Mostrando entradas con la etiqueta Ada Colau. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ada Colau. Mostrar todas las entradas

30 de diciembre de 2015

"HACER UN VAROUFAKIS", EL REGALO POLÍTICO DE ESTAS NAVIDADES

Por Marat

A Yanis Varoufakis ya pocos le recuerdan. Entre la socialdemocracia realmente existente -parece inútil recordar al personal que la socialdemocracia ya no la representan los PPSS, puesto que se han reconvertido desde los 90 en social-liberales, sino los excomunistas, con o sin cambio de nombre, y el populismo “ni de izquierdas ni de derechas”- se ha extendido una suerte de Alzheimer selectivo que le ha llevado a olvidar a todo lo que tenga que ver con Syriza y hasta con Grecia.

Muy lejos, aunque muy cerca en el tiempo, quedan los actos conjuntos entre miembros de IU y de Podemos con su homólogo griego y los abrazos con Tsipras y otros dirigentes del partido del oxi (no) transformado en nai (sí) a los dictámenes del capital europeo. Esta amnesia es tan profunda como la desvergüenza y cinismo de dirigentes y gran parte de las bases de ambas franquicias españolas respecto al que consideraban su gran referente europeo. Pasaron del amor a la indiferencia sin autocrítica alguna respecto a porqué habían instituido a Syriza en su modelo político en un pispás (“Es tan breve el amor y tan largo el olvido”. Pablo Neruda). A Varoufakis intentaron estirarle unas semanas más como héroe resistente y rebelde con causa tras la caudicación de su partido y del gobierno del que formaba parte hasta entonces, simplemente por su postureo como “enfant terrible” para la hinchada y por haber dimitido como Ministro de Finanzas griego; dimisión que fue en realidad un cese fulminante ejecutado por su amigo Alexis Tsipras para corroborar que el orden reinaba en Berlín y mucho más en Atenas.

Pero Varoufakis no era un héroe. Sólo un bufón en manos de un monigote, Tsipras, al que el capital manejó a su antojo incluso antes de ganar las elecciones, cosa que muy pocos han querido saber en todo este tiempo.

Poco antes de sus horas amargas, tuvo cierto éxito una expresión: “hacer un Varoufakis”. Para cada uno de quienes han empleado esta expresión significa algo distinto. Y es lógico que así sea, en la medida en que uno acomoda los conceptos a su propia ideología.

Para ciertas personas de derecha, “hacer un Varoufakis” es insultar a quienes pueden prestarte el dinero que necesitas y luego pedírselo. Para cierta “progresía” es dimitir, vulgarmente “darse el piro” y hacerlo con elegancia. Para mí es puro postureo. Vestirse de Leónidas el espartano para comportarse finalmente como Arquíloco, el poeta soldado:

Un sayo ostenta hoy el brillante escudo
que abandoné a pesar mío junto a un florecido arbusto.
Pero salvé la vida. ¿Qué me interesa ese escudo?
Peor para él. Uno mejor me consigo”

Ya nadie reivindica a Varoufakis, como tampoco a Tsipras o Syriza, salvo los necios.

Pero Varoufakis se resiste a ser olvidado. Como les sucede a otros antiguos protagonistas -Aznar, González, Blair,…-, Varoufakis quiere sacar la cabeza de la ingrata losa con la que le ha cubierto la historia como, por otra parte, les sucede a casi todos los que ayer fueron alumbrados por los focos de la mercadería política, atentos ahora a otros productos y marcas personales.

Varoufakis se ha descolgado apenas hace dos semanas con una propuesta de “red o movimiento progresista europeo” que democratice Bruselas.

Afirma el ex Ministro griego que “hay que meter a la gente que desprecia la democracia bajo control de los ciudadanos”. Y en línea con las tonterías que nos suelen regalar en España Iglesias o Errejón añadió: "es mejor prender una pequeña vela que maldecir la oscuridad".

Para el gran falsario Varoufakis el mal no está en el capitalismo que se apropia de lo público, destruye las conquistas históricas de la clase trabajadora, empobrece a millones de personas y establece una nueva forma de acumulación por desposesión.

Para los charlatanes y farsantes como Varoufakis o Iglesias el origen del dolor social no tiene que ver con una formación social y económica concreta que refleja una estructura de clases profundamente desigual, la cual en las crisis capitalistas se desvela con toda su crudeza.

