31 de agosto de 2015

UN PUNTO DE ENCUENTRO


En estos momentos el discurso comunista no goza de una mínima difusión en la sociedad. Los partidos comunistas de voto mayoritario en occidente enmascaran sus siglas dentro de coaliciones de marca blanca, defienden programas políticos y económicos de corrección del capitalismo y evitan en su discurso cualquier mensaje que pudiera ser interpretado como una salida de tono dentro de los límites impuestos por el sistema.

Esta precaución al hablar, quizás al pensar, se ha contagiado a la militancia. Y no hablamos de aquellos para los que el lenguaje ambiguo es una manera de medrar en busca de un sillón. Por desgracia, los comunistas de corazón que militan en la base o que simplemente participan en colectivos sociales son igual de cuidadosos a la hora de identificar su ideología, exponer abiertamente sus verdaderas aspiraciones, apelar a la clase trabajadora o defender las medidas que pueden abrir el camino a la lucha efectiva. Y, como sugeríamos anteriormente, parece evidente que esta moderación en el mensaje se ha instalado más profundo, que hemos cedido a la automoderación de objetivos o de pensamiento.

No vamos a entrar ahora en las causas del proceso que nos ha traído hasta esta situación, aunque tampoco vamos a asumir toda la culpa: es obvio que el sistema capitalista controla quién habla y qué se puede decir, y ello en una situación de total hegemonía desde que desapareció la Unión Soviética. Sin embargo, el objetivo del capital es la eliminación definitiva de todo rastro de ideología marxista y para ello el ataque ha entrado en estos momentos en una nueva fase.

La última crisis capitalista ha puesto abiertamente de manifiesto, especialmente en el sur de Europa, un proceso que venía gestándose desde los años setenta. La búsqueda incesante de una mayor tasa de beneficio traspasó hace tiempo los límites del crecimiento natural del capital. Tras recurrir a la liberalización, el endeudamiento y las burbujas especulativas solo queda concentrarse en el recurso clásico: la elevación desenfrenada de los niveles de explotación. La inevitable respuesta en la calle está siendo gestionada por dos vías: a la vez que se refuerzan de manera obvia las medidas represivas, se abren otros caminos más sutiles de reconducción institucional del descontento. Esta última es la función que han asumido partidos políticos como Podemos o Ciudadanos en España. El sistema capitalista no tiene ningún problema en aceptar formaciones que no cuestionen su modo intrínseco de funcionamiento. Si debe sacrificar a los actores que hasta ahora han protagonizado el juego parlamentario y reemplazarlos por dos fuerzas similares, no hay problema. Si por el camino el propio desencanto en los resultados de las nuevas formaciones revitaliza a las de siempre, tampoco pasa nada. Lo importante es que parezca que el problema estaba en el modo torpe o corrupto con el que se gestionaba el sistema, no en el sistema mismo; que, en definitiva, el sistema provee los propios mecanismos que lo corrigen.

Pero esta estrategia de reconstitución no se ha limitado a un mero reemplazo de actores: las nuevas formaciones, especialmente las que deben ocupar el espacio de la izquierda, han venido acompañadas de un armazón teórico que aspira a ocultar el enfrentamiento entre clases puesto de manifiesto por el marxismo. Ya sea que Podemos se convierta en el recambio del PSOE o, lo que parece más probable, asuma el papel de muleta que representaba Izquierda Unida, el hecho importante es que viene a reemplazar todos los referentes de la izquierda del último siglo. Para ello no han tenido que recurrir a novedosas teorías sociales o a intelectuales de prestigio. La debilidad de nuestra posición les ha permitido presentar como novedoso un refrito de tópicos mil veces utilizados desde el siglo XIX para engañar a la clase trabajadora. La autoridad intelectual la basan en “pensadores” de segunda fila que gustan de autoproclamarse “postmarxistas”, más por el prestigio de juntar su nombre al de Marx que por el hecho de haber aportado o rebatido una sola linea al pensamiento de éste.

La apelación al ciudadano frente al trabajador, el reemplazo del eje derecha-izquierda por el vertical del arriba y el abajo, la entronización de la democracia “radical” como origen de cambios en sí misma, la renovación generacional a favor de jóvenes tecnócratas “sobradamente preparados”, la nostalgia por un falso pasado idílico de protección social al que volver y el catálogo de recetas keynesianas que ya mostraron sus límites hace cincuenta años forjan un nuevo referente de falsa contestación que es el que van a asumir como propio tanto la “omnipresente” clase media desmovilizada como las generaciones que constituirán el futuro proletariado al que está aboca el mercado laboral de nuestro país. El sistema lo pone todo de su parte para darle un toque de atractivo canalla a este pastiche de recetas buenrollistas. Así, mientras en la práctica las formaciones novatas actúan obedientemente y hacen suyas las más duras recetas neoliberales, los telediarios no cesan de hacerles el favor de calificarlas de “izquierda radical”, con más intención de darles un toque de atractivo malditismo que el de desincentivar su expansión. En un sistema en el que los medios comienzan por invisibilizar cualquier opción a la que quieran bloquear, el eco mediático del que ha disfrutado una formación naciente como Podemos sólo nos puede hacer pensar en propaganda intencionada de una nuevo catálogo de valores, de una ideología descafeinada creada para reemplazar a la de la izquierda real. Si finalmente alguna de estas formaciones consigue acceder al gobierno, demostrando la nula efectividad de sus postulados, habrá quedado probado de rebote el fracaso práctico de la “izquierda radical”.

Pero no caigamos en el desánimo, intentemos ver este momento en el que estamos siendo atacados como una oportunidad. Por un lado, el intento de reemplazo ideológico es tan burdo y evidente que no puede sino favorecer la reacción de todos esos militantes con décadas de lucha a sus espaldas. Por otro lado, la ruptura en la cúpula de formaciones históricas, cegadas o infiltradas por las nuevas viejas ideas, favorecen el cuestionamiento de las bases, que pueden sentirse con más libertad de curiosear en nuevos espacios de encuentro. Por último, no deberíamos despreciar el potencial de tantos comunistas que en estos momentos no han encontrado un espacio en el que organizarse; muy posiblemente acudirán a una llamada de encuentro y trabajo.

Nos va en ello la pervivencia de una ideología que, con todo su bagaje teórico y práctico, necesita de la lucha para transmitirse. Afortunadamente no podemos quejarnos de no contar con experiencia histórica. Sabemos que el marxismo nos permite explicar lo que está ocurriendo en este mundo globalizado como ninguna otra teoría económica puede hacerlo. Sabemos que la lucha de clases es la válvula que permite el avance de la sociedad en un sentido o en otro. También sabemos, y aquí está el trabajo duro, que necesitamos de la organización de la clase trabajadora para poner estos conocimientos a pelear en favor de los propios trabajadores.

