SUMAR Y PODEMOS JUNTOS A LAS GENERALES ¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?
PROPUESTA DE EXIGENCIAS AL POSIBLE PRÓXIMO GOBIERNO DE AMPLIAS ALIANZAS
HASTA LOS COJONES DEL ASUNTO LUIS RUBIALES Y DE TODO EL SHOW
TIEMPO DE PESIMISMO (NO EXAGERAR LOS ADJETIVOS), TIEMPO DE ESPERANZA
SUMAR Y PODEMOS JUNTOS A LAS GENERALES ¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?
23 de noviembre de 2013
EUROPA EN RIESGO DE DEFLACIÓN
Entrevista a Simon Tildford, del Centre for European Reform
Según el experto, la baja en la tasa de interés del BCE no
alcanza. En Europa el panorama apunta a uno de los fantasmas más temidos: una
combinación de estancamiento y deflación como la vivida por Japón desde los
’90.
Marcelo Justo. Página/12
A nadie le gusta que suban los precios, pero hoy los 17
países de la Eurozona temen lo contrario: la deflación. En octubre, la
inflación interanual se redujo hasta el 0,7 por ciento, el nivel más bajo desde
2009, muy lejos de la meta del 2 por ciento que tiene el Banco Central Europeo.
Si a esto se le suma que, según los datos difundidos, el crecimiento descendió
a un 0,1 por ciento, el panorama apunta a uno de los fantasmas más temidos: una
combinación de estancamiento y deflación como la vivida por Japón desde
principios de los ‘90. El Banco Central Europeo sorprendió a los mercados hace
más de una semana bajando la tasa de interés de 0,5 a 0,25 por ciento, y dio un
respiro a su sector exportador. Pero en entrevista con Página/12, Simon
Tilford, subdirector del Centre for European Reform, en Londres, consideró que
no será suficiente.
–La Eurozona salió de la recesión en el segundo trimestre
de este año con un crecimiento del 0,3 por ciento. Los datos de
julio-septiembre bajan ese nivel a un 0,1. ¿Estamos en esa doble trampa de
estancamiento económico y deflación?
–El crecimiento que se dio hasta ahora ha sido por el sector
exportador, pero la Eurozona es demasiado grande para que esto sea suficiente.
Su dinámica económica precisa el mercado doméstico y el crecimiento del
consumo. Normalmente luego de períodos tan prolongados de recesión hay un
efecto rebote por el que las economías tienen varios trimestres consecutivos de
crecimiento real. Eso no está sucediendo en la eurozona porque no hay una
recuperación en la demanda doméstica debido a que los salarios están
planchados, y las empresas no saben si invertir porque con salarios planchados
no hay garantía de que las inversiones sean rentables.
–El presidente del BCE, Mario Draghi, consiguió
neutralizar el ataque especulativo sobre España, Italia y el euro diciendo que
el BCE haría todo lo que estuviera a su alcance para evitar una desintegración
de la Eurozona. Ahora acaba de bajar las tasas de interés para neutralizar el
peligro de una deflación. ¿Es suficiente?
–Por mucho tiempo el BCE consideró que el problema era la
inflación. Es un paso positivo que se hayan dado cuenta de la gravedad del
tema, pero no es una solución. El corte de las tasas de interés va a favorecer
un poco a los exportadores, va a ayudar a los deudores, porque abarata un poco
el costo de los préstamos, pero hasta ahí llega.
–¿Cuál es el problema con la deflación?
–En toda economía hay momentos de deflación o inflación. Por
ejemplo, el precio de las computadoras ha bajado durante mucho tiempo. Pero
cuando el precio general de los productos baja puede tener efectos
devastadores, porque la deuda pública y privada tiene que ser pagada con un
Producto Interno Nominal que está bajando. Para darle un ejemplo, cuanto más
bajo el nivel de inflación, mayor el superávit fiscal que se necesita para
pagar la deuda. Y el problema es que la tasa de interés, ahora en un 0,25 por
ciento, no puede caer mucho más: no puede bajar del cero por ciento. De manera
que no hay mucho margen de maniobra.
No se ve que vaya a haber más inflación el
próximo año porque la recuperación económica es muy débil, la política fiscal
es contractiva y no es posible devaluar el euro, que está muy fuerte. La
Eurozona tendría que estar creciendo alrededor de un 2 por ciento para evitar
la deflación. Eso no está sucediendo.
–La inflación del 0,7 por ciento es un promedio. En
Grecia, los precios cayeron un 2 por ciento, en Alemania subieron un 1 por
ciento. El desempleo en Alemania es del 5,2, en España del 26,6 y en Grecia del
27,7 por ciento. ¿Cómo se hace para actuar entre tantas necesidades?
