El
puño del capital y de su Estado golpea sobre la clase trabajadora
organizada
«Proyecto
de Ley.
El
presidente del Consejo, jefe del poder ejecutivo de la república
francesa, propone a la Asamblea nacional el proyecto de ley
siguiente:
Artículo
1.º Todo francés que después de la promulgación de la presente
ley se afilie o permanezca afiliado a la Asociación
Internacional de los trabajadores o a cualquiera otra
Asociación internacional, sea pública o privada, que profese las
mismas doctrinas y tenga el mismo fin, será castigado con prisión
de dos meses a dos años y con multa de 50 a 1.000 francos. Además
será privado de todos los derechos cívicos, civiles y de familia
enumerados en el art. 42 del Código penal.
Podrá
ser sometido a la vigilancia de la alta policía por cinco años, sin
perjuicio de las penas más graves aplicables conforme con el Código
penal, a los crímenes o delitos de que los miembros de estas
asociaciones se hayan hecho culpables como autores principales o como
cómplices.
Art.
2.º Será castigado con las mismas penas y despojado de pleno
derecho de la calidad de francés, cualquiera que por uno de los
medios enunciados en el art. 1.º de la ley de 17 de mayo de 1810
haya excitado a los habitantes de una parte del territorio francés a
sustraerse a la Asamblea nacional, sea anexionándose a un Estado
vecino, sea constituyéndose en Estado independiente, sin perjuicio
de las penas más fuertes en que hayan incurrido con arreglo a los
artículos 81 y siguientes del Código penal.
Art.
3.º El art. 463 del Código penal podrá ser aplicado en cuanto a
las penas de prisión y multa pronunciadas por los artículos
precedentes.» (Diario
“La Época”.
Madrid. 19 de Agosto de 1871)
Es
obvio que Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez no son
precisamente peligrosos agentes de la I Internacional o Asociación
Internacional de Trabajadores, ni peligrosos revolucionarios huidos
tras ser aplastada la Comuna de París, motivo por el que se
perseguía en 1871 a los miembros de la AIT. A lo sumo podría
decirse de ellos que son agentes bien pagados de la concertación, la
paz social y la perpetuación del poder del capital, lo mismo que el
resto de las cúpulas de CCOO y UGT.
Pero
los 300 sindicalistas sobre los que pende la amenaza de penas de
prisión por participar en huelgas en defensa de los derechos de la
clase trabajadora nada tienen que ver con los privilegios y la cómoda
posición de ambos dirigentes sindicales.
Los
8 de Airbus son el mascarón de proa de la campaña, a la que las
direcciones de CCOO y UGT han ido a regañadientes, tras mucho tiempo
haciendo silencio y sordina e intentando rebajar las penas a multas
por detrás de los juzgados o acogiéndose a una pseudoforma de
amnistía, como si hubieran cometido delito; como si la huelga fuera
delito. Sobre cada uno de ellos recae una media de más 8 años de
cárcel (66 años a repartirse entre 8 trabajadores) por su
participación en la Huelga General del 29-S de 2010.
Ha
sido un movimiento desde las bases sindicales el que les ha
reivindicado junto al resto de los casi 300 sindicalistas -cuyas
direcciones sindicales han ocultado celosamente la lista completa de
los mismos para dificultar ese movimiento de solidaridad y poder
pastelear con el gobierno, la fiscalía y los poderes fácticos del
capital su libertad-, razón por la que desconozco si hay entre esos
300 encausados militantes de otros sindicatos, que seguro que los
hay.
Al
conjunto de esos 300 sindicalistas se les pide más de 100 años de
cárcel, lo que indica que con los 300 de Airbus, una gran empresa de
plantilla combativa, se quería hacer un escarmiento especial con el
fin de amedrentar al conjunto del movimiento sindical español y al
conjunto de la clase trabajadora del país, como si ir a una huelga
general con amenazas de cierres patronales y de despidos a los
participantes en un país con casi 4.500.000 parados oficiales no
fuera bastante represión y chantaje empresarial.
