Por Marat
Ha estallado la madre de
todas las crisis en Podemos dirá probablemente algún avispado
periodista ¿La madre de todas las crisis? Seguro que no. El culebrón
mediático tendrá muchos más capítulos antes de que la galaxia
podemita estalle en mil direcciones distintas al son de los versos
“he defraudado a todos/empezando por mí” de “lo
niego todo” de Joaquín Sabina, otro progre redimido hacia
la derecha, ahora que la serie “Perdidos” vuelve a una de
las cien mil televisiones digitales.
El documento de propuesta de acuerdo entre Bescansa y Errejón para derrocar al ya mustio Mesías podemita y repartirse entre ambos los girones de su túnica
puede ser un posado robado (me pillaron el documento los malvados
periodistas) o un robado posado (haz como que me has pillado y luego
hago como que lo niego o matizo). La cuestión es lo de menos, aunque
podría variar la intención dentro de la alianza de conspiradores
según se tratara de una u otra circunstancia. El lodazal de la
política parlamentaria española no debe sorprender ante cualquier
posible eventualidad.
Podemos, la “máquina
del amor” de la que habló en su día Monedero, ha sido declarada
oficialmente gripada el miércoles 18 de Marzo de 2018, 4 años casi
exactos (fue fundado el 11 de Marzo de 2014) después de nacer.
Pero Podemos ya nació
seriamente tocado en cuanto a su salud. Su primer paso nació de una
filtración del periodista Ignacio Escolar y su alusión a la
“operación coleta”, filtrada por Izquierda Anticapitalista al
diario del que es director.
Luego vino la puñalada a
Willy Meyer nacida del interior prepodemita de IU, en concreto de los
aledaños de la oficina europarlamentaria de esta formación y del
entorno de la familia del ex eurodiputado. Meyer, un socialdemócrata
honesto de la socialdemócrata IU, dimitió por la terrible falta
moral de tener un plan de pensiones que, de forma automática,
otorgaba el Parlamento Europeo a sus diputados, salvo que estos lo
rechazasen, cuestión que él dijo desconocer.
Después vendría el
enaltecimiento de Iglesias como Cristo resucitado en el logo inicial
de la inscripción de Podemos como partido político y en las
papeletas para las elecciones del Parlamento Europeo.
No tardarían en emerger
los primeros síntomas de lo que sería, a lo largo del tiempo, una
crisis larvada de podemos respecto a la cuestión de la democracia
interna y de la estructura organizativa del nuevo partido: se
enfrentaban, en un partido que se decía heredero del 15M, el
asambleismo en bucle antiorganización con la jerarquización
vertical de un partido tradicional. Y a la pelea asambleista jugó
un partido interno dentro de Podemos, que nunca dejó de ser su
fracción trotskista, con lo que ello significa, como Izquierda
Anticapitalista. De la pelea del perro de presa Monedero contra ellos
y de la respuesta posterior
de los anticapis nacería un ten con ten muy inestable entre
Iglesias y Urbán. Inestable porque los sucesivos comportamientos con
las listas electorales o con intentos de autonomía allí donde estos
conspiradores natos tienen peso (Andalucía) han jugado a minar la
autoridad del semidiós de la des-organización.
A lo largo de gran parte
de este período el poder bonapartista de Iglesias se ha ejercido
contra sus críticos tanto externos como internos a través de un
comportamiento que sustituía el concepto de militante como
librepensador voluntariamente autodisciplinado por el de miembro de
una secta. Las respuestas a cualquier crítica hacia Podemos eran
acompañadas con anatemas como ser del PP, del PSOE, un fascista,
alguien pagado por el IBEX35 o un comunista rancio.
Un partido piramidal y
bonapartista en su dirección y tan cerrado a la crítica hacia el
exterior, a pesar de que esto último fuera en parte entendible
porque fueron encumbrados mediaticamente para ser ridiculizados por
esos mismos medios, tenía necesariamente que convertir su crisis
latente y, tantas veces, imposible de disimular en una crisis
creciente que, si no mantenía sus manipuladas intenciones de voto y
las hacía crecer, habría de provocar frustración, abandonos y una
enorme tristeza.
Hay algo que no se ha
entendido al encuadrar a Podemos como populista, que lo es. El modelo
de Podemos no ha sido Melenchón, un ex PSF que ha hecho de
Saint-Just (no da para más), ni Tsipras (de ese ya no sabe ni que
existe) sino Grillo, el del M5S. Ambos partidos han intentado unir la
crítica a las élites, antes que a la dictadura del capital, con un
patriotismo peligroso. Podemos haciendo dirigente de Madrid al ex
Jefe de la Junta del Estado Mayor del Ejército, Julio Rodríguez.
