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30 de mayo de 2019

BRONCA EN PODEMOS: QUE DIMITA ECHENIQUE...O MONEDERO, QUE NO ES NADIE

Echenique no se fía

Por Marat

Es sabido que durante el absolutismo los reyes, ante situaciones de crisis que pudiera acabar afectando a la corona, sacrificaban, mediante cese o incluso corte de cabeza a los validos, primeros ministros o nobles que pudieran llegar a representar una amenaza a sus reinados.

El problema es cuando no queda ni siquiera Corte porque el matrimonio Macbeth se basta y se sobra para serlo todo en el palacio morado. Si se mira a la sala del reino o a las habitaciones subyacentes, todo es un desierto. Solo en los descansillos, en los retretes y en la cocina, que es donde está lo nutricio, tan importante en las motivaciones reales hacia la política, se encuentran a los últimos sobrevenidos a la Corte morada. Es la hora de los mediocres saltimbanquis de saldo que pronto chapotearán en otra charca.

Iglesias no ha dimitido, ni falta que hace. Dimitir es para él un nombre propio ruso. Al fin y al cabo, Podemos es ya una ironía como marca en el supermercado electoral de la democracia virtual. Ni siquiera existe. Cuando apostaron por poner en la papeleta de las primeras elecciones a las que se presentaron la imagen de un tipo con coleta y sustituyeron, no ya militantes, que de eso ya no queda hace decenios, sino afiliados por adscritos 2.0 y fueron incubados en los platós de televisión, asumieron que el carisma doblemente digital -de ser dirigidos por el dedo divino del Mesías y de “existir” como holograma- sería lo que marcase su destino.

Hoy no es necesario ninguna conjura que ponga el puñal en la mano de un Bruto que asesine a su miniCésar. Podemos ya no existe y no es recuperable. Matar al padre solo podría obedecer a la venganza. No faltan razones para ello. El listado de las carreras políticas destruidas por los caprichos de la Divina Coleta es inmenso. No son tiempos es los que despreciar la importancia de una suculenta nómina mensual. Algunos de ellos se han refugiado en Más Madrid, esa marca improvisada por arribistas que vieron a tiempo que la enseña nodriza original tenía los días contados.

Tenía razón Errejón, ese monumento al narcisismo del discurso vacío, cuando expuso la idea de “ventana de oportunidad”. La crisis capitalista del 2007, antepenúltimo episodio de una crisis senil del capitalismo iniciada en 1973, dio lugar a movimientos de protesta protagonizados por las generaciones jóvenes de las clases medias que sentían el aliento en sus cogotes de un futuro incierto. En ellas la clase trabajadora, que venía perdiendo conquistas sociales y salarios desde mucho tiempo antes fue ignorada. Se inauguró una etapa de rabia social que quien supiera verlo podía aprovechar ¡Y vaya si lo hicieron! Muchos pasaron de las tiendas de campaña Quechua y las conexiones wifi en las plazas, facilitadas por empresarios anarcocapitlistas de la comunicación (Martín Varsavsky) a ocupar asientos en los parlamentos nacional y regionales y en los ayuntamientos, en muchos casos como primer empleo.

Pero pasó el tiempo. Lo mismo que cerca de un 40% de la sociedad española y de los países centrales del capitalismo no vio alterados sus niveles de vida por la crisis porque sus salarios, contratos y condiciones laborales no se vieron afectados, el espejismo de una cierta recuperación económica y de mejora de niveles de vida en sectores sociales antes golpeados por la crisis capitalista, fue provocando que ese contradictorio y absurdo asalto a los cielos desde los parlamentos de la burguesía se hiciera menos atractivo, quedando en evidencia no solo la falta de estrategia y de proyecto de los asaltacielos sino sobre todo la ausencia de un plan B que proponer para recorrer un período de mayor despolitización y vuelta hacia el yo privado cuando un sector de los antes indignados se viera con dinero en el bolsillo y posibilidades de utilizar Kayak hacia las Maldivas. El consumo mata la conciencia de clase de quienes nunca tuvieron exceso de ella, salvo como negación de lo que no querían ser: nuevo proletariado.

