23 de octubre de 2012

LA SOCIALDEMOCRACIA FRACASÓ

Sebastián Premici. Página 12

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG

He aquí la gran contradicción estratégica de quienes apuestan porque los países más golpeados por la crisis capitalista en la UE salgan del euro.

El propio ponente en las Jornadas Monetarias organizadas por el Banco Central, profesor John Weeks apuesta, a la vez que teme las consecuencias de regreso de la ultraderecha y los nacionalismos a la UE, porque dichos países abandonen el euro

Cuando se contempla la crisis capitalista fundamentalmente desde el monetarismo y lo financiero acaba por tomarse la parte por el todo y el efecto por la causa.

Es el capitalismo en su conjunto lo que está en crisis y la UE los sufre fundamentalmente por causas estructurales del propio sistema económico y por las políticas de contención del gasto público y antiinflacionistas que se diseñaron en Maastrich en su día.

La ausencia de una política fiscal común, de una garantía bancaria europea, la desregulación del sistema financiero, practicada en los años 70 del pasado siglo por Reagan y Thatcher, y el excesivo peso alemán en el BCE contribuyen a los problemas del euro y sus efectos sobre el euro, la UE y los países del Sur.

Pero el auténtico problema no está en lo fiscal y lo financiero sino en el agotamiento del capitalismo como sistema, que ya no es capaz de sostener ondas largas de crecimiento económico y cuyas crisis sucesivas se van acumulando cada vez con mayor rapidez, agravando el problema sistémico, y eso no sólo en la UE sino a nivel mundial.

La salida del euro de los países del sur de Europa precipitaría la muerte de la UE y con ello el renacimiento de las políticas proteccionistas en cada país (¿a quién exportar si todos los países de la UE se vuelven proteccionistas?), de los nacionalismos y daría un empuje brutal al ya renovado auge de los fascismos en el continente.

No es posible una UE dando pasos atrás en su proceso de unión. Ello significaría tomar acta de un fracaso.

Nada nos dice este economista keynesiano de qué efecto tendría sobre las recuperadas monedas nacionales el ataque especulativo que se produciría sobre aquellas que, aunque pudieran jugar con la devaluación de las mismas, al contrario que el euro, serían mucho más vulnerables al sostenerse sobre economías más debilitadas que las de la Europa del norte, mucho más rica.

Si es posible, en cambio, una redefinición de abajo a arriba de toda la política económica de la UE que apueste por la protección de los trabajadores y por un nuevo internacionalismo que se enfrente a la Europa de los mercaderes y las grandes corporaciones empresariales y financieras a la vez que imprima una nueva relación más igualitaria entre los países que conforman la Unión.

Pero ello exige otra izquierda, no la que tenemos, una izquierda internacionalizada y con una práctica política mucho más radical y más irrespetuosa con los grandes poderes económicos, unas fuerzas sindicales combativas, un cambio en la correlación de fuerzas entre trabajo y capital.

Eso no es ni siquiera una izquierda revolucionaria, ojalá, es simplemente la vuelta a una izquierda que lo sea.

A corto-medio plazo es el camino más difícil porque esa izquierda no existe en la UE, ni siquiera es minoritaria. Simplemente aún se la espera.

Pero si esa opción no aparece y se despliega en la UE con toda su energía y voluntad insumisas, la respuesta la darán otros y la Historia ya nos ha enseñado qué tipo de respuesta es esa y cómo la da.

Por cierto, la socialdemocracia apenas existe en Europa más que en algunos países nórdicos (algunos de los cuáles no están en el euro) y ya muy adulterada. El resto de lo que llaman socialdemocracia es social-liberalismo, algo bastante distinto.

Sin más, les dejo con la evidencia de una flagrante contradicción.

La socialdemocracia fracasó

El prestigioso catedrático británico John Weeks evalúa que la Unión Europea se convirtió en el instrumento de Alemania para gobernar Europa. Afirma que el fracaso de la UE significará el reverdecer de los nacionalismos de derecha.

“La crisis económica en Europa habla en realidad del fracaso de las políticas de la socialdemocracia. Los principales problemas de los países de la región tienen que ver con los condicionamientos que aceptaron para entrar al euro. En este contexto, la Unión Europea se convirtió en el instrumento de Alemania para gobernar Europa.” Este crudo diagnóstico corresponde al economista británico John Weeks, de la Universidad de Londres, quien estuvo en el país para participar de las Jornadas Monetarias organizadas por el Banco Central y de una charla organizada por el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo (Cefidar). El académico sostuvo que lo más recomendable para los países de la región que están en crisis es salir del euro en forma conjunta, con el objetivo de que cada uno pueda comenzar un proceso de implementación de una política fiscal propia. El académico también advirtió que el fracaso de la UE como bloque de contención significará el reverdecer de los nacionalismos más extremos de las derechas europeas.

La UE, direccionada por Alemania, reaccionó a la crisis económica y financiera con una serie de planes de rescate que en la práctica significó un ajuste fiscal. El desempleo en el bloque asciende al 10,5 por ciento y en la Eurozona al 11,4 por ciento. Esto significa que hay más de 25 millones de personas sin trabajo. En España y Grecia la desocupación es del 25 por ciento. “Los alemanes dicen que no se puede gastar tanto como en 2008 y 2009, pero es al revés. Hay que incrementar el gasto público. La reducción de salarios en algunos países no ayudará en este proceso, tampoco la reducción general del gasto público con la intención de pagar la deuda contraída por ellos mismos”, sostuvo Weeks tras su paso por el país.

Entre el 2000 y 2008, el resultado primario de España fue positivo. Pero una vez ingresado en la crisis, el país ibérico alcanzó un déficit de 5 por ciento de su PBI y luego del pago a los bancos (rescate), al 12 por ciento. “Cuando España entró en un proceso de rescate, los bancos recibieron recursos para salvarse. Pero en realidad terminaron especulando con esos fondos, lo que provocó un aumento de la inestabilidad española. El crimen de la socialdemocracia (continuado por el actual partido de gobierno) fue la salvación de los bancos”, sostuvo el académico inglés.

En el caso de Italia, Weeks sostuvo que no existe un problema de tasa de interés ni un peso relativamente fuerte de la deuda. De hecho, Italia era uno de los países con excedente primario antes de la crisis. En este sentido, el punto neurálgico para Italia habría que buscarlo en las claudicaciones al momento de ingresar en la Zona Euro, al igual que Grecia. “La deuda bruta y neta de Italia es la misma de los últimos 20 años. Por eso el problema está en su tasa de crecimiento, que durante los últimos quince años fue del uno por ciento en promedio”, afirmó.

Las directrices neoliberales aplicadas en la UE sostienen que las políticas públicas de los gobiernos restringen, limitan y distorsionan la habilidad de las personas para tomar decisiones, la misma retórica que se aplicó en la década de 1990 en la Argentina. Por eso para Weeks uno de los problemas fundamentales del actual contexto pasa por la definición de la “economía”. Hace doscientos años, esta ciencia (social) era definida como “la asignación de recursos limitados para necesidades sin límites”. “La economía debería ocuparse de cómo movilizar recursos para el bienestar social. Esta fue la gran contribución de Keynes”, agregó Weeks.

