23 de noviembre de 2015

ARGENTINA: EL PELIGRO DE LA RESTAURACIÓN CONSERVADORA EN AMÉRICA LATINA

Juan J. Paz y Miño Cepeda. alainet.net

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
El texto que les presento más adelante tiene cierto carácter profético porque anunciaba días atrás el posible triunfo de Macri en Argentina que ayer domingo se produjo y los efectos devastadores, en forma de caída de fichas de dominó, que puede tener sobre los gobiernos progresistas latinoamericanos.

Con todo, no ahonda en las raíces de ese inicio del camino involucionista en América Latina.

Más allá de la combinación de los tres elementos en los que se apoya la reacción conservadora
  • Élites empresariales
  • Poder de la prensa capitalista y de derechas
  • Presión del imperialismo para desestabilizar la región,
coaligada con la crisis económica de los países emergentes, lo cierto es que existen otras razones que no aparecen en este texto y que, o bien se soslayan intencionadamente, o en su ausencia, el autor expresa implícitamente cuál es su posición política real, que sospecho no va más allá de la socialdemocracia progresista.

Lo cierto es que más allá de la retórica populista del peronismo argentino, el kirchnerismo no ha supuesto otra coa que el intento de revitalización de las depauperadas y artificialmente creadas clases medias argentinas y jamás supuso un auténtico proyecto de hegemonía de los intereses de la clase trabajadora. Al final, gran parte de esa base social, cuando vienen duras, se vuelven hacia los gobiernos más abiertamente del capital, en espera de que éste les saque las castañas del fuego, cosa que pronto veremos que no hará. Progresista frente a los gobiernos anteriores, autolimitado voluntariamente en su función histórica, algo no muy distinto al modelo de Correa, destinado a crear una clase media nacional en Ecuador y a realizar una “revolución ciudadana”, que nada tenía de socialista y sí mucho de pequeñoburguesa democrática. Un avance también en su contexto pero un avance con frenos y marcha atrás en su evolución en los últimos años.

El caso brasileño, una de las piezas del dominó más débiles, aunaba los pasados años del despegue económico, el intento de construir un capitalismo nacional y un inicial en sus bases populares, mediante la implementación de políticas correctoras de la desigualdad, una constante de los gobiernos progresistas de este período que ahora amenaza con interrumpirse radicalmente.

Dejo en último lugar el caso de Venezuela y de Bolivia, países con políticas ciertamente contradictorias:
  • Por un lado, la retórica socialista ha sido más intensa, se han dado pasos más claros hacia ciertas formas de poder popular y se han realizado reformas igualitaristas inimaginables sólo 20 años atrás
  • Pero, a la vez, se ha pactado con algunos sectores de las oligarquías locales, se han llevado a cabo políticas destinadas a crear burguesías locales y y no se ha tocado la base del poder: la propiedad privada de los medios de producción.

Estos países, cuyo asiento inicial en los sectores populares y en las clases trabajadoras y campesinas ha sido mucho más profundo que en los anteriores, han tenido una responsabilidad suplementaria. Confundieron la ocupación del gobierno, por mucho que se asentase en el caso de Venezuela en una defensa del proyecto cuasi insurreccional en algún momento, con la toma del poder (siempre económico/político e institucional en general) y hoy están mucho más debilitados que hace sólo unos años, especialmente en el caso venezolano.

Sería muy prolijo ir mucho más allá en la explicación del regreso a la involución derechista y neoliberal que puede producirse en toda América Latina y, desde luego, un acto de soberbia ignorante por mi parte, pobre observador europeo de un proceso que fue contradictorio (en el conjunto de la Latinoamérica progresista nunca existió un auténtico proyecto común, más allá de una voluntad de resistir al imperialismo y de algunos proyectos progresistas como el ALBA), y esperanzador, por lo que supuso de intento de dejar de ser el patio trasero USA y de levantar los derechos de los oprimidos, pero que ahora se gota y está seriamente amenazado tanto desde los embates exteriores como desde sus insuficiencias internas.

En cualquier caso, les dejo con un texto, aunque claramente insuficiente en mi opinión, no por ello menos premonitorio:

ARGENTINA: EL PELIGRO DE LA RESTAURACIÓN CONSERVADORA EN AMÉRICA LATINA
Juan J. Paz y Miño Cepeda. alainet.net

Las elecciones del 25 de octubre (2015) en Argentina, que otorgaron a Daniel Scioli el 36.86% de los votos y a Mauricio Macri un 34.33%, solo dieron un triunfo mínimo al candidato del “Frente para la Victoria”, lo cual ha despertado la alarma en América Latina, ante la posibilidad de que en la segunda vuelta electoral (balotaje que se realizará el 22 de noviembre), Macri, candidato del derechista “Cambiemos” alcance la presidencia y con ello concluyan 12 años de “kirchnerismo”, con los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015).

Como lo han señalado diversos analistas argentinos, la candidatura de Scioli no parece que era la mejor y el propio gobierno acumuló resistencias ciudadanas, como fruto de una serie de límites políticos; pero en lo de fondo, existe un real peligro por el avance de la derecha neoliberal camuflada de modernidad y rostro conciliador, apoyada por el imperialismo. Atilio Borón, uno de los intelectuales argentinos más prestigiosos entre la izquierda latinoamericana, ha sido muy claro en ubicar el riesgo tras el balotaje, la incapacidad por discernir entre lo que significan Scioli y Macri para el futuro de los gobiernos progresistas en América Latina, así como el juego al imperialismo que representa plantear el voto en blanco, por lo cual Borón realiza un fuerte cuestionamiento a ese sector de izquierdas que prefiere refugiarse en su supuesta radicalidad.

Argentina, entonces, se convierte en un país crucial para el futuro de la región. Y, sin duda, hasta el momento, deja en claro algunas circunstancias dignas de considerar.

Los gobiernos progresistas y de nueva izquierda en América Latina se enfrentan a tres fuerzas poderosas: las élites empresariales dispuestas a frenar todo intento “estatista” y que buscan revivir el paraíso del mercado libre absoluto bajo hegemonía de las empresas privadas como agentes supuestamente centrales y naturales de la economía; los medios de comunicación privados más influyentes, que libran a diario una sistemática campaña ideológica y cultural para minar el respaldo ciudadano a los gobiernos progresistas; y el imperialismo, que alienta la restauración conservadora desde la perspectiva de una geoestrategia mundial destinada a impedir la continuidad de gobiernos capaces de generar una vía exitosa de cuestionamiento global al capitalismo.

Esas tres fuerzas siempre han estado presentes y su accionar se potencia en la actualidad ante los síntomas de la desaceleración y crisis económica en América Latina, porque se vuelve fácil acusar de ella al “modelo” que siguen los gobiernos progresistas y de nueva izquierda.

Como ocurre en otros países, en Ecuador la derecha neoliberal no ha perdido un minuto para acusar a las políticas del gobierno del Presidente Rafael Correa como las causantes de la desaceleración económica, que ha obligado a revisar el presupuesto estatal para el año 2016, sobre la base de recortes a la inversión pública, la acumulación de la deuda externa, un déficit fiscal de todos modos manejable y la implementación de un sistema de alianza público-privada, que procurará atraer las inversiones del sector privado a proyectos de interés estatal.

Lo que esa derecha neoliberal procura ocultar es un cúmulo de hechos históricamente muy significativos: la “crisis” económica ecuatoriana ni de lejos se parece a la que vivió el país a raíz de la crisis de la deuda externa, que arrancó en 1982. A partir de ese momento, durante cinco lustros se construyó un modelo empresarial-neoliberal en el cual las “soluciones” a la prolongada crisis económica se sujetaron a un recetario nacido en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que provocó el deterioro sistemático de las condiciones de vida y de trabajo de la población nacional, así como el literal colapso de los servicios públicos.