Pero vayamos poco a poco. Reconstruir una confianza y un discurso olvidado durante décadas debe ser una tarea de trabajo colectivo en la que participen y se sientan implicados el mayor número de camaradas posible. Requiere de un espacio de encuentro en el que podamos confluir y discutir con confianza y libertad, un espacio donde se hable en pie de igualdad se pertenezca o no a una organización, donde no exista la prisa por responder a una cita electoral, donde hacer confluir la experiencia y el entusiasmo evitando el dogmatismo y el voluntarismo. No menos importante sería el talante con el que afrontar un proceso como este: puede que algunos sientan, seguro que con motivos, que ellos y su organización siempre han transitado el camino correcto, pero en estos momentos la participación abierta y plural es la mejor garantía para un esfuerzo fructífero.

Un espacio de encuentro comunista tendría ante si un gran trabajo teórico. Mucho hay por analizar, discutir y elaborar, comenzando por la lista inicial de temas a tratar. Sirva como ejemplo cuestionable e incompleto: identificar a la clase trabajadora en la España del siglo XXI, la del nuevo proletariado y la preponderancia del sector servicios; elaborar el discurso que la haga patente a sí misma, contraatacando la desmovilizadora ficción de la clase media; explicar de manera accesible el capitalismo globalizado según la teoría económica marxista, etc. Para ello contaremos con toda seguridad tanto con aportaciones ya muy trabajadas como con ideas frescas que nos permitan acceder a sectores sociales o laborales hasta ahora descuidados.

Igual de importante sería identificar aquellas cuestiones prácticas en las que ensayar una unidad de acción: reconstrucción del mensaje comunista y de la confianza en difundirlo; restaurar el imaginario colectivo socialista como antagonista al imperante no-hay-alternativa; devolver a los trabajadores la confianza en su autoridad de clase, sin necesidad de estar mediada por politólogos o economistas; plantear una Europa de los Trabajadores frente a la Unión Europea y el euro, etc. Sirva también esta lista a modo de ilustración; busquemos entre todos las propuestas que nos unen, evitando atascarnos en aquello que pueda separarnos.

Sabemos que no sería una tarea fácil. Muchos estarán ansiosos de afrontar el reto. A otros les puede parecer frustrante empezar un camino con la impresión de que ya se ha transitado previamente. En realidad es una sensación engañosa, estamos afrontando la lucha que nos corresponde a nosotros y a nosotras en nuestro momento y en nuestro contexto. La rica experiencia de la que partimos nos ha enseñado que no existen atajos ni recetas mágicas, pero a cambio esa misma experiencia teórica y práctica constituye la mejor base desde la que volver a avanzar.


El presente texto nace como reflexión y aliento sobre una idea que ronda en varios blogs de izquierdas en los últimos meses: la convocatoria de un encuentro de militantes de base marxistas o comunistas, adscritos o no a un partido. Ha sido constante en el blog de Marat en los últimos meses, especialmente aquí y aquí, y también aparece en el blog del viejo topo, aquí.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Lectura recomendada:
"La necesidad de un espacio de encuentro comunista"

 Quizá también pueda interesarle:
Convocatoria por un Espacio de Encuentro Comunista. Fuente original de la convocatoria: https://encuentrocomunista.wordpress.com/

29 de agosto de 2015

LOS REFUGIADOS SIRIOS Y LA MANO NEGRA DE LA CIA

Así llegan al mundo europeo de las libertades, los derechos
humanos y la iguladad los refugiados sirios (entrada por Hungría)
Francisco Herranz. Sputknews.com

El éxodo de miles de personas no sólo cruza ya el Mediterráneo en barcos ruinosos, botes inseguros y balsas rudimentarias sino que además, en los dos últimos meses, ha comenzado a llegar desde Turquía a través del continente en una ruta marcada por la desesperación.

Los inmigrantes forzados tienen que cruzar cinco países —Grecia, Macedonia, Serbia, Hungría y Austria- hasta alcanzar la anhelada Alemania. La enorme mayoría de ellos procede de Siria, pero también hay oriundos de Irak, Eritrea o Afganistán. El flujo es incesante. Estremecedor. En ocasiones mortífero. La afluencia a las islas griegas del Mar Egeo contiguas a las costas turcas ha sido un 327% mayor que en 2014, según los datos de la policía de Grecia. Sólo en el mes de julio, el número de inmigrantes que han cruzado las fronteras de la Unión Europea ha llegado a los 107.500, triplicando la cifra que se produjo el año pasado. En junio ya fueron 70.000 y se espera que en agosto se alcance un nuevo récord alarmante.

Pero, ¿por qué se ha acelerado precisamente ahora este proceso migratorio? ¿Por qué no se ha dado antes, meses atrás, por ejemplo en primavera, teniendo en cuenta que la guerra civil siria cumple cinco años? ¿Qué circunstancias han confluido para que ocurriera este desastre? ¿Acaso no es una crisis inducida desde el exterior? ¿Qué papel está jugando la Unión Europea? ¿Y Estados Unidos?



Este caos migratorio no es nada casual. Es fruto de un contexto geopolítico muy concreto. Veamos cuál es.

Turquía da cobijo a 1,9 millones de refugiados sirios, de los 4 millones que han abandonado su patria desde que empezó el conflicto armado en marzo de 2011. Desde entonces el Gobierno de Ankara se ha gastado 4.000 millones de dólares en atender sus necesidades básicas. Más de 250.000 de esos refugiados viven en 23 campamentos mantenidos por las autoridades. El resto vive fuera de esos campos, en comunidades que se extienden a lo largo de la frontera turco-siria. En la región, 1,1 millones de refugiados se encuentran en Líbano, 629.000 en Jordania, 249.000 en Irak y 132.000 en Egipto.
Hasta junio los desplazados empleaban preferentemente la ruta marítima. Se embarcaban en Libia o en Túnez e intentaban cruzar los kilómetros de mar que les separan de la isla italiana de Lampedusa. Pero esa tendencia ha cambiado. Ahora los que huyen del horror y el hambre son capaces de llegar hasta Bodrum, en el oeste de Turquía, y pasar a Kos, ya en territorio de Grecia. Es decir, disfrutan de mayor libertad de movimientos gracias a las organizaciones criminales que trafican a personas y que actúan en connivencia con guardias de fronteras y policías corruptos.




