Por
Marat
No
me apetece mucho hablar de Isabel II, tras tantos días de lameculos
mediáticos, pelotilleros aúlicos, pajeros de las monarquías y
cierta traidora al españolismo hortera que proclama y que ha dejado
los trapos a media asta como duelo por la muerte por la ocupante de
una parte de “su” patria.
No
me sorprende que el ladrón putero y borracho matador de su hermano,
Mitrofan y elefantes sin nombre, acuda al funeral de su “prima”.
Ambos han sido grandes personajes del mundo de los negocios.
El
primero como comisionista de los negocios de las grandes compañías
en el extranjero. La segunda como reina del conjunto de países de la
Commowealth, un lugar de encuentro económico entre metrópoli y
excolonias en el que la reina ejerció sus buenos oficios.
El
manto de las monarquías todo lo cubre, sobre todo los chanchullos.
Pero
la monarquía inglesa es especialmente elegante. Convierte la Finca
de la Corona (The Crown State), algo que nominalmente debiera ser una
propiedad del Estado británico, en un negocio del que la reina,
ahora el orejas, se lleva el 15%
En
cualquier caso, grandes pueblos con grandes cuernos los que sustentan
tales monarquías.
En
las democracias liberales la diferencia entre un/a rey/reina y un/a
presidente /a de república es o ves hasta que te mueres la misma
imagen del parásito o te la cambian de vez en vez.
Bajo regímenes aparentemente diferentes de una
democracia burguesa opera lo que realmente importa: un sistema
capitalista en el que no existe otra libertad que el trabajo
explotado o la submiseria de quien ni siquiera alcanza la pobreza de
la precariedad laboral.
En el capitalismo liberal de formas aparentemente democráticas la
realidad ha sido sarcasmo cruel -sin su “aparato” democrático,
genocidio -Bajo el falso socialismo tristeza de un tiempo no hallado.
LA
MUERTE DE GORBACHOV, PARADIGMA DE UN DERRUMBE IDEOLÓGICO GLOBAL
Dice el tango “que veinte años no es nada”. A pesar de
que para los porteños “Gardel cada día canta mejor”,
en este verso de “Volver” yerra. Veinte años dan
mucho de sí. Cambian una vida y a una generación. Casi tres cuartos
de siglo (1917-1991) transforman a una sociedad entera, y al mundo, a
través del cambio que atraviesa a varias generaciones.
"Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual"
("Manifiesto Comunista". Marx y Engels)
La primera generación que hace una revolución triunfante consolida
la conquista, encuentra un sentido a su propia existencia, pues ha
vivido sólo para lograrla y, de paso, inicia una limpieza interna
dentro del grupo originario que la impulsó, por aquello de que
“el partido se fortalece depurándose de sus elementos
oportunistas”, que dijo el amigo Dzhugashvili, en una
expresión premonitoria de los tiempos venideros. Este es un período
de asentamiento del poder y, a su vez, de esclerotización del
proceso.
Liquidados sus elementos críticos internos y sus enemigos, la
revolución ya no necesita legitimarse profundizando en los
principios que la inspiraron sino reforzarse en una guerra de
trinchera que detiene su proceso dialéctico.
Esto se repite históricamente tanto en las revoluciones como en los
períodos de cambios contrarrevolucionarios.
La segunda generación es educada en los valores que inspiraron la
transformación inicial. Un sector más o más amplio o reducido,
según estemos ante cambios progresivos o reaccionarios, se beneficia
de ellos, ampliándose en mayor o menor medida su base social.
Agradece a la generación anterior los cambios logrados y defiende el
nuevo orden pero sin la pasión que generó el movimiento inicial.
La tercera generación que defiende el ya viejo orden está formada
por un conjunto de cínicos y arribistas, carentes de otra convicción
que no sea su propio encumbramiento.
“¿Por qué quieren que tenga hoy la misma opinión que tenía
hará seis semanas? Si así fuera, mi opinión sería mi tirano”
(“Rojo y negro“.
