Alfredo
Jalife-Rahme. La Jornada
El
ex coronel Larry Wilkerson fustigó que los intereses de las
trasnacionales se habían adueñado del aparato de seguridad de
Estados Unidos (EU), al haber puesto bajo su control al complejo
militar industrial: hoy es más pernicioso de lo que imaginó
Eisenhower. Increpó el papel de Lockheed Martin en abastecer armas a
los regímenes represivos de Medio Oriente y de incrementar
deliberadamente las tensiones en la península coreana con el fin de
aumentar sus ingresos (http://goo.gl/G3ysjh).
Wilkerson
no es un personaje cualquiera: fue director ejecutivo del ex
secretario de Estado general Colin Powell durante la presidencia de
Baby Bush. Refiere un escrito de 1935 del mayor general Smedley
Butler La guerra es una estafa (https://goo.gl/IhQZkR),
el marino más condecorado de su generación, quien criticó la
maquinaria de guerra de EU que libra sus guerras más para asegurar
las ganancias de las trasnacionales de lo que lo hace para asegurar y
proteger el American Way of Living.
¡El
coronel comenta que su visión hoy no se encuentra lejos de la teoría
de Butler de hace 81 años! Wilkerson sugiere que la expansión de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte con Bill Clinton
–después de que Baby Bush y James Backer habían asegurado a
Mijail Gorbachov y luego a Boris Yeltsin que no avanzarían ni un
milímetro al Este– se debió a las presiones de Lockheed Martin,
Raytheon y Boeing, así como de otros, con el fin de incrementar su
red de potenciales ventas de armas. ¡Los mercaderes globales de la
muerte!
Asevera
que a partir de la mitad del siglo XX, “el complejo militar
industrial de EU ha pasado de ser una simple manufacturera de armas
para acoplarse con los think tanks” –al unísono de
organizaciones no lucrativas legales y exentas de impuestos– que
promulgan el ambiente bélico y pretenden ser imparciales, con
editoriales y propuestas de política que apoyan la agenda de la
infraestructura militar-industrial y que son seguidas a pie juntillas
por el Congreso y la rama ejecutiva.
Afirma
que existe proclividad en el Congreso para bendecir seguido la
utilización de la fuerza debido al dinero que obtienen de los
contratistas y cabilderos de defensa. Vienen las incendiarias frases
nodales: En muchos aspectos ahora son los intereses privados quienes
se benefician mayormente del uso de nuestra fuerza militar, sea con
contratistas privados de seguridad que están todavía desparramados
en Irak o Afganistán, o mediante los principales contratistas de
defensa como Lockheed Martin.
El
crítico portal Salon cita al periodista australiano Antony
Loewenstein, quien detalla cómo EU privatizó sus guerras en Irak y
Afganistán: Existen 30 mil contratistas militares que trabajan para
el Pentágono en Afganistán y que superan a los soldados en una
proporción de tres a uno. Existen miles más en Irak
(http://goo.gl/SJp277).
Wilkerson
arremete contra Hillary Clinton, quien declaró que es tiempo para EU
de comenzar a pensar en Irak como una oportunidad de negocios para
las trasnacionales de EU (http://goo.gl/uPZMZp),
con el fin de beneficiar a JP Morgan y a ExxonMobil.
No
constituyen ningún secreto las fétidas conexiones de Hillary con la
industria del gas y el petróleo, en paralelo a las trasnacionales
armamentistas de la muerte (http://goo.gl/PQCozR).
Wilkerson
es muy severo con Dick Cheney, el pugnaz vicepresidente de Baby Bush,
quien fue a la guerra con el fin de hacer dinero para Halliburton
(http://goo.gl/cXMmXt). ¿De allí
provendrá el axioma bélico de los neoconservadores straussianos
sobre la guerra permanente; es decir, los ininterrumpidos ingresos de
los mercaderes de la muerte como Lockheed Martin, Raytheon y Boeing?
