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29 de junio de 2018

UNA REFLEXIÓN CON MOTIVO DE LA MUERTE DE DOMÉNICO LOSURDO


Por Marat

Se ha ido una de las referencias del pensamiento marxista, con la que se podía coincidir o no, en cuanto a su visión del mundo actual. Hablo de Doménico Losurdo.

Con el paso del tiempo, estoy convencido de que gran parte de sus obras serán reivindicadas por quienes vemos en la necesidad del pensamiento para la acción la urgencia de que los intelectuales apuesten por nuestra clase, la trabajadora, en esa lucha.

Si tuviera que destacar algunas de esas obras, señalaría, entre otras, “Autocensura y compromiso en el pensamiento político”, “La comunidad, la muerte, Occidente”, “Democracia o bonapartismo: triunfo de la decadencia del sufragio universal”, “La cultura de la no violencia” (especialmente interesante al descubrir quien era Gandhi y lo que se ha ocultado de su pasado).

En mi opinión su mejor obra no fue la más conocida: “Stalin. Historia y crítica de una leyenda negra”. Su reivindicación del secretario genera, del PCUS no es precisamente algo que tenga que agradecerle la clase trabajadora a nivel mundial.

Digo esto porque mi pregunta es sencilla:

A quienes, sin embargo, revindican la figura de Stalin a través de la última obra de Losurdo que acabo de citar, tengo una pregunta que hacerles: ¿en qué creen exactamente que nos beneficia a los comunistas su defensa para conquistar espacios de credibilidad y apoyo dentro de nuestra clase, la trabajadora? Esa pregunta se la hago a quienes reivindican hoy la figura de Stalin. Tengo la misma para los de que defienden la figura de Trotsky y sus viajeros interlestares entre la revolución permanente y las cien mil nuevas identidades ajenas a la clase trabajadora.

Solo conozco un camino, el que nos marcó Marx y que Lenin y Rosa Luxemburg siguieron con distinto éxito pero con el acierto de saber que, sin el poder de los sóviets o los consejos obreros, a pesar de los encontronazos entre ambos, no habría socialismo.

No habrá democracia socialista sin que sean los trabajadores los dueños de su futuro.

Eso no me impide, en absoluto, defender el legado de la URSS como primer intento de demostrar que era posible una sociedad no capitalista o como victoria, que no fue del secretario general, sino de todo el pueblo soviético contra el fascismo, o darme cuenta de que desde que ese Estado desapareció a la clase trabajadora nos están haciendo retroceder a velocidad sideral.

Para algunos, la URSS no existiría sin Stalin. Son los que consideran que hubo un Rambo rojo milagroso que hizo todo en nombre del proletariado mundial. Desprecian a la clase trabajadora, a su capacidad colectiva de lucha y al hecho de que no era tan fácil acabar con el legado de Octubre. Por eso la URSS es mucho más que un personaje concreto. Por eso es posible reivindicar la URSS sin reclamar la figura de quien hizo desaparecer al primer comité central del partido comunista bolchevique. Tranquilos quienes deseáis enviarme al Gulag. Con una anticipación de este texto ya me han enviado algunos “comunistas”. sus sanas intenciones. Sé lo que son y lo que significan. Más o menos lo mismo que los que reivindican a una oligarquía latinoamericana que en el pasado pactó con la que derrotó en su día y con lo peor de la jerarquía católica y a la que abandonaron sus mejores cuadros revolucionarios.

El socialismo es otra cosa. Es la dictadura de la clase trabajadora sobre el capital, no simplemente de un partido que habla en nombre de toda la clase. Ésta siempre deberá estar en oposición contra cualquier forma de poder que intente suplantarla, por mucho que distinga a los partidos del capital de aquellos que son sus amigos mas próximos como clase.

El socialismo por el que algunos luchamos vuelve a Marx, es hijo de Lenin y de Rosa Luxemburg, tiene mucho que agradecer a los pensadores del siglo XX y XXI, como Losurdo, aunque no compartamos todo de su pensamiento.

11 de septiembre de 2017

A CUENTA DE DESCEREBRADOS Y 1-O

Por Marat

En 1998 codirigí, con otro técnico en investigación social y política, unas jornadas con diversos agentes políticos, sociales y económicos para la elaboración del Primer Plan Joven del Gobierno Vasco, en base a distintos grupos de discusión basados en la metodología cualitativa y en técnicas de diagnóstico y prospección social.

