El confuso y agitado momento español es particularmente propicio para aventureros, reaccionarios, demagogos, populistas, fascistas, pseudorevolucionarios y falsos izquierdistas, que buscan su éxito en la ignorancia política, en el desclasamiento de las masas y en la necesidad de desahogo de su rabia colectiva. A ese tipo de virus infeccioso es al que combato.
Éste no es un artículo destinado a gustar a quienes pretendan hacer una lectura interesada o parcial del mismo como tampoco a quienes pretendan utilizar las críticas que en él se viertan a su favor y, a la vez, salir indemnes de las mismas, si es que deben ser objeto de ellas.
Por otro lado, no mantengo ni condiciono la orientación de mi compromiso político a la intención de hacer amigos. No a ese precio.
Habrá incluso amigos personales a los que duelan mis palabras pero nada de aquello que se piensa ha ser adulterado o suavizado en el relato de los hechos, si con ello nos alejamos de la carga de profundidad que debe haber en ellas.
La República de Weimar- representa una de las etapas más trágicas de Alemania, de modo especial en los oscuros años anteriores al ascenso del nazismo, aquellos en los que extremos opuestos que debieron combatirse a muerte, se unieron para destruir la oportunidad de la clase trabajadora y las izquierdas de combatir y derrotar al fascismo y a su dueño, el capital.
La República de Weimar nace en 1919 tras el aplastamiento salvaje de la Revolución Espartaquista encabezada por Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht en 1918 a manos del socialdemócrata Ebert (primer Presidente de la nueva forma de Estado) y de su ministro Noske, aliado con escuadras prefascistas (los Freikorps) en la limpieza de comunistas y en el asesinato de las dos principales figuras de la revolución socialista.
La Constitución de Weimar nació debilitada de origen por su ausencia de arraigo popular y su encuadre dentro de una sociedad en aguda crisis social, económica y política que había sido derrotada en la I Guerra Mundial, a la que le siguió la abdicación del Kaiser Guillermo II, y cuya condena por las potencias vencedoras había sido plasmada en la Paz de Versalles.
La Constitución de Weimar era el ordenamiento jurídico que consagraba la hegemonía de la burguesía capitalista, la cuál había alcanzado un pacto con la socialdemocracia para recibir una pincelada “social”, que conjurase el “peligro comunista” aún vivo, en su enunciado. El nuevo concepto introducido de “justicia social” llevaría aparejados algunos derechos para el movimiento obrero alemán, consecuencia no de las demandas socialdemócratas sino del temor a una nueva revolución socialista.
Progresivamente la polarización de los enfrentamientos entre los ultranacionalistas y los comunistas irán generando la pérdida de influencia de la socialdemocracia que había aplastado la revolución espartaquista y que se había aliado con los partidos burgueses en su anticomunismo y en el freno de las demandas sociales, económicas y políticas favorables al proletariado alemán.
Los Freikorps, bandas de soldados desmovilizados tras el fin de la I Guerra Mundial serán uno de los embriones básicos de la extrema derecha. Glorificados en el pasado, despreciados luego, utilizados siempre por la burguesía y sus partidos y por la socialdemocracia para acabar con los comunistas y defender los privilegios de los capitalistas, serán un sector lumpemproletarizado y una de las claves de la inestabilidad social y política de la República.
Mucho se ha escrito acerca de la humillación de Versalles para el orgulloso espíritu imperial alemán en cuanto a su influencia posterior en la deriva de Weimar y la aparición del nazismo. Sin despreciar cierta influencia sobre el caos económico de aquellos años, mucho menor que el que la propaganda nacionalista le daba, y sobre la psicología colectiva del momento, lo decisivo fue la inestabilidad social, económica y política del país, el papel nefasto de la socialdemocracia y la incapacidad del bloque de la burguesía para una auténtica integración de los derechos de los trabajadores alemanes en la práctica de sus gobiernos.
De 1919 a 1923 se producen terribles situaciones de hiperinflación (en 1922 los precios se dispararon un 70%, la deuda acumulada durante la producción de guerra golpeó brutalmente a la economía y el marcó se derrumbó, dejando de funcionar como moneda de cambio), paro, dualización social, asesinato de políticos a manos de la extrema derecha, e intentos de golpes de Estado por parte de grupos militares ultanacionalistas -pustch de Kapp fracasado por la reacción del movimiento obrero- El KPD, heredero de los espartaquistas, ya muy debilitado, actuará repetidamente contra el proceso involucionista, lanzado desde los sectores de la extrema derecha de la burguesía y el ejercito, siendo aplastadas sus revueltas de forma continuada.
Éste es el contexto embrionario en el que se sitúan los antecedentes políticos (Partido Alemán de los Trabajadores) y el origen del nazismo (NSDAP), ello a pesar de que el breve período de recuperación económica entre 1926 y 1929 le hará perder brevemente parte del crecimiento obtenido en años anteriores.
La crisis capitalista mundial del 29 rebrotará la mala situación económica de Alemania con millones de desempleados, cierres de miles de pequeños y medianos negocios y un descenso brutal de la producción. El auge del partido nazi se ve catapultado en tal situación, multiplicando por 8 el número de sufragios obtenidos en las anteriores elecciones y convirtiéndose en el segundo partido del Reichstag, con el apoyo masivo de la clase media que temía una revolución obrera y comunista.
El resto de la historia ya la conocemos.
Pero limitarnos al trazo grueso histórico, deslizándonos en silencio y callando a conveniencia otros hechos menos conocidos, pero profundamente vergonzosos para un revolucionario, de la intrahistoria alemana de la primera mitad del siglo XX, sería cínico e inmoral políticamente.
Voy a referirme a tres cuestiones principales, dos de las cuales irritarán profundamente a ciertos sectores de la izquierda que prefieren echar sobre ellos el manto de la desmemoria y cuya respuesta, cuando se les recuerdan los hechos, suele limitarse al insulto, a la negación y a calificar de agente al servicio de lo que ellos quieran al cronista inoportuno.
Estos tres hechos, claves en el desarrollo del ascenso del nazismo en la Alemania de Weimar empiezan a repetirse hoy, con caracteres propios pero reconocibles como hilo entre el pasado y el presente.
Como entonces, caminan en la dirección del populismo, de los intereses de la reacción y de la edificación del fascismo.
1.-Políticos, la clave de todos los males, sin distinción de colores ni de siglas:
En la base del analfabetismo político, de la manipulación interesada que oculta la naturaleza económica y de clase del poder real, de la demagogia fácil para calentar los bajos instintos de la masa herida por la crisis, que necesita focalizar sus odios en una figura concreta y sencilla, con nombres y apellidos, está el mensaje de acoso y caza al político, no al político concreto, no al partido específico, sino al concepto sensacionalista y reaccionario de “los políticos”.
“…descender así a la condición del “político”, es decir, a aquella categoría de hombres cuya única convicción es su falta de convicción, aparejada a una arrogante insolencia y un arte refinadísimo para el mentir". (Adolf Hitler. Mein Kampf, Parte primera, Capítulo 3)
“Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre (…) –después de que el sujeto perdonavidas haga una brevísima matización “aclarando” que no generaliza prosigue con sus vómitos- Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida” (Arturo Pérez Reverte. “Esa gentuza”)
Este campeón de la chulería, que pretende tenerlos de teflón (lógico en quien fue fundador y Redactor Jefe, cargo que también ejerció el falangista Gustavo Morales Delgado, de la revista para amantes de lo bélico y el armamento militar llamada DEFENSA), logra el más difícil todavía frente a las insultantes expresiones de su referente ideológico alemán. A quien dude de su orientación política le sugiero compruebe en qué medios escribe y cuántos sitios nazis y ultraderechistas le reproducen en la red. También lo hacen algunos que creen ser de izquierdas, o que creen que este personaje lo es. El marasmo ideológico de la izquierda y la profunda ignorancia de muchos de sus miembros hace posible este tipo de desatinos.
Si en lo político a Pérez-Reverte parecen sobrarle, valga la redundancia, los políticos, en lo económico vende la simpleza de un único capitalismo malvado (1): el financiero, en un artículo profusamente reproducido y reenviado viralmente mediante e-mails años después de haber sido escrito –cuando la crisis ya arreciaba-, debido a lo que se consideró una visión profética de su autor.
Y en cierto modo lo era –al anticiparse casi 10 años a las explosiones de las burbujas especulativas- pero, al ignorar intencionadamente que el capitalismo es mucho más que el capital financiero y que las crisis capitalistas son parte integrante de su propia naturaleza, hace de ellas un mero asunto provocado por la falta de honradez y la avaricia de los banqueros, de tal modo que si estos fueran cambiados por gestores honestos el capitalismo sería el mejor de los sistemas.
Es el mismo discurso falaz, estúpido y encubridor de las contradicciones fundamentales del capitalismo entre explotadores y explotados, entre el carácter social de la producción y la apropiación privada del beneficio, entre la necesidad de incrementar el beneficio, para evitar el hundimiento del sistema económico, mediante inversión especulativa de una parte del capital generado en la producción y a través de una sobreproducción a la que los limitados salarios no pueden absorber si no es mediante la financiación del consumo.
Cuando se quiebra uno de esos pilares aparece la crisis. Pero es parte de la propia naturaleza del capitalismo, no del absurdo “argumento” moral del afán de lucro individual de los capitalistas. El mal es el propio capital y su sistema de funcionamiento, no los individuos que lo dirigen.
La trampa de los populismos y del pensamiento reaccionario es la de culpar a políticos y banqueros de la crisis y sus consecuencias sociales sobre las clases populares cuando es la propia dinámica del capitalismo la que crea esa crisis, la que se impone sobre las voluntades políticas porque ha acabado con la autonomía de lo político y porque no es un asunto de Ratos, Botines o cualesquiera otros financieros sino del propio sistema económico, que es mucho más que los bancos y que afecta de lleno a las relaciones sociales de producción y de dominación de clases.
A través de la mentira ideológica creada por los defensores del “capitalismo de rostro humano” se busca salvar al propio capitalismo mediante el “sacrificio personal” –castigo, si es que se produce, que no llevará la sangre al río- de algunas de sus figuras.
Es el pensamiento demagógico, no exento de una moralina blandengue y moñas, muy del estilo de la propuesta del “banquero con corazón” representado por James Stewart en la película de Frank Capra “¡Qué bello es vivir!” o de las bancas éticas tan del gusto de los “ciudadanos indignados”.
Pero no quiero olvidarme de la cuestión del acoso y derribo a los políticos en su conjunto que en su día practicaron las ultraderechas precursoras del nazismo y el propio nazismo y de su reedición actual por los demagogos prefascistas, que en muchos casos no saben que lo son.
“Los políticos”, esa categoría simplista con ánimo absoluto y totalizador, trata de esconder las diferencias existentes dentro del marco de la representación.
En los años 20 y los inicios de los 30 del pasado siglo, justo antes del ascenso de Hitler, se escuchaban entre los movimientos antidemocráticos expresiones del tipo “casta política”, “clase parasitaria política”, “partitocracia”, cuya intención no era otra que la de ocultar las diferencias derecha-izquierda, ya fuera ésta última revolucionaria o reformista. Ese es el mismo lenguaje que se expresa hoy en el entorno del 15M.
¿Acaso Bildu, Geroa Bai, Esquerra Republicana de Catalunya, Izquierda Unida, son lo mismo que el PP? ¿Acaso comparten intereses de grupo social comunes al resto de la cámara que están por encima de los programas, propuestas y sectores sociales a los que defienden? ¿Es ese el mensaje que se quiere enviar a la sociedad desde quienes nos ofrecen como única solución el “que se vayan todos” o el grito populista “el próximo parado que sea diputado”, sin importar de qué grupo sea?
No soy reformista y, en consecuencia, no me siento cercano a ninguno de los grupos que he mencionado. pero distingo muy bien entre responsabilidades de gobierno y oposición en el momento actual, sobre todo cuando los pretendidos críticos de los que absolutizan respecto a los políticos no están, verborreas aparte, a la izquierda de buena parte de los partidos sino en una miseria ideológica situada muy a su derecha pues derecha pura y dura es el “todos son iguales” que hace unos años achacábamos desde las izquierdas a lo más ignorante, reaccionario y analfabeto político de los sectores que siempre acababan dando, por acción u omisión, el poder a la derecha.
El PP es hoy el partido que marca la diferencia. Él representa la más salvaje agresión contra las conquistas sociales de los trabajadores y sus derechos, la más brutal dualización entre poseedores y desposeídos, entre trabajadores y parados, por un lado, y capitalistas por el otro. Su apuesta no es la del “pragmático” partido que, para salvar los intereses del capital, exige sacrificios sólo a los trabajadores. Es algo peor: una apuesta ideológica fascio-liberal. Liberal en lo económico, fascista en lo represivo y en el recorte de las libertades formales. Comparar a los demás partidos con él, incluso a las derechas autonómicas es, como mínimo, criminal.