Cuando
hablo del conjunto del movimiento sindical español no me refiero a
las cúpulas sino a esos 300 sindicalistas, a los mineros, a los
trabajadores de Panrico, de Coca-Cola, de la limpieza de Madrid, de
Madrid Río, del Metro de Madrid y de tantas y tantas luchas que sí
han representado la dignidad de la clase trabajadora y no los
burócratas sindicales cuyos sentimientos de clase están más cerca
de aquellos con los que negociaban -que ya no les necesitan- a mesa y
mantel.
Hace
tiempo que el capital y su Estado -el Estado no es neutro, de forma
que obedezca a los dictados de cualquier clase social o facción
política que represente distintos y hasta enfrentados intereses de
clase (esa es la “ilusión democrática” con la que mercadea el
reformismo procapitalista- han decretado el fin del contrato social y
el inicio de una guerra de clases que gran parte de la clase
trabajadora se niega a percibir o que, cuando lo percibe, espera a
que el temporal escampe, creyendo que estamos ante una crisis
coyuntural más y que cuando ésta pase, se recuperará lo adquirido
tanto en forma de salarios, como de empleo y de derechos y
condiciones de contratación y de trabajo. Vana ilusión.
Esta
crisis del capital no es una crisis cíclica más. Es una crisis de
sobreproducción que ha detonado en forma financiera y que los
capitalistas y sus Estados no son capaces de superar por más
centenares de miles de millones que hayan
inyectado a bancos y entidades financieras sino que, al contrario,
está entrando en una fase
de próxima implosión con efectos aún más letales sobre la
economía mundial y de las clases trabajadoras en general, que verán
aún más recortados sus salarios, depauperadas sus condiciones de
vida, incrementadas sus cifras de paro y perdidos sus derechos
históricos conquistados.
Mientras
tanto, la estrategia del capital es deshacerse de todo lo que
signifique para él coste social, recuperar para el mercado lo que
antes fue público para tratar de mantener la tasa de acumulación
del capital, endurecer las legislación sobre libertades de reunión,
manifestación, expresión, etc. hacia un concepto de “seguridad”
pública y modernizar la dotación de sus cuerpos policiales,
preparando el terreno para un incremento aún mayor de la represión
porque saben que la recuperación de la lucha de clases se producirá
con el desinfle de la ilusión democrática y la nueva fase de
depauperación vital de clase trabajadora.
Esto
lo sabíamos y denunciamos quienes en su día creamos la Coordinadora
Paremos la Criminalización de la Protesta Social, boicoteada y
reventada desde dentro
por el PCE/IU/Izquierda Abierta y desde fuera por los convocantes
de manifestaciones de hologramas de No Somos Delito, ligados a
Podemos, y que tanto problema tenían en coincidir estratégicamente
con quienes reivindicábamos la defensa de las libertades de un modo
especial para la clase que sería más duramente reprimida, la
trabajadora. Lo suyo era ya cuando aparecieron “la gente” y “los
ciudadanos”.
Hoy
la defensa de esas libertades sigue siendo fundamental para que la
clase trabajadora no se vea aplastada; es algo que comprenden muy
bien el capital, su Estado y sus partidos de turno en cada ocasión.
Por
eso creo que todo trabajador con conciencia de clase o incluso sólo
con instinto de ella debe de estar, aunque para ello tenga que
ponerse una pinza en la nariz, en
la manifestación en apoyo de los 8 de Airbus del jueves 11 de
Febrero a las 6 y media de la tarde y que transcurrirá de Cibeles a
Sol en Madrid porque son
ellos quienes pueden comerse el marrón de la cárcel por defendernos
a todos los trabajadores y no ningún “dirigente”
sindical de alto nivel.
