Por Marat
La inmensa mayoría de los mitológicos superhéroes liberadores de la humanidad no han sido creados por la plebe, los menestrales, los oprimidos de clase.
La gran mayoría de ellos –admito que puede haber excepciones- han sido creados por el poder económico, político o religioso o lo han sido por quienes trabajan a su servicio. Y lo es fundamentalmente porque este superhéroe, aunque parezca un desfacedor de entuertos e injusticias sufridos por los más débiles, trabaja solo, desconectado de la plebe a la que supuestamente pretende defender. Es alguien que actúa al modo del buen espíritu del despotismo ilustrado bajo la consigna del “todo para el pueblo pero sin el pueblo”, no sea que éste tenga criterio propio, le salga respondón y acabe por hacer las cosas por sí mismo, lo que tiene un tufo socialista/comunista de no te menees. Ya saben, aquello de “la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los propios trabajadores” (1) Y donde pone trabajadores pongan en los diversos momentos históricos los esclavos, el campesinado medieval, los artesanos,...
El Golem, ser animado creado a partir de la materia inanimada del barro, al modo de Adán, nació en la comunidad hebraica como una figura ligada a los rabinos (poder religioso) y en la Edad Media se reencarnará como el muñeco-héroe que defiende a los habitantes del ghetto de Praga de los pogromos antisemitas. Quizá de todos ellos, el Golem sea la más evidente marioneta al servicio de quien mueve los hilos, ya que es un ser dado vida sin inteligencia ni voluntad propia que se mueve al dictado de su creador.
“No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio.”
(“El otro, el mismo”. Jorge Luis Borges)
El Zorro (Don Diego Vega), creado por el ex reportero policial en prensa amarilla y ex oficial de relaciones públicas del ejercito de los Estados Unidos durante la I G.M. Arthur Johnston McCulley, será un noble hijo de un hacendado español que también actúa contra los poderosos, defendiendo a los oprimidos pero sin contar apenas con ellos.
Superman, el Kriptonita protector de viejecitas, salvador de niños a punto de ser atropellados por el Mustang conducido por un loco de las 5 velocidades, luchador contra el mal en sus más variadas formas (casi siempre contrahéroes pérfidos y retorcidos o fachendosos matones de 12 píes de alto) y, en su tiempo de “hombre normal”, reportero del "The Globe", nació dentro de la poderosa industria norteamericana del cómic, pasando rápidamente a seriales de radio, programas de tv, más tarde al cine, las tiras periódicas y hasta los videojuegos. No parece que su lucha a favor del débil atentase demasiado contra los poderes reales, a tenor de cómo lo pluriempleó la industria de la comunicación USA. Significativo que el nacimiento de este sujeto de superpoderes con los calzoncillos por fuera se produjese en plena Depresión, tras el crack del 29, cuando la gran potencia emergente USA tenía un serio problema de identidad y de confianza en sí misma.
Llamativo también que “V de Vendetta” (en España) o “V de Venganza” (en Latinoamérica) se estrenase un año antes de estallar la crisis capitalista de 2007, cuando ya una serie de expertos económicos venían anunciando la formación de la burbuja financiera que desembocaría en la crisis sistémica. En política no existen las casualidades y, si se lo parecen, sospeche de ellas.
