Miguel Urbano Rodrigues. odiario.info
Marx y Engels consideraban extremamente peligrosas a las organizaciones reformistas y contra ellas lucharon siempre con tenacidad
Releí hace unos días el 'Manifiesto Comunista'. Han transcurrido 165 años desde que Marx y Engels divulgaran ese explosivo documento revolucionario.
El mundo actual es muy diferente de aquel que inspiró el 'Manifiesto'. En la época, la Revolución de 1848 lastraba por Europa. El «espectro» del comunismo alarmaba a las clases dominantes, del Atlántico a los Urales. Pero solamente en 1917, casi medio siglo tras la Comuna de París, una revolución victoriosa y un partido comunista crearon el primer Estado socialista en Rusia.
Más de siete décadas duró la primera experiencia socialista triunfante. Finalizó con la trágica desintegración de la Unión Soviética y el regreso del capitalismo a Rusia.
Hoy, en Europa, el poder es ejercido por las clases dominantes. Tal vez con una única excepción, burguesías arrogantes controlan los gobiernos. Los políticos que las representan son neoliberales, socialdemócratas domesticados, o nostálgicos del fascismo.
En este contexto histórico tan sombrío, fue con sorpresa que, al releer el 'Manifiesto Comunista', llegué a la conclusión que no perdió actualidad. Continua cargado de enseñanzas para comunistas y no comunistas. Siento que en Portugal, señaladamente, es actualísimo.
LA ESCUELA DE LA REVOLUCIÓN DE 1848
La Revolución de 1848 en Alemania, en aquel momento un conglomerado heterogéneo de reinos y principados casi feudales, fue una gran escuela de política para Marx y Engels.
Ambos sabían que la teoría sin la práctica no abre el camino para victorias revolucionarias. La Revolución de febrero en Francia provocará el pánico en la Europa de las monarquías cuando Lamartine proclamó la República en París.
Pero fue solamente cuando regresaron a Alemania que Marx y Engels repararon, en dos dramáticos años, en el marco de la revolución que abrasaba Europa, en las dificultades insuperables que en la época impedían la concreción en plazo previsible del proyecto comunista del que la 'Nueva Gazeta Renana' era el mensajero más prestigioso.
Engels afirmó en la vejez que el Manifiesto era «el producto más ampliamente divulgado, más internacional, de toda la literatura socialista, el programa común de muchos millones de obreros de todos los países, desde Siberia a California».
«Este pequeño librito -escribió Lenin- vale por tomos enteros: inspira y anima hasta hoy el proletariado organizado y combatiente del mundo civilizado». Según el gran revolucionario ruso, el 'Manifiesto' «expone, con una claridad y un vigor geniales, la nueva concepción del mundo, el materialismo consecuente, aplicado también al dominio de la vida social, la dialéctica como la doctrina más vasta y más profunda del desarrollo, la teoría de la lucha de clases y el papel revolucionario histórico universal del proletariado, creador de una sociedad nueva, la sociedad comunista».
Innovador, el 'Manifiesto' esbozó el marco del desarrollo del capitalismo e iluminó las contradicciones internas que conducirán a su final.
Marx y Engels eran conscientes de que era indispensable para la conquista del poder crear un partido capaz de asumir el papel de vanguardia de la clase obrera. Internacionalistas, sin embargo habían advertido que la lucha de la clase obrera tendría que desarrollarse en primer lugar en cada nación.
Ambos consideraban extremamente peligrosas a las organizaciones reformistas y contra ellas lucharon siempre con tenacidad.
Pensando en la Unión Europea y más específicamente en Portugal, impresiona verificar cómo esas preocupaciones y advertencias permanecen actuales y facilitan la comprensión de grandes desafíos del presente.
En Alemania, la ausencia de condiciones subjetivas favorables fue determinante para la alteración de la relación de fuerzas, abriendo camino a la represión dirigida por Prusia.
Los autores del 'Manifiesto' tropiezan con obstáculos invencibles en la tentativa de crear el partido revolucionario de nuevo tipo. Sería Lenin su creador en Rusia, muchas décadas después.
Asimismo en Colonia, sede del núcleo duro de la Liga de los Comunistas, los conflictos entre fracciones y personalidades fueron permanentes, incluyendo algunos dirigentes políticos que pretendían ser comunistas, pero actuaban como oportunistas.
Marx y Engels tuvieron que enfrentar problemas en la propia redacción de la 'Nueva Gazeta Renana'. Hasta en el debate sobre la legalidad o ilegalidad de la Liga de los Comunistas. La inmadurez del movimiento revolucionario alemán contribuyó decisivamente a la derrota de la revolución democrático burguesa. Pero la práctica de la lucha revolucionaria, como subrayó Marx, fue una excelente escuela para la educación política de los obreros.
La reflexión de Marx y Engels sobre los acontecimientos de 1848/49 es identificable en trabajos que escribieron sobre la complementaridad teoría-práctica.
La derrota del proletariado francés en junio del 48 fue el prólogo de la ola de represión que barrió a Europa. La revolución democrática burguesa fue aplastada en Austria, en Bohemia, en Italia, en Alemania, en Hungría (en Budapest con la ayuda militar de la autocracia rusa).
Pero, a pesar de derrotadas, esas Revoluciones confirmaron la opinión de los autores del 'Manifiesto' sobre el papel decisivo que la lucha de clases desempeña en el choque entre opresores y oprimidos.
En su obra 'La Lucha de Clases en Francia', Marx demuestra haber asimilado las lecciones del fiasco de la insurrección del proletariado francés en la insurrección de junio.
LECCIONES PARA PORTUGAL
Al releer el 'Manifiesto', concluyo que este hoy funciona como un manual para la lucha contra la tiranía que oprime al pueblo portugués. El actual gobierno consigue ser más nocivo por su proyecto y por su obra destructora que los peores de la monarquía absoluta. Tas una luminosa revolución progresista, trae de vuelta el pasado.
En el 'Manifiesto' hay párrafos, en la denuncia del desprecio por los trabajadores, de la sobreexplotación de la fuerza de trabajo y de la deshumanización y arrogancia del capital, que se ajustan como un guante a la estrategia devastadora del gobierno portugués. Este se diferencia de dictaduras tradicionales porque actúa bajo la fachada de una democracia formal. Pero la máscara institucional no engaña a las víctimas de una política criminal, ya ni siquiera a personalidades y estamentos sociales que lo apoyaran inicialmente.
Algunos discursos de Passos Coelho, con leves adaptaciones (porque su oratoria es tosca y simplona), traen a la memoria, por su fariseismo, los de Salazar, no obstante ser apenas un instrumento del capital. Crece cada día el repudio a la política del primer-ministro y su gente. El presidente de la República la apoya llamativamente, sin respetar la Constitución que juró cumplir. Los trabajadores la condenan diariamente en las calles, invaden ministerios, se manifiestan frente al Parlamento.
Hay un límite para que los enemigos del pueblo gobiernen contra éste. Marx y Engels recuerdan esa evidencia en su actualísimo -repito-, 'Manifiesto Comunista'. El derecho de rebelión contra la tiranía es inherente a la condición humana.
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Por si tienen ustedes interés en leer algo más que los 140 caracteres de un tuit: http://teketen.com/liburutegia/Manifiesto_comunista-Marx_Engles.pdf
20 de abril de 2014
19 de abril de 2014
PÁNICO ANTE LA DEFLACIÓN MUNDIAL
Immanuel Wallerstein. La Jornada
No hace mucho tiempo, los expertos y los inversionistas vieron los mercado emergentes –un eufemismo para China, India, Brasil y algunos otros– como como quienes podrían rescatar la economía-mundo. Éstos eran los que sostendrían el crecimiento, y por tanto la acumulación del capital, cuando Estados Unidos, la Unión Europea y Japón fallaran en su previo y tradicional papel de pilares del sistema capitalista mundial.
Por eso impacta cuando, en las dos pasadas semanas, el Wall Street Journal (WSJ), Main Street, el Financial Times (FT), Bloomberg, el New York Times (NYT) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) hacen sonar la alarma ante el colapso de esos mismos mercados emergentes, preocupándose en particular de una deflación que podría ser contagiosa. A mí me suena como pánico apenas contenido.
Primero, una palabra respecto de la deflación. Un mercado en calma es uno donde los precios nominales no bajan, y sólo trepan hacia arriba lentamente. Esto posibilita a vendedores y compradores predecir con razonable con- fianza qué decisiones son óptimas para ellos. Los mercados mundiales no han estado en calma, en este sentido, por algún tiempo. Muchos analistas fijan la fecha del inicio de la decadencia de esa calma desde el viraje de los mercados hipotecarios en Estados Unidos, ocurrido en 2008. Por mi parte, yo veo que el inicio de la decadencia de esa calma ocurrió en el periodo entre 1967 y 1973, y ha continuado desde entonces.
El mercado no está en calma si existe una deflación significativa o una inflación significativa. Éstas son realmente lo mismo en términos de su impacto sobre las cifras del empleo reales y por tanto sobre la demanda efectiva de producción de todo tipo. Cuando el empleo mundial real baja por una o por otra razón, existe sufrimiento agudo, real, para la vasta mayoría de la población mundial, y un vasto incremento en la incertidumbre, que tiende a paralizar la ulterior inversión productiva, lo que conduce a más sufrimiento y más parálisis. Es un círculo vicioso.
No hay duda de que algunos grandes capitalistas logran sacar provecho de la situación mediante sagaces manipulaciones financieras que implican especulación. Su problema es que apuestan fuerte –sea por preciar masivamente sus activos o por bancarrota. Sin embargo, por lo menos estos manipuladores tienen oportunidad de ganar masivamente. Es bastante seguro que la mayoría de la población mundial perderá, a veces masivamente.