Pronto nadie reivindicará a Podemos. Incluso los que desde Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha u otros lugares se rebelan, aún tímidamente, contra la pareja pretoriana, ya están en otra cosa. La nave nodriza de Podemos, con sus mil alianzas, sus cien mil nombres locales, sus mareas, fue matando a muchos de sus socios o utilizando para su provecho una fuerza que no era capaz de dirigir por falta de cohesión interna y lateral y por miles de intereses contrapuestos salvo la unitaria ambición de ocupación institucional, que no de poder, porque la ambición de poder exige una voluntad de ruptura total y real con el orden establecido y estos solo eran trepas.

En cualquier caso, si la pareja Macbeth quiere aparentar en su viaje hacia la nada -no llegarán ni a secretarios generales técnicos de la concejalía de Abastos de Alpedrete en su ambición de entrar en el gobierno de la nación- que no es una satrapía, puede hacer rodar una o dos cabezas, las de los bufones, que es lo que se recurre cuando ya no hay más sacrificios que ofrecer al dios del poder, mientras sueña en su chalet de Galapagar con tiempos pasados mejores.

La primera podría ser la de Echenique, el secretario...de nada. Simplemente su secretario. Como alguna vez quizá soñó Heidi respecto a su amiga Clara podrían despeñar al mediocre pampero desde el Cerro de los Ángeles.

La segunda podría ser la de sacrificar a Monedero. Condenarle al silencio de los cartujos en el Monasterio de Cazalla de la Sierra, una zona con un magnífico aguardiente que le permita continuar alimentando sus delirios, sería un castigo a la altura de sus estupideces habituales.

22 de diciembre de 2017

CATALUÑA GIRA AÚN MÁS A LA DERECHA Y EL “RÉGIMEN DEL 78” HA INICIADO SU RECAMBIO

Por Marat

Los resultados electorales del 21-D arrojan en Cataluña un claro giro a la derecha en una sociedad que políticamente no se venía expresando en términos electorales desde el antagonismo capital-trabajo (tampoco en España) desde hace ya muchos años.

Pero al menos, durante buena parte de los años previos a la crisis capitalista, se había mantenido la ficción de un eje derecha-izquierda como sucedáneo o eco cada vez más apagado, en el mejor de los casos, del citado antagonismo. Lo cierto es que en la práctica, independientemente de a quién apelasen como sujeto social, ambas corrientes políticas lo hacían pensando en captar un voto desclasado que se identificaba con el concepto ideológico de clases medias. Eso vale para Cataluña y para España, como también para el mundo capitalista occidental.

Más allá del antagonismo nacionalismo catalán-nacionalismo español o, si lo prefieren independentismo catalán vs. unionismo/constitucionalismo, los resultados electorales arrojan una mayoría aritmética de 74 diputados electos en el Parlament abiertamente liberales en sus políticas económicas (37 de Ciudadanos, 34 de Junts per Catalunya y 3 del PP) de un total de 135; una mayoría absoluta que no se configurará como tal para la formación del Govern pero sí para aprobar medidas contra la clase trabajadora. No duden ustedes que, si los independentistas forman gobierno (Junts per Catalunya, ERC y CUP) y llegan a legislar, si no se produce la continuación del artículo 155 de la Constitución que imposibilite el funcionamiento del Govern de la Generalitat, habrá entendimiento entre indepes y españolistas en las políticas de recortes y contención del gasto social.

