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24 de octubre de 2022

REPRESIÓN EN IRÁN. CUANDO LOS “SOLIDARIOS” MIRAN HACIA OTRO LADO

Por Marat

El asesinato de Mahsa Amini por la Policía de la Moral (apropiado nombre para los esbirros de una dictadura teocrática) o Gasht-e Ershad, ha desatado una revuelta más en Irán; esta vez puede que sea la última y definitiva. Si se producen fisuras en la cúpula del poder político-clerical-económico-militar (la estructura mafiosa forma un todo) el proceso de descomposición del régimen se acelerará.

Las mujeres, a las que en palabras de la escritora Nazanín Armanian, el régimen de los ayatolás considera infrahumanas, están siendo en esta nueva etapa de la protesta social iraní iniciadoras, sostén y punta de lanza de las movilizaciones, con su decidido desafío (quitándose el hiyab o cortándose mechones de sus cabellos en público) a los matones uniformados de la dictadura. Pero a ellas se ha unido ya un creciente número de hombres, lo que indica que es la nación, y no solo una parte de ella, por grande que fuese, quien desafía abiertamente al poder.

Mujeres y hombres, jóvenes y mayores, intelectuales, artistas y obreros en huelga, periodistas y maestros, incluso niñas y niños en las escuelas, son quienes desobedecen abiertamente, lanzan consignas frente al fascismo religioso y se enfrentan a la policía.

La respuesta del régimen es siempre la misma: el diálogo de las balas contra el pueblo. Alrededor de 300 personas han sido ya asesinadas, 30 de ellas adolescentes y niños; torturas, palizas en las calles, secuestros y desapariciones, restricciones y cortes de Internet y redes sociales pero la lucha no cesa sino que se recrudece.

Desgraciadamente la gente de Irán afronta su combate casi en soledad, si descontamos a los iraníes en el exilio y la emigración y a los pocos ciudadanos occidentales que, a título individual,  están apoyando sus manifestaciones en Europa y en otros países del mundo.

Los adalides de las “democracias”, esos defensores de las libertades, mientras condenan públicamente la represión de la teocracia iraní contra su pueblo, siguen comprando su petróleo al régimen genocida, se indignan en hipócritas declaraciones pero no rompen relaciones diplomáticas con él, sus quejas son falsos lloros de plañideras porque, al fin y al cabo, “el petróleo no tiene ideología”, aunque en lo económico la mafia fundamentalista que lo vende, y que necesita de sus ingresos para mantenerse en el poder, sea tan capitalista como los gobiernos que se lo compran. Y eso vale tanto para toda la UE y cada uno de sus países miembros como para los EE. UU. que “muestra su disposición a encontrar "una solución diplomática" para reactivar el programa nuclear de Irán”, cuando en el pasado se afirmó que sería empleado con fines bélicos. Y es que el petróleo y su necesidad para que funcione la maquinaria capitalista mundial sabe poco de “Derechos Humanos”. En definitiva, si los muertos los pone el pueblo iraní, bien le sirve al capitalismo occidental aceptar el rojo de la sangre a cambio del oro negro.

Cínico el gobierno español que, a través de la número dos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Ángeles Moreno, convocó el pasado septiembre al embajador iraní en España, Hassan Qashqavi, para pedirle explicaciones y condenar la represión de su gobierno contra sus ciudadanos y, ante la sarta de mentiras expresadas por el diplomático, ha callado y aceptado de modo cómplice lo que está ocurriendo en ese país.

Vergonzoso el comportamiento del socio del PSOE en el gobierno, Podemos, cuya Ministra de Igualdad, Irene Montero, se limitó en Septiembre a expresar su apoyo en un tuit -¿en qué se basa ese apoyo? - a las mujeres iraníes y, cuando éstas le pidieron ese apoyo de forma activa, encontraron su callada por respuesta. Puede que esa actitud podemita de ponerse de perfil ante crímenes tan clamorosos tenga algo que ver con el pasado mediático de Pablo Iglesias en HispanTV, canal oficial iraní, en el que presentaba su programa “Fort Apache”. El colmo del cinismo es que para justificar entonces su colaboración con la televisión de un régimen criminal se comparase con Lenin, aludiendo al tren blindado que le puso el gobierno alemán del kaiser para entrar en Rusia, cuando Lenin fue a Rusia para hacer una revolución socialista y Pablo Iglesias fue a la política para hacer reformismo de bajos vuelos y encontrar un trabajo bien remunerado con sus entonces compañeros de programa, Errejón y Monedero.

Triste que el movimiento feminista español, hoy dividido, no se muestre más decidido y activo para presionar al gobierno español en defensa de sus hermanas iraníes con el fin de lograr la ruptura de relaciones diplomáticas. Imagino que algo tendrá que decir también ese sector de las feministas que ven compatible el hiyab y el Corán con la liberación de la mujer.