Es repugnantemente obsceno que quienes no tienen en los gritos de sus manifestaciones la consigna “obrero despedido, patrón colgado”, que quienes no denuncian los despidos innecesarios de la patronal, que quienes no hablan de la brutalidad de las condiciones de trabajo, de las relaciones laborales, que quienes callan ante los beneficios de las grandes empresas y se limitan a hacer un anticapitalismo de opereta que se agota en su crítica a los bancos, se les llene la boca denunciando los privilegios de los políticos y la corrupción en las instituciones.
Ambos males deben ser denunciados y combatidos pero media verdad y silencio sobre la otra media equivale a una gran mentira. Si hay corruptos es porque hay corruptores pero a estos esos “ciudadanos indignados” les ignoraran desde hace más de un año, como ignoran que los grandes privilegiados hoy son precisamente los capitalistas, los que de verdad mandan.
Oculta bajo el manto de la generalización sobre los políticos está la misma pulsión fascista que los enemigos de las libertades políticas agitaban en los últimos tiempos de la República de Weimar, esperando que su discurso calase en una sociedad desesperada ante su grave crisis económica, social e institucional con el fin de dar la puntilla al pluralismo e imponer un único jefe que hiciera limpieza de la “caduca partitocracia”. Pero a los fascistas de ahora se les llena la boca con la palabra democracia. Esa es su novedosa aportación.
2.-La recuperación de la teoría del socialfascismo:
En su Sexto Congreso de 1928 la Comintern, ya bajo al dirección del estalinismo, lanza la teoría del “socialfascismo”, según la cuál la socialdemocracia no era otra cosa que una cara más del fascismo y el resto de fuerzas de izquierdas no estalinistas una variante de la socialdemocracia lo que, por propiedad transitiva, lo convertía en fascista, a ojos de la citada corriente dominante en el movimiento comunista internacional.
Esto sucedía en medio de la mayor crisis del capitalismo (1929), cuando más necesario era recuperar la unidad de acción contra el sistema de dominación económico y contra un fascismo en auge.
El asesinato de Rosa Luxemburgo y de Karl Liebknecht en 1918 a manos de la socialdemocracia y la represión contra el movimiento espartaquista, la política de colaboración de clases del SPD, su papel de cortafuegos de las luchas obreras durante buena parte de la República de Weimar hacían especialmente difícil la colaboración entre socialdemócratas y comunistas; algo que ambos partidos habían descartado en varias ocasiones.
Pero amplios sectores de las clases trabajadoras alemanas y europeas y de las bases de ambos partidos, demandaban esa unidad de acción revolucionaria y antifascista, mientras los socialdemócratas se afanaban en su anticomunismo y la III Internacional lo hacía en mantener divididos a los trabajadores socialdemócratas y comunistas mientras el peligro avanzaba.
La elaboración de la teoría del socialfascismo sólo buscaba impedir esa unidad de acción y servir a los intereses de Estado de la cúpula política de la URSS –no de la revolución comunista ni del internacionalismo- de afianzarse tranquilamente en el poder mientras el mundo capitalista se olvidaba de su enemigo en forma de Estado socialista y se afanaba en combatir a un fascismo que triunfaría sin grandes dificultades por la división de las izquierdas a la hora de hacerle frente.
Los llamamientos de comunistas alemanes al Frente Único y de los socialdemócratas al Frente de Hierro de Resistencia Contra el Fascismo no eran más que brindis al sol, en espera de que la otra parte de la izquierda la rechazase, “justificando” que ello sucedía por el sectarismo del otro.
Cuando llegó la respuesta positiva del SPD al llamamiento de unidad de acción del KPD ya era tarde: Hitler estaba en el poder con toda su fuerza represiva.
Cuando se quiebra uno de esos pilares aparece la crisis. Pero es parte de la propia naturaleza del capitalismo, no del absurdo “argumento” moral del afán de lucro individual de los capitalistas. El mal es el propio capital y su sistema de funcionamiento, no los individuos que lo dirigen.
La trampa de los populismos y del pensamiento reaccionario es la de culpar a políticos y banqueros de la crisis y sus consecuencias sociales sobre las clases populares cuando es la propia dinámica del capitalismo la que crea esa crisis, la que se impone sobre las voluntades políticas porque ha acabado con la autonomía de lo político y porque no es un asunto de Ratos, Botines o cualesquiera otros financieros sino del propio sistema económico, que es mucho más que los bancos y que afecta de lleno a las relaciones sociales de producción y de dominación de clases.
A través de la mentira ideológica creada por los defensores del “capitalismo de rostro humano” se busca salvar al propio capitalismo mediante el “sacrificio personal” –castigo, si es que se produce, que no llevará la sangre al río- de algunas de sus figuras.
Es el pensamiento demagógico, no exento de una moralina blandengue y moñas, muy del estilo de la propuesta del “banquero con corazón” representado por James Stewart en la película de Frank Capra “¡Qué bello es vivir!” o de las bancas éticas tan del gusto de los “ciudadanos indignados”.
Pero no quiero olvidarme de la cuestión del acoso y derribo a los políticos en su conjunto que en su día practicaron las ultraderechas precursoras del nazismo y el propio nazismo y de su reedición actual por los demagogos prefascistas, que en muchos casos no saben que lo son.
“Los políticos”, esa categoría simplista con ánimo absoluto y totalizador, trata de esconder las diferencias existentes dentro del marco de la representación.
En los años 20 y los inicios de los 30 del pasado siglo, justo antes del ascenso de Hitler, se escuchaban entre los movimientos antidemocráticos expresiones del tipo “casta política”, “clase parasitaria política”, “partitocracia”, cuya intención no era otra que la de ocultar las diferencias derecha-izquierda, ya fuera ésta última revolucionaria o reformista. Ese es el mismo lenguaje que se expresa hoy en el entorno del 15M.
¿Acaso Bildu, Geroa Bai, Esquerra Republicana de Catalunya, Izquierda Unida, son lo mismo que el PP? ¿Acaso comparten intereses de grupo social comunes al resto de la cámara que están por encima de los programas, propuestas y sectores sociales a los que defienden? ¿Es ese el mensaje que se quiere enviar a la sociedad desde quienes nos ofrecen como única solución el “que se vayan todos” o el grito populista “el próximo parado que sea diputado”, sin importar de qué grupo sea?
No soy reformista y, en consecuencia, no me siento cercano a ninguno de los grupos que he mencionado. pero distingo muy bien entre responsabilidades de gobierno y oposición en el momento actual, sobre todo cuando los pretendidos críticos de los que absolutizan respecto a los políticos no están, verborreas aparte, a la izquierda de buena parte de los partidos sino en una miseria ideológica situada muy a su derecha pues derecha pura y dura es el “todos son iguales” que hace unos años achacábamos desde las izquierdas a lo más ignorante, reaccionario y analfabeto político de los sectores que siempre acababan dando, por acción u omisión, el poder a la derecha.
El PP es hoy el partido que marca la diferencia. Él representa la más salvaje agresión contra las conquistas sociales de los trabajadores y sus derechos, la más brutal dualización entre poseedores y desposeídos, entre trabajadores y parados, por un lado, y capitalistas por el otro. Su apuesta no es la del “pragmático” partido que, para salvar los intereses del capital, exige sacrificios sólo a los trabajadores. Es algo peor: una apuesta ideológica fascio-liberal. Liberal en lo económico, fascista en lo represivo y en el recorte de las libertades formales. Comparar a los demás partidos con él, incluso a las derechas autonómicas es, como mínimo, criminal.
Es repugnantemente obsceno que quienes no tienen en los gritos de sus manifestaciones la consigna “obrero despedido, patrón colgado”, que quienes no denuncian los despidos innecesarios de la patronal, que quienes no hablan de la brutalidad de las condiciones de trabajo, de las relaciones laborales, que quienes callan ante los beneficios de las grandes empresas y se limitan a hacer un anticapitalismo de opereta que se agota en su crítica a los bancos, se les llene la boca denunciando los privilegios de los políticos y la corrupción en las instituciones.
Ambos males deben ser denunciados y combatidos pero media verdad y silencio sobre la otra media equivale a una gran mentira. Si hay corruptos es porque hay corruptores pero a estos esos “ciudadanos indignados” les ignoraran desde hace más de un año, como ignoran que los grandes privilegiados hoy son precisamente los capitalistas, los que de verdad mandan.
Oculta bajo el manto de la generalización sobre los políticos está la misma pulsión fascista que los enemigos de las libertades políticas agitaban en los últimos tiempos de la República de Weimar, esperando que su discurso calase en una sociedad desesperada ante su grave crisis económica, social e institucional con el fin de dar la puntilla al pluralismo e imponer un único jefe que hiciera limpieza de la “caduca partitocracia”. Pero a los fascistas de ahora se les llena la boca con la palabra democracia. Esa es su novedosa aportación.
2.-La recuperación de la teoría del socialfascismo:
En su Sexto Congreso de 1928 la Comintern, ya bajo al dirección del estalinismo, lanza la teoría del “socialfascismo”, según la cuál la socialdemocracia no era otra cosa que una cara más del fascismo y el resto de fuerzas de izquierdas no estalinistas una variante de la socialdemocracia lo que, por propiedad transitiva, lo convertía en fascista, a ojos de la citada corriente dominante en el movimiento comunista internacional.
Esto sucedía en medio de la mayor crisis del capitalismo (1929), cuando más necesario era recuperar la unidad de acción contra el sistema de dominación económico y contra un fascismo en auge.
El asesinato de Rosa Luxemburgo y de Karl Liebknecht en 1918 a manos de la socialdemocracia y la represión contra el movimiento espartaquista, la política de colaboración de clases del SPD, su papel de cortafuegos de las luchas obreras durante buena parte de la República de Weimar hacían especialmente difícil la colaboración entre socialdemócratas y comunistas; algo que ambos partidos habían descartado en varias ocasiones.
Pero amplios sectores de las clases trabajadoras alemanas y europeas y de las bases de ambos partidos, demandaban esa unidad de acción revolucionaria y antifascista, mientras los socialdemócratas se afanaban en su anticomunismo y la III Internacional lo hacía en mantener divididos a los trabajadores socialdemócratas y comunistas mientras el peligro avanzaba.
La elaboración de la teoría del socialfascismo sólo buscaba impedir esa unidad de acción y servir a los intereses de Estado de la cúpula política de la URSS –no de la revolución comunista ni del internacionalismo- de afianzarse tranquilamente en el poder mientras el mundo capitalista se olvidaba de su enemigo en forma de Estado socialista y se afanaba en combatir a un fascismo que triunfaría sin grandes dificultades por la división de las izquierdas a la hora de hacerle frente.
Los llamamientos de comunistas alemanes al Frente Único y de los socialdemócratas al Frente de Hierro de Resistencia Contra el Fascismo no eran más que brindis al sol, en espera de que la otra parte de la izquierda la rechazase, “justificando” que ello sucedía por el sectarismo del otro.
Cuando llegó la respuesta positiva del SPD al llamamiento de unidad de acción del KPD ya era tarde: Hitler estaba en el poder con toda su fuerza represiva.
Poco más tarde se produciría, sin explicación válida alguna sobre el viraje, el llamamiento de la Comintern de los “Frentes Populares” en Europa para combatir al fascismo pero ya alcanzando también pactos reformistas con las fracciones de las burguesías capitalistas no fascistas.
Salvando todas las distancias históricas sobre los diferentes momentos pero constatando que hoy, de nuevo, estamos ante la peor crisis del capitalismo que se abre a posibles salidas políticas hacia el totalitarismo en auge, es fácilmente constatable la vuelta a la teoría del socialfascismo, aunque ahora apenas empleando el término.
Ante la más brutal acometida contra los derechos de los trabajadores que haya cometido un gobierno y que recuerden nuestros abuelos se escucha a esos “ciudadanos indignados” el nefasto grito “PSOE y PP, la misma mierda es”.
Las acometidas liberales y antisociales llevadas a cabo por el anterior gobierno del PSOE han quedado en pellizco de monja ante el inimaginable hace tan sólo medio año escenario de sadismo infinito practicado por el gobierno del PP.
Pero no es bueno que el PP, que es el que tiene ahora la responsabilidad de gobernar, el que nos ha llevado a dos rescates –bancario y total-, con sus consecuencias sociales correspondientes, el que ha sacado a la calle a los más variados sectores laborales y sociales contra sus medidas, esté sólo ante la crítica.
Centrarse en una protesta contra el partido que gobierna sería connotar a ese movimiento de “ lo nuevo” de un izquierdismo cuya denominación siempre ha rehuido, aunque a título individual casi todos sus miembros dicen serlo; del mismo modo que los falangistas, tan activos en él se declaran anticapitalistas. Si son los hechos los que cuentan, en este caso doblemente.