Descontados esos 74 diputados, abiertamente liberales, tenemos dos grupos políticos no muy alejados de políticas de derechas, independientemente de cuál sea su autodefinición política, que suman 49 diputados arrojando, como saldo provisional junto a los anteriores, la suma de 123 diputados:
  • 32 diputados de ERC que representan a la pequeña burguesía catalana y que han sido coautores dentro de la anterior formación con los ex convergentes (Partido Demócrata Europeo Catalán, PDeCat) de las políticas antisociales llevadas a cabo por el Govern.
  • 17 diputados del PSC, partido de orientación social-liberal, al igual que su hermano a nivel estatal, el PSOE.
Nos quedan, hasta alcanzar la cifra total de 135 parlamentarios, 12 diputados de “izquierdas”, formados por:
  • 8 diputados de Catalunya en Comú-Podem (antes Catalunya Sí que es Pot), cuyo mensaje ha sido percibido confuso respecto a la dinámica de oposición entre banderas y patrias (creo que no es muy necesario perder el tiempo en explicaciones sobre las ambivalentes y oportunistas posturas de Ada Colau o las idas y venidas de Pablo Iglesias respecto al caso catalán). No se molesten en justificarlas ni en dar explicaciones sobre la dificultad de disponer de un perfil propio en medio de la polarización de discursos nacionalistas de unos y otros. El caso es que los trabajadores catalanes las han rechazado.
  • 4 diputados de las CUP, partido clave para sostener al anterior Govern de los recortes sociales y cuyas objetivos electorales han fracasado con rotundidad al perder 6 de sus 10 diputados anteriores. Su propósito de reorientar la hegemonía de “izquierdas” dentro del bloque independentista ha fracaso estrepitosamente, toda vez que ERC, partido al que generosamente tildan de izquierda, ya ha asumido que votará a Puigdemont como Presidente, el cuál ha salido reforzado dentro de las pugnas internas del tripartito.
Ésta es la radiografía de la composición del parlamento catalán entrante desde el eje derecha-izquierda. No haré perder el tiempo a los lectores con lo que gana o pierde cada fuerza política con representación en el mismo ni con los votos que ha obtenido cada opción y las pérdidas o ganancias de ellas en relación con las anteriores elecciones autonómicas. Con los cambios de nombre en el caso de la coalición Junts per Sí, ahora Junts per Cataluña y ERC-Cat Sí por separado, y de Catalunya Sí que es Pot, ahora Catalunya en Comú-Podem, disponen ustedes de los resultados provisionales en este enlace.

En cualquier caso, las autodenominadas izquierdas han dejado de lado dicha categoría para subordinarse a la agenda nacionalista en términos de independencia sí/independencia no. Da igual los aspectos sociales que llevasen en su programa porque:
  • Catalunya en Comú-Podem tenía por objetivo fundamental defender una salida al atolladero catalán en clave de un referéndum pactado con el Estado español, lo que subordinaba todos los demás aspectos a los “derechos democráticos de Cataluña”, quedando oscurecida cualquier otra cuestión. Como partido que no era de clase sino de “la gente” era incapaz de conectar con el hilo rojo de las luchas históricas de los trabajadores, de disponer de una propuesta propia y ajena a la centralidad de la cuestión nacional catalana y vinculaba la defensa de lo público a derechos humanos y no a las conquistas logradas por dichas luchas. Al no sentirse representados los trabajadores en esa supeditación a la hegemonía del discurso nacionalista que impregnaba toda la campaña, no solo no ganó votos sino que los perdió respecto a las anteriores autonómicas, si bien no de forma muy acentuada, en sus propios feudos. A ello se añade el fracaso de que presentándose como una candidatura “fresca” no conectó con los nuevos votantes jóvenes de clase trabajadora.
  • Su único consuelo es que no serán la llave para la formación de un gobierno independentista burgués que no les necesita, ni se verán en la disyuntiva de apoyar al sector unionista, al que la aritmética parlamentaria no le da para proponer un gobierno alternativo. Pero las tensiones internas que se le acumulan al Podemos nacional, entre otras muchas razones también por el tema catalán, acabarán abriendo unas heridas en la coalición con “los comunes”, por las posiciones de Ada Colau, que tensarán las relaciones internas de la misma y pueden acabar, con el tiempo, por hacer saltar su unidad.
  • En cuanto a la CUP, su adscripción a la categoría izquierda es la del izquierdismo pequeñoburgués, en el sentido que Lenin da a este tipo de posiciones, un radicalismo de formas antes que de fondo. La absoluta claudicación de sus demandas sociales y económicas al objetivo de la independencia, como mostró en el pasado sosteniendo al gobierno independentista de los recortes, le ha pasado factura y sus posibilidades de presión, más allá de que sean necesarios para sostener al futuro Govern, serán menores porque ya no pueden desandar su estrategia, so pena de incrementar los enfrentamientos entre sus distintas corrientes hasta acabar con este grupo político.
El éxito de Ciudadanos, logrado especialmente en el llamado “cinturón rojo”, nada ha tenido que ver con el falso relato sobre el supuesto españolismo fascista de los sectores obreros inmigrantes sino con que los trabajadores de esas ciudades han sentido el vértigo de la desestabilización económica y el enfrentamiento entre comunidades al que le abocaba la aventura independentista.

