Miles de personas acudieron ayer en masa a retirar el dinero de dos bancos en la provincia china de Jiangsu, ante los rumores de insolvencia que comienza a enfrentar la banca. Fue una auténtica corrida bancaria que recordó las escenas de los años 30 en Estados Unidos. El estallido de la burbuja crediticia y la severa contracción de crédito está obligando a los chinos ultra ricos a vender sus propiedades de lujo en lugares como Hong Kong, y a los depositantes a retirar su dinero. De acuerdo a South China Morning Post, “los rumores sobre la solvencia del banco provocaron el caos”. Miles de depositantes nerviosos llegaron al banco a retirar su dinero, y el banco no tenía dinero suficiente. Esta imagen de Reuters es elocuente y confirma la creciente ansiedad ante el temido desencadenamiento de impagos y quiebras en China.
La crisis de liquidez se produce justo en momentos en que las perspectivas de la economía china dan cuenta de su debilidad. El índice HSBC-Markit cayó en marzo por quinto mes consecutivo y fue una clara señal de que los descensos reportados en enero y febrero no fueron aberraciones estadísticas ni datos aislados. Hay una tendencia a la baja en la producción industrial inducida por la caída en la demanda global y la deflación generalizada que amenaza con profundizar la crisis iniciada hace siete años.
El índice Markit cayó a 48,1 puntos y es el resultado más bajo desde julio del año pasado. El índice que mide la opinión de los ejecutivos en materia de empleos, nuevos pedidos y precios, cayó a 47,3 puntos, el más bajo en 18 meses. Estas cifras son el resultado de los enormes volúmenes acumulados en China en el período de la euforia. Una serie de informes señalan el exceso de stocks existente en muchos sectores claves como el acero, el hierro, el aluminio, el cemento, el carbón, los paneles solares y la construcción naval, entre otros.
300 millones de toneladas
La crisis que viven las empresas siderúrgicas escapa a la imaginación. Se estima que los stocks de acero llegan a los 300 millones de toneladas, más del doble que toda la producción anual europea. Con este dato queda en claro que el precio del acero puede hundirse a niveles nunca vistos y con ello hundir también el de otros metales. Es un empuje adicional a la ola deflacionaria. Tal vez sea por eso que ayer Jens Weidmann, el presidente del Bundesbank, apoyó la masiva impresión de dinero por parte del Banco Central Europeo, en una escalada que continuaría las acciones de la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón. Se pretende atacar la deuda con “más deuda”.
Es probable que China también se vea enfrentada a la disyuntiva de crear nuevos planes de estímulo para enfrentar la desaceleración y asegurar que la tasa de crecimiento se sitúe entre el 7 y el 7,5 por ciento. Un conjunto de acciones selectivas podría suavizar la desaceleración. Sin embargo esta acción aumentaría la deuda y debilitaría el yuan. Además, podría volver a hinchar la burbuja crediticia creando una situación peor para más adelante.
Carry-trade
El gobierno chino se ha esmerado en debilitar el yuan y ayudar a desinflar la burbuja crediticia que ha estallado en China. En la actualidad el cambio está en 6,21 yuan por 1 dólar y este nivel se considera en la “linea roja” para numerosos instrumentos financieros. Si la moneda se devalúa aún más, por ejemplo a 6,40 yuan por dólar, podría causar varios miles de millones de dólares en pérdidas a los bancos occidentales.
Esto es porque muchos inversionistas apostaron a la revaluación creciente del yuan chino y se endeudaron en dólares para comprar activos en yuanes con la expectativa de que el yuan seguiría creciendo y generando ganancias financieras. La situación ahora se ha revertido y el declive del yuan respecto del dólar está generando grandes pérdidas a los jugadores de este “carry-trade” con una masiva crisis de liquidez en el sistema financiero. Si el yuan se sigue devaluando las pérdidas podrían llegar a los 10 mil millones de dólares.