Los paquetes de medidas económicas tomadas desde los ochentas por los sucesivos gobiernos ecuatorianos, que caminaron al compás de lo que ocurría en el resto de América Latina, solo beneficiaron a las capas empresariales, los sectores adinerados y particularmente al capital financiero. Como ocurriría con el “corralito” argentino (2001), Ecuador se anticipó en marzo de 1999 (gobernaba Jamil Mahuad, 1998-2000) a decretar un feriado bancario y la congelación de depósitos, hasta llegar a la dolarización decretada en 2000, que fue la culminación del proceso de restauración del poder plutocrático y de una economía plutocrática en el país.

El desastre social, institucional y gubernamental en Ecuador (entre 1996 y 2006 hubo 7 gobiernos, 1 efímera dictadura y los únicos 3 presidentes elegidos por votación popular fueron derrocados), comparable a otros países latinoamericanos y, sin duda, con Argentina (5 gobiernos en un par de semanas a fines de 2001), da cuenta del camino que seguía la región de la mano del idilio neoliberal. En Argentina, como en Ecuador se levantaría una misma y coincidente consigna: “¡Que se vayan todos!”

Esa nefasta herencia comenzó a cambiar desde 1999, con la llegada al poder en Venezuela del Presidente Hugo Chávez (1999-2013) y, después de él, con la sucesión de los gobiernos progresistas y de nueva izquierda en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Paraguay y Uruguay.

Los gobernantes del nuevo ciclo histórico-político en la región y particularmente en Bolivia, Ecuador y Venezuela, que pasaron a la vanguardia en las nuevas orientaciones, liquidaron al neoliberalismo, reinstitucionalizaron al Estado, afirmaron los principios de la soberanía y la dignidad nacionales e impulsaron un “modelo” económico basado en el activo papel económico estatal, amplios servicios sociales (educación, salud y medicina, seguridad social, vivienda), la promoción de los derechos laborales y colectivos, y la redistribución de la riqueza.

De esa manera, la “crisis” económica latinoamericana de la actualidad en los países con gobiernos progresistas y de nueva izquierda no tiene ningún parecido al pasado reciente, aunque las derechas neoliberales se esfuercen por hacerla aparecer como un desastre del cual ellas toman distancia. Porque incluso bajo las condiciones críticas, la sociedad goza de servicios públicos e inversiones estatales que garantizan la atención y el cubrimiento de necesidades básicas. En Ecuador, los recortes presupuestarios y el reenfoque público-privado no ha afectado a las políticas sociales ni a las inversiones en estos sectores, además de que están en marcha proyectos de ley que incrementarán los impuestos a las herencias y plusvalías a las capas adineradas.

A pesar de los logros sociales en la región, las elecciones en Argentina no dejan de inquietar a todos los países con gobiernos progresistas, porque las derechas neoliberales se han mostrado hábiles para esconder su pasado y aparecer con nuevo rostro. En la campaña argentina el maquillaje ha hecho uso de la conciliación, el discurso de la armonía social, la frescura de los ideales y el revestimiento de las palabras sobre el enfoque económico. Pero tanto en Argentina como en Ecuador, las propuestas de la derecha neoliberal en materia económico apuntan a lo mismo: el viejo esquema del mercado libre y la empresa privada absoluta. Por el momento bien podrían mantenerse los logros sociales; pero precisamente son éstos los que carecen de garantía en el mediano o en el largo plazo, si es que realmente triunfa la restauración conservadora.

Pero tampoco cabe dejar a un lado las responsabilidades históricas que tienen las izquierdas opositoras, que se asumen como verdaderas y hasta “marxistas”. En Ecuador, en las elecciones nacionales de 2013 (hasta hoy el referente más inmediato, porque las de 2014 fueron seccionales), todas ellas, unidas a ciertos movimientos sociales en la “Unidad Plurinacional de las Izquierdas”, obtuvieron solo el 3% de votos, algo igual a lo que ha ocurrido con el “Frente de Izquierda y de los Trabajadores” (FIT) que en las recientes elecciones de Argentina obtuvo el 3.23%. Cabe preguntarse si es un sector históricamente 
útil e importante para la conducción de las transformaciones que anhelan los pueblos.

Suficientes experiencias históricas tiene América Latina con respecto a las restauraciones conservadoras en el pasado. Argentina lo vivió en otros momentos, como ocurrió con el propio peronismo, cuando fue perseguido y hasta proscrito. Hoy, la restauración conservadora tiene razones para obrar con mayor violencia y hasta venganza, porque las derechas neoliberales no perdonarán un solo milímetro de lo hecho por los gobiernos progresistas y de nueva izquierda en América Latina.


20 de noviembre de 2015

BASTA DE MENTIRAS Y PASTELEOS CONTRA LOS DERECHOS DEL PUEBLO SIRIO

Por Marat

Marx no se enteraba, la conspiración es el motor de la historia

Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes.

En los tiempos históricos nos encontramos a la sociedad dividida casi por doquier en una serie de estamentos, dentro de cada uno de los cuales reina, a su vez, una nueva jerarquía social de grados y posiciones. En la Roma antigua son los patricios, los équites, los plebeyos, los esclavos; en la Edad Media, los señores feudales, los vasallos, los maestros y los oficiales de los gremios, los siervos de la gleba, y dentro de cada una de esas clases todavía nos encontramos con nuevos matices y gradaciones.

La moderna sociedad burguesa que se alza sobre las ruinas de la sociedad feudal no ha abolido los antagonismos de clase. Lo que ha hecho ha sido crear nuevas clases, nuevas condiciones de opresión, nuevas modalidades de lucha, que han venido a sustituir a las antiguas.

Sin embargo, nuestra época, la época de la burguesía, se caracteriza por haber simplificado estos antagonismos de clase. Hoy, toda la sociedad tiende a separarse, cada vez más abiertamente, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases antagónicas: la burguesía y el proletariado.”
(Burgueses y proletarios. El Manifiesto Comunista. Karl Marx y Friedrich Engels. 1848)

Esta idea la resumiría Marx en su conocida frase “El motor de la historia es la lucha de clases”. Esta visión dialéctica -empleo el término dialéctico en el sentido que le daban Marx y Engels de “lucha de contrarios”, no en el de la expresión “materialismo dialéctico”, aportación clave del pensamiento marxiano pero que, como tal expresión, nunca fue empleada por ninguno de los dos- de la historia es una de las piedras angulares del materialismo histórico.

Cualquier marxista encuentra ejemplos cotidianos de la lucha de clases en la vida real, aun cuando se manifieste muchas veces de modo inconsciente -desde el lado de la clase trabajadora porque desde el lado de la burguesía suele ser mucho más consciente- y hasta como reflejo antes que como forma materializada de conciencia política.

Pues bien, parece que Engels y Marx eran unos lerdos que no comprendían el mundo en el que vivían y ya no te digo Lenin, que se atrevió a hablar de las contradicciones interimperialistas.

Para el imperialismo es sustancial la rivalidad de varias grandes potencias en la aspiración a la hegemonía, esto es, a apoderarse de territorios no tanto directamente para sí, como para el debilitamiento del adversario y el quebrantamiento de su hegemonía”
(“El imperialismo, fase superior del capitalismo”. V. I. Lenin. 1916)

Pues bien, parece que estos tres pensadores y dirigentes revolucionarios no tenían ni puñetera idea de lo que son los asuntos centrales que definen las características del poder real, el económico.

Ni las contradicciones interimperialistas parecen explicar las razones de las guerras desde, al menos, el siglo XX ni la lucha de clases es el motor de la historia. A la hoguera con los libros de estos 3 pazguatos. No tenían ni repajolera idea de qué iba el mundo, unos pajeros mentales, vaya.

El auténtico motor de la historia es la conspiración de unos poderes oscuros, o no tan oscuros porque los conspiranoicos han tenido la inteligencia y la generosidad de descubrirnos quiénes son y cómo actúan.

Según estos sesudos analistas detrás del atentado en París el pasado 13 de Noviembre está la Red Gladio de la OTAN, la CIA, el Mi6 y otras agencias del imperialismo; una red de la que está probada su existencia como actividad anticomunista durante buena parte del siglo XX y cuyas acciones se centraban principalmente en atentados terroristas de falsa bandera, utilizando muchas veces a elementos de organizaciones fascistas y nazis.