La sociedad abomina del vacío. Cuando una posición es abandonada, no queda desierta sino que es ocupada por otros. Si la izquierda no ha puesto por delante la unidad de los trabajadores a un lado y otro del Ebro, desde la identidad de clase que abandonó hace ya muchos años, no debe sorprender que en las ciudades con mayoría de trabajadores esa unidad haya sido sustituida por la de permanencia dentro del Estado, sobre la base de la memoria de a dónde conducen los enfrentamientos “nacionales”. No obstante, pronto veremos a ciertos grupúsculos pseudorevolucionarios tildar de fascistas a los trabajadores que han votado Ciudadanos, lo que indica la distancia de una posición clasista en su delirante discurso y su absoluta desconexión con la realidad de la clase a la que estigmatizarán.

Lo importante del resultado electoral no es la correlación de fuerzas en el circo parlamentario catalán, como tampoco lo sería dentro del español, sino lo que representa como plasmación de las corrientes ideológicas dominantes en la sociedad o, como dirían los progres postmodernos, el relato que se impone.

En cuanto a correlación de fuerzas entre las derechas del Estado español es de prever una reorientación de las preferencias políticas por parte del capital y de sus medios de comunicación hacia Ciudadanos, en la medida en que el Partido Popular pudiera ser ya una opción políticamente amortizada.

La posibilidad de condena de la cúpula del PP por su entramado mafioso, unida a la eventualidad de que la estrategia de este partido abra una crisis interna en su liderazgo, si éste no es capaz de impulsar un patriotismo españolista que actué de revulsivo ante el rebrote de la crisis catalana o de encontrar fórmulas de pacto entre la burguesía independentista catalana y la española, podría precipitar la necesidad del capital de encontrar un nuevo “juguete” político de sustitución.

Si. hasta el momento, Ciudadanos ha sido una opción en barbecho en la estrategia del capitalismo dentro de su supermercado electoral de marcas parlamentarias, la emergencia de los acontecimientos y la necesidad de estabilidad política para mantener la confianza empresarial e inversora, bien podría ser éste el momento para el recambio dentro de la derecha política española.

Podríamos asistir entonces a una versión más o menos controlada en el tiempo de una operación Macron, en este caso Rivera, a la española. Cierto que el factor sorpresa ya no existe en cuanto al joven político catalán, ya que no es un recién llegado a la política nacional, que ha deteriorado un tanto su imagen en sus pactos con el gobierno del PP y que su carisma es limitado pero, si fue posible con un mediocre empáticamente plano como Aznar, porqué no con Albert Rivera.

Si éste es el nuevo caballo de refresco, como antes lo fue Podemos frente a un PSOE absolutamente en la UCI tras el agotamiento del zapaterismo, pronto veremos una intensiva labor mediática de maquillaje de Ciudadanos que atenúe su liberalismo mediante “imaginativas” propuestas sociales y que acentúe su liberalismo político en cuanto a libertades personales (sexuales, de género, etc.) para modernizarlo con tintes progres, al igual que la llamada izquierda hizo en el pasado con el invento podemita.