Aclaro, para los malintencionados, que mis trabajos como profesional independiente han sido pagados siempre por empresas privadas e instituciones políticas y sociales, del mismo modo en el que lo es el trabajo del 99% de los trabajadores ocupados.

Antes de continuar, aclaro a esos sujetos dos cuestiones más:

La primera de ellas es que no intenten buscar críticas a dicha labor por haber realizado algunos trabajos para un gobierno dirigido por la burguesía vasca porque, si tan puristas pretenden ser, a lo mejor debieran extenderlas a los funcionarios y empleados laborales de todas las administraciones públicas españolas (central, autonómicas y municipales) además de los que trabajan en empresas públicas, que alguna queda aún. Al fin y al cabo, cuando se trabaja en ellas uno conoce situaciones, unas correctas, otras absolutamente incorrectas dentro de lo público. Y hay quienes ante lo injustificable callan, la inmensa mayoría, y unos pocos a los que trabajar para otros no nos lleva a callarnos, aunque en ocasiones hayamos pagado un alto coste personal por ello.

En segundo lugar, espero que ninguno de esos descerebrados pretenda comparar el hacer un diagnóstico y una prospectiva sobre la situación de la juventud vasca en un período concreto y sobre sus necesidades, según sectores y clases sociales, con pasar a defender los intereses de las burguesías nacionalistas, sean estas españolas, catalanas o vascas, como hacen estos secuaces de las mismas.

Y ahora vuelvo sobre la cuestión esencial que viene a colación de este artículo.

Entre las sesiones de la mañana y las de las de la tarde de aquellas jornadas que les he citado, en las horas de las comidas, los técnicos que participamos en ellas comíamos con diversos participantes en las mismas.

En una de esas comidas, me tocó sentarme a la mesa con uno de esos eternos jóvenes -lo de eterno es porque el susodicho frisaba entonces los 40 años- que habían nacido de la marmita en la que se fabrica la poción mágica de los liberados de organizaciones políticas. El mentado era un dirigente de las juventudes del PNV, EGI (Euzko Gaztedi Indarra o Fuerza de la Juventud Vasca. Dejo para ustedes la consideración de a qué les suena un nombre así).

En lugar de interesarse por la metodología con la que abordábamos la investigación o por la experiencia con la que contábamos en tareas similares se fue directamente a preguntarme por mi orientación ideológica -y es que la policía orwelliana del pensamiento siempre funciona del mismo modo- Al otro no le preguntó porque ya sabía sobradamente que era de su parroquia. Le respondí que no me parecía muy oportuna su pregunta en una relación que debía ser exclusivamente profesional pero que no tenía inconveniente en aclararle que comunista. Pero no debió de convencerle la respuesta porque, tras poner un mohín un poco extraño, volvió a las andadas: “Pero ¿comunista español o comunista vasco?” Ahí ya le fui claro: “No me siento español, aunque eso dice mi carné de identidad. Y creo que si fuera vasco, tampoco me sentiría tal. Como comunista solo me siento internacionalista”. Y ya el tipo destapó el tarro de sus esencias y mostró toda su inteligencia: “Mi experiencia me dice que el que dice que no se siente nacionalista, no lo es de un lado pero sí de otro”. Ahí tenía que haberle respondido: “Mira tu eres tan gilipollas que solo tienes patrias y gudaris en tu cabeza”. Pero, como no quería poner en aprietos a mi colega de profesión por tener un compañero tan deslenguado, me limité a responderle: “El problema que tenéis los burgueses y las derechas es que ocultáis vuestros intereses de clase bajo un ropaje de intereses comunes de todos, cuando es sabido que hay clases sociales y que utilizáis las banderas para cegar a aquellos que explotáis en vuestras empresas”. Ahí se quedó la cosa y el sujeto tuvo claro que podía contenerme pero no morderme la lengua ni someterme a lamerle el culo como tantas veces he visto hacer a muchos por no atreverse a ir políticamente a contracorriente.

