Por Marat
A mediados de Abril aún andan
acobardados los cerezos en flor del Valle del Jerte.
El 14 de Abril ya está aquí y será
una de tantas de tantas fechas sin nada que reseñar, salvo alguna
manifestación uniformemente decreciente en su seguimiento e interés,
unos pocos carteles y pegatinas nostálgicas hasta el vacío de su
significado actual y nada más.
Hay quienes están convencidos de que
el gato chino que golpea con un puño a la pared cambiará algo en
cualquier momento, por mucho de que la observación nos haya enseñado
que no hay cambios en ese movimiento.
El momento político actual español es
una mezcla de componentes turbios, y que van de la gran ficción del
embrollo catalán al republicanismo soberbio de una reina actuante
frente a una cesante o al artificio y entretenimiento de una política
política travesti pillada en un máster ficticio; una política de
quien ya nadie quiere recordar su afán represor cuando era Delegada
del Gobierno en Madrid. Vivimos tiempos de amnesia y cinismo
ciudadanos a la altura de sus políticos. Pero sosiega mucho
descansar en otras responsabilidades las propias, como si los seres
humanos fuesen seres irresponsables que nunca tuvieran que rendir
cuentas con sus propias conciencias por aquello de que el dominio del
poder elude toda responsabilidad personal.
En el marco del marxismo es esto algo
que solemos obviar porque nos estropea el discurso de que en la
dominación de clase no solo hay represión e ideología dominante
sino también, y es ahí donde no hemos avanzado en casi 200 años,
consentimiento del explotado y oprimido. El psicólogo marxista
Wilheim Reich intentó avanzar en el plano teórico en esa cuestión
pero el estalinismo se encargó de ser uno de ser inquisidores,
considerándole un hereje.
Frente a ello la resistencia y la lucha
intentan abrirse paso porque la primavera que pugna tardíamente
por nacer es parte del “árbol de la vida eternamente verde”.
Desde
las denuncias de la CNT contra sus militantes Jorge Merino y Pablo
Alberdi, para los que la justicia del capital pide penas de prisión
por su participación en la huelga general del 14N del 2012 hasta las
movilizaciones de los trabajadores de Deliveroo, pasando por las
huelgas de los empleados de Amazon, o las grandes manifestaciones de
los pensionistas en defensa de sus jubilaciones algo se mueve, sin
embargo.
No
podía ser de otro modo. Hay un punto en el que decir NO se convierte
en un imperativo necesario e inevitable para los trabajadores.
Sin
embargo, estas luchas, con ser necesarias y positivas son limitadas y
de corto alcance si no existe una organización desde la clase y al
margen de los 350 miembros del circo parlamentario. Hay un serio
peligro de que el sector pijo-progre de la burguesía parlamentaria
utilice las movilizaciones y luchas obreras en beneficio de sus
objetivos de perpetuación de la dictadura del capital y de su
carcasa política. Y hay señales de que hay sectores implicados en
estas luchas tentados de sucumbir al posibilismo de ver qué se puede
obtener a corto plazo, por mucho que ello signifique perder mucho más
a medio y largo, dada la complicidad de los ya ni siquiera
reformistas con los objetivos del capital y su conformidad con una
apariencia de cambio tan solo cosmética; es decir meramente
institucional. En este sentido no soy en absoluto optimista. El
enorme peso de los sectores menos conscientes de la clase trabajadora
en su papel de comparsas del ruido mediático sobre cuestiones
carentes de interés para nuestra clase, la absoluta degeneración de
las hiperdebilitadas organizaciones comunistas y la carencia de
organización autónoma de la clase no permiten grandes ilusiones.
Por un
largo tiempo, la lucha de clases desde el lado de los trabajadores
estará marcada por una mera resistencia, una gran inmadurez del
movimiento obrero combativo al margen de los burócratas del
sindicalismo amarillo de CCOO y UGT, que ahora se emponzoña en los
objetivos de la burguesía catalana, y una ausencia de tejido
organizativo propio y de construcción.
En
todo caso, y con la contradicción entre la ausencia de proyecto y la
necesidad del mismo, entre una clase que hoy es solo en sí y no para
sí, entre el hecho de que una casa no se construye desde el tejado
sino desde los cimientos y que es necesario arrimar el hombro para
ponerlos, yo participaré en las movilizaciones que convoca la
Coordinadora Estatal en Defensa del Sistema Público de Pensiones del 16 de
Abril.
Otros
quizá prefieran ser parte del carnaval montado para la dimisión de
Cifuentes por aquello del quítate tú para ponerme yo porque, por
mucho que indigne la mentira de la futura ex Presidenta de la
Comunidad de Madrid, no cambiarán nada sustancial que merezca ser
cambiado o quizá prefieran construir techos en lugar de cimientos
pero para hacerse sus propias casitas, como algún ex portavoz del
15M, que los tenía, ahora profesional
del #paseociudadano a 35.000 €. Carmenadas del Cambio y
Democracia Real Ya.