La película presenta al personaje inspirado en el terrorista Guy Fawkes, azuzado por los papistas católicos en Inglaterra para volar el Parlamento Británico en 1605, como un héroe anarquista y antifascista de una sociedad totalitaria futura. Pero lo cierto es que V es un personaje permanentemente cubierto con una máscara andrógina, que actúa la mayor parte del tiempo solo –salvo cuando le ayuda la joven Evey Hammond- que utiliza el terrorismo como arma de acción política –y ya sabemos que la relación terrorismo/movimiento de masas suele tener un efecto devastador que acaba en la represión de este último- y que elige también en una época venidera el Parlamento Británico, no la sede del Gobierno, del Partido Fascista en el Gobierno o de la Monarquía. Por muy anarquista que pretenda parecer el personaje que nos presentan ejerce su terrorismo frente a lo que es la más clara simbología de la voluntad popular –el Parlamento como concepto, incluso en el fascismo-, mucho más que un gobierno o un jefe de Estado. Los anarquistas partidarios de la bomba y la acción directa siempre actuaron a cara descubierta, no se desconectaron del todo de las organizaciones populares, fueron regicidas o mataron a Presidentes de los Consejos de Ministros pero no ponían bombas en los Parlamentos. ¿Acaso la Warner Bross, estudio que realizó “V de Vendetta”, está plagado de directores anarquistas y el Gobierno USA, que sigue ejerciendo la censura contra todo lo que de verdad sea revolucionario, tiene el interés en promocionar revoluciones libertadoras? Tontos útiles con careta que hacen el Anonymous por Internet hay unos cuantos y analfabetos políticos que se creen estos camelos bastantes más pero no esperen que todos comulguemos con ruedas de molino. Mucho menos cuando les vemos exaltando en sus vídeos el pánico catastrofista más paralizador que pueda existir –a partir de cierto nivel de intensidad el horror no agita conciencias sino que desmoviliza personas-, fabricado con medias verdades, realidades distorsionadas y señalamientos de la política y de un núcleo de capitalistas concretos como centros del mal, antes que del capitalismo como sistema. Nadie se sorprenda entonces de que algunos pensemos que esos Anonymous de la careta sirven precisamente a aquello que denuncian, el NOW (Nuevo Orden Mundial).
Significativo que V de Vendetta fuese creada por gran parte del equipo que trabajó en la trilogía de “Matrix”, esa trilogía tan del gusto de las sectas y de la extrema derecha.
Y por fin llegamos en 2011 –el mismo año en el que las “revoluciones de colores” se han hecho mundiales- a “In Time”, película producida en los estudios de la Twentieth Century Fox (los de la ultraconservadora TV Fox), esa corporación fílmica bolchevique, subsidiaria de News Corporation, que es propiedad de Rupert Murdoch, al que todos conocemos como un peligroso marxista-leninista. Espero que el lector repare en la ironía. Este sujeto, es uno de los neocon (aunque es cierto que en el pasado coqueteo con la izquierda laborista australiana y británica) mediáticos más importantes del mundo y ha marcado, con la influencia de su corporación mediática (la segunda más grande e influyente del mundo), el devenir político y económico de los últimos 10 años del mundo capitalista. Hay quien cree ver en In Time “una actualización del pensamiento marxista –quizás el de Harpo Marx- en relación a la cultura”, aunque “made in Hollywood”. Y se queda tan pancho. Realmente la izquierda está mal, no sólo organizativa sino ideológicamente, sí.
Uno de los argumentos de este “intelectual orgánico” de la izquierda es que en esta película se habla de “capitalismo darwinista”. En realidad da otros muchos otros argumentos quien defiende esta tesis. Les invito pues a leerla y contrastar ambos puntos de vista. Hay muchas películas con guiños a la izquierda: “Wall Street”, “The New Agee” o la distópica “Soylent Green” (también conocida esta última como “Cuando el destino nos alcance”), entre tantas de ellas. Pero lo decisivo es la respuesta que le demos a la vieja pregunta "Qui prodest?" (¿A quien beneficia?) Nunca lo hará a los oprimidos de clase un mensaje en el que se ensalce el heroísmo del individualismo en la lucha, desconectado del trabajo y la movilización de las masas.
Cada vez que un fantoche, se llame Guy Fawkes o Will Salas, éste ya con noviazgo logrado, es elevado a la categoría de humano semidios libertador de los pueblos y los individuos, que pueden esperar tranquilos a ser manumitidos de la esclavitud con cadenas físicas o simbólicas, se está haciendo un llamamiento a la desmovilización de las masas oprimidas, en espera de la entrega del fuego sagrado a los hombres por un moderno Prometeo con cuchillo o pistola.