Para este crítico de las visiones ortodoxas y neoliberales la solución a la crisis europea podría encontrarse en una salida conjunta del euro por parte de aquellas economías más afectadas (España, Italia, Portugal, Grecia e Islandia). Entre todos representan el 45 por ciento del PBI de la UE. “Las consecuencias del fracaso de Europa es el empobrecimiento de la clase obrera. Pero más complejo aún es el reverdecer de los nacionalismos europeos y la alta conflictividad que empieza a asomar de la mano de las derechas”, concluyó el académico.

 


21 de octubre de 2012

FRENTE AL FRACASO DEL NEOLIBERALISMO, ¿HUMANIZAR EL CAPITALISMO?

Augusto Lapp Murga. Aporrea
Ya parece un hecho evidente para todo el mundo bien pensante que el capitalismo neoliberal, con su pensamiento único del “ laissez-faire” y la “ mano invisible” del mercado autorregulado, al cabo de apenas tres décadas de dominio global ha resultado en un estruendoso fiasco. La crisis financiera que afecta al mundo entero, la recesión de la economía productiva en los países desarrollados, las enormes deudas soberanas y el rescate leonino de las finanzas públicas y privadas en quiebra, el desempleo galopante y el aumento de la pobreza, entre otras cosas, así lo indican.

Ante esta crisis de la economía global vuelven a enfrentarse las dos ideologías fundamentales del capitalismo. De un lado, el neoliberalismo, con su idea de la defensa del libre mercado y la libre competencia hasta sus últimas consecuencias, en una evidente huida hacia adelante, insiste en seguir aplicando las consabidas políticas de plena apertura de los mercados para los grandes capitales transnacionales, mayor flexibilización laboral para incrementar las ganancias de las empresas capitalistas, ayudas masivas a la banca para salvar el sector financiero, y austeridad presupuestaria para estrangular aún más el “gasto” social.

Por otro lado, en respuesta ante el colapso del capitalismo neoliberal, se ha planteado la opción de retornar a un capitalismo “más humano”. Sería éste una versión del keynesianismo, con un sistema regulado donde el gobierno tome la forma de un estado benefactor que interviene para prevenir los excesos a los que conduce la lógica del capitalismo de buscar expandir las ganancias a toda costa. Aunque los críticos liberales acusan a su vez que son las políticas expansivas y asistencialistas de estos estados las causantes de las grandes deudas públicas y altas tasas de inflación que al final condujeron al fracaso del keynesianismo en la década de los setentas.

Observamos entonces que esta nueva crisis del capitalismo y sus consecuencias no sólo movilizan amplias masas de trabajadores y sacude a la opinión pública mundial, sino que también ha desatado nuevamente la polémica entre las diferentes corrientes del pensamiento económico capitalista. Esta polémica no sería algo extraño, dado que, como ya observara Marx en su libro Miseria de la Filosofía [2], cuanto más evidente se muestra el carácter antagónico de los intereses de clase, más se embrollan en su propia teoría los economistas, los representantes científicos de la producción burguesa; y por ello aparecen distintas escuelas.

Marx identificaba en su época dos escuelas: Por un lado, “Están los economistas fatalistas, que en su teoría son indiferentes a lo que llaman los inconvenientes de la producción burguesa, como lo son los burgueses mismos a los padecimientos de los proletarios, que los ayudan a adquirir las riquezas”. Dentro de esta escuela fatalista hay clásicos y románticos. Para ambos “la miseria es, según su criterio, el dolor que acompaña a toda creación, lo mismo en la naturaleza que en la industria”. Son los también llamados capitalistas salvajes.

Por otro lado, dice Marx, “Surge luego la escuela humanitaria que toma a pecho el aspecto malo de las relaciones de producción actuales. Dicha escuela trata, para tranquilizar su conciencia, de mitigar, en lo posible, los contrastes reales; lamenta con sinceridad las angustias del proletariado, la competencia desenfrenada de los burgueses entre sí; aconseja a los obreros que sean mesurados, que trabajen bien y que tengan pocos hijos; y recomiendan a la burguesía que moderen el ritmo de la producción. La entera teoría de esta escuela –observa Marx- se apoya en distinciones efectivas entre la teoría y la práctica, entre los principios y los resultados, entre la idea y su aplicación, entre el contenido y la forma, entre la esencia y la realidad, entre el hecho y el derecho, entre el aspecto bueno y el aspecto malo”.

Estas palabras las escribió Marx entre los años 1846-1847, pero aun hoy conservan toda su vigencia. Desde entonces esta escuela “humanitaria” ha continuado elaborando diversas propuestas de remiendo del capitalismo. Tres disciplinas vienen a justificar o reforzar su teoría: a) la filosofía moral y política de claro corte normativista, centrada fundamentalmente en el “deber ser” de las organizaciones económicas y sociopolíticas, sólo se ocupa de reclamar discursivamente la necesidad de atender la dimensión ética de la gestión capitalista; b) el sociologismo, que acentúa unilateralmente las relaciones sociales y relativiza la influencia de las estructuras económicas en las que descansan dichas relaciones; c) y por último, la economía política reformista, con su fórmula de una economía desarrollista y redistributiva como alternativa dentro del capitalismo.

Estas disciplinas, con sus doctrinas y propuestas, incluidas las que surgen desde posiciones autoproclamadas como socialistas, suelen hacer certeros análisis de las aberraciones del sistema, sin embargo, sólo terminan por querer maquillar algunos de los principios y categorías fundamentales de la economía capitalista. Algunas plantean como una solución efectiva, por ejemplo: regular el mercado; normar el capital financiero; socializar la mercancía; compartir las ganancias; o cumplir con la “responsabilidad social” de las empresas.

Con estas medidas se pretende saldar las deudas sociales del capitalismo. No son malas per se , pero obviamente son soluciones cosméticas que van a contrapelo de las leyes inexorables que gobiernan el sistema, como de las contradicciones internas que lo caracterizan. Sin dudas, estas medidas se contradicen con los principios de la producción de plusvalía y la maximización de las ganancias, con los de la reproducción y la acumulación del capital, que son leyes fundamentales que le dan vida y rigen al capitalismo. Como también se enfrentan a las relaciones de producción y las formas de propiedad y distribución que las sustentan. Cuesta entonces pensar que el capitalismo esté dispuesto a mutilar algunos de sus miembros fundamentales, o que la burguesía llegue hasta sacrificar su propia existencia en beneficio de la sociedad. Por ello, aunque nos perezcan bien intencionadas, esas propuestas “humanitarias” a todas luces resultarán utópicas o insuficientes, y tarde o temprano serán nuevamente sustituidas por el capitalismo verdadero.