La existencia de la Red Gladio y el tipo de actividades criminales que he citado está más que probada en un documental que les enlazo (partes 1, 2 y 3) de la prestigiosa televisión británica BBC.

Pero parece que la Operación Gladio o Red Gladio se ha convertido, como los Illuminati o el Club Bilderberg, en un comodín conspiranoico para explicar todo el conjunto de monstruosidades a las que la dinámica del poder capitalista nos conduce. Ya en su día se habló de que el atentado contra la revista Charlie Hebdo estaba organizado por la Red Gladio y lo mismo se ha dicho por parte de algunos en estos días del atentado del pasado día 13 en París estaríamos pues ante autoatentados.

La teoría conspiranoica de los autoatentados insiste mucho en que tanto en estos dos como en el de las Torres Gemelas del 11-S de 2001 en Nueva York se encontraron pasaportes. Las redes sociales han ardido estos días con el asunto de los pasaportes los atentados de París. Hasta chistes se hacían. ¿Se habrán preguntado en algún momento quienes tanto insisten en que quien va a atentar no se lleva encima la documentación en que puede ser precisamente al revés? ¿Saben acaso que para los yihadistas morir matando es la más sublime aspiración que pueden alcanzar en sus vidas? Y siendo así, ¿qué leches creen que les importa que se sepa su identidad y su origen? Es más, ¿no será una forma de afirmación de la autoría que confirme la declaración posterior por parte de algún portavoz de la organización terrorista? No sé, lo digo por si a algún involucionado intoxicado por las redes de agilipollamiento conspiranoico se le ocurre pensar en ello. Ah, que uno de los pasaportes del día 13 era falso...¡Coño, pero si eres un ciudadano-terrorista de la UE que viene de hacer el salvaje en Irak, lo mismo necesitas camuflarte un poco! ¿no?

Prosigamos porque la cosa tiene miga. Otra de las fuentes que los conspiranoicos o las lúcidas mentes que compran la teoría del autoatentado del 13-N es qué personalidades y de qué países lo sabían antes del atentado.

Parece que la idea del autoatentado se asentaba en que hubo avisos al respecto
  • El gobierno iraquí, que informó de inminentes atentados en Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña. Muy concreto él.
    Según Rusia Today "la información fue obtenida con anterioridad por fuentes de inteligencia iraquíes sobre los países donde se producirían los atentados, los cuales se ubicarían en Europa en general: precisamente se trataba de Francia, así como Estados Unidos e Irán"
  • Y lo mismo se ha dicho por parte de los conspiranoicos respecto a que Israel, Turquía, Rusia y otros países conocían del atentado antes de producirse. Todos menos Francia titulaban algunos. Sólo que en otros lugares se dice que también Francia un mes antes.
¿Se les ha ocurrido a estas doctas mentes que en el caso del terrorismo de ETA -no, no era lucha armada- también los gobiernos español y francés esperaban, en muchas ocasiones, la acción? Pero la clave está en saber qué personas serían en cada momento las ejecutoras, cuándo, a qué hora y en qué lugar exactamente? Este tipo de intoxicadores profesionales o gilipollas amaestrados por la conspiranoia suelen ser muy doctos en poner una cosa antes y la otra después (acción, reacción), como si eso presuponiese que había algún extraño masterplan previo que controlase toda la operación desde el “poder” -que ya nos aclararán qué incluyen dentro del mismo, además de los servicios de inteligencia- y como si el poder fuese tan omnímodo, previsor, controlador absoluto; un dios onmisciente que pudiera dirigir el mundo sin que nada escapase a sus designios ni a su conocimiento.
Las pantallas gigantes del Gran Hermano tienen esquinas, zonas muertas, lugares en sombra, momentos de desconexión, excesos de información muy superiores a lo que pueden llegar a procesar. Siempre escapa a su riguroso ojo observador mucho más de lo que el poder quisiera. Y cuanto más paranoico se vuelve, más posibilidades de que ello ocurra se dan, sencillamente porque en su propia locura deja escapar situaciones inimaginadas, enemigos que antes fueron aliados, hechos imprevisibles,…
No quiero perder demasiado tiempo en esta parte pero creo que es necesario responder a un momento álgido en el que la conspiranoia tomó forma en los espacios de comunicación informales. Me refiero al 11-S de 2001.
No voy a resumir las teorías del autoatentado USA ni las de la variante “permisiva” que se resumen en que el los servicios secretos de ese país sabían que se iba a producir el derribo de las Torres Gemelas y supuestamente dejaron que se ejecutara tal operación.
Me centraré en el asunto del derribo por parte de los aviones y en las dudas suscitadas por los defensores de la teoría de la conspiración de los servicios secretos y poderes adyacentes USA.
Por mi parte, no voy a dedicarme a explicar cómo se desmonta tal cúmulo de disparates. Simplemente voy a remitirles a explicaciones refutadoras de tales aberraciones desarrolladas por personas mucho más competentes que yo en la materia del hundimiento de las dos torres gemelas:
Dicho todo lo anterior. Tal y como yo veo y sé del mundo y las cosas, las conspiraciones existen como he señalado en un artículo anterior. El propio Marx hubo de retirarse durante un año de la actividad intelectual y creativa, que eran la dedicación de su propia vida, para limpiar su nombre de la difamación que sobre él echó cierto agente bonapartista (de Luis Napoleón). En ese período escribió "Herr Vogt" (“El señor Vogt”), un alegato en defensa de su honestidad a la altura del mejor Victor Hugo. Tras la caída del segundo Imperio francés (dos después de la muerte de “El Moro”, Marx) se supo hasta la cantidad que cobró el señor Karl Vogt por tratar de ensuciar el nombre del padre de la teoría de la praxis: 40.000 francos de entonces.

Sin embargo, existan o no, que existen, las realidades complotistas, lo cierto es que apegarse a ellas, propagarlas como explicación de lo que sucede en el mundo, centrar en demasía la importancia del análisis político sobre estas cuestiones, conduce a desenfocar la cuestión principal. ¿Recuerdan ustedes las citas que les puse de Marx y Engels y de Lenin? En mi opinión, esa cuestión principal está ahí: en la base material sobre la que se edifican las relaciones de producción, los intereses económicos, si ustedes prefieren llamarlo así, y en el poder militar y económico de algo que se ha llamado en los últimos 15 años globalización pero que los viejos rockeros del marxismo llamamos imperialismo más aldea global de Internet.

Fuera de los medios oficiales, aunque están entrando en ellos cada vez más, las teorías sobre la conspiración como método de control por parte de Estados, fuerzas oscuras, poderes económicos supranacionales o reptilianos a la conquista del planeta, tienen una difusión impresionante, hasta el punto en que conforman en gran medida la visión del mundo de millones de personas.

A modo de ejemplo, les dejo un enlace a un asunto, a mi entender, profundamente sucio, inmoral, tramposo y lleno de mentiras. Así vio la rana miserable de Jiménez Losantos el atentado del 13 de Noviembre en Francia, pero sin el valor de explicitar claramente las consecuencias políticas, sociales y militares de lo que cobardemente insinuaba.

Mi visión de todo esto es que, quienes juegan a este juego, vayan de lo que vayan políticamente, de reaccionarios o de supuestos pacifistas, de frikis o de pretendidos rojos, juegan en un campo ajeno y opuesto al de la lucha de clases, la importancia de lo económico en las decisiones políticas (petróleo y gas en Siria), la visión de las relaciones internacionales marcadas por el peso de los imperialismos y, por supuesto, la voluntad de los pueblos que sufren las consecuencias de la violencia terrorista. 