Poner a la misma altura al partido que gobierna y al que gobernó en el pasado, por patética, pusilánime, débil y limitada que sea su oposición a las medidas del primero, es pretender impedir que su base social de 7 millones de personas, la mayoría de ellos trabajadores, pensionistas y parados, participe de las luchas sociales de resistencia contra las medidas antisociales. ¿Acaso quienes votaron al PSOE y aún se identifican con él son tan responsables de lo que éste hizo cuando estaba en el gobierno como su propia dirección? ¿Acaso no sufren estas 7 millones de personas las agresiones del gobierno PP? ¿Acaso deben tener un extra de castigo como se comprueba en las manifestaciones en las que sufren intentos de agresión física, insultos, zarandeos,...? ¿Merecen peor trato que los policías nacionales y los guardias civiles que han reprimido las luchas de los mineros y de otros sectores de la clase trabajadora y con los que se acude a manifestaciones sin demasiados aspavientos? ¿Merecen peor trato que esos sectores ultras que se presentan a esas manifestaciones con sus banderas rojigualdas?
Es llamativo que una parte del entorno “indignado” que promovió aquello de tan creativa fusión de siglas PPSOE y que apoya la difusión del lema “PSOE y PP la misma mierda es” gobierne como socio del propio PSOE en Andalucía, donde, a pesar de la rebelión autonómica contra los planes de austeridad del PP, también se han ejercido recortes tanto contra los funcionarios como en los recursos del SAS (Servicio Andaluz de Salud), entre otros. A quien comparte gobierno con quien hace recortes sociales y es corresponsable de ellos ¿está de más aplicarle ese “imaginativo” lema de “la misma mierda es?” El cinismo de los compañeros de IU pasa de castaño oscuro, sobre todo cuando su receta anticrisis es puro saldo neokeynesiano (de la que saben sus dirigentes que no sufrirán el riesgo de la prueba del algodón de tener que aplicarla) del ofrecido por los 3 tenores del libro “Hay alternativas” (2)
3.-Marchando juntos hacia Alexanderplatz en Berlín o hacia la puerta del Sol en Madrid:
Durante una de las cargas realizadas por los antidisturbios en la manifestación en apoyo de los mineros del 11 de Julio un sujeto que se identificó como de extrema derecha se acercó al grupo de gente que allí estábamos decidiendo qué hacer en aquel momento. Sin que nadie le diera pie expuso la conocida teoría de la necesidad de unión de los dos extremos contra el “sistema”.
Conocedor, como soy de lo que significó para la izquierda revolucionaria aquel maridaje, le respondí como se responde a un fascista. Evito, por respeto al lector, reproducir los epítetos empleados en aquella ocasión pero que en esencia son los de que con un fascista no se discute sino que se le combate y se le aplasta.
Sólo algunos datos sobre los momentos en que en la Alemania de Weimar nazis y comunistas sostuvieron posiciones “unitarias”:
a) En 1923, el dirigente comunista Karl Radek, destacado años antes por la Comintern para organizar al KPD, ensalza la figura del fascista ajusticiado Albert Leo Schlageter (discurso pronunciado el 21 de Junio de 1923 ante el pleno de la Internacional Comunista), intentando rehabilitar para el campo revolucionario su figura de patriota nacional resistente contra la ocupación francesa del Rhur (héroe con “el propósito de servir al pueblo alemán”. En opinión de Radek el sentimiento nacional alemán no pertenecía a la burguesía sino a los trabajadores, lo que le permitirá su pirueta antiinternacionalista expresada en su informe a la Comintern en el que señala “la insistencia en la nación en Alemania es un acto revolucionario”. Radek era coherente con la línea marcada por la camarilla de burócratas que se habían adueñado del PCUS tras la enfermedad de Lenin y para los que el chauvinismo panruso era parte de su estrategia de afirmación en el poder. Para entonces la tradición espartaquista heredada de Liebknecht y Luxemburgo en el KPD había sido derrotada dentro del partido.
b) Para el verano de 1930 esa posición nacional chovinista que había defendido Radek ante la Comintern y el KPD había triunfado en el movimiento comunista internacional. Ya no se limitaba a denunciar el Tratado de Versalles y sus consecuencias para Alemania. Ahora buscaba abiertamente atraerse hacia su campo a militantes nazis, a costa de las renuncias ideológicas y políticas que fuesen necesarias. Para ello la glorificación del teniente del ejercito Richard Scheringer, encarcelado por su militancia en el NSDAP (nacionalsocialista) y su ingreso en el KPD, tras su salida de prisión resultó útil. Como justificación para poner en marcha una estrategia de atracción de nazis hacia el KPD se utilizó el supuesto anticapitalismo del NSDAP que los comunistas pretendían reconocer en él. Mientras tanto, el SPD continuaba condenado a la calificación de socialfascista que el KPD le había otorgado.
c) En ese mismo año, 1930, el gobierno socialdemócrata de Hermann Müller cayó tras la moción de censura conjunta de nazis y comunistas.
d) De nuevo, ahora contra el gobierno del centrista Brüning KPD y NSDAP votan conjuntamente una moción de censura que en este caso será rechazada.
He dejado fuera acciones conjuntas de masas, patrullaje de calles y creaciones de unidades paramilitares formadas por ex nazis que ingresaron en el KPD. He preferido centrarme en la deriva ideológica de una izquierda que llegó a compartir mesa y mantel en algunos momentos con el ascendente nacionalsocialismo. Ustedes saben como acaba. Algunos quizá ignoren la muerte del presidente del KPD, Ernst Thälmann, en el campo de concentración de Buchenwald en 1944 por orden de Adolf Hitler.
Han pasado 68 años de la muerte de Thälmann, 67 de la derrota del nazismo, y algunos parecen querer olvidar que los amalgamientos y las luchas conjuntas de las izquierdas, o de partes de ellas, con los fascistas se pagan muy caras.
Algunos que no lo hemos olvidado, ni lo queremos olvidar, venimos denunciando desde la izquierda comunista esa extraña mezcla de falangistas de Democracia Real Ya (DRY) con izquierdistas de diversas corrientes, no ya estalinistas sino también trotskistas, o incluso de tendencias más minoritarias, que parecen haber olvidado los llamamientos de Trotsky en su colección de escritos, agrupados bajo el título de “La lucha contra el fascismo en Alemania”, a combatir a la serpiente desde las izquierdas y a rechazar cualquier tipo de colaboración con el fascismo.
Una de las últimas ocasiones en las que hemos visto estas colaboraciones entre extrema derecha y supuestos izquierdistas ha sido en la fracasada (a tenor de sus expectativas) marcha de los “desempleados” (parados debe de ser un término demasiado “tradicional” para ellos) con grupos como la URT (Unión por el Reparto del Trabajo), auspiciada por algún grupo pseudoizquierdista como "Socialismo Revolucionario”, las diversas facciones ultras de DRY (los ADRY, los DRY mayoritarios,...), algunas asambleas del 15M y la superpenetrada Marea Roja (entre otros, por miembros de la secta Zeitgeist), que de roja tiene poco,...Hasta los más que sospechosos Anonymous estaban en ella.
Llamativamente, uno de los máximos activistas de la URT, me hizo llegar hace unos días a mi correo particular su denuncia de cómo los DRY habían ninguneado a su grupo en la preparación de la marcha de los desempleados. Eran buenos para ir con ellos de “marcha” hasta que les demostraron que pintaban tan poco que podían despreciarles. Y ahora, en otros correos, descubre alarmado lo que siempre consideró un mal menor: la penetración de fascistas y anarcocapitalistas entre los “indignados”. Pero lo hace al modo usual entre quienes critican la parte pero intentan salvar al conjunto para tratar penosamente de justificar el porqué ellos y sus grupos están allí y engordan al monstruo en vez de combatirlo global y frontalmente.
Sobre este sujeto, en las antípodas de lo que es un militante políticamente formado (emplea como análogas las categorías como “pueblo” y “clase trabajadora”, diferencias que debieron haberle quedado claras en el bachillerato), que utiliza distintos nombres según sobre dónde escriba, poco diré. Tampoco citaré su nombre para no satisfacer su descontrolado ego.
Pero sí mencionaré la miseria moral de quien escribe un artículo supuestamente destinado a responder al acoso político de los derechistas de Marea Roja hacia su grupo –la URT- y aprovecha la ocasión para atacar a uno de los grupos que en el pasado contribuí a formar y con el que me une buena amistad con parte de sus miembros (aquellos a los que conozco personalmente). Me refiero a sus alusiones hacia el grupo La Résistance, a cuyos integrantes acusa de sectarios anti-15M. Para él combatir al 15M desde una posición de clase es ser sectario. Este individuo en plena caída del caballo en su viaje al Damasco “indignado” se dio un golpe en la cabeza y aún no sabe en qué dirección enviar sus débiles acometidas.
El grupo al que acusa de sectario está formado por comunistas de todas las corrientes, incluidas las más irreconciliables, por comunistas sin adscripción a ninguna de ellas, por republicanos de izquierda, por socialistas de izquierda, por libertarios consecuentes, que también existen, y por personas de izquierdas sin etiquetas. Difícil ser sectario cuando se convive sin dificultades y con respeto en un grupo tan plural, aunque tenga el criticable defecto de haber permitido submarinos de su especie y de la de alguno de sus amigos.
Quiero recordar que Marea Roja es uno de los grupos promotores del bulo de que en España hay 445.000 ó 446.000 políticos (3), así como de la iniciativa, que promueve desde su grupo de facebook para eliminar lo que, en su arbitrariedad, consideran 375.000 políticos sobrantes. De nuevo, los políticos, en genérico, como depositarios de todos los males y la voluntad de simplificar al máximo el número de ellos –en su fuero interno quizá quisieran dejarlo en un solo político y tal vez unas decenas de delegados del mismo- como solución a los problemas del país y de los parados (perdón, “ciudadanos desempleados”). No he visto por ningún lugar que este grupo considere que sobran empresarios, posiblemente ni siquiera Díaz Ferrán o el nuevo presidente de la CEOE.
Llamativo ha sido también el apoyo que algunas webs alternativas, casi todas ellas muy cercanas a los “indignados”, han prestado a los tres autónomos de UNICAES (también identificados desde los nombres de 'Autónomos en la lucha' y mediante el hastag en twitter #QuienMeRescataAmi) que han mantenido una huelga de hambre ante el Congreso de los Diputados. UNICAES, en su página de facebook (Unicaes Movilizaciones) tiene en sus favoritos a todo lo habido y por haber del 15M y en sus preferencias (“Me gusta”) a entidades como las citadas e Intereconomía, ABC, Foro del Guardia Civil, Federación de Empresarios del Campo de Gibraltar, Funcionarios Unidos de España-FUE (extrema derecha), por la eliminación de la mitad de los puestos políticos de España, APEP (partido político de corte populista). Llamativamente, UNICAES ha colaborado con ADESORG (Asociación Nacional de Desempleados), que actúo de grupo de esquirolaje, negando su apoyo a la Huelga General de 2010 contra la Reforma Laboral.
Las movilizaciones que a lo largo de este año han sido protagonizadas por las diferentes “mareas” (producto genuino de la “indignación”) y en especial por la de funcionarios han ido imponiendo una dinámica en la que los sindical se desdibujaba paulatinamente hasta casi desaparecer, no ya por la ausencia casi total de banderas y pancartas sindicales sino por la renuncia de los reformistas mayoritarios de CCOO y UGT (no tanto en la Administración Pública) a dirigir en clave de identidad de clase el proceso de las movilizaciones, aceptando el subproducto adulterado de la ciudadanía como sujeto de las protestas, cuando es la clase trabajadora la gran castigada por las políticas antisociales del gobierno Rajoy.
Especialmente indigno y vergonzoso ha sido el hecho de ver cómo la ultraderechista asociación militar AUME se ha pronunciado a favor de este tipo de movilizaciones, al comprender que no tiene nada que temer de su orientación, y la presencia de la AUGC (Guardia Civil) y de los “sindicatos” policiales, los mismos que han reprimido de manera criminal las protestas del sector más consciente de la clase trabajadora, los mineros del carbón, en las movilizaciones de funcionarios y en la del pasado 19 de Julio. Y ello ha sucedido con el apoyo y beneplácito de CCOO y UGT, que han abandonado a los mineros a su suerte.
A modo de epílogo:
En esas movilizaciones se ha dado la mano el reformismo claudicante sindical y político con el falso radicalismo de esos “ciudadanos transversales en lo ideológico” y negadores de la lucha de clases como motor de la protesta contra la agresión del capital y su partido natural.
