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12 de enero de 2012

ALEMANIA Y FRANCIA COQUETEAN CON LA RECESIÓN

Ambas economías salvan el crecimiento en 2011 pero se estancan a final de año

Alemania y Francia, locomotoras de la zona euro, han salvado los muebles en 2011. Sus economías han crecido en el conjunto del año, pero no escapan de la amenaza de recesión afectadas por la crisis deuda soberana entre sus socios y la debilidad global.

M. Calavia. Cinco Días

Las dos primeras potencias del euro, Alemania y Francia, han logrado mantener el crecimiento económico en 2011 pese a la difícil coyuntura global. El PIB alemán cerró el ejercicio con un sólido avance del 3%, según datos provisionales de la Oficina Federal de Estadística (Destatis). Tanto la demanda externa, pese a que ha moderado su dinamismo, como la interna, sobre todo la de los hogares, han sustentado el crecimiento, señaló la oficina. En concreto, el sector exterior tuvo una aportación positiva con un incremento de las exportaciones de bienes y servicios del 8,2%. Por su parte, el Banco de Francia anunció una expansión del 1,7%, gracias a la ligera mejora de la industria.

Ambas economías han demostrado su fortaleza en un contexto de crisis de deuda europea y de incertidumbre sobre la evolución del crecimiento mundial. Incluso Alemania ha situado su déficit público en el 1%, respetando así por primera vez en tres años el límite del 3% que establece el pacto de estabilidad, tras incumplirlo en 2010 (4,3%) y 2009 (3,2%). La buena coyuntura nacional contribuyó a una notable reducción de la deuda, ya que el desequilibrio del estado, los estados federados y los municipios se elevó a 26.000 millones de euros frente a los 105.860 millones del año anterior. La primera economía del Viejo Continente da ejemplo de disciplina fiscal tras el nuevo proyecto de refundación europea nacido en la cumbre de diciembre, que pretende garantizar el equilibrio presupuestario imponiendo sanciones a los Estados con déficits excesivos.

Pero los problemas que asolan Europa y el recrudecimiento de la crisis pasan factura y de nuevo hay amenaza de recesión. Tras el frenazo en seco del segundo trimestre y la tímida recuperación en el tercero, la ralentización se ha confirmado en los últimos meses del año con un estancamiento de la economía francesa (crecimiento cero) y una contracción del PIB alemán del 0,25%. De este modo, la locomotora alemana se ha desacelerado siete décimas respecto al crecimiento anual de 2010 (3,7%), aunque crece por segundo año consecutivo tras el fuerte retroceso del 5,1% en 2009. Pero la alegría puede no durar demasiado.

Una encuesta de expertos alemanes estima que la contracción de la economía continúe en los primeros meses de 2012 e incluso se acelere, de manera que Alemania entraría técnicamente en recesión (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo). El deterioro económico y la crisis de la eurozona alcanzarían de lleno al país germano, aunque los distintos institutos de estudios económicos alemanes prevén que el PIB remontaría después y cerraría el año con crecimiento. Eso sí, un exiguo 0,5%.

Las proyecciones para Francia no son mucho mejores. El gobierno de Nikolas Sarkozy calcula un crecimiento del 1% en 2012, aunque el grueso de los analistas cree que será menor dado el parón de la actividad en el arranque del año. La propia Unión Europea fija en un 0,6% el alza del PIB. El país galo mantiene por el momento la máxima nota creditica triple A, aunque con perspectiva negativa.

La zona euro creció solo un 0,1% en el tercer trimestre
La eurozona se ha desacelerado más de lo esperado en el tercer trimestre del año. El endurecimiento de la crisis y las dudas sobre el futuro del euro han dinamitado el crecimiento entre julio y septiembre. El PIB experimientó un avance de solo el 0,1% respecto al trimestre anterior, una décima menos de los previsto inicialmente, y un 1,2% en tasa interanual, dos décimas por debajo de lo calculado, según los datos definitivos de Eurostat.
La ralentización se ha acelerado tras el aumento del PIB en un 0,2% en el segundo trimestre y en un 0,8% en el primero. En términos interanuales, el crecimiento fue del 1,6% y del 2,5%, respectivamente.