Gilipollas como este jeltzale de EGI me he encontrado estos días unos cuantos, no muchos porque casi nadie me ha respondido desde Cataluña y casi todos eran reBURROcionarios de alguna delegación del Procés en Jodar, Calasparra o Correpoco, por un suponer de localidades hacia las que siento todo el respeto del mundo, pero no a ellos, tras la publicación de mi anterior artículo sobre el día después del “referéndum” del 1-O. Estos figuras me han calificado como “españolazo rancio”, “un fascista”, “un infiltrado franquista”, “un facha que dice que soy comunista” o alguien al que le “ha picado el mosquito mesetero” (este es el término que más me ha gustado porque les delata ideológicamente tal y como son, xenófobos hacia los habitantes de las Castillas y lo que ellos entienden como atraso mental cuando tanto franquista militó luego en las filas de CiU (baste un ejemplo, entre muchos), el partido heredero del mencionado en las anda el amigo Puigdemont, el cuál ha tenido que reinvertar sus siglas para no acabar en el trullo por asociación para delinquir al estilo del PP).

A estas alturas me pasa como a los chicos de Estopa en cuanto a reivindicarme ante estos borderlines encanallados. La inmensa mayoría de ellos son como los bots en redes sociales (una ficción inexistente que crea opinión solo entre ignorantes vocacionales). Al fin y al cabo ni conocen mis posiciones contra el fascismo (http://www.foroporlamemoria.info/2010/08/retrato-de-“modelica-transicion”-con-sangre-al-fondo/ , https://www.lahaine.org/est_espanol.php/retrato-de-modelica-transicion-con-sangr-1, http://eljanoandaluz.blogspot.com.es/2013/03/de-gustavo-bueno-los-nazbol-pasando-por.html, http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/04/la-violencia-de-los-fascistas-de-la.html, http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2016/10/keep-calm-manten-la-calma-armesilla.html) porque solo leen lo que confirme su pobreza mental y, si lo hicieron, son lo bastante cínicos como para actuar como que no.

Algún malnacido, fabricante a sueldo de crispación, me ha comprado con la rana Jiménez Losantos. Resulta tan retarder mental e indecente que responderle sería perder mi tiempo, que se me escapa entre los dedos, como el de todos los que amamos la vida.

En cuanto al “putillo” que me ofrece las caricias de su piolet poco que decirle,


salvo que ningún cagón como él llega ni subido a un globo aerostático a la altura de un cobarde asesino como Ramón Mercader, que mató a traición al modelo de criptomencheviques con los que ahora tan ruinmente coincide en sus posiciones de lamer el culo a un sector de la burguesía del Estado español. Los encogidos como él solo son valientes en ese falso anonimato que da las redes sociales pero no valen ni para ser la sombra traidora en el mundo real que apuñala por la espalda porque se les va su testosterona de matón de discoteca por la boca. 

Si algo me confirma que el Procés es, ya no la farsa de la que hablaba Marx respecto a la repetición de la historia, sino una opera bufa que acabará en el más tremendo de los ridículos, no son solo homúnculos como el anterior, sino la estupidez de un Julian Assange, hacia el que siempre mantuve respeto y admiración hasta que salió tuiteando la imagen falsamente prefabricada de los tanques de Tiananmen con la famosa masacre que el propio Assange desmintió en 2011 en comparación con lo que él dice que el pueblo catalán no permitirá. Cuando se deja de hablar de lo que se sabe y se es papagayo de ciertos lobbies de un sector de la burguesía de un país que se desconoce, se acaba diciendo estupideces.


Del mismo modo, que un imbécil y canalla compare al Estado español con el genocida sionismo de Israel y a la “atribulada” Cataluña con la doliente y asesinada Palestina me hace darme cuenta de hasta qué punto están fuera de la realidad esta pandilla de enfermos mentales.


Frente a ello, recibo lo que me dicen amigos de Cataluña y noto una tranquilidad y un distanciamiento más que notables respecto a la tensión inducida mediática e institucionalmente.

Del mismo modo, veo entre la gente de Madrid y de otros lugares de España un relajo tremendo respecto a la Brunete mediática que clama contra el gobierno español, exigiéndole tanques, cárcel y suspensión de la autonomía.

El pueblo catalán siempre estuvo sobrado de seny, justo el que ha perdido la burguesía nacionalista de su tierra y sus políticos principales porque creen tener algo que ganar en una huida hacia delante que fuerce la máquina, para seguir chantajeando con la tensión que obtiene réditos económicos. Réditos que no son para el pueblo catalán en su conjunto, y menos aún para sus clases trabajadoras, sino para esas mismas burguesías que untan a sus políticos corruptos. No estaría mal analizar en relación con todo ello qué ha pasado en la estructura productiva del capitalismo catalán y cómo éste ha perdido pie en los últimos 10-15 años respecto a sus capacidades de dinamizarse y de mantener su ritmo de acumulación del capital. Entenderíamos muchas cosas pero ese análisis sería demasiado marxista y los progres “putillos”, complices del Procés nunca entendieron a Marx ni la dinámica del capitalismo.