Que
nadie entienda que apoyar a los sindicalistas represaliados y
criminalizados es dar un voto en blanco, ni siquiera un balón de
oxígeno a sus direcciones porque ya no queda en ellas ni un ápice
de credibilidad. Pero pretender no ser solidarios con quienes
arriesgan la cárcel por apoyar la causa de los trabajadores sería,
además de miope y estúpido, indecente.
Más
tarde será hora de ajustar cuentas con las claudicaciones
sistemáticas de los burócratas sindicales y con sus estructuras
intermedias antes llamadas de “aristocracia obrera” y que hoy
sólo merecen el nombre de pancistas vendeobreros.
La
doble criminalización de la libertad de expresión por los elementos
fascistas y por los podemitas
“La
ley que incrimina las opiniones no es una ley del Estado para los
ciudadanos sino la ley de un partido contra otro. Ella suprime la
igualdad de los ciudadanos frente a la ley. No es una ley de unión
sino una ley de separación y todas las leyes de separación son
reaccionarias. No es una ley sino un privilegio. (…) en una
sociedad en la cual un solo órgano se cree el único y exclusivo
poseedor del Estado y en la cual un gobierno entra en una
contradicción de principio con el pueblo y considera por ello su
propia opinión, aunque ésta sea contraria a la naturaleza misma del
Estado, como la opinión general y normal, la mala conciencia de la
facción inventa leyes tendenciosas, leyes de venganza contra una
opinión que sólo se encuentra entre los miembros del gobierno.”
(“Observaciones sobre la reciente reglamentación de la censura
prusiana”. Karl Marx. 1843)
“Los
expertos de la ONU señalaron que la definición de los delitos de
terrorismo y las disposiciones relativas a la criminalización de los
actos de "incitación y enaltecimiento" o "justificación"
del terrorismo" incluidas en el proyecto de ley de Reforma del
Código Penal en materia de delitos de terrorismo "son
excesivamente amplias e imprecisas".
"Tal
como está redactada, la ley anti-terrorista podría criminalizar
conductas que no constituirían terrorismo y podría resultar entre
otros en restricciones desproporcionadas al ejercicio de la libertad
de expresión", recalcó Kaye.” (“La ONU critica la
reforma del Código Penal y la llamada "Ley Mordaza" de
España”. Agencia EFE. 23 de Febrero de 2015).
El
pasado 5 de Febrero estaba prevista la representación de la obra de
títeres “La Bruja y Don Cristobal” por los titiriteros de la
compañía Desde Abajo en el canal de Isabel II de Madrid.
La
obra, que los propios titiriteros (Alfonso Lázaro y Raúl García)
se inscribe dentro de la tradición de guiñoles conocida como
títeres
de cachiporra, cuya existencia se remonta hasta la Edad Media y
tiene su representación en distintos países de Europa.
Cualquiera
que se dé un paseo un domingo por parque de El Retiro en Madrid verá
representada esta tradición para todos los públicos, pues es en
abierto, incluidos los niños.
Los
guiñoles que, para quien no lo sepa o pretenda fingir que no lo
sabe, son muñecos representan personajes variopintos, unos buenos y
libres, otros malvados y opresores.
En
España la tradición de los títeres de cachiporra fue recogida por
primera vez en una coproducción entre Manuel de Falla, un señor
nada sospechoso de ser un peligroso anarquista -ahora los
criminalizan como tal desde la Brunete mediática de la ultraderecha
porque uno de ellos es miembro de la CNT, como si éste no fuera un
sindicato legal- y el poeta y dramaturgo Federico García Lorca en
1923 en una obra llamada
La
niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón. La
obra se llamaría mas tarde El
Retablillo de don Cristóbal.
A García Lorca
sí que le sigue
teniendo
ganas la caverna ultraderechista española, esa que piensa que bien
asesinado estaba por rojo y maricón. Mientras tanto los libros de
texto aprobados por el Ministerio de Educación del gobierno del PP
para la educación primaria de este país afirmaban hasta no hace
mucho que Lorca se
murió.
