y el proyecto socialista. Lo suyo no pasa de la construcción de una nueva institucionalidad “constituyente” y pacatamente reformista. Pero es una corriente política muy necesaria en la movilización social y de los trabajadores, mucho más cuando a su izquierda falta todavía mucho tiempo para construir una auténtica y poderosa izquierda revolucionaria.

Si se arroja al barranco, se despeñará. Si es capaz de situarse como instrumento de cierre del acceso del gobierno andaluz al PP y, a la vez, como grupo político independiente frente al PSOE y sin otros compromisos que apoyarle en lo que coincida con su programa, mientras moviliza la calle, será parte de la solución frente a las agresiones que sufren los trabajadores y no del problema que podría llegar a ser con el “pacto de progreso” andaluz.

De la posibilidad de que se imponga o no una estrategia sindical y política enfrentada radicalmente al capital y a su gobierno natural dependerá que sea factible arruinar los planes en marcha de unos nuevos Pactos de la Moncloa contra la clase trabajadora o de que estos se asienten como una nueva losa contra los intereses de la clase trabajadora. En nuestras manos está impedirlo.






NOTAS:
(1) http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2012/03/tras-el-29m-ahora-que.html

(2) http://elpais.com/elpais/2012/04/10/opinion/1334079075_368064.html
(3) http://www.publico.es/espana/429127/convocar-actos-violentos-por-internet-sera-castigado-con-dos-anos-de-pena-minima

16 de abril de 2012

YA HAY DOS MILLONES DE PARADOS SIN NADA

De los tres millones que sí reciben compensaciones, el 53% ingresa subsidios de unos 426 euros al mes

Cuatro de cada diez parados no cobran ninguna ayuda económica.

En España hay 5,27 millones de parados. De todos ellos, unos tres millones cobran alguna ayuda económica, lo que deja al 43% de los desempleados sin recibir prestaciones ni subsidios. Los dos millones que ahora no perciben nada podrían elevarse a más de 2,5 millones a finales de este año.
Los 2,2 millones de desempleados que no cobran nada subirán a más de 2,5 este año.

Raquel Pascual. Cinco Días
A los responsables gubernamentales les gusta resaltar que siete de cada diez parados recibe algún tipo de ayuda económica. Pero esta tasa de cobertura -que es como se conoce el porcentaje de desempleados que cobra prestación o subsidio- se hace con el número de parados registrados, que no es la cifra oficial de desempleados. Si este indicador se calcula con el número total de parados que Bruselas computa a España oficialmente (5.273.600 al término de 2011, según la Encuesta de Población Activa) y el número de personas que recibe algún tipo de ayuda, según el Ministerio de Empleo, la tasa de cobertura baja notablemente hasta el 57%.

Esto supone que, según los últimos datos disponibles de beneficiarios por ayudas por desempleo correspondientes a febrero, habría actualmente unos 2,2 millones de parados que no reciben ni prestaciones contributivas ni subsidios (el 43% del total de desempleados).

Si bien esta cifra no incluye a otros colectivos como los de 295.000 parados que recibieron en algún momento de 2011 la ayuda de 400 euros por seis meses del plan Prepara de recualificación profesional, o las ayudas asistenciales de inserción que pagan algunas comunidades a las personas sin recursos.

Pero ¿cuál es la radiografía de estos tres millones de parados que sí cobran ayudas?, ¿cuánto reciben y por cuánto tiempo? A diferencia del primer año de la crisis, cuando eran más los beneficiarios de la prestación contributiva -a la que se tiene derecho tras haber cotizado al menos un año- que los subsidios, ahora el colectivo que recibe ayudas asistenciales es el más nutrido.

Así, a mediados de 2009, con la primera gran oleada de parados, había 1,6 millones de perceptores de prestaciones contributivas y no llegaban a un millón los beneficiarios de subsidios. En la actualidad, hay 1,4 millones de personas que reciben una prestación contributiva por desempleo (cuya cuantía media es de 865 euros mensuales durante un mínimo de cuatro meses y un máximo de dos años) y otros 1,6 millones que cobran distintos tipos de subsidios, cuya cuantía media es de 426 euros al mes durante un tiempo de entre seis y 18 meses, por lo general.
Según distintas fuentes consultadas, la previsión para este año es que se agoten cientos de miles de ayudas contributivas y asistenciales. Como mínimo, las cerca de 200.000 prestaciones que entraron en el sistema en algún momento de 2010 y que duran como máximo 24 meses. Es más, para que se cumplan las previsiones oficiales de aumento del paro en 630.000 personas y un descenso del gasto en desempleo del 5,5% en 2012, tendrían que dejar de cobrar estas ayudas unas 650.000 personas, según estas mismas fuentes. Con ello, la cifra total de parados que no cobran nada se elevaría por encima de los 2,5 millones de personas.

15 de abril de 2012

¿HACIA UN NUEVO CRASH BURSATIL MUNDIAL?

Germán Gorraiz López. Alainet.org
La burbuja actual sería hija de la euforia de Wall Strett (y por extrapolación del resto de bolsas mundiales) tras los resultados de los llamados "test de estrés" de las entidades financieras llevadas a cabo por la Administración USA; de la llegada de pequeños y medianos inversores tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y de la bajada espectacular de los rendimientos de Fondos de Inversión y Renta fija y en especial del regreso a los parqués de los brokers especulativos a la caza de gangas virtuales tras el hundimiento del precio del petróleo y las commodities agrícolas en el Bienio 2008-2010.

