16 de agosto de 2017

EL TROTSKISMO ES SOCIALDEMOCRACIA

Si tienes una urna por cabeza la charlatanería paralamentaria
es lo tuyo
(el estalinismo también pero lo veremos otro día)

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG
A lo largo de este mes de Agosto me he comportado como un perro vago. Pido disculpas a mis lectores. Estaba mentalmente agotado. No tenía nada que decir ni capacidad para hacerlo.

De hecho, me han llamado en varios momentos al orden por esta desidia mía veraniega. No les falta razón a mis críticos.

Espero estar en Septiembre a la altura de las circunstancias que yo mismo he elegido como una de mis formas de militar en el comunismo.

En cualquier caso, he encontrado un texto de Rolando Astarita que deseo compartir con ustedes.

Con este autor no comparto en absoluto su crítica hacia el gobierno sirio, para mí el último bastión de civilización frente al islamismo. No, no hablo del fundamentalismo islámico sino de todas las porquerías a las que ha dado lugar esa religión, como lo han hecho el cristianismo ys sus sectas u otras supersticiones.

Tampoco el grado en el que expresa su condena y rechazo a la nunca existente “revolución bolivariana” (cae en la democratitis) y a ese engendro llamado socialismo del siglo XXI (desde el peronismo de Kirchner al ciudadanismo burgués de Correa y su falso continuador Lenín Moreno, pasando por el espejismo progre del lulismo brasileño.

Sin embargo, Astarita, es un regalo en su explicación de la economía marxista que plasma en su blog. En el 150 aniversario de “El Capital”, Astarita es una apuesta por volver a Marx, algo muy extraño a los beatos que hacen del marxismo una religión y que están dispuestos a negar que la historia de la humanidad es la de la lucha de clases y no la elección entre imperios que algunos hacen.

En este caso, Astarita al que algunos tildan de trotskista por no haberle leído apenas, golpea sobre esa corriente por sus querencias socialdemócratas, esperables en los seguidores de quien hasta el último momento antes de la revolución se resistió a pasarse a las filas bolcheviques.

Sin más, les dejo con su brevísimo e interesante texto que recuerda a quienes en