No obstante esto, los filósofos, sociólogos y economistas pro capitalistas siguen edulcorando cada vez más la infusión, han venido añadiendo refinamientos y correcciones a la fórmula, perfeccionando el discurso sobre el capitalismo “humanitario”, pero al fin y al cabo siempre resulta el mismo brebaje. Con relación a esto, Marx explica: “La escuela humanitaria perfeccionada recibe el nombre de escuela filantrópica. Niega la necesidad del antagonismo, quiere hacer burgueses a todos los hombres; quiere realizar la teoría, en tanto que ésta se distinga de la práctica y no contenga antagonismos. Claro está que en la teoría resulta fácil hacer abstracción de las contradicciones que se encuentran en cada instante en la realidad. Esta teoría sería entonces la realidad idealizada. Los filántropos desean, entonces, conservar las categorías que expresan las relaciones burguesas sin el antagonismo que las constituye y que les es inseparable. Creen que combaten seriamente la práctica burguesa, y resultan más burgueses que los otros”.

En resumen, las crisis periódicas y sistémicas del capitalismo demuestran tanto la utopía del pensamiento único neoliberal, como revelan las limitaciones y la insostenibilidad de las políticas y los gobiernos socioliberales. De tal manera que no podemos caer en el juego pendular del hayekismo-keynesianismo que nos ofrece la burguesía. Resulta evidente entonces que la crisis actual del neoliberalismo no puede solucionarse dentro del capitalismo; sólo con un socialismo verdadero, que adelante una transformación estructural más profunda basada en cambios en la propiedad de la tierra, los modelos comerciales y la propiedad de las industrias estratégicas, al mismo tiempo que modifique la cultura no solidaria, consumista y depredadora del capitalismo, es como se podrá lograr la máxima felicidad del ser humano en el planeta Tierra.

Referencias:

[1] Marx Karl. Miseria de la Filosofía , Gradifco, Buenos Aires, 2010, p. 119.

17 de octubre de 2012

NO SE PODÍA HABLAR DE LED ZEPPELIN TRAS EL MURO DE BERLÍN

Por Marat
Cuando se es un mal nacido (mala nacida) no hay dificultad para dar con el medio-basura (EL PAÍS) en el que soltar el vómito de una señorita pija de clase media, proveniente de una élite social y dejar a la vista la basura que se lleva dentro.

Este instrumento propicio y consciente del anticomunismo, llamada Marcela San Martín, programadora cultural porque tiene los contactos para llevar grupos a las salas en las que ponen copas (”CULTURAL” es agarrarse un pedo del 15 donde tocan ruido) es tan patética en su bien pagado viaje por el Shangri-La post hippy de plástico que revuelve las tripas de quien tenga clara la diferencia entre capitalismo y ser humano.

El título de su entrevista no tiene desperdicio: “No se podía hablar de Led Zeppelin tras el muro de Berlín” http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/16/actualidad/1350399897_415025.html Casi hace pareado, salvo por el acento. Tan ridícula como el imaginario título del libro del anticomunista más delirante que cabría imaginar que bien podría ser el de “De cómo liberé a mi mamá de las garras del comunismo”

El desarrollo de su entrevista dice a las claras lo que es este resíduo humano: “En Cuba se politizó mi vida”. En España no, ¿verdad? “Estar en Berlín Este “fue como en la película de “La vida de los otros”, viviendo en una ciudad gris, triste, desconfiada, huraña e incluso racista”. Vamos, para suicidarse. Por eso tantos berlineses del Este votan comunista. Y más, para disfrutar: “Los comunistas prohibían el chicle, los vaqueros o los grupos de rock. Era un sistema donde no se podía consumir nada occidental”. ¡Ayyyyyy, que total, sin poder darle a la Coca_Cola, Black! Casi le faltó decir que éramos causa de la impotencia sexual de los dueños del petróleo y que de las naves extraterrestres descendían rojos con descomunales rabos. ¡Qué lástima…que fueran rojos!, ¿verdá, usté?

Niña de papá exiliado que lo tuvo fácil, mientras el mío fue al campo de concentración de Argelés Sur Mer y luego al batallón de trabajadores de las caballerizas del Palacio de la Magdalena (Cantabria), pasando por un campo nazi. Niña de papá, perdida en un supermercado tardió de un canción de Alaska de la que ya todos nos hemos olvidado.

Justo, cuando más nos golpean a los trabajadores esta pija New Agee, ideológico espécimen 15Memo, nos sale con su odio contra un sistema cuya desaparición posibilitó que nuestros verdugos nos perdieran más el respeto.

¿De qué modo podrá explicar este “periódico” globalista, que convoca reeditados llamamientos a los parques temáticos del “ciudadanismo indignado” y novedades antidemocráticas asaltacongresos, que los comunistas checos se hayan convertido en la segunda fuerza política en las recientes elecciones de esa república?

Jamás he sido estalinista, ni prosoviético, ni dado a las iglesias, museos o mausoleos. No soporto el infantilismo beato M-L, prometedor de un nuevo Valhalla definitivo para la clase obrera pero, cuando atacan a los míos, los comunistas más sectarios incluidos, porque yo, señora San Martín, soy comunista, sólo me queda, pija de la movida madrileña retrasada, decirle: váyase al pedo, a pie o a caballo, como prefiera.

POR LA HUELGA GENERAL EN EL SUR DE EUROPA

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:

Vaya por delante que la Huelga General en el Sur de Europa (Portugal, España, Italia, Grecia, idealmente también Francia) me parece una iniciativa sindical insuficiente, aunque muy necesaria.

Insuficiente porque hasta que no sea posible romper sindicalmente la división de los trabajadores entre el Norte y el Sur de Europa, concordante con las distintas realidades de la crisis en cada una de las dos eurozonas, no será posible enfrentar a los trabajadores europeos a las decisiones de La Troika, de las grandes oligarquías y corporaciones empresariales europeas y a los distintos gobiernos que imponen, en dosis de dolor social variable, sus recortes a las clases trabajadoras europeas. Y para eso es necesario avanzar hacia la EuroHuelga, o Huelga General Europea en toda la UE, y más allá, en todos los países del Viejo Continente, estén o no integrados en la Europa de los Mercaderes.

Pero la considero muy necesaria porque puede empezar a resquebrajar y a fragmentar el monolito de reformismo estéril y apagafuegos que es la CES (Confederación Europea de Sindicatos). Una Huelga General del Sur de Europa sería un toque de atención muy poderoso dentro de las cúpulas sindicales de la CES y podría empezar a generar una recomposición dentro de las corrientes social-liberales y pactistas –cuando el tiempo del pactismo está muriendo- dominantes de en esa organización sindical. Y eso sería muy bueno para la clase trabajadora de la Vieja Europa y de cada país en particular.

Nueva Tribuna es una publicación del entorno social-liberal (PSOE) y de los sectores más reformistas de los sindicatos y de IU. Pero es llamativo que se haya colado un texto crítico hacia la actuación hasta ahora de los sindicatos mayoritarios del Sur de Europa, constreñidos dentro de sus visiones chatamente nacionales.

