Consejo Directivo Nacional de COFE. La Cuna del Sol
Declaración de COFE ante las alusiones del Sr. Presidente José Mújica, contra los Funcionarios Públicos. Los funcionarios públicos en Uruguay son más de 200 mil. Al pie de la nota encontrarán el video con entrevista que originó ésta dura respuesta.
La Confederación de Obreros y Funcionarios del Estado (COFE) rechaza las afirmaciones vertidas por el Sr. Presidente de la República José Mújica en entrevista de Mate Amargo donde descalifica y ofende a los Funcionarios Públicos vinculando los problemas del Estado uruguayo a la estabilidad laboral de los trabajadores. Con sus declaraciones divide a los trabajadores, contrapone a públicos y privados, poniendo las conquistas históricas de la clase obrera como responsables del mal funcionamiento del Estado.
Esta declaración no tuvo lugar antes para no alentar susceptibilidades propias de campañas electorales pero, en nuestra obligación de defender el derecho de los trabajadores, se imponen varias puntualizaciones.
Rechazamos enérgicamente las afirmaciones del Sr. Presidente donde apunta que los trabajadores públicos son aliados de la burguesía, y que el capitalismo “en vez de abogados tiene dirigentes sindicales quele defienden el status”. “¡Todavía tiene abogados de garrón!".
Estas declaraciones no sólo son ofensivas para la COFE, sino para el conjunto de la clase obrera uruguaya y para el movimiento sindical que es parte fundamental de las conquistas democráticas del País.
El Sr. Presidente opina que “los derechos del trabajador público terminaron siendo la mayor conquista de la burguesía, porque terminó haciendo un Estado incompetente”. En COFE sostenemos que la mayor conquista de la burguesía es ese Estado moderno, esa “democracia liberal, representativa” que genera la ilusión de un “pacto social entre iguales” (ante la ley y propietarios libres en el mercado) y que lleva a pensar que las decisiones de los agentes económicos libres (bajo instituciones que defienden la propiedad privada) son las más eficientes.
Por el contrario, sabemos que el Estado para decirlo de manera escueta, es una “cristalización institucional” de un pacto de dominación entre desiguales.
En su discurso Ud. contrapone el Estado a los intereses de la burguesía, lo que es un garrafal error, el Estado actual es el Estado burgués, y la gestión política de ese Estado puede o no elegir ejercer una autonomía relativa de los intereses de la burguesía.
Cuando lo hace, se abren alentadores espacios para la lucha de clases y, en ocasiones, los trabajadores amplían el conjunto de sus derechos, estabilidad laboral, salarial, condiciones de trabajo, etc.
Eso es lo que pasó en los momentos del Estado de bienestar, ese que ahora quedó en el olvido, no solo en el Uruguay, y al que Ud. responsabiliza de haberle dado muchos derechos a los trabajadores públicos.
Ud. preside con mucho éxito (a juzgar por el porcentaje de aprobación, que según las encuestas de opinión, tiene de los ciudadanos) esa democracia representativa que tiene fuertes dosis presidencialista.
Democracia, y gestión pública muy aplaudida por la mayoría, a pesar que en los últimos 10 años hizo más de 10 veces más ricos a aquellos que concentran la tierra, pero que también hizo muy rica a la burguesía extranjera que opera en el País, monopolizando buena parte de esa tierra (seguramente no menos de un tercio), pero también las principales empresas exportadoras e importadoras, las que por excelencia extraen de nuestros suelos la sangre que las mantiene rebosantes.
Burguesía que, por si fuera poco, es subsidiada por ese Estado que Ud. comanda, obtiene más del 6% del producto en lo que eufemísticamente se llama “gasto” (o renuncia) fiscal, el doble de lo que le regala el Estado brasileño y el triple de lo que les otorga el Estado argentino; y más de lo que soñamos gastar alguna vez en educación.
¿Será que es incompetente el Estado para los intereses de la burguesía? ¿Serán los trabajadores públicos los enemigos del bienestar? ¿Estará en ese porcentaje de aprobación a su gestión buena parte de la burguesía?
Ud. dice (refiriéndose al Gobierno) "estamos creando empresas públicas de derecho privado porque no podemos reformar el Estado".
Los trabajadores todos, y en particular los públicos, hemos manifestado siempre nuestro interés y aportamos esfuerzo a una reforma del Estado, claro no cualquier reforma del Estado, rechazamos las reformas gerenciales con criterios mercantilistas, y en especial, aquellas que se les niega explícitamente la participación a los trabajadores.