Patético el silencio de ciertas publicaciones supuestamente a la izquierda de las izquierdas oficiales, de grupúsculos residuales y de individuos delirantes que, o hacen luz de gas sobre la represión contra el pueblo iraní, o se abonan al conspiracionismo de un imperialismo enfrentado a un supuesto antiimperialismo del fundamentalismo islámico más reaccionario. Según sus argumentos el nazismo también podría haber jugado un papel antiimperialista, al enfrentarse a un imperio declinante, el británico, y a otro emergente, el norteamericano. Otros que, como Iglesias, cabalgan sus propias contradicciones. Claro que el imperialismo juega su guerra de posiciones pero uno ha de saber con quién está, si con las victimas de la represión o con sus asesinos, en Irán y en cualquier parte del mundo. 

Quizá a algunos de esos hiperventilados revolucionarios antiimperialistas les vendría bien conocer la posición del Partido Tudeh (comunistas iraníes) sobre el levantamiento popular en su país. Les pongo algunos enlaces, por si son de su interés:

https://www.tudehpartyiran.org/en/2022/09/20/statement-of-the-tudeh-party-of-iran-down-with-the-dictator-there-is-no-end-to-the-regimes-murderous-thuggery/

https://www.tudehpartyiran.org/en/2022/09/25/statement-of-the-tudeh-party-of-iran-in-support-of-the-courageous-and-widespread-uprising-of-the-people-against-oppression-and-tyranny/

https://www.tudehpartyiran.org/en/2022/10/02/statement-of-the-tudeh-party-of-iran-a-passionate-salute-to-the-heroic-struggle-of-the-women-youth-and-students-of-the-country-iran/

https://www.tudehpartyiran.org/en/2022/10/12/statement-of-the-tudeh-party-of-iran-our-warmest-greetings-to-the-striking-project-workers-in-the-bushehr-petrochemical-complex-and-contract-workers-of-the-second-phase-of-the-abadan-oil-refinery/

Doloroso fue escuchar en distintos momentos del recorrido de la manifestación del pasado sábado 22 de octubre en Madrid, bajo el lema “Mujer, vida y libertad”, la canción de “El pueblo unido” de Quilapayún, primero en farsi y luego en castellano y constatar que allí apenas había españoles de esos que presumen de solidarios, de izquierdas e incluso comunistas. De las derechas no debiera sorprender su ausencia. Y, por desgracia, a uno ya tampoco le sorprende la indiferencia y el silencio cómplice de quienes supuestamente debieran ser algo muy distinto a ellas.

Que cada uno cabalgue sus propias contradicciones.

31 de mayo de 2015

¿SE DESCOMPONE LA UE? ¿QUÉ HACER?

Por Marat
Ante el embate de los euroescépticos en Estados miembros de la Unión Europea, alguno de los cuáles, en países del Este, se encuentra en el gobierno; ante la posible salida de Grecia de la misma (no importa que suceda, lo relevante es que se plantee); ante la pregunta del referéndum en el Reino Unido en relación con su pertenencia a esta asociación que no deja lugar a dudas -"¿Debería el Reino Unido permanecer como miembro de la Unión Europea?"- es el momento de plantearse la viabilidad de este club de mercaderes, cuya unión política siempre estuvo en entredicho y sólo ha alcanzado un papel absolutamente subalterno frente a los intereses de los poderes capitalistas.

En mi opinión, la de alguien que suele equivocarse mucho, la pregunta no es tanto si sobrevivirá la UE sino hasta cuándo y, sobre todo, cuáles serán las consecuencias de la vuelta a la Europa de las naciones. Y digo naciones porque la fragmentación de los Estados es ya un hecho, primero en organizaciones territoriales que no pertenecían a lo que antes llamábamos Mercado Común (Yugoslavia, Checoslovaquía), después como tendencia en viejos Estados europeos (Gran Bretaña con Escocia, España con Cataluña, quizás antes que con Euskadi, flamencos en Bélgica, Véneto en Italia)

