17 de octubre de 2012

POR LA HUELGA GENERAL EN EL SUR DE EUROPA

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:

Vaya por delante que la Huelga General en el Sur de Europa (Portugal, España, Italia, Grecia, idealmente también Francia) me parece una iniciativa sindical insuficiente, aunque muy necesaria.

Insuficiente porque hasta que no sea posible romper sindicalmente la división de los trabajadores entre el Norte y el Sur de Europa, concordante con las distintas realidades de la crisis en cada una de las dos eurozonas, no será posible enfrentar a los trabajadores europeos a las decisiones de La Troika, de las grandes oligarquías y corporaciones empresariales europeas y a los distintos gobiernos que imponen, en dosis de dolor social variable, sus recortes a las clases trabajadoras europeas. Y para eso es necesario avanzar hacia la EuroHuelga, o Huelga General Europea en toda la UE, y más allá, en todos los países del Viejo Continente, estén o no integrados en la Europa de los Mercaderes.

Pero la considero muy necesaria porque puede empezar a resquebrajar y a fragmentar el monolito de reformismo estéril y apagafuegos que es la CES (Confederación Europea de Sindicatos). Una Huelga General del Sur de Europa sería un toque de atención muy poderoso dentro de las cúpulas sindicales de la CES y podría empezar a generar una recomposición dentro de las corrientes social-liberales y pactistas –cuando el tiempo del pactismo está muriendo- dominantes de en esa organización sindical. Y eso sería muy bueno para la clase trabajadora de la Vieja Europa y de cada país en particular.

Nueva Tribuna es una publicación del entorno social-liberal (PSOE) y de los sectores más reformistas de los sindicatos y de IU. Pero es llamativo que se haya colado un texto crítico hacia la actuación hasta ahora de los sindicatos mayoritarios del Sur de Europa, constreñidos dentro de sus visiones chatamente nacionales.

Echo a faltar en el texto que a continuación les presento, la necesidad de definir un carácter anticapitalista y político de la Huelga General en el Sur de Europa, que avance programáticamente hacia un proyecto de derribo del capitalismo, que no podrá venir del mundo sindical porque éste es, por su naturaleza reformista, como bien afirmaron en su día Lenin y Rosa Luxemburgo, pero que venga de un discurso de las izquierdas políticas que gire hacia la clase y radicalice su discurso, abandonando esa sucia trampa de los ciudadanismos interclasistas y los trampantojos de Referéndums, destinados a impedir un enfrentamiento radical con el capitalismo y sus secuaces gubernamentales.

Del mismo modo, echo también en falta una crítica de lo que la CES significa de largos años de compromiso social, desmovilización y adormecimiento de la conciencia de clase de los trabajadores.

Pero seguramente pedir que el autor sostuviese estas posturas sería pedir demasiado, entre otras cosas porque si pensara tal cosa y las dijese seguramente no podría haberlas escrito en Nueva Tribuna.  

De cualquier modo, es un avance y por ese motivo se lo presento a ustedes aquí:

Por la huelga general en el sur de Europa

Francí Xavier Muñoz. Nueva Tribuna
 “Primero, rescataron a los griegos. Como no éramos griegos, no hicimos nada. Después, rescataron a los irlandeses. Como no éramos irlandeses, no hicimos nada. Luego, rescataron a los portugueses. Como no éramos portugueses, no hicimos nada. Más tarde, rescataron a los españoles. Como no éramos españoles, no hicimos nada. Finalmente, nos rescataron a nosotros, los italianos. Sin embargo,, ahora ya es tarde. Roma, 2013”.

Portugal irá a la huelga general el próximo 14 de noviembre por las medidas que está aprobando su Gobierno, que suponen más recortes de los ya aplicados, sin que estos últimos hayan iniciado el camino de la recuperación para el país. Antes al contrario, han profundizado la recesión. Esta convocatoria de huelga general en el país vecino parece haber animado, por fin, a nuestros sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT) a convocar también una huelga general para esa fecha, 14N, así como en Grecia e Italia. Razones ha habido suficientes a lo largo de estos últimos cuatro años de crisis pero, ahora, se dan circunstancias concretas coincidentes que permiten la unificación de todas las huelgas generales nacionales en una sola en el sur de Europa, una huelga general cuasi-comunitaria. En España, el Gobierno ha presentado los Presupuestos Generales para 2013, que son los más restrictivos desde la reinstauración de la democracia. Y en Grecia se está negociando con la troika un nuevo paquete de recortes, que ha tenido que recibir la bendición o la enmienda de la canciller alemana y jefa de gobierno fáctica de la Unión Europea, Angela Merkel.

