Por Marat
Decíamos ayer que
no era necesario ni siquiera ser de izquierdas y republicano para estar con
Martínez Inglés frente al intento del fiscal de encausarle en la Audiencia
Nacional bajo la acusación de pretender
“menoscabar y dañar el prestigio de la más
alta representación del Estado" , por su artículo de
hace ya más de un año (¿Por qué te callas ahora?) sobre el silencio de Juan
Carlos I ante los escándalos de corrupción de su yerno, Urdangarín; decíamos
que bastaba “ser decente y
honrado y tener un mínimo sentido de justicia.” Y eso sigo creyendo hoy.
El ex coronel se presentaba hoy a las pasadas
las 11 de la mañana (11,10) en la sede de la Audiencia Nacional en la calle
Prim 12 de Madrid.
Decenas de personas le esperábamos allí. Gentes de
izquierda, banderas republicanas, gritos de apoyo,..Más arriba, justo en la
acera de enfrente de la Audiencia Nacional un numerosísimo equipo de
periodistas, micrófonos y cámaras en ristre, esperaban su aparición
Martínez Inglés apareció vestido con traje de
campaña militar y las insignias de su rango. Dirigió desde lejos una frase a
los periodistas sobre la necesidad de luchar contra la corrupción y entró en el
edificio.
Visto y no visto. A los 10 minutos salía de
la sede judicial y se dirigió a quienes estábamos allí apoyándole. Habló de la
crisis del régimen, de la pronta llegada de la III República y de que no iba a
permitir que le tomaran el pelo, negándose a ir a donde ahora le mandaban.
En Prim 12 le habían dicho que no era allí, a
pesar de que por requerimiento oficial era en ese lugar en el que había sido
citado; que era en la calle Goya.
A estas alturas de la película somos ya
muchos los que no nos creemos nada de lo que venga de este Gobierno corrupto o
de sus jueces y fiscales.
El régimen monárquico y su principal valedor,
el PP, están enfangados en un gigantesco lodazal que acabará por enterrarles.
La contestación social frente a ambos es creciente. Y empiezan a dar señales
dubitativas de debilidad, con algunos retrocesos en sus leyes.
Aún así, con Martínez Inglés puede que estén
jugando al gato y al ratón o a una táctica de la derivación hasta que su caso se
pierda en algún recóndito archivo porque saben que, si lo encausan, lo
convertirán en un acusado del delito de opinión contra el nefasto reinado de
Juan Carlos I, señor de Vega Sicilia, Príncipe de la Rioja, Duque de Ribera del
Duero, Infante del Salto del Tigre, Cofrade Mayor de la Mangancia, y de su
corrupta familia y corte.
Hagan lo que hagan, Martínez Inglés no parece
hombre que se arrugue, ni que se doble o se quiebre. Así es que esperemos acontecimientos y estemos atentos a su
afilada pluma.