Si
nos descuidamos y vuelven a gobernar no me sorprendería que
modifiquen el “dato” afirmando que anda todavía por ahí
“haciendo las Américas con su compañía”.
Al
poder político, económico y eclesiástico nunca le gustaron los
títeres de cachiporra porque hacían hablar y actuar a unos muñecos
de guante y de madera pero no le quedaba otro remedio que tolerarlos
en la mayoría de las ocasiones, por esa misma razón, so pena de
hacer el ridículo porque tendrían que encarcelar no sólo al
titiritero sino al títere, medio que expresa la irreverente burla.
Como
afirma la periodista Marta Peirano en un interesantísimo artículo
del que les he puesto el enlace más arriba
“Los
títeres de cachiporra son políticos de nacimiento y violentos por
definición: son la proyección popular de la libertad contra la
opresión. Se reconocen porque no son de cuerda sino de guante, y
porque siempre pegan al poderoso, al rico, al policía, a la
autoridad”
Si
se afirma que los contenidos de la representación eran violentos y
no para niños convendría recordar lo que la aludida obra
coproducida por Lorca y Falla decía y hacía. Reproduzco
literalmente un párrafo del interesante artículo que ya les ha
mencionado:
"Oigan
señores el programa de esta fiesta para niños, que yo pregono desde
la ventanita del guiñol, ante la frente del mundo", dice Lorca.
Su Don Cristobal es un viejo verde que se casa con la bella Rosita en
contubernio con la codiciosa madre de la muchacha, que le pega los
cuernos con cuatro amantes hasta que queda embarazada de cada uno de
ellos. A medida que van saliendo los niños, Don Cristobal les sacude
un porrazo porque cada uno es de un hombre distinto. Esto es sólo el
comienzo de un largo relato de enredos, cachiporrazos y crueldades
sin fin.”
Por
cierto, aunque no es un guiñol sino un muñeco de paja de tamaño
natural vestido de negro, en el festejo de Carnaval de Villanueva de
la Vera (Cáceres), el Peropalo representa a un personaje malvado, un
hombre de poder según algunas versiones, que es manteado,
descuartizado, disparado con escopeta y finalmente quemado por la
población de la localidad que participa en la festividad. Esa
actividad es representada en plaza pública ante la vista y jolgorio
de niños y mayores. ¿Violento? Es un muñeco.
El
toro de La Vega, un animal de carne y hueso, es alanceado hasta su
muerte en la localidad del mismo nombre en una fiesta que se
considera una tradición y nadie ha prohibido. También hay niños
entre los pobladores de la localidad. No he escuchado a muchos jueces
ni padres de allí escandalizarse ni les he visto rasgarse las
vestiduras.
Y
ahora vayamos al fondo de la cuestión:
En
el teatrito de pressing catch (recordaré que es una representación
con tongo socialmente asumido) al que nos tienen acostumbrados la
derecha del PP y su “oponente” de turno (durante muchos años el
PSOE, hoy Podemos y sus marcas) ganar una posición, colarle un gol
es un objetivo en el que ambos ponen el máximo empeño. Nada real se
transforma en esa performance política.
La
representación de ese teatrito de Don Cristobal que conforman PP y
Podemos suele ser incruenta, salvo la dimisión de algún personaje
menor. En este caso, la peleita virtual a través de los medios y de
las redes sociales, en las que los hinchas de un lado y de otro
participan como comparsas airadas, sí que ha tenido su consecuencia.
La prisión provisional y sin fianza de Alfonso Lázaro y Raúl
García por decisión de un juez fascista, con pasado como policía
franquista, llamado Ismael Moreno, del que recomiendo conocer su
http://canarias-semanal.org/not/17736/el-juez-de-los-titiriteros-un-ex-policia-franquista-metido-a-magistrado-de-la-audiencia-nacional/
¿Hay razones para inhabilitarlo como incapacitado para impartir
justicia? Yo creo -pero es sólo una opinión en mi ejercicio de la
libertad de expresión- que SÍ.