Para lo que están donde les han colocado sus amos -sólo los majaderos y los ignorantes creen que los políticos alcanzan un lugar concreto mediante el sufragio- es para señalar al espantajo institucional (euro, Banco Central, Troika, Eurogrupo o lo que toque en cada momento) y escamotear de la vista pública al poder real: el de las grandes corporaciones industriales y financieras capitalistas que dictan las políticas generales.

Por eso este tipo de mamarrachos hablan de déficit democrático europeo. “Odian la democracia, la tratan con menosprecio” dice el curilla Varoufakis, refiriéndose a las instituciones de la UE. Pretende este sujeto que todos ignoremos el carácter profundamente oligárquico de origen de la democracia, sí, de la ateniense, la primera. ¿Acaso votaban los ilotas (esclavos) o los metecos (extranjeros) en Atenas? ¿Acaso no eran una minoría, ciudadanos atenienses, libres y con propiedades quienes votaban y eran elegidos? La democracia desde entonces a hoy es la democracia de una clase, por mucho que ahora el derecho de sufragio sea universal (no para la mayoría de los extranjeros en un país) y para una clase. ¿Qué dicen al respecto la gran mayoría de los partidos con representación parlamentaria? Que representan el interés general, a todos los ciudadanos. Aludían Marx y Engels en “La ideología alemana” a esa tendencia a disfrazar de colectivo lo particular al señalar “la forma tergiversada bajo la que la beata e hipócrita ideología del burgués proclama sus intereses propios y específicos como intereses generales”.

Y es que, en el fondo, Varoufakis no engaña, o sólo a lo hace a los que quieren ser engañados: “Los problemas y las luchas de los europeos son tan comunes que se puede crear una identidad paneuropea. Si no lo hacemos, la UE se romperá. Somos la mejor oportunidad para que la UE sobreviva”. Lo dejó claro este autodefinido como “marxista errático”, en el fondo un neokeynesiano que pide para la UE un nuevo New Deal, cuando afirmó aquello de "La cuestión que concierne a los radicales es esta: ¿deberíamos darle la bienvenida a esta crisis del capitalismo europeo como una oportunidad para reemplazarlo por un mejor sistema? ¿o deberíamos estar preocupados respecto a como embarcarnos en una campaña para estabilizar al capitalismo europeo?". Y por si había dudas sobre el sentido de la respuesta a tal disyuntiva, se respondió a sí mismo: "Para mí, la respuesta es clara: Es menos probable que la crisis europea de a luz a una mejor alternativa al capitalismo a que desate peligrosamente fuerzas regresivas que tienen la capacidad de ocasionar un baño de sangre humanitario, al mismo tiempo que extinguen las esperanzas de movimientos progresivos para las generaciones futuras." En román paladino, para que no venga algo peor, apuntalemos a este capitalismo. Por si alguno de ustedes creen que no es esa la intención que subyace bajo sus palabras, el ex Ministro se empeña en que se le entienda de modo suficientemente claro, para que no haya duda alguna respecto a lo que quería decir: "defender a un repugnante capitalismo europeo cuya implosión, a pesar de sus muchos males, debe ser evitada a toda costa". Algo así como qué asco me da usted pero me sacrificaré y le haré todo lo que me pida y algún extra de regalito. De ahí su obsesión con salvar sus instituciones europeas: la UE, la unión de los mercaderes del capital.

Eso son hoy los Varoufakis, los Tsipras, los Iglesias, los Errejones, los cantamañanas como Monedero, títeres de refresco del capital ante otras opciones ya quemadas. Y lo mismo cabe decir de los grupos -IU/UP- que plantean la posibilidad de la salida del euro pero no de la UE, como si ambos no representasen exactamente lo mismo.

Por extensión, en nuestra realidad nacional hay muchos otros casos que ejemplifican bien lo que es “hacer un Varoufakis”.

Es “hacer un Varoufakis” reunirse en campaña de las generales, como hicieron los concejales podemitas de Ahora Madrid, con los trabajadores en lucha de Coca-Cola de Fuenlabrada, con los cuáles la marca se ha negado a cumplir las obligaciones a las que estaba obligada por resolución judicial, permitir luego el ayuntamiento podemita madrileño la colocación del obsceno árbol navideño de la misma marca y responder, ante las críticas de dichos trabajadores, de manera infame, mentirosa y desvergonzada que creían que el conflicto ya se había resuelto, cuando al visitarlos sabían que no era así.