La desaceleración china está teniendo un impacto significativo en los mercados emergentes y el fantasma del debilitamiento de las importaciones de hierro, cobre y otros recursos está generando perspectivas negativas para las economías de Chile, Brasil, Sudáfrica, Indonesia, Colombia, Rusia y Perú. Si la contracción del crédito provoca el colapso de algún banco o alguna corporación industrial importante, se podría desencadenar un tsunami de quiebras con consecuencias a nivel mundial.
MARC FABER ADVIERTE QUE LA DESACELERACIÓN EN CHINA PUEDE PROVOCAR UNA CATÁSTROFE
El Blog Salmón
“La desaceleración en China puede provocar una catástrofe”, advierte el conocido inversionista y gurú Marc Faber, quien anticipa una caótica situación para la economía mundial con el estallido, en proceso- de la burbuja crediticia del gigante asiático. Por eso Faber considera un tanto absurda la complicidad occidental con Ucrania y la crisis de Crimea, en momentos en que el mundo debiera estar atento a lo que ocurre con China. En esta entrevista con Bloomberg, Faber manifiesta su total adhesión al presidente ruso Wladimir Putin, y su enfoque en la crisis de Crimea, dado que “La península de Crimea tiene una importancia estratégica para Rusia, ya que representa un acceso al Mar Negro, y de ahí su paso al Mediterráneo… Para Europa y Estados Unidos, sin embargo, la guerra de Crimea no tiene ninguna importancia estratégica”.
“En todo esto el señor Putin ha estado en lo correcto – apunta Faber-, y lo que debemos hacer es ponernos en su posición. Él no ha hecho absolutamente nada inadecuado… Estados Unidos también intervendría de inmediato si fuerzas extranjeras instalaran bases militares en Haití o Cuba”… Recordamos que la frontera de Ucrania está a solo 250 kilómetros de Moscú, y que Crimea forma parte de Rusia desde 1780, cuando Catalina la Grande la anexó a la república de los Zares. Este mapa de Ucrania muestra la estratégica ubicación de Crimea:
Por otra parte, advierte Faber, la conexión de Crimea a Rusia enviará una señal a China dado que la República Popular mantiene desde hace algún tiempo un ojo en el Tíbet y otro en Taiwán, y se encuentra en una disputa con Japón por las islas Senkaku. En todo caso, más allá del conflicto de Crimea, la preocupación más grande a la que el mundo debería estar atento es el estallido de la burbuja de crédito en China. Los bonos corporativos del gigante asiático han ido estallando de a poco y su aceleración podría crear gran pánico en los mercados.
Una gigantesca burbuja de crédito
Existe una gigantesca burbuja de crédito en China que ha comenzado a soltar ráfagas lentamente. Esto trae problemas a los mercados de bienes raíces y a los mercados de materias primas. El primer gran grupo inmobiliario chino ha anunciado recientemente su insolvencia y el default o impago de varias instituciones crediticias está a la vuelta de la esquina, como hemos señalado aquí y aquí. La inmobiliaria Zhejiang Xingrun es una de las que se enfrenta a la insolvencia y en su caída puede arrastrar a otras empresas. Las distorsiones en los mercados de materias primas están estrechamente relacionada con estos acontecimientos y la desaceleración en China. El precio del cobre cayó recientemente a su nivel más bajo desde 2010, y el oro y la plata siguen a la baja.
Faber advierte que las estadísticas chinas no son dignas de confianza. Por eso que la verdadera magnitud de la crisis del crédito en China se hace difícil de evaluar. “Los gobiernos siempre publican sus estadísticas, porque quieren mostrar independencia aunque en realidad controlan las estadísticas para mostrar las cifras que quieren. Como dijo Stalin: “No es importante quién vota, sino quién cuenta los votos, y en este caso son las estadísticas” señala Faber.
Y tiene parte de razón: el mercado de valores de China en la actualidad está obteniendo el peor desempeño desde 2006. La deuda en China ha explotado dramáticamente y el país tiene ahora un nivel de endeudamiento del 215 por ciento del PIB. Todos los signos indican que el aterrizaje brusco de la economía china ha llegado. Y esto puede crear una catástrofe financiera de grandes magnitudes, como apunta Marc Faber.