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19 de junio de 2015

POR EL DERECHO DE ALFON A SER UN JOVEN FELIZ

Por Marat

Habré cruzado con Alfon no más de 3 minutos de conversación. Un rato antes de hacerlo estuve mirándole fijamente y percibiendo en él la expresión gestual de un muchacho absolutamente normal que parece mirar a la vida como tantos chicos de su edad lo hacen: con sed irresistible de vivirla.

Se encontraba entonces en la libertad que queda entre condena y condena, entre privación del aire fresco y privación de nuevo de éste. Jugaba a las bromas de tantos chavales con sus “colegas” y se notaba en el juego el cariño mutuo que de un lado y otro se profesaban.

Me gustó ese Alfon. Irradiaba la luz de quienes saben lo que son y el peso que ello conlleva sin perder la limpieza de la mirada. Los cachorros masculinos tienen esa ternura torpe que se les escapa sin querer. Son menos delicados y a la vez más directos que las hembras de nuestra especie que dan su amor de modo que nos desarma a los aspirantes a hombres.

En Alfon la manifestación de la fuerza bruta a la que llaman justicia había decidido hacer ejemplo. De Vallecas, joven, comunista, querido por los suyos, que son muchos más que su familia, ejemplar en sus acciones solidarias, buscador de un mundo más justo e igual. Había que dar una hostia (las hostias son con hache, el resto son cobardías de quienes no se atreven a llamar las cosas por su nombre) paradigmática en carne joven que valiese para todos l@s muchach@s que se atreven a decir NO y lo hacen desde su condición de habitantes de barrios obreros, de nacidos en familias de clase trabajadora, que no son ni “ciudadanos”, ni “gente” ni nada extraño que se disfrace, sino aspirantes conscientes a entrar en el mundo de la explotación laboral que rechazan el orden establecido de las cosas.

Más tarde, después de alguna conversación directa, hablé telefónicamente con Elena Ortega, su madre, al inicio de mis proyectos de defensa de las libertades y de lucha contra la represión. Pretendía contar con Alfon para la presentación de una plataforma (PDLD) que fue la chispa de las primeras denuncias y de otras iniciativas posteriores (Coordinadora Paremos la Criminalización de la Protesta Social) que marcaron el inicio, desde una posición de clase, del rechazo frontal a las políticas liberticidas y criminales y contra los derechos a la palabra por parte del PP. Entonces Elena me dijo eso de “no vamos a participar en ningún acto contigo porque eres del Frente Cívico”. Me quedé a cuadros. Llevaba ya mucho tiempo denunciando lo que significaba el anguitismo y sus “civismos”. Justo fue a dar con un anti-ciudadanismo y antitransversal en lo ideológico y a condenarle como si fuese otra cosa. Aunque pudiera haber devuelto a Elena una respuesta que le interrogase sobre pasadas militancias, no estaba preparado para tal arremetida. Alguien le había comido la oreja y el coco con una falsa información. Justamente quien, tras haber proyectado el caso Alfon al estrellato de los represaliados por el gobierno del capital, habría de fallarles, como ha fallado de modo extraño a pacientes desatendidos y en peligro de muerte por la sanidad. Lo dejo ahí.

A la primera no lo lograron. Los meses que estuvo en prisión ni le doblegaron ni domaron ni hicieron de Alfon otro Alfon. Seguía siendo un chaval comunista. Malas noticias para los hijos de puta. Entonces incluso grupos parlamentarios se pronunciaron por su libertad. Los medios “progres” (¡qué asquerosos son!, tanto como El País o El Mundo) defendieron su inocencia. Ahora no sé muy bien qué está pasando pero empieza a ser sospechoso por parte de ciertas “izquierdas” que Alfon deba comerse el marrón de su pérdida de libertad antes de que se pronuncien contra la brutalidad injusta de un gobierno fascista que ha decidido joderle la vida a un chico para que el resto aprendamos a “mamarla”. ¿A qué juegan los parlamentarios, concejales y diputados autonómicos? Están constituyéndose, vale prostituyéndose, como es habitual en ellos.

Hubo un tiempo en el que Alfon dijo algo así como que no quería ser un modelo para los demás. Creo que había dejado claro que simplemente se había comportado como un joven comunista (el mundo y el ayuntamiento de Madrid están llenos de mierdas que insultan tal proyecto) con ganas de vivir. Eso es lo que debemos reivindicar como propio de él: su risa y su deseo de un mundo más igual, que no puede ser la mierda que nos ofrece el capital a través de sus cómicos.

Veo a Alfon y pienso en mi hijo, Otro de tantos chavales que miran al mañana y dicen "esto es una puta mierda". ¿De verdad puedo añadir valor a su rabia, a una ira nada  tuitera sino llena de la furia de quienes se saben hijos del agobio y de unos padres que no saltaron de clase en ninguno de los prometedores años del desarrollo? NO.

Cuando contemplo esa mirada sólo me sale la ternura de papá moñas que dice "quieren joder a mi chico". Si ustedes fueran padres por un instante, reales o mentales, me entenderían.



Las madres son lo mejor que recibe en herencia cada ser humano. Andan por ahí unas Madres Contra la Represión que desde el primer día amaron al niño Alfon. Son maravillosas. Y no sólo defienden a nuestro chaval sino a muchos otr@s chic@s que han de ser defendidos porque en su poligonero modo de decir NO nos hacen mejores. Hombres, seguid  a estas chicas porque saben expresar el amor, eso que ha de ser parte fundamental de la revolución comunista. 

Alfon va a pringarla de nuevo. Ya tiene 23 años. Le llevan jodiendo desde hace dos. Seguramente sonarán en su juvenil cabeza y en su corazón como si fueran 20. La actitud criminal del gobierno del PP y de sus jueces mamapollas es repugnante, como lo ha sido contra todos los sindicalistas, trabajadores y luchadores que durante estos años han combatido al capital y no se han limitado a hacer manitas al aire en las plazas o a pedir transparencia.

La mochila de Alfon ya huele. Hay un montón de hijos de la gran puta en la policía, la guardia civil y en los juzgados que pretenden llenar de amonal el derecho a la resistencia y, por medio, un gobierno del capital que ha decidido que aprendamos en Alfon a respetar la mierda de su sistema capitalista.

Estar con Alfon ya no puede ser cosa de comunistas o de libertarios. Estar con Alfon, un chaval del barrio, tiene que ser cosa de amigos y de colegas. Apoyar a Alfon es estar con los nuestros.

Su libertad nos exige verle de nuevo riéndose libre en su barrio de Vallecas.