Hacer un Varoufakis” es que la señora Carmena dijese al poco tiempo de tomar posesión como alcaldesa de Madrid que se planteaba remunicipalizar la limpieza viaria, salir luego con el globo sonda de encargar dichas tareas a diversos colectivos de mujeres, mantener después los acuerdos del PP de Ana Botella con las empresas concesionarias privadas del servicio de limpiezas, proponer un servicio social de trabajo universitario para que esos jóvenes ayuden a limpiar la ciudad, con el consiguiente ahorro de puestos de trabajo, para, finalmente, acabar sorprendiéndose ante un ERTE de OHL y Valoriza-Sacyr, dos de las empresas concesionarias de la limpieza municipal, que suspenderá temporalmente de empleo a 300 trabajadores. La firmeza de la Tierna Carmena ya la conocemos: concesiva y claudicante de manera absoluta con el capital y flexible hasta la nausea con el dolor de los trabajadores.

Hacer un Varoufakis” es presentarse como alguien que quiere hacer desde el ayuntamiento políticas de igualdad y acabar practicando la caridad de la iglesia católica invitando a cenar el día de Nochebuena a unos 200 indigentes con la ONG Mensajeros de la Paz, como ha hecho la señora Manuela Carmena, al igual que antes hacía su predecesora Ana Botella del PP. Ni a socialdemócrata llega la primera, pues son políticas socialdemócratas las que intentan disminuir las desigualdades sociales desde una cierta “justicia reparadora” frente al humillante “siente un pobre a su mesa en Navidad” o, peor aún, vaya a acompañarle un rato a cenar que, luego cuando acabe de hacerlo, ya sabe él cuál es su sitio: la fría noche de la calle o el triste y humillante albergue.

Hacer un Varoufakis” es plantear en campaña que no se cedería ante los intereses especulativos de desarrollos urbanísticos como la “Operación Chamartín” para luego ir modulando el discurso desde el “así no” hasta el “queremos trasladarle nuestra voluntad de desatascar la operación. Fomento debe trabajar de la mano con el Ayuntamiento en las cosas discutibles del proyecto, la cifra de edificabilidad total del ámbito y el coste de las infraestructuras, en el que el Ministerio tiene mucho que decir” en palabras del Concejal de Desarrollo Urbano “Sostenible” (las palabras lo aguantan todo), el señor don Ladrillo José Manuel Calvo (de Ahora Madrid).

Por en medio quedan las fotos de Manuela Carmena retratándose del bracete de Cristina Cifuentes, tras comer juntas y “acabar” con desacuerdos Comunidad de Madrid-Ayuntamiento o de la señora Carmena en el palco del Real Madrid con el gran especulador inmobiliario y del ladrillo Florentino Pérez, Presidente del Real Madrid, del grupo constructor ACS y comprador de políticos en cada temporada.


Resuelta la cuestión legal que impedía la edificabilidad de viviendas en más de tres alturas por el PP de la Comunidad de Madrid, al derogar la anterior Ley del Suelo, unos días después del amigable paseo de las dos madres de la patria madrileña, ya sólo quedan detalles menores por parte de los podemitas municipales, como la propuesta de que se construya un menor número de viviendas dentro del proyecto-pelotazo “Operación Chamartín”. Eso sí, Ramón Espinar hijo de un padre corrupto y tarjeta-black del PSOE, pudo tirarse el rollo en el Parlamento Autónomo de que “se va a mercadear en grandes operaciones como Chamartín o Mahou-Calderón porque una parcela con una edificabilidad de ocho o diez alturas vale mucho más que una de tres alturas”. En cada institución dicen una cosa opuesta para consumo de forofos del partido de los círculos y de su adorada alcaldesa. Quiero recordar que sobre la eventualidad de que la señora Carmena y su ejército de ediles saltimbanqui-podemitas se apuntaran al pelotazo de la Operación Chamartín ya escribí hace 6 meses. La evolución de los acontecimientos parece darme la razón.  

Hacer un Varoufakis” es ir de empresario de la comunicación progre-trotsko-podemita, como el señor Roures (sí, el de Público y La Sexta, las sedes oficiosas de Podemos) o como la señora Ada Colau, alcaldesa en cuya ciudad continúan los desahucios pero ahora con sordina, que decía que los derechos de las personas deben estar por encima de los intereses económicos particulares, lo que en su boca era una mentira indecente, al defender la dación en pago, y acabar siendo ambos socios circunstanciales en una operación especulativo-urbanística con el intento de venta en Noviembre pasado del edificio Imagina de Barcelona (70% del edificio es propiedad de Imagina Media Audiovisual, 30% restante es del Ayuntamiento). De haberse consumado, el pelotazo hubiera significado un montante de 30 millones de euros, a repartir como buenos socios. Habrá segundo intento.