Echo a faltar en el texto que a continuación les presento, la necesidad de definir un carácter anticapitalista y político de la Huelga General en el Sur de Europa, que avance programáticamente hacia un proyecto de derribo del capitalismo, que no podrá venir del mundo sindical porque éste es, por su naturaleza reformista, como bien afirmaron en su día Lenin y Rosa Luxemburgo, pero que venga de un discurso de las izquierdas políticas que gire hacia la clase y radicalice su discurso, abandonando esa sucia trampa de los ciudadanismos interclasistas y los trampantojos de Referéndums, destinados a impedir un enfrentamiento radical con el capitalismo y sus secuaces gubernamentales.

Del mismo modo, echo también en falta una crítica de lo que la CES significa de largos años de compromiso social, desmovilización y adormecimiento de la conciencia de clase de los trabajadores.

Pero seguramente pedir que el autor sostuviese estas posturas sería pedir demasiado, entre otras cosas porque si pensara tal cosa y las dijese seguramente no podría haberlas escrito en Nueva Tribuna.  

De cualquier modo, es un avance y por ese motivo se lo presento a ustedes aquí:

Por la huelga general en el sur de Europa

Francí Xavier Muñoz. Nueva Tribuna
 “Primero, rescataron a los griegos. Como no éramos griegos, no hicimos nada. Después, rescataron a los irlandeses. Como no éramos irlandeses, no hicimos nada. Luego, rescataron a los portugueses. Como no éramos portugueses, no hicimos nada. Más tarde, rescataron a los españoles. Como no éramos españoles, no hicimos nada. Finalmente, nos rescataron a nosotros, los italianos. Sin embargo,, ahora ya es tarde. Roma, 2013”.

Portugal irá a la huelga general el próximo 14 de noviembre por las medidas que está aprobando su Gobierno, que suponen más recortes de los ya aplicados, sin que estos últimos hayan iniciado el camino de la recuperación para el país. Antes al contrario, han profundizado la recesión. Esta convocatoria de huelga general en el país vecino parece haber animado, por fin, a nuestros sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT) a convocar también una huelga general para esa fecha, 14N, así como en Grecia e Italia. Razones ha habido suficientes a lo largo de estos últimos cuatro años de crisis pero, ahora, se dan circunstancias concretas coincidentes que permiten la unificación de todas las huelgas generales nacionales en una sola en el sur de Europa, una huelga general cuasi-comunitaria. En España, el Gobierno ha presentado los Presupuestos Generales para 2013, que son los más restrictivos desde la reinstauración de la democracia. Y en Grecia se está negociando con la troika un nuevo paquete de recortes, que ha tenido que recibir la bendición o la enmienda de la canciller alemana y jefa de gobierno fáctica de la Unión Europea, Angela Merkel.

Pocas veces se repetirá una situación tan coincidente en el sur de Europa: la presentación de presupuestos o paquetes de recortes por gobiernos de centro-derecha, al dictado del Gobierno alemán y de la troika financiera comunitaria. Los sindicatos mayoritarios del sur de Europa no tienen esta vez excusas para fragmentar sus huelgas generales. Si lo hacen, después de tantas voces que llevan cuatro años demandando la unificación de dichas huelgas –voces entre las que incluyo la mía–, dichos sindicatos habrán asestado un golpe casi mortal a los trabajadores por ellos representados, lo que redundará en una desafección y desmotivación sindical difícil de recuperar en los próximos años. Hay incluso quien piensa que se busca dicha situación por parte de los sindicatos mayoritarios, aunque yo no me apunto a esta tesis, de momento. Sin embargo, sí habría que preguntarse por qué los gobiernos siguen sin ceder en sus políticas de ajuste duro y recortes al Estado del bienestar, a pesar de las movilizaciones de los trabajadores europeos durante los últimos cuatro años de crisis.

En mi opinión, porque la respuesta que las organizaciones sindicales están dando a la gestión neoliberal de esta crisis sigue anclada en luchas nacionales, sin que haya una estrategia decidida por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) para plantarles cara a los gobiernos y a las grandes corporaciones que los están manejando. La crisis es global, la estrategia del poder financiero es global, la respuesta de los gobiernos europeos es global y, sin embargo, la acción sindical sigue siendo nacional, tímidamente europea solo a la hora de leer declaraciones, entrevistarse con mandatarios o manifestarse en las calles.

Atrás han quedado un buen número de huelgas parciales y generales en Grecia, Francia, Portugal, Italia y España que de nada han servido. Los sindicatos mayoritarios europeos siguen pidiendo esfuerzos a los trabajadores y a los afiliados, pero éstos siguen sin ver los frutos de una estrategia que parece no llevar a ninguna parte. Y cuando se les pregunta directamente por qué no convocan una huelga general europea responden que es muy lenta la toma de decisiones a nivel supranacional y muy difícil poner de acuerdo a sindicatos de varios países. Parece que la crisis no solo despierta egoísmos nacionales en los gobiernos sino también en los sindicatos.

Y así, llevan cuatro años perdidos. Desaprovecharon la primera ocasión cuando los gobiernos comunitarios salieron en tromba a rescatar a sus entidades financieras, allá por el 2009. Luego, han tenido más ocasiones, todas desperdiciadas. Ni siquiera la constatación de la existencia del área GIPSI (antes PIIGS) en los ámbitos financieros europeos ha movido a la CES a declarar una estrategia conjunta de acción sindical contundente en esa área, que comprende a Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia. Ni siquiera el acróstico inglés empleado, que antes nos llamaba “cerdos” y ahora nos llama “gitanos”, ha conseguido unificar la conciencia y resistencia sindical en esos países.
Caben dos explicaciones, aunque las dos desesperantes. Una sería aquella que explica la parcelación estatal de las luchas sindicales por ese egoísmo nacional que la crisis y su gestión ha incentivado. Otra sería que los sindicatos mayoritarios estarían esperando a una mayor federalización de la política económica y fiscal comunitaria, con transferencia de soberanía y órganos ejecutivos con mando en plaza en todas las economías que suscribieran dicha convergencia, lo que se ha dado en llamar la “gobernanza europea”. En este caso, la CES tendría más capacidad de acción unitaria. Pero mientras tanto, los gobiernos de los países GIPSI van reduciendo el Estado del bienestar y cientos de miles de trabajadores ven reducidos su poder adquisitivo, su seguridad laboral y sus prestaciones asistenciales, en una estrategia calculada para incentivar en ellos el miedo a la protesta, dejando caer los gobiernos siempre el mismo mensaje de que “podemos llegar a estar peor de lo que estamos si no hacemos lo que tenemos que hacer”.

Y yo me pregunto… cuando las grandes corporaciones del poder económico y financiero luchan a brazo partido por sus intereses; cuando los gobiernos y parlamentos anteponen los intereses de esas corporaciones a los derechos de los ciudadanos; cuando los sindicatos mayoritarios europeos renuncian a enseñar el músculo unitario que podrían desplegar… ¿qué nos queda a los trabajadores para enfrentarnos a esta estrategia de achinizar Europa? Los movimientos sociales y políticos en red son una de esas alternativas. Los sindicatos mayoritarios deben entender que la huelga europea, o al menos, la huelga en el sur de Europa, debería ser otra. De ellos depende dar la última batalla organizada por el Estado del bienestar. Si no la dan ahora que España, Grecia y Portugal se enfrentan al anuncio casi unívoco de más recortes presupuestarios, habrán contribuido con su inacción a la regresión irremisible de la Europa social que hemos conocido hasta ahora.