Pocas veces se repetirá una situación tan coincidente en el sur de Europa: la presentación de presupuestos o paquetes de recortes por gobiernos de centro-derecha, al dictado del Gobierno alemán y de la troika financiera comunitaria. Los sindicatos mayoritarios del sur de Europa no tienen esta vez excusas para fragmentar sus huelgas generales. Si lo hacen, después de tantas voces que llevan cuatro años demandando la unificación de dichas huelgas –voces entre las que incluyo la mía–, dichos sindicatos habrán asestado un golpe casi mortal a los trabajadores por ellos representados, lo que redundará en una desafección y desmotivación sindical difícil de recuperar en los próximos años. Hay incluso quien piensa que se busca dicha situación por parte de los sindicatos mayoritarios, aunque yo no me apunto a esta tesis, de momento. Sin embargo, sí habría que preguntarse por qué los gobiernos siguen sin ceder en sus políticas de ajuste duro y recortes al Estado del bienestar, a pesar de las movilizaciones de los trabajadores europeos durante los últimos cuatro años de crisis.

En mi opinión, porque la respuesta que las organizaciones sindicales están dando a la gestión neoliberal de esta crisis sigue anclada en luchas nacionales, sin que haya una estrategia decidida por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) para plantarles cara a los gobiernos y a las grandes corporaciones que los están manejando. La crisis es global, la estrategia del poder financiero es global, la respuesta de los gobiernos europeos es global y, sin embargo, la acción sindical sigue siendo nacional, tímidamente europea solo a la hora de leer declaraciones, entrevistarse con mandatarios o manifestarse en las calles.

Atrás han quedado un buen número de huelgas parciales y generales en Grecia, Francia, Portugal, Italia y España que de nada han servido. Los sindicatos mayoritarios europeos siguen pidiendo esfuerzos a los trabajadores y a los afiliados, pero éstos siguen sin ver los frutos de una estrategia que parece no llevar a ninguna parte. Y cuando se les pregunta directamente por qué no convocan una huelga general europea responden que es muy lenta la toma de decisiones a nivel supranacional y muy difícil poner de acuerdo a sindicatos de varios países. Parece que la crisis no solo despierta egoísmos nacionales en los gobiernos sino también en los sindicatos.

Y así, llevan cuatro años perdidos. Desaprovecharon la primera ocasión cuando los gobiernos comunitarios salieron en tromba a rescatar a sus entidades financieras, allá por el 2009. Luego, han tenido más ocasiones, todas desperdiciadas. Ni siquiera la constatación de la existencia del área GIPSI (antes PIIGS) en los ámbitos financieros europeos ha movido a la CES a declarar una estrategia conjunta de acción sindical contundente en esa área, que comprende a Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia. Ni siquiera el acróstico inglés empleado, que antes nos llamaba “cerdos” y ahora nos llama “gitanos”, ha conseguido unificar la conciencia y resistencia sindical en esos países.
Caben dos explicaciones, aunque las dos desesperantes. Una sería aquella que explica la parcelación estatal de las luchas sindicales por ese egoísmo nacional que la crisis y su gestión ha incentivado. Otra sería que los sindicatos mayoritarios estarían esperando a una mayor federalización de la política económica y fiscal comunitaria, con transferencia de soberanía y órganos ejecutivos con mando en plaza en todas las economías que suscribieran dicha convergencia, lo que se ha dado en llamar la “gobernanza europea”. En este caso, la CES tendría más capacidad de acción unitaria. Pero mientras tanto, los gobiernos de los países GIPSI van reduciendo el Estado del bienestar y cientos de miles de trabajadores ven reducidos su poder adquisitivo, su seguridad laboral y sus prestaciones asistenciales, en una estrategia calculada para incentivar en ellos el miedo a la protesta, dejando caer los gobiernos siempre el mismo mensaje de que “podemos llegar a estar peor de lo que estamos si no hacemos lo que tenemos que hacer”.