¿Qué ocurrió en julio? Pues que, después de meses de presiones ejercidas por Estados Unidos, Turquía decidió tomar un papel mucho más activo en la lucha contra los radicales del Estado Islámico (EI) que combaten al presidente sirio Bashar Asad. En concreto, aceptó que el Pentágono pueda utilizar la estratégica base militar de Incirlik para bombardear objetivos de los yihadistas. A principios de agosto hasta allí se desplegaron seis cazas F-16 de la USAF, la Fuerza Aérea norteamericana. En julio también se produjo la primera ofensiva aérea de los propios turcos que empiezan a ver amenazada su seguridad e integridad territoriales. Paralelamente, la cercanía de los combates a varias aldeas fronterizas provocó nuevas oleadas de refugiados.

¿Quién es el responsable directo de este inusual fenómeno migratorio hacia Europa? Algunos apuntan a la CIA y sus filiales. La última voz ha sido un miembro anónimo de los servicios de información austriacos que desveló a la revista austriaca Direkt que organizaciones estadounidenses pagan a los grupos mafiosos para que transporten al día a miles de inmigrantes rumbo al Viejo Continente.

Sin desvelar su identidad, la publicación dio la palabra a un agente del Abwehramt (AbwA), los servicios secretos militares de Austria, quien explicó que los traficantes de personas piden de media entre los 7.000 y los 14.000 euros para organizar los viajes ilegales. Poco les importa que a veces terminen de forma trágica como demuestra el hecho de que recientemente se encontrara un camión frigorífico con 70 cadáveres en su interior, abandonado en una autopista de Austria.



"Disponemos de indicaciones que demuestran que organizaciones de Estados Unidos han creado un sistema de cofinanciación y contribuyen de forma sustancial a pagar los gastos del viaje. La mayoría de los candidatos refugiados pagarían 11.000 euros en especie. ¿Nadie se pregunta de dónde viene el dinero?", declaró el agente, para quien la estrategia consiste en inundar Europa de inmigrantes.

La CIA, que entrena y arma a los rebeldes sirios, ya nos tiene acostumbrados a emplear ONG de aspecto inocente para llevar a cabo sus operaciones encubiertas o clandestinas. El caso más claro tiene nombre y apellidos: la Fundación Nacional para la Democracia o National Endowment for Democracy (NED), nacida en la era de Ronald Reagan y cuyos tentáculos se extienden por América Latina y Europa del Este.

¿Y cuál ha sido la respuesta de Europa? Lenta y desunida. Como casi siempre.



La Unión Europea ha estado mirando durante mucho tiempo para otro lado en lo que se refiere a la tragedia siria. Y su pasividad ha sido otro factor desencadenante. La crisis migratoria ha motivado que Alemania y Francia busquen la entrada en vigor cuanto antes de un sistema europeo unificado de derecho de asilo que restrinja los criterios de entrada; quieren que Italia y Grecia abran de inmediato los centros de refugiados; y reclaman que el resto de los países europeos, especialmente Reino Unido, asuman su parte de responsabilidad en la acogida de refugiados. La cuestión no está nada madura pues plantea una cuota de refugiados dependiendo de la capacidad de cada país, y eso no gusta a varios gobiernos. La idea necesitará sin duda la aprobación en un Consejo Europeo extraordinario que ya ha sido convocado de forma implícita por la canciller germana Angela Merkel.

La magnitud de la crisis migratoria ha tenido su colofón a mediados de mes cuando Macedonia declaró el estado de emergencia y cerró su frontera meridional durante dos días. La policía y el Ejército utilizaron armas de fuego para impedir la entrada de refugiados. En Serbia se produjeron malos tratos, devoluciones "en caliente" y detenciones ilegales. En Hungría, que forma parte del espacio Schengen (sin fronteras interiores) y está terminando una valla de 175 kilómetros a lo largo de la frontera con Serbia, ha aumentado la xenofobia reinante. Igual que en Alemania, que sufre la peor ola de racismo desde su reunificación en 1991.

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"Criminales de guerra ante la crisis de los refugiados"
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LA CRISIS CHINA Y EL PETRÓLEO: LA VUELTA DE LA GRAN RECESIÓN

Jaime Nieto. Liverdades.es

El gigante asiático ha pasado de una tasa de crecimiento medio del 7’4% entre 2010 y 2014 a una previsión de tan solo el 2,8% para 2015 según el Banco Mundial. Esa caída de más de 1/3 en el crecimiento de la economía China no tiene tan solo consecuencias inmediatas para el resto de la economía mundial, sino otras indirectas. En su expansión hacia una economía de mercado, China se convirtió en 2014 en la primera economía por PIB a nivel mundial, superando a EE.UU., por lo que si no nos extrañó que la crisis financiera del país americano hiciera temblar a la economía mundial, haríamos mal en quedarnos de brazos cruzados ante esta sacudida.

China, cuyo crecimiento se ha sostenido durante estos años en la expansión inmobiliaria y, sobre todo, en lasexportaciones, ha tomado la determinación de devaluar su moneda nacional (el yuán) para impulsar a las mismas. Esto efrenta a EE.UU. a un doble problema:

La capacidad de financiación de la economía China fue a parar en buena medida a comprar deuda estadounidense. Esta deuda se compró con yuanes que, tras la devaluación, tienen menor valor.

EE.UU. estaba a punto de llevar a cabo una operación para fortalecer el dólar, que se encuentra perdiendo valor frente al Euro en los últimos años. Si ya era difícil competir con las exportaciones chinas en la situación actual, la devaluación China hace la apreciación del dólar más peligrosa para la economía estadounidense.

Además, China cuenta con reservas de prácticamente todos los recursos (incluso hay recursos, de alto valor económico, cuyas reservas se encuentran exclusivamente en territorio Chino). Las turbulencias en su economía han hecho que los precios internacionales de los recursos se desplomen, afectando directamente a otros grandes exportadores de recursos como Brasil.

Pero quizá lo más grave está pasando desapercibido. Como ya es sabido, la llegada del pico del petróleo en 2006 ha inaugurado una etapa de alta volatilidad en los precios del crudo, haciendo las inversiones en la búsqueda de nuevos yacimientos o nuevas técnicas de extracción, crecientemente inciertas. Los clásicos shocks del petróleo han respondido históricamente a su encarecimiento (crisis del 73 y del 79), pero en el futuro, la crisis probablemente adquiera un carácter más sistemático vinculado a la volatilidad de su precio. En la actualidad nos encontramos en una fase bajista, con los precios del petróleo por los suelos.