Agrava la situación el que las organizaciones de trabajadores (sindicales y de partido) que supuestamente se sitúan a la izquierda del reformismo sean los grandes avalistas y cómplices, casi al completo, del movimiento pequeñoburgués en origen, reaccionario en la elección del sujeto social (el ciudadano) y en el proyecto que sustentan los “indignados” (ilusión democrática en lo político, sin ruptura en lo económico-social propia de un proyecto socialista) y evolutivamente con fuertes componentes prefascistas.
La próxima movilización del 15 de Septiembre convocada por CCOO y UGT y que irá precedida de las diferentes marchas de las famosas mareas, en las que el carácter de clase de las reivindicaciones no existe porque se ha negado previamente su intención será un nuevo golpe contra los intereses de los trabajadores, dado que el horizonte de la protesta y el programa político que lo sustenta es en sí mismo una farsa.
Aún así, la obligación de todo revolucionario consecuente es asistir a toda movilización que convoquen los sindicatos, no por ellos, que deben ser denunciados como cómplices de quienes promueven “revoluciones de colores” y performances sin contenido transformador alguno, sino porque a ella asistirán los trabajadores y es hora de empezar a levantar la bandera de la identidad y la lucha de clases y de un proyecto que pretenda el derribo del capitalismo y la construcción de una sociedad sin clases.
Como cierre de este texto dejo un párrafo de León Trotsky, perteneciente a la compilación de textos anteriormente citada. Fue escrita en los momentos de ascenso político del nazismo pero viene muy a propósito respecto a alguno de los estúpidos eslóganes tan de moda que hoy se escuchan. Me refiero al de “Somos el 99%”.
“El fascista Strasser dice que el 95 por ciento del pueblo está interesado en la revolución, que por lo tanto no es una revolución de clase sino una revolución popular. Thaelmann repite a coro. En realidad, el obrero comunista debería decirle al obrero fascista: por supuesto, el 95 por ciento de la población, si es que no es el 98 por ciento, está explotada por el capital financiero. Pero esta explotación está organizada de modo jerárquico: hay explotadores, subexplotadores, subsubexplotadores, etc. Sólo gracias a esta jerarquía pueden los superexplotadores mantener sujeta a la mayoría de la nación. Para que la nación sea efectivamente capaz de reconstruirse a sí misma alrededor de un nuevo núcleo de clase, deberá ser reconstruida ideológicamente, y esto sólo podrá conseguirse si el proletariado no se disuelve a sí mismo en el “pueblo”, en la “nación”, sino que, por el contrario, desarrolla un programa de su revolución proletaria y fuerza ala pequeña burguesía a elegir entre dos regímenes” (León Trotsky. “La lucha contra el fascismo en Alemania”)
Lo de menos es en qué movimiento y en quién se inspiraron los socios USA de los indignados españoles con su frase de “Somos el 99%”, que estos repiten como loros autómatas. Lo realmente importante del análisis de Trotsky -¿tendré que seguir repitiendo hasta la saciedad que no soy trotskista para que no se descalifiquen mis argumentos por mi supuesta orientación?- es que la trampa de considerar como el único enemigo de la población al capitalismo financiero es doblemente falaz y absurda. Lo es porque niega al resto del capitalismo, el decisivo, el que marca las relaciones sociales de producción y de explotación y explica la lucha de clases. Y lo es también porque oculta la división y el antagonismo de intereses objetivos entre la clase trabajadora y la pequeña y mediana burguesías e incluso un amplio sector de la grande, cuyo motivo de ser es el propio capitalismo y al que ligado sus destinos. Con una revolución que merezca el nombre de tal, y sólo lo será si la propiedad de los medios de producción y distribución pasa de ser privada a colectiva, nunca estarán de acuerdo las clases medias, ni los pequeñoburgueses con mentalidad de tendero, ni los medianos empresarios con mentalidad de grandes capitanes de la industria o los servicios; salvo que la propia dinámica del capital les conduzca a ello pero, si su acercamiento a los trabajadores se produjera desde su hegemonía en el bloque social de lucha, no desde la de los trabajadores aquellos, para su supervivencia como clase, nos sacrificarían como a corderos en el matadero, como tantas veces han hecho cuando ellos han dirigido los procesos sociales y como ahora pretenden para salvar su caduco “estilo de vida”.
NOTAS:
(1) http://www.comparativadebancos.com/amos-del-mundo-predicciones-de-arturo-perez-reverte/
(2) Navarro, Torres y Garzón.
(3) http://www.eldiario.es/zonacritica/2012/07/16/nunca-ha-habido-445-000-politicos/
Salvando todas las distancias históricas sobre los diferentes momentos pero constatando que hoy, de nuevo, estamos ante la peor crisis del capitalismo que se abre a posibles salidas políticas hacia el totalitarismo en auge, es fácilmente constatable la vuelta a la teoría del socialfascismo, aunque ahora apenas empleando el término.
Ante la más brutal acometida contra los derechos de los trabajadores que haya cometido un gobierno y que recuerden nuestros abuelos se escucha a esos “ciudadanos indignados” el nefasto grito “PSOE y PP, la misma mierda es”.
Las acometidas liberales y antisociales llevadas a cabo por el anterior gobierno del PSOE han quedado en pellizco de monja ante el inimaginable hace tan sólo medio año escenario de sadismo infinito practicado por el gobierno del PP.
Pero no es bueno que el PP, que es el que tiene ahora la responsabilidad de gobernar, el que nos ha llevado a dos rescates –bancario y total-, con sus consecuencias sociales correspondientes, el que ha sacado a la calle a los más variados sectores laborales y sociales contra sus medidas, esté sólo ante la crítica.
Centrarse en una protesta contra el partido que gobierna sería connotar a ese movimiento de “ lo nuevo” de un izquierdismo cuya denominación siempre ha rehuido, aunque a título individual casi todos sus miembros dicen serlo; del mismo modo que los falangistas, tan activos en él se declaran anticapitalistas. Si son los hechos los que cuentan, en este caso doblemente.
Poner a la misma altura al partido que gobierna y al que gobernó en el pasado, por patética, pusilánime, débil y limitada que sea su oposición a las medidas del primero, es pretender impedir que su base social de 7 millones de personas, la mayoría de ellos trabajadores, pensionistas y parados, participe de las luchas sociales de resistencia contra las medidas antisociales. ¿Acaso quienes votaron al PSOE y aún se identifican con él son tan responsables de lo que éste hizo cuando estaba en el gobierno como su propia dirección? ¿Acaso no sufren estas 7 millones de personas las agresiones del gobierno PP? ¿Acaso deben tener un extra de castigo como se comprueba en las manifestaciones en las que sufren intentos de agresión física, insultos, zarandeos,...? ¿Merecen peor trato que los policías nacionales y los guardias civiles que han reprimido las luchas de los mineros y de otros sectores de la clase trabajadora y con los que se acude a manifestaciones sin demasiados aspavientos? ¿Merecen peor trato que esos sectores ultras que se presentan a esas manifestaciones con sus banderas rojigualdas?
Es llamativo que una parte del entorno “indignado” que promovió aquello de tan creativa fusión de siglas PPSOE y que apoya la difusión del lema “PSOE y PP la misma mierda es” gobierne como socio del propio PSOE en Andalucía, donde, a pesar de la rebelión autonómica contra los planes de austeridad del PP, también se han ejercido recortes tanto contra los funcionarios como en los recursos del SAS (Servicio Andaluz de Salud), entre otros. A quien comparte gobierno con quien hace recortes sociales y es corresponsable de ellos ¿está de más aplicarle ese “imaginativo” lema de “la misma mierda es?” El cinismo de los compañeros de IU pasa de castaño oscuro, sobre todo cuando su receta anticrisis es puro saldo neokeynesiano (de la que saben sus dirigentes que no sufrirán el riesgo de la prueba del algodón de tener que aplicarla) del ofrecido por los 3 tenores del libro “Hay alternativas” (2)
3.-Marchando juntos hacia Alexanderplatz en Berlín o hacia la puerta del Sol en Madrid:
Durante una de las cargas realizadas por los antidisturbios en la manifestación en apoyo de los mineros del 11 de Julio un sujeto que se identificó como de extrema derecha se acercó al grupo de gente que allí estábamos decidiendo qué hacer en aquel momento. Sin que nadie le diera pie expuso la conocida teoría de la necesidad de unión de los dos extremos contra el “sistema”.
Conocedor, como soy de lo que significó para la izquierda revolucionaria aquel maridaje, le respondí como se responde a un fascista. Evito, por respeto al lector, reproducir los epítetos empleados en aquella ocasión pero que en esencia son los de que con un fascista no se discute sino que se le combate y se le aplasta.
Sólo algunos datos sobre los momentos en que en la Alemania de Weimar nazis y comunistas sostuvieron posiciones “unitarias”:
a) En 1923, el dirigente comunista Karl Radek, destacado años antes por la Comintern para organizar al KPD, ensalza la figura del fascista ajusticiado Albert Leo Schlageter (discurso pronunciado el 21 de Junio de 1923 ante el pleno de la Internacional Comunista), intentando rehabilitar para el campo revolucionario su figura de patriota nacional resistente contra la ocupación francesa del Rhur (héroe con “el propósito de servir al pueblo alemán”. En opinión de Radek el sentimiento nacional alemán no pertenecía a la burguesía sino a los trabajadores, lo que le permitirá su pirueta antiinternacionalista expresada en su informe a la Comintern en el que señala “la insistencia en la nación en Alemania es un acto revolucionario”. Radek era coherente con la línea marcada por la camarilla de burócratas que se habían adueñado del PCUS tras la enfermedad de Lenin y para los que el chauvinismo panruso era parte de su estrategia de afirmación en el poder. Para entonces la tradición espartaquista heredada de Liebknecht y Luxemburgo en el KPD había sido derrotada dentro del partido.
b) Para el verano de 1930 esa posición nacional chovinista que había defendido Radek ante la Comintern y el KPD había triunfado en el movimiento comunista internacional. Ya no se limitaba a denunciar el Tratado de Versalles y sus consecuencias para Alemania. Ahora buscaba abiertamente atraerse hacia su campo a militantes nazis, a costa de las renuncias ideológicas y políticas que fuesen necesarias. Para ello la glorificación del teniente del ejercito Richard Scheringer, encarcelado por su militancia en el NSDAP (nacionalsocialista) y su ingreso en el KPD, tras su salida de prisión resultó útil. Como justificación para poner en marcha una estrategia de atracción de nazis hacia el KPD se utilizó el supuesto anticapitalismo del NSDAP que los comunistas pretendían reconocer en él. Mientras tanto, el SPD continuaba condenado a la calificación de socialfascista que el KPD le había otorgado.
c) En ese mismo año, 1930, el gobierno socialdemócrata de Hermann Müller cayó tras la moción de censura conjunta de nazis y comunistas.
d) De nuevo, ahora contra el gobierno del centrista Brüning KPD y NSDAP votan conjuntamente una moción de censura que en este caso será rechazada.
He dejado fuera acciones conjuntas de masas, patrullaje de calles y creaciones de unidades paramilitares formadas por ex nazis que ingresaron en el KPD. He preferido centrarme en la deriva ideológica de una izquierda que llegó a compartir mesa y mantel en algunos momentos con el ascendente nacionalsocialismo. Ustedes saben como acaba. Algunos quizá ignoren la muerte del presidente del KPD, Ernst Thälmann, en el campo de concentración de Buchenwald en 1944 por orden de Adolf Hitler.
Han pasado 68 años de la muerte de Thälmann, 67 de la derrota del nazismo, y algunos parecen querer olvidar que los amalgamientos y las luchas conjuntas de las izquierdas, o de partes de ellas, con los fascistas se pagan muy caras.
Algunos que no lo hemos olvidado, ni lo queremos olvidar, venimos denunciando desde la izquierda comunista esa extraña mezcla de falangistas de Democracia Real Ya (DRY) con izquierdistas de diversas corrientes, no ya estalinistas sino también trotskistas, o incluso de tendencias más minoritarias, que parecen haber olvidado los llamamientos de Trotsky en su colección de escritos, agrupados bajo el título de “La lucha contra el fascismo en Alemania”, a combatir a la serpiente desde las izquierdas y a rechazar cualquier tipo de colaboración con el fascismo.
Una de las últimas ocasiones en las que hemos visto estas colaboraciones entre extrema derecha y supuestos izquierdistas ha sido en la fracasada (a tenor de sus expectativas) marcha de los “desempleados” (parados debe de ser un término demasiado “tradicional” para ellos) con grupos como la URT (Unión por el Reparto del Trabajo), auspiciada por algún grupo pseudoizquierdista como "Socialismo Revolucionario”, las diversas facciones ultras de DRY (los ADRY, los DRY mayoritarios,...), algunas asambleas del 15M y la superpenetrada Marea Roja (entre otros, por miembros de la secta Zeitgeist), que de roja tiene poco,...Hasta los más que sospechosos Anonymous estaban en ella.