¿Qué hay de los reportes de pánico? Michael Arnold en el WSJ se pregunta, ¿Empujarán las liquidaciones a que los bancos centrales de los mercados emergentes suban las tasas? Él afirma que el alboroto fue ocasionado por cifras de crecimiento decepcionantes para China y la devaluación de la divisa de Argentina. Arnold se preocupa en particular por India e Indonesia, que tienen una gran carga de deuda y una pesada dependencia hacia los préstamos del exterior, por lo que se movilizan para frenar la inflación. Menciona a Turquía como otra zona de problemas.
Hal M. Bundrick en Main St enfatiza el contagio. Cita tanto los cambios en la política monetaria estadounidense como las preocupaciones en torno a la economía china, más los disturbios políticos en Turquía, Argentina y Ucrania, como promotores de la aceleración de la decadencia. Cita a un banquero ruso en torno a la caída del rublo y en relación a una atmósfera cercana al pánico. Dice que este pánico está cruzando de los mercados emergentes a los desarrollados en términos de sensibilidades.
Gavyn Davies en el FT intitula su nota, ¿Será que el mundo emergente descarrile la recuperación global? Dice que las divisas emergentes han estado en caída libre. También ve la desaceleración china como el punto clave, en particular por su impacto sobre las economías abastecedoras (es decir, los países que venden productos primarios a China), especialmente Brasil, Rusia y Sudáfrica. Afirma que el dolor de una burbuja crediticia no es sólo problema de China, sino el de Turquía, India e Indonesia. Si la baja en el crecimiento chino se profundiza, esto amenazaría con convertirse en una renovada recesión global. Tras terminar con una nota ligeramente optimista, de inmediato se retracta de lo anterior diciendo que sus simulaciones (la base de su ligero optimismo) se basan en viejas tendencias que tal vez no se sostengan más.
Ralph Atkins en FT habla del espectro de la deflación. La deflación, aun cuando sea positiva en el corto plazo, es definitivamente negativa para los capitales accionarios en el más largo plazo. Su preocupación parece ser la zona del euro. Habiendo citado las razones de otros para verle el lado más brillante, termina diciendo el espectro de la deflación usó su capa de invisibilidad.
Y nada menos que Christine Lagarde, la directora general del FMI, dijo a figuras del establishment reunidas en el Foro Económico Mundial en Davos que hay una amenaza mundial a los mercados en tanto Estados Unidos recorte su estímulo en efectivo. Hay un nuevo riesgo en el horizonte que necesitamos vigilar de cerca. Y cita los efectos de derrame... en los mercados emergentes.
Esa misma semana, Bloomberg hizo un editorial que comenzó: "Las economías de los mercados emergentes tuvieron una semana brutal. Ellos vieron a los mercados emergentes demasiado atados al dólar estadounidense y por tanto “concretamente sensibles a las fluctuaciones –reales o imaginadas– en la política monetaria estadounidense”.
Así que le predican a la Reserva Federal estadounidense para que no apriete demasiado pronto y predeciblemente le predican a los países emergentes para que mejoren sus políticas.
Y nada menos, Landon Thomas del NYT nos informa que el nuevo slogan de moda en Wall Street, que reemplaza a BRICS es los Cinco Frágiles. Esta lista incluye a tres miembros de BRICS (Brasil, India, Sudáfrica) más Turquía e Indonesia. Deja fuera a China y a Rusia, cuyos pesos geopolíticos parecen contar fuertemente en las escalas.
Todo mundo parece proferir buenos consejos, seguros de que de algún modo se paliará la situación. Pocos parecen preparados a admitir que la demanda global efectiva es el real problema. Pero uno siente que, por debajo de la superficie, todos entienden esto. Es por eso que entran en pánico, porque entonces, todo su énfasis en el crecimiento –una fe cardinal– queda socavado. En ese caso, la crisis se vuelve algo que no es cíclico, sino estructural, para lo cual uno debe responder no con paliativos, sino inventando un nuevo sistema. Esta es la famosa bifurcación en la que sólo hay dos posibles resultados –uno mejor y uno peor que el actual sistema existente, uno en el que todos estamos implicados como jugadores.
No hace mucho tiempo, los expertos y los inversionistas vieron los mercado emergentes –un eufemismo para China, India, Brasil y algunos otros– como como quienes podrían rescatar la economía-mundo. Éstos eran los que sostendrían el crecimiento, y por tanto la acumulación del capital, cuando Estados Unidos, la Unión Europea y Japón fallaran en su previo y tradicional papel de pilares del sistema capitalista mundial.
Por eso impacta cuando, en las dos pasadas semanas, el Wall Street Journal (WSJ), Main Street, el Financial Times (FT), Bloomberg, el New York Times (NYT) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) hacen sonar la alarma ante el colapso de esos mismos mercados emergentes, preocupándose en particular de una deflación que podría ser contagiosa. A mí me suena como pánico apenas contenido.
Primero, una palabra respecto de la deflación. Un mercado en calma es uno donde los precios nominales no bajan, y sólo trepan hacia arriba lentamente. Esto posibilita a vendedores y compradores predecir con razonable con- fianza qué decisiones son óptimas para ellos. Los mercados mundiales no han estado en calma, en este sentido, por algún tiempo. Muchos analistas fijan la fecha del inicio de la decadencia de esa calma desde el viraje de los mercados hipotecarios en Estados Unidos, ocurrido en 2008. Por mi parte, yo veo que el inicio de la decadencia de esa calma ocurrió en el periodo entre 1967 y 1973, y ha continuado desde entonces.
El mercado no está en calma si existe una deflación significativa o una inflación significativa. Éstas son realmente lo mismo en términos de su impacto sobre las cifras del empleo reales y por tanto sobre la demanda efectiva de producción de todo tipo. Cuando el empleo mundial real baja por una o por otra razón, existe sufrimiento agudo, real, para la vasta mayoría de la población mundial, y un vasto incremento en la incertidumbre, que tiende a paralizar la ulterior inversión productiva, lo que conduce a más sufrimiento y más parálisis. Es un círculo vicioso.
No hay duda de que algunos grandes capitalistas logran sacar provecho de la situación mediante sagaces manipulaciones financieras que implican especulación. Su problema es que apuestan fuerte –sea por preciar masivamente sus activos o por bancarrota. Sin embargo, por lo menos estos manipuladores tienen oportunidad de ganar masivamente. Es bastante seguro que la mayoría de la población mundial perderá, a veces masivamente.
¿Qué hay de los reportes de pánico? Michael Arnold en el WSJ se pregunta, ¿Empujarán las liquidaciones a que los bancos centrales de los mercados emergentes suban las tasas? Él afirma que el alboroto fue ocasionado por cifras de crecimiento decepcionantes para China y la devaluación de la divisa de Argentina. Arnold se preocupa en particular por India e Indonesia, que tienen una gran carga de deuda y una pesada dependencia hacia los préstamos del exterior, por lo que se movilizan para frenar la inflación. Menciona a Turquía como otra zona de problemas.
Hal M. Bundrick en Main St enfatiza el contagio. Cita tanto los cambios en la política monetaria estadounidense como las preocupaciones en torno a la economía china, más los disturbios políticos en Turquía, Argentina y Ucrania, como promotores de la aceleración de la decadencia. Cita a un banquero ruso en torno a la caída del rublo y en relación a una atmósfera cercana al pánico. Dice que este pánico está cruzando de los mercados emergentes a los desarrollados en términos de sensibilidades.
Gavyn Davies en el FT intitula su nota, ¿Será que el mundo emergente descarrile la recuperación global? Dice que las divisas emergentes han estado en caída libre. También ve la desaceleración china como el punto clave, en particular por su impacto sobre las economías abastecedoras (es decir, los países que venden productos primarios a China), especialmente Brasil, Rusia y Sudáfrica. Afirma que el dolor de una burbuja crediticia no es sólo problema de China, sino el de Turquía, India e Indonesia. Si la baja en el crecimiento chino se profundiza, esto amenazaría con convertirse en una renovada recesión global. Tras terminar con una nota ligeramente optimista, de inmediato se retracta de lo anterior diciendo que sus simulaciones (la base de su ligero optimismo) se basan en viejas tendencias que tal vez no se sostengan más.
Ralph Atkins en FT habla del espectro de la deflación. La deflación, aun cuando sea positiva en el corto plazo, es definitivamente negativa para los capitales accionarios en el más largo plazo. Su preocupación parece ser la zona del euro. Habiendo citado las razones de otros para verle el lado más brillante, termina diciendo el espectro de la deflación usó su capa de invisibilidad.
Y nada menos que Christine Lagarde, la directora general del FMI, dijo a figuras del establishment reunidas en el Foro Económico Mundial en Davos que hay una amenaza mundial a los mercados en tanto Estados Unidos recorte su estímulo en efectivo. Hay un nuevo riesgo en el horizonte que necesitamos vigilar de cerca. Y cita los efectos de derrame... en los mercados emergentes.
Esa misma semana, Bloomberg hizo un editorial que comenzó: "Las economías de los mercados emergentes tuvieron una semana brutal. Ellos vieron a los mercados emergentes demasiado atados al dólar estadounidense y por tanto “concretamente sensibles a las fluctuaciones –reales o imaginadas– en la política monetaria estadounidense”.
Así que le predican a la Reserva Federal estadounidense para que no apriete demasiado pronto y predeciblemente le predican a los países emergentes para que mejoren sus políticas.
Y nada menos, Landon Thomas del NYT nos informa que el nuevo slogan de moda en Wall Street, que reemplaza a BRICS es los Cinco Frágiles. Esta lista incluye a tres miembros de BRICS (Brasil, India, Sudáfrica) más Turquía e Indonesia. Deja fuera a China y a Rusia, cuyos pesos geopolíticos parecen contar fuertemente en las escalas.
