Miguel
Urbano Rodrigues. La Haine.org
Los
dirigentes de las principales potencias de la Unión Europea y los
medios controlados por el capital proyectan una imagen de Grecia
groseramente deformada.
Al
caracterizar la crisis empiezan por ocultar que los préstamos
concedidos a Grecia se destinaron a financiar al gran capital en el
ámbito de la estrategia de la UE.
Al
contrario de lo que amplios sectores sociales admitieron, el gobierno
Syriza-Anel fue bien recibido por las organizaciones y representantes
del mundo empresarial.
La
coalición de Syriza con el Anel -partido nacionalista xenófobo- se
formó en pocas horas porque existía un acuerdo previo. Es
significativo que la Federación Helénica de Empresas y el director
general de Businesseurope felicitaron a Alexis Tsipras después de su
nombramiento como primer ministro.
Las
líneas generales de la política capituladora del nuevo gobierno
fueron trazadas previamente, pero Tsipras y su ministro de Economía,
Varoufakis, se esforzaron inicialmente por transmitir al mundo la
imagen de un gobierno de izquierda decidido a emprender reformas
progresistas en ruptura con la política de Nueva Democracia y PASOK,
que atendiesen a aspiraciones del pueblo.
Confundir
a las masas fue objetivo prioritario. Acompañando una lluvia de
promesas, el gobierno creó un lenguaje engañador. El memorando pasó
a llamarse «acuerdo –puente», la troika «grupo de Bruselas»,
las privatizaciones «colaboraciones».
HIPOCRESIA
Y VASALLAJE
El
éxito electoral de Syriza el 25 de enero fue consecuencia del
profundo descontento popular. El pueblo votó contra la política de
Nueva Democracia-PASOK que había arruinado el país, reducido a la
pobreza y la miseria a millones de trabajadores, invocando la
competitividad y la rentabilidad del capital.
En
un contexto en que el desempleo había llegado al 26, 8%, Syriza hizo
promesas que prácticamente no superaban políticas asistencialistas
similares a las aplicadas por otros gobiernos burgueses, inclusive
los de PASOK y la Nueva Democracia para la gestión de la pobreza
extrema y de la miseria absoluta. No tenia sin embargo la intención
de respetarlas como quedó demostrado.
Prometió
concretamente restablecer el salario mínimo en 751 euros, pero lo
mantuvo en 580 euros. Afirmó que reduciría drásticamente el IVA,
pero olvidó rápidamente la promesa; y después negoció su aumento.
La condena frontal de la «austeridad» cedió lugar a una
«austeridad suave»
Transcurridas
pocas semanas, fue aun más transparente que el gobierno Syriza-Anel
se proponía a dar continuidad a una política capitalista totalmente
alineada con la estrategia y las políticas de la Unión Europea.
Afirma
ahora sin pudor que Grecia pagará integralmente su gigantesca deuda
externa de 374 mil millones de euros, por la cual no cabe al pueblo
griego ninguna responsabilidad.
La
lentitud de las negociaciones con Bruselas no debe generar ilusiones.
Como ambas partes deseaban, acabaron por llegar a un acuerdo. Según
Varoufakis, será firmando al final de junio. Pero la enormidad de
las concesiones fue tamaña que en la ultima reunión del comité
central del partido 44% de sus miembros criticaron el acuerdo .
Para
favorecer los grupos monopolistas y a los patrones en general, el
gobierno precisa realizar tímidas reformas en las áreas de política
fiscal y monetaria. Las contradicciones existentes en la Unión
Europea y en sus relaciones con EEUU tenían inevitablemente que
pesar en el dialogo del gobernó de Tsipras con las potencias
imperialistas.
No
hay que olvidar que Washington disputa a Alemania la hegemonía en
Europa y hace todo lo posible para sabotear las relaciones económicas
del gobierno de Angela Merkel con Rusia.
El
alejamiento de Varoufakis como «negociador» fue tema de
interpretaciones fantasiosas. En realidad, esa decisión no tuvo
motivaciones ideológicas, fue resultado de su personalidad y estilo.
Varoufakis
fue profesor de una universidad norte-americana y es un keynesiano
defensor del capitalismo y de mejores relaciones con EEUU. Declaró
enfáticamente que está de acuerdo con un 70% del memorando impuesto
por la troika.
El
«Acuerdo del 20 febrero», negociado con el Eurogrupo, prorrogó la
validez del memorando. El gobierno Syriza –Anel mantuvo todos los
compromisos del gobierno de Samaras y los anteriores. Y abrió la
puerta a nuevas medidas antipopulares: aumento de impuestos,
privatizaciones de infraestructuras estratégicas, recortes en
sectores sociales (salud, educación y seguridad social), en salarios
de la función publica, y concesión de beneficios fiscales a grandes
grupos económicos, etc.