El petróleo es una materia prima que, en el mercado internacional, se comercia en dólares. Esta es una cuestión geoestratégica de tanta importancia, que fue uno de los principales motivos de la invasión de Irak en 2003, pues Saddam Hussein había amenazado muy seriamente con empezar a vender en Euros su crudo. No solo es que al ralentizarse la economía China el propio sistema socioeconómico vaya a demandar menos petróleo para sus automóviles, aviones, industrias, etc. La devaluación del yuán, es decir, su pérdida de valor, hace más difícil la compra de dólares para adquirir el petróleo (máxime si la Fed lleva a cabo la apreciación de su moneda). La doble caída de la demanda China de petróleo, es muy probable, empujará los precios todavía más hacia abajo. Para un país importador como España esto, de manera directa, es una buenísima noticia en términos macroeconómicos, ya que tendría un efecto positivo sobre el crecimiento del país. No obstante, en EE.UU. esto puede desatar una crisis de consecuencias nefastas.

La crisis china y el petróleo: la vuelta de la Gran Recesión. 
Línea de rentabilidad de los pozos de fracking. La línea representa 
el precio del petróleo hace unos meses, la barra, el precio al que 
cada yacimiento es rentable.

El llamado “milagro del fracking” en EE.UU. ha consistido en lograr que el país vuelva a liderar las listas de países productores de petróleo. Lo ha conseguido a través de una nueva técnica que simplemente dejará de ser rentable si los precios siguen cayendo. Ya había expertos que cuestionaban su rentabilidad con los precios anteriores a la última caída (superiores a 100 $/barril), pero es que con los niveles de los últimos meses la mayoría de los pozos estadounidenses estaban en serio peligro -como se puede apreciar en el gráfico adjunto- y, si estaban logrando sobrevivir, era fundamentalmente por la protección de los seguros de precios que tenían contratados y por la burbuja especulativa que rodea a este ‘boom’, espoleado sin disimulo por el Gobierno de Obama. Es tal la euforia que los más exaltados hablaban de América Saudí y, en las regiones donde se ha utilizado esta técnica de extracción se ha desatado una fiebre similar a la del oro en el siglo XIX. La burbuja del ‘fracking’ ha motivado la aparición en estos Estados de proyectos tan estúpidos que recuerdan al despilfarro que hemos vivido en España, como es el caso de la gran piscina de olas construida en Dakota.

Es difícil exagerar las consecuencias del pinchazo de la burbuja del fracking (que habría tenido lugar de todos modos, más tarde o más temprano, pues las tasas de agotamiento de estos pozos son exponenciales), pues sus mismos promotores son los que la han elevado a motor económico en EE.UU.

Nos encontramos ante un panorama de una complejidad extraordinaria y que nos conduce, aparentemente y si no cambian muchas cosas, hacia una nueva Gran Recesión.

28 de agosto de 2015

GOLDMAN SACHS – OTAN CORP.

El banquero privado más poderoso del mundo, Lloyd 
Blankfein (ver foto), presidente de Goldman Sachs,
decía estar haciendo «el trabajo de Dios» (sic). Para 
castigar a los pecadores, ahora acaba de contratar a 
Anders Fogh Rasmussen, ex secretario general de la OTAN.
Danlio Dinucci. Red Voltaire

Goldman Sachs, el banco de negocios más poderoso del mundo, acaba de contratar al ex secretario general de la coalición militar más poderosa de la historia: la OTAN. Aunque algunos sólo querrán ver en ello una especie de “jubilación dorada”, los hecho nos muestran que no es la primera vez que algo así se produce: Goldman Sachs y la OTAN ya mantuvieron una “fructífera” colaboración durante la guerra contra Libia.
Después de haber sido secretario general de la OTAN (bajo las órdenes de Estados Unidos), desde 2009 hasta 2014, Anders Fogh Rasmussen acaba de ser contratado como consultante internacional por Goldman Sachs, el banco de negocios más poderoso de Estados Unidos.

Es prestigioso el curriculum de Rasmussen. Como primer ministro de Dinamarca (de 2001 a 2009), se dedicó a «la ampliación de la Unión Europea y de la OTAN contribuyendo a la paz y la prosperidad en Europa». Como secretario general de la OTAN, representó a la alianza atlántica en su «pico operativo con 6 operaciones en 3 continentes», entre ellas las guerras contra Afganistán y Libia. Además, «en respuesta a la agresión rusa contra Ucrania, reforzó la defensa colectiva a un nivel sin precedentes desde el fin de la guerra fría».

También apoyó la «Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP)» (también conocido como Área de Libre Comercio Transatlántico o TAFTA, según sus siglas en inglés. NdT.) entre Estados Unidos y la Unión Europea, base económica de una «comunidad transatlántica integrada».

Rasmussen presenta por lo tanto aptitudes inestimables para Goldman Sachs, cuya estrategia es simultáneamente financiera, política y militar. Después de años de trabajo en Goldman Sachs, los dirigentes y consultantes de este enorme banco estadounidense han ido a ocupar puestos claves en el gobierno de Estados Unidos y en los de otros países. Entre ellos se encuentran Mario Draghi –quien fue gobernador del Banco de Italia y ahora es presidente del Banco Central Europeo (BCE)– y Mario Monti –designado en 2011 como jefe del gobierno italiano por el presidente Napolitano.

Así que nada tiene de sorprendente que Goldman Sachs se suba las mangas para participar en las guerras de la OTAN. Por ejemplo, en la guerra contra Libia, donde primeramente se apropió –provocando pérdidas ascendentes al 98%– de fondos públicos por un monto de 1 300 millones de dólares, fondos que el gobierno libio le había confiado en 2008. En 2011, Goldman Sachs participó también en el saqueo de los fondos soberanos libios (estimados en unos 150 000 millones de dólares) que Estados Unidos y la Unión Europea «congelaron» en el momento de la guerra. Actualmente, para administrar a través del control del Central Bank of Libya los fondos provenientes de las nuevas exportaciones de petróleo, Goldman Sachs se dispone a desembarcar en Libia en el marco de la operación que Estados Unidos y la OTAN ya tienen proyectada, bajo la bandera de la Unión Europea y la «conducción italiana».

Basándose en una lúcida «teoría del caos», se explota la situación de caos provocada por las guerras contra Libia y Siria, instrumentalizando y canalizando hacia Italia y Grecia –dos de los países más débiles de la Unión Europea– el trágico éxodo de migrantes que huyen de esas guerras. Este éxodo sirve como arma de guerra sicológica e instrumento de presión económica para demostrar la necesidad de realizar una «operación humanitaria de paz» cuyo verdadero objetivo es ocupar militarmente las zonas estratégica y económicamente más importantes de Libia. Al igual que la OTAN, Goldman Sachs contribuye activamente a la estrategia de Washington, que quiere disponer de una Europa sometida a Estados Unidos.