Y yo me pregunto… cuando las grandes corporaciones del poder económico y financiero luchan a brazo partido por sus intereses; cuando los gobiernos y parlamentos anteponen los intereses de esas corporaciones a los derechos de los ciudadanos; cuando los sindicatos mayoritarios europeos renuncian a enseñar el músculo unitario que podrían desplegar… ¿qué nos queda a los trabajadores para enfrentarnos a esta estrategia de achinizar Europa? Los movimientos sociales y políticos en red son una de esas alternativas. Los sindicatos mayoritarios deben entender que la huelga europea, o al menos, la huelga en el sur de Europa, debería ser otra. De ellos depende dar la última batalla organizada por el Estado del bienestar. Si no la dan ahora que España, Grecia y Portugal se enfrentan al anuncio casi unívoco de más recortes presupuestarios, habrán contribuido con su inacción a la regresión irremisible de la Europa social que hemos conocido hasta ahora.

14 de octubre de 2012

EUROPA QUEDA A LA ESPERA DE QUE SE DISIPE EL ESPEJISMO

La nueva sede, en construcción, del Banco Central Europeo
Giuseppe Bottazzi (Milán). Diagonal
El 6 de septiembre Mario Draghi anunció que el Banco Central Europeo estaba dispuesto a comprar bonos de los países en apuros. Pero, ¿qué consecuencias tiene este anuncio para los más afectados de la eurozona? Nadie lo sabe, ya que las palabras del banquero central no han concretado cómo funcionará la anunciada “salvaguardia de la transmisión de la política monetaria en todos los países de la zona euro”.
Los gobiernos que quieren que el BCE compre su deuda –y les saque de los apuros del mercado– tendrán, sin embargo, que firmar un “memorándum”, sin que hasta ahora se sepa lo que este acuerdo llevará escrito. Todos parecen ir a ciegas, sobre todo el gabinete de Mariano Rajoy, abocado al rescate. Sobre si España optará finalmente por pedir asistencia a Europa para aliviar la presión sobre la deuda, el ministro de Economía Luis de Guindos ha vuelto a insistir en que el Gobierno analizará “con cuidado y atención” las condiciones del eventual rescate. Es decir, que cada país que decida sentarse a la mesa del BCE tendrá que pactar sus condiciones.
Y no hay que dar por descontado que la situación resulte diferente de la de Grecia: todo dependerá del poder de negociación de los interlocutores. Por esto la otra candidata al rescate, Italia, después de tanto pedir una intervención del BCE en contra de la especulación, ahora titubea. Y el primer ministro transalpino, Mario Monti, no se cansa de repetir que no va a solicitar ayuda alguna. El tecnócrata ha entendido que el milagro de “Súper Mario-Draghi”, de pronto coronado salvador de la eurozona, es de momento sólo un espejismo.
Tras el anuncio de Draghi han bajado las primas de riesgo de España e Italia, los dos “vigilados especiales” de la zona euro. Pero esto no implica que para Madrid y Roma se haya alejado definitivamente el fantasma de Grecia; un fantasma que es fácil identificar con los “hombres de negro” del Fondo Monetario Internacional. El incrustado del FMI en el nuevo plan de rescate del BCE, confirmado por Draghi delante de las cámaras, no promete nada bueno.
Desde la Eurotorre de Frankfurt (cuartel general de los banqueros del euro) confirman que el papel del Fondo está por definir y que, como en el caso de los “memorándum”, habrá que decidir caso por caso. Sin embargo la nota del BCE precisa que “siendo el FMI una organización internacional, decidirá por sí misma el nivel de involucración”. Esto dota de una autonomía inquietante a una institución que se ha hecho paladín de los recortes”sangre, sudor y lágrimas” en todo el mundo.