14 de octubre de 2012

EUROPA QUEDA A LA ESPERA DE QUE SE DISIPE EL ESPEJISMO

La nueva sede, en construcción, del Banco Central Europeo
Giuseppe Bottazzi (Milán). Diagonal
El 6 de septiembre Mario Draghi anunció que el Banco Central Europeo estaba dispuesto a comprar bonos de los países en apuros. Pero, ¿qué consecuencias tiene este anuncio para los más afectados de la eurozona? Nadie lo sabe, ya que las palabras del banquero central no han concretado cómo funcionará la anunciada “salvaguardia de la transmisión de la política monetaria en todos los países de la zona euro”.
Los gobiernos que quieren que el BCE compre su deuda –y les saque de los apuros del mercado– tendrán, sin embargo, que firmar un “memorándum”, sin que hasta ahora se sepa lo que este acuerdo llevará escrito. Todos parecen ir a ciegas, sobre todo el gabinete de Mariano Rajoy, abocado al rescate. Sobre si España optará finalmente por pedir asistencia a Europa para aliviar la presión sobre la deuda, el ministro de Economía Luis de Guindos ha vuelto a insistir en que el Gobierno analizará “con cuidado y atención” las condiciones del eventual rescate. Es decir, que cada país que decida sentarse a la mesa del BCE tendrá que pactar sus condiciones.
Y no hay que dar por descontado que la situación resulte diferente de la de Grecia: todo dependerá del poder de negociación de los interlocutores. Por esto la otra candidata al rescate, Italia, después de tanto pedir una intervención del BCE en contra de la especulación, ahora titubea. Y el primer ministro transalpino, Mario Monti, no se cansa de repetir que no va a solicitar ayuda alguna. El tecnócrata ha entendido que el milagro de “Súper Mario-Draghi”, de pronto coronado salvador de la eurozona, es de momento sólo un espejismo.
Tras el anuncio de Draghi han bajado las primas de riesgo de España e Italia, los dos “vigilados especiales” de la zona euro. Pero esto no implica que para Madrid y Roma se haya alejado definitivamente el fantasma de Grecia; un fantasma que es fácil identificar con los “hombres de negro” del Fondo Monetario Internacional. El incrustado del FMI en el nuevo plan de rescate del BCE, confirmado por Draghi delante de las cámaras, no promete nada bueno.
Desde la Eurotorre de Frankfurt (cuartel general de los banqueros del euro) confirman que el papel del Fondo está por definir y que, como en el caso de los “memorándum”, habrá que decidir caso por caso. Sin embargo la nota del BCE precisa que “siendo el FMI una organización internacional, decidirá por sí misma el nivel de involucración”. Esto dota de una autonomía inquietante a una institución que se ha hecho paladín de los recortes”sangre, sudor y lágrimas” en todo el mundo.
Mientras tanto, en Bruselas intentan calmar los ánimos: “La introducción del FMI en el programa de adquisición de deuda soberana de los países en apuros no implica condiciones adicionales. Sólo es una garantía de la seriedad del proceso”, ha explicado Olivier Bailly, uno de los portavoces de la Comisión Europea. El marco se definirá en los próximos días y la cobaya podría ser Madrid. El Gobierno de Mariano Rajoy está preparado para pedir el rescate. Sólo es cuestión de fechas: Madrid no lo pidió en tiempo útil para que los ministros de Finanzas de la eurozona lo abordaran en su reunión regular prevista en Luxemburgo el 8 de octubre, por lo que la solicitud llegará probablemente antes del Consejo Europeo del 18 y 19 de octubre en Bruselas. Los socios de la eurozona, como Francia e Italia, están presionando para que la decisión se tome cuanto antes, y Rajoy no podrá seguir ganando tiempo antes de anunciar algo que se da por hecho.
Sin embargo, mientras España está al borde del rescate y Grecia se desangra para quedarse en el euro, en Alemania también hay quien estudia abandonar el barco antes de que se hunda. “La salida de Alemania del euro no sería una tragedia y muchos bancos alemanes consideran posible esta solución porque en los formularios para sus clientes han introducido una cláusula que fija las normas para el cambio del euro con el marco”, acaba de declarar el exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi.
Como siempre, cuando se trata del ‘cavaliere’ nadie se lo ha tomado demasiado en serio pero, por una vez, Berlusconi, que hora trata de reciclarse como líder antieuro, no ha sido tan embustero como en sus años de Gobierno: en Alemania los bancos han fijado las reglas para cambiar los euros por marcos en el futuro. Al contrario que en otros países de la eurozona –en España se ha puesto en septiembre–, en Alemania no se ha fijado una fecha límite para cambiar las viejos billetes, que seguirán siendo convertibles en el futuro “sin límites ni comisiones”.
A esto hay que añadir que en el país se ha aprobado una ley que garantiza, en caso de ruptura del euro, que los bancos entreguen a sus clientes el mismo importe en cualquier moneda que surja de la implosión de la eurozona. Y por si los gobiernos de los países en apuros se es- fuerzan por entender lo que hay detrás del anuncio de Mario Draghi –y la gente baja a la calle en contra de los nuevos planes de austeridad– en algunos Lander alemanes hay todavía tiendas que aceptan los viejos marcos. Las estimaciones del Bundesbank, el banco central del país, dicen que entre viejos billetes y monedas hay un tesoro escondido estimado en más de 6.000 millones de euros. A la espera de ver qué pasará con la eurozona nadie tiene prisa por cambiarlos.
Francia: aumenta el desempleo y el descontento
por Carole Charraud
Desde el principio de 2012, la tasa de desempleo francesa ha subido del 9,2% para los individuos considerado como pertenecientes de la categoría A, una cifra que aumentará si se consuma el plan de despidos de PSA Renault Citroën, que prevé la eliminación de 8.000 puestos de trabajo. Frente al disgusto creciente de la población francesa con la política del gobierno y de las grandes compañías nacionales, actores políticos de la izquierda organizaron una protesta este 30 de septiembre con el fin de manifestar su descontento y pedir medidas ya frente a la política nacional y europea “de austeridad”.
En las calles de Paris, 80.000 estudiantes, trabajadores precarios, desempleados y decepcionados de la política de Hollande marcharon junto a varios partidos políticos y decenas de organizaciones para pedir un referéndum sobre el Pacto Fiscal Europeo. El abandono de la ratificación del Pacto Fiscal Europeo que Hollande había prometido durante su campaña y los sucesivos despidos de trabajadores por grandes empresas francesas alarman a la población.
Italia: el Gobierno se prepara para más recortes
Redacción
El Gobierno de Mario Monti ha anunciado que no se subirá el IVA al menos hasta julio de 2013. El 3 de octubre, el Tribunal de Cuentas italiano confirmaba que los ajustes estructurales del Gobierno han llevado a la economía a la recesión.
La previsión de decrecimiento del Producto Interior Bruto ha subido del - 1,2%, que se calculaba en abril, hasta el -2,4%. La comunidad educativa teme que se produzcan nuevos recortes en este sector, donde sólo en la Universidad se han reducido 200 millones. En este clima, el 5 de octubre, miles de estudiantes marcharon por Roma hasta el Ministerio de Educación.