Llamativamente, uno de los máximos activistas de la URT, me hizo llegar hace unos días a mi correo particular su denuncia de cómo los DRY habían ninguneado a su grupo en la preparación de la marcha de los desempleados. Eran buenos para ir con ellos de “marcha” hasta que les demostraron que pintaban tan poco que podían despreciarles. Y ahora, en otros correos, descubre alarmado lo que siempre consideró un mal menor: la penetración de fascistas y anarcocapitalistas entre los “indignados”. Pero lo hace al modo usual entre quienes critican la parte pero intentan salvar al conjunto para tratar penosamente de justificar el porqué ellos y sus grupos están allí y engordan al monstruo en vez de combatirlo global y frontalmente.
Sobre este sujeto, en las antípodas de lo que es un militante políticamente formado (emplea como análogas las categorías como “pueblo” y “clase trabajadora”, diferencias que debieron haberle quedado claras en el bachillerato), que utiliza distintos nombres según sobre dónde escriba, poco diré. Tampoco citaré su nombre para no satisfacer su descontrolado ego.
Pero sí mencionaré la miseria moral de quien escribe un artículo supuestamente destinado a responder al acoso político de los derechistas de Marea Roja hacia su grupo –la URT- y aprovecha la ocasión para atacar a uno de los grupos que en el pasado contribuí a formar y con el que me une buena amistad con parte de sus miembros (aquellos a los que conozco personalmente). Me refiero a sus alusiones hacia el grupo La Résistance, a cuyos integrantes acusa de sectarios anti-15M. Para él combatir al 15M desde una posición de clase es ser sectario. Este individuo en plena caída del caballo en su viaje al Damasco “indignado” se dio un golpe en la cabeza y aún no sabe en qué dirección enviar sus débiles acometidas.
El grupo al que acusa de sectario está formado por comunistas de todas las corrientes, incluidas las más irreconciliables, por comunistas sin adscripción a ninguna de ellas, por republicanos de izquierda, por socialistas de izquierda, por libertarios consecuentes, que también existen, y por personas de izquierdas sin etiquetas. Difícil ser sectario cuando se convive sin dificultades y con respeto en un grupo tan plural, aunque tenga el criticable defecto de haber permitido submarinos de su especie y de la de alguno de sus amigos.
Quiero recordar que Marea Roja es uno de los grupos promotores del bulo de que en España hay 445.000 ó 446.000 políticos (3), así como de la iniciativa, que promueve desde su grupo de facebook para eliminar lo que, en su arbitrariedad, consideran 375.000 políticos sobrantes. De nuevo, los políticos, en genérico, como depositarios de todos los males y la voluntad de simplificar al máximo el número de ellos –en su fuero interno quizá quisieran dejarlo en un solo político y tal vez unas decenas de delegados del mismo- como solución a los problemas del país y de los parados (perdón, “ciudadanos desempleados”). No he visto por ningún lugar que este grupo considere que sobran empresarios, posiblemente ni siquiera Díaz Ferrán o el nuevo presidente de la CEOE.
Llamativo ha sido también el apoyo que algunas webs alternativas, casi todas ellas muy cercanas a los “indignados”, han prestado a los tres autónomos de UNICAES (también identificados desde los nombres de 'Autónomos en la lucha' y mediante el hastag en twitter #QuienMeRescataAmi) que han mantenido una huelga de hambre ante el Congreso de los Diputados. UNICAES, en su página de facebook (Unicaes Movilizaciones) tiene en sus favoritos a todo lo habido y por haber del 15M y en sus preferencias (“Me gusta”) a entidades como las citadas e Intereconomía, ABC, Foro del Guardia Civil, Federación de Empresarios del Campo de Gibraltar, Funcionarios Unidos de España-FUE (extrema derecha), por la eliminación de la mitad de los puestos políticos de España, APEP (partido político de corte populista). Llamativamente, UNICAES ha colaborado con ADESORG (Asociación Nacional de Desempleados), que actúo de grupo de esquirolaje, negando su apoyo a la Huelga General de 2010 contra la Reforma Laboral.
Las movilizaciones que a lo largo de este año han sido protagonizadas por las diferentes “mareas” (producto genuino de la “indignación”) y en especial por la de funcionarios han ido imponiendo una dinámica en la que los sindical se desdibujaba paulatinamente hasta casi desaparecer, no ya por la ausencia casi total de banderas y pancartas sindicales sino por la renuncia de los reformistas mayoritarios de CCOO y UGT (no tanto en la Administración Pública) a dirigir en clave de identidad de clase el proceso de las movilizaciones, aceptando el subproducto adulterado de la ciudadanía como sujeto de las protestas, cuando es la clase trabajadora la gran castigada por las políticas antisociales del gobierno Rajoy.
Especialmente indigno y vergonzoso ha sido el hecho de ver cómo la ultraderechista asociación militar AUME se ha pronunciado a favor de este tipo de movilizaciones, al comprender que no tiene nada que temer de su orientación, y la presencia de la AUGC (Guardia Civil) y de los “sindicatos” policiales, los mismos que han reprimido de manera criminal las protestas del sector más consciente de la clase trabajadora, los mineros del carbón, en las movilizaciones de funcionarios y en la del pasado 19 de Julio. Y ello ha sucedido con el apoyo y beneplácito de CCOO y UGT, que han abandonado a los mineros a su suerte.
A modo de epílogo:
En esas movilizaciones se ha dado la mano el reformismo claudicante sindical y político con el falso radicalismo de esos “ciudadanos transversales en lo ideológico” y negadores de la lucha de clases como motor de la protesta contra la agresión del capital y su partido natural.
Agrava la situación el que las organizaciones de trabajadores (sindicales y de partido) que supuestamente se sitúan a la izquierda del reformismo sean los grandes avalistas y cómplices, casi al completo, del movimiento pequeñoburgués en origen, reaccionario en la elección del sujeto social (el ciudadano) y en el proyecto que sustentan los “indignados” (ilusión democrática en lo político, sin ruptura en lo económico-social propia de un proyecto socialista) y evolutivamente con fuertes componentes prefascistas.
La próxima movilización del 15 de Septiembre convocada por CCOO y UGT y que irá precedida de las diferentes marchas de las famosas mareas, en las que el carácter de clase de las reivindicaciones no existe porque se ha negado previamente su intención será un nuevo golpe contra los intereses de los trabajadores, dado que el horizonte de la protesta y el programa político que lo sustenta es en sí mismo una farsa.
Aún así, la obligación de todo revolucionario consecuente es asistir a toda movilización que convoquen los sindicatos, no por ellos, que deben ser denunciados como cómplices de quienes promueven “revoluciones de colores” y performances sin contenido transformador alguno, sino porque a ella asistirán los trabajadores y es hora de empezar a levantar la bandera de la identidad y la lucha de clases y de un proyecto que pretenda el derribo del capitalismo y la construcción de una sociedad sin clases.
Como cierre de este texto dejo un párrafo de León Trotsky, perteneciente a la compilación de textos anteriormente citada. Fue escrita en los momentos de ascenso político del nazismo pero viene muy a propósito respecto a alguno de los estúpidos eslóganes tan de moda que hoy se escuchan. Me refiero al de “Somos el 99%”.
“El fascista Strasser dice que el 95 por ciento del pueblo está interesado en la revolución, que por lo tanto no es una revolución de clase sino una revolución popular. Thaelmann repite a coro. En realidad, el obrero comunista debería decirle al obrero fascista: por supuesto, el 95 por ciento de la población, si es que no es el 98 por ciento, está explotada por el capital financiero. Pero esta explotación está organizada de modo jerárquico: hay explotadores, subexplotadores, subsubexplotadores, etc. Sólo gracias a esta jerarquía pueden los superexplotadores mantener sujeta a la mayoría de la nación. Para que la nación sea efectivamente capaz de reconstruirse a sí misma alrededor de un nuevo núcleo de clase, deberá ser reconstruida ideológicamente, y esto sólo podrá conseguirse si el proletariado no se disuelve a sí mismo en el “pueblo”, en la “nación”, sino que, por el contrario, desarrolla un programa de su revolución proletaria y fuerza ala pequeña burguesía a elegir entre dos regímenes” (León Trotsky. “La lucha contra el fascismo en Alemania”)
Lo de menos es en qué movimiento y en quién se inspiraron los socios USA de los indignados españoles con su frase de “Somos el 99%”, que estos repiten como loros autómatas. Lo realmente importante del análisis de Trotsky -¿tendré que seguir repitiendo hasta la saciedad que no soy trotskista para que no se descalifiquen mis argumentos por mi supuesta orientación?- es que la trampa de considerar como el único enemigo de la población al capitalismo financiero es doblemente falaz y absurda. Lo es porque niega al resto del capitalismo, el decisivo, el que marca las relaciones sociales de producción y de explotación y explica la lucha de clases. Y lo es también porque oculta la división y el antagonismo de intereses objetivos entre la clase trabajadora y la pequeña y mediana burguesías e incluso un amplio sector de la grande, cuyo motivo de ser es el propio capitalismo y al que ligado sus destinos. Con una revolución que merezca el nombre de tal, y sólo lo será si la propiedad de los medios de producción y distribución pasa de ser privada a colectiva, nunca estarán de acuerdo las clases medias, ni los pequeñoburgueses con mentalidad de tendero, ni los medianos empresarios con mentalidad de grandes capitanes de la industria o los servicios; salvo que la propia dinámica del capital les conduzca a ello pero, si su acercamiento a los trabajadores se produjera desde su hegemonía en el bloque social de lucha, no desde la de los trabajadores aquellos, para su supervivencia como clase, nos sacrificarían como a corderos en el matadero, como tantas veces han hecho cuando ellos han dirigido los procesos sociales y como ahora pretenden para salvar su caduco “estilo de vida”.
NOTAS:
(1) http://www.comparativadebancos.com/amos-del-mundo-predicciones-de-arturo-perez-reverte/
(2) Navarro, Torres y Garzón.
(3) http://www.eldiario.es/zonacritica/2012/07/16/nunca-ha-habido-445-000-politicos/
Muy apropiado el análisis comparativo de los acontecimientos que ocurrieron antes del nazismo y lo que ahora ya no se adivina, se palpa, la deriva del populismo derechón que se nos ha colado en todas la movilizaciones obreras. Su fin, su estrategia, su estocada final. El momento es este y tu Marat, te has superado. Muy bueno compañero. Hay que difundirlo pronto y bien y que de una vez se analice y se identifique a donde nos lleva este ataque feroz a las organizaciones obreras y a los partidos de izquierda.
ResponderEliminar¿Hay alguna organización, asociación, movimiento, etc... del que me pueda fiar?
ResponderEliminarMenudo panorama.
Saludos.
Ulaidh
MAGISTRAL
ResponderEliminarEstupendo análisis con que el que, además, mucho me temo, se puede identificar muy buena parte de la izquierda aunque ellos no lo saben.
ResponderEliminarCompañero: esta nota es el análisis más claro que he leído desde que sigo el caso España en este desbarajuste de las finanzas mundiales. Espero seguir en contacto contigo.
ResponderEliminarPablo
Tu mejor artículo sin duda. Demasiado claro y largo para el analfabetismo politico medio de nuestro país. BRAVO!
ResponderEliminarGenial, luego lo volveré a leer de nuevo!
ResponderEliminarComo articulo es esclarecedor para los que hemos mirado al movimiento 15M primero, como un atajo de niñatos que no tienen norte y que solo saben protestar aglutinando a los jovenes en un antipartidismo peligrosisimo. Despues hemos visto como fascistas, falangistas, eran los que en realidad manejaban sus hilos. En realidad solo han servido para sus autenticos fines: que la lucha por nuestros derechos perdidos sea "pacifica" que metamos a todos los partidos en el mismo saco y sin ir en contra de los que aprovechan la crisis para aplastarnos. Y lamentable es que vuelvan a repetirse los terribles fallos de la izquierda: esa desunion en bandos y partidos de diferente texitura, cuando su objetivo deberia ser ser autenticos defensores de sus ideas izquierdistas y auspiciar un partido unico de los trabajadores. Pero esto, parece que no les entra en la mollera, demostrando lo miserable de su cultura y anchura de miras.
ResponderEliminarMuy apropiado y totalmente de acuerdo, Marat.
ResponderEliminarEspero que no te pase a lo que a mi que publique un articulo denunciando la manifestación parafascista-indignada del 27J y las sombras del "OCUPA EL CONGRESO" y han sido capaces de montar una campaña contra mi persona con foto-denuncia, que evidentemente, me toca denunciar, para ver si alguno de esos fascistas cae y aprende la lección.
Por suerte cada vez es menor la gente que sigue las tonterias.
Un saludo, a pesar de todo.
Julián.
Magistral artículo que eclipsa -como respuesta- al de Antonio Avendaño, en el diario digital Público "El salario del miedo".!Qué diferencia entre uno y otro!Quizá Avendaño dice cuatro frases descafeinadas, populistas, progres, inocentes,precisamente por miedo a perder su salario.