Todo mundo parece proferir buenos consejos, seguros de que de algún modo se paliará la situación. Pocos parecen preparados a admitir que la demanda global efectiva es el real problema. Pero uno siente que, por debajo de la superficie, todos entienden esto. Es por eso que entran en pánico, porque entonces, todo su énfasis en el crecimiento –una fe cardinal– queda socavado. En ese caso, la crisis se vuelve algo que no es cíclico, sino estructural, para lo cual uno debe responder no con paliativos, sino inventando un nuevo sistema. Esta es la famosa bifurcación en la que sólo hay dos posibles resultados –uno mejor y uno peor que el actual sistema existente, uno en el que todos estamos implicados como jugadores.
FRANCIA: LA ÚLTIMA ROSA SE MARCHITA
Franceses buscan oportunidades laborales en una agencia de empleo en Lens.Imagen AFP |
Eduardo Febbro. Página12
Un esqueleto más en el mausoleo socialista de las promesas sin mañana: un plan de economías de 50 mil millones de euros, cuyo 40 por ciento será asumido por el sistema de protección social, puso la última rosa marchita en las escasas ilusiones que quedaban. El giro de lo que se llama casi como un chiste o un eufemismo “la izquierda francesa” responde a los imperativos fijados por la Unión Europea en materia de reducción de déficit. Este plan, que también incluye el congelamiento de los salarios de los funcionarios y las jubilaciones, fracturó a la mayoría socialista en la Asamblea. Unos cien parlamentarios socialistas escribieron al primer ministro Manuel Valls para denunciar lo que consideran un “plan económicamente peligroso”, que “acarreará retrocesos sociales y perturbaciones en los servicios públicos ineluctables”. El sablazo socialista es histórico, a la medida del engaño del que son víctimas quienes votaron hace dos años por una política totalmente diferente a la que se aplica hoy. El presidente, François Hollande, navegó por dos mares distintos: empezó 2012 su mandato con un paquetazo impositivo y conservando casi intacto el gasto social. Dos años más tarde, buscó la diferencia que le hace falta para cumplir con el límite del déficit impuesto por la Comisión Europea (3 por ciento) en la caja social.
Cuando presentó su plan, el jefe del Ejecutivo señaló que había que decirles la verdad a los franceses: “No es Europa la que nos impone sus elecciones, sino nuestro gasto público, que equivale el 57 por ciento del PIB”. El primer ministro dijo que la austeridad era una cuestión de “soberanía”, pero la frase suena como una burla más hacia los electores. En momentos en que Manuel Valls se atrevía a esa comparación, o sea, la austeridad equivale a la soberanía, París se encontraba bajo la amenaza del gran padre rector liberal que es la Comisión Europea. Bruselas presiona a Francia para que apure el paso de las reformas y respete los plazos negociados con el fin de cumplir con la agenda de un déficit tope del 3 por ciento en 2015. Francia concluyó 2013 con un déficit del 4,3 por ciento del PIB, un desempleo del 11 por ciento y una deuda del 98 por ciento del PIB. La herencia dejada por tres presidencias consecutivas de la derecha ha sido abismal, sobre todo la última, la de Nicolas Sarkozy. Sin embargo, el socialismo francés desdibujó todo el andamio de expectativas que había consolidado y que lo llevó a la victoria en 2012. François Hollande se presentó como el Caballero Rojo de Europa, el hombre que iba a renovar la socialdemocracia mundial, hacerle frente a la canciller alemana Angela Merkel y combatir a capa y espada los dogmatismos bíblicos de la Unión Europea, que sólo jura por la Diosa Austeridad. El gran reformador acabó siendo un continuista que, en apenas dos años, tocó el fondo de la impopularidad, perdió estrepitosamente las elecciones municipales, vio el desempleo crecer como mareas rebeldes y tuvo que cambiar de primer ministro.
El congelamiento de la jubilación y las llamadas prestaciones sociales es una pesadilla para la izquierda parlamentaria, que se siente pura y llanamente estafada. Esos 50 mil millones de euros ahorrados seguramente irán a financiar otra medida, el Pacto de Responsabilidad destinado a las empresas. Este mecanismo prevé reducir el costo de los gravámenes sociales a las empresas a cambio de que éstas contraten personal. La perspectiva parece de un idealismo desmedido. Lo primero que hizo el responsable del patronato francés, Pierre Gattaz, consistió en proponer que se rebaje o suspenda el salario mínimo para los jóvenes. La derecha no tiene mucho que decir ante la nueva carta socialista. Más bien se quedó muda con el espectáculo del giro liberal adoptado por los socialistas. Sin embargo, en la izquierda del PS la música es otra, tanto más cuanto que los parlamentarios recién descubrieron en la televisión la ruta fijada por Manuel Valls. A nadie se le escapa la sutileza: un plan como el de los 50 mil millones de economías no se traza en una semana. El paquete ya estaba en la mesa y sólo faltaba armar el montaje para comunicarlo. El Ejecutivo había prometido un “contrato” con los parlamentarios socialistas, pero tampoco cumplió. Una vez que intervino el voto de confianza, el “contrato” se esfumó. El parlamentario socialista Arnaud Leroy lo dice sin vueltas: “Fue un engaño para conseguir la confianza”. Otro parlamentario, Christian Pol, confiesa estar “aterrado por el fondo y por la forma”. Un gran sector del PS se siente expoliado, sin derecho a decir nada y con la sola obligación de votar lo que fije la presidencia. Algunos medios se preguntan con cierta ironía si además de querer cumplir a toda costa con la austeridad europea, François Hollande no se ha propuesto también destruir al PS y a la izquierda en su conjunto. La ironía es más extensa. Como España, Grecia, Italia y Portugal, Francia, una de las potencias de la UE, vitrina de muchas conquistas sociales y de una capacidad innata de negociación, está siendo gobernada por ese trío que se conoce como la Troika: la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. Se trata del mismo pulpo que impuso a España, Grecia, Italia y Portugal su plan para salvar al capitalismo y hundir a la sociedad. En resumen, la hasta ahora breve experiencia socialista ha sido el camino más corto para llegar... al club liberal y sus recetas universales de austeridad, reformas, ajustes y regresión social.
18 de abril de 2014
ALTO RIESGO MUNDIAL DE DEFLACIÓN
Janet Yellen y Mario Draghi |
Gestión. Perú
Casi dos tercios de las 121 economías seguidas por Bloomberg están experimentando aumentos más pequeños en los precios al consumidor que hace un año atrás.
(Bloomberg).- La presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yellen, y sus homólogos internacionales están sufriendo de un caso que los psicólogos llaman “sesgo de confirmación”: Siguen insistiendo en que la inflación repuntará, aun cuando continúa cuesta abajo.
Ese es el diagnóstico de Ethan Harris, co-director de investigación de economía mundial en el Bank of America Corp. en Nueva York. Él sostiene que los bancos centrales están viendo lo que quieren ver al culpar a fuerzas temporales por la ínfima inflación en sus países. Éstos se arriesgan de ignorar las influencias globales más duraderas, como la debilidad de la demanda mundial, una mayor competencia en los mercados emergentes, la mano de obra barata en los países en desarrollo, un congelamiento de los precios de materias primas y los avances tecnológicos.
“Hay una inflación mucho más baja de lo esperado, y se la aprecia en muchos lugares en el mundo como para considerarla como transitoria”, dijo Allen Sinai, director ejecutivo de la consultora Decision Economics Inc. en Nueva York.
Casi dos tercios de las 121 economías seguidas por Bloomberg están experimentando aumentos más pequeños en los precios al consumidor que hace un año atrás, con muchos países quedándose por debajo de sus objetivos. La inflación mundial fue de sólo 2% en febrero, el nivel más bajo desde finales del 2009, cuando el mundo estaba luchando contra la recesión, según un recuento realizado por economistas de JPMorgan Chase & Co.
Buena nueva
Si bien la disminución de los precios puede ser una buena noticia para los consumidores, la desinflación hace que sea más difícil a los prestatarios pagar sus deudas y dificulta a las empresas aumentar sus ganancias.
El mayor peligro viene cuando la desinflación se convierte en deflación, lo que lleva a los hogares a retrasar sus compras al esperarse una mayor caída de los precios y las empresas, a posponer la inversión y las contrataciones al proyectarse una caída de la demanda de sus productos.
La necesidad de protegerse contra este riesgo significa que aun cuando las economías avanzadas se fortalecen, Bank of America está anticipando que la FED no va apurarse en elevar su tasa de interés de referencia desde casi cero. Sus estrategas predicen que esta lentitud ayudará a levantar el índice Standard & Poors 500 hasta los 2,000 puntos para fines del año.
La magnitud del impacto mundial de una caída de precios será discutidos esta semana, cuando los banqueros centrales y los ministros de Finanzas se dirijan a Washington para las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. La Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, advirtió recientemente sobre el peligro de una prolongada ultra-baja inflación.
Riesgo emergente
“Existe el riesgo emergente de lo que yo llamo ‘lowflation,’ sobre todo en la zona del euro”, que podría suprimir la demanda y la producción, dijo Lagarde en Washington.
El débil panorama para los precios tiene a empresas como AutoZone Inc, el minorista de autopartes y accesorios con sede en Tennessee, moderando sus expectativas de ventas este año.
“Realmente no ha habido una inflación significativa, y nuestra opinión es que no habrá una inflación significativa, al menos en los próximos seis o siete meses”, dijo el presidente financiero William Giles en una conferencia en marzo.
Los banqueros centrales hasta ahora han sostenido que la menor inflación es temporal.
“Parte de la reciente debilidad refleja factores que parecen propensos a ser transitorios, incluyendo la caída del precio del crudo y de la disminución de precios de las importaciones no petroleras,” dijo Yellen el 11 de febrero.