Por cierto, “hacer un Varoufakis” por parte del señor Roures es ir de empresario progresista y ser un moroso que debe a Hacienda a través de Mediapubli, la antigua editora de Público, 1.622.516,62 euros. Eso sin contar el dinero que aún adeuda a los antiguos trabajadores del panfleto digital.

No sé si finalmente Pablo Iglesias hará un Varofakis con su propuesta de referéndum para Cataluña -¿sólo para Cataluña? ¿Por qué no también para Euskadi y Galicia? ¿Acaso no hay allí fuerzas soberanistas?- pero, de momento, ya ha anunciado que su prioridad es la Ley 25 de emergencia social, a sabiendas de que sin la derogación del artículo 135 de la Constitución y muy especialmente de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (LOEPFS), cuyo contenido está vinculado directamente al Pacto Fiscal Europeo, es otro brindis al sol en línea con el programa económico podemita. Y esa derogación no se producirá porque Bruselas ya le ha dicho que alegrías económicas ninguna. ¿Acaso alguien es tan cínico de afirmar que Iglesias haría algo distinto a Tsipras? El propio Iglesias ya aclaró hace tiempo que Syriza hizo lo único que se podía hacer. Y remachó: "Cuando en política no tienes poder, no tienes nada, porque no cuentan las razones", y "un Estado del sur de Europa tiene muy poquito poder".

De momento Iglesias gana tiempo, pone un señuelo, que por la situación económica y social de millones de personas puede que le funcione relativamente bien, por delante del referéndum, la ley de emergencia social y juega a favor de la repetición de unas elecciones en las que sólo el PP y Podemos saldrían beneficiados. Pero para entonces estaríamos ya en Mayo y, bien podría empezar a difuminarse su propuesta de referéndum, no tanto para que le haga perder muchos votos en Cataluña, Euskadi y Galicia pero suficiente para que en la España profunda, una, grande y libre no le castiguen por separatista, como dicen los barones del PSOE. Y es que tuvo un buen maestro en aquel Felipe González del 76 que estaba a favor del derecho de autodeterminación de los pueblos de España y luego acabó por ser un puntal sólido de dicha “unidad patria”.

Por último, “hacer un Varoufakis” es proclamar, como hizo el candidato de IU-UP que Podemos se ha derechizado, que es la UCD actual y que con un partido con esa evolución IU no hubiera buscado la unidad popular, cuando lo intentó con un partido que estaba ya muy derechizado hasta el último minuto antes de iniciarse el cierre de las listas, y acabar planteando la necesidad de recuperar esa misma “unidad popular” al día siguiente de las elecciones. IU acabará integrada en dicho partido, con los dirigentes que acepte Podemos, como el que selecciona con desgana las partes apetecibles de un plato y casi todas sus bases embarcando en el populismo derechizado y sostén del capitalismo. Muchos de los “disidentes” de la actual dirección de IU subirán al barco por la pasarela, como hicieron yendo a votar a tal coalición con el carné en la boca. Pero, eso sí, muy indignados. 

Tranquilos, el día de Reyes todos los votantes giliprogres, de rojos nada, recibirán su juego de mesa “Házle un Varoufakis a la decencia política”.

25 de mayo de 2015

TRAS EL 24-M, VUELVE EL ZAPATERISMO SIN ZAPATERO

Por Marat

Zapatero se ha convertido en un referente progresista mundial” (Tesis doctoral de Pablo Iglesias Turrión)

Las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo 24 de Mayo muestran un vuelco muy mayoritario del mapa institucional español y anticipan una más que posible debacle del PP en las elecciones generales próximas.

El hartazgo social ante una corrupción sistémica, mucho más que ante las draconianas medidas de austeridad, recortes sociales, altísimos niveles de desempleo y gran extensión de la pobreza en el país, lo ha hecho posible.