Entonces, no Señor Presidente, el aparato político de la dominación que Ud. preside crea estas empresas que operan en el derecho privado bajo “el pretexto” de hacer más expeditivas las decisiones, pero lo que realmente busca es evadir los controles que el “aparato administrativo” de ese Estado “incompetente” (como le llama) le impone. Esa “burocracia administrativa” que ejecuta las órdenes políticas y garantiza de alguna manera la voluntad de la sociedad y el interés general (los Funcionarios Públicos), puede ser lenta, muchas veces irritante, pero es una garantía para la sociedad. Esas decisiones que a Ud. le parecen más rápidas, más racionales, más competitivas, más modernas tal vez, si se realizan sin los controles públicos generan un caldo de cultivo para la connivencia entre decisiones públicas y privadas, corrupción o decisiones altamente sospechadas, son las que no permiten que la información fluya, o que sea eso, pública, porque supuestamente resguarda los intereses de la competencia capitalista. Ejemplos muchos y conocidos por todos: empresas pasteras, mineras, etc.
Estimado Presidente, sabiendo que Ud. alguna vez fue un enemigo acérrimo de éste orden económico, de esa burguesía que crea desigualdad (el 1% de la población tiene más que 800 mil uruguayos), pero mayormente pobreza extrema y riqueza ofensiva, sabe que “...hay cosas que si no las lleva adelante el Estado no las hace nadie".
Pero ese Estado debe pelear porque las decisiones públicas, las que representan al conjunto social, no la tomen las empresas capitalistas, sino la sociedad.
Es loable y aplaudible que Ud. done su salario para llevar adelante una política de vivienda digna para los más desvalidos; pero sería mejor quizás tener una política de Estado para erradicar la vivienda insalubre basada en la captación de impuestos de esa burguesía subsidiada por su Gobierno.
La decisión suya es humanamente ensalzable, las decisiones de política fiscal son políticamente conservadoras, porque de última son transferencias de los mismos trabajadores (que en este País explican la mayoría de los ingresos fiscales), incluido los Funcionarios Públicos, que financiamos toda la política.
Hace unos días lo escuchábamos en un programa de televisión, allí lo interrogaron sobre el por qué de su “fama internacional”. Ud dijo que quería creer que era por el contenido de sus discursos; cuestión que en parte compartimos.
No obstante, creemos que no debe olvidarse lo que simbólicamente representa para todos los medios (CNN incluida); Ud. hoy es el mejor ejemplo de ese “sueño americano” (que en el norte de América ya no vende tanto) y que dice que "cualquiera puede llegar".
Por eso nuestro País se vende como "más democrático"; pero el valor más importante que ostenta para la ideología capitalista es: "el ser un arrepentido de la guerrilla", eso “ser un arrepentido de la lucha anticapitalista”, es decir, “un derrotado por la ideología capitalista”, como reza el dicho popular que “alguna vez quiso cambiar al mundo y el mundo lo terminó cambiando a usted".
Consejo Directivo Nacional de COFE
ENTREVISTA A JOSÉ MUJICA QUE ORIGINÓ ESTA RESPUESTA:
http://mateamargo.org.uy/index.php
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG
Creo de especial interés este artículo para todos aquellos reformistas del "hacer lo posible", "cambiar lo que se pueda", "propuestas y programas realistas", "empezar por lo que se puede hacer y luego ir cambiando el resto", etc, etc. Me refiero, entre otros a la tribu podemita para la que José Mujica es un modelo (franciscano) de coherencia, por esa mezcla de "bonhomía" y "austeridad" que exigen a los políticos y rara vez al capital; a esa gente del llamado "bien común", a los ingenuos y conservadores progres -en su versión más "izquierdista"- para los que el modelo a seguir no es una revolución socialista sino el "sentido común", el "ser decentes" y recuperar las migajas del Estado del Bienestar que les hacían creer que eran clase media, la de los desclasados y desclasantes, la del cortafuegos de cualquier revolución que merezca tal nombre.
Pues bien, ese es Pepe Mujica, el amigo de Obama y del megaespeculador internacional George Soros. La adorada coleta de esos neófitos de la "indignación" de clase media, real o figurada, no llegará ni a remedo conservador del falsario retratado en este texto.