Después de haber contribuido, mediante la estafa de los préstamos subprimes, a desatar la crisis financiera, que posteriormente se extendió a Europa desde Estados Unidos, Goldman Sachs especuló sobre la crisis europea aconsejando «a los inversionistas sacar provecho de la crisis financiera en Europa» [1].

Según investigaciones debidamente documentadas en 2010-2012 por medios como Der Spiegel, el New York Times, la BBC yBloomberg News, Goldman Sachs también “disfrazó”, mediante complejas operaciones financieras –como «préstamos camuflados» bajo condiciones draconianas y venta de «títulos tóxicos estadounidenses»– el verdadero monto de la deuda griega. En este caso, Goldman Sachs maniobró con más habilidad que Alemania, el Banco Central Europeo y el FMI, que no han sabido esconder el yugo que pusieron al cuello de Grecia.

Al reclutar a Rasmussen, con la red internacional de relaciones políticas y militares que este personaje ha tejido durante sus 5 años como secretario general de la OTAN, Goldman Sachs refuerza sus posibilidades de influencia y de penetración.


NOTAS: [1] Cf. informe reservado sacado a la luz en 2011 por el Wall Street Journal.

26 de agosto de 2015

SOSTIENE PABLO IGLESIAS

Por Marat

Evidentemente Pablo Iglesias no alcanza, para mí  -es algo subjetivo-,  ni de lejos, el grado de dignidad final del periodista Pereira, envuelto en una toma de posición política que nunca quiso ante la dictadura fascista de Salazar en la novela del desaparecido Antonio Tabucchi.

No digo que Pereira  fuera mi héroe antifascista. No era un valiente en el sentido clásico de la tragedia griega sino más bien un Hamlet shakespiriano que hubo de decantarse en circunstancias no deseadas por él.

Era católico –yo no- y le gustaban Mauriac y Bernanos. Yo los respeto en su valor humanista. Pero no ignoro la toma de conciencia política, incompleta, que muestra en la novela de Tabucchi aquel profesor. Tampoco soy el más indicado para pedir heroísmos que no sea capaz de mantener.

Con él y su compromiso moral me pasa como con Tolstoi, acusador de la crueldad de los poderosos, denunciante del hambre de los oprimidos y, sin embargo, hombre con unos escrúpulos que no comparto respecto a la violencia revolucionaria cuando se cierran todos los demás caminos para la justa protesta ¿Quién no detesta cualquier forma de violencia? Pero ¿acaso dejó de ser cierta su inevitabilidad o su condición de “partera de la historia” en los momentos decisivos de la humanidad y de las luchas de clases? 

Lo dicho. Cuando comparo a Pereira, no por su decisión final, decente pero medrosa, sino por el crecimiento, aún incompleto de una conciencia política que nunca quiso tener, con Pablo Iglesias, esa farsa de personaje hasta en el nombre, siento que es injusta la comparación.

Pero Pereira avanzó e Iglesias es un cangrejo ermitaño

Pereira es un hombre de derechas que cree ser un apolítico, dedicado a su vida y al recuerdo amoroso de una esposa a la que la muerte ha arrebatado. El compromiso no va con él. Hasta que conoce a un joven periodista, Monteiro Rossi, un antifascista que acabará escribiendo de más en medio de la dictadura portuguesa del primer tercio del siglo XX.

El asesinato del muchacho a manos de la PIDE hará comprender al viejo Pereira que el mundo del poder es infinitamente más cruel y horrendo de lo que había aceptado hasta entonces.

Comprende que hay otro mundo de libertades posibles y, tras denunciar el asesinato político, sin pringar en exceso a la dictadura, se exiliará. Pereira es un hombre lleno de contradicciones, como tantos de nosotros, y miedos que recorre un camino insuficiente hacia la emancipación del horror del ser humano y hacia el compromiso con lo justo y decente. Pero se mueve en el sentido de la historia, aunque insuficientemente.

Pablo Iglesias ha sido un tipo que, como Pereira, tuvo una relación con los medios del capital pero recorrió el camino en sentido inverso.

En algún momento, el encumbrado plagiador de la metáfora marxiana del asalto a los cielos debió creerse ungido por los dioses para tal misión. Acabó convertido en una caricatura de sí mismo, presa de sus ansias parlamentarias y de los vaivenes de los creadores de opinión y sus demoscópicos juegos al servicio del capital que pone y quita ídeolos de barro.

Pablo Iglesias también camina hoy pero no hacia ningún proyecto liberador del Prometeo encadenado sino hacia el del rincón menguante que la historia con minúsculas le ha asignado.


Pablo Iglesias también sostiene cosas, tantas y tan cambiantes que uno se pierde en el intento de hacer itinerario de las mismas. La sibila Casandra volvería a carecer de crédito en sus vaticinios, ahora sobre este personaje, porque es imposible imaginar tantos bandazos y virajes en tan corto espacio de tiempo.

Desde las elecciones europeas de 2014 –parece que han pasado varios años, ¿verdad?- a las actuales, tratar de conocer qué sostiene Pablo Iglesias como idea central de su relato y propuesta política es una aventura de locos ¿No creen?

Ya no hay casta para él (el ser social determina la conciencia), ni nacionalizaciones de sectores estratégicos, ni renta básica universal, ni tentación de romper el “candado constitucional”, ni proyecto constituyente que valga -¿le han oído hablar mucho de ello últimamente?-, ni derecho de autodeterminación de los pueblos del Estado español que no pase por casi lo mismo que exigen PSOE y PP-que opinen todos los españoles; esto es, todo el Parlamento- Va y viene respecto a sus alianzas con el PSOE y niega las posibilidades de pacto sugeridas por su escudero Errejón-, según convenga a las encuestas preelectorales en las que su formación cotiza a la baja-. Se retrató ante el muro de las lamentaciones del sionismo criminal con kipa y todo. Fue a USA a presentar credenciales y lo hizo también ante el embajador norteamericano en España y es un admirador de Tsipras por eso de que convoca elecciones de nuevo. Por la boca muere el pez. Vincula inconscientemente la convocatoria de nuevas elecciones en Grecia –como acto democrático, aunque Tsipras violase el mandato del referéndum – al hecho de que pueda ganarlas: "Ojalá Zapatero hubiera hecho lo mismo, quizá no tendríamos hoy a Mariano en la Moncloa" ¿A este chico nunca le han dicho que lo que importa no es el oportunismo ni el hecho de que ganes unas elecciones, por ausencia de alternativas parlamentarias, sino que tengas un proyecto y que éste no traicione a quienes confiaron en ti? Quizá a estos ilusos habría que explicarles que el mundo no cambia por delegación sino por un esfuerzo colectivo obra de quienes están llamados a revolucionarlo, sin “dioses, reyes, ni tribunos”.

