Rolando
Astarita. rolandoastarita.blog
En
los últimos días varios lectores me preguntaron sobre el proceso
independentista catalán. La respuesta provisoria que di es que, aun
defendiendo el derecho a la autodeterminación y repudiando la
represión del gobierno central, considero que la constitución de
Catalunya como Estado independiente no es históricamente progresiva.
En particular, porque no existe una relación de explotación, o de
saqueo colonial, sobre Catalunya. Tampoco estamos en presencia de
alguna forma de nacionalismo feudal enfrentado a un nacionalismo
catalán democrático-burgués progresista. En realidad, Catalunya es
una de las zonas más avanzadas de España, y su modo de producción
es enteramente capitalista. Por eso también la causa última de la
crisis económica de España (y de Catalunya) es el capital, y no la
forma de articulación del gobierno central con las regiones
autonómicas.
En
otros términos, no hay razón para esperar que la independización
de Catalunya dé lugar a un desarrollo cualitativamente superior de
sus fuerzas productivas; o a una superación de los problemas
fundamentales que padecen los explotados. Tampoco podemos esperar
que, por el hecho de constituirse en nación, la burguesía catalana
deje de actuar como siempre lo ha hecho toda burguesía: tratando de
obtener el máximo de plusvalía de sus trabajadores. Peor todavía,
la formación de pequeños Estados nacionales a lo largo y ancho de
la Península Ibérica puede ser un factor de mayor atraso y
rivalidades. Varios pequeños mercados nacionales en competencia
proteccionista no constituyen ningún porvenir venturoso (y esto sin
contar los problemas derivados de la pertenencia a la zona del euro).
Por eso, la crítica socialista debería desnudar el carácter
embustero de la propaganda del nacionalismo burgués y pequeño
burgués catalán, que está vendiendo “espejitos
de colores”
a las masas trabajadoras.
Pero
además, la exaltación del nacionalismo y del particularismo no
tiene nada de beneficioso para la clase obrera y el socialismo. Y en
Catalunya hasta podrían generarse mayores divisiones en la clase
obrera (por no hablar de la relación con los trabajadores del resto
de España). Por eso, la lucha por la unidad obrera por encima de los
nacionalismos es central para el socialismo. Cuestión que fue
tratada extensamente por Lenin en sus escritos sobre la cuestión
nacional.
Así,
tal vez la idea principal del líder bolchevique es que los
socialistas y los obreros internacionalistas tienen, frente al
nacionalismo, una doble tarea: por un lado, combatir toda forma de
opresión nacional y reconocer el derecho de las naciones a la
autodeterminación y a la secesión. Por ejemplo, en la coyuntura de
Catalunya, rechazar y combatir la represión al referéndum por parte
del gobierno central y la Monarquía. Pero por otra parte, combatir
al nacionalismo y preservar la unidad de la clase obrera. Sin
embargo, es este segundo aspecto el que muchos socialistas dejan de
lado, en especial cuando se encienden las pasiones nacionalistas de
las masas. Por eso, nunca se insistirá lo suficiente en que los
marxistas defendemos la unidad de los trabajadores por encima de
cualquier nacionalismo.
En
este sentido, y con el fin de brindar elementos para la reflexión,
transcribo a continuación un pasaje de “El
marxismo y la cuestión nacional”
(Lenin, Collected Works, volumen 20, pp. 395-454,
https://www.marxists.org/archive/lenin/works/cw/pdf/lenin-cw-vol-20.pdf).