Por debajo del objetivo
La inflación, medida por el índice de precios de consumo y gastos personales, ha estado por debajo del 2% del objetivo de la FED cada mes desde mayo del 2012, y se situó en 0.9% en febrero, menos de la mitad de la meta.
En su última sesión, celebrada en marzo, la mayoría de los funcionarios de la FED esperan que la inflación volverá a un nivel de 2% en los próximos años, de acuerdo a las actas de la reunión.
Una pareja de funcionarios, sin embargo, expresó su preocupación de que esto podría no suceder.
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi culpó de la reducción de la tasa de inflación de la región (de 0.5% el mes pasado) a una Pascua tardía, que deprimió el gasto – y los precios – de los viajes en marzo. La Pascua cae el 20 de abril este año; el 2013 fue el 31 de marzo. También se refirió a una caída de los precios de la energía.
La competencia entre minoristas
En Canadá, los funcionarios del banco central han dicho que el aumento de la competencia minorista contribuyó a las presiones a la baja en los precios. La inflación cayó a 1.1% en febrero, cerca de la parte inferior de la banda objetivo del Banco de Canadá, de entre 1% y 3%.
Comerciantes estadounidenses, como Wal-Mart Stores Inc., Target Corp. y Nordstrom Inc., se han expandido en Canadá el año pasado.
Harris del Bank of America cree que tales explicaciones pierden el punto más amplio, que la inflación se está moderando en todo el mundo y probablemente continuará haciéndolo. “El riesgo de que la inflación sigue bajando es alto”, dijo.
Estados Unidos y otras economías avanzadas todavía cargan con el exceso de capacidad de casi cinco años después de la recesión más profunda desde la Gran Depresión, lo que hace difícil a las empresas subir los precios y los trabajadores, ganar aumentos salariales.
Crecimiento de mercados emergentes
El crecimiento en los mercados emergentes, por su parte, se ha desacelerado desde el rápido ritmo en el inicio de la recuperación mundial, arrastrando hacia abajo los precios de las materias primas.
El final de un auge de la inversión en China significa que los precios al productor están extendiendo su largo descenso desde 1999, y los economistas de JPMorgan, con sede en Nueva York, predicen que la inflación se quedara corta con respecto a la meta oficial por tercer año consecutivo.
Las presiones para los precios también están disminuyendo en los amigos de los países en desarrollo. Los precios de las materias primas han estado enfriándose ya que el crecimiento en estas economías se desacelera y EE.UU. encuentra nuevas fuentes de combustible que le permiten ser más independiente energéticamente. Mientras que el Index Spot S&P GSCI de 24 materias primas ha ganado 3% este año, este ha caído un 27% desde su máximo de julio de 2008.
“Estructuralmente para la mayor parte de los últimos dos años, la trayectoria de los precios de la energía ha sido hacia la baja”, dijo Ebrahim Rahbari, un economista de Citigroup Inc. en Londres.
Precios de los alimentos en alza
La excepción al desvanecimiento de los precios han sido los productos agrícolas. Un índice de precios de los alimentos elaborado por las Naciones Unidas aumentó 2.3% en marzo, a su nivel más alto en ocho meses. Condiciones climáticas desfavorables en EE.UU. y Brasil, sumados a las tensiones geopolíticas en Ucrania estaban detrás del aumento.
Algunas explicaciones para la debilitada inflación en todo el mundo son más estructurales e impulsadas por el crecimiento de los mercados emergentes, que Morgan Stanley estima ahora representan la mitad de la economía mundial, frente al 37% hacia el final de la década de 1990. Eso viene entregando a los fabricantes globales un exceso de oferta de mano de obra barata y desplegando una competencia para sus productos, manteniendo los precios bajo control.
El precio de los productos manufacturados a nivel mundial cayó en cada uno de los dos últimos años y se redujo 2.9% en diciembre, de acuerdo con ABN Amro Bank NV.
Pérdida de China
Como ventaja de bajos costos de China ha sido erosionada por el aumento de los costos laborales, otros lugares, como Vietnam y Bangladesh, son la atracción de inversiones en fábricas de Nike Inc. y Samsung Electronics Co .
La tecnología también está contribuyendo a la tendencia de los precios a largo plazo, según los economistas de la división de investigación de EE.UU. del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA, en Houston.
El precio de un celular se ha reducido en un 95% desde los US$ 4,000 en 1982, mientras que las videocámaras digitales ahora cuestan 70% menos de lo que una vez lo costaron, a pesar de que el conteo de píxeles aumentó de 580,000 a 3,8 millones, escribieron los economistas Shushanik Papanyan y Kim Fraser.
“Nuestros análisis apuntan más hacia un cambio permanente en las tendencias de la inflación en el largo plazo, en particular en relación con los sectores productores de bienes, donde los avances tecnológicos han mejorado la productividad y la eficiencia de costos”, dijeron.
Riesgo de burbujas en activos
Para Stephen Jen, co-fundador del fondo de cobertura con sede en Londres, SLJ Macro Partners LLP, la preocupación es que los banqueros centrales se mantendrán mirando las metas de inflación en lugar de las tendencias inflacionarias, con el riesgo de crear burbujas de activos mediante la inyección de estímulo que impulsan los precios sobre los tienen menos control de lo que ellos creen.
La inflación débil es una carga compartida dada la creciente correlación de precios entre las naciones desde mediados de la década de 1990, aunque las tasas de crecimiento económico son tan dispares como lo fueron en la década de 1970.
“Puede que haya habido una fijación excesiva por parte de los bancos centrales sobre los niveles de medición del índice de inflación de precios al consumidor, en lugar de las razones que están detrás de estas tendencias de la inflación”, dijo Jen.
En USA
Yellen advierte de lo "fácil" que una "muy baja inflación" puede derivar en "deflación"
Pedro Calvo. El Confidencial
Lo ha dicho en Nueva York. Pero sus palabras resonarán en Fráncfort, principalmente, y en París, Roma, Madrid... Las ha pronunciado la presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, que ha sido muy clara: "Con una muy baja inflación, una evolución adversa de la economía podría empujar más fácilmente a la economía hacia la deflación".
Aunque el análisis de Yellen se centraba básicamente en EEUU, sus menciones a los precios tendrán eco en la Eurozona y añadirán más presión al Banco Central Europeo. Con el dato ya confirmado de que la inflación se relajó en marzo hasta una tasa interanual del 0,5%, la más baja desde finales de 2009, los precios pisan ese terreno al que alude la primera mujer en presidir la Fed. Esto es, en el nivel en el que cualquier susto puede provocar que la desinflación -desaceleración de la subida de los precios- actual desemboque en deflación -caída general de los precios-.
Sobre esa premisa, y subrayando los objetivos de la Fed de promover el mayor empleo posible y la estabilidad de los precios, la máxima representante del banco central estadounidense ha renovado su compromiso con el mantenimiento de una política monetaria expansiva mientras sea necesario. Y aún ha ido más allá: ha dicho que la necesidad de prolongar durante más tiempo la alegría monetaria no es exclusiva de EEUU.
"Las expectativas de que la consecución de nuestros objetivos económicos requerirá bajos tipos de interés reales durante un tiempo no se limita a Estados Unidos, sino que son compartidas ampliamente por la mayoría de las economías desarrolladas", ha asegurado.
De este modo, aunque la tasa de paro ya ha descendido al 6,7% en la primera economía del mundo, Yellen no las tiene todas consigo. Según ha precisado, mientras otros aspectos, como la tasa de ocupación o la facilidad para encontrar trabajo, no mejoren, no bastará con que la tasa de desempleo descienda. Y lo mismo con los precios. Hasta que no esté más clara su reversión al 2%, que es el objetivo de la Fed, será necesario que la Fed respalde la recuperación con medidas expansivas.
La próxima reunión de la Fed tendrá lugar los días 29 y 30 de abril. Todo indica que en esta cita dará un nuevo paso en la retirada gradual (tapering) de su tercer programa de estímulos cuantitativos (QE3). Se espera que, como los tres tijeretazos anteriores, también sea de 10.000 millones, con lo que la entidad pasaría a dedicar 45.000 millones de dólares mensuales a la compra de deuda en el mercado. En cuanto a los tipos de interés, reafirmará que seguirán en el 0-0,25% en el que se encuentran desde diciembre de 2008 mientras el empleo no mejore más y la inflación no esté más cerca del 2%.
En Europa
La OFCE advierte del riesgo de deflación de la eurozona, que sigue "crítica"
Efe.
La zona euro sigue en estado "crítico", según el Observatorio Francés de Coyunturas Económicas (OFCE), que prevé un crecimiento del 1,3 % este año y del 1,6 % este año, la mitad que en Estados Unidos, en un contexto en el que el riesgo de deflación "va a continuar acentuándose".
En su informe semestral de previsiones publicado hoy, el OFCE no augura en su escenario central que la eurozona en su conjunto vaya a caer en una espiral deflacionista, pero avisa de que la persistencia de la situación actual, con un incremento interanual de los precios inferior al 1 %, amenaza con hacer bascular a todos sus miembros.
En España:
La falta de crédito y el débil consumo hacen posible la deflación en España
I.Flores. El Economista
La tendencia que presenta la inflación a registrar tasas muy bajas o negativas en toda la zona del euro sorprende a España en el peor momento. No en vano las principales fuerzas para mantener a raya a la temida deflación se encuentran todavía en cuidados intensivos. Así ocurre tanto con el consumo de los hogares (exhausto después de más de dos años de recesión, apenas terminada) como con el crédito bancario, que se va recuperando, pero todavía con timidez. Gráfico: ¿Hasta qué punto existe una amenaza?
Los expertos consultados quieren evitar alarmismos, y ninguno da por seguro que la economía española vaya a verse atrapada en el funesto círculo vicioso deflacionario, que supone que los precios no dejan de caer porque empresas y familias congelan su actividad a la espera de que lo hagan todavía más.
