26 de junio de 2013

ESTADO PARANOICO

Pedro Miguel. La Jornada

Uno no querría describirlo así porque suena desorbitado, pero ahí están las pruebas: entre las administraciones de George W. Bush y las de Barack Obama, Estados Unidos se ha vuelto el gobierno más paranoico del mundo y hoy lo es mucho más que en los tiempos del macartismo y de la guerra fría, cuando poseía, al menos, argumentos verosímiles –aunque no necesariamente verdaderos– para mantener a millones de personas, estadunidenses o no, bajo un régimen de vigilancia estrecha y secreta: en aquellos tiempos la confrontación entre las superpotencias tenía entre sus perspectivas la del cataclismo nuclear o destrucción mutua asegurada (MAD, por sus siglas en inglés) y era propagandísticamente fácil dividir al mundo en buenos y malos. Ese telón de fondo dio a Washington pretextos para espiar y hostigar a individuos tan ajenos a una bomba atómica como Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, por ejemplo.

En los años 90 del siglo pasado tuvieron lugar dos fenómenos que habrían debido reorientar en forma radical la política exterior y la estrategia de seguridad estadunidenses: la desaparición del bloque soviético y el inicio de la masificación de Internet. El primero hacía obsoleta tanto la fuerza armada como la enorme infraestructura mundial de vigilancia y espionaje montada por Washington y la segunda conllevaba dos reglas de signo contrapuesto: si por un lado la proliferación de nodos de Internet facilitaba la tarea de espiar a los usuarios, por otro colocaba en un nivel de gran vulnerabilidad una gran cantidad de secretos de Estado, toda vez que éstos, de una forma u otra, irían a parar a contenedores (servidores) conectados a la red mundial.

Pero, en vez de redimensionar a la baja sus fuerzas ofensivas y de vigilancia, la Casa Blanca, entonces a cargo de George Bush padre, optó por proyectar a Estados Unidos como superpotencia única, autoerigida en promotora de unnuevo orden mundial de matriz neoliberal. Esta decisión se tradujo, en el ámbito del espionaje electrónico, en la reorientación de los sistemas deinteligencia de señales (Signint) hasta entonces usados para espiar a la URSS y sus aliados, cuyo conjunto se conoce popularmente como Echelon. Operado por los integrantes del Acuerdo Ukusa (EU, Inglaterra, Canadá, Australia y Nueva Zelanda), actualmente es empleado para monitorear señales satelitales, telefónicas, celulares y de microondas, lo que pone a sus operadores en posibilidad de espiar el contenido de toda suerte de mensajes. En diversas ocasiones se ha señalado que Echelon es usado por sus socios como mecanismo de espionaje industrial y comercial que ha sido aplicado contra la Unión Europea. Ya en 2001 un informe del Parlamento Europeo recomendaba a ciudadanos y corporaciones del viejo continente que usaran sistemas de encriptación en sus telecomunicaciones, a fin de evadir la vigilancia ilegal por medio de Echelon (http://goo.gl/BVwRn).

En el ámbito interno, la FBI instaló en 1997 un software conocido como Carnivore (DCS1000) para monitorearlos intercambios de correo electrónico en territorio estadunidense. Tres años más tarde la Electronic Frontier Foundation presentó un documento al Congreso, en el que señalaba los peligros del sistema y la respuesta de la FBI fue que no había motivos de preocupación, porque el programa permitía a las autoridades distinguir entre las comunicaciones que pueden ser legalmente interceptadas de las que no. Durante el gobierno de George W. Bush, Carnivore fue remplazado por NarusInsight, software desarrollado por una subsidiaria de Boeing de origen israelí.

Los programas de espionaje masivo dados a conocer el mes pasado por Edward Snowden se refieren a llamadas telefónicas dentro y fuera del territorio estadunidense (Verizon, Sprint y At&t), así como la intromisión mundial en correos electrónicos, chats, videos, fotos, videoconferencias y transferencias de archivos, e involucra a las compañías Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, Paltalk, Youtube, Skype, Aol y Apple. De acuerdo con lo revelado por Snowden, el gobierno de Washington ha espiado por igual a estadistas, universidades, empresas y ciudadanos privados de un sinnúmero de países.

Uno de los problemas obvios de esa red de espionaje es que su operación requiere de grandes cantidades de personas. Hoy, casi 5 millones de personas –tanto empleados públicos como personal de empresas contratistas– tienen acceso a información confidencial y secreta del gobierno de Washington, en tanto que un millón 400 mil empleados gubernamentales tienen acceso a información clasificada comoultrasecreta. La debilidad estructural del sistema es evidente.

En cuanto a su debilidad política y moral, nada la ilustra mejor que el hecho de que el gobierno de Obama haya presentado contra Snowden cargos por... espionaje.

23 de junio de 2013

OPERACIÓN A GRAN ESCALA DE GUERRA EN RED CONTRA CUBA (+INFOGRAFÍA)

La Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB) ha presentado en el Congreso de Estados Unidos sus nuevas estrategias de comunicación para Cuba...