Stendhal)
Como el resto de la sociedad han descubierto el antagonismo radical
entre palabras y hechos pero, al contrario, que la población sin
acceso a los mecanismos de ascenso social, necesita defender el
“status quo”.
Para entonces el régimen es ya un antiguo régimen. Como un gran
insecto muerto y seco por dentro, su exoesqueleto amenaza ruina. El
sistema económico ya no funciona y el régimen político necesita
convertir el control económico del apparátchitkid y su usufructo
descarado de una propiedad estatal, no social, en privada. Y el
exoesqueleto del sistema-régimen cae al suelo sin demasiado
estruendo ¿Por qué no hay un ruido social? Porque no representa ni
a los dirigentes, que necesitan de una rapiña o capital originario
para un nuevo capitalismo no de Estado ni a una clase trabajadora
cuya aspiración era un Volkswagen y una hamburguesa de McDonald´s y
no el control obrero de la producción. La esperanza de una clase para
sí queda suspendida hasta nuevo aviso.
En este proceso los comportamientos atribuidos a las generaciones no
constituyen tipos ideales. Es posible ver entremezclados
comportamientos, actitudes y pensamientos de unas y otras.
¿Gorbachov, el hombre que consiguió el fin de la Guerra Fría?
Rusia y EE.UU. enfrentados, recibiendo las hostias Europa,
supuestamente por la libertad de Ucrania.
¿Gorbachov, un comunista convencido que sólo buscaba mejorar la
URSS? Es Andropov, su mentor a la secretaría general del PCUS, quien
promueve al grupo económico de liberales anticomunistas conocidos
como los editores de los “Papeles de Novosibirsk” Tatiana
Zaslavskaia, Abel Agambegian (uno de los principales asesores
económicos, primero de Gorbachov , después de Yeltsin, y un
decidido defensor de las privatizaciones de amplios sectores de la
economía soviética) o Alexander Granberg en los que plantean el
paso a un sistema de economía de mercado.
¿Gorbachov, el hombre que dio la libertad a Rusia? Treinta y un años
después parece que la cosecha democrática rusa es más bien parca
en un país que no la conoció, al menos en el sentido burgués del
término, en ningún momento de su historia.
Desde una perspectiva en absoluto estalinista la conclusión sobre la
memoria de Gorbachov y el conjunto de nomenklaturistas que
acompañaron su viaje al capitalismo no de Estado es que sus figuras
son reivindicadas sólo por anticomunistas de derecha e izquierda.
Esta transformación hacia el capitalismo liberal desde un
capitalismo de Estado fue posible porque la Nomenklatura, y no la
clase trabajadora, controlaba la economía y las empresas. Que
miembros y ex miembros del PCUS se adueñasen en un proceso de rapiña
colosal de las grandes empresas estatales lo demuestran.
Gorbachov fue el ejecutor testamentario del viaje de una
Nomenklatura -disiento
del término clase que atribuyó Djilas a los apparátchiki
-política y económica de un Estado sólo nominalmente socialista a
otro de capitalismo liberal.
Esto es lo que sucede cuando
el partido único pretende representar el conjunto de una sociedad.
Marx y Engels consideraban que en el socialismo aún no habrían
desaparecido las clases sociales ni sus contradicciones sino que en
él se agudizarían las luchas de clases con una ventaja para las
trabajadoras porque controlarían los aparatos del conjunto de
poderes pero con un partido único,del que en ningún momento
hablaron, ¿qué impide que las clases más formadas ocupen dichos
poderes mediante su
entrismo en el partido único? La NEP fue una de las vías. Desde el
PCUS la nomenklatura originaria (la vieja hornada) y la adquirida (la
burguesía neoconversa) acabarían siendo los viejos topos que
hozasen en el capitalismo ruso actual. La gran burguesía china ha
intentado aprender en
cabeza ajena. Los grandes capitalistas chinos están en la dirección
del PCCh e intentan planificar tanto la economía estatal como la
privada para asegurar el crecimiento.