Pero al histérico Grillo le ha sustituido un gestor político,
Luigi di Maio. Alguien que, como Errejón, conspira quemando sus
naves contra Iglesias, es realista, dado a buscar salidas
institucionales y que sabe que oportunismo viene de oportunidad. Que
uno u otro logren salir de sus propios, y no reconocidos, laberintos
dependen de algo ajeno a ellos. Los actores económicos y políticos
que no juegan oficialmente en la liga pero que la dictan.
Y es desde estos
parámetros desde los que debemos entender que medios como Público,
el de Roures, que ha sido el gran valedor de Podemos tanto en su
periódico como en La Sexta, le haya abandonado ahora, después de
hacerlo el medio televisivo, distribuyendo el documento enviado por
Bescansa a Errejón.
A estas alturas de la
película no creo que nadie que conozca mínimamente Podemos pueda
creer que Bescansa y Errejón tengan la menor oportunidad interna.
Pero lo que se dirime no es en el interior de ese partido sino entre
sus votantes, gentes aún menos politizadas que los adheridos al
partido.
En cualquier caso, a
nadie de Podemos puedo considerarle militante. El militante es otra
cosa: alguien políticamente formado, con sentido crítico, capaz de
distinguir la fantasía de lo real, capaz de resistir bajo el fuego
más allá de la presión porque no necesita validar electoralmente
sus convicciones.
Podemos fue creado en un
momento en el que se daba un vacío político respecto, no nos
engañemos con lo del régimen del 78, en la estabilidad del sistema
parlamentario. Era necesario para el capital y su “sistema
democrático” encontrar alternativas críticas al mismo que le
fueran útiles.
Y lo encontraron:
Con Podemos y su
simplificación de que lo que la clase trabajadora soportaba no era
una guerra de clases sino un abuso del IBEX35, lo que indica que
muchos de sus dirigentes no trabajan por un salario, y que según ellos vivimos
no en la pobreza sino en la energética, la infantil, la vegetal, la
habitacional y cualquiera otra que niegue que somos pobres porque el
capital y sus gobiernos nos han arruinado,
Con Ciudadanos, que
era aparentemente muy transparente y partidario de la honestidad
pública de los políticos pero siempre ha mercadeado y calculado el
momento en el que demostrar que lucha contra la corrupción. Solo
que ahora no importan ni sus famosas mochilas (austriacas y otras)
sino la oportunidad y el cálculo de lo que han de hacer mediante
encuestas.
El momento de Podemos ya
pasó. El tapado ha sido, al menos hasta ahora, ya veremos,
Ciudadanos. Todo es cambiante, todo muda.
Solo los majaderos pueden creer
que es el "régimen del 78" el que está en crisis. Son todo el sistema político y sus actores de representación quienes lo están. Sume usted a los
imbéciles que creen que se producirá la independencia de Cataluña
y que ello hundirá al Estado español (cómo gozan algunos
independentismos). El resultado será cero.
El momento actual es el
del poder capitalista. El único poder real. Ese va a marcar la
evolución de los partidos del sistema parlamentario y de casi todos
los demás, ya que su lógica está en cómo sumar electores y no en
cómo viven los sectores más sobreexplotados de la clase trabajadora,
aquellos que más necesitan organizarse.
Aún vendrán tiempos en
los que quienes levantaron mediáticamente a Podemos, elevarán el
atractivo que antes negaron de una IU que fue en gran medida madre del propio Podemos.
Veremos cómo ayer los
que eran afiliados y ex afiliados muy ofendidos, se reincorporan, vuelven a las
riendas de quien pronto estará mucho ante los focos: Garzón. La
nueva vedette que sustituirá a Pablito pero...si levanta las
siglas...La política solo la conciben desde su mentalidad de urna.
Y sí, creo que ante
tanta broma la clase trabajadora necesita organizarse en torno a
ideas, de momento muy básicas: defender los salarios, el derecho al
contrato laboral en los sectores de la nueva economía, la defensa de
las conquistas sociales, la reconquista del empleo estable, la
defensa de unas pensiones que dependan, como la sanidad o la
educaión, de los Planes Generales del Estado y el derecho a una
vivienda que no sea negada, ni como alquiler ni como propiedad por
los fondos buitres