En el pueblo español nunca ha existido seny en la misma proporción que en Cataluña pero no carece del sentido de la ironía, ese que ayuda a distanciarse más de los que creemos sus críticos y que le hace preferir cualquier estupidez de los ecos sociales antes que los comportamientos políticos que buscan la ira inducida para obtener réditos espurios.

Olvidan algunos que los gritos de taberna en las redes sociales poco tienen que ver con lo que, de verdad, pasa en la calle porque, a veces, el público menos ideologizado contempla sin orejeras la realidad tal cuál es y percibe el tongo del combate.

No soy de los que les gusta recurrir a los periódicos digitales de los progres; esos tan dados a las demandas democrático burguesas. Pero cierto texto de una publicación dependiente del Público de Roures, ese tipejo empresarial sin escrúpulos que hace comer a los podemitas de su mano, que tensa y destensa situaciones en su propio beneficio económico, me convence de que toda esta puesta en escena no es sino una cantinflada destinada a hablar mucho sin decir nada. El texto de Guillem Martínez muestra de qué modo toda esta puesta en escena es pura pose y cartón piedra.

Si tuviera que resumir de un modo principal el porqué creo que, a partir del día 2 de Octubre se verá que no habrá ni secesión, ni sedición (sí, sedición es no solo golpe de Estado sino usar tu legalidad para cambiar tus propias leyes a mitad del partido a tu favor para crear una nueva falsa legalidad que viola los mecanismos que antes aceptaste) es porque veo que la clase trabajadora catalana y española no se sienten representadas ni incluidas en toda esta mascarada entre burguesías. Saben que tanto el gobierno de CiU y luego PdCat, que incluye a los tenderos pequeñoburguses de ERC, como el de España, son los que les han jodido todos estos años de la crisis del capital con sus recortes y sus leyes involutivas y que, ahora que la burguesía logra recuperar su tasa de ganancia, no está dispuesta siquiera a ofrecerle las migajas de una mejora mínima de sus salarios o de un empleo más seguro.

Que las burguesías catalana y española hagan sus juegos de artificio, que acabarán en un concierto económico al estilo vasco, no me indigna. Lo que me revienta es el papel de de las CUP, pijoflautas de papá, y de los reBURROcionarios de salón que traicionan a la clase trabajadora sumándose a demandas democráticas institucionales y abandonando a su suerte las de clase, mientras las traicionan, apoyando un proceso dirigido por el PdCat, uno de los más recortadores de derechos sociales y económicos de toda la etapa de la crisis capitalista.

Como prueba baste el botón que publica Viento Sur, la revista de los podemitas de Anticapitalistas:

En realidad les quedan dos opciones: apoyar el proceso emancipatorio o situarse en una posición marginal durante los próximos 20 años. En una tesitura que vagamente recuerda a la actual y que ahora sería demasiado largo de explicar, el PSUC y el PSC a inicios de los 80 se equivocaron y estuvieron 23 años en la oposición.

¿Qué habría hecho Francesc Pi i Margall? Está claro. Hace más de un siglo los federales querían acabar con el caciquismo y el turnismo del régimen de la restauración monárquica de 1874. Pi i Margall planteaba una alianza entre republicanos y catalanistas. Con el término "catalanistas" se refería a la Lliga Regionalista. Hay que recordar que la Lliga era una propuesta política mucho más derechista que un PDECat que acaba de descubrir muy recientemente que es una opción republicana”.

A modo de conclusión, así acaba su artículo este cráneo privilegiado:

No sabemos qué nos ofrecerá un futuro muy, muy cercano, pero si se quiere una hegemonía política de las izquierdas los próximos veinte años hay que ser osados. Si se quiere dirigir hay que estar delante, asumiendo contradicciones, claro que sí. Esquivar la historia es suicidarse. Muchos vemos con emoción y esperanza que hay un balcón que está esperando.” (Viento Sur: Comunes, ¿y si el dilema está equivocado?”. Jordi Serrano)

Sospecho que el “balcón que está esperando” no lo va ser para proclamar la República catalana sino para arrojarse políticamente desde él, una vez que estos progres se han puesto al servicio de los intereses de la burguesía.