La
privatización del puerto de Pireo será intensificada con aumento
del control privado hasta el 51%, así como otras estructuras
portuarias y 14 aeropuertos regionales.
Desde
luego la Nueva Democracia, el PASOK y el Potami se apresuraron a
declarar que votarán por el «Acuerdo del 20 de febrero» si es
sometido al Parlamento y expresaron su disponibilidad para aprobar
cualquier acuerdo que mantenga a Grecia en la Eurozona.
MAYOR
INTEGRACIÓN EN LA OTAN
El
gobierno Syriza-Anel afirma que pretende mejorar las relaciones con
EEUU y con la OTAN, instrumento militar de su estrategia de
dominación planetaria.
El
ministro de Defensa (político de extrema derecha) defiende una
profunda cooperación con Israel. Al visitar EEUU sugirió una
explotación conjunta de los recursos energéticos del Mar Egeo.
El
gobierno coligado creó condiciones para la intensificación de
maniobras de la OTAN en el país, ampliando la cooperación con las
bases militares de la organización en el territorio nacional. El
ministro de Defensa propone incluso la instalación de una nueva base
militar de la OTAN en la isla de Karpathos.
Pese
a la asfixia financiera del país, el gobierno de Tsipras aprobó una
cuantía de 500 millones de dólares para modernización de aviones
Lockheed, obsoletos, destinados a misiones de vigilancia de la OTAN
en el sureste de Mediterráneo.
Exhibiendo
sus contradicciones, discrepó primero de la imposición de nuevas
sanciones a Rusia, pero posteriormente las aprobó. Aceptó también
participar en la escalada militar en el Medio Oriente invocando como
justificación «la protección de los cristianos» contra el llamado
Estado Islámico.
Se
amplían las relaciones con el estado terrorista de Israel que asumen
el perfil de una alianza estratégica. En los primeros días del
actual gobierno, el ministro de Defensa sugirió la creación de un
«espacio común de defensa» que inclua Chipre y Israel.
Grecia
se encuentra cada vez más involucrada en los proyectos agresivos del
imperialismo para la región y por lo tanto cada vez más expuesta a
los peligros inseparables de esa política.
Es
en ese contexto que el capital griego ve sus relaciones con otras
potencias capitalistas. La visita de Tsipras a Moscú se insertó en
ese cuadro.
IRREDUCTIBLE
OPOSICIÓN DEL KKE
La
dirección del KKE [Partido Comunista Griego] declaró desde el
inicio de la campaña electoral que no aceptaría en cualquier
circunstancia participar en un gobierno burgués. El Partido
Comunista es consciente de la dificultad de su posición.
El
hecho de que Synapismos, el núcleo del actual Syriza, fue formado
por disidentes del KKE, contribuyó para que los grandes medios
internacionales presentasen el partido de Tsipras como una fuerza
política radical, incluso revolucionaria. El apoyo al gobierno
Syriza - Anel del Partido de la Izquierda Europea (creado para
desmovilizar la clase obrera ), de partidos comunistas reformistas
como el PCF y el PCE, y de la social democracia europea en general,
también generó alguna confusión.
El
KKE cumple un papel insustituible en la organización de la lucha
contra las medidas antipopulares del actual gobierno.
La
votación del proyecto de ley que sometió al Parlamento para
abolición inmediata del memorando y de las leyes antipopulares ha
sido aplazada. Pero será seguramente derrotado por la mayoría.
El
control del Legislativo por Syriza -que ha recibido el apoyo
transparente de la burguesía- no impide la ascensión de la lucha de
masas.
Syriza,
con su populismo demagógico, continúa confundiendo a amplios
sectores sociales. Pero su máscara presenta cada vez más huecos.
En
el momento en que escribo esto se multiplican en toda Grecia las
manifestaciones y huelgas. El éxito de los desfiles del Primer de
Mayo iluminó bien la actitud de miles de trabajadores ante una
política clasista favorable al gran capital. Para los días 11 y 23
de junio fueron ya convocadas por el PAME –el frente de
trabajadores y organizaciones sindicales en el cual el KKE tiene un
papel fundamental– grandes manifestaciones.
El
capitalismo no tiene soluciones para su crisis estructural. Está
condenado a desaparecer y la única alternativa es el socialismo.
El
KKE no ignora que en el actual contexto europeo y mundial la agonía
del monstruoso sistema de explotación del hombre será probablemente
lenta. Pero como partido revolucionario marxista-leninista su
estrategia no es elaborada en función de un calendario para la toma
del poder.
Los
comunistas griegos no excluyen la posibilidad de una agudización de
contradicciones y antagonismos –situación esa que podría llevar a
una guerra imperialista en la región.
De
dirigentes del KKE escuché repetidas veces la afirmación de que
está preparado para «todas las eventualidades».
Atenas,
31 de Mayo de 2015
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