Entrar
a explicar el contexto de la obra, los significados reales de las
escenas “violentas” y el papel que juega la pancarta “Alka-ETA”
como explicación de tantas pruebas fabricadas por una policía de
comportamiento mafioso y terrorista (recordemos el caso Alfon, en
prisión FIES) es caer en la trampa de situar el derecho a la
libertad de expresión y de creación intelectual a la defensiva.
¡VOSOTROS FASCISTAS SOIS LOS TERRORISTAS!
Conviene
aclarar que la compañía Desde Abajo actúo contratada por el
Ayuntamiento de Madrid cuando era alcaldesa Ana Botella y entonces
nadie se rasgó las vestiduras, del mismo modo que esta compañía ha
actuado en diversas localidades de España sin que nadie lo hiciese,
quizá porque los responsables de la representación objeto de tanta
ira garrula siempre han distinguido entre sus obras para niños y sus
obras para adulto y dejado claro que ésta lo era para adultos. Otra
cosa muy distinta es la responsabilidad de quienes contrataron su
actuación.
La
caverna mediático-fascista gritaba “apología de ETA, violaciones
en un espectáculo con niños. ¡Crucifícalos!”. Y el “juez”
Ismael Moreno sin esperar a que pasaran los carnavales y que llegase
la Semana Santa, se saltó todo el período de la Cuaresma y les
crucificó. A la fiesta se sumo ese engendro de la AVT, que ha
secuestrado el nombre de las víctimas del terrorismo, se ha
querellado contra unos cómicos que movían a unos títeres
representando una función. Y de paso, ha dejado en el más
lamentable ridículo a la memoria de esas víctimas y a los
familiares de las mismas que no hacen bandera fascista de la sangre.
¿Pero
era un espectáculo para niños?
Lo
primero que convendría saber es cuántos fueron los padres
escandalizados, qué conocían o no de la tradición de los títeres
de cachiporra y si se rasgan igualmente las venas ante los
espectáculos degradantes que en horario infantil nos dan
televisiones como Tele 5 o si controlan los contenidos televisivos,
así como los usos del móvil y de Internet que hacen sus hijos.
Tengo la convicción de que una buena parte de los airados padres
ante el teatrito de títeres no pasarían la prueba.
En
segundo lugar convendría preguntarse a qué jugaron los
organizadores y responsables de comunicación del Carnaval de Madrid
(Ayuntamiento) cuando comunicaron a la vez que no era un espectáculo
para niños sino para adultos y que era para todos los públicos:
Podemos y sus marcas blancas, Carmena y su equipo municipal se superan. Hasta ahora habían sido capaces de decir una cosa y a renglón seguido otra. Pero decir dos cosas opuestas a la vez entra dentro de la categoría de lo insuperable.
Convendría
interrogarse por el carácter progresista de la Concejala de Cultura
y ex okupa del Patio Maravillas (gran precursor podemita), corriente
institucional de pacto con el Ayuntamiento de Madrid de la era
Gallardón, doña Celia Mayer, cuando presentó denuncia a través de Madrid Destino
(empresa municipal) contra los dos titiriteros por enaltecimiento del
terrorismo. Actúo igual que la AVT, Ismael Moreno y la Brunete
mediática fascista. Su decisión, por elevación, es como si la
hubiera tomado la Alcaldesa Manuela Carmena, esa señora tan
defensora de los derechos humanos que dejó morir a un preso de los
GRAPO, cuando era jueza penitenciaria, que se encontraba en huelga de
hambre pidiendo mejoras de las condiciones carcelarias y reagrupación
de los presos.