Posiblemente muchos no sean conscientes del mal que hacen descentrando las cuestiones principales y oscureciéndolas a través de pretendidas informaciones relevantes que alimentan el morbo de los ignorantes, desinformados y poco avizorados políticamente. Otros son simples tarados cuyas vidas son demasiado grises como para aceptar que la realidad es más plana de lo que admiten. Necesitan una dosis del tipo Expediente X “la verdad está ahí fuera”. Por último están los canallas intoxicadores que, en ocasiones, resultan absolutamente cutres al estilo del autopromocionado “investigador” señor Daniel Estulín, que pretendiendo hacernos creer en un vídeo que entrevistaba a un miembro del CNI (los servicios secretos españoles), acabó por hacerle la entrevista al actor Eloy Arenas (el paro en el mundo del espectáculo es muy duro). Como en los comentarios de youtube le pillaron acabó diciendo que era un ficticio.¡Y tan ficticio! Como que en una próxima colaboración podría entrevistar al hijo de Eloy Arenas, Eloy Azorín, como Anacleto agente secreto.

En conjunto todos ellos son unos beatos que sustituyen al dios omnímodo por un pretendido poder total del Estado capitalista y sus distintos o supraestatales poderes oscuros que todo lo pueden. De lo que se deduce que quienes no estamos por el terrorismo, pero sí por la acción de masas con todas sus consecuencias, tenemos el camino cerrado porque hay un ojo que todo lo ve. Y también dos huevos duros.

No se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad de dios” (“El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Miguel de Cervantes)

La Santa Alianza planea sobre Siria
Hollande pidió a su ministro de Defensa, Jean Yves-Le Drian, que solicitase a sus socios de la Unión Europea la asistencia a Francia como país “atacado”; una petición prevista en el Tratado de la UE. Le Drian ha cursado el martes 17 de Noviembre la petición a los países europeos. Solicita una "participación militar ampliada" de los Estados miembros de la UE porque "Francia no podrá seguir sola en esos teatros de operaciones".
La respuesta fue positiva. Por vez primera en la historia, y según previsión del Tratado de Lisboa, los 28 decidieron unánimemente socorrer a Francia y activar la correspondiente cláusula de asistencia mutua del Tratado en caso de ataque a un Estado miembro.
Serguéi Lavrov, Ministro de Exteriores de Rusia: "Creo que la llamada del presidente [François] Hollande al presidente [Vladímir] Putin después de los terribles ataques terroristas en París, su propuesta para coordinar nuestros esfuerzos y la reacción del presidente [Putin], en la que expresaba su voluntad de trabajar como aliados, todo esto, demuestra que ahora los políticos sensatos dejan a un lado las cosas de menor importancia, y entienden la necesidad de centrarse en la prioridad principal: atajar las intenciones del EI de controlar un vasto territorio del mundo".

Desde mediados de Octubre USA y Rusia habían acordado coordinarse en el uso militar del espacio aéreo sirio, obviamente sin contar de forma activa en ese acuerdo con el gobierno sirio y sin que USA pidiese permiso a Siria para actuar militarmente en ese país, cosa que venía haciendo soterradamente desde hacía años al armar y proveer de fondos a los terroristas yihadistas, como luego ha hecho Francia a través de los aviones que despegan del portaaviones Charles Degaulle.

Mientras tanto el Tio Tom Obama, que ha sido pillado con el pie cambiado en el curso de los acontecimientos en Siria, insiste en que para acabar con el Estado Islámico hay que echar del gobierno a Al.Assad, justo el único presidente que ha resistido a la basura de las revoluciones árabes apoyadas por USA.

En este contexto tan indecente en el que todas las potencias imperialistas se lanzan sobre la nación siria, sin demasiado esfuerzo en consultar qué desea este país de ellas más allá de una ayuda que tendrá un coste evidente sobre su soberanía, cabe preguntarse:

  • ¿Es cierto que se está produciendo una negociación en Viena entre USA y Rusia para que el presidente Al Assad deje el gobierno por etapas? ¿Con el recurso a qué derecho internacional? ¿Y qué tiene eso que ver con la voluntad del pueblo sirio?
  • ¿Qué hace el criminal sionista israelí de Ehud Barak, ex primer ministro israelí entrevistándose con Putin para hablar del futuro de Siria? ¿Con qué derecho habla sobre este país Rusia con la chusma sionista que ha ayudado a los barbudos?
  • ¿Tienen en su proyecto la partición de la nación siria en varios “bantustanes”? ¿Qué potencias prevén su control y qué obtendrán esas potencias de los “nuevos gobiernos” emergentes?
En las negociaciones de Viena el gobierno sirio está siendo vendido a partes casi iguales por amigos y enemigos. Comprenderemos esto cuando sea tarde y vayamos descubriendo cómo se va desmontando este gobierno por etapas. El imperialismo yankee, ahora muy silencioso y discreto, ha aprendido que no puede repetir los errores de Irak, acabando con la estructura del Estado y con el ejercito de golpe. Pero en menos de dos años descubriremos a dónde quieren llegar los pasteleros que buscan repartirse el Estado sirio a cachitos de intereses económicos, grupos religiosos sectarios y títeres locales. Y eso tampoco evitará la involución de Siria hacia la locura porque el presidente Assad era la gran garantía que frenaba ese proceso y ya les sobra a todos, incluídos aquellos que ahora parecen defenderle.

Pero la clave no es Assad. Un hombre, por importante que sea no puede sobreponerse a los intereses de todo un colectivo. Lo decisivo es que Assad es la piedra angular de una visión laica, progresista y racional de entender la compleja comunidad siria. Y es eso lo que será sacrificado en beneficio de múltiples y contrapuestos intereses extranjeros. 


A esto venían los párrafos del Manifiesto Comunista sobre oprimidos y opresores, sobre burgueses y proletarios porque, lo mismo que se da en cada nación la explotación de clases, se da el expolio del centro a la periferia de un país que no eligió estar en guerra sino que le ha sido inoculada por potencias extranjeras para extraerle (robarle) sus riquezas nacionales, su soberanía y, lo que es más importante, el esfuerzo de unos dirigentes por hacer de una sociedad multiconfesional una sociedad de progreso.

Sea por etapas o de golpe, cuando el presidente Assad salga del gobierno, sucederá lo mismo que ocurrió con Sadam Husseim o con Gaddafi en sus países: un mar de sangre lo asolará mientras las potencias unidas hoy en Santa Alianza, mañana desunidas por el combate por la rapiña, se hacen con los recursos naturales de Siria. No eran santos, tenían un pasado -¿acaso no lo tienen todos esos líderes miserables del occidente capitalista, cuyas manos están llenas de muerte, que invocan su asquerosa “unidad de los demócratas”- pero lograron para sus sociedades niveles muy aceptables de desarrollo y bienestar y, no nos olvidemos, fueron elementos de contención de la chusma fundamentalista y criminal que hoy asola esos países y que devuelve la tarjeta de visita a una Europa que recibe los golpes de los asesinos que antes armó. Sus víctimas, que siempre son los seres indefensos, como en los países agredidos por el imperialismo y sus títeres, no tuvieron nada que ver con el crimen del poder.

¿No a la guerra? ¿A qué precio?
¿Quién ama la guerra que no sea un mal nacido?

Pero la paz no puede alcanzarse a cualquier precio. Basta de “ninismos” que siempre acaban cayendo del lado de un imperialismo que tras una paz ficticia traerá más guerra, dolor, destrucción y el fin de una nación.

¿Reeditar el NO A LA GUERRA de cuando Irak?

No estaría mal que así fuera porque entonces no se entró a valorar el gobierno de aquél país, cosa que sólo tenían derecho a hacer los iraquíes, sino que se rechazó, desde España, el que España participase en aquella salvajada contra un pueblo que nada nos había hecho, salvo tener la osadía de existir y de no doblegarse en exceso contra la mentira sobre la que se asentó su invasión.

Pero han pasado cosas. Algunos ya no somos tan inocentes. Hemos aprendido cómo el imperialismo USA provocaba Estados fallidos, si no era capaz de controlarlos del todo, aunque sin perder la oportunidad de sacar de ellos hasta la última gota de sus recursos naturales mientras hacía que otras gotas, rojas, se derramasen como ríos.