Pero es
imposible planificar la economía en
medio de las cada vez más frecuentes convulsiones capitalistas
mundiales, las pandemias actuales e inmediatas, los costes sobre las
economías mundiales de las crisis energéticas inesperadas y la
escasez mundial del agua, derivada de la acción humana, que provocará
nuevas guerras.
La sociedad capitalista mundial,
que incluye cualquier Estado aberrante y cualquier sociedad
supuestamente cerrada, acusa siglos
de descomposición evidentes.
El capitalismo de régimen político liberal también vive su crisis.
La que ha derribado el mito de que socialdemocracia y keynesianismo
del bienestar de las clases trabajadora y medias son compatibles con
el capitalismo. Es una crisis de representación política pero no
del conjunto del sistema todavía, sino de la socialdemocracia, y su
izquierda, y de la derecha popular (democristiana).
Ya no hay posibilidades de igualdad redistributiva.
Los salarios están por debajo de la inflación, los tipos de interés
por encima las posibilidades de pagar una hipoteca, lograr un
alquiler que pueda pagarse en un piso decente, una broma sarcástica,
tener un contrato indefinido significa indefinidas posibilidades de
despido, ser joven o tener más de 40 años y estar en paro es una
putada olímpica, acercarse a los 65 años con largo período de
desempleo, el abismo.
Y, sin embargo, ¿cómo no centrarnos en las maldades de la carne y
la salvación para el mundo que representa la dieta vegana, comistrajos que también nos venden muchas de las multinacionales dedicadas a la venta de carne?
Seguramente para quienes lo sufren vivir en un mundo
heteronormativo, dominado por el cisgénero siendo fluide no binario
o asexual calentorre debe de ser mucho más terrible que acabar en la
calle por no poder pagar el alquiler, que te corten la luz por no
poder pagarla (siguen haciéndolo) o vivir la humillación de ir a
buscar comida a un centro solidario/ de caridad.
Francamente, que el Congreso de Chile aprobase este año un proyecto
de ley para sustituir la palabra mujer por “persona
menstruante”, cuando ese país vive diferencias sociales tan
abismales creo que explica mucho de la patada en la boca recibida por
la coalición progre-liberal de izquierda de Boric y compañía.
La izquierda actual ofende a cualquier trabajador, especialmente
siendo tan desclasado y, a la vez, tan necesitado de ser comprendido
en su necesidad material.
Si el enfrentamiento ideológico ha dejado de representar a la lucha
de clases entre el derecho a una buena vida y el derecho liberal a la
opresión de clase y hoy va de la confrontación entre carne y
vegetal, las consecuencias sólo pueden ser fascistas porque el
antagonismo ya ha apostado por lo irracional.
Más del 50% de la población no cree en la democracia actual, al
menos en su forma de representación.
¿Les sorprende a ustedes que los nazis de DS de Suecia hayan sido
el segundo partido más votado o que la fascista Meloni pueda ganar
las elecciones en Italia?
Tranquilos. Ya no llevan cruces gamadas, ni fasces, ni uniformes.
Tienen incluso negros en sus filas y amigos árabes. La democrática
derecha europea les ha bendecido.
Cuando ya puedan empezar a actuar en serio casi no se notará.
Familias desahuciadas que ocuparon pisos vacíos de bancos irán a
las cárceles, algunos Menas especialmente conflictivos serán
apalizados por su democrática policía, sin papeles perdidos en el oceano serán acosados por lanchas policiales hasta hundirse en el mar,
mendigos que duermen en las calles morirán en extrañas
circunstancias, muchos más sindicalistas que en el pasado serán
encarcelados, partidos minoritarios serán prohibidos.
Total, poca cosa. Siempre habrá quienes digan que si nada has hecho,
nada has de temer. Son las sabandijas que callan bajo los regímenes
fascistas y que en democracias burguesas exigen tolerancia...con su
peste.