13 de octubre de 2012

LO QUE ESTÁ EN JUEGO EN EL PLEITO CHINO-JAPONÉS

Rafael Poch. La Vanguardia

El cerco militar a China, en el centro del conflicto entre Pekín y Tokio por las islas Diaoyu
La disputa entre China y Japón por los islotes Diaoyu/Senkaku no es un capricho escapista del gobierno chino ante una coyuntura, económica y política complicada por un crecimiento ralentizado, por escándalos como el del caído dirigente de Chongqing, Bo Xilai, y por el próximo relevo del grupo dirigente en el XVIII Congreso del partido. Todo eso es real pero influye mucho menos de lo que sugieren la mayoría de los análisis publicados hasta la fecha. Se trata de otra cosa: de la tercera Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982, UNCLOS por sus siglas en inglés.

Desequilibrios de una convención
Ese acuerdo adjudica estatus de “zona económica exclusiva” a las zonas marítimas situadas entre 370 y hasta 650 kilómetros alrededor del territorio insular de un país. Gracias a su soberanía sobre todo un rosario de islas, islotes y rocas del Pacífico (Izu, Ogasawara, Okinotorishima, Minami) situadas hasta casi 2.000 kilómetros de distancia de Tokio, Japón tiene derechos sobre una enorme “zona económica exclusiva” marítima de 4,5 millones de kilómetros cuadrados, la novena mayor del mundo. China, cuya fachada litoral es mayor que la japonesa, sólo tiene 880.000 kilómetros cuadrados y ocupa el puesto 31 entre Maldivas y Somalia.

Si se observa el mapa que resulta de la aplicación de UNCLOS, se comprobará que China está literalmente encajonada en su fachada litoral. Como explica el profesor australiano Gavan McCormack, esa situación resulta de la combinación de las zonas marítimas de Filipinas, Estados Unidos (a través de su control de Guam, Palau, Carolinas y otras islas), Japón y Corea. Ese mapa no es sólo económico sino geopolítico, es decir tiene un fuerte componente militar.

Encerrar al rival
La clave es el creciente cerco militar del que China es objeto. El grueso de la atención y el despliegue militar de Estados Unidos fuera del Golfo Pérsico ya está instalado en el Pacífico Occidental contra China. La administración Obama anunció hace poco que en los próximos años el 60 % de la marina de guerra de EE.UU se desplegará alrededor de China. Enviarán seís portaviones, más submarinos nucleares, medios antisubmarinos y de guerra electrónica. El despliegue incluye escudos antimisiles “contra Corea del Norte” que en realidad están orientados a anular el modesto arsenal nuclear chino, el regreso de los bombarderos estratégicos a la base de Guam, y la reconstrucción de las alianzas militares con los países de la región, cuyo puntal es la alianza militar con Japón.

Disputar la soberanía del grupo de islas Diaoyu/Senkaku es para China la única forma de romper ese bloqueo y disponer de un pasillo de salida hacia aguas internacionales. No es sólo una cuestión de recursos. Como dice McCormack, “la combinación de la propiedad japonesa de amplias zonas oceánicas y su alianza subalterna con el diseño estratégico de Estados Unidos para la región, significa una seria desventaja y riesgo para China”.

UNCLOS establece que los islotes y arrecifes incapaces de sostener población o vida económica por si mismos, no pueden tener estatuto de zona económica exclusiva. Es el caso de muchas rocas japonesas. En Okinotorishima, por ejemplo, Tokio mantiene literalmente a flote el arrecife, a base de gastar dinero en protecciones y barreras que lo mantengan por encima del nivel del mar. La discusión histórica es complicada.

Soberanía disputada
La alegada soberanía japonesa sobre Diaoyu/Senkaku data de 1895, algo posterior a la incorporación del archipiélago de Okinawa (Ryukyu). Pero Ryukyu fue durante siglos un reino insular tributario de China y parece que en 1893 la emperatriz china Cixi hizo uso de su soberanía en una concesión de tres islotes del grupo a la familia de uno de sus ministros, Sheng Xuanhuai. En cualquier caso, que la propia marina de guerra japonesa se siga refiriendo a dos de las islas del grupo por su nombre chino (“Huangwei” y “Chiwei”) y no por el japonés (“Kuba” y “Taisho”) es significativo.
Por razones obvias arriba descritas el gobierno chino ha movilizado a su opinión pública. Considerar que la población china es un mero títere de los designios de su gobierno es no entender la China actual. El agravio histórico japonés en la opinión pública de China es completamente racional desde el punto de vista de la memoria de una matanza de quizá 20 millones de chinos en la guerra mundial en Asia Oriental, hacia la que Japón mantiene una actitud manifiestamente ambigua. En las manifestaciones antijaponeses de Shenzhen se han escuchado consignas como, “abajo el Ejército de Liberación Popular” en reproche porque Pekín no envía a la marina de guerra al lugar. Los gobernantes chinos tienen que permitir soltar vapor de vez en cuando a la caldera de la indignación popular china, que supera y desborda con creces su casi siempre prudente y pragmático cálculo, pero han tenido que apretar el freno.

Sustancia inflamable
“La violencia no puede ser tolerada únicamente porque la protesta sea contra Japón, China va a tener más conflictos en el futuro a los que hay que responder con los medios adecuados para ganar el respeto de nuestros competidores”, señalaba una editorial de Global Times, una publicación china bastante incisiva en temas internacionales. El gobierno chino lleva años proponiendo a Japón soluciones de explotación conjunta de los recursos en los territorios disputados.
Japón tiene pleitos insulares con todos sus vecinos. Con Corea por la isla de Dokdo/Takeshima y con Rusia por las Kuriles, pero es con China donde hay más sustancia inflamable. En Japón los sectores ultras representados por el gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, tienen gran influencia y capacidad de arrastre en este asunto. La provocadora idea de “nacionalizar” las islas mediante la compra de algunas de ellas a sus “propietarios” japoneses partió de Ishihara, un negacionista del holocausto chino y apologeta del imperialismo japonés en Asia.

Respecto a la pretendida mediación de Estados Unidos en este conflicto, es poco creíble. Mientras el secretario de defensa, Leon Panetta, llama a la calma y a evitar una escalada, Washington afirma con toda claridad su alianza militar con Tokio y proclama su disposición a ir a un conflicto militar con China para apoyar la reclamación japonesa.

11 de octubre de 2012

POSMANIFIESTOS (ESTRATÉGICOS)

maciek wisniewski. la jornada

Después del Manifiesto comunista (1848), Marx profundiza sus estudios de la economía burguesa, pero no abandona la política: pensando en mejores estrategias para el triunfo del proletariado escribe La lucha de clases en Francia (1850) y El 18 brumario de Luis Bonaparte (1852). Sin embargo, como subrayan varios estudiosos, su teoría política (y de la izquierda en general) es un proyecto incompleto. Lo estratégico en él muchas veces se limita a lo que pretendía con el Manifiesto: educar al proletariado en el comunismo científico (que no era poco).