Simplemente, analistas como María Jesús Fernández, de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), ponen de manifiesto que no cabe esperar mucho, en caso de que haya que pelear para sostener el IPC, de "un consumo interno que, sin duda se ha estabilizado y ya no cae, pero que aún carece de ímpetu como para impulsar los precios".
Por ello, para Fernández, en el mejor de los escenarios, si al final el descenso del índice se muestra como puramente coyuntural, no es realista esperar que muestre este año tasas interanuales superiores al punto porcentual (el mes pasado volvió a descender y se situó en el lugar opuesto, en el 1% negativo).
En la misma línea, la coordinadora del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Almudena Semur, incide en que "la recuperación debe considerarse incipiente y, dentro de ella, el consumo se mantiene debilitado".
"El riesgo es real"
Más allá de los análisis de coyuntura, da fe de ello el secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Sebastián Reyna, quien, quizá por estar en contacto directo con la actividad económica cotidiana, habla sin ambages y asegura que "el riesgo de deflación es real"; es más, "se materializará si el consumo sigue sin repuntar de una forma decidida", remacha Reyna.
¿Se puede contar para ello con el respaldo de la financiación bancaria? Desde Londres, el catedrático de la London School of Economics, Luis Garicano, considera que aun cuando el crédito poco a poco vuelve a fluir, "estamos todavía en el comienzo de la etapa en la que volverá a desempeñar un papel fundamental en el crecimiento económico".
El sistema financiero está débil, después de una reestructuración histórica, con escasas fuerzas para afrontar el incremento del riesgo bancario que lleva aparejada la deflación.
No en vano el hecho de que los precios suban moderamente es financieramente saludable cuando se está endeudado, ya que el valor nominal de las deudas se reduce al ritmo al que se deprecia la moneda bajo la que están denominadas.
Dicho de otro modo, lo menos que necesitan los bancos españoles es que la deflación aumente el peso de las deudas mientras obliga a que los salarios disminuyan y vuelvan a encontrarse con ratios de morosidad elevados y coeficientes de riesgo altos.
Por ello, es urgente que la cabeza del sistema financiero al que esas entidades pertenecen, el Banco Central Europeo (BCE) "adopte cuanto antes medidas muy serias", asegura Garicano. No lo hizo este mes; es posible que finalmente ocurra en la cita que tendrá su Consejo de Gobierno a principios de mayo.
Toda precaución es bienvenida cuando se trata de que España esquive un fenómeno para el que "los modelos y análisis no suelen funcionar", según el catedrático de la London School of Economics, y de hecho reconoce que el comportamiento de los precios en la Unión Monetaria ya está causando sorpresas entre los expertos.
Sin una salida clara
Su colega de la Universidad Pompeu Fabra, José García Montalvo, incide en lo fácilmente que la deflación desarma en la medida en que "los economistas saben muy bien combatir las subidas excesivas de los precios pero no existe ningún método para hacer frente a la situación contraria". Japón es el mejor ejemplo, ya que sus políticos y sus académicos llevan más de tres lustros intentando reanimar su IPC.
De hecho, la situación en la zona del euro ha adoptado un cariz tan serio que incluso los miembros más ortodoxos del BCE, los representantes alemán y finlandés, ya han mostrado su disposición a que el eurobanco abrace medidas completamente inusuales en su historia, como los tipos de interés negativos para los depósitos bancarios.
GRECIA: LA EXTREMA DERECHA ENTURBIA EL CAMINO ELECTORAL AL GOBIERNO DE SAMARÁS
Fotografía: Alkis Konstantinidis / Reuters |
La firma del acuerdo entre Atenas y los acreedores internacionales, con la consiguiente nueva entrega de dinero, y la posibilidad de salir a los mercados internacionales de la deuda debían servir al gobierno griego para presentarse como triunfador ante la próxima convocatoria electoral.
Las optimistas previsiones se vieron truncadas el pasado 2 de abril cuando se hicieron públicos los encuentros secretos entre el jefe de la oficina del primer ministro, Takis Baltakos, y el portavoz parlamentario del partido neofascista Amanecer Dorado (AD), Ilias Kasidiaris.
En uno de los vídeos que salió a la luz, Baltakos aseguraba que el Gobierno presionó a la justicia para mantener en prisión preventiva a varios diputados del partido ultraderechista, al inicio del proceso judicial en el que se acusó a sus dirigentes de crear una organización criminal.
La noticia cayó como una bomba en la mansión Maximos, sede del ejecutivo griego, y los medios de comunicación no han dejado de airear nuevas conexiones entre los miembros del partido de gobierno, Nueva Democracia (ND), y sectores de la extrema derecha griega.
Al mismo tiempo el poder judicial dio inicio a una investigación urgente sobre si sacar a la luz pública la grabación, que fue el producto de la filmación clandestina, violó la ley de privacidad y qué posición adoptar ante la publicación de otras nuevas, como amenazó AD.
El mismo partido aseguró estar en posesión de más vídeos comprometedores para altos cargos del Gobierno, incluido uno del propio Samarás, y con los que pretende presentarse ante la opinión pública como víctimas de un proceso político orquestado en su contra.
Los dirigentes de AD fueron detenidos tras el asesinato del rapero Pavlos Fyssas, en septiembre de 2013, por un miembro de la organización, y acusados de múltiples cargos criminales que iban desde el blanqueo de capitales hasta la extorsión, pasando por su participación en actos de violencia.
Con ello el gobierno pretendió obtener réditos políticos y tratar de captar a los votantes del partido ultra, sin embargo las encuestas realizadas en los últimos días muestran que el escándalo protagonizado por Baltakos ha tenido un efecto contrario de cara a las elecciones europeas de finales de mayo.
Amanecer Dorado, cuya popularidad había caído ligeramente en los últimos meses volvió a afianzarse, mientras que el gubernamental ND comenzaba a perder terreno en relación con su principal competidor, el izquierdista Syriza.
Casi todos los sondeos realizados coincidieron en mostrar esas tendencias y en presentar como principales beneficiarios de la situación a Syriza y a Amanecer Dorado.
Además, medios de prensa y partidos opositores no dejaron de criticar duramente al primer ministro, Antonis Samarás, por estar rodeado de asesores y políticos cercanos simpatizantes con la extrema derecha, como es el caso del abogado Failos Kranidiotis.
Este "amigo personal de Samarás", según sus propias palabras, fue elegido miembro del comité político de ND, su máximo órgano, y tras el asesinato de Fyssas sostuvo que el principal problema en el país era la violencia de la izquierda y que él no condenaría a los "nacionalistas y patriotas", en referencia a los neofascistas de AD.
Las críticas sirvieron para que Kranidiotis renunciara a presentarse como candidato de la formación conservadora a las elecciones al Parlamento Europeo, a pesar de que su inclusión se daba como segura.
Un detallado estudio sobre la infiltración de la ultraderecha en los aparatos del estado griego, realizado por el profesor de ciencias políticas de la Universidad de Atenas, Dimitris Jristopulos, vino a corroborar las complejas interrelaciones entre extremistas, policía, ejército, judicatura y también la iglesia ortodoxa.
Jristopulos, quien también es vicepresidente de la Federación Internacional de Derechos Humanos, se preguntó porqué pese a las claras evidencias de las actividades criminales de AD durante años, el Tribunal Supremo nunca inició una investigación penal en su contra, salvo cuando recibió instrucciones por parte del Ministerio de Orden Público.
Las revelaciones de los vínculos entre el partido de Samarás y la organización fascista también desestabilizó a la frágil coalición de gobierno, pues varios legisladores de su socio del Pasok mostraron abiertamente su rechazo a que todo se saldara únicamente con la dimisión de Baltakos.
Todos los grupos políticos pidieron la comparecencia ante la Asamblea Nacional de Samarás y los ministros concernidos para que explicaran el contenido de las conversaciones y asumieran sus responsabilidades políticas, sin embargo la vista tendrá lugar después de las vacaciones de Semana Santa.
17 de abril de 2014
EL VERDADERO ROSTRO DE EUROPA
Muy pronto, antes de lo que muchos piensan, carniceros criminales fascistas como Anders Breivik pueden llegar a ser la norma en Europa y las libertades la excepción |
La vieja y desgastada Europa, la misma que guerrea en otros continentes mientras se presenta ante el mundo como modelo de bienestar y garante de moral, se enfrenta con graves problemas internos, cada vez más tangibles y difíciles de enmascarar. Como si de un espectro del pasado se tratara, viejos discursos xenófobos y racistas vuelven a emerger, en medio de un latente, y creciente, descontento popular.
La semana pasada, tras unas deslucidas elecciones municipales que se caracterizaron por la baja participación ciudadana (tan sólo el 53,9 por ciento del electorado concurrió a las urnas), Holanda se vio conmocionada por las declaraciones racistas del líder del Partido de la Libertad (PVV), Geert Wilders.
La marcada brecha social entre la población autóctona y la inmigrante se ensancha. Un espinoso rompecabezas social, cuyas piezas parecen desarticularse sin remedio, se contrapone con la bandera de tolerancia que los Países Bajos han blandido durante décadas. Los recortes a los derechos sociales, la recesión y el empobrecimiento de la clase media (cuyo nivel de vida es aún uno de los más altos del continente) funcionan como disparador para la propagación de discursos xenófobos y poco sensibles, esgrimidos por la nueva clase política ávida de votos, pero carente de propuestas.
Tras salir airoso de las elecciones, y tal vez nostálgico de los tiempos en que se imponían los discursos xenófobos y fascistas en Europa, el líder del ultraderechista y antiislamista Partido de la Libertad holandés ha sido acusado de discriminación, luego de protagonizar un vergonzoso acto frente a cámaras, mientras festejaba el resultado de los comicios con sus seguidores: “Mi pregunta es, ¿quieren en esta ciudad y en Holanda más o menos marroquíes?”.