–La Eurozona necesita una mayor inflación en Alemania. Esto
le permitiría a Italia y España, los dos países clave en este momento de la
crisis del euro, ganar competitividad frente a los alemanes. En los primeros
ocho años del euro, Alemania tuvo una inflación del 1,5 por ciento mientras que
en otros países era del 3.
Necesitamos ahora que ocurra exactamente lo
contrario. Si no sucede, no se ve cómo la deuda de los países del sur europeo
será sostenible. Siempre se habla de los problemas estructurales de los países
del sur, pero no se habla de los problemas estructurales de Alemania. La
demanda doméstica germana crece apenas un 0,5 por ciento, algo que no es
suficiente para generar inflación. Tampoco estamos viendo un incremento fuerte
de salarios o del consumo y la inversión empresaria está empezando a caer.
Alemania tiene que resolver estos problemas para que haya una salida para la
eurozona.
–¿Hay peligro de deflación como sucedió en Japón?
–Muchas veces se habla del peligro de que Europa sufra una
década perdida como la que padeció Japón. Pero en muchos sentidos las cosas
parecen peor en Europa, sobre todo en términos de crecimiento económico, porque
la eurozona tiene menos herramientas para combatir la deflación que Japón. Los
japoneses tienen su propia moneda, su banco central. En España o Italia, si los
precios caen, no pueden hacer mucho. Lo que se necesita en estos casos son
herramientas heterodoxas para bajar el valor de la moneda y combatir la
deflación.
–¿Es posible todavía una desintegración del euro?
–Tal como están las cosas creo que veremos un aumento de los
niveles de deuda y mayores tensiones políticas y sociales. Los pronósticos del
FMI y de la Comisión Europea son preocupantes. Ambos coinciden en que habrá
bajo crecimiento y baja inflación, lo que hará muy difícil bajar los actuales
niveles de deuda. El peor es que la deuda aumente mucho más y que la gente
empiece a perder la paciencia que ha tenido hasta ahora. El peligro allí es que
los gobiernos no pueden compaginar la democracia con los requisitos de su
programa político y los riesgos de manejar el euro.
–Se habla mucho de si América latina está preparada para
un remezón externo. Se podría hacer la misma pregunta sobre Europa. El mismo
Draghi advirtió que podía haber shocks externos.
–Muchos políticos pensaron sinceramente que los problemas
del euro se solucionarían y que volvería el crecimiento económico. Esto no ha
sucedido. No cabe duda de que la crisis continuará por bastante tiempo. En
principio, con las tendencias actuales, creo que el euro va a sobrevivir. Pero
esto puede cambiar si hay un shock externo, por ejemplo, una fuerte
desaceleración de la economía mundial, porque la economía europea depende cada
vez más de sus exportaciones. Si Estados Unidos abandona su programa de
flexibilización cuantitativa también sería un gran impacto.
22 de noviembre de 2013
QUIEREN ACABAR CON EL DERECHO DE HUELGA
nuevatribuna.es
Mariano Rajoy quiere regular por ley los servicios mínimos.
Para ello ha encargado a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, que se ponga
manos a la obra. El anuncio llega tras la huelga de limpieza en Madrid y el
pronunciamiento de algunos dirigentes del PP como la alcaldesa Ana Botella para
reformar la actual normativa. Oposición y sindicatos no han tardado en criticar
este nuevo recorte de derechos que califican de "reforma encubierta"
y de "ataque" a la actual legislación. También recuerdan que la ley
de 1977 ya regula los servicios mínimos bajo la premisa de que sean negociados
por los agentes sociales.
En una semana con el foco puesto en la ley de seguridad ciudadana que este viernes aprobará el Consejo
de Ministros (*)y que penalizará los escraches, el presidente del
Gobierno se descolgó este jueves con un nuevo recorte de derechos al anunciar
una ley de servicios mínimos para, según dijo, conciliar el derecho a la huelga
y el derecho a la libertad de los ciudadanos.
El debate ha surgido tras la huelga de limpieza en Madrid,
en donde, según el ayuntamiento, no se cumplieron los citados servicios
mínimos. Mariano Rajoy responde así a las peticiones de algunos dirigentes de
su partido, principalmente del PP de Madrid, que vienen meses pidiendo a la
claras que se reforme la Ley de Huelga, vigente desde 1977. Entre ellos, el
presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González (antes
los hizo Esperanza Aguirre); la delegada del Gobierno, Cristina
Cifuentes; o la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que ha salido
muy tocada por la huelga de basuras en la capital.
Sin embargo, la Ley de Huelga ya regula el procedimiento a
seguir para fijar los servicios mínimos obligando a que haya un acuerdo, una
negociación entre los poderes públicos y los agentes sociales. Si el acuerdo no
es posible, es la Administración la encargada de dictar un decreto de servicios
mínimos que en la mayoría de las ocasiones son abusivos en opinión de los
sindicatos.