Siria está agotada de sufrir 5 años de agresión externa de los títeres criminales de satrapía de Arabia Saudí, del estado terrorista israelí, de la neodictadura turca, de los demócratas europeos y del trastabillante imperio del norte.

Pero Siria tiene derecho a una paz digna, en un Estado completo y soberano, con un gobierno elegido por su pueblo, capaz de integrar todas las confesiones, laico, progresista y que no sea conducido como res al matadero de una nueva medievalidad de los clérigos.

Conociendo ya como conozco la catadura moral y política de algunas de las figuras que promueven una reedición del NO A LA GUERRA, más en clave electoral interna que importándoles una higa el futuro del pueblo sirio, dispuestos a tragar con el pasteleo que establezca las potencias de la Santa Alianza que se han echado como buitres sobre una nación valiente, sé que esta vez lo que un día fue un grito decente puede ser ahora la bufonada de oportunistas.

Siria necesita un potente movimiento por la paz en cada nación agresora. Pero un movimiento por la paz que respete la dignidad de ese país que ha resistido durante muchos años al crimen y la locura.

Siria necesita un movimiento por la paz que defienda su soberanía, la de decidir libremente, sin pactos, ni pasteleos indecentes entre potencias extranjeras su destino.

Siria necesita un movimiento por la paz que defienda su integridad territorial y la propiedad nacional de sus riquezas naturales.

Siria necesita un movimiento por la paz que no nos venda el “ninismo” repulsivo de pseudointelectuales abajofirmantes que han proclamado, como hicieron cuando las primaveras árabes, luego convertidas en oscuras noches de invierno de fanatismos, que la OTAN y el imperialismo no han sido especialmente agresivos.

Si se defienden la dignidad, la soberanía, los recursos naturales, el derecho de Siria a decidir su futuro, su laicidad, sus conquistas sociales progresistas, estaré con ese NO A LA GUERRA.

Si tipejos como Santiago Alba Rico o militares canallas como Julio Rodríguez, que fue máximo responsable de las intervenciones de España en Libia y en Afganistán, tienen que ver con ese NO A LA GUERRA, yo estaré en guerra frontal contra esos deshechos humanos.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Puede que también le interese: "París,13 deNoviembre: ¿Solidaridadsinanálisispolítico?"

19 de noviembre de 2015

PARÍS: LA SOMBRA DE ARGELIA

Robert Fisk. The Independent

Gran parte del financiamiento del Isis proviene de los sauditas, aunque, una vez más, este hecho ha sido borrado de la historia terrible de la matanza del viernes.

No sólo uno de los atacantes se esfumó después de la matanza en París. Tres naciones cuya historia, acción –e inacción– ayudan a entender la carnicería cometida por el Isis han escapado en gran medida a la atención entre la casi histérica respuesta a los crímenes de lesa humanidad en la capital francesa: Argelia, Arabia Saudita y Siria.

La identidad franco-argelina de uno de los atacantes demuestra de qué modo la salvaje guerra francesa de 1956-62 en Argelia continúa infectando las atrocidades de hoy. La absoluta negativa a contemplar el papel de Arabia Saudita como proveedora de la forma más extrema del islam, la wahabita sunita, en la que cree el Isis, muestra de qué manera nuestros líderes aún rehúsan reconocer los vínculos entre el reino y la organización que atacó a París. Y nuestra falta total de voluntad de aceptar que la única fuerza militar regular en combate constante con el Isis es el ejército sirio –que lucha por el régimen que Francia desea destruir– nos impide aliarnos con los inmisericordes soldados que están en acción contra el Isis con mayor ferocidad aún que los kurdos.

Siempre que Occidente es atacado y nuestros inocentes perecen, caemos en borrar el banco de memoria. Por tanto, cuando los reporteros nos dijeron que los 129 muertos en París representaron la peor atrocidad perpetrada en Francia desde la Segunda Guerra Mundial, omitieron mencionar la masacre en París de hasta 200 argelinos que participaban en una marcha ilegal contra la salvaje guerra colonial francesa en Argelia, en 1961. La mayoría fueron asesinados por la policía francesa; muchos fueron torturados en el Palais des Sports y sus cuerpos arrojados al Sena. Los franceses sólo reconocieron 40 muertos. El oficial de policía a cargo era Maurice Papon, quien trabajó para la policía colaboracionista de Petain en Vichy en la Segunda Guerra Mundial y deportó a más de mil judíos hacia su muerte.

Omar Ismail Mostafai, uno de los atacantes suicidas en París, era de origen argelino, y acaso también lo eran los otros sospechosos identificados. Said y Cherif Kouachi, los hermanos que asesinaron a los periodistas de Charlie Hebdo, eran descendientes de argelinos. Procedían de la comunidad argelina en Francia, integrada por más de 5 millones de personas, para muchas de los cuales la guerra en Argelia nunca terminó, y que hoy viven en los barrios bajos de Saint-Denis y otros enclaves argelinos en París. Sin embargo, el origen de los asesinos del 13 de noviembre –y la historia de la nación de la que proceden sus padres– ha sido casi borrado de la narrativa de los horribles sucesos del viernes. Un pasaporte sirio con un sello griego es más emocionante, por razones obvias.

Una guerra colonial de hace medio siglo no justifica un asesinato en masa, pero ofrece un contexto sin el cual cualquier explicación de por qué hoy Francia ha sido tomada de blanco tiene poco sentido. Al igual que la fe sunita-wahabita saudita, que es fundamento del califato islámico y sus asesinos, presuntos practicantes de ese culto.

Mohammed ibn Abdel al Wahab fue el clérigo y filósofo purista cuyo implacable deseo de purgar a los chiítas y otros infieles de Medio Oriente condujo a las masacres del siglo XVIII, en las que la dinastía original al Saud estuvo profundamente involucrada.

El actual reino saudita, que con regularidad decapita a supuestos criminales tras someterlos a juicios injustos, construye un museo en Riad dedicado a las enseñanzas de al Wahab, y la furia del viejo prelado hacia los idólatras y la inmoralidad ha encontrado expresión en la acusación del Isis contra París como centro de prostitución. Gran parte del financiamiento del Isis proviene de los sauditas, aunque, una vez más, este hecho ha sido borrado de la historia terrible de la matanza del viernes.

Y luego viene Siria, cuyo régimen Francia demanda destruir desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el ejército de Assad, rebasado en número y armamento –aunque ha recapturado algún territorio con ayuda de los ataques aéreos rusos–, es la única fuerza militar entrenada que combate al Isis. Durante años, estadounidenses, británicos y franceses han dicho que los sirios no combaten al Isis. Pero esta es una falsedad palpable: en mayo, las fuerzas sirias fueron echadas de Palmira cuando intentaban evitar que los convoyes suicidas del Isis se abrieran paso hacia la ciudad… convoyes que podían haber sido atacados por aviones estadounidenses o franceses. Unos 60 mil soldados sirios han perecido en Siria, muchos a manos de islamitas del Isis y de Al Nusra, pero nuestro deseo de destruir el régimen de Assad tiene prioridad sobre nuestra necesidad de aplastar al Isis. Ahora los franceses alardean de haber golpeado 20 veces la capital del Isis en Siria, Raqqa: un ataque de venganza por donde se le mire. Porque, si fue un asalto militar serio para liquidar la maquinaria del Isis en Siria, ¿por qué los franceses no lo hicieron hace dos semanas? ¿O dos meses? Una vez más, por desgracia, Occidente –y Francia en especial– responde al Isis con la emoción, más que con la razón, sin ningún contexto histórico, sin reconocer el sombrío papel que nuestros moderados y decapitadores hermanos sauditas representan en esta historia de horror. Y así creemos que vamos a destruir al Isis…

17 de noviembre de 2015

QUÉ SORPRENDENTE ES LA ’PRUDENCIA’ POLÍTICA DEL GENERAL DE PODEMOS

Cristóbal Orellana. grupotortuga.com

El diario Público acaba de sacar esta entrevista a José Julio Rodríguez, ex-general y ex-Jefe del Estado Mayor de la Defensa: http://www.publico.es/politica/entrevista-julio-rodriguez-html.html

Quisiera hacer algunos comentarios al respecto de la concepción de la Defensa de este general afiliado a Podemos y elegido por Pablo Iglesias como candidato al parlamento por la provincia de Zaragoza:

1º.-Me parece muy desafortunada su reiteración de que "Podemos no está para hacer declaraciones, sino para buscar un cambio en la gestión". ¿No es razonable criticar las políticas de Defensa puestas en marcha por el PP y el PSOE?. ¿Y eso?. Suena a autoexculpación.