“Menos, menos, menos...”, vociferaron sus votantes. “Entonces vamos a arreglarlo”, exclamó un sarcástico Wilders, seguido por decenas de risas burlonas, sin explicitar cómo pensaba lograrlo.
Ante estas expresiones, la ciudadanía y el resto de la clase política mostraron preocupación e indignación. La Asociación de Marroquíes Holandeses, que representa a los 368 mil ciudadanos de ese origen en los Países Bajos, garantizó que presentará cargos por discriminación contra el político ultraderechista. Un notoriamente disgustado embajador marroquí en los Países Bajos expresó estar “horrorizado” y condenó “el señalamiento de cualquier comunidad, porque va en contra de todas las leyes, de todas las religiones, de toda ética y de todo principio”.
Por su parte, el ministro de Seguridad y Justicia Ivo Opstelten mostró indignación por las infortunadas declaraciones de Wilders y lo instó a retractarse: “Estas expresiones realmente no deben hacerse, son repugnantes. No encajan en un país como Holanda. Debería retirar sus dichos”. El primer ministro holandés y líder del partido liberal de centroderecha (VVD), Mark Rutte, aseveró que será imposible realizar futuras colaboraciones con el partido ultraderechista si mantiene su posición con respecto a los marroquíes, y lo criticó “por pasarse una vez más de la raya”.
Mientras tanto, las denuncias de cientos de ciudadanos contra el líder del Partido de la Libertad (paradójico nombre, si se tiene en cuenta que entre sus principios figuran limitar los derechos de residencia, recortar las libertades religiosas, prohibir el Corán, deportar fundamentalistas islámicos, prohibir el uso del burka, cerrar escuelas islámicas e imponer los “valores occidentales”) se multiplican con rapidez en todo el país. La fiscalía habla de un altísimo número de denuncias en su contra, aunque aún carece de estadísticas exactas. La página de Facebook “Yo denuncio a Wilders” ya tiene más de 95 mil “me gusta”. Aunque también siguen multiplicándose páginas como “Yo no denuncio a Wilders”.
Bram van Ojik, jefe de la banca del Partido Izquierda Verde (Groen Links), expresó que “los partidos políticos tendrán que luchar contra Wilders en la arena política”, y que él lo hará “con el corazón y el alma”.
Sin embargo, y a pesar de las voces que se elevan indignadas ante la línea cruzada por el político de extrema derecha, un sondeo reciente asegura que si hoy se celebraran elecciones generales en los Países Bajos, el PVV conseguiría 25 escaños en el Parlamento (diez más de los que ya posee).
El panorama político europeo pinta aún peor. Los ultraderechistas buscan unirse para sumar fuerzas en las próximas elecciones de la Eurocámara y pretenden alentar a los movimientos euroescépticos a formar un partido conjunto en el Europarlamento. Geert Wilders y Marine Le Pen, presidenta del partido francés Frente Nacional, sellaron en La Haya una “alianza histórica” y manifestaron su deseo de “frenar la integración europea y combatir la inmigración”. En la conferencia de prensa que brindaron en La Haya, ambos políticos afirmaron que es “histórica” su intención de formar un frente común en contra de la Unión Europea, a la que Wilders calificó de “estado nazi”.
En una Europa con recesión y crisis económica, con recortes en el área social, cultural y de salud, el descontento es cada vez mayor, y en este contexto, voces como las de Le Pen o Wilders empiezan a elevarse. Sus discursos, vacíos de propuestas y basados sobre todo en el liderazgo personal y en el ataque constante a la inmigración, recuerdan épocas pasadas y revelan la cara menos agraciada de la Comunidad Europea. Si como expresó el lingüista y filósofo estadounidense Noam Chomsky “las democracias europeas se están acercando al colapso total”, tal vez los viejos odios comiencen a resucitar y los fantasmas del pasado se apoderen de la escena política.
Ya hay quienes designan a Wilders como el “nuevo Hitler” y mientras su discurso xenófobo se fortalece y reproduce, nutrido por el descontento popular, los demás partidos se muestran desconcertados. Parece que estas últimas décadas de primavera social han llegado a su fin, y que el rostro real de una Europa en decadencia comenzará a revelarse.
14 de abril de 2014
LA INVERSIÓN PÚBLICA EN ESPAÑA SE DERRUMBA HASTA NIVELES NUNCA VISTOS EN MEDIO SIGLO
Autor de los cuadros estadísticos: A. Meraviglia |
La formación bruta de capital es la partida que más se ha reducido durante la crisis económica
Las comunidades autónomos lideran los recortes en inversión pública
España se mueve entre los extremos. Durante la etapa de expansión económica y también en los primeros compases de la crisis, en 2009, el gasto público alcanzaba el 4% del PIB, uno de los niveles más elevados de la UE y muy por encima de la media de la zona euro (2,6%). Seis años más tarde, y tras una durísima crisis, España se ha convertido en el país de la zona euro con menor gasto en obra civil. En 2013, la partida de formación bruta de capital ascendió a 15.167 millones, un 1,48% del PIB. Es el nivel más bajo, como mínimo, desde 1964, ejercicio a partir del cual existen cifras comparables.
La inversión pública es la partida de gasto que más ha caído en el proceso de reducción del déficit emprendido por el actual Gobierno y también el anterior. El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero se enfrentó a la recesión en un primer momento incrementado el gasto a través de medidas como el Plan E. Ello fue en 2009, cuando el gasto alcanzó los 46.763 millones. Esta medida sirvió para mantener la actividad económica con respiración artificial, aunque también desbocó el déficit público, que ese mismo año alcanzó un nivel desorbitado: 116.000 millones de euros, un 11,1% del PIB.
Los elevados números rojos encendieron todas las alarmas y marcaron el inicio de una fase de subida de impuestos y austeridad en el gasto que tuvo como principal víctima a la inversión pública.
Las empresas dedicadas a obra civil lamentan que su área de actividad haya resultado la más afectada. Por ejemplo, entre 2007 y 2013, la inversión pública disminuyó un 64,4% y, en ese mismo periodo, el gasto en personal se incrementó un 7,6%. Seopan, la patronal del sector, defiende que las infraestructuras públicas no provocaron la crisis económica y recuerda que los casos de despilfarro, como la construcción de aeropuertos infrautilizados, representan una excepción.
Las comunidades, las que más ajustan
Todos los eslabones de la Administración han recortado la inversión, aunque el ajuste ha sido más severo en las comunidades autónomas. Antes de la crisis, en 2007, las autonomías eran la administración que más invertía en obra pública. Destinaban 16.330 millones frente a los 14.227 millones de los ayuntamientos y los 12.030 millones de la Administración central. Entre 2007 y 2013, el gasto en inversión de las comunidades ha retrocedido un 70% frente al 65,9% de los municipios y el 55,5% del Gobierno central, que actualmente es quien más recursos destina a obra pública.
Por comunidades, Madrid y Cataluña fueron los territorios con menor gasto en inversión, un 0,08% y un 0,28% de su PIB, respectivamente. En cambio, Cantabria, Extremadura y Asturias se situaron como las comunidades más inversoras. En los tres casos la partida superó el 1% del PIB regional.
El bajo nivel inversor se mantendrá en los próximos ejercicios. Una mala noticia para las empresas dedicadas obra civil. El déficit público cerró el año pasado en el 6,62% del PIB y debe reducirse hasta el 2,8% en 2016. Ello equivale a un recorte de unos 40.000 millones. Bajo este escenario, resulta improbable que la formación bruta de capital fijo de la Administración abandone la zona de mínimos históricos actuales.
Además, hay que tener en cuenta que el gasto en intereses seguirá aumentando en los próximos ejercicios en la medida en que España deberá recurrir a los mercados financieros para cubrir su déficit público. Ello dificulta el incremento de otras partidas. El sector público destinó a pagar intereses 35.096 millones el año pasado, más del doble que el dinero empleado para inversión productiva.
El hecho de que el próximo año se celebren elecciones locales, autonómicas y generales podría provocar un repunte de la inversión. La experiencia indica que la proximidad de comicios eleva el gasto público, sin embargo, la actual Ley de Estabilidad Presupuestaria y el deterioro de las cuentas públicas dejan poco margen de maniobra.
¿En qué gasta el dinero la Administración Pública?
La mayor partida de gasto de la Administración Pública son las transferencias sociales, que incluyen las pensiones y las prestaciones por desempleo. Representan en torno al 40% del gasto público total que, en 2013, alcanzó los 454.000 millones de euros. El gasto salarial es el segundo epígrafe presupuestario más importante.
La Administración destinó el año pasado 116.090 millones, el 25,6% del total. Los intereses de la deuda se sitúan en tercera posición y sumaron el año pasado 35.096 millones, el 7,7% del dinero gastado por el Estado en su conjunto. Un porcentaje muy elevado y que antes de la crisis se movía en torno al 4%. La inversión pública, por su parte, solo supuso el 3,3% del gasto público, lejos del 9,6% registrado en el año 2009.
13 de abril de 2014
LA PASIONARIA DE BERLÍN
La caída del Muro la convirtió en la última defensora del comunismo en Alemania
Hoy Sahra Wagenknecht lucha por derribar el capitalismo.
Mediática y combativa, defendió a Putin en la crisis de Ucrania
Enrique Müller. El País
Sahra Wagenknecht, actual vicepresidenta del partido alemán La Izquierda y la figura más mediática y polémica de su organización, tenía solo 20 años cuando vivió el peor momento de su vida. En la noche del 9 de noviembre de 1989 se enteró por la radio que el famoso muro de Berlín comenzaba a derrumbarse, pero la joven, en lugar de salir a la calle y dejarse llevar por las multitudes que empezaron a cruzar los pasos fronterizos, como lo hizo Angela Merkel, se encerró en su cuarto embargada por una profunda tristeza y se puso a leer Crítica de la razón pura, la obra capital de Kant.