En la huelga general del 14 de diciembre de 2012 lograron
pactarse los servicios mínimos del transporte (Iberia, Renfe) vía negociación
con el Ministerio de Fomento que dirige Ana Pastor. Pero no siempre
se llega a un acuerdo. En la Comunidad de Madrid, el conflicto y descontento
social creciente por los recortes han imposibilitado en varias ocasiones pactar
dichos servicios que, incluso en algunos casos, han sido a posteriori
declarados ilegales por los tribunales.
Las reacciones no se han hecho esperar tras el anuncio de
Rajoy. Desde el PSOE, la portavoz parlamentaria, Soraya Rodríguez,
acusó al presidente de querer hacer una "nueva
ley de huelga encubierta", pero "no
tiene valentía para decirlo" y por eso ha anunciado una ley de
servicios mínimos.
La dirigente socialista ha recalcado que los servicios
mínimos "vienen regulados en la ley
de huelga" y ha subrayado que "no
es el momento" para abordar cambios en esta regulación. En su opinión,
el anuncio de Rajoy tiene que ver con las declaraciones de "su
alcaldesa" en Madrid, Ana Botella
Desde la Izquierda Plural también se han mostrado muy
críticos. El portavoz de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) en el Congreso de los
Diputados, José Luis Centella, ha reclamado al Gobierno que "si quiere acabar con la Ley de Huelga,
lo diga claramente". En opinión de Centella, el Ejecutivo "está intentando acabar con las huelgas
y criminalizar la protesta" y se está "saliendo claramente del derecho constitucional a la huelga".
LOS SINDICATOS TAMPOCO LA VEN NECESARIA
Legislar a golpe de calentones y jaleado por los sectores
más ultras de su partido no es la mejor manera de buscar un acuerdo
Por su parte, los sindicatos tampoco ven oportuno el anuncio
de Rajoy. El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández
Toxo, lo ha calificado de "un
claro ejercicio antidemocrático" y ha recalcado que no es partidario
de tal regulación ya que se trata de un "calentón" tras la huelga
protagonizada por los trabajadores de la limpieza y jardinería de Madrid.
"Legislar a golpe
de calentones y jaleado por los sectores más ultras de su partido no es la
mejor manera de buscar un acuerdo sobre la regulación de los servicios
mínimos", ha advertido Toxo al presidente del Gobierno. Así pues, CCOO
cree "muy inoportuna" la iniciativa del presidente del Gobierno y no
parece que obedezca a la voluntad del Ejecutivo de encontrar bases de acuerdo
con los sindicatos. "Más bien, hay
que inscribir la iniciativa de Rajoy en su obsesión por controlar y limitar
derechos fundamentales recogidos en nuestra Constitución, en un claro ejercicio
antidemocrático de la acción de Gobierno", recalcan.
El secretario general de CCOO, recuerda que el movimiento
sindical se ha mostrado dispuesto en numerosas ocasiones a discutir "en
frío" todo lo relacionado con los servicios mínimos, o lo que es lo mismo,
la necesidad de atender los servicios básicos de la ciudadanía ante la
convocatoria de una huelga general.
"Lo
que no vamos a aceptar son golpes de pecho y proyectos autoritarios más
preocupados por eliminar o entorpecer un derecho constitucional como el derecho
de huelga, que por pactar la conciliación de intereses ante un conflicto
laboral", concluye Toxo.
La Unión General de Trabajadores (UGT) ha
calificado de "sorprendentes"
las declaraciones del presidente del Gobierno y afirma que no es
"prioritaria". Asimismo, UGT ha advertido de que cualquier regulación
de un derecho fundamental exigiría la participación de los interesados, en este
caso de los sindicatos, pues imponer este tipo de normas sería "claramente antidemocrático e ineficaz
socialmente".
El sindicato confía en que no se reproduzca el
comportamiento del Gobierno con la reforma laboral y ha tildado de
"desacierto" plantear reformas legislativas "en caliente",
en respuesta a sucesos recientes, tratando de que una nueva ley solucione los
problemas sociales provocados por "la
mala gestión de los poderes públicos". Por último, ha remarcado que
para conciliar los distintos intereses entre los diferentes afectados, en caso
de huelga que afecte a los servicios públicos esenciales, lo mejor es la autorregulación,
para lo que ha puesto como ejemplo la experiencia con el sector "tan
importante" como el de los transportes.
NOTA DEL EDITOR DE
ESTE BLOG:
(*) De momento, el anteproyecto de Ley Orgánica de
Protección de la Seguridad Ciudadana ha sido demorada, oficialmente por
cuestiones “técnicas”, en ser enviada al Consejo de Ministros para el viernes
de la próxima semana. Sigamos con el rechazo a esta ley fascista de un gobierno
fascista.
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