El
coronel sentencia sin tapujos que somos los mercaderes globales de la
muerte. Hemos privatizado la última función publica: la guerra.
El
feroz portal Zero Hedge colocó en relieve una declaración del
temerario coronel de que “el imperio estadounidense se encuentra
en un grave problema cuando EU sigue la trayectoria clásica del
declive de los imperios, por lo que necesita pasar a una transición
de ser una de las máximas potencias para enfocarse más en
estrategias de cooperación internacional”
(http://goo.gl/O0EVRr).
¿Qué
sabe el coronel que no sepamos?
Sus
axiomas son demoledores: La historia nos dice que probablemente
estemos acabados cuando el resto del mundo está despertando al hecho
de que EU es: 1. Estratégicamente inepto y 2. No es más el poder
que solía ser. Y que la tendencia se intensificará.
Los
síntomas internos del declive son notorios: La concentración de la
corrupción y el papel desproporcionado de los intereses financieros
–lo cual es más que obsceno en las primarias de EU, donde los
rebeldes de ambos partidos, Bernie Sanders y Donald Trump, simbolizan
a mi juicio el canto de cisne del imperio estadounidense.
Wilkerson
comenta que los imperios al final concentran su fuerza militar como
el todo (sic) y el final de todo (sic) el poder... y finalmente usan
más fuerzas mercenarias que fuerzas ciudadanas cuando los imperios
al final quiebran ética y moralmente... y se arrojan a los brazos de
los banqueros y los financieros que conducen el imperio: cuando los
imperios declinan no pueden siquiera gobernarse a sí mismos.
¡Tremendo!
Sobre
la negociación nuclear de EU con Irán arremetió que el ex
vicepresidente Dick Cheney había enloquecido al oponerse y haber
exhibido una insana postura paranoide (http://goo.gl/Ewfyc0).
Divulga
que hoy existe una ruptura entre el abordaje bélico de la CIA y el
Pentágono en Siria que juzga se debe más bien a la ignorancia
(http://goo.gl/R5tZ9b). ¡Otra
señal más de la decadencia!
EU
sigue siendo el número uno en la venta de armas del mundo con más
de 50 por ciento del mercado controlado (http://goo.gl/sWM5S1).
En forma aterradora, el Estado racista/ apartheid de Israel era en
2014 el séptimo exportador mundial de armas, detrás de Gran
Bretaña, Alemania y Francia.
La
industria de ciberseguridad es hoy uno de los principales pilares de
la venta armamentista donde descuellan Intel (http://goo.gl/cVXZNq)
–ingresos: 55 mil 400 millones de dólares, vinculado a Fundación
Clinton y a NSA–, Lockheed Martin (http://goo.gl/nIoPDY)
–ingresos: 46 mil 132 millones, vinculado a Fundación Clinton, a
la hija de Cheney y NSA–, Northrop Grumman (http://goo.gl/QIT9m2)
–ingresos: 23 mil 526 millones, vinculado a NSA, BlackRock y a
CFR–, Raytheon (http://goo.gl/1CNr32)
–ingresos: 23 mil 347 millones, vinculado a BlackRock y NSA–,
Boeing (http://goo.gl/mA5FHt)
–ingresos: 96 mil 114 millones, vinculada a NSA, a Fundación
Clinton y a CFR– y General Dynamics (http://goo.gl/ykvyW9)
–ingresos: 30 mil 852 millones de dólares, vinculado a NSA.
¡Todo
queda en famiglia!
Según
el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la
Paz (Sipri, por sus siglas en inglés), el gasto militar global
aumentó a 1.7 millones de millones (trillones en anglosajón) de
dólares en 2015. EU dilapida 36 por ciento de todo el presupuesto
total de armas en el mundo. Esta cifra, a mi juicio, está
subestimada, ya que el Pentágono oculta otro tanto de su gasto
militar en I&D de las Universidades (https://goo.gl/QnMjCw).
El
negocio militar sigue siendo uno de los principales del planeta,
detrás del petróleo y el narcotráfico.