En Grecia la “ilusión democrática” vino de la clase media y de algunos sectores de la trabajadora , porque en Syriza había más izquierda que en Podemos. Pablito acaba de afirmar que a Podemos no le pasará lo que a Syriza, después de cerrar filas con ella (a cada segmento de votantes les cuenta una cosa) porque su partido está con la UE y con el euro, como si Tsipras no hubiera ya recorrido toda la marcha fúnebre necesaria para que se produzca la tercera vuelta de tuerca. Por eso hay escisión allí. En Podemos hay poca clase trabajadora,  mucha desclasada -y mucho universitario “selecto” que se cree con derecho a todo por eso de la meritocracia-, que se cree media porque tuvo, y una parte de ella aún tiene, unos accesos al consumo que gran parte de los trabajadores españoles no tienen. Llegará antes la implosión del soufflé hasta que haga toma de tierra, tras su involución ideológica, que la ruptura interna podemita, inevitable cuando ya no haya carrera política profesional para tanta aspiración personal.

Pero tú Pablo, ¿qué sostienes?

Nada, porque si hasta tú mismo, para hacerte pasar por lo que no eres, afirmas que “a los valientes nos tiemblan las piernas” para responder al arrebato de valor y honestidad de tu compañera Teresa Rodríguez, a la que le horroriza, que a tu menguante califato le puedan temblar, es que no sostienes nada sino que renuncias a todo. Y eso sin haberte ni siquiera acercado al gobierno, que no al poder, porque el poder está en otro lado, más que en unas encuestas levantadas por los que de verdad cortan el bacalao: el capital.

Tonto útil –pero listillo en tus aspiraciones personales de trepa sin escrúpulos ni decencia- para entretenimiento político, aligeramiento de presión social y vuelta del sistema político –no digamos económico- a la casilla de partida.

Hala, sí, ya puedes mostrarte generoso con los cadáveres políticos que un día te alimentaron y a los que has despreciado con un odio cordial (cor/cordis= de corazón). Os merecéis mutuamente. Te los vas a comer por territorios, con tal de que a algunos les asegures puestos de salida y al señorito con el que hiciste la escena del sofá, y del que dices que quieres en tus candidaturas también.

Pablo, ya no te veo como la pobre imitación del embaucador cuentacuentos Felipe González de 1982 sino como al boxeador sonado que fue aquél en 1996.

Lo que a partir de ahora te queda es actuar de subalterno y monosabio al servicio del diestro en las plazas de tercera, si te dejan los del PACMA.


22 de agosto de 2015

TSIPRAS Y EL MITO DE LA “ILUSIÓN DEMOCRÁTICA”

La comparecencia de Tsipras al presentar su dimisión no
parece sugerir entusiasmo
Por Marat

El anteúltimo acto de la farsa griega –aún quedan varios por desvelarse- presenta al antihéroe Tsipras en su devenir como personaje tragicómico envuelto en la ajada clámide de su dimisión como jefe de gobierno heleno.

Cualesquiera que sean las razones esgrimidas para explicar la dimisión de Tsipras y la convocatoria de nuevas elecciones de un modo más airoso al real –la oportunidad de deshacerse de la Plataforma de Izquierdas y del 30% de diputados de Syriza desleales a su programa claudicante ante el capital europeo, el momento, justo entre la recepción de los primeros flujos monetarios del tercer rescate y antes de que se noten los efectos de sus nuevas políticas antisociales, el realismo político conjugado con la voluntad de sacar a Grecia adelante,…- lo cierto es que la dimisión de Tsipras y la llamada a la formación de un nuevo gobierno, apenas 7 meses después de la formación del primero de Syriza, evidencia el fracaso de la vía reformista representada por la nueva socialdemocracia griega que anticipa el revés de sus corrientes hermanas europeas. Por enésima vez, ya que es evidente la existencia de una voluntad de opinión que se niega a entender esta cuestión, debo aclarar que la socialdemocracia de hoy no es la representada por los viejos partidos  “socialistas”, ya que estos son social-liberales, sino por esas excrecencias “postcomunistas” reconvertidas en socialdemocracia actual en lugar de la socialdemocracia de antaño.  

Sin pretensión de sentar cátedra pero con voluntad didáctica, creo necesario aclarar de qué estoy hablando cuando aludo al reformismo socialdemócrata de postcomunistas y de populistas de “izquierda”.

En el contexto de la crisis capitalista actual dentro de la UE, las opciones reformistas de matriz socialdemócrata más recientes plantean la reversión de las políticas de austeridad impulsadas por la Troika –desdibujando en gran medida que sus componentes son meros órganos administrativos de la estrategia capitalista europea y mundial, y no sólo alemana-, en mayor o menor medida el asunto de la deuda, que ha evolucionado desde la proclamación del impago de la misma hasta su reestructuración y ya veremos en qué acaban estas demandas, una recomposición de las hegemonías políticas dentro de la UE que dé lugar a una nueva orientación económica  y, en sus vertientes “radicales”, estudiar la opción de la salida del euro, sin plantearse la salida de sus respectivos países de la UE, como si euro y Unión Europea fueran hoy cuestiones desligadas y se pudiera plantear el fin del euro sin que ello afecte al fin de la UE en un momento en el que todas las tormentas políticas, económicas y sociales indican que los pasos atrás evidencian la fragilidad actual de su arquitectura. Tanto los rebrotes nacionalistas como las divergencias estratégicas, fuertemente antagónicas en su interior, indican que la UE está tocada de muerte y ello exige una alternativa que sea capaz de prever este hipotético nuevo escenario. Esa previsión no puede llegar desde las organizaciones sistémicas, incluidas las de la actual socialdemocracia, porque están comprometidas en su agónica supervivencia.

Llamativamente, estas opciones plantean sus programas desde posiciones marcadamente superestructurales e institucionales, haciendo abstracción de qué clase es la principal afectada por las políticas de austeridad –tal victimología la envuelven en genéricos indefinidos dentro de la estructura social tales como “la gente”, “las personas” o, en el mejor de los casos, las clases populares, sin que se avergüencen, con frecuencia, de apelar a las clases medias, comodín ideológico de cualquier renuncia política a la idea de lucha de clases, exenta de su proyecto. Siendo así las cosas, carecen de una base social mínimamente homogénea y suficientemente combativa en la que sustentar el apoyo social en forma de lucha a sus propuestas.