Destaco también que recientemente Ignacio Anzaldi, lector del blog,
me envió un escrito – “El
marxismo y la cuestión nacional”-,
donde reivindica la postura de Lenin de manera muy similar a la que
aquí presento. Escribía Lenin:
“Los
intereses de la clase trabajadora y de su lucha contra el capitalismo
exigen la solidaridad completa y la mayor unidad de los trabajadores
de todas las naciones; exigen resistencia a la política nacionalista
de la burguesía de cada nacionalidad. Por lo tanto la
Socialdemocracia se estaría desviando de la política proletaria y
estaría subordinando a los trabajadores a la política de la
burguesía si repudiara el derecho de las naciones a la
autodeterminación, esto es, el derecho de una nación oprimida a
separarse, o si apoyara todas las demandas nacionales de la burguesía
de las naciones oprimidas. No hace ninguna diferencia a un trabajador
contratado si es explotado principalmente por la burguesía gran rusa
y no por la burguesía no rusa, o por la burguesía polaca y no por
la burguesía judía, etcétera. El trabajador contratado que ha
entendido sus intereses de clase es igualmente indiferente a los
privilegios estatales de los capitalistas gran rusos y a las promesas
de los capitalistas polacos o ucranianos de establecer un paraíso
terrenal cuando obtienen privilegios estatales. El capitalismo se
está desarrollando y continuará haciéndolo, de todas maneras,
tanto en Estados integrales con población mixta y en Estados
nacionales separados. En cualquier caso el trabajador será un objeto
de explotación. La lucha exitosa contra la explotación requiere que
el proletariado esté libre del nacionalismo y sea absolutamente
neutral, por así decirlo, en la lucha por la supremacía que se está
desarrollando entre las burguesías de varias naciones. Si el
proletariado de cualquier nación otorga el menor apoyo a los
privilegios de sus “propia” burguesía nacional, esto
inevitablemente despertará desconfianza en el proletariado de otra
nación; eso debilitará la solidaridad de clase internacional de los
trabajadores y los dividirá, para deleite de la burguesía. El
repudio del derecho de la autodeterminación o a la secesión
significa, inevitablemente, en la práctica, el apoyo a los
privilegios de la nación dominante”
(p. 424-425; énfasis agregado).
Para
que lo entienda cualquiera: la izquierda debe animarse a decirle a un
trabajador catalán (pero lo mismo vale para un obrero argentino,
ruso, estadounidense, etcétera) que es lo mismo que lo explote un
capitalista catalán, que uno madrileño, alemán o estadounidense.
En otras palabras, que el enemigo es el capital, en cualquiera de sus
formas nacionales. Explicar también que es solo en este marco
ideológico y político que los marxistas defendemos el derecho a la
autodeterminación. No lo hacemos para fortalecer el nacionalismo,
sino para debilitarlo. Procuramos que con la extensión de los
derechos democráticos –incluido el derecho a la secesión-
desaparezcan los prejuicios nacionalistas y se avance hacia la unidad
sin distinción de nacionalidades, etnias o “razas”, de los
explotados.
Comienza usted el artículo con una cita de Lenin. Pues bien, Lenin también escribía por 1914, en cuanto a la opinión de Marx y Engels con respecto a la separación de Irlanda de Inglaterra:
ResponderEliminar"El 10 de diciembre de 1869 Marx escribe que su informe sobre el problema irlandés en el Consejo de la Internacional tendrá la estructura siguiente: “… Independientemente de toda frase “internacionalista” y “humanitaria” sobre “justicia para Irlanda” -porque esto se sobrentiende en el Consejo de la Internacional-, el interés absoluto y directo de la clase obrera inglesa exige la ruptura de su actual union con Irlanda. Estoy profundamente convencido de ello, y las razones no las puedo revelar, en parte, a los propios obreros ingleses. He creído durante mucho tiempo que la ascendencia de la clase obrera inglesa permitiría derrocar el régimen irlandés. He defendido siempre esta opinión en el New York Daily Tribune (periódico norteamericano en el que Marx colaboró mucho tiempo). Un estudio más profundo me ha persuadido de lo contrario. La clase obrera inglesa no hará nada mientras no se desembarace de Irlanda… La reacción inglesa, en Inglaterra, tiene sus raíces en el sojuzgamiento de Irlanda (subrayado por Marx).”
Como usted sabe, Marx cambió de opinión con respecto a la independencia de Irlanda. Y escribía Lenin en El derecho de las naciones a la autodeterminación: “(...) Marx revisa su opinión y la corrige. “Qué desgracia es para un pueblo el haber sojuzgado a otro”. La clase obrera de Inglaterra no podrá liberarse, mientras Irlanda no se libere del yugo inglés. La esclavización de Irlanda fortalece y nutre a la reacción en Inglaterra (¡Igual que nutre a la reacción en Rusia el sojuzgamiento de una serie de naciones!)”.