Aunque Barcelona y Madrid capital son, a primera vista, las más llamativas expresiones del llamado cambio, frente al que en la gran mayoría de las plazas del territorio del Estado español no bastaría para impedirlo una alianza con Ciudadanos, lo cierto es que la sustitución de siglas es casi total.
Quisiera detenerme en primer lugar en el caso de Barcelona capital que, junto con los tres territorios históricos de Euskadi han experimentado el efecto del caballo de Troya “empoderado”, el cuál ha servido para debilitar la opción soberanista. En el caso de Bildu, les imagino arrepentidos de su coqueteo con Podemos. El españolismo patrio nunca ideó mejor invento.

Barcelona, con el éxito de la candidatura encabezada por Ada Colau, ha supuesto un mazazo formidable sobre la cabeza del convergente Trias, si bien no ha cambiado tanto el peso nacionalista, en sentido amplio, de otros municipios de Cataluña, donde el soberanismo incluso se refuerza. En cualquier caso, el hundimiento en las cuatro provincias del PSC, ya visible en otros comicios, y la atomización del voto barcelonés son dos cuestiones a tener en cuenta. Respecto a la segunda cuestión, la elección de la persona que encabezará la alcaldía de Barcelona pondrá a prueba la tensión entre el eje “izquierda”-derecha y el del nacionalismo catalán vs. nacionalismo español.

El caso de Madrid merece un tratamiento particular porque la previsible no investidura de la capital de una Esperanza Aguirre, que bien pudiera acabar su carrera política imputada por corrupción, derrotada por una más que posible coalición de la marca blanca podemita (Ahora Madrid) y el PSM, tiene que ver más con el fantasma de Tierno Galván reencarnado en Manuela Carmena, y con las “habilidades” de la Condesa consorte de Bornos para pisar callos, hacer el ridículo sin sentido del mismo, emplear un lenguaje matonesco y crearse enemigos tanto fuera de su partido como dentro de él, que con unas supuestas cualidades de arrastre de Podemos sobre unas marcas blancas que le darán muchos quebraderos de cabeza en los tiempos venideros. Ya se los han dado en muchas localidades primero a los electores que buscaban al partido del circulo morado y se hallaban con una sopa de nombres (Ahoras varios, algunos Ganemos, EnComunes diversos, Sísepuedes y mil nombres más).

La prueba de que el arrastre carismático de Manuela Carmena nada tiene que ver con el peso real de Podemos en estas elecciones es que por lo que respecta a los resultados de las municipales el desplazamiento del PP por el Gobierno no pasará por este partido y sus comparsas -con la excepción de Cádiz- sino por el PSOE de Pedro Sánchez, que ayer prácticamente alcanzó al PP en votos y porcentaje.

Lo mismo cabe decir de los resultados de las autonómicas, donde Podemos ha quedado no como primera fuerza en ninguna Comunidad Autónoma, ni como segunda, sino como tercera. Parece que La cara de Pablo Iglesias en su comparecencia en tv era un poema. 



Sabemos ya que Echenique, conato frustrado de Richelieu, no será presidente de Aragón, ni el sibilino Montiel, desplazado a colista (el quinto) de entre los cabezas de candidatura electos en la Generalitat Valenciana. Tampoco el mediocre José Manuel López, a 10 escaños de distancia del opaco Gabilondo, el cuál posiblemente no logre alzarse con la Comunidad de Madrid, dado que la suma de escaños de PP y Ciudadanos da la mayoría absoluta

La frase de Pablo Iglesias en dicha comparecencia de “nos hubiera gustado que el desgaste de los grandes partidos fuera más rápido” corrobora, fanfarronadas aparte sobre el carácter histórico del 24M y sobre ser “la palanca del cambio” -¿o será el palancanero?-, que sabe muy bien el papel que le toca a partir de ahora: el de escudero muletero del PSOE.

Desde el mismo día 25 de Mayo sonarán los teléfonos para ir avanzando sobre lo tratado en las primeras conversaciones de las últimas horas del 24, habrá reservados en restaurantes en los que se escuchen risas y susurros, el chalaneo será moneda de cambio, se producirán ofertas y contraofertas, personajes que habían pasado a segundos y terceros planos cobrarán relevancia en el acercamiento de voluntades y como muñidores oscuros de pactos. Se dirá mucho, off the record, eso de “te rasco tu espalda si tú rascas la mía”. Intercambio de cromos y negociación de sillones, vaya. Cádiz capital por la Comunidad de Andalucía y Madrid capital por el resto de capitales y de CCAA donde la suma de la rosa y los círculos lo haga posible. En el caso de la Comunidad de Madrid Ciudadanos sopesará con qué posible aliado puede rascar más, si con el PSOE o con el PP. Claro que una carambola a tres bandas también con los podemitas, lo mismo le hace un roto al tapete de la mesa de billar de su base electoral.