La mitad de los países del euro sufrieron contracción de sus economías durante el tercer trimestre respecto al precedente, debido a la severa crisis de deuda y a la amenaza de quiebra de países como Italia. Los mayores retrocesos los marcaron Irlanda (-1,9%), Chipre (-0,7%), Portugal (-0,6%), Italia, Países Bajos y Eslovenia (los tres -0,2) y Bélgica (-0,1%). Por su parte, España se estancó con crecimiento cero.

De cara al cuarto trimestre se prevé una posible evolución negativa del PIB del bloque del euro, dado el estancamiento de las potencias alemana y francesa.


Los tres institutos europeos más importantes prevén recesión en la zona euro

Tres de los institutos económicos más importantes del Viejo Continente -el alemán de investigación económica Ifo, el de estadística francés Insee y el italiano Isae- apuntan que la zona euro entró en recesión en el último trimestre del pasado año y pronostican que mantendrá la contracción en los primeros tres meses de 2012. Todos consideran, además, que la economía de los países que comparten la moneda única se estancará en el segundo trimestre de este año.

Efe - Fráncfort (Alemania)
Según los últimos pronósticos económicos publicados este miércoles por las tres instituciones, el producto interior bruto (PIB) de la zona euro se haba contraído un 0,3% en el cuarto trimestre de 2011 y se encogerá otro 0,2% en los tres primeros meses de este año. Con posterioridad, la economía de la eurozona se estancará en el segundo trimestre.

El consumo de los hogares se verá lastrado por la consolidación fiscal y el deterioro de las condiciones del mercado laboral. "Debido a la débil inversión pública y el esperado retraso de muchos proyectos del sector privado, se prevé que caiga la inversión total".

7 de enero de 2012

ASÍ SERÁ 2012

Nouriel Roubini (*). Expansión


Las perspectivas para la economía mundial en 2012 están claras, pero no son favorables: recesión en Europa, crecimiento anémico en el mejor de los casos en Estados Unidos, y una abrupta desaceleración en China y en la mayoría de las economías emergentes.


Las economías asiáticas están expuestas a China. América Latina está expuesta a menores precios de materias primas (a medida que China y las economías avanzadas se desaceleran). Europa central y oriental están expuestas a la eurozona. Y las turbulencias en el Medio Oriente están causando graves riesgos económicos –tanto allí como en otras partes– a medida que sigue alto el riesgo geopolítico y, por tanto, los precios del petróleo limiten el crecimiento global.


Recesión en la eurozona

En este punto, no hay duda de que habrá recesión en la eurozona. Si bien no es posible predecir su profundidad y duración, la constante contracción del crédito, los problemas de deuda soberana, la falta de competitividad y la austeridad fiscal implican todas una grave contracción económica.

Estados Unidos, que crece a paso de tortuga desde 2010, se enfrenta a considerables riesgos a la baja debido a la crisis de la eurozona. También debe lidiar con un lastre fiscal significativo, el desapalancamiento en curso en los hogares (en medio de una débil creación de empleos, ingresos estancados y la persistente presión a la baja sobre los bienes raíces y la riqueza financiera), el aumento de la desigualdad y el estancamiento político.

Entre otras economías avanzadas principales, Reino Unido se encuentra en caída doble, a medida que la carga frontal de la consolidación fiscal y la exposición a la eurozona socavan el crecimiento. En Japón, la recuperación post-terremoto se diluye a medida que los débiles gobiernos se resisten a aplicar reformas estructurales.


Fallas en el modelo de crecimiento chino

Mientras tanto, son cada vez más obvias las fallas en el modelo de crecimiento de China. La caída de los precios inmobiliarios está detonando una reacción en cadena que tendrá un efecto negativo en las empresas de construcción, la inversión y los ingresos del gobierno.

El auge de la construcción está empezando a estancarse, al igual que las exportaciones netas se han convertido en un lastre para el crecimiento, debido al debilitamiento de la demanda, especialmente de EEUU y la eurozona. Después de haber tratado de enfriar el mercado inmobiliario poniendo coto a los precios que estaban fuera de control, para los líderes chinos va a ser difícil reactivar el crecimiento.

No están solos. En el ámbito de las políticas, EEUU, Europa y Japón también han ido posponiendo las serias reformas económicas, fiscales y financieras que son necesarias para restablecer un crecimiento sostenible y equilibrado.

Apenas ha comenzado un tímido desapalancamiento privado y del sector público en las economías avanzadas, con un todavía tenso balance de los hogares, bancos e instituciones financieras, y los gobiernos locales y centrales. Sólo ha mejorado el sector empresarial de alta calidad.