“No tenía nada que festejar. Yo quería una RDA diferente, mejor. Mi esperanza quedó destruida aquella noche”, reveló años más tarde y cuando su combativa dialéctica comunista le había ayudado a salir del anonimato y se había convertido en una figura prominente en el antiguo Partido del Socialismo Democrático, que surgió de las cenizas del viejo partido comunista del país de la hoz y el martillo.
No ha sido la única frase polémica que ha pronunciado Sahra Wagenknecht a lo largo de su exitosa carrera política, que la ha convertido ahora en una combativa dirigente del partido La Izquierda y asidua participante en las tertulias políticas de la televisión germana. Es cierto, la diputada de 44 años está en camino de convertirse en un nuevo icono de la izquierda alemana, una moderna Rosa Luxemburgo (su ídolo de toda la vida) que nada contra la corriente y que no tiene miedo, gracias a sus convicciones de defender las causas menos defendibles que se multiplican en el planeta.
¿Qué político alemán, por ejemplo, se habría atrevido a defender la actitud que asumió Vladímir Putin en la peligrosa crisis que afecta a Ucrania y Crimea y que tiene al mundo occidental al borde de un ataque de nervios? ¿Alguien se habría atrevido, por ejemplo, a denunciar que la poderosa canciller alemana bendijo la llegada al poder en Kiev de un Gobierno golpista integrado por grupos fascistas y antisemitas?
Nadie, excepto Wagenknecht, una moderna Pasionaria comunista, que lo hizo con una vehemencia que provocó incluso un profundo malestar en las filas de su partido. La combativa dirigente defendió la anexión de Crimea a Rusia y denunció “la política exterior hipócrita” del Gobierno alemán, al defender al “Gobierno fascista” de Kiev, y recordó que los principales violadores del derecho internacional eran Estados Unidos y sus más cercanos aliados, como Alemania.
Sus polémicas afirmaciones provocaron agrias reacciones del presidente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), el superministro Sigmar Gabriel, quien la acusó de ser una nostálgica de las viejas prácticas que imperaban en Moscú cuando aún existía la Unión Soviética. Peor aún, el SPD congeló un estratégico acercamiento con La Izquierda para formar una gran alianza de centro izquierda que le permita acceder al poder en 2017.
Wagenknecht sigue imperturbable. ¿Qué otra actitud podía asumir una mujer que siempre fue una rebelde con causa y que tuvo el coraje de rebelarse para no vestir el uniforme militar en la escuela? La ansiedad le impedía comer cuando la obligaban a participar en las acampadas de defensa civil, una actitud que fue tachada como huelga de hambre por los inspectores del régimen.
Bajo la peligrosa sospecha de ser una disidente, le prohibieron estudiar en la universidad. A pesar del castigo, la joven se alistó en el partido y se encerró en su cuarto para educarse a sí misma. Solo después de la caída del Muro pudo acceder a la universidad, y cuando terminó sus estudios, en 1996, decidió buscar una nueva vida en la política con un discurso que parecía haber desaparecido en la noche mágica del 9 de noviembre de 1989. La joven se transformó en la última defensora del comunismo en un país donde Lenin, Marx y Stalin eran detestados y donde sus antiguos compatriotas soñaban con el bienestar capitalista que les ofrecía Bonn. “La RDA fue la comunidad más pacífica y humanitaria que existió en toda la historia alemana”, dijo en uno de sus primeros discursos.
Pero la vida da muchas vueltas y la joven dejó de defender al régimen que gobernó en su primer país durante 40 años y se propuso una meta más ambiciosa, cuando la plaga de la crisis mundial atacó a los países capitalistas.
Sahra Wagenknecht, una autodidacta en muchas ramas del saber humano, decidió escribir un libro que la catapultó a la fama y la convirtió en una estrella de la televisión. Libertad en lugar de capitalismo fue el título de su libro que se publicó en mayo de 2011, un frío análisis que admite los aportes que hizo Ludwig Erhard, el padre de la economía moderna de Alemania, y donde se atrevió a señalar que el marco constitucional alemán permite superar el capitalismo e instaurar un sistema socialista que impida que las grandes empresas que cotizan en la Bolsa de Fráncfort sigan imponiendo sus reglas.
La crisis de la deuda en la zona le ofreció otro frente de batalla. “La Unión Europea es una democracia de fachada que solo defiende los intereses de las grandes empresas y bancos”, dijo no hace mucho. “La UE es un poder antidemocrático, neoliberal y militarista”, añadió.
Sus declaraciones convencieron al irreverente periódico Die Tageszeitung a escribir una frase que combina el sexismo con el halago. “Sahra Wagenknecht es el rostro más bonito del comunismo y tiene la cabeza más inteligente del anticapitalismo”, señaló el periódico. “Ella es la más izquierdista de La Izquierda”.
Sin dejarse impresionar por las críticas ni por los halagos, solo tiene una meta por delante. Acabar con el capitalismo que impera en su país y recuperar los principios del socialismo para crear una sociedad más justa. La meta es casi una utopía, pero la hermosa diputada sigue conquistando admiradores a través de la televisión y de los foros políticos.
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
El País, vocero de la reacción liberal y anticomunista tanto en Europa como en América Latina, dedica una semblanza, en su sección Gente a Sahra Wagenknecht, dirigente comunista de un partido excomunista nacido de la extinta RDA.
Sorprende la ignorancia de su periodista Enrique Müller que, con apellido de origen alemán y todo, se atreve a afirmar que la RDA era el país de la hoz y el martillo. Les he puesto en ese punto de su afirmación el enlace a la bandera de la antigua Alemania del Este para que vean hasta qué punto el título de periodista avala decir tonterías propias de ignorante.
No me gusta tener que coger noticias de lugares como El País porque cuando escriben para hablar del socialismo como sociedad, del comunismo como aspiración humana o de un comunista como persona lo hacen para cubrirles de barro y deformarlos pero creo que Sahra Wagenknecht es un ejemplo de coherencia, principios políticos y voluntad de lucha, por encima del cálculo y de las conveniencias políticas, algo distinto a lo que sucede en su propio partido y en sus socios europeos, incluido el español. Al último teatro de bronca escenificada en Andalucía me remito.
Sahra Wagenknecht no se avergüenza de lo que es, ni de aquello en lo cree, ni tampoco de aquello por lo que lucha, como tampoco del mundo del que viene y en el que forjó sus convicciones y su conciencia. Y ello refuerza las mías.
Ello a pesar de que Sahra, quizá por el deseo de ver hasta dónde es posible tensar las instituciones burguesas y crear contradicciones en su interior que las hagan saltar, caiga en la ingenuidad, como otros que en España, que no debieran sostener tal tesis porque ya han podido comprobar lo que ha dado de sí, de creer que la Constitución alemana permite abrir el paso al socialismo. El socialismo sólo llegará de la destrucción del capitalismo y de su Estado y de la construcción de uno de y para la clase trabajadora.
De hecho, es una burda mentira lo que cuenta en su artículo Enrique Müller de que las declaraciones de la diputada comunista sobre Crimea, Putin y Ucrania y el nuevo gobierno, nazifascista en este país, apoyado por la señora Merke,l haya congelado ningún proyecto de gobierno SPD-Die Linke para 2017. Sigmar Gabriel y el SPD, cuando han tenido la oportunidad de pactar un gobierno de izquierda en el Bundestang, han optado por reeditar de nuevo otra gran coalición con la CDU, a pesar de que Die Linke había rebajado buena parte de sus líneas rojas programáticas. Ese pacto llegará sólo cuando Die Linke haya tirado por la borda todo su pasado. La memoria sobre Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht sabe y recuerda el papel del SPD en sus muertes. Esa es la tolerancia del Estado alemán, de las derechas y de los pseudosocialdemócratas sobre cualquier proyecto de construcción del socialismo en Alemania.
De un comunista busco que me sirva como ejemplo para lograr llegar a serlo yo algún día. Creo que Sahra Wagenknecht, a la que he leído en alguna entrevista y de la que conozco algún otro aspecto como parlamentaria y luchadora es eso, un ejemplo.
Un ejemplo nada tiene que ver con un icono, como pretende El País o con un pastor, al contrario de lo que sucede en España y en tantos lugares con quienes en su mente servil de gregarios ignoran esa estrofa de La Internacional que dice "Ni en dioses, reyes, ni tribunos/está el supremo salvador./Nosotros mismos realicemos/el esfuerzo redentor". En España tenemos tantos coleteros, califas o jueces que montan un partido porque les han cerrado su carrera judicial que ya no caben más mesías en el camarote de los Marx Brothers. Todos ellos creen superada la dialéctica izquierda-derecha y el socialismo como esperanza más noble y bella de la humanidad es algo que no va con ellos.
De Sahra Wagenknecht me interesa, además de su condición de ejemplo, su capacidad de suscitar interés por y deseo de una sociedad socialista, no su belleza, que ciertamente me impresiona, ni si recuerda a Dolores Ibarruri (Pasionaria) o a Rosa Luxemburg, mujeres ambas de extraordinarias convicciones, talante humano y voluntad de lucha.
Los otros aspectos tienen más de anécdota y de "literatura" de lo que desgraciadamente suele entenderse por periodismo, como fábrica de ídolos y mitos para empequeñecer a los mortales:
“Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos...”
(León Felipe. "Sé todos los cuentos")
Hoy Sahra Wagenknecht lucha por derribar el capitalismo.