A quien se pregunta ante “In Time” “cómo es posible que Hollywood, la misma industria que ha sido epicentro de gran parte de la propaganda capitalista desde hace casi un siglo, produzca ahora una película blockbuster que sea casi tan revolucionaria como el Manifiesto Comunista?”(nada más y nada menos), aparte de recomendarle que deje el ácido lisérgico por sus nefastos efectos neuronales, habría que sugerirle la lectura de algunos párrafos de Marx sobre la religión ya que él tiende a recurrir al argumento de autoridad del filósofo de Tréveris:
“La existencia profana del error está comprometida una vez que está impugnada su celeste “oratio pro aris et focis”. El hombre que en la fantástica realidad del cielo, donde buscaba un superhombre, sólo ha encontrado el reflejo (Widerschein) de sí mismo, no se sentirá ya dispuesto a encontrar sólo la apariencia (Schein) de su sí mismo, a encontrar sólo lo in-humano, donde busca y debe buscar su verdadera realidad.....
....La superación de la religión como felicidad ilusoria del pueblo es la exigencia de su felicidad real. La exigencia de abandonar las ilusiones sobre su estado es la exigencia de abandonar un estado que necesita ilusiones. En germen, la crítica de la religión es, por tanto, la crítica del valle de lágrimas cuya apariencia sacra es la religión.
La crítica ha deshojado las flores imaginarias de la cadena, no para que el hombre lleve una cadena sin fantasía ni consuelo, sino para que la arroje y tome la flor viviente. La crítica de la religión desengaña al hombre para que piense, obre, dé forma a su realidad, como hombre des-engañado, que ha accedido al entendimiento; para que él se mueva alrededor de sí mismo y de su sol real. La religión es sólo el sol ilusorio que se mueve alrededor del hombre mientras éste no se mueve en torno a sí mismo.
Es, pues, la tarea de la historia, después de que ha desaparecido el más-allá de la verdad, establecer la verdad del más-acá. Es la tarea de la filosofía que se pone al servicio de la historia, después de que está desenmascarada la autoenajenación humana, desenmascarar la autoenajenación en sus formas profanas. Con ello, la crítica del cielo se transforma en crítica de la tierra, la crítica de la religión en la crítica del derecho, la crítica de la teología en la crítica de la política”
El superhombre redentor de las masas cumple la misma función místico-religiosa, inversora de la realidad material del ser humano, que el Cristo crucificado del cristianismo, sacrificado para la redención de los hombres de su pecado original. ¿Si alguien nos salva para qué realizar nosotros mismos “el esfuerzo redentor”?
En un tiempo en el que la izquierda organizada está desorientada, perdida, agazapada, renunciando a su propia identidad, y avergonzándonos a tantas personas de izquierda, Hollywood nos regala en 2006 V de Vendetta, la historia recreada de un terrorista anarquista que, al modo de Juan Palomo, intenta dinamitar un Parlamento, aunque luego las masas en un espontaneísmo sospechoso acaben, por arte de birlibirloque marchando hacia la Cámara. Y en 2011 otra vez Hollywood nos entrega a su hijo bienamado, un comunista “del tiempo” (forma simbólica del dinero y, como él, equivalente general de todas las mercancías, en la película) que actúa en plan Bony & Clyde (con su novia Sylvia, la hija del hombre más poderoso de la ciudad de los pliutócratas inmortales), requisando tiempo a los malvados capitalistas para hacerle transfusiones de él a los pobres (como un VampinHood cualquiera) y prolongar sus cortas vidas, desconectado de una lucha organizada y de un esfuerzo por transmitir conciencia política a los oprimidos. Concepción individualista propia de la visión pequeñoburguesa de los procesos históricos.
Curioso que el estreno de la película coincida con el año en el que la revista del imperialismo TIME premia al personaje del año: el “indignado universal”, producto de la multinacional de “revoluciones de colores” sin luchas de clases contra el capitalismo financiero (no contra el capitalismo en su conjunto como sistema económico de dominación), al que sólo opone la masa anónima, no la clase organizada, la “revolución ciudadana” y el “pueblo” (horizontales en su camuflaje de las clases sociales, como dicen los “indignados”) y la “democracia”. Para ser unos “desfasados”, como se nos llama a los viejos rockeros comunistas, estos modernos, a los que la mano que mueve la cruceta hace bailar al son con el que los agita, han acabado en la Revolución Francesa de 1789. Y sospecho que no en el papel de los “sans-culottes” ni de los “cordeliers”.