Ponga usted en el lugar de “Rusia” España, pues ¡¿me dirá que no la nutre?!
Y continuaba Lenin:
“La política de Marx y Engels en el problema irlandés constituye un magnífico ejemplo de la actitud que debe mantener el proletariado de las naciones opresoras ante los movimientos nacionales, y este ejemplo ha conservado, hasta hoy día, un valor práctico enorme:[...]
Si el proletariado de Irlanda y el de Inglaterra no hubieran adoptado la política de Marx, si no hubieran hecho suya la consigna de separación de Irlanda, ello habría sido el peor de los oportunismos por su parte, habría significado un olvido de las misiones de un demócrata y de un socialista, una concesión a la reacción y la burguesía inglesas”
Continúa en el siguiente comentario ya que están limitados a 4096 caracteres.
Como siempre, el demagogo retuerce sus argumentos manipulando las citas de sus fuentes con el fin de que la realidad se ajuste a sus disparates. Marx, Lenin y hasta el propio Stalin en referencia a la autodeterminación de los pueblos citan casos de países oprimidos por Imperios ¿Le suena a usted el Imperio Británico? Claro que sí, pero prefiere pasar sobre la cuestión haciendo luz de gas sobre la cuestión. Pues bien, señor Nietoo, Irlanda pertenecía a dicho Imperio. Me parece que Cataluña no está sometida a Imperio alguno, que no sea el mismo que España, el Imperio USA. Hacer abstracción de dicha cuestión es tan oportunista y tramposo que convierte sus “argumentos” en pura falacia. O para entendernos, y en román paladino, en una mentira.
EliminarContinuación de mi anterior comentario.
ResponderEliminarOtra frase de Lenin que usted interesadamente, supongo, no recuerda: “(…) Pero, una vez surgidos los movimientos nacionales de masas, desentenderse de ellos, negarse a apoyar lo que en ellos hay de progresivo [y en el proceso catalán los hay sin ir más lejos sacarse a la monarquía de encima, que aún manda y bastante en todo el Estado Español]significa caer, en realidad, bajo la influencia de los prejuicios nacionalistas, es decir: considerar a su “propia” nación como “nación ejemplar” (o, añadiremos nosotros, como nación dotada del privilegio exclusivo de organizarse en Estado”
Desde luego, doy por hecho, que en la CUP (aún habiendo todo tipo de personas pijiprogres y demás que apoyaron los presupuesto) son capaces de entender que la independencia no es el objetivo principal de un comunista y, si todavía no lo han hecho (y estoy casi seguro que no lo harán) explicarlo a la clase proletaria catalana. Porque Lenin también decía: “Formar un Estado nacional autónomo e independiente sigue siendo por ahora, en Rusia, tan solo privilegio de la nación rusa. Nosotros, los proletarios rusos, no defendemos privilegios de ningún género y tampoco defendemos este privilegio. Luchamos sobre el terreno de un Estado determinado, unificamos a los obreros de todas la naciones de este Estado, no podemos garantizar tal o cual vía de desarrollo nacional, vamos a nuestro objetivo de clase por todas las vías posibles”
Supongo que ya sabe la opinión de Lenin con respecto a la separación de Noruega de Suecia y la labor a llevar a cabo por el proletariado de estás naciones.
Finalmente, sólo una última observación: cuando usted pone esa imagen con la frase de Lenin junto con ese pie de página, da la impresión de ser más leninista que Lenin o más marxista que Marx.
Mi más sincero saludo.
En su segundo comentario entra ya usted directamente en el delirio. Desconoce usted, deduzco que intencionadamente, ya que usted carga sobre mí intenciones que usted mismo supone, que en el origen de la ruptura de los bolcheviques con los mencheviques está su posición internacionalista (conferencia de Zimmerwald). Le digo esto porque soy absolutamente antinacionalista, se trate del nacionalismo de España o de Cataluña. Mi posición es de clase, cosa de la que usted hace abstracción absoluta. Para cualquier cómplice de una burguesía nacionalista, y usted lo es, no hay oposición al nacionalismo que no venga de otro nacionalismo. Es la cerrazón propia del tergiversador y del reformista pequeñoburgués. Ignora usted que la dinámica nacionalista introduce un sesgo de respuesta política y social en la que todo argumento de clase es arrumbado por los cabestros de las patrias, de uno y otro lado y que ello, en situaciones de clara hegemonía de las derechas y las burguesías, solo refuerzan sus posiciones de clase capitalista, convirtiendo a las izquierdas que entran en ese juego en sus mamporreros de turno y traidores a la clase trabajadora. No me hable de la CUP porque el caso es paradigmático de esas izquierdas del sistema.