Pero con tantos y persistentes riesgos de consecuencias prolongadas y las incertidumbres mundiales que pesan sobre la demanda final, y con una sobrecapacidad que sigue siendo alta debido en el pasado a un exceso de inversión en el sector inmobiliario en muchos países y el aumento de la inversión manufacturera en China en los últimos años, el gasto de capital y la contratación de estas empresas se han mantenido en silencio.

El aumento de la desigualdad, debido en parte a la reestructuración corporativa que ha eliminado empleos, está reduciendo más aún la demanda agregada, porque los hogares, los más pobres y quienes perciben ingresos laborales tienen una mayor propensión marginal a gastar que las empresas, los hogares más ricos y quienes perciben rentas de capital. Por otra parte, a medida que la desigualdad impulsa protestas en todo el mundo, la inestabilidad social y política podría representar un riesgo adicional para el desempeño económico.


Ajuste ordenado

Al mismo tiempo, siguen siendo grandes los desequilibrios de cuentas corrientes clave: entre EEUU y China (y otras economías de mercados emergentes) y, dentro de la eurozona, entre el núcleo y la periferia. Para un ajuste ordenado se requiere una menor demanda interna en los países que gastan en exceso con grandes déficit de cuenta corriente, y menores superávit comerciales en los países que ahorran demasiado, a través de apreciaciones cambiarias nominales y reales.

Para mantener el crecimiento, los países que gastan en exceso necesitan una depreciación nominal y real para mejorar sus balanzas comerciales, mientras que los países con superávit necesitan impulsar la demanda interna, especialmente el consumo.

Sin embargo, este ajuste de precios relativos a través de movimientos de divisas se ha estancado, ya que los países con superávit se resisten a la apreciación cambiaria a favor de imponer una deflación recesiva sobre los países con déficit. Las batallas de divisas resultantes se están librando en varios frentes: intervención de controles de cambio, flexibilización cuantitativa y controles de capital de los flujos de entrada. Y con un crecimiento global más débil en el año 2012, los combates podrían convertirse en guerras comerciales.


Pocas opciones

Finalmente, las autoridades se están quedando sin opciones. La devaluación de la moneda es un juego de suma cero, porque no todos los países pueden depreciar y mejorar las exportaciones netas al mismo tiempo. La política monetaria se flexibilizará a medida que la inflación se convierta en tema ausente en las economías avanzadas (y un problema menor en los mercados emergentes). Pero la política monetaria es cada vez más ineficaz en las economías avanzadas, donde los problemas se derivan de la insolvencia en lugar de la falta de liquidez.

Mientras tanto, la política fiscal se ve limitada por el aumento de los déficit y las deudas, los ‘vigilantes’ de bonos, y las nuevas reglas fiscales en Europa. Apoyar y rescatar instituciones financieras es políticamente impopular, y los gobiernos en casi quiebra no tienen el dinero para hacerlo en todo caso.

Y, políticamente, la promesa del G20 ha dado paso a la realidad del G-0: a los gobiernos débiles les resulta cada vez más difícil poner en práctica la coordinación de políticas internacionales, a medida que las visiones del mundo, las metas y los intereses de las economías avanzadas y los mercados emergentes entran en conflicto.


Desequilibrios bursátiles

Como resultado de todo esto, abordar los desequilibrios bursátiles –las grandes deudas de los hogares, las instituciones financieras y los gobiernos– tapando los problemas de solvencia con financiamiento y liquidez eventualmente puede dar lugar a reestructuraciones dolorosas y posiblemente desordenadas. Del mismo modo, hacer frente a la débil competitividad y los desequilibrios de cuenta corriente requiere de ajustes cambiarios que eventualmente pueden llevar a algunos miembros a salir de la eurozona.

Restablecer un crecimiento sólido es bastante difícil sin el fantasma siempre presente del desapalancamiento y una grave escasez de munición política. Pero ese es el desafío al que se enfrenta una economía mundial frágil y desequilibrada en 2012. Parafraseando a Bette Davis en All About Eve: “¡Ajústense los cinturones de seguridad, que va a ser un año lleno de baches!”



(*) Presidente de Roubini Global Economics y profesor de la Stern School of Business, Universidad de Nueva York