Bájense “In Time” por la cara, pero no lo hagan desde una de esas páginas que lucrarán con sus visitas (mediante la publicidad de banners en ellas) a los amiguitos del #nolesvotes, que de tanta ayuda han servido al Presi Rajoy. Y luego de hacerlo pregúntense porqué uno de los líderes mediáticos más importantes de la revolución neocon ha permitido que esta película se realice en su estudio cinematográfico Si se creen lo que cuenta el ínclito Jon Juanma de porqué se produjo la película (2) es que como él no se preguntan porqué en el pase privado a productores, representantes del estudio, distribuidores,...no se paró la distribución de la película. Con “La sal de la tierra” del comunista, encarcelado por el Comité de Actividades Antiamericanas (la caza de brujas) Herbert Biberman los estudios Hollywoodienses fueron menos tolerantes. Tuvo que hacerla, como cine independiente, en Nuevo Méjico, con actores no profesionales sino mineros. Eso sí que es concepción marxista del cine como instrumento de toma de conciencia revolucionaria.
Y, si tienen tiempo y ganas busquen en la red, para bajárselas también, “Germinal”, basada en la maravillosa novela del socialista Emile Zola, “Novecento” (a pesar del mal sabor de boca que deja su final) de Bertolucci o “El acorazado Potemkim” de Einsenstein. Son antiguas pero no desfasadas, ni como cine de calidad, ni en su mensaje. ¡Ah! y son corales y de masas, no de superhéroes, sean estos de Marvell, de la Warner Bross o de Twentieth Century Fox.
NOTAS:
(1) Karl Marx, Declaración inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores. 1864
(2) El autor del artículo “In Time, Comunismo Made in Hollywood” afirma que “para despejar las dudas de aquellos que piensen que nada bueno puede salir de Hollywood resaltemos que el director y guionista llevaba seis años sin dirigir un filme y volvió a hacerlo después de muchos proyectos rechazados. Preguntado en una entrevista cómo conseguía cofinanciación de un gran estudio cuando su película demoniza esos mismos conglomerados capitalistas, el director de origen neozelandés contestó que “afortunadamente los productores no se leyeron el script” (guión) y consiguió venderles el proyecto focalizando el hecho de que todos los personajes en la película tendrían solamente hasta 25 años de edad, con lo que significaría de reclamo para el público potencial de la producción: los jóvenes. Además, Niccol concordó con el entrevistador T. Cook, que la película sin duda abogaba por “una amplia y radical revolución” para el mundo entero”. O sancta simplicitas! (el latinajo añadido es mío)
26 de diciembre de 2011
25 de diciembre de 2011
EL HUEVO DE LA SERPIENTE
Frei Betto. Alainet
No es necesario ser economista para advertir la grave turbulencia que afecta a la economía globalizada. Si frena la locomotora chocan los vagones, impedidos en su avance. Y el Brasil, a pesar de su PIB de 250.000 millones de dólares, todavía es vagón…
No es necesario ser economista para advertir la grave turbulencia que afecta a la economía globalizada. Si frena la locomotora chocan los vagones, impedidos en su avance. Y el Brasil, a pesar de su PIB de 250.000 millones de dólares, todavía es vagón…
Cada año, desde 1980, mantengo el maratón de una semana de charlas en Italia. Desde comienzos de este nuevo milenio eran evidentes los síntomas de que la próxima generación no disfrutaría del mismo nivel de bienestar de los últimos veinte años. Ninguna economía podía soportar semejante consumismo y la creciente monopolización de la riqueza. Ahora la realidad lo demuestra. La carroza de la Cenicienta se convirtió en una calabaza. La Unión Europea se traba en el pantano…
Son muchas las causas de la actual crisis económica. Señalarlas con precisión es tarea de los economistas que no cultivan la religión de la idolatría del mercado. Como lego que soy en el asunto, me arriesgo a dar mi opinión. Desde los años 80 la especulación se alejó de la producción. El mundo se convirtió en un casino global. Sin pasaporte ni visa, millones de dólares andan danzando libremente, día y noche, en busca de inversiones rentables. Mientras que el PIB del planeta es de 620.000 millones, de dólares el cofre del casino es de 600 billones. La famosa burbuja… ¡Viva el papel sin peso!