2º.-Está bien esa idea de crear un "Consejo de Paz", siempre que no sea un florero de una política de Defensa que asuma en lo esencial las directrices de la OTAN. Crear un Consejo de Paz para, en realidad, sepultar suavemente el impulso ciudadano del "NO A LA GUERRA" y que no se tomen decisiones estratégicas relevantes y sustancialmente diferentes a lo que se ha hecho hasta aquí, sería un flaco favor a la Paz.

3º.-Medidas, según José Julio Rodríguez, para combatir el terrorismo: a) estrategia supranacional, b) cortar la financiación del Estado Islámico, c) rastrear el petróleo de contrabando, d) control del tráfico de armas occidentales, e) neutralizar las redes de captación y adiestramiento, integrando a los excluidos por motivos étnicos... pero luego el general de Podemos dice que bastarían una resolución de la ONU y una aprobación del Parlamento español (dominado por PP y PSOE) para formar parte, legítimamente, de una nueva guerra en Siria e Irak. Una guerra que, como es de suponer, en esta ocasión, quedaría liderada por Francia y EE.UU.

4º.-"Defensa integral europea" a largo plazo... pero, por el momento, dentro de una OTAN evolucionada. ¿En qué quedamos?. Sí, quedamos en la OTAN. Y por otra parte: ¿qué "defensa integral europea" exactamente?, ¿en qué dirección?, ¿con qué compromisos presupuestarios?, ¿participando en qué guerras?...

5º.-Sobre el escudo antimisiles en Rota y la ampliación de la base de Morón el prudentísimo general dice: "Tiene sentido porque España forma parte de una coalición y Podemos ha manifestado que se van a respetar esos acuerdos, y en el momento de su renovación se revisarán. Evidentemente ahí se ha ofrecido un espacio estratégico y eso necesita revisarse". Bueno, aquí no recordaré más que lo que la izquierda pacifista hemos dicho siempre: OTAN NO, BASES FUERA. Que el general de Podemos se exprese con tanto cuidado con los acuerdos con Estados Unidos hipoteca completamente su política de Defensa (o la de Podemos) y su concepción de la Paz: "Podemos se ha comprometido a respetar los tratados firmados y a defender una estrategia común dentro de una coalición, que es la OTAN".

6º.-¿Ni un comentario crítico sobre la labor de Pedro Morenés?. ¿Ni uno?. Pues será que José Julio Rodríguez le debe obediencia, es decir, que cree que el respeto al superior -propio de la disciplina de las FAS- es aplicable también al mundo de la política. Qué prudencia tan sorprendente.

7º.-¿Cambiar la política de Defensa es solamente ser más exigente con la gestión de los recursos y dedicarse a explicar en qué se gasta el dinero?. ¿Cambiar la política de Defensa es nada más que ’dar información’, solamente ’democratizar’ los contratos...?, ¿no habría que rescindirlos, sin más, haciendo inmediatamente una Ley para que los contribuyentes no paguen indemnizaciones por ello...?. Yo creía que el punto esencial de una política de Defensa -de lo que el general de Podemos no habla- es aquello que se decía en la constitución de 1931: "España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional" (Artº 6), y no un mero marketing comunicacional del Ministerio de Defensa (que, ciertamente, grandísima falta le hace).

8º.-Una "auditoría" de los contratos de los Planes Especiales de Armamento ¿en qué tanto por ciento, concretamente, se traduciría en una disminución del presupuesto anual de Defensa?

9º.-Que las personas (al Ministro de Defensa y a su Secretario de Defensa me refiero) que han ostentado altos cargos en las industrias militares no puedan ser los gestores de la política de Defensa del estado y que los políticos que hayan ostentado altos cargos en el Ministerio no puedan volver a las industrias militares... todo esto hay que evitarlo, según el general de Podemos, no porque esto pueda generar corrupción, sino porque "tienen una información privilegiada, una situación de ventaja". Ya.

10º.-¿No hay que criticar la contratación de programas de armas que no iban a usarse y que no podíamos pagar?. ¿No hay que rescindir, directamente, contratos como el de los carros Leopard que sabemos que no van a ser usados?. ¿Auditar la multimillonaria deuda militar no sería exigir responsabilidades a quienes la provocaron... o solo sería buscar una rebajita de los costes ante las grandes empresas armamentísticas?. "Está haciendo una crítica a la gestión que se hizo anteriormente y yo estoy buscando soluciones para ahora. Lo que se encuentre Podemos lo tiene que gestionar, tiene que mirar hacia adelante y tiene que solucionar el problema para adelante"... pues menuda auditoría nos espera si José Julio Rodríguez, que algo sabrá de los PEA de cuando era JEMAD, llegara a Ministro de Defensa con Podemos en la Moncloa. "Sí, sí. Hubo una mala gestión, una burbuja. Evidentemente eso es mala gestión, la puede ubicar en el gobierno que quiera. Pero Podemos no está para hacer declaraciones sino para buscar un cambio en la gestión"...

Pero algo positivo, lo reconozco, sí viene a aportar el general José Julio Rodríguez al debate sobre las alternativas de Defensa en el estado español y es, a saber, que, de alguna manera, pone de manifiesto que está todo por hacer respecto a cómo vamos a actuar entre todos para que este planeta no reviente en pedazos de la mano de los estrategas, la OTAN y los ejércitos integrales europeos…

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Puede que a alguien le sorprenda que quien cree que el capital ha de ser derribado por la fuerza, pues continuar creyendo en la ilusión de reforma del sistema respetando sus reglas del juego es ilusión y/o cinismo, es contradictorio con reproducir este texto de un autor de la filosofía de la no violencia. Aclaro que la tradición histórica de los comunistas se resume en “ni guerra entre los pueblos -a la que ahora nos quieren llevar- ni paz entre las clases”. Los comunistas creemos que el movimiento por la paz es mucho más amplio que el movimiento pacifista, el cuál aplica los principios de la no violencia en el conjunto de las esferas de su acción política, incluida la lucha por la transformación social, en el caso de sus corrientes anticapitalistas. En cualquier caso no somos seguidores de un personaje siniestro tan reaccionario como Gandhi. Sugiero que quien tenga dudas al respecto, lea el desmitificador texto "Gandhi al servicio del Imperio", de Domenico Losurdo.


15 de noviembre de 2015

ATENTADO CRIMINAL DE PARÍS E IDIOTIZACIÓN DE CIERTA "IZQUIERDA"

Por Marat

Esa idiotización, junto con las prácticas de renuncia permanente de sus aparatos, es la que me hace sentirme más y más alejado cada día de ese mundo que se reivindica tal. 

Tranquilos, no me he hecho de Podemos ni de Ciudadanos. Quienes me conocen saben de qué pie cojeo. Estoy absolutamente convencido de que la derecha existe y opera -¡vaya si opera!-, lo que no creo es que exista ya la izquierda, salvo la sistémica, que sólo en campaña alude a algún término de sus raíces, entreverada de todo un neolenguaje que no proviene de su cosecha sino de la del liberalismo más o menos declarado: ciudadanos (de tanto llamarles, les hicieron partido), bien común, pobres y ricos (escondiendo el origen de la riqueza y de la pobreza en la explotación y en la propiedad privada de los medios de producción), etc., etc.