También Daniel Bensaïd (1946-2010) subraya que Marx tenía estas cuestiones poco desarrolladas y ambiguas y, escribiendo sobre la estrategia (la base en que nos juntamos, organizamos y educamos a nuestros miembros; un proyecto para abolir el poder de la burguesía), parte de otros autores –Lenin, Trotsky, Luxemburgo o Gramsci– que trataron de llenar el vacío (La politique comme art stratégique, París, 2011).

Para él –contrariamente a Hardt, Negri o Holloway– el poder y su toma son centrales, y la ola izquierdista en América Latina confirmó su relevancia (The return of the strategy, 2007). No sin problemas: según Raúl Zibechi los movimientos sociales fueron sobrepasados por los estados progresistas y carecen de estrategia. Lo peor es que (desde Marx) la izquierda no tiene cosas claras para dar un debate: ¿cuánta energía poner en el Estado o en lo electoral, y cómo usar estas herramientas para la transformación social? (Rebelión, 11/9/12).

Bensaïd evoca la visión de Lenin y subraya la necesidad de un partido como una herramienta para implementar la estrategia: la política sin partido acaba en una política sin política (Leaps! Leaps! Leaps! Lenin and politics, 2002).

La meta es el comunismo. Para él no es el nombre de un nuevo régimen o un sistema de producción, sino de un movimiento, que va más allá del orden establecido; es una hipótesis estratégica (The powers of communism, 2009).

Después de 1848 Marx subraya que la revolución y el paso al comunismo sólo serán el producto de una crisis. Trata de entender su naturaleza, pero no desarrolla su teoría definitiva.

Bensaïd anota que para Marx las crisis eran inevitables, pero no insalvables; jamás habló de una crisis final. La cuestión es saber a qué precio y a costa de quién pueden ser resueltas. La respuesta no pertenece a la crítica de la economía política, sino a la lucha de clases (Las crisis del capitalismo, Madrid, 2009).

En el Manifiesto, escrito en el contexto de la crisis comercial de 1847, Marx ubica su origen en la sobreproducción; luego, a partir de los Grundrisse (1857), privilegia la ley de la caída de la tasa de ganancia.

Frente a la crisis de hoy los marxistas están divididos entre las teorías subconsumistas (hay demasiada ganancia y el problema es su distribución) y aquella ley (el problema es la incapacidad de generar suficiente plusvalía).

No es lo de menos: de esto dependen las estrategias para la construcción de un mundo nuevo. No es lo mismo si la crisis es arreglable con la intervención del Estado (según algunos subconsumistas) o si la caída de la tasa de ganancia abre la posibilidad a un derrumbe sistémico (aunque por ejemplo Grossman nunca decía que era automático y lo vinculaba con la lucha de clases) o explica la aparición de crisis cíclicas donde el Estado no hace diferencia (véase la entrega pasada: La Jornada, 9/9/12).

La misma tasa de ganancia es una controversia: según Andrew Kliman (y otros), cae; según Michel Husson, amigo de Bensaïd, sube. Husson dice que incluso da igual, ya que la lógica del capitalismo simplemente va en contra de la humanidad. Y la división entre los subconsumistas y los teóricos de la caída de la tasa de ganancia (a los que –injustamente– tilda de marxistas vulgares) es inútil: son dos caras de la misma moneda. En cambio propone centrarse en la estrategia anticapitalista enfocada en las luchas concretas de los trabajadores, reparto de riqueza y demandas transitorias (Le capitalisme sans anesthésie. Études sur le capitalisme contemporain, la crise mondiale et la stratégie anticapitaliste, París, 2011).

Seguramente hay que ir debatiendo sumando y no restando, buscando plataformas comunes.

¿Qué tal la transición al otro sistema? Para muchos sonará demasiado general, pero Marx en el Manifiesto ya habló de un caso así: el paso del feudalismo al capitalismo, viéndolo igual como un sistema histórico y transitorio.

Lo recuerda Zibechi y añade que poco aprendimos de aquella historia, pero que sería útil ahora, entrando según Wallerstein en una época de transición, que en parte explicaría también la falta de la claridad en la izquierda (nota bene: es curioso como esta visión del ocaso capitalista coincide con algunos proponentes de la caída de la tasa de ganancia: Michael Roberts, Crisis or breakdown?).

Su resultado y la forma de una nueva sociedad poscapitalista dependerán sólo del balance de fuerzas y de la acción consciente del proletariado global heterogéneo que hoy está pagando por la crisis.

El manifiesto que pondría en el centro la hipótesis estratégica del comunismo y ofrecería una estrategia para esta transición queda aún por escribir.

10 de octubre de 2012

TRIUNFO DE CHÁVEZ: UNA OFRENDA PARA EL CHE

José Steinsleger. La jornada

En la crónica Sin olvido. Crímenes en La Higuera, los investigadores cubanos Adys Cupull y Froilán González transcribieron los apuntes del periodista inglés Richard Gott en la tarde del 9 de octubre de 1967, cuando el helicóptero que transportaba el cadáver del Che aterrizó en Vallegrande.
El corresponsal de The Guardian, escribió: “…la operación fue dejada en manos de un hombre en traje de campaña, quien –y todos los puntos convergen– era incuestionablemente uno de los representantes del servicio de inteligencia de Estados Unidos y, probablemente, un cubano”.
Cuarenta y cuatro años después, el 13 de abril de 2011, en el transcurso de un acto en homenaje a veteranos de la derrotada invasión mercenaria de Playa Girón (Cuba, 1961), la presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Lehtinen, se fotografió en el Capitolio de Washington con el misterioso personaje: Félix Rodríguez, el asesino del Che.

¿Cuán cierto será que las ideas del Che han sido degradadas a mera iconografía de llaveros, tacitas y playeras? Creo que la interrogante se responde sola, pues también sus enemigos se han encargado de evocar, por la negativa, su memoria.
No satisfecha con el homenaje referido, doña Ileana (a quien los cubanos de Cuba llaman con el cariñoso apodo de Loba Feroz), sufrió una crisis de histeria en septiembre pasado, cuando la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), envió un correo electrónico interno con una imagen del Che para celebrar el mes de la cultura hispana

La fotografía mostraba un carruaje de La Habana tirado por un caballo, pasando al lado de un mural con la foto del Che. Doña Ileana comentó: “Sin duda, la EPA podría haber elegido la imagen de una persona hispana que realmente poseía los atributos que muestran nuestra orgullosa identidad hispana. O sea que el Che no descendería, en línea directa, del virrey de Perú José de la Serna Martínez de Hinojosa y Trujillo (1770-1832).

Dos verdades: la una, relativa a la imagen mercantilizada del Che. Y la otra, que por aparecer en los estandartes de cuanto movimiento insurgente o juvenil irrumpe en los cuatro puntos de la Tierra obligó a que en los recientes Juegos Olímpicos el gobierno inglés girase instrucciones a la policía de Londres para impedir el ingreso a los estadios a los que usaran playeras con la imagen del Che.