Por lo que respecta a Podemos cabe esperar que su crisis se acentúe no solo por los factores “nacionales” (Bescansa frente a Iglesias) sino por su derechización progresiva (Ayuntamiento de Madrid, elección del ex JEMAD Julio Rodríguez como secretario general de Madrid), sus divisiones internas (anticapitalistas, errejonistas, pablistas), tensiones crecientes en sus confluencias estatales (con IU), autonómicas (Mareas) y locales (cese de Sánchez Mato y posibilidad de salida del grupo Madrid-129 de Ahora Madrid), sino por el carácter de lastre de Pablo Iglesias dentro de la coalición, derivado de su liderazgo bonapartista y sus zigzagueantes cambios tácticos.

Dicha crisis, podría facilitar que un PSOE que no acaba de recuperarse con suficientes bríos, pero que empieza a invertir a su favor el saldo de votantes que antes migró hacia Podemos, encuentre un balón de oxígeno que refuerce el liderazgo de Pedro Sánchez.

En este caso, y con los retoques constitucionales que sean necesarios, veremos que el llamado “régimen del 78” empieza a resolver su crisis, si encuentra un acomodo a la cuestión catalana que, a pesar de la euforia con la que los líderes independentistas han recibido su triunfo electoral requiere, para sus burguesías, de una solución que impida el deterioro inversor y económico que incluso puede acentuarse en los próximos días. Si ello es así, en las próximas semanas se incrementará la presión del gran capital catalán y español para un entendimiento y racionalización del conflicto sobre la pequeña burguesía catalana y los partidos independentistas y unionistas en pro del “bien común” porque con las cosas del beneficio empresarial no se juega (léase en modo ironía).

Si la hipótesis del aggiornamento del “régimen del 78” se cumple, es probable que volvamos a una segunda transición política en la que un partido de la derecha clásica (PP) es sustituido por otro remozado de los denominados emergentes (Ciudadanos) y que la otra pata del “régimen” (PSOE), que estuvo en la UCI, vaya pasando a convaleciente y se vea paulatinamente recuperado. Ese será el fin de la izquierda, hace tiempo reconvertida en progre. Su apuesta por una reforma exclusiva del sistema político, fuera de la lucha de clases, la ha ido enajenando de los trabajadores desde mucho antes de la crisis catalana.

En cuanto a los sectores pseudoradicales en lo político, que esperaban de una crisis de la legitimación institucional su transformación en revolución social, mediante la subordinación a todo independentismo burgués habido y por haber que procurase la destrucción del Estado español, su línea política los ha alejado absolutamente de la clase trabajadora respecto a la que históricamente han sido inoperantes frente al reformismo oficial. Son absolutamente ajenos a los trabajadores y a sus necesidades reales. Ésta les percibe como sectores con vocación marginal que intentan utilizarla sin atender a su propia realidad.

Sea en la versión del reformismo oficial o del marginalismo izquierdista, lo cierto es que izquierda no es igual a socialismo, que el camino de ambas pasa por limitarse a cambiar la forma de Estado, sin luchar por acabar con la base social y económica del poder capitalista, y que cualquier intento de recuperar la idea de izquierda es baldío porque la expresión política no es equivalente a la realidad social y solo desde la realidad de ésta puede abordarse un proyecto revolucionario.

Merece una mención muy de pasada, pues su peso político real en España es progresivamente decreciente, la situación de ese republicanismo pequeñoburgués, defendido por unas izquierdas que ven en la República el curalotodo de nuestra realidad nacional y de la situación de la clase trabajadora, que ahora cree ver un acelerador para una República Federal española, tras la reincidencia de Puigdemont en la República catalana. Un mínimo repaso de las hemerotecas demuestra palmariamente que Convergencia Democrática de Cataluña, lo mismo que Unió Democrática en su momento, fueron vireyes representantes del monarquísmo en Cataluña. La República catalana sería tan oportunista y tan burguesa como lo fue el republicanismo de las derechas españolas en 1931 porque la correlación política e ideológica de fuerzas del momento se lo permite.