La lógica del lucro supera a la de la calidad de vida. La estabilidad de los mercados es, para los gobiernos centrales, más importante que la de los pueblos. Salvar monedas, no vidas humanas.
Todos sabemos cómo se alcanzó la prosperidad de la Europa occidental. Para evitar el peligro del comunismo se implantó el Estado de bienestar social. Se combinaron el Estado proveedor y los derechos sociales. Se redujo la desigualdad social y las familias de los trabajadores pasaron a tener acceso a la escolaridad, a la asistencia sanitaria, a carro y casa propia. En contrapartida, para no afectar la robustez del capital, se aplazaron las relaciones laborales, se desactivó la lucha sindical, se hundió la izquierda. Todo indicaba que la prosperidad que llamaba a la puerta, llegaba para quedarse.
No se dio la debida importancia a un pequeño detalle aritmético: si hay dos gallinas para dos personas y una de ellas se apropia de ambas gallinas, la otra se queda sin nada… Y cuando golpea el hambre, quien no tiene nada invade el espacio del que acumuló mucho.
De ese modo los pobres del mundo, atraídos por el nuevo Eldorado europeo, se fueron en busca de un lugar bajo el sol. Perfecto: Europa, como los EE.UU., necesitaba de quien, a bajo costo, limpiase oficinas, cuidase el jardín, lavase los automóviles… La onda migratoria se vio reforzada con la caída del muro de Berlín. La democracia política llegó al Este europeo sin la democracia económica. Mientras miles de gentes tomaban el rumbo hacia una vida mejor en Occidente, sus gobiernos creían que para llegar al paraíso era necesario ingresar en la zona del euro.
Europa colapsó. ¿De quién es la culpa? Ahora resulta que el crimen de cuello blanco no ha sido inculpado. ¿Quién fue castigado por la crisis estadounidense de 2008? ¿Los deforestadores del Brasil no están siendo amnistiados por el nuevo Código Forestal?
Existen culpables. Pero ahora todos se esconden bajo el escudo del FMI. Y nosotros, los brasileños, sabemos bien cómo este gran inquisidor de la economía castiga a quien comete herejías financieras: reducción de la inversión pública, garrote fiscal, desempleo, aumento de impuestos, restricción de derechos sociales, castigo a países con déficit público, etc.
Es tanto el descaro, que el paquete del FMI incluye menos democracia y más intervencionismo. Cuando Papandreu, Primer Ministro de Grecia, propuso realizar un plebiscito para oír la voz del pueblo, el FMI vetó la propuesta, depuso a dicho gobernante y nombró a Papademos, un tecnócrata, en su lugar. También el gobierno de Italia fue ocupado por otro tecnócrata. Como si el fin de la crisis dependiera de una solución contable.
La historia reciente de Europa enseña que la crisis social es el huevo de la serpiente, golpeado por el fascismo. Sobre todo cuando la crisis no es de un país sino de un continente. Poco se gana con que haya movilizaciones en un país; es necesario que se expandan por toda Europa. ¿Pero cómo será posible, si ya no existe un sindicalismo combativo ni partidos progresistas?
Las movilizaciones del tipo ‘Ocupen Wall Street’ sirven para denunciar, no para proponer, si no hubiera un proyecto político. Quien se queja del presente y teme al futuro corre el riesgo de refugiarse en el pasado, en el que habitan los fantasmas de Hitler y Mussolini.
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