Que
ahora Celia Mayer, máxima responsable de Cultura en el Ayuntamiento
y, por tanto, del Carnaval de Madrid, o al menos de su parte
municipal, se plantee retirar la denuncia es sólo consecuencia
oportunista, que no sensible, del cabreo popular y democrático
contra el encarcelamiento de los dos titiriteros de Desde Abajo.
No
basta con que cesase al director artístico municipal que programó
la contratación de los títeres en un intento de soltar lastre,
hacer rodar una cabeza de turco y salvar sus posaderas municipales.
Debe dimitir ella misma, como máxima responsable de Cultura y, en
consecuencia, de la programación del Carnaval de Madrid en la parte
que compete al Ayuntamiento. Su papel como chivata de la policía,
acusadora e incriminadora e inquisidora de dos pobres cómicos, lo
exige y la decencia política, de la que tanto alardean los
podemitas, también.
Que
doña Manuela Carmena calificase de “espectáculo deleznable”
la representación sólo indica
que la deleznable, indigna y despreciable es ella, incapaz de asumir
los errores municipales como máxima representante de un Ayuntamiento
que un día sí y otro también hace el ridículo por sus idas y
venidas, pseudoavances y retrocesos reales (Ley de Memoria Histórica
municipal parada), desprecios a los trabajadores de limpieza
municipal, Coca-Cola (arbolito navideño de la marca cuando ellos
están en lucha), progresismo de cartón piedra, exhibición de
orgullo porque Madrid sea con su mandato un lugar privilegiado para
especuladores internacionales, reino de Taifas administrativo y casa
de tócame Roque de descoordinación.
¿Está la señora Carmena, jueza jubilada, mostrando una pauta de comportamiento corporativa con el sector más reaccionario y fascista de la judicatura, en concreto con alguien como Ismael Moreno? La pregunta creo que no es demasiado ociosa.
¿Está la señora Carmena, jueza jubilada, mostrando una pauta de comportamiento corporativa con el sector más reaccionario y fascista de la judicatura, en concreto con alguien como Ismael Moreno? La pregunta creo que no es demasiado ociosa.
En
su calificación de la obra, la señora Carmena no quedó muy por
detrás del Ministro del Opus y violento destructor de libertades, y
personaje siniestro, Jorge Fernández Díaz, para el que la
representación fue “repugnante”
La
explota-bebés, para su promoción personal, en el Congreso -que
tiene guardería y ella misma una nany que esperaba fuera al niño- y
antiabortista (“El aborto no es un tema que construya potencia
política de transformación social y, por lo tanto, no es
prioritario” , Carolina
Bescansa, una de las máximas dirigentes de Podemos, ha declarado
sobre la cuestión lo siguiente:
"El
ayuntamiento de Madrid resolvió de manera inmediata y fulminante el
asunto, relegando de su responsabilidad a las personas que
organizaron el carnaval y denunciando a los titiriteros"
(…) "Este es un asunto deplorable. Fueron unos
títeres absolutamente impresentables. Aquí lo que ha pasado es que
ha habido una compañía que ha hecho una cosa muy mal y ahora deben
responder"
Pero
si todo lo anterior indica la calaña humana de los apaleadores de
titiriteros, no debemos olvidar a los relativizadores de la
criminalización.
Veamos
el vídeo de la intervención de la señora Bescansa con sus consideraciones sobre el asunto:
Veamos
como Pablo Iglesias intentaba hacer luz de gas sobre la cuestión:
Es
cierto que hay cosas muy graves en este país pero no le preocupan
tanto al señor Iglesias como el intentar zafarse del comportamiento
irresponsable y de chivatos de la policía de Podemos y de su marca
blanca en el Ayuntamiento de Madrid, Ahora Madrid.
Ramón
Espinar, senador de Podemos por Madrid, e hijo del usuario de tarjeta
black de Bankia, y miembro del PSOE del mismo nombre, intentaba
zanjar el asunto con una mera alusión a error.