Apelar tercamente a una recuperación del concepto izquierda es tan inútil como hacerlo a la conciencia de clase de los trabajadores, pensando en el innatismo de la misma. Consuela a quienes hacen tales proclamas pero es absolutamente inútil porque parte de deseos que carecen de relación con el análisis concreto de la realidad concreta. La izquierda es lo que es. Su degradación en todos los sentidos la hace irrecuperable. Para los sectores subalternos carece de otro significado que no sea la del “todos son iguales” y, en consecuencia, no funcionará por más que uno se empeñe en repetir fórmulas mágicas.

Solo desde la vuelta a lo social, desde el descenso al escalón de lo material, no al idealismo, a la realidad concreta de la clase, a la escucha activa y respetuosa de sus voces múltiples y contradictorias, pero vividas desde la inmediatez de su existencia, desde el ejemplo del compromiso no oportunista, desde el compartir sus propias experiencias y desde el ser uno más entre muchos, se puede ganar la dirección política de la clase. Quienes hablan de izquierda debieran saber que Lenin no se movió en sus términos, como Marx tampoco lo hizo, y que Octubre se construyó desde las necesidades concretas del pan, paz y tierras. Solo sobre ello se pudo asentar la revolución socialista.

En mi opinión, eso ya no se construye desde la idea de partido porque el parlamentarismo burgués está en crisis (crisis del reformismo) y porque la idea de partido como guía o como hacedor de los cambios sociales es falsa. Son los trabajadores quienes cambian el mundo y no las organizaciones como algo externo y superior a ella.

Esto requiere organizarse fuera de la política entendida como aceptación de las formas de representación burguesa, y desde la democracia de base, no como transversalidad interclasista al estilo del asambleismo de las plazas, sino frente a los intereses de otras oposiciones intermedias incapaces de expresarla. Se trata de volver a recuperar la idea de clase contra clase.

El tiempo pasa, los acontecimientos no se repiten más que en la apariencia de sus formas. Repetir la misma fórmula que se ha demostrado errónea solo conduce al fracaso. Pero, si todo vacío tiende a ser rellenado, quienes han abandonado una acción pegada a los trabajadores están dando en toda Europa, también en España, una baza preciosa a un fascismo que está aprendiendo de un modo muy inteligente a conectar con lo que les afecta en su día a día.

25 de octubre de 2016

TE VAN A CRUJIR Y TÚ MIRANDO A PAMPLONA, IMBÉCIL

Por Marat

Seguro que cada uno tiene sus razones para pasar de tanta basura política.

Seguro que cada uno tiene sus motivos para preocuparse, asustarse o pensar que todo lo que nos sucede como país es una gran peonza política que gira en movimiento continuo sin ir a ningún lado.

Seguro que a muchos se les ha pasado por la cabeza mandar a tanto granuja al pedo.

Seguro que a ti, a mí, a nosotros,...a tantos, se nos ha ocurrido muchas veces que no merece la pena torturarse por el destino de una nave colectiva que se nos va al carajo.

Pero lo cierto es que ellos quieren vernos ignorar nuestro futuro y más cierto es aún que en esa nave no todos viajamos en la misma clase de pasajeros. Todos somos ciudadanos pero hay clases sociales y los intereses entre ellas son irreconciliables. Que a lo mejor no lo sabías o no lo querías saber porque te parece antiguo.

Si miramos sólo la apariencia de este sindiós político en el que un tipo aparentemente imbécil, más inteligente que sus oponentes, será investido Presidente con la complicidad de un partido que se hace el harakiri por mandato superior, otro que jugó con los dos anteriores vive sin vivir en sí y el que pretende vender que es diferente sólo intenta heredar el estatus del que va camino de convertirse en irrelevante, sólo encontraremos el humo de la mentira que se desvanece entre los dedos de nuestras manos.