Mientras tanto, en Bruselas intentan calmar los ánimos: “La introducción del FMI en el programa de adquisición de deuda soberana de los países en apuros no implica condiciones adicionales. Sólo es una garantía de la seriedad del proceso”, ha explicado Olivier Bailly, uno de los portavoces de la Comisión Europea. El marco se definirá en los próximos días y la cobaya podría ser Madrid. El Gobierno de Mariano Rajoy está preparado para pedir el rescate. Sólo es cuestión de fechas: Madrid no lo pidió en tiempo útil para que los ministros de Finanzas de la eurozona lo abordaran en su reunión regular prevista en Luxemburgo el 8 de octubre, por lo que la solicitud llegará probablemente antes del Consejo Europeo del 18 y 19 de octubre en Bruselas. Los socios de la eurozona, como Francia e Italia, están presionando para que la decisión se tome cuanto antes, y Rajoy no podrá seguir ganando tiempo antes de anunciar algo que se da por hecho.
Sin embargo, mientras España está al borde del rescate y Grecia se desangra para quedarse en el euro, en Alemania también hay quien estudia abandonar el barco antes de que se hunda. “La salida de Alemania del euro no sería una tragedia y muchos bancos alemanes consideran posible esta solución porque en los formularios para sus clientes han introducido una cláusula que fija las normas para el cambio del euro con el marco”, acaba de declarar el exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi.
Como siempre, cuando se trata del ‘cavaliere’ nadie se lo ha tomado demasiado en serio pero, por una vez, Berlusconi, que hora trata de reciclarse como líder antieuro, no ha sido tan embustero como en sus años de Gobierno: en Alemania los bancos han fijado las reglas para cambiar los euros por marcos en el futuro. Al contrario que en otros países de la eurozona –en España se ha puesto en septiembre–, en Alemania no se ha fijado una fecha límite para cambiar las viejos billetes, que seguirán siendo convertibles en el futuro “sin límites ni comisiones”.
A esto hay que añadir que en el país se ha aprobado una ley que garantiza, en caso de ruptura del euro, que los bancos entreguen a sus clientes el mismo importe en cualquier moneda que surja de la implosión de la eurozona. Y por si los gobiernos de los países en apuros se es- fuerzan por entender lo que hay detrás del anuncio de Mario Draghi –y la gente baja a la calle en contra de los nuevos planes de austeridad– en algunos Lander alemanes hay todavía tiendas que aceptan los viejos marcos. Las estimaciones del Bundesbank, el banco central del país, dicen que entre viejos billetes y monedas hay un tesoro escondido estimado en más de 6.000 millones de euros. A la espera de ver qué pasará con la eurozona nadie tiene prisa por cambiarlos.
Francia: aumenta el desempleo y el descontento
por Carole Charraud
Desde el principio de 2012, la tasa de desempleo francesa ha subido del 9,2% para los individuos considerado como pertenecientes de la categoría A, una cifra que aumentará si se consuma el plan de despidos de PSA Renault Citroën, que prevé la eliminación de 8.000 puestos de trabajo. Frente al disgusto creciente de la población francesa con la política del gobierno y de las grandes compañías nacionales, actores políticos de la izquierda organizaron una protesta este 30 de septiembre con el fin de manifestar su descontento y pedir medidas ya frente a la política nacional y europea “de austeridad”.
En las calles de Paris, 80.000 estudiantes, trabajadores precarios, desempleados y decepcionados de la política de Hollande marcharon junto a varios partidos políticos y decenas de organizaciones para pedir un referéndum sobre el Pacto Fiscal Europeo. El abandono de la ratificación del Pacto Fiscal Europeo que Hollande había prometido durante su campaña y los sucesivos despidos de trabajadores por grandes empresas francesas alarman a la población.
Italia: el Gobierno se prepara para más recortes
Redacción
El Gobierno de Mario Monti ha anunciado que no se subirá el IVA al menos hasta julio de 2013. El 3 de octubre, el Tribunal de Cuentas italiano confirmaba que los ajustes estructurales del Gobierno han llevado a la economía a la recesión.
La previsión de decrecimiento del Producto Interior Bruto ha subido del - 1,2%, que se calculaba en abril, hasta el -2,4%. La comunidad educativa teme que se produzcan nuevos recortes en este sector, donde sólo en la Universidad se han reducido 200 millones. En este clima, el 5 de octubre, miles de estudiantes marcharon por Roma hasta el Ministerio de Educación.