Si hubiera de reconocer algún aspecto positivo a la UE señalaría tres:
  • El primero, y más reciente, el de poner en evidencia la brillante afirmación de Marx y Engels de que "Hoy, el Poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa." ("El Manifiesto Comunista". 1848) Si a nivel nacional esta frase es muy cierta, imagínense hasta qué punto se hace verdad con instituciones como el BCE o el FMI que, aunque es transcontinental, interviene sobre las políticas de la UE de un modo decisivo.
  • La evitación de una III G.M. durante 70 años en Europa, el período más largo que se ha producido de paz en el Continente que recordemos. Sin embargo, esto ya no es cierto. La guerra en Ucrania actual -en un impasse insostenible-, las guerras en la ex República Federal Socialista de Yugoslavia entre 1991 y 1999, potenciada por potencias como Alemania o USA, y la vuelta al viejo orden de la guerra fría, que se calienta progresivamente con tendencias mundiales de conflicto, apuestan por el fin de dicha paz. 
  • Un antiguo y ya acabado desde hace tiempo sentimiento de pertenencia a una comunidad supranacional que superase las tendencias nacionalistas europeas, que tan caras no resultaron a los habitantes del viejo Continente. Esto es algo que tiene acta de defunción con la aparición de partidos euroescépticos, populistas y abiertamente fascistas.
Si ésta es la realidad que hoy nos encontramos en una Europa que se blinda cobarde y criminalmente ante el deseo de los parias del Tercer Mundo de alcanzar un sueño que saben que ya no lo es pero que es infinitamente mejor que sus cotidianas pesadillas; si ésta es la realidad que hoy nos encontramos cuando alrededor de 23 millones de parados en el viejo continente se enfrentan a un desempleo crecientemente estructural; si ésta es la realidad que sufrimos en un territorio transnacional cada vez más desigual y menos libre y solidario; si ésta es la realidad que se impone en una Europa cada vez más cuestionada en relación con sus instituciones centrales; si ésta es la realidad que nos ahoga en una Europa que refleja que, desde la Europa de las dos y hasta tres velocidades, se ha vuelto sobre la competencia salvaje entre "capitalismos" y entre Estados; si ésta es la realidad que se nos viene encima en forma de amenaza fascista continental; si ésta es la realidad de una UE con dictadura de un país/capital nacional sobre el resto, cabe preguntarse qué puede hacerse desde una posición de paz entre los pueblos, que no entre las clases, de defensa de los derechos de la clase trabajadora, de alegato por las libertades que esa clase necesita para decir NO a su regreso a la esclavitud decimonónica, de búsqueda de alternativas de solidaridades internacionales entre los crecientemente desheredados. 

En mi insuficiente pensamiento sólo cabe responder frente a la descomposición de un mercado continental, que nunca llegó a ser tierra de igualdad, justicia y solidaridad auténticas, desde la recomposición de un nuevo internacionalismo de clase, desde el reconocimiento y aplicación de los derechos de los pueblos a su soberanía por encima de sus Estados pero anteponiendo los intereses colectivos de todos los oprimidos bajo la dictadura internacional del capital. Y esa fraternidad internacional, no sólo europea, sino mundial, porque la crisis es sistémica y universal, requiere de una reconstrucción, bajo formas actualizadas pero perennes, de lo alumbrado en 1871 en París, en 1917 en Rusia, en 1919 en Alemania y, por supuesto, fuera de nuestro continente en otros pueblos de la tierra a lo largo del pasado siglo XX. Eso o el caos, la medievalización del capitalismo y la vuelta a la locura de los años 20 y 30 en nuestro continente,    

Por mucho que deseemos que una nueva era ilustrada y emancipadora llegue, no vendrá ni desde el confuso magma de los populismos desclasados ni desde unos reformismos que, bajo apariencias de "nuevos" presentan las viejas formas que se agarran a un mundo en descomposición sino desde la insurreción y la voz de los explotados y expulsados del derecho a vivir por la mano criminal del capital. Y su emancipación no será votada en los parlamentos sino conquistada a fuego y piedras en las calles. 


Hoy, esto que parece una expresión de demencia para las víctimas que se han instalado en la aceptación del "status quo", deseando que pase el huracán, no está a la vista de lo inmediato pero los hechos vendrán como consecuencia de la agudización de las contradicciones de un sistema que prima el beneficio de una pequeña parte sobre la paulatina expulsión de una gran mayoría del derecho a existir. Las palabras escritas por Rosa Luxemburgo en la última noche de su vida, "¡Yo fuiyo soy, y yo seré!" volverán a cobrar todo su sentido revolucionario. No es una profecía desde ninguna nostalgia olvidada en el tiempo sino el inevitable hecho de que los esclavos volverán a exigir el pan, el trabajo y su libertad, más allá de los espejismos creados mientras tanto por el poder para entretenerlos. 

La violencia revolucionaria, más allá de las consideraciones éticas de quienes odiamos las consecuencias dolorosas de la furia social, se impondrá como hecho que se exprese desde la realidad de su necesidad histórica. El capital ya aplica esa violencia en Europa de forma creciente y responderá con ella cuando vea en peligro su posición. Las cartas están echadas.   

NI GUERRA ENTRE LOS PUEBLOS NI PAZ ENTRE LAS CLASES