Si eres de los que crees que los políticos de todos esos grupos políticos son unos sinvergüenzas, no te faltará razón, pero no dejarás de ser uno de esos ciegos a los que el sol calienta en sus ojos muertos sin darles el más leve rayo de luz. Te quedas en la superficie de las cosas. Tu indignación de taberna es incapaz de comprender más allá de tu deseo de ahorcar a algún político. Me preocupa más que puedas entender hasta dónde ha de llegar tu rabia y quieras detenerla antes porque seas uno de esos que piensan que siempre hay que acercarse al que tiene dinero y que el actual sistema económico te parece bien mientras te caiga algo de pitanza.

Admito que ante gente como tú me irrito menos que ante los cándidos y los cínicos (de todo hay en la viña del señor) de la ilusión democrática; esos que dicen que con un poco de honestidad de los políticos, algo de corazón de los empresarios, unas dosis de economía colaborativa (la ponzoña de la “economía del bien común” ya se les va gripando como expresión), un par de bobadas sobre participación en proyectos municipales en los que no opina casi nadie y dos propuestas sobre transparencia (cómo legalizar la corrupción) se acaban todos los problemas y hasta se le cura el acné a Carlitos, que lo suyo era un poema.

La ingenuidad sobre el proceso político español, la mala baba que sólo se acaba en los políticos o la estupidez que habla de crisis de régimen cuando el capitalismo goza de la mejor de las saludes como sistema incuestionado (la fórmula del capitalismo refrenado es complicidad obscena a estas alturas) no resuelve nada. Los millones de españoles en paro, los cientos de miles que ya no cobran o nunca cobrarán desempleo, los enfermos que mueren por desatención médica en una sanidad pública que está siendo destruída, los también millones de españoles que no cobrarán una pensión, la enorme cifra de personas que están bajo el umbral de la pobreza; todos esos, y muchos otros castigados por algo que llamamos crisis pero queremos ignorar qué la produce, no creo que vayan a ser mejor o peor tratados si les gobernase el PP, con mayor o menor colaboración del PSOE, o una coalición de un montón de alternativos a no se sabe qué, con o sin coleta.

Nos van a fundir de nuevo. Nos van a meter un recorte de al menos 15.000 millones de euros antes de que acabe 2017. Van camino de acabar con las pensiones (contigo no va si tienes menos de 40 años, crees, pobriño). Nos van a crujir de nuevo con el IVA. Hay planes para recortar aún más el gasto en sanidad y en farmacia. Puedes seguir haciéndote selfies y contemplando el universo de las pelusillas de tu personal ombligo, despreciando lo que pasa a tu alrededor.

Pero como el objetivo de los recortes no se limita a pasar del 4,6% del déficit presupuestario de 2016 al 3,1% en 2017, los recortes no se quedarán ahí sino que continuarán porque el objetivo real es el déficit 0%. Eso significa que, sobre las cifras anteriores, los recortes han de llegar a 26.000 millones más. Suma y sigue ¿Qué te parece?

Por encima de los políticos que hacen como que gobiernan está un sistema económico (se llama capitalismo) que sólo puede obtener ganancias arrebatándote las migajas con las que te conformaste en su día y que te parecían grandes porque hubo una época en la que podías gastar más allá de tus necesidades. La fiesta hace tiempo que acabó pero puede que aún creas que la cosa puede mejorar. Van ya 8 años de la crisis y a ti te va a ir a peor, a mucho peor de lo que imaginabas. Y en eso poco importa quién gobierne o si lo hace sin mayoría absoluta porque todos los partidos que aceptan este sistema económico están para obedecer al capital.

Puedes seguir disfrutando de García Ferreras en Al Rojo Vivo, de Mujeres y Hombres y Viceversa, del Sálvame o del Salvados para progres pero, si no te organizas, si no estás dispuesto a salir a la pelea, apártate y no entorpezcas porque toca pelear y zombies y esquiroles no aportan nada.

¿A ti no te han dicho que hay una cosa que se llama capitalismo y que te va dejar hech@ unos zorros, pimpollo?

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Puede que también le interese: VUELVE EL FRAUDE DEL DILEMA REFORMA O RUPTURA http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2016/10/vuelve-el-fraude-del-dilema-reforma-o.html