ResponderEliminarCompañero Marat:
¿Podrias escribir algo sobre el planteamiento de Julio Anguita referente a la formación de un Frente Cívico? Yo he leido sus escritos sobre el tema y la vedad;tengo muchas dudas.
Un saludo.
EScribí algo cuando Anguita se puso hace un mes "ciudadanista, interclasista y superador de las apelaciones a la izquierda" para promover su frente. Lo tienes en "FRAGMENTOS DE LA LUCHA DE CLASES EN GRECIA Y EN ESPAÑA" (http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2012/06/fragmentos-de-la-lucha-de-clases-en.html). En concreto en el apartado 2:ANTE EL RESCATE DE ESPAÑA, SER GRIEGO AÚN TIENE MUCHAS VENTAJAS
EliminarSalud
Hola Marat
ResponderEliminarUn aviso muy necesario, enhorabuena.
Te hago la siguiente pregunta a raíz de alguna mención en este artículo, pero podría haber sido hecha en otras entradas
¿Cómo ves la línea "kantiana" que están siguiendo C. Fdez. Liria y Luis Alegre, ese intento de apurar las notas emancipadoras del proyecto ilustrado, de la tríada clásica de la RF, con conceptos como el de ciudadanía, Derecho...?
Saludos.
Los percibo, como a Fernández Steinko, el de IU, en la línea de un reformismo condenado de antemano a muerte por el capital. Representan la salida interclasista de la "ilusión democrática" contra el capital, el cuál sólo respeta a lo que teme: la democracia social, que no puede ser otra que el socialismo porque éste es su puntilla y lo que pretenden estos reformistas del "anticapitalismo" de chichinabo es sólo un capitalismo de "rostro humano". No pueden ser socialistas/comunistas quienes niegan la centralidad de la clase trabajadora y la lucha de clases como motor de la Historia. Son simplemente girondinos. Ponen límites, de antemano, a los objetivos de la lucha. Se quedan en una resistencia contra la muerte del Estado del Bienestar. No comprenden que no hay más que dos caminos: socialismo o barbarie.
EliminarEl capital ni respeta ni teme a los "luchadores" con freno y marcha atrás. En lo esencial estos de IA son como IU y los sindicatos reformistas: "ciudanistas interclasistas". Pero las clases medias no lucharán por el socialismo si no son los trabajadores quienes se lo imponen, porque han unido sus destinos al objetivo de su supervivencia como clases dentro del capitalismo, sin comprender que éste ya ha firmado su sentencia de muerte.
Reflexionaré sobre esto, gracias.
EliminarSalud. V.
Siempre nos queda el consuelo de que la tragedia solo se repite como parodia. Aunque puede que la tragedia original se termine quedando en un juego de niños comparativamente en el totalitarismo en ciernes.
ResponderEliminarDe tus bien fundamentados avisos sobre los peligros en las entrañas del actual activismo transversal solo puedo agradecértelo: sin estar en el ajo creo que estás dando en algún clavo, aunque no sé si como para afirmar que finalmente es un instrumento del capital, un semillero de revoluciones naranjas; no sé si ves árbol o bosque. El tiempo nos dirá.
De los tres tenores, Navarro publica hoy un artículo en la misma línea, en la que coincido plenamente con ambos, contigo y con él: el discurso antipolítico en este país es una larga y persistente herencia franquista, sin duda. Y muy peligroso. Incluso el País nos está ametrallando con artículos reivindicando la necesidad de la política ante la peligrosa desafección que exuda el país. A mí también me chirriaba desde el principio la autodeclaración de apolítico del movimiento 15-M.
Por lo demás yo veo que el activismo didáctico de los tres -incluso político en Garzón- apunta siempre tanto al sector financiero como a las grandes empresas. Y vaya, Keynes no era un revolucionario pero si le hubieran hecho caso respecto a Versalles, quizás nos hubiéramos ahorrado el nazismo. O no.
Imagino que el otro tenor Garzón te diría que incurrimos en el clásico "complejo de vida de Brian" y tengo la intuición de que molestaste mucho a Juan Torres en alguna entrada, aunque imposible para mí saber si se refería a ti. En todo caso es obvio que eres un muy digno interlocutor.
Pese a no pertenecer a ese 10% (por decir algo)de izquierda auténticamente concienciada -imaginemos que el lema "somos el 10%" no hubiera funcionado igual de bien para concienciar algo la mayoría- no por ello dejaré de seguirte, que siempre aprendo mucho, porque sin duda carezco de tu formación política y sociológica -y lo digo sin ironía ninguna, aunque ya sé que lo sabes.
Aunque no deje de notar la contradicción de que si las cosas están como las cuentas, pretender la revolución de clase está mucho mucho más alejado de nuestras posibilidades que en el estrepitoso fracaso de entonces ante el poder del capital: por eso mi apuesta personal se decanta hacia la posición reformista de Navarro o Torres, que explícitamente comenzaban su "Hay alternativas" plenamente conscientes de que hoy por hoy no cabe implicar a la mayoría en una revolución total del sistema -quién sabe si mañana, no muy lejos- si es que pretendemos ser demócratas.
Muchas gracias, y no me fundas mucho si he dicho demasiadas tonterías.
Un abrazo también sin ironía...
Textualmente la cita es “la Historia se repite dos veces. La primera como tragedia y la segunda como farsa”.
EliminarCuando afirmo que el transversalismo ciudadanista es una revolución de colores de diseño es porque no muerde contra el capitalismo sino, demagógicamente, de una parte del mismo. La que populista y demagógicamente es más fácil agitar como espantajo -el capital financiero, del que los “ciudadanos” serían clientes engañados pero no explotados-, dejando fuera el elemento clave de la producción, que es dónde se produce la contracción fundamental del capitalismo: producción social vs. apropiación del beneficio individual. Desde la óptica ciudadanista, a la que se han apuntado los reformistas de IU y de CCOO y UGT, a los que habría que sumar la práctica de la gran mayoría de las formaciones supuestamente a su “izquierda” se va a la demanda de la vuelta a la casilla de salida inicial de la crisis: el Estado del Bienestar ya muerto como categoría institucional. Es llamativo la cantidad de 15Memos y de reformistas sindicales y de izquierda que salen en las manifestaciones con la pancarta de mano que dice “estáis rompiendo el pacto social”. Eso les duele.
Pero el pacto social empezó rompiéndolo el anterior gobierno PSOE. Hoy el PP lo ha incinerado en las cámaras del inmenso campo de concentración que ha creado para los trabajadores. Ese es el camino hacia la nada. No se trata de seguir el viejo esquema gradualista del primero concienciemos un poco a todos, clases medias incluidas, porque las clases medias no pretenden el socialismo, que es la única respuesta acorde al grado de lucha de clases que practica el capital, sino la vuelta a los felices años del consumismo a todo trapo, que nunca fue para amplios sectores de las clases trabajadoras. Veo los árboles y el bosque.
Es cierto lo que dices de que mi posición es mucho más difícil que la reformista pero ésta está ya muerta de partida porque no hay radicalidad que el capital no pueda asumir en sus propuestas. Simplemente las desprecia ante su blandenguería moñas. ¿Te has preguntado porqué los grandes beneficiarios políticos de la crisis en Europa son los grupos fascistas, que calan entre los sectores más desesperados y desideologizados de las clases trabajadoras? Yo te lo diré. Porque perciben que en las izquierdas no hay radicalidad en la lucha. El problema es que la radicalidad del fascismo es asesino, capitalista y antiobrero pero eso no tienen capacidad de verlo las masas que caen en sus redes.
Lo de Torres y su pique tiene que ver con mi denuncia de su copia de mi crítica hacia la gran mentira que representa la dación en pago
Lo importante no es el tono de la crítica de Navarro sino sus soluciones que siguen siendo, como las de los otros dos tenores, keynesianas. He de aclararte que las soluciones keynesianas fracasaron en el New Deal. Fue la producción de guerra la que sacó al capitalismo USA de su crisis. Hoy el keynesianismo no puede además controlar a un capitalismo desregulado, entre otras cosas porque no se plantea lo fundamental: el control social de la producción la distribución y el capital financiero por los trabajadores. Al fin y al cabo Keynes era un liberal y sus seguidores de izquierdas meros intervensionistas que respetan lo esencial de la propiedad privada.
Salud y gracias por tus reflexiones.
Quiero agradecerte tu nutrida información histórica.Mi pequeña visión de ciudadana que nunca se vinculó a partidos concretos me confirma la peligrosa idea de desmarcar la totalidad de los políticos a los posibles cambios dentro de una lucha por la democracia. Es verdad y te pregunto a la vez, que indigna la corrupción reinante dentro de esta clase política privilegiada ligada a los bancos y empresas y no olvidemos la Iglesia y Monarquía. Lacra de este país. Mi discurso es simple y con pocas referencias. Mi origen es argentino y me nutro de los procesos de represión y desmantelamiento del estado y con ello los derechos de los ciudadanos y sus consecuencias de genocidio tanto humano como económico.Todo me resuena en este momento.Con la diferencia que hablamos de Europa, sin figuras políticas relevantes y contundentes para dar una visión clara del panorama global.Que miedo me da. Mi interior se debate entre el fracaso de una Europa unida y un poder que no se le puede poner rostro claro. Es entonces cuando entra la confusión y se mete en el mismo saco a todos los políticos. Nos sentimos marionetas de políticas económicas que juegan con el miedo de la gente y que frente a un posible estallido social siguen sacando ventaja de la crisis. Lo que está claro es que se debería disolver este gobierno pero aquí está mi pregunta. ¿Y a quién votamos?. Sin ánimo de que me puedas responder lo que me ha quedado claro y te vuelvo agradecer es lo peligroso de los discursos del DRY y el 99%. Gracias
ResponderEliminarCreo, Viviana, que plaanteamos mal la cuestión si la vemos desde la perspectiva del voto.
EliminarEchar a este gobierno natural del capital debe ser ante todo una obra del movimiento de clase de los trabajadores, no de los ciudadanos en genérico, entidad compuesta por múltiples clases sociales con intereses objetivos contrapuestos. Los trabajadores somos los principales perjudicados por las políticas sociales y económicas anticrisis y, por tanto, es a esta clase a la que ha de corresponder la hegemonía en la lucha y en los objetivos de la misma.
Ningún partido al que votemos será distinto en su comportamiento contra el capital si mantiene un programa simplemente reformista y respetuoso de las reglas del juego que imponen el capital y las democracias burguesas y no se apoya en la movilización de masas.
Por otro lado la crisis capitalista mundial impone la necesidad de un proyecto internacional de los partidarios de la revolución social, que hoy somos muy pocos pero que tenemos a nuestro favor el hecho de que los reformismos "indignados" y ciudadanistas tienen un vuelo corto que no irá a ninguna parte que no esté ya previamente establecida por los oscuros manejos que los diseñaron y los potencian.
Tienes razón en la cuestión de la confusión y del oscurecimiento del poder, que es el económico (el político es sólo su vicario). Por ese motivo, la obligación de quienes somos marxistas es aportar luz, denunciar y desenmascarar esta estrategia de la condusión y del poder líquido.
La pregunta que me formulo yo es, cual es la solución que propones para cambiar o mejorar el sistema y si ay algún grupo que la apoye o promueva? es evidente que los políticos, sindicatos y partidos son meros títeres del poder del capital y personalmente dudo de que alguno de estos títeres sea un poco altruista, por lo tanto por que votar y dar la responsabilidad a alguien así, obviamente.
ResponderEliminarEn clase de filosofía en el bachillerato mi profesor nos dijo una frase que me quedo marcada, no recuerdo el autor de esta frase: "La democracia es el mejor sistema creado asta ahora pero también el mas fácil de corromper", crees en la democracia? yo personalmente no, otro filosofo importante, pero del cual tampoco recuerdo el nombre dijo: "Lo que dice la mayoría no tiene porque ser la verdad o lo mejor para esa misma mayoría".
Como podemos destruir al capital y al sistema opresor de forma pasiva, contundente y final.
P.D: que opinas del NWO y de la movida del 25-S: ocupa el congreso?
Yo no quiero "mejorar el sistema". Eso se lo dejo a los "indignados", que es lo que buscan (la vuelta al EStado del Bienestar anterior, por mucho que una parte de ellos se llamen a sí mismos anticapitalistas.
EliminarCreo en la revolución social y en una sociedad socialista (creí haberlo dejado claro en el texto).
Vuelves a generalizar, como hacen aquellos que critico en el texto, con el asunto de los partidos, políticos y sindicatos. Los hay prosistema o reformadores, en el mejor de los casos, y los hay que quieren otro proyecto de sociedad que no es el capitalismo. La generalización es lo que buscan populistas y fascistas con el fin de desprestigiar la política y que pidamos a gritos un salvador que decida por todos nosotros.