Y
los titiriteros acusados por los podemitas que se pudran en la
cárcel.
El diputado de Podemos en la Comunidad de Madrid, Emilio Delgado, sube un escalón y llama "zumbados" a los dos artistas, a quienes acusa de abusar de la confianza de quien les contrata y de la atención del público.
De paso, que nada debe ser desaprovechado, ataca a sectores de izquierda por criticar las canalladas de Ahora Madrid, títeres de Podemos.
Tengo calificativos hacia este señor que estoy recitando mentalmente pero que no los traslado al texto por respeto a todos ustedes.
El diputado de Podemos en la Comunidad de Madrid, Emilio Delgado, sube un escalón y llama "zumbados" a los dos artistas, a quienes acusa de abusar de la confianza de quien les contrata y de la atención del público.
De paso, que nada debe ser desaprovechado, ataca a sectores de izquierda por criticar las canalladas de Ahora Madrid, títeres de Podemos.
Tengo calificativos hacia este señor que estoy recitando mentalmente pero que no los traslado al texto por respeto a todos ustedes.
Para
Jorge Moruno, voz de su amo de Público (diario oficial de Podemos) y
de Roures y dirigente podemita, el problema estaba en el
comportamiento de los artistas, razón por la que echaba su palada de
basura sobre ellos, sin olvidarse de atacar a quienes denunciamos la
canallada de su partido.
Un
sujeto realmente aborrecible este señor.
Conviene
señalar que cuando ante un “error” -vulgo canallada del cobarde
que evita asumir sus propias responsabilidades sin descargarlas en
quienes no la tienen- se actúa mancomunadamente en una estrategia de
luz de gas sobre esos “errores”, desvío del balón y colectiva
actuación indigna (algún día habría que pedirles explicaciones a
los cheerleaders podemitas en las redes sociales, capaces de
justificar las mayores infamias de su partido, del mismo modo que
sucede en otros partidos) estamos ante una asociación de canallas
sin principio moral alguno.
Mención
aparte están todos esos opinadores de ocasión que por motivos
políticos, desinformación o mala intencón, que de todo ahí
quieren quedar bien con unos y con otros, hacer casar lo justo con lo
injusto, repartir culpas entre quienes la tienen y quienes no. Me
refiero a los que dicen aquello de “injusticia” “barbaridad”,
“salvajada”, “arbitrariedad” PERO...no era para niños.
Ese
PERO está paliando lo que dice rechazar, la cárcel. “Olvida”,
“ignora” o hace “abstracción” de que los titiriteros
aclararon siempre que su espectáculo era para adultos y que el
“error”, que no es simple “error” sino una mezlca de
estupidez, inepcia, malas artes, engaño, cobardía y falta de
decencia, hace que la carga de la prueba caiga del lado de políticos,
administradores, creadores de envenenada opinión y forofos
incondicionales de lo que diga el político de turno, sin un instante
de vacilación, duda, investigación y reflexión sobre los hechos.
Consecuencia: dos inocentes entrullados.
Una de las campeonas de ese PERO es la señora Ada Colau, alcaldesa de Barcelona. Fíjense en la parte final de su texto en facebook
Por cierto, doña Ada Colau repite los mismos esquemas de comportamiento con los trabajadores del Metro de Barcelona que en su día tuvo Esperanza Aguirre, con los del Metro de Madrid, negándose a dialogar con ellos mientras estén en huelga. Cosas del cambio de los gobiernos de progreso.