Estos homeópatas de la revolución son listos útiles dispuestos a recrear y revivir el papel más indecente de la socialdemocracia, que ya no es ni minireformista.

No me iré sin responder a algunos lectores de solapas de libros que compran porque hay que tenerlos para hacer méritos pero no que no abren ni siquiera hasta la introducción al mismo.

Varios “comentaristas” me han citado a Stalin como autoridad en materia de cuestión nacional y derecho de autodeterminación. Como voy más allá de las solapas de los libros y sí que me leí hace ahora unos 30 años “El marxismo y la cuestión nacional” les responderé alguna cosilla al respecto.

En el marxismo, en lo relativo a autoridad teórica sobre el derecho de autodeterminación han sido Marx y Lenin quienes más aportaron y con mayor certeza.

En cualquier caso, como el marxismo, salvo para los beatos que lo degeneran, no es una religión, no hay infalibilidad papal sobre las distintas posiciones que se han ido fijando. La validez del método está por encima de la corrección de puntos concretos y coyunturales.

Admitiendo que Dzhugashvili (Stalin) señala algunas cuestiones interesantes sobre los conceptos de nación, Estado, lengua/idioma, nacionalismo, derecho de autodeterminación, conviene aclarar a estos lectores de solapas que:
  • Stalin no dijo nada sobre el caso español, que es el primer Estado moderno europeo, del que diversas fuentes afirman que su Rey Ferrán de Aragón, Fernando el Católico, es la inspiración de Nicolás de Maquiavelo para su compendio teórico sobre la política expresado en “El Príncipe”. Evidente limitación conceptual para tomar en consideración la aportación de Stalin a los problemas de integración territorial en el Estado español.
  • Para Stalin, la represión hacia la lengua y la no enseñanza de esta en las escuelas es una de las razones principales que explican que determinados pueblos se sientan incómodos dentro de un Estado. El caso catalán, desde 1979, demuestra que esto no es así.
¿Qué es lo que inquieta especialmente a una minoría nacional?

Lo que produce el descontento de esta minoría no es la falta de una unión nacional, sino la falta del derecho a usar su lengua materna. Permitddle servirse de su lengua materna, y el descontento desaparecerá por sí solo.

Lo que produce el descontento de esta minoría no es la falta de una unión artificial, sino la falta de escuelas en su lengua materna. Dadle estas escuelas, y el descontento perderá toda base.”

Así pues cierta afirmación de Stalin en “El marxismo y la cuestión nacional” sobre la lengua de las minorías nacionales parece, como poco, inexacta e ingenua, tanto para el Imperio Ruso (su texto es de 1913), como para otras naciones, incluida España. Sobre esto es discutible si España es o no una nación pero no el que la potenciación de las lenguas propias de un territorio acabe con los problemas de integración territorial. Los propios nacionalistas han reconocido más de una vez que utilizar políticamente la lengua ayuda a trazar frontera, a integrar lo nacional, a marcar diferencias “nosotros vs- ellos” y a convertirla en ariete para la emancipación de los pueblos.

Es cierto que Stalin proclama en su texto el derecho de autodeterminación de los pueblos pero...no se sale en uno solo de sus ejemplos de los casos de naciones sometidas bajo imperios concretos, al igual que, en su día, habían hecho Marx y Lenin.
  • El ruso: Polonia, Lituania, Ucrania,..
  • El inglés: las antiguas colonias de Norteamérica que emitieron su declaración de Independencia respecto a este Imperio el 4 de Julio de 1776. Debemos añadir el caso de Irlanda,
  • El Imperio Austro-Húngaro, que ya presentaba enormes tensiones territoriales e interétnicas, antes de la guerra del 14 (I GM) y que se descompone a gran velocidad, dando lugar a la aparición de Estados separados como Austria y Hungría y Checoslovaquia, al final de la gran guerra, además de integraciones de determinados territorios del desaparecido Imperio a otros Estados como es el caso de Polonia, que proclama su independencia en noviembre de 1918, que se adjudica la región austriaca de Galitzia, entre otras recomposiciones en el este europeo.