Creo en la democracia pero no en una democracia meramente política, que mantiene la división social en clases y la explotación de unas por otras, sino en la democracia social (que no en la socialdemocracia) y económica, que no puede ser otra cosa que el socialismo, la propiedad social (no he dicho estatal) de los medios de producción y distribución.
Sin estas tres cuestiones (democracia política, social y económica) no existe una auténtica democracia. De hecho, el ataque del capital contra los trabajadores que estamos sufriendo requiere crecientes dosis de represión que están acabando con las libertades políticas. La de manifestación y expresión empiezan a estar entre las más afectadas.
No creo en destrucciones pasivas del capital. Éste ejerce su violencia de clase y sólo respeta lo que conoce, la fuerza. Sólo caerá mediante tal.
Sobre el Nuevo Orden Internacional eh escrito varias veces en alguno de mis artículos respecto al 15M. Te sugiero su lectura.
En cuanto a la movida del 25-S (ocupa el Congreso)me recuerda a la marcha sobre Roma de Benito Mussolini. Todo contra los políticos en genérico, bastante contra la banca, nada contra el mundo empresarial, razón y causa, este último, del capitalismo y de la explotación de la clase trabajadora.
¿Qué opinión te merece Felix Rodrigo Mora?
ResponderEliminarGracias por tu incansable trabajo.
Conozco poco a este filósofo autodidacta. Tuve referencias del mismo a los pocos meses de comenzar investigando al 15M, sus orígenes (los reales, no los que nos cuentan) y derivados ideológicos.
EliminarPor tanto, lo que exprese aquí acerca de él debe ser tomado de forma provisional, parcial y hasta revisable.
Alguien que parta de una posición axiológica al contemplar la realidad social y al hacer propuestas en esa misma clave no deja de dar un paso atrás en el pensamiento. La axiología no deja de ser una perspectiva idealista e individualista y, en consecuencia subjetivista, que olvida que el ser humano es un producto social y que es la propia realidad material la que le moldea y no al revés. Cualquier pretendido “dialogo interpersonal” desde presupuestos axiológicos, no llevará más que al caos intelectual o al espíritu de la secta, al que Félix Rodrigo Mora me parece muy cercano.
Para quien siempre se ha movido dentro de la tradición marxista, como es mi caso, aunque no por ello dogmática, los pasos atrás en el pensamiento, cuestionando todas las herencias recibidas desde aquellos pensadores que intentaron fundamentar un pensamiento racional (Descartes, Spinoza) y especialmente materialista (Galileo, Giordano Bruno, Diderot, Marx,...), son un peligroso camino hacia el irracionalismo.
Si además se nos habla de espiritualismo y de revolución personal, estamos ante un místico y, francamente, fuera de la belleza de la poesía de esa corriente, no veo en el misticismo más que el recurso a las ideologías de saldo en tiempos de crisis, parecida a lo que la New Age llegó a ser en su momento y pretende, de nuevo, volver a ser: una trampa para cazar elefantes, aplicable con el fin de contraponer al pensamiento y la acción revolucionarias un callejón sin salidas.
Vivimos tiempos de desorientación, de crisis de las ideas de progreso, de desarme intelectual y de ruptura con el hilo rojo de las tradiciones progresistas y revolucionarias; ruptura que tiene una especial consecuencia en la transmisión intergeneracional.
Es en este contexto en el que aparecieron en su día los nuevos filósofos (los Henry-Lévy, los Glucksmann,...). Si la ignorancia política de la sociedad respecto al pensamiento materialista y marxista (de la cuál somos responsables en buena parte quienes nos reclamamos de esas tradiciones) no fuera tal y, si las experiencias del socialismo real no hubieran sido derrotadas como lo fueron, en buena medida por sus propias contradicciones, no estaríamos hoy tan mal frente a pensamientos tan peligrosos.
En ese contexto es en el que se entiende el 15M, los Rodrigo Mora,.. De éste, su teoría de vuelta al ruralismo (antimodernidad envuelta en utopismos de Bella Arcadia, al estilo falansterios), la crítica a la Revolución Francesa y sus presupuestos, su antifeminismo y su postura radicalmente antiizquierdas son elementos muy esclarecedores de lo que representa la filosofía de este hombre.
Algún día el anarquismo tendrá que explicarnos porqué da cobijo a falsarios de este tipo. Cuando tenga tiempo abordaré el tema de las posturas antiEstado y de los Concejos Abiertos y las Asambleas Locales desde los que estos antiutópicos pretenden organizar la sociedad.
Espero con gran interés su análisis sobre las posturas anti-estado. Por otra parte, yo tenia entendido que el marxismo original era aestatal.
EliminarUn saludo
No sé muy bien qué quiere decir usted con el término aestatal pero el penamiento marxiano (aquél al que usted llama el marxismo original), al contrario que el anarquismo entiende que el Estado tiene una función de decisiva en la construcción de una sociedad sin clases.
EliminarMarz y Engels plantearon no la necesidad de destruir el EStado sino de tomarlo y construir un Estado de la clase trabajadora durante toda la etapa de transición al socialismo y de construcción del mismo.
Es en el paso al comunismo en donde ambos entienden que el Estado, al carecer ya de sentido por haber sido su papel siempre el de la defensa de los intereses de una clase (la dominante), se extingue, dado que el comunismo es ya una sociedad sin clases.
Se puede o no compartir esta tesis y seguir siendo marxista, ya que lo que define al marxismo es el método de análisis y de praxis, y no su carácter predictorio.
Y, finalmente se puede no compartir estas tesis y tampoco ser marxista.
Pero, en esencia, la posición del marxismo respecto al Estado es la que le acabo de explicar.
Seria interesante que analizaras a Mora, porque cada vez aparece en mas foros. He escuchado bastantes audios suyos y muchas de las cosas que dice son atractivas. Sin embargo, cuando lo escucho debatir me saltan las alarmas. Da una impresion general de guru e iluminado. Segun el, todos los demas son tontos, dicen idioteces y no tienen ni idea. Habla de que hay que ir a lo concreto y no imponer teorias sobre la realidad, pero el parece hacer lo mismo (por ejemplo cuando dice que la peste negra no puede haber sido la causa de la desapariciäon de 1/3 de la poblacion en Europa, sino que la causa es una "depresion" de la poblacion por haber sido forzada a abandonar una existencia sin estado).
EliminarUsa mucho el argumento de que el estado del bienestar es malo porque tiene un origen franquista (supongo que los britanicos tambien copiaron a Franco). De ser bueno ese argumento, tambien habria que ignorarle a el, puesto que en muchos de sus objetivose incluso argumentos, coincide con Esperanza Aguirre.
Transmitirte mi enhorabuena por cada renglón que leo. Estas despertando conciencias y es todo un arduo trabajo. Sigue así.
ResponderEliminarSalud.
Lo mejor que he leído en mucho tiempo, hace poco discutía con unos amigos sobre las ideologías y en concreto sobre la idea, hoy muy extendida, del fin de las ideologías. Creo, que la extensión de esta idea, muy presente en movimientos que dicen ser apolíticos, supone una de las mayores victorias del liberalismo (fascismo, centrismo, capitalismo...) y causa del debilitamiento de la izquierda. El espejismo de libertad, el consumo o la falsa idea de que todos podemos ser empresarios millonarios han creado una clase obrera con mentalidad burguesa y claro esta, la creencia que las ideologías son cosa del pasado.
ResponderEliminarReconozco no haber estado siempre de acuerdo contigo, especialmente al comienzo de este movimiento que vas desmontando, pero lo cierto es que artículos como éste, conversaciones con otra gente, y lecturas diversas, me van abriendo los ojos. Gracias por seguir cuestionando, y haciendo propuestas. Y gracias por acudir a las manifestaciones pese a la confusión. Yo también la tengo, la verdad, pero en muchas de ellas, he ido, poco a poco, recuperando la perdida conciencia de clase; trabajadora, claro. Un abrazo.
ResponderEliminarGracia a ti, Fernando, por haber mantenido los ojos, al menos, entreabiertos para comprender lo que se ocultaba bajo este nefasto movimiento de los "indignados". Sí, seguiré acudiendo a las manifestaciones y movilizaciones sindicales, aunque presas ya del "inclusivismo intercclasista" se postulan ya no como manifestaciones de clase, de los trabajadores, sino como "movimiento ciudadano". Habrá que levantar la bandera y al voz de los trabajadores en ellas, pese a quien le pese.
EliminarOtro abrazo para ti
Hola Marat,
ResponderEliminarFelicidades por tu articulo, muy acertado. Sol ote queria preguntar que piensas de la frase que ahora se sta poniendo de moda: el capitalismo ha muerto. No nacio muerto ya alla por el siglo XVI? Y si realmente el capitalismo tiene los dias contados, de que estamos hablando, de una agonia de 300 anyos mas? Porque, no nos enganyemos, el engranaje capitalista actual es formidable, y su capacidad militar de destruccion es determinante. Que quiere decir exactamente que el capitalismo ha muerto en tu opinion?
¿Quién ha dicho que el capitalismo ha muerto, fuera del beato José Luis Sampedro, uno de los fundadores de las Escuelas de Negocios en los primeros años posteriores a la entrada del Opus en el gobierno de Franco, y algunos partidarios de la teoría del derrumbe? El capitalismo no ha muerto.
EliminarLos marxistas no somos mecanicistas ni deterministas. Somos muy conscientes de que una formación económico-social no cae por sí sola si no existe una fuerza social de derribo, necesariamente la trabajadora, no el ciudadanismo ridículo, y un proyecto de construcción social alternativo. En este caso, el socialismo.
Desgraciadamente, el camino es aún muy largo y la estación de destino muy lejana.
Falta por reconstruir el partido de los trabajadores, necesariamente comunista, para ser eficaz en sus planteamientos, y por elaborar un nuevo programa máximo para la toma del poder, que no es real si no contempla lo decisivo, lo económico.
A ello hay que unir con anterioridad la capacidad de ir generando hegemonía ideológica partidaria del socialismo y la construcción del bloque social dominante hacia dicho proyecto, que ha de ser capitalizado por la clase trabajadora porque es la fuerza que aglutina dentro de sí misma todas las condiciones sociales de explotación y de dominación y la antagónica en sus intereses con el capital.
Démosle un poco más de tiempo a esto, que ni siquiera hemos empezado con los entremeses. Esta carrera no es para quienes quieran la vía del aventurerismo ni de los atajos.
Y sí, nació el capitalismo ya muerto pero porque llevaba en su interior sus contradicciones fundamentales: la producción social frente a la acumulación privada de los beneficios
Salud
Hola Marat,
ResponderEliminargracias por tus aportaciones, particularmente ésta, que me ha resultado tan clarificadora en estos momentos y me ayuda a darme cuenta de que una gran parte de mi intuición va en la dirección correcta.
Digo esto porque he llegado hasta mi actual posición política de manera autodidacta, desde la economía, la sociología, la psicología, la filosofía, la biología y la física. Sin mediación de referentes objetivos ni adscripciones de ningún tipo, estas parcelas de nuestra evolución cultural y científica me han llevado a reconocer que en esta encrucijada de nuestro desarrollo capitalista global sólo nos quedan, efectivamente, las alternativas del socialismo o la barbarie y el colapso civilizatorio.
Estoy de acuerdo con tu análisis y tus planteamientos. De hecho, ya te he comentado en alguna ocasión que desde los primeros artículos que te leí, que inicialmente me chocaron un poco por ir tan a contracorriente, encuentro una gran coherencia y consistencia en tus argumentos y análisis, algunos de los cuales he contrastado personalmente.
Dicho esto, la cuestión que me asalta para atormentarme es, ¿cómo podemos construir un auténtico socialismo que nos permita vivir en paz y equilibrio social, económico y ecológico, repudiando el capitalismo hasta borrarlo de la faz del planeta, si una gran parte de la clase trabajadora, del proletariado, está desideologizada o, peor, inducida por la cultura del capital desde hace al menos 500 años, mantiene una conciencia de clase burguesa, o media; y en un momento histórico donde los grados de libertad y el tiempo disponible se ven dramáticamente menguados por los límites de recursos y por un cambio climático de consecuencias imprevisibles que ya está aquí?
¿Cómo podemos lograr la necesaria unidad de acción colectiva frente a estos retos tan grandes, Marat?
Si no logramos ponernos de acuerdo la mayoría, si los capitalistas no está dispuestos a renunciar a sus privilegios en aras de la razón, si las clases medias no quieren ni hablar ni entender de socialismo porque viven lastradas por un sueño que ya no puede volver a ser, si una gran parte del proletariado solo concibe el referente de ascenso en una jerarquía social, si hay personas que nunca reconocerán ningún otro tipo de organización más allá de la que emana de la autoridad..., ¿cómo lo hacemos y qué hacemos con los disidentes?