En ese discurso de equidistancia calculada está la esencia del discurso podemita, ciudadanista, reformista y de la gente. Un proyecto que sólo consiste en defender el voto con uñas y dientes para hacer vaya usted a saber qué porque, ante el menor contratiempo o presión, se bañan en dos ríos a la vez, matizan y reculan. Lo importante es para ellos el gobierno, que no el poder. Una vez aposentados en él ya se irán improvisando y dosificando las renuncias, si no se producen todas a la vez, estilo Syriza. Y es que el capital sabe muy bien que cuando se le agotan unos caballos hay que cambiarlos por otros de refresco que mantengan la ficción gatopardiana de "cambio" en base a ilusiones de ilusionistas para ilusionados que, cuando se desilusionen, se irán a casa completamente desmovilizados porque tampoco es cosa de esforzarse mucho más allá de votar cada 4 años.
Una de las campeonas de ese PERO es la señora Ada Colau, alcaldesa de Barcelona. Fíjense en la parte final de su texto en facebook
Por cierto, doña Ada Colau repite los mismos esquemas de comportamiento con los trabajadores del Metro de Barcelona que en su día tuvo Esperanza Aguirre, con los del Metro de Madrid, negándose a dialogar con ellos mientras estén en huelga. Cosas del cambio de los gobiernos de progreso.
En ese discurso de equidistancia calculada está la esencia del discurso podemita, ciudadanista, reformista y de la gente. Un proyecto que sólo consiste en defender el voto con uñas y dientes para hacer vaya usted a saber qué porque, ante el menor contratiempo o presión, se bañan en dos ríos a la vez, matizan y reculan. Lo importante es para ellos el gobierno, que no el poder. Una vez aposentados en él ya se irán improvisando y dosificando las renuncias, si no se producen todas a la vez, estilo Syriza. Y es que el capital sabe muy bien que cuando se le agotan unos caballos hay que cambiarlos por otros de refresco que mantengan la ficción gatopardiana de "cambio" en base a ilusiones de ilusionistas para ilusionados que, cuando se desilusionen, se irán a casa completamente desmovilizados porque tampoco es cosa de esforzarse mucho más allá de votar cada 4 años.
Son
otro tipo de cómplices con la opresión y con la salvajada
arbitraria de un juez y de una coalición de políticos sin
escrúpulos de unos y otros partidos. Y son cómplices por
oportunismo de salvar los votos hasta de donde nunca les llagarán.
Sólo
pondré un ejemplo que me resulta particularmente triste porque
proviene de alguien, hoy recién estrenada diputada, a la que conozco
personalmente, con quien he tenido en el pasado un trato afable y
que, por encima de las capacidades políticas de las que disponga,
siempre he considerado una buena persona. Me refiero a la diputada de
IU-UP, Sol Sánchez.
Uno
no se equivoca nunca si ante el atropello y la arbitrariedad del
poder y de la judicatura condena a ambos porque no hay matices ante
lo injusto y descabellado.
La
alusión al supuesto “error” o bien cargaba algo de
responsabilidad en los artistas o bien suavizaba la canallada
política como algo involuntario.
Es
cierto que posteriomente Sol Sánchez, en una acción que la honra,
matizó su tuit anterior en varios otros
Ante la dinámica de fascistización del Estado capitalista español sólo nos caben dos cosas: exigir la inmediata excarcelación de los dos titiriteros y la retirada de las iniciativas del ministerio fiscal contra los 300 sindicalistas, junto con la exigencia de las responsabilidades políticas y de otro tipo que corresponda aplicar a los criminalizadores en cada uno de sus ámbitos, y organizarnos para la pelea porque la lucha contra el neofascismo estatalizado y contra el capital que se ampara tras él será especialmente dura.
Es caro el oficio de titiritero cuando se paga con la cárcel un trabajo por el que apenas iban a cobrar 1.000 euros por las dos actuaciones cuando el encargado de programar las actuaciones iba a cobrar 5.600 y la coordinadora artística de la empresa municipal organizadora de los Carnavales, Madrid Destino, se llevará 23.000 euros.
“¡Cómicos!
Duermen
vestidos,
viven
desnudos,
beben
la vida a tragos.
Son
adorados,
son
calumniados
como
dioses de barro.”
(Victor Manuel San José)