En 2007, con motivo del 40 aniversario de la caída del Che, escribimos que de la justicia de la comparación entre las unas y otras imágenes del guerrillero heroico, depende “…la claridad y la transparencia de la imagen”. O dicho de otro modo: ¿qué imagen nos interesa proyectar del Che?

Sin respuestas de cajón, la inquietud ofrece cierto grado de complejidad. En particular, para los que lejos del guevarismo y sus teorías, llevan al Che en sus corazones. Pacifistas y tolerantes a la carta, abstenerse: ni por asomo, aludimos a los que se regodean con la besucona dicotomía violencia/no violencia.

El legado del Che fue como el de Leonardo, aquel mago del Renacimiento que nunca finalizaba sus proyectos, dejándolos en bocetos o a medio hacer para que sus discípulos los continuaran. ¿No dijo el Che que había pulido su voluntad “…con delectación de artista”?

Los expertos en Historia del Derrotismo podrán sostener que las luchas revolucionarias de Miranda, Bolívar, Hidalgo, Morelos, Guerrero, fueron como las del Che, perdedoras. Sin embargo, habrá de repararse en que la gallardía de la que todos ellos dieron ejemplo, permitió que nuestros pueblos empezaran el siglo desempolvando sus bocetos, y poniéndolos al día con los nuevos ideales de la emancipación.

En Vallegrande, el inglés Gott apuntó que el Che “…fue quizá la única persona que tratara de encaminar las fuerzas radicales en todo el mundo, en una campaña concentrada contra Estados Unidos. Ahora está muerto, pero es difícil imaginar que sus ideas mueran con él”.

Me parece que en todo lo relativo al Che (y lamento si los inspectores de revoluciones caen en profunda depresión), habrá que revalorar el término ideas haciéndole un corte de manga al vocablo ideología, inescrutable y resbaladizo concepto de origen germano.
El legado del Che fue la continuación de nuestro propio Renacimiento político, puesto en acción por don Francisco de Miranda hace más de 200 años. Prueba de ello la encontramos en el satélite de comunicaciones que lleva su nombre (lanzado en septiembre último desde el desierto de Gobi en el marco de la cooperación China-Venezuela), que transmitió al mundo la arrolladora victoria de Hugo Chávez.

No viene al caso especular acerca de cuál hubiera sido la posición del guerrillero heroico frente a la revolución bolivariana. Pero guardo la sensación de que no bien se conocieron los resultados de los comicios presidenciales, el espíritu de Miranda se habrá dicho: … ¡qué linda ofrenda para el Che!

7 de octubre de 2012

DOCUMENTAL: «LOS ESTADOS UNIDOS A LA CONQUISTA DEL ESTE», (MANON LOIZEAU, 2005)

¿Revoluciones naranja, dice usted? ¿Ocupa el parlamento?¿La poli es tu amiga?¿No violencia activa para derrocar dictadores? ¿Empoderamiento del pueblo? ¿Uso masivo de los redes sociales para extender la democracia? ¿el papel de los jóvenes en las nuevas formas de hacer política?¿El «hay que hacer algo»?¿Quitar a la clase —casta— «política» parasitaria y traer la democracia?¿Conspiranoias? Por favor, vean el documental… Recuerden, democracia es para sus protagonistas el nombre que recibe el capitalismo en el mundo anglosajón.
«Los Estados Unidos a la conquista del este», (Manon Loizeau, 2005)













Fuente: http://dedona.wordpress.com/2012/10/07/documental-los-estados-unidos-a-la-conquista-del-este-manon-loizeau-2005/

3 de octubre de 2012

HACIA UNA HUELGA GENERAL ANTICAPITALISTA

INICIATIVA DE CLASE

La Huelga General llegará por la voluntad de los capitalistas y del gobierno del PP de no ceder ni un ápice del terreno conquistado contra los trabajadores y de continuar aplicando sus recetas de caballo anticrisis contra los sectores más castigados por sus políticas antisociales (parados, pensionistas, asalariados precarios, familias con rentas bajas, dependientes y familiares de dependientes,...) en forma de recortes sociales, reforma laboral y un larguísimo etcétera que conforma la totalidad de la política del actual gobierno.

Pero no podemos ir hacia una Huelga General más como las lanzadas por CCOO y UGT en 2010 y 2012; huelgas generales sin continuidad en las luchas posteriores y pensadas para recuperar la interlocución perdida ante los gobiernos y la CEOE y que dilapidaron la acumulación de fuerzas realizada en los procesos hacia su consecución.

La patronal y los sucesivos gobiernos de la crisis ya no tienen  nada que ofrecer a un modelo sindical de concertación ya muerto, al que no necesitan, cuando lo que encuentran frente a la brutalidad de sus medidas antisociales es una resistencia pasiva, casi siempre tardía, remolona y mínima.

Para INICIATIVA DE CLASE la próxima Huelga General debe ser preparada con planteamientos totalmente diferentes a los anteriores.

Es necesario preparar esa Huelga General de modo que todas las luchas parciales y sectoriales vayan convergiendo en ella y que su generalización y extensión geográfica actúe como impulso que le dote de fuerza posterior.

Por otro lado, su momento culminante no puede ser un punto y aparte hasta la próxima Huelga General. Al día siguiente de la misma, las posteriores luchas, movilizaciones y huelgas parciales deben actuar como ráfagas que golpeen al Gobierno del PP en oleadas sucesivas que, sin desgastarse, sean capaces de hacer ingobernable e insoportable la situación para los representantes políticos del gran capital. Es necesaria una movilización sostenida en el tiempo contra el capital y su gobierno, capaz de mantener e incrementar el proceso de acumulación de fuerzas de los trabajadores en la lucha. Hablamos por tanto de una Huelga General y de un proceso previo y posterior con carácter político.

Pero ese carácter político no puede agotarse en la consigna de “fuera el Gobierno del PP”. Sería un grave error creer que bastaría con sacar a Rajoy de la Moncloa para que todo cambie al día siguiente. El papel de los social-liberales en los pasados Gobiernos griego,  español o portugués muestran que no basta con una alternancia en el Gobierno.

Sin una lucha de los trabajadores, tanto en el marco europeo como en el nacional, radicalmente confrontada a los dictados de La Troika y los intereses de las grandes corporaciones patronales europeas y, específicamente del capital alemán, que avance hacia la EuroHuelga, sirven de poco los cambios de Gobierno. Es necesario cambiar la correlación de fuerzas en la calle entre trabajadores y capitalistas

Esa lucha debe empezar a levantar ya la estrategia de derribo del capitalismo y de apuesta por un horizonte socialista que oriente los conflictos porque el capitalismo ya no tiene nada que ofrecer a los trabajadores. Es necesario impregnar las movilizaciones y sus proclamas de contenido anticapitalista que marque la dirección de nuestras reivindicaciones como clase.



Creado evento en facebook: VEN CON INICIATIVA DE CLASE A LAS MANIFESTACIONES SINDICALES DEL DOMINGO 7 DE OCTUBRE: http://www.facebook.com/home.php#!/events/448762865166449/