Gracias por la esperanza que me haces sentir, y salud para poder continuar.
¡Uffff, amigo Jokin!:
EliminarEn las distancias cortas las convicciones profundas, arraigadas desde mi niñez, no siempre son capaces de hallar las respuestas válidas a preguntas concretas tan necesarias. Pero, si te sirve de algo, algunas de las reflexiones que en los últimos tiempos me vienen a la mente en relación con la necesidad de traer a la conciencia de los explotados su necesidad de liberación, son estas; dicho sea de paso sin intención alguna de pontificar y sin otro ánimo que el de suscitar nuevas inquietudes colectivas:
a) Superar el aislamiento social y la caída en la individualziación y la "individuación". Recuperar los espacios de contacto, solidaridad, reflexión colectiva, cooperación de clase y sentimiento de pertenencia (en términos, de nuevo, de clase). No bastan los creados en el mundo virtual porque no operan en el real más que hasta cierto punto. El capitalismo no se derriba con ataques psíquicos a las bolsas a lo 15M.
b) La recuperación del hilo rojo de la memoria (para los que hoy somos) y su transmisión intergeneracional (para los que vienen detrás). Hemos perdido la batalla ideológica no sólo porque nos hayamos dejado vencer sino porque hemos renunciado a transmitir la vieja memoria a nuestros hijos.
c) Ser didácticos y sencillos, de modo cercano a la realidad y de forma comprensible. No como hago yo, que desde el origen de esta web sólo me plantee hacer una labor de formación y debate con el círculo que podía estar más próximo pero sentía muy despistado y desideologizado. El rollo mío sólo sirve para el primer círculo. Al próximo hay que acercarse de modo mucho más asequible y tangible.
d) Recuperar la organicidad de la clase. Si no nos gustan los partidos y los sindicatos de clase, tratemos de cambiarlos por dentro, pero no derribemos ni neguemos nada que no estemos en condiciones de hacer mejor porque el enemigo busca nuestro aislamiento y nuestra desorganización para debilitarnos. Las ideas no viven sin organización y el que pretenda vendernos lo contrario o el espontaneismo asambleista nos quiere colocar pitón como animal de compañia.
e) Venzamos el pesimismo porque lo cierto es que el capital tiene respuestas políticas de salida a su (fascio-liberalismo) pero no económicas a la misma. Si los trabajadores estamos mal en respuestas, ellos no están como para tirar cohetes.
Y no te doy más el sermón porque creo que lo que pudiera decir estaría de más y sería hablar por hablar. Yo también me siento perdido y con la necesidad de formar parte un río más amplio que ahogue esta inmundicia sistémica.
Gracias,
Eliminarcada vez más de nosotr@s sabemos el camino, sólo junt@s seremos capaces de construirlo.
Salud y fuerza.
No quisiera ser demagogo ni quisiera que se malentendiera, pero como opinión personal, quisiera decir que ciertamente empieza a ser frustante escuchar darle vueltas a tantas ideologías, que al final no causan más que división, y lo que es peor, llegar a ver a otras personas como nosotros como enemigos irreconciliables por acabar pensando diferente. Como bien has expuesto (y felicidades por la información que aporta el artículo en sí mismo), tanto caos puede acabar con una violencia en la que acabe triunfando el oportunista, y francamente, miedo me dan aquellos que tan ferozmente se denominan "antifascistas" cuando acaban utilizando formas y modales de los mismos fascistas.
ResponderEliminarOcurre que buena parte de la gente no quiere más que vivir una vida tranquila, sin más ideologías que la que uno puede contar tranquilamente entre sus amigos, y que no den problemas aquellos que deberían ser gestores del dinero público. En cambio hay un caos de corrupciones, movimientos y etc. La idea inicial del 15M estaba bien, ya que no dejó de ser una válvula de escape en una sociedad que poco a poco se había ido adormeciendo, pero dio rienda suelta a una enorme confusión de motivos y luchas particulares (unas cuantas que siempre habían estado ahi)... y siempre sin ponerse la gente de acuerdo, por rencillas entre unos y otros, entre los que querían hacer su lucha personal, o aquellos que van agitando banderitas de colores. ¿Está en nuestros genes españoles nunca ponernos de acuerdo? ¿Y más si seguimos manteniendo posturas que tienen más que bastantes décadas y creernos que seguimos en 1980, en un océano de conspiraciones, guerras frías, desconfianza y temor al temor mismo? ¿Nunco hubo diálogo ni capacidad de unión porque siempre nos importa más la forma que uno mismo tenemos de ver las cosas en vez de los objetivos comunes y simplemente de sentido común?
Lo cierto es que en fondo, cuando termino de leer tanto argumento y contraargumento, acabo pensando que lo mejor que puede hacer un ser humano es cavar un agujero, meterse dentro lo que le quede de vida, y al resto de la humanidad, que les den. Lamento ser tan pesimista.
Me gustaría que no se tomara mi respuesta este comentarista como una forma de censurar sus oponiones en clave personal.
EliminarEspero que se entienda sólo como un ejemplo de libro de algunas de las cosas que combato y que considero que la izquierda debe combatir.
El comentarista culpa a las ideologías de división, justo como el pensamiento de la derecha y también del específicamente falangista y del dicurso DRY. 40 años de dictadura y 35 más de analfabetismo político inducido producen este tipo de efectos.
Asume que la "idea inicial del 15M estaba bien", precisamente por ese punto de partida supuestamente aideológico en apariencia, reaccionario en el fondo.
Y acaba simplificando en una mezcla de buenismo propositivo y de misantropía antrapológica de fondo ("lo mejor que puede hacer un ser humano es cavar un agujero, meterse dentro lo que le quede de vida, y al resto de la humanidad, que les den").
La batalla ideológica, la formación política, el aprender a ver más allá de las apariencias, es decisivo para que no nos cuelen -no digo él, sino a él y a tantos de nosotros- mercancía averiada de matute.
Esto es algo que debieran haber hecho las formaciones políticas y sindicales de las izquierdas pero dado que, en el mejor de los casos, se han dedicado a adoctrinar sin fomentar el sentido crítico, nos queda a nosotros mismos -los militantes de izquierdas- intentar hacerlo por nosotros mismos,
Ok, que sea por el sentido crítico (constructivo). Suerte y saludos.
ResponderEliminarA la hora de analizar el sentimiento de rechazo al bipartidismo PPSOE, quizá se ha olvidado de recordar que ambos partidos reformaron la constitución para garantizar el techo de deuda. Obviando las protestas de la ciudadanía para reclamar más poder a los ciudadanos. Para eso no se podía tocar la sagrada constitución. Para los mandatos neoliberales, que surgen desde el BCE falta tiempo en ponerse de acuerdo.
ResponderEliminarMuy interesante el artículo sobre lo que aconteción en Alemania durante la crisis capitalista y la recesión económica en los 20-30. Las alusiones a los acertados análisis de Trotsky son muy oportunas. Si no recuerdo mal creo que el criticó la teoría del socialfascismo y fue partidario de la lucha conjunta de los comunistas y la socialdemocracia alemana para hacer frente a los movimientos fascistas.
ResponderEliminarA este paso tampoco sería descabellaro que se reproducieran Republicas de Weimar en el sur de Europa (los paises que más sufren la crisis). Estuve hace poco en una conferencia que un miembro de SYRIZA dio en madrid (organizada por Izquierda Anticapitalista) y dijo que al menos la mitad de la policía habían votado por los nazis de "Amanecer Dorado". Y que detrás de la financiación de este partido había determinadas empresas. Si esto pasa en Grecia donde las luchas sociales de izquierda son más constantes, los sindicatos más combativos y en genaral la conciencia de clase es superior a la española que no pasará aqui en España. El problema es que resulta dificl hablar a los trabajadores en terminos de "conciencia de clase", de "masas obreas", de "democracia burguesa" sin que huyan despavoridos, te tachen de totalitarista, antiguo, de seguir una ideología desfasada o te miren como a un marciano. Quizás por eso algunos prefieren recurrir a sloganes que traten más de unir a la gente como lo del "99%" (aunque al final se lleven a engañó, puesto que como se pone de manifesto en el artículo no son lo mismos los intereses rojigualda y seguidor de la cope) o "los de abajo contra los de arriba" y otros por el estilo. Y es que, decadas de propaganda anticomunista -que sigue aún a día de hoy a pesar de que ya no exista la URSS- no se pueden borrar de un plumazo. Además, en general la poblaci´çon española no tiene la menor formación política. Cuando usas la palabra "socialismo" en una conversación se creen que estas hablando del PSOE. Por todo esto algunos nos sentimos como si estuvieramos en un callejón sin salida.
Hay un error en mi comentario anterior, queria decir: Quizás por eso algunos prefieren recurrir a sloganes que traten más de unir a la gente como lo del "99%" (aunque al final se lleven a engañó, puesto que como se pone de manifesto en el artículo no son lo mismos los intereses de un minero, que de un "emprendedor" o un taxista con la bandera rojigualda y seguidor de la cope) o "los de abajo contra los de arriba" y otros por el estilo.
ResponderEliminarMarat,
ResponderEliminarPara lo que queremos tenemos muy buenos conocimientos de Historia y, para lo que no, muy mala memoria.
¿Desde cuando, en los últimos 40 años, ha estado siquiera en el programa de la PSOE "levantar la bandera de la identidad y la lucha de clases y de un proyecto que pretenda el derribo del capitalismo y la construcción de una sociedad sin clases"
o "la propiedad de los medios de producción y distribución pasa de ser privada a colectiva"?
¿Qué pasó en el congreso de Suresnes?
¿A qué partido financió la Fundación Konrad Adenauer?
¿Quién promovió los GAL?
¿Qué fué del Infome Petras?
La PSOE y la PP han ido privatizando por turnos las empresas públicas. La CCOO y UGT le hacen el juego a la PSOE.
¿No fue Fernández de la Vega la que indultó a Botín?
¿No fue una de las ultimas fullerías del gobierno de Zapatero indultar al banquero Alfredo Sáenz?
¿Quién estaba en la Delegadión de Gobierno en Madrid cuando se ordenó cargar contra los que nos manifestábamos en la plaza de Canalejas en enero de 2011?
Pues sí, ¡¡¡PSOE y PP la misma mierda es!!! y ¡¡¡Comisiones y UGT, sindicatos del poder!!!
Quizás estemos de acuerdo en que habría que expropiar a los grandes capitales, incluidos los medios de producción, para que sean gestionados por asambleas de trabajadoras y trabajadores.
Un Saludo,
Helios
Estupendo Marat, pero queremos CAUCES.
ResponderEliminarNo tengo muy claro a qué se refiere usted con CAUCES )¿de río, CAUCUS en lugar de CAUCES, CAUCES de participación,...?) Si es la última de las posibles interpretaciones, creo que su referencia es en relación del artículo siguiente a éste, en cuyo caso me parece más acertada esta propuesta que la de actuar como el caballo del general Pavía
EliminarCauces para la PRAXIS, ni más ni menos.
ResponderEliminarPor cierto, yerras al convertir la noción espectral y mediática del "15M" en una categoría realmente existente (poco aceptable desde el materialismo, creo yo) y te desgastas en articular una crítica a éste que no es sino la caricatura fóbica de un fantasma; pura mistificación. En aquellas muchedumbres de las plazas el proletariado consciente tenía una batalla importante que librar (y que no enfrentó con el ímpetu debido). Los incendios se apagan en invierno, no en verano...
Los incendios se apagan cuando se producen y, siempre, siempre, se apagan de verdad, evitando que los rescoldos vuelvan a propagar el fuego por el monte. Ahora, este verano, están intentando hacer uno, de corte fascista, que se llama Ocupa el Congreso.
EliminarCreo que confunde usted el estado letárgico actual del 15-M ignorar el efecto de la herencia que ha propagado. El 15-S, con su Cumbre Social sus mareas, en las que lo sindical y el carácter de clase se disuelven, y la convocatoria de una Huelga General Ciudadana muestran que lo que llama usted fantasma ha dejado, sin embargo un efecto muy malo en las organizaciones de clase, que han terminado por desclasarse del todo. ¿Qué ellas han tenido sus propias responsabilidades y de largo tiempo en la cuestión, por supuesto? ¿Que el 15-M ha inoculado su veneno ciudadanista, interclasista, inclusivo y demás jerga que desarma a los trabajadores, me parece más que evidente.
No me hable usted de PRAXIS, sin teoría de la praxis ni de cauces para ella mientras se mantengan los viejos mimbres de ese parque temático a fecha señalada de las plazas, diseñado para entretener al público en el asunto y tenerle atrapado con las manitas al sol, en vez de levantar la lucha de clases.
¿Quiere usted cauces para la praxis? Planteese que para abrirlos hay que limpiar el bosque de malas hierbas.