Los aspectos señalados explican, en buena medida, el fracaso de Syriza, atrapada entre el  Escila de su “radicalidad democrática” y el Caribdis de la realidad del poder económico del capital, que prefieren representar bajo las formas de sus sombras (BCE, Comisión Europea y FMI), así como las de sus socios europeos (Frente de Izquierdas francés, Die Linke, Bloco de Esquerda, opciones similares escandinavas, Podemos e IU). Sus socios también han perdido pie por su dinámica de rebaja programática permanente (Podemos), otros por haber sido superados en su radicalidad por los neofascismos (Frente de Izquierdas) y algunos porque enfrente tienen a partidos comunistas más combativos, caso del Partido Comunista Portugués frente al Bloco de Esquerda. Y no faltan quienes están empeñados en homologarse dentro de la respetabilidad sistémica (Die Linke).

Sin embargo, hay una explicación complementaria y de gran calado, que tiene que ver con el marco político y que explica la impotencia de la neo-socialdemocracia. Se refiere a las reglas del juego de la legalidad burguesa.  El “parlamentarismo” como expresión del escenario en el que se desarrolla el combate político, la aceptación del Estado burgués como un órgano neutro desde el que se puede hacer cualquier tipo de política –la prosistémica y la supuestamente crítica-, la asunción de la legalidad institucional y sus límites, el respeto a los compromisos internacionales desde una “política de Estado” y la sustitución de la idea de destrucción del Estado capitalista por el de la ocupación política del mismo por el nuevo gobierno de turno, ayudan a entender mucho del porqué el nuevo reformismo está herido de muerte.

Detrás de esta seducción ante el entramado jurídico-institucional de la burguesía, que es tan nueva como sus antecedentes en el reformismo de Bernstein a finales del XIX y de Kaustsky a principios del XX-, está el fetichismo de la “ilusión democrática”. La creencia de que lo que se opone a lo no electivo (corporaciones capitalistas, órganos del capital como el FMI, el BCE o la Comisión Europea) se encuentra en lo elegido por “la ciudadanía”, ese engendro abstracto que hace tabla rasa de la diferencia de clases e intereses en su interior. Y para ese segmento reformista, la panacea del “cambio” se encuentra ahí.

Este discurso, que ha sido el gran gadget argumental del reformismo en estos años de la crisis, desde los indignados 15Mayistas hasta todas las organizaciones políticas y no gubernamentales, tipo ATTAC, que han tenido algo que ver con esa versión del radicalismo democrático pequeñoburgués durante estos años, tiene los pies teóricos y reales de barro.

Exceptuando los parlamentos nacionales y regionales, los municipios y el Parlamento Europeo, el resto de órganos en la gran mayoría de los países tienen una composición endógena: se autoeligen. Desde el Consejo del Reino, a las diputaciones, desde el BIRD y el Banco Mundial, al Consejo de Europa, desde la UNESCO y la ONU a las instituciones judiciales o la dirección de las empresas. Y lo más relevante es que en la infraestructura económica- la democracia social e igualitaria, que es la real, y se llama socialismo- , salvo en el caso de las cooperativas, todos los órganos son de naturaleza oligárquica. Pero no se escuchaban entonces los gorgoritos “democráticos” de los paladines reformistas antiausteridad. No había necesidad de ninguna demagogia de disidencia controlada. 

Pero aunque los organismos mencionados, y otros muchos que no cito, hubieran sido elegidos por sufragio universal o, al menos, por todos los sectores afectados por los mismos, ello no evitaría las tendencias oligárquicas propias de la naturaleza de la estructura social y económica en la que se integran. ¿Alguien supone, de verdad, que las opciones realmente anticapitalistas tienen las mismas posibilidades de ser elegidas que las prosistema? ¿De verdad creen ustedes que hay una libre competencia en lo político, en el que no sean primadas financiera, política y mediáticamente una parte de las opciones concurrentes? ¿Creen que el debate político está siendo reproducido de un modo sincero, no manipulado y equitativo? ¿Tienen ustedes muchos ejemplos en nuestro entorno geográfico en los que las cosas hayan sido de otro modo cuando una propuesta política se haya planteado el derribo del capitalismo? Cuando fuera del entorno europeo han surgido opciones, no socialistas, sino de democracia popular,¿ han notado ustedes el talante democrático de los medios del capital financiero, militar, terrorista, “diplomático”, mediático, económico, “cultural”?

La democracia que ustedes, los “demócratas” reformistas, neopopulistas y socialdemócratas de nuevo cuño nos ofrecen como opción antiausteridad huele a una vieja claudicación histórica. A la renuncia ideológica que ustedes representan. A la clase pequeñoburguesa que siempre acaba ofreciendo saldos de productos que no arreglan nuestras vidas pero sí sus cómodas conciencias.

La auténtica democracia de la que ustedes no hablan apunta directamente al corazón del capital. Tiene que ver con la protección del ser humano, ocupado, parado o jubilado, por el hecho de haber nacido- algo muy distinto a su renta básica universal, que va a consistir en el “toma 600 euros y búscate la vida porque se acabaron la sanidad, la enseñanza y las pensiones públicas”-, tiene que ver con el control de las producción por los trabajadores, tiene que ver con  las comunas como forma de organización barrial, educativa o de otro orden colectivo. Y sí, además hace falta la representación pero en auténtica igualdad de condiciones. El resto es farfolla.

Los comunistas no tenemos respuestas sobre todo esto. Sabemos dónde estamos y dónde queremos ir, sabemos que nos falta mucho recorrido pero no funcionamos sobre programas electorales sino en base a programas mínimos y máximos. Somos conscientes de que necesitamos buscar respuestas.

A finales de Septiembre, en Madrid, una parte de nosotros, no tenemos derecho a hablar en nombre todos, nos encontraremos para buscar respuestas, aprendizaje y espacios de encuentro comunista.

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21 de agosto de 2015

VÍDEO REVELA VÍNCULO DIRECTO ENTRE OPOSICIÓN VENEZOLANA Y CRIMINALES

Librered

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reveló este martes un vídeo que muestra una cooperación entre los principales dirigentes de la derecha venezolana con grupos criminales.

En el vídeo de siete minutos, José Pérez Venta, conocido como uno de los autores del asesinato de Liana Hergueta confesó cómo recibían lineamiento de los dirigentes políticos de la oposición como Richard Blanco, María Corina Machado, Antonio Ledezma y Enrique Capriles, para llevar a cabo actos vandálicos en el país.