ResponderEliminarSu comentario sobre acabar con la monarquía es de traca. Verá, la corriente republicana española está, como esas izquierdas sistémicas, desacreditada por muchos años, desde el momento en el que buena parte de ella se ha decantado a favor de una de las burguesías más explotadoras de todo el Estado español, no solo de la clase trabajadora española sino de la derivada de todo un movimiento migratorio interno hacia ese territorio desde hace, al menos, un siglo.
Quienes son como usted, en el fondo solo son comparsas pequeñoburguesas que pretenden la reedición de un un febrero sin llegar a octubre o, dicho de forma que me entienda, demócratas radicales, al estilo del siglo XIX, para los que un cambio institucional ya les vale, en España o en su república padano-catalana que ya ha aceptado, antes de proclamarse, la UE, la OTAN y las reglas generales del juego capitalista. Bon voyage en su viaje a ninguna parte.
Sería un error espantoso permitir que la oligarquía catalana continúe en sus intentos corruptos de formar su propio estado (que no nación), porque entonces sí podrá haber una guerra civil entre españoles, ¡otra más!. El nacionalismo es más fuerte que cualquier identidad de clase. Así se verificó en dos guerras mundiales dónde los obreros se masacraron defendiendo a sus patrias, y en la misma URSS, dónde para que el pueblo combata a los nazis tuvieron que hacer propaganda hablando de gran guerra patria.
ResponderEliminarel "derecho de autodeterminacion" que defiende el marxista... era para NACIONES OPRIMIDAS y además dentro de las garantías democráticas del sistema socialista... Se ideó para los territorios de los imperios ruso y austrohúngaro, es decir, la URSS y Yugoslavia... No para lo que nos diera la gana... Y además se hizo con la idea no de fragmentar los territorios, si no de dar confianza a esos territorios subyugados y quisieran formar parte del nuevo estado socialista... Se dejó muy claro que ese derecho solo concierne a naciones desarrolaldas como tal, como digo, no para lo que nos diera la gana... Lenin y Stalin insistieron mucho en que no era una cosa que se puediera hacer así como así... Mismamente tanto en la URSS como en Yugoslavia, no se pudo independizar ni dios (por eso EEUU financio y promovió el nacionalismo separatista en esos estados, para derrocar a la vez el comunismo y disolver ambas potencias)
ResponderEliminarRosa de lunxemburgo lo dejo claro: «Un 'derecho a la autodeterminación de las naciones', válido para todos los países y para todos los tiempos no es más que un cliché metafísico similar a los 'derechos del hombre' y los 'derechos del ciudadano'. El materialismo dialéctico, que es la base del socialismo científico, ha desterrado definitivamente de su vocabulario este tipo de fórmulas.» (Rosa Luxemburgo)
Para el que se cree que el derecho de autodeterminación es para todo el que le de la gana: «Repito: condiciones históricas concretas como punto de partida y planteamiento dialéctico de la cuestión como el único planteamiento acertado: esa es la clave para la solución del problema nacional.» (Stalin, El marxismo y la cuestión nacional, p.48, ed. Fundamentos).
es decir, derecho de autodeterminacion es, o era, para territorios subyugados, colonias, territorios anexionados por la fuerza que precisaran de ese derecho para desarrollarse por si mismos…
pero un territorio que no es una colonia, que ni siquiera es una nación desarrollada, que no tiene ningún motivo para separarse más allá del capricho y con solo la mitad de su población con derecho a voto a favor.es puro y duro nacionalismo.
Discrepo incluso en que el territorio tenga derecho a un referéndum primero pq atenta contra un derecho fundamental democrático. Que te hagan extranjero en tu propia tierra y segundo y más importante todo este cuento del referéndum esta dirigido porvl iglesia y la burguesia catalana. Así no.