Sencillamente, como comunista, creo que ese magma en descomposición que se autodenomina izquierda cada vez tiene menos que ver conmigo. Creo firmemente que los mundos de lo que aún se llama la izquierda y los de los comunistas, que buscamos la reconstrucción del discurso emancipador en toda su necesaria radicalidad. se van separando irremediable y necesariamente.

Si algo ha caracterizado al pensamiento marxista ha sido el intento de explicar mediante el método y el análisis la realidad para transformarla. Cuando no ha sido así, cuando el discurso y el análisis se han “despistado” por ciertos derroteros, se ha caído en la estupidez, en la reducción al absurdo, o directamente en el disparate más ridículo.

Y hablo de pensamiento marxista porque a la altura casi del 2016 y de una crisis capitalista que, lejos de superarse, vuelve sobre sí misma con renovados bríos -esperemos nuevas vueltas de tuerca en Europa; muy pronto-, no veo que pueda existir otra posición crítica de raíz contra el capital que la que contemple acabar con este sistema de dominación, explotación y locura para construir una sociedad socialista. Y eso, quiéranlo o no, pasa por el marxismo.

Desafortunadamente, dos fenómenos históricos -la ausencia de extraordinarios pensadores marxistas, tras Marx, Engels, Rosa Luxemburgo y Lenin y el alejamiento del horizonte de la ola revolucionaria tras la revolución sandinista, que coincidiría con la contrarrevolución ultraliberal mundial- traerían por mucho tiempo un largo período de sequía intelectual y de acción en el campo marxista, golpeado duramente después por el fin del experimento soviético.

A partir de ahí, toda una involución política habría de sucederse en lo que se ha llamado “la izquierda”. La socialdemocracia se hizo social-liberal, los comunistas se convirtieron en socialdemócratas (perdón, eurocomunistas), renunciando en Europa a ser tales y hablando de sí mismos como “la izquierda” (PIE, Die Linke, IU y demás congéneres). Para ellos, el Estado dejó de tener una naturaleza de clase y pasaron a contemplarlo como un aparato neutral, la lucha de clases se quedó en sindicalismo de concertación, mesa y mantel con la patronal y buena parte de los trotskistas se apuntaron al cumbayá antiglobalización y comeflores.

No quiero juzgar estos hechos desde términos simplistas como traición o engaño. No niego que estos existan pero es una simpleza de mentes perezosas explicar la historia sólo en base a estos argumentos. Lo que sucedió es que faltó nervio en el pensamiento, que se fue refugiando cada vez más en la academia, y en pensadores de menguante talla en cada generación, sobraron kilos de grasa y aburguesamiento en las “aristocracias obreras”, se desconectó teoría de una praxis enormemente difícil y el capitalismo ganó la batalla ideológica a través de un modelo de “libertad e igualdad” referenciados en el acceso al consumo de masas de las clases trabajadoras.

Ahí es cuando la izquierda definitivamente se jodió. Para cuando quiso reaccionar a la llegada de una crisis capitalista, incapaz de distinguir el culo de las témporas, acabo por meterse en toda una serie de fregados ajenos a su pensamiento: que si el crudivorismo, que si el animalismo, que si el “especismo” y otros tontismos que les compró a los neopijos de clase media, que la transversalidad y el inclusivismo con esa pequeña y mediana burguesías que también explotan a la clase trabajadora, a la que incluyeron en su rollo del 99% atacado por un único 1% de capitalistas (el INE da bastantes más pero ellos les llamarían “compis”), que si “no es una crisis, es una estafa”, con la que deducimos que si no hubiera habido estafa en una crisis que SI existe, el capitalismo sería guay para esta gente, que sí...tanta basura ideológica.

En el fondo no es otra cosa que la caída de esas izquierdas en los reaccionarios brazos de la postmodernidad. Dentro del pensamiento postmoderno, la creación permanente de teorías conspirativas para explicar la realidad de las grandes cuestiones económicas, sociales, políticas es un rasgo distintivo.

En esto sí que la cosa es transversal, el conspiracionismo es una visión de los fenómenos que afectan a lo colectivo al que son muy aficionados tanto un sector de las “izquierdas” moñas, new age y amantes del sándalo -básicamente las que se identificaban con el 15Mayismo del “No es una crisis, es una estafa”-, como las aparentemente más hard.

Entre los primeros tenemos a los que buscan símbolos de los Illuminati en los billetes de dólar, los obsesionados con las oscuras y secretas -¡¡¡¡uuuuuuuuuuhhhh!!!- reuniones del Club Bilderberg, tan del gusto de Iker Jiménez, el calvito exaltado Enrique de Vicente y el chiflado profeta de los chemtrails, Rafapal. Como si no existieran ya los G-20, los G-8, las Cumbres de Davos y 100 reuniones capitalistas mundiales más, bastante públicas y publicadas y como si el capitalismo temiera la reacción de la población mundial ante cualquiera de los designios a los que pueda condenar a la humanidad, cuando es sabido que ésta se traga una trirreme romana con los galeotes en pie y los remos, con su paletada de mierda en ellos, en punta.

A estas alturas, con la indiferencia, el individualismo, el egoísmo y el narcisismo de cada sujeto, unidos al aborregamiento colectivo, producto de la sobreexposición informativa/performativa tanto de los medios de embrutecimiento colectivo como de los de cada chalado que cree tener algo que decir, apenas son necesarias las conspiraciones. No digo que no las haya, las he denunciado cuando he creído que así era pero no son ni tantas ni tan delirantes. Hoy basta con desinformar o mentir al estilo del borracho y anormal hijo de George Bush senior: “De acuerdo con las resoluciones 678 y 687, ambas aún vigentes, Estados Unidos y nuestros aliados estamos autorizados parar utilizar la fuerza y despojar a Irak de armas de destrucción masiva”.

Distingamos entre una conspiración y una mentira porque, si no lo hacemos, hasta lo del “Luis sé fuerte” acabará por parecernos una conspiración contra Marianico.

Tenemos también a otros más hard en su crítica al imperialismo desde la conspiranoia, lo que consigue el efecto de desactivar aquella cuando más necesario es su ejercicio contra esta forma criminal de dominación sobre los pueblos y sus clases populares.

Aún colean afirmaciones de que el 11-S fue un autoatentado (ni el mago David Coperfield habría logrado un efecto de desaparición tan descomunal), que si las torres cayeron así o asao, que si los aviones, que si...Tras la anterior, vino la insinuación, afirmación en muchos casos, de que lo de Charlie Hebdo también lo fue, ahora algunos insinúan y afirman que el atentado del pasado viernes 13 en París también lo era. Y todo porque unen una acción a una reacción y porque ha aparecido el pasaporte de uno de los terroristas. Pero de las 3 que acabo de citar sólo hubo reacción directa tras el atentado de las Torres Gemelas, con la invasión de Afganistán, porque después del atentado de Charlie Hebdo no hubo reacción directa ni inmediata sino que los países imperialistas (USA, la propia Francia, sus títeres de Arabia Saudí, Israel y Turquía) han seguido entrenando y alimentando a la bestia islamofascista, sí islamofascista, con todas sus letras, de Al Nusra y del Daesh (ISIS). Incluso los supuestos bombardeos de países de la OTAN, con USA al frente, contra los terroristas han sido de rechifla. Lo han reconocido hasta muchos de sus voceros mediáticos, aunque disfrazándolo en un cuestionamiento de su eficacia. Ha sido tan evidente que no han hecho nada que la simple intervención de Rusia sólo por aire ha cambiado el curso de la guerra en Siria.