Pérez explicó además, el método para llevar a cabo hechos violentos que fueron orquestados desde Colombia por el expresidente Álvaro Uribe.
Previamente, el mandatario venezolano anunció que su Gobierno había encontrado pistas de paramilitares colombianos y grupos financiados por Uribe, y con vínculos con la derecha venezolana, en los disturbios que tuvieron lugar en su país en febrero de 2014.

“Tenemos detectados 30 grupos entrenados y financiados desde Colombia por Uribe”, aseguró Maduro. “Vamos a capturar todos los grupos paramilitares que quieren hacer daño a Venezuela”, dijo.

Consideró a José Pérez Venta como un núcleo paramilitar que “ha servido de escoltas a los principales líderes de la oposición venezolana, entrenados para descuartizar gente (…) Vamos a derrotar a cada uno de estos grupos paramilitares de la derecha”.

Señaló además, que dicho “núcleo paramilitar” tenía planes para asesinar al político opositor Leopoldo López, con el objetivo de acusar al Ejecutivo de estar implicado en dicho crimen. También hubo planes para asesinar a los familiares de los políticos revolucionarios de Venezuela.

El jefe de Estado venezolano que hablaba en su programa semanal ‘En contacto con Maduro’, advirtió sobre complots de paramilitares para desestabilizar Venezuela y llamó a la oposición a desligarse de los grupos paramilitares que atentan contra la paz de los venezolanos.

Asimismo, el lunes el jefe de campaña del Partido Socialista Unido de Venezolana (PSUV), Jorge Rodríguez, confirmó que el autor intelectual del homicidio de la ciudadana Liana Hergueta es Carlos Eduardo Trejo Mosquera, un dirigente juvenil del partido de ultraderecha Primero Justicia (PJ), con una vinculación directa con la oposición venezolana.

La semana pasada fue encontrado el cuerpo de Hergueta, de 53 años, quien fue descuartizada por dos sujetos quienes recibían órdenes de Carlos Trejo. Según el Ministerio de Justicia venezolano el asesinato fue ejecutado a través del “paramilitarismo y el hampa común, hecho con fines políticos”.

El Gobierno venezolano se ha enfrentado a numerosos complots. Entre febrero y mayo del año pasado, Caracas, la capital venezolana, entre otras ciudades, fue escenario de violentas manifestaciones, incitadas por la derecha con respaldo extranjero, en particular de EE.UU., encaminadas a propiciar un golpe de Estado.

20 de agosto de 2015

TROPAS BRITÁNICAS DEL SAS COMBATEN EN LAS FILAS DEL CALIFATO ISLÁMICO

Movimiento Político de Resistencia

El 2 de agosto el diario británico Sunday Times lo titulaba literalmente: “El SAS se disfraza de combatiente del Califato Islámico en la guerra secreta contra los yihadistas”. Según el periódico, en Siria hay más de 120 miembros de las fuerzas especiales del SAS, vestidas de negro, portando las banderas yihadistas y combatiendo en las filas del Califato Islámico.

Forman parte de la Operación Sader y su objetivo es atacar al gobierno de Siria con la excusa de combatir al Califato Islámico. El SAS se une así a los comandos estadounidenses y elementos de la CIA que dirigen los pasos de los takfiristas sobre el terreno.

Durante la guerra de Libia, Gran Bretaña ya desplegó centenares de paracaidistas de las SFSG (Special Forces Support Group), una unidad especializada del SAS, así como membros del SBS (Special Boat Service) para derrocar y asesinar a Gadafi. Además en agosto de 2013 el gobierno británico desplegó 800 marines, que se unieron a los 4.000 marines estadounidenses como tropa de refuerzo.

El año pasado el primer ministro David Cameron ordenó que los cazas británicos se unieran a los de Estados Unidos para bombardear Siria, un medida que había sido expresamente prohibida por el Parlamento británico en agosto de 2013.

Una parte de esta operación clandestina está bajo mando estadounidense. Las unidades “smash” viajan camufladas en camiones “pick-up” capaces de lanzar pequeños drones para inspeccionar el terreno y buscar objetivos para el ataque.

Más de 200 especialistas británicos (y posiblemente estadounidenses algunos de ellos) están implicados en las transmisiones y comunicaciones, según el Sunday Express. El ministro británico de Defensa, Michael Fallon ha reconocido que “nuestras acciones y capacidades de vigilancia liberan a otros países para golpear a Siria”.

Las tropas del SAS están en Arabia saudí, donde entrenan a los terroristas que combaten al gobierno de Damasco con operadores estadounidenses que desempeñan la misma función en Turquía, Jordania y probablemente en Israel.

Estados Unidos y Gran Bretaña se justifican afirmando que sólo entrenan a los rebeldes que califican de “moderados”, lo cual es una cortina de humo para encubrir su implicación directa con los terroristas del Califato Islámico, entrenados, armados y financiados en el exterior, trasladados luego a través de las fronteras de Siria para combatir al gobierno de Al-Assad, apoyados desde el aire por los cazas de Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá y por los comandos especiales sobre el terreno.

El Sunday Express cita a un antiguo general del ejército británico, David Richards, quien asegura que los tanques acabarán entrando en acción en las operaciones militares de Gran Bretaña en Siria.

Otro artículo separado analiza las incursiones aéreas estadounidenses que defienden a los terroristas del Califato Islámico, que cumplen la función de tropas de infantería al servicio de los imperialistas contra Al-Assad.

Por su parte, el Wall Street Journal informa de lo que parece ser un preludio evidente a una operación similar a la de Libia, afirmando falsamente que Obama autorizará bombardeos aéreos contra el ejército gubernamental si ataca a los rebeldes “moderados” que apoya Estados Unidos.

De manera independencia, un periódico turco asegura que, según el presidente Erdogan, Putin ha debilitado su apoyo al gobierno de Damasco y que podría dejar caer a Al-Assad. Obama ha reconocido que en junio le llamó Putin, quien parece haber tomado la iniciativa en los asuntos que conciernen a la guerra de Siria.

El portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, ha confirmado la conversación, pero ha ratificado el compromiso de Rusia en la lucha contra el Califato Islámico: “La posición de Rusia es bien conocida” y ha sido reiterada por Putin. No hay ningún cambio en la línea del Kremlin, que se opone frontalmente a cualquier intervención exterior.

El consejero de Putin, Yuri Ushakov, ha afirmado que “la dirección actual de Siria es una de las fuerzas que realmente luchan y se enfrentan verdaderamente al Califato Islámico”, por lo que no hay nada que indique que el apoyo de Rusia al gobierno de Damasco se haya debilitado.