Norelys Morales Aguilera. Cubahora

  • Entre las iniciativas está la distribución de programas de TV Martí a través memorias flash.
  • Radio y Televisión Martí han costado más de 600 millones de dólares a los contribuyentes norteamericanos. Ese dinero en realidad beneficia a elementos de la mafia anticubana, incluidos congresistas de origen cubano.
  • Se ha revelado, entre otras cosas, cómo  pagaron a un mínimo de 10 “periodistas” del sur de la Florida, incluyendo a tres de El Nuevo Herald, por sus contribuciones a programas de propaganda en esa maquinaria concebida como arma de la guerra sucia contra el país.
  • Transmiten semanalmente hacia Cuba más de 2 mil horas de radio y televisión por 30 diferentes frecuencias.
  • Anualmente EE.UU. destina 30 millones de dólares a financiar las transmisiones subversivas e ilegales hacia Cuba de las emisoras Radio Martí y TV Martí.


Cronología Terrorismo contra Cuba.
Vienen por más de un millón de celulares cubanos y con la anuencia y el financiamiento del Congreso de los Estados Unidos. La Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB) operada por la Broadcasting Board of Governors (BBG) ha presentado en el Congreso de Estados Unidos sus nuevas estrategias de comunicación para Cuba.

Según los sitios web empleados por Washington para la subversión contra la Isla, numerosos mensajes de texto se están enviando al ciberespacio cubano a través de un sistema computarizado, desarrollado por especialistas de marketing en masa, para llegar a grandes cantidades de personas desde diferentes números de teléfono, tanto en Estados Unidos como en España.

Se dice que entre las iniciativas mostradas está el uso de memorias flash de papel para mandar noticias y reportajes de radio, la distribución de programas de TV Martí a través de DVD y memorias flash convencionales. Pero la joya de la corona del nuevo proyecto agresivo es un sistema recién creado de redes sociales llamado Piramideo, el cual permite a los participantes crear grupos y subgrupos y enviar mensajes de texto por teléfono celular a grandes números de personas a la vez.

Bajo el eslogan en apariencia inocente “Conéctate Anúnciate Diviértete”, el website del sistema se describe a sí mismo como “una red social que te permite conectarte con tu gente. Desde tu celular o desde nuestra página web… Piramideo te ayuda a compartir lo que sucede a cada instante con todos tus amigos, familiares, clientes, empleados, etc.”
Pero, de lo que se trata es de que Martínoticias.com, Radio Martí y Televisión Martí, medios desacreditados en la Isla, diseñados para la guerra ideológica y de muy dudosa influencia en el accionar político cubano desde 1985, intentan reciclarse por medio de una agresión extensa para continuar empleando fondos gubernamentales de Estados Unidos provenientes del contribuyente norteamericano.

Se sabe que el International Broadcasting Bureau (IBB) es una agencia federal del gobierno de los EE.UU. con el fin de producir programas de radio y televisión de carácter político dirigidos a audiencias de países extranjeros, creada en 1994, fecha en la cual también se creó la Broadcasting Board of Governors (BBG), encargada de vigilar todas las transmisiones de radio y televisión no militares del gobierno federal.

Con financiamiento federal, la IBB está compuesta por los servicios: Voice of America (VOA, 1942), WORLDNET Television and Film Service and Radio y la OCB a cargo de Radio Martí (1985) y TV Martí (1990) con su respectivos sitios Web.

Por su parte, la BBG ha impulsado los esfuerzos para “promover la libertad en Internet” y llegar a los cubanos a través de los teléfonos móviles y las redes sociales. El gobierno de Barack Obama comenzó a trasladar millones de dólares públicamente en programas para la libertad en Internet del Departamento de Estado a la BBG desde 2011.

En el momento de aprobar la licitación de un contrato del Gobierno de EE.UU. para crear un sistema capaz de enviar decenas de miles de mensajes de texto a usuarios de teléfonos celulares en Cuba con información y noticias de Radio y TV Martí, en 2011, obtenido por la compañía estadounidense Washington Software, de Maryland, un posible contratista preguntó si una campaña de mensajes de texto era legal y manifestó su preocupación, pero el IBB, máximo encargado de Radio y TV Martí, solo explicó la necesidad de saltarse la “censura cubana”.

“El programa contra la censura tiene como finalidad garantizar a los usuarios de Internet en los países beneficiarios acceso a las noticias y otros programas de las emisoras del Gobierno de EEUU, a través de una variedad de herramientas para contrarrestar los controles de la censura en Internet patrocinados por gobiernos extranjeros.” No hablemos de la censura que ejerce el gobierno norteamericano sobre sus nacionales.
La Oficina de Transmisiones a Cuba que opera Radio y TV Martí recibió un presupuesto de $23,5 millones en el año fiscal 2013, y ya ha comenzado una verdadera operación de guerra en red (netwar) con sus nuevas estrategias de comunicación para agredir a Cuba.
La ilegalidad y provocación que suponen estos proyectos y planes no dejan espacio a la duda. Lo que se da a conocer como una estrategia comunicativa de la OCB es otra agresión. La pretensión es inundar el ciberespacio cubano precisamente con información y productos audiovisuales de marcado contenido político injerencista y subversivo, lo que se puede interpretar como una nueva operación a gran escala contra Cuba desde el Congreso de los Estados Unidos.

Con ello, y los fondos declarados para agredir a la isla, las supuestas estrategias de comunicación son proyectos en los cuales Estados Unidos hace todo lo posible para que el espacio virtual cubano sea una verdadera extensión de la geografía estadounidense, algo intolerable para una nación independiente. Y los cubanos lo saben. Esa es la mala noticia para los que hoy se encaraman en las tecnologías para conseguir lo que no han podido con el bloqueo y la guerra ideológica ininterrumpida durante décadas, entre otras tropelías.