Y está por ver que puedan plantearse dividir el país o derribar al legítimo gobierno sirio, con una intervención que pudiera venir “justificada” por ese supuesto autoatentado en Francia cuando dicho gobierno cuenta con el apoyo de Rusia y de Irán. En esa situación Estados Unidos y la OTAN podrían enfrentarse a una III G.M. cuyas consecuencias serían ser terribles también para sus propios Estados. ¿O nos hemos olvidado ya de las armas nucleares? ¿Alguien cree de verdad, sensatamente, que en la locura de enfrentamiento entre Rusia y USA, sus presidentes serían capaces de renunciar al armamento nuclear? ¿Son ustedes conscientes de lo que significaría una escalada de tal calibre en la que Rusia contaría con el apoyo de China? ¿De verdad creen que por muy criminal que sea el imperialismo USA es tan estúpido de correr el riesgo de ser destruido? Francia, Estados Unidos y muy probablemente la OTAN incrementarán su intervención en Siria pero sin colisionar militarmente con Rusia, sino muy probablemente teniendo que coordinarse, por mucho que no quieran, con ésta. De hecho, el atentado de Daesh refuerza la posición rusa en ayuda del gobierno sirio porque evidencia que es el único que hasta ahora les ha combatido y demuestra a gran parte de las opiniones públicas del mundo que USA y la OTAN no han hecho nada para combatirles, aunque la mayoría ignore que les han armado y financiado.

En cualquier caso, esto no debe hacernos olvidar una cuestión que desde cierta posición de “izquierda” conspiracionista se ignora. Hoy Rusia juegue un papel de progreso, y hay que decirlo con claridad y sin rodeo alguno, en apoyo del pueblo sirio y de su gobierno contra el terrorismo criminal. Pero lo que se dirime en el tablero de Oriente Medio son también las contradicciones interimperialistas porque no hay sólo un imperialismo (el de USA y sus adláteres de la OTAN) sino también el de Rusia (un país capitalista dirigido por una oligarquía económica), que busca proteger sus fronteras orientales del islamismo más fanático, incrementar su influencia en esa zona de Asia y asegurar su salida al Mar Negro a través del puerto de Tartus. Les recomiendo a quienes mis afirmaciones les hayan escandalizado que lean la posición del Partido Comunista de Grecia (KKE) al respecto.

¿Saben ustedes lo que significa su afirmación de que todo es conspiración del imperialismo? Una postura absolutamente reaccionaria porque supone afirmar que el capitalismo lo controla todo, que no puede ser golpeado más que por sí mismo y desde dentro. Es reificar (tómese la expresión en términos marxistas) el poder del Estado capitalista hasta límites insospechados. Desde luego repudio el terrorismo como instrumento de acción que golpea sobre inocentes, a menos que neguemos tal condición a los parisinos porque muchos hipócritas se la niegan al sufrido pueblo sirio, pero de eso a pretender que el capitalismo y el imperialismo han cerrado todas las salidas es un absurdo, y un acto de enamoramiento tácito de su fuerza.

Lo que ha ocurrido simplemente, y con todo el respeto y afecto hacia las víctimas, es que los monstruos del Daesh conocían bien el país sobre el que atentaban, porque “Marsellesas” saliendo del campo de fútbol aparte, saben que los franceses son un pueblo que sostiene con dificultad su heroísmo, como demostró su lamentable papel durante la ocupación nazi en la II G.M. Han golpeado a los más débiles en su psicología colectiva como pueblo, de entre aquellos que alardeaban de bombardearlos (mucho daño no les habían hecho hasta el momento), sabiendo que serían mucho más impresionables que los británicos, por nombrar otro país europeo. Y de paso, han demostrado que aún mantienen una alta capacidad de atentar con una precisión propia de profesionales.

No quiero cerrar este texto sin referirme a la segunda cuestión de lo que entiendo como idiotización de la “izquierda” en el contexto de los gravísimos atentados de París.

El discurso del “cuidado con la islamofobia” y de negar que la religión tenga un peso concreto, desde luego no el principal, en mi opinión, en los conflictos del terrorismo yihadista es tan estúpido como afirmar que el yihadismo y lo que los sectores más radicalizados del mismo entienden por yihad no tiene sus raíces en la religión islámica o que son falsos islamistas o yihadistas.

No, no señores, no se trata de islamofobia sino de reconocer el componente identitario y cultural que para muchos jóvenes de países europeos, hijos de inmigrantes que viven en barrios marginales, desarraigados, sin salidas profesionales de futuro, con choques culturales entre la comunidad de origen de sus padres y la de su nacimiento, representan determinadas corrientes del islam que dan salida a su rabia y a su frustración, que les fanatizan y que les llevan a situar al otro, al que no pertenece a su identidad, como alguien que merece morir. ¿Acaso no se parece ese odio al otro a lo que en su día practicaron los cristianos en las cruzadas, acaso no es lo que practica el sionismo y sus ramas más radicales con los jóvenes palestinos? ¿Acaso USA no tiene en sus monedas, en sus billetes y hasta en su himno nacional la expresión “in god we trust” (en dios confiamos)? ¿Acaso los ejércitos no tienen a sus clérigos que bendicen a sus soldados para que maten mejor? ¿Acaso la iglesia católica española no se puso de lado de los sublevados contra un gobierno legítimo? ¿Acaso Pio XI no bendijo los cañones italianos que partían para la guerra de Abisinia, tras considerar a Mussolini como “un hombre de la Providencia”? ¿Es que lo que vale para condenar unos fundamentalismos no ha de valer para otros? ¿Hay un “opio del pueblo” mejor que otro? Aclárenmelo, señores de cierta “izquierda” porque yo de ese no quiero tomar, ni del de la Biblia, ni del de la Torá, ni del de El Corán.

Hoy el mundo sufre una involución fanática, anticientífica, iluminista en palabras de Adorno, se medievaliza rápidamente en lo moral mientras en lo científico se deshumaniza a marchas forzadas. Volvemos al pensamiento mágico, a la superstición religiosa, a la intolerancia con el que no comulga con las estupideces criminales de los clérigos, me da igual de la religión que sean.

Sí, se que me dirán que hay versiones del islamismo tolerantes pero ninguna religión que afirme que hay un dios por encima del ser humano me parece otra cosa que barbarie, la misma barbarie que enseña en las escuelas o en las sinagogas o en las madrasas que el hombre viene del barro, que sostiene teorías creacionistas o la más moderna del diseño inteligente. Y no, no soy un anticlerical, aunque a alguno se lo parezca. Me limito a ser un ateo que exige que la religión no salga de las iglesias, deje de invadir aspectos de la vida colectiva y que el Estado sea laico, no meramente aconfesional.

En definitiva, que el atentado ha sido realizado por aquellos que han sido armados por los países imperialistas de la OTAN, por la satrapía criminal de Arabia Saudí y, a partes similares, por los Estados semiteocráticos de Israel y de Turquía. Pero los jóvenes fanatizados del Daesh y de Al Nusra martirizan y aceptan el martirio en nombre de su dios, más o menos como vienen haciendo o hicieron los que tienen otros idolillos inventados.

Señores de la “izquierda”, émulos de Roger Garaudy, el intelectual marxista que primero se convirtió al catolicismo y luego se hizo islamista, dejen de hacer el canelo, abandonen su pereza intelectual y pregúntense qué hacer para que las ideas laicas, de progreso, de avance social y de revolución emancipadora del ser humano no continúen retrocediendo y los hombres, mujeres y jóvenes encuentren una esperanza humanista, sin dioses ni ridículos fetiches que les alienan y esclavizan. Para empezar, dejen de involucionar ustedes mismos hacia la defensa de la reacción bajo la disculpa de no satanizar al islam porque mundo árabe no tiene porque ser lo mismo que musulmán. De hecho, en otras épocas no lo ha sido. Vuelvan a sus principios laicos y dejen de decir tonterías. No sea que acaben por comportarse como los imperialistas que combatieron a los gobiernos laicos y progresistas del mundo árabe como parte de su lucha contra el comunismo. Por paradoja también se hace el imbécil.

¿O es que a algunos se les ha olvidado ya la relación entre la base material (infraestructura) sobre la que se edifican las sociedades y las ideologías (superestructura) que las justifican?

Creo que muchos necesitan un curso acelerado de marxismo porque, lo que hasta ahora conocen de él, no es ni siquiera el de Groucho sino el más desbocado de Harpo.

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"Basta de mentiras y pasteleos contra los derechos del pueblo sirio": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/11/basta-de-mentiras-y-pasteleos-contra.html