Mediática y combativa, defendió a Putin en la crisis de Ucrania
Enrique Müller. El País
Sahra Wagenknecht, actual vicepresidenta del partido alemán La Izquierda y la figura más mediática y polémica de su organización, tenía solo 20 años cuando vivió el peor momento de su vida. En la noche del 9 de noviembre de 1989 se enteró por la radio que el famoso muro de Berlín comenzaba a derrumbarse, pero la joven, en lugar de salir a la calle y dejarse llevar por las multitudes que empezaron a cruzar los pasos fronterizos, como lo hizo Angela Merkel, se encerró en su cuarto embargada por una profunda tristeza y se puso a leer Crítica de la razón pura, la obra capital de Kant.
“No tenía nada que festejar. Yo quería una RDA diferente, mejor. Mi esperanza quedó destruida aquella noche”, reveló años más tarde y cuando su combativa dialéctica comunista le había ayudado a salir del anonimato y se había convertido en una figura prominente en el antiguo Partido del Socialismo Democrático, que surgió de las cenizas del viejo partido comunista del país de la hoz y el martillo.
No ha sido la única frase polémica que ha pronunciado Sahra Wagenknecht a lo largo de su exitosa carrera política, que la ha convertido ahora en una combativa dirigente del partido La Izquierda y asidua participante en las tertulias políticas de la televisión germana. Es cierto, la diputada de 44 años está en camino de convertirse en un nuevo icono de la izquierda alemana, una moderna Rosa Luxemburgo (su ídolo de toda la vida) que nada contra la corriente y que no tiene miedo, gracias a sus convicciones de defender las causas menos defendibles que se multiplican en el planeta.
¿Qué político alemán, por ejemplo, se habría atrevido a defender la actitud que asumió Vladímir Putin en la peligrosa crisis que afecta a Ucrania y Crimea y que tiene al mundo occidental al borde de un ataque de nervios? ¿Alguien se habría atrevido, por ejemplo, a denunciar que la poderosa canciller alemana bendijo la llegada al poder en Kiev de un Gobierno golpista integrado por grupos fascistas y antisemitas?
Nadie, excepto Wagenknecht, una moderna Pasionaria comunista, que lo hizo con una vehemencia que provocó incluso un profundo malestar en las filas de su partido. La combativa dirigente defendió la anexión de Crimea a Rusia y denunció “la política exterior hipócrita” del Gobierno alemán, al defender al “Gobierno fascista” de Kiev, y recordó que los principales violadores del derecho internacional eran Estados Unidos y sus más cercanos aliados, como Alemania.
Sus polémicas afirmaciones provocaron agrias reacciones del presidente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), el superministro Sigmar Gabriel, quien la acusó de ser una nostálgica de las viejas prácticas que imperaban en Moscú cuando aún existía la Unión Soviética. Peor aún, el SPD congeló un estratégico acercamiento con La Izquierda para formar una gran alianza de centro izquierda que le permita acceder al poder en 2017.
Wagenknecht sigue imperturbable. ¿Qué otra actitud podía asumir una mujer que siempre fue una rebelde con causa y que tuvo el coraje de rebelarse para no vestir el uniforme militar en la escuela? La ansiedad le impedía comer cuando la obligaban a participar en las acampadas de defensa civil, una actitud que fue tachada como huelga de hambre por los inspectores del régimen.
Bajo la peligrosa sospecha de ser una disidente, le prohibieron estudiar en la universidad. A pesar del castigo, la joven se alistó en el partido y se encerró en su cuarto para educarse a sí misma. Solo después de la caída del Muro pudo acceder a la universidad, y cuando terminó sus estudios, en 1996, decidió buscar una nueva vida en la política con un discurso que parecía haber desaparecido en la noche mágica del 9 de noviembre de 1989. La joven se transformó en la última defensora del comunismo en un país donde Lenin, Marx y Stalin eran detestados y donde sus antiguos compatriotas soñaban con el bienestar capitalista que les ofrecía Bonn. “La RDA fue la comunidad más pacífica y humanitaria que existió en toda la historia alemana”, dijo en uno de sus primeros discursos.
Pero la vida da muchas vueltas y la joven dejó de defender al régimen que gobernó en su primer país durante 40 años y se propuso una meta más ambiciosa, cuando la plaga de la crisis mundial atacó a los países capitalistas.
Sahra Wagenknecht, una autodidacta en muchas ramas del saber humano, decidió escribir un libro que la catapultó a la fama y la convirtió en una estrella de la televisión. Libertad en lugar de capitalismo fue el título de su libro que se publicó en mayo de 2011, un frío análisis que admite los aportes que hizo Ludwig Erhard, el padre de la economía moderna de Alemania, y donde se atrevió a señalar que el marco constitucional alemán permite superar el capitalismo e instaurar un sistema socialista que impida que las grandes empresas que cotizan en la Bolsa de Fráncfort sigan imponiendo sus reglas.
La crisis de la deuda en la zona le ofreció otro frente de batalla. “La Unión Europea es una democracia de fachada que solo defiende los intereses de las grandes empresas y bancos”, dijo no hace mucho. “La UE es un poder antidemocrático, neoliberal y militarista”, añadió.
Sus declaraciones convencieron al irreverente periódico Die Tageszeitung a escribir una frase que combina el sexismo con el halago. “Sahra Wagenknecht es el rostro más bonito del comunismo y tiene la cabeza más inteligente del anticapitalismo”, señaló el periódico. “Ella es la más izquierdista de La Izquierda”.
Sin dejarse impresionar por las críticas ni por los halagos, solo tiene una meta por delante. Acabar con el capitalismo que impera en su país y recuperar los principios del socialismo para crear una sociedad más justa. La meta es casi una utopía, pero la hermosa diputada sigue conquistando admiradores a través de la televisión y de los foros políticos.
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
El País, vocero de la reacción liberal y anticomunista tanto en Europa como en América Latina, dedica una semblanza, en su sección Gente a Sahra Wagenknecht, dirigente comunista de un partido excomunista nacido de la extinta RDA.
Sorprende la ignorancia de su periodista Enrique Müller que, con apellido de origen alemán y todo, se atreve a afirmar que la RDA era el país de la hoz y el martillo. Les he puesto en ese punto de su afirmación el enlace a la bandera de la antigua Alemania del Este para que vean hasta qué punto el título de periodista avala decir tonterías propias de ignorante.
No me gusta tener que coger noticias de lugares como El País porque cuando escriben para hablar del socialismo como sociedad, del comunismo como aspiración humana o de un comunista como persona lo hacen para cubrirles de barro y deformarlos pero creo que Sahra Wagenknecht es un ejemplo de coherencia, principios políticos y voluntad de lucha, por encima del cálculo y de las conveniencias políticas, algo distinto a lo que sucede en su propio partido y en sus socios europeos, incluido el español. Al último teatro de bronca escenificada en Andalucía me remito.
Sahra Wagenknecht no se avergüenza de lo que es, ni de aquello en lo cree, ni tampoco de aquello por lo que lucha, como tampoco del mundo del que viene y en el que forjó sus convicciones y su conciencia. Y ello refuerza las mías.
Ello a pesar de que Sahra, quizá por el deseo de ver hasta dónde es posible tensar las instituciones burguesas y crear contradicciones en su interior que las hagan saltar, caiga en la ingenuidad, como otros que en España, que no debieran sostener tal tesis porque ya han podido comprobar lo que ha dado de sí, de creer que la Constitución alemana permite abrir el paso al socialismo. El socialismo sólo llegará de la destrucción del capitalismo y de su Estado y de la construcción de uno de y para la clase trabajadora.
De hecho, es una burda mentira lo que cuenta en su artículo Enrique Müller de que las declaraciones de la diputada comunista sobre Crimea, Putin y Ucrania y el nuevo gobierno, nazifascista en este país, apoyado por la señora Merke,l haya congelado ningún proyecto de gobierno SPD-Die Linke para 2017. Sigmar Gabriel y el SPD, cuando han tenido la oportunidad de pactar un gobierno de izquierda en el Bundestang, han optado por reeditar de nuevo otra gran coalición con la CDU, a pesar de que Die Linke había rebajado buena parte de sus líneas rojas programáticas. Ese pacto llegará sólo cuando Die Linke haya tirado por la borda todo su pasado. La memoria sobre Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht sabe y recuerda el papel del SPD en sus muertes. Esa es la tolerancia del Estado alemán, de las derechas y de los pseudosocialdemócratas sobre cualquier proyecto de construcción del socialismo en Alemania.
De un comunista busco que me sirva como ejemplo para lograr llegar a serlo yo algún día. Creo que Sahra Wagenknecht, a la que he leído en alguna entrevista y de la que conozco algún otro aspecto como parlamentaria y luchadora es eso, un ejemplo.
Un ejemplo nada tiene que ver con un icono, como pretende El País o con un pastor, al contrario de lo que sucede en España y en tantos lugares con quienes en su mente servil de gregarios ignoran esa estrofa de La Internacional que dice "Ni en dioses, reyes, ni tribunos/está el supremo salvador./Nosotros mismos realicemos/el esfuerzo redentor". En España tenemos tantos coleteros, califas o jueces que montan un partido porque les han cerrado su carrera judicial que ya no caben más mesías en el camarote de los Marx Brothers. Todos ellos creen superada la dialéctica izquierda-derecha y el socialismo como esperanza más noble y bella de la humanidad es algo que no va con ellos.
De Sahra Wagenknecht me interesa, además de su condición de ejemplo, su capacidad de suscitar interés por y deseo de una sociedad socialista, no su belleza, que ciertamente me impresiona, ni si recuerda a Dolores Ibarruri (Pasionaria) o a Rosa Luxemburg, mujeres ambas de extraordinarias convicciones, talante humano y voluntad de lucha.
Los otros aspectos tienen más de anécdota y de "literatura" de lo que desgraciadamente suele entenderse por periodismo, como fábrica de ídolos y mitos para empequeñecer a los mortales:
“Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos...”
(León Felipe. "Sé todos los cuentos")
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