Y sobre el carácter de los movimientos nacionalistas, Stalin no se engaña:

La lucha comenzó y se extendió, en rigor, no entre las naciones en su conjunto, sino entre las clases dominantes de las naciones dominadoras y de las naciones postergadas. La lucha la libran, generalmente, la pequeña burguesía urbana de la nación oprimida contra la gran burguesía de la nación dominadora (los checos y los alemanes), o bien la burguesía rural de la nación oprimida contra los terratenientes de la nación dominante (los ucranianos en Polonia), o bien toda la burguesía "nacional" de las naciones oprimidas contra la aristocracia gobernante de la nación dominadora (Polonia, Lituania y Ucrania, en Rusia).

La burguesía es el principal personaje en acción.

El problema fundamental para la joven burguesía es el mercado. Dar salida a sus mercancías y salir vencedora en su competencia con la burguesía de otra nacionalidad: he ahí su objetivo. De aquí su deseo de asegurarse "su" mercado, un mercado "propio". El mercado es la primera escuela en que la burguesía aprende el nacionalismo.”

(…)

La burguesía de la nación oprimida, que se ve acosada por todas partes, se pone, naturalmente, en movimiento. Apela a "los de abajo de su país" y comienza a clamar acerca de la "patria", haciendo pasar su propia causa por la causa de todo el pueblo. Recluta para sí un ejército entre sus "compatriotas" en interés... de la "patria". "Los de abajo" no siempre permanecen sordos a sus llamadas, y se agrupan en torno a su bandera: la represión de arriba les afecta también a ellos, provocando su descontento.

Así comienza el movimiento nacional.

La fuerza del movimiento nacional está determinada por el grado en que participan en él las extensas capas de la nación, el proletariado y los campesinos.

Que el proletariado se coloque bajo la bandera del nacionalismo burgués, depende del grado de desarrollo de las contradicciones de clase, de la conciencia y de la organización del proletariado. El proletariado consciente tiene su propia bandera, ya probada, y no necesita marchar bajo la bandera de la burguesía.”

Esto es algo que tanto progres (podemitas, trotskos, pequeñoburgueses de ERC, pijoflautas de la CUP,...) como parte de quienes reivindican la figura de Stalin “olvidan”. No estaría de más que estos últimos leyesen más a su referente y no se limitasen al mantra de las citas para cualquier situación y ocasión. Al fin y al cabo lo hacemos muchos marxistas que no nos identificamos ni con él ni con Trotsky. Quizá aprenderían algo de poner siempre los intereses de la clase con la que dicen identificarse en primer lugar, en vez de ponerse al servicio de los intereses de las burguesías nacionalistas. Vale para Cataluña y para España.

En Mayo de 2008, la burguesía del departamento de Santa Cruz, en Bolivia, que venía azuzando a grupos indígenas para otorgar a su movimiento separatista del Estado Boliviano una “cierta base popular”, organiza un referéndum de autonomía al margen del propio Estado y contra la voluntad del gobierno del Presidente Evo Morales, que lo había declarado ilegal y no reconoció sus resultados, pobres en afluencia de votantes. El objetivo real, disfrazado de autonomía local y administrativa, era la secesión del territorio más rico del país, entre otros motivos porque rechazaba la orientación ideológica y popular del gobierno central. Los intereses especulativos y de intención privada respecto a las riquezas petroleras en ese territorio estaban detrás de toda esta comedia bufa.

No recuerdo a esos héroes no catalanes pero embajadores del referéndum de autodeterminación para Cataluña en sus respectivas zonas pronunciándose en un sentido o en otro sobre tal proceso de autodeterminación. No soy ingenuo. No creo que fuese porque esta gente fuese realmente de ideas progresivas y compartiese la orientación ideológica del gobierno boliviano, y callase para no criticar a un gobierno amigo, sino por cinismo, porque de pronunciarse en contra del proceso sedicioso de la burguesía de Santa Cruz, iban a tener una contradicción flagrante con su posición tan favorable a la libertad del pueblo catalán contra su “terrible Estado opresor”, el español, y hegemonizado por la burguesía y la derecha catalana, salvo que pretendan que ERC es socialista (quizá tras una fumada colectiva…) y que la marioneta Puigdemont es un camarada bolchevique.

A ver si aprendemos algo de la historia, amiguitos, y dejamos de hacer demagogia barata y de putillos y putillas pijoproges de las burguesías.

Déjenle ese papel de jodeobreros al gran revolucionario Gabriel Rufián, que deja bien claro en su perfil laboral de Linkedin a qué se dedicaba antes de vivir de la política y la demagogia liberadora de pueblos oprimidos.