Génesis de la burbuja
Racionalidad limitada
: La desconexión con la realidad por parte de los inversores les llevaría a justificar la exuberancia irracional de los mercados (creándose un mundo virtual de especulación financiera que nada tendría que ver con la economía real) y a extrapolar las rentabilidades actuales como un derecho vitalicio lo que unido a la pérdida de credibilidad de las agencias de calificación como Moody's (al no haber predicho la actual crisis), coadyuva a que el mercado permanezca insensible al recorte de rating de las compañías que cotizan en la bolsa.

Especulación: El proceso especulativo impulsa a comprar con la esperanza de sustanciosas ganancias en el futuro, lo que provoca una espiral alcista alejada de toda base factual, Así, el precio del activo llega así a alcanzar niveles estratosféricos hasta que la burbuja acaba estallando (crash) debido a la venta masiva de activos y la ausencia de compradores, lo que provoca una caída repentina y brusca de los precios,( hasta límites inferiores a su nivel natural) dejando tras de sí un reguero de deudas ( crack bursátil)

Incertidumbre sobre el nivel suelo de los valores bursátiles: Un inversor está dispuesto a pagar un precio por una acción si le reporta dinero en el futuro, por lo que el valor de dicha acción es el total de flujos esperados. El nivel suelo de las Bolsas mundiales, (nivel en el que confluyen beneficios y multiplicadores mínimos), se situaría en la horquilla de los 8.000 y 9.000 puntos en Mercados Bursátiles como el Dow Jones, y de 6.000-7.000 en el Ibex 35, debido a la mayor virulencia y profundidad que presenta la crisis económica y muy lejos de los estratosféricos techos actuales.

Repunte de las commodities: El repunte generalizado en los precios de los commodities podría reflejar un cambio en la tendencia de las condiciones económicas dentro del escenario mundial. Así, en febrero la cotización del petróleo reportó la mayor subida mensual ( 7,5 %), seguido de la soja (subidas del 6,1 %) y en la nueva senda alcista de los productos agrícolas no sólo influye la recuperación del petróleo, sino que también juegan algunos factores coyunturales, como las malas condiciones climáticas (sequías, falta de humedad y bajas temperaturas) que se registraron en las principales zonas productoras del mundo y el regreso de la especulación de la mano de los fondos de inversión. .

¿Hacia el crack bursátil?: Según fxstreet.es, el Eurostoxx 50 tendría una caída del 2.59%, seguida de la del CAC 40 francés, que perdió un 2.47% , el DAX alemán perdió un 2.36% y Milán un 3,43 % siendo superados con holgura por el Ibex 35 que se ha desplomado un 3,58% al cierre de mercado , lo que representa una pérdida semanal del 5,35 % y el retorno a mínimos de marzo de 2009, (en los 7.250,6 enteros) , lastradas por la desaceleración del crecimiento en China (8, 1 % interanual en el primer trimestre) y las persistentes tensiones en la zona euro.

Ello unido al incesante aumento de la Deuda externa contribuirá a que la prima de riesgo aumente y el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales, lo que aunado con el hecho de que los diferenciales de rentabilidad entre las emisiones de deuda pública entre los diversos países del primer mundo han aumentado en los últimos meses, (lo que conlleva un encarecimiento y mayores dificultades para obtener financiación exterior) y la adopción de medidas extraordinarias de la Fed como implementar medidas cuantitativas (Quantitative Easing ) para incrementar la base monetaria y permitir la devaluación factual del dólar para estimular las exportaciones, podría agudizar el riesgo evidente de estancamiento de la crisis económica .


Por otra parte, no sería descartable una subida de tipos de interés por parte del BCE en el segundo semestre del 2012, motivada por el riesgo de un escenario de estanflación en la Eurozona para el 2012, al conjugarse las tensiones inflacionistas (2,6 % en el primer trimestre del 2012) con el regreso a escenarios ya olvidados de Double Dip (crecimiento negativo del PIB del 0,5 %).

Dicha subida tendría un inmediato impacto en hipotecas y préstamos bancarios, lo que aunado con la inevitable depreciación del euro frente al dólar debido al riesgo de un default controlado de Grecia, Irlanda , Portugal , Italia y España, las dudas sobre la capacidad de endeudamiento de EEUU , el estallido de la burbuja inmobiliaria en China (los expertos estiman que de producirse dicho crash causaría un impacto a nivel global 10 veces superior al que provocó el colapso del emirato petrolero de Dubai), el alza galopante del precio del crudo (rondando el Brent los 115 $ debido a factores geopolíticos desestabilizantes) , el regreso de la especulación en las commodities agrícolas de la mano de los fondos de inversión ante el actual crash bursátil europeo y el elevado endeudamiento de las empresas podría producir un nuevo crack bursátil en el 2012 .
Dicho crack tendría como efectos benéficos el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar estructuras, restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el mercado (como ocurrió en la crisis bursátil del 2000-2002) y como daños colaterales la ruina de millones de pequeños inversores todavía deslumbrados por las luces de la estratosfera, la inanición financiera de las empresas y el consecuente efecto dominó en la declaración de quiebras , frecuentes estallidos de conflictividad laboral e incrementos de la tasa de paro hasta niveles desconocidos desde la época de la II Guerra mundial aunado con incrementos espectaculares del déficit Público y de la Deuda Externa .