A la plebe se lo venderán con un lazo muy bonito de “gobiernos de progreso”, regeneración, transparencia, cambio de rumbo en la política económica, servicios, protección a los más débiles, “reversión” de las privatizaciones realizadas en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas. Ah, no, lo de la reversión, cuando mejore la economía porque se necesitarían enormes partidas extrapresupuestarias para indemnizar a los sectores empresariales que hicieron su agosto con las privatizaciones de los servicios públicos.

¿En qué quedó aquello de PPSOE, de “PSOE y PP la misma mierda es” o de la expresión delicadamente enunciada por el ex afilado del PSOE, Monedero ,el PSOE y el PP no son la misma mierda pero cagan parecido”? El PSOE ha sido milagrosamente “des-castizado” pero aún nadie nos lo ha anunciado públicamente. ¿O es algo aceptado tácitamente por los votantes del PSOE y de Podemos partidarios del pacto por “el cambio”? La política es el arte predilecto de los cínicos.

Bueno pero, si va a cambiar su política, el PSOE “bien vale una misa”...o 100.000. Todo “por el cambio y la gobernabilidad”. ¿O será por pillar cacho, ya que cielo se va a tener que tomar no por asalto, ni por consenso sino por pacto? Ya que lo viejo tarda mucho en “doblar la servilleta” (morir), si no puedes con tu enemigo, únete a él.

Quizá a más de uno se le nuble la vista y se le corte la sonrisa de ensueño pensando en su nuevo despacho cuando, al llegar a tomar posesión del mismo, se encuentre sobre la mesa una nota que diga “la caja está vacía” y al abrirla, para comprobar si es cierto, se encuentre en ella sólo una araña que cuelga de su tela emulando a Tarzán en su liana. De momento, el Gobierno en funciones de Fabra en la Generalitat Valenciana lo ha dejado hasta por escrito el mes pasado. Y el Ayuntamiento de Madrid tiene 5.000 millones de deuda. Presumo que la inmensa mayoría de Ayuntamientos y CCAA no goza precisamente de una economía muy boyante.

¿Qué dará entonces el “pacto de progreso” a los empoderados votantes, a esa “gente”, y a esas “personas” que no parecen pertenecer a clase alguna que no se reconozca en una media venida a menos?

De momento, como me decía el otro día por teléfono un amigo muy apreciado, cambio de caras, que reconforta -han ganado “los nuestros”-, un poquito de justicia, con cuentagotas, no vaya a sentar mal, mandando a unos cuantos enchufados al paro para poner a otros, y trans-parencia, mucha trans-parencia que, andando el tiempo se verá que es más a-parente que real. Durará lo que dura un bonito cuento narrado a infantiles mentes antes de despertarlas con alguna pesadilla.

Cuando se den cuenta, pasadas unas elecciones generales que volverá a ganar el PSOE, practicando un zapaterismo barato de ese que amaga por la izquierda y pega por la derecha, que aprueba medidas de bajo coste o gratuitas, que no cambia nada en lo esencial, que no lleva más que a un nuevo giro de la noria de la eterna transición hacia el mismo punto de partida, que de constituyente no tiene ya ni el nombre porque apenas se escucha ya, y que de recuperación de derechos sociales perdidos nada de nada, el despertar producirá la misma resaca que produjo el período que va de los primeros ayuntamientos democráticos hasta varios años después del triunfo del PSOE de Felipe González: una gran paz social, producto de una enorme desmovilización, por absorción institucional de los líderes sociales y por exceso de confianza en la sustitución de la calle por las urnas.

La segunda transición, así lo titulan los medios, ha comenzado, pero ésta es 2.0, con palmeros tuiteros, unos sospecho que profesionales y otros con muchas ganas de llegar a serlo. Mientras tanto, las calles han sido vaciadas. Esto funciona muy bien cuando el personal busca salvadores, antes que ser él mismo el que emprenda la lucha tomándola en sus manos.

Teseo continuará atrapado en su laberinto a expensas del Minotauro de pelaje alterno mientras siga sin aparecer en escena Ariadna con su hilo.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Puede que también le interese:
"Dile la verdad, no la engañes"http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/05/dile-la-verdad-no-la-enganes.html
"Syriza y Podemos, por la misma senda de la renuncia permanente": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/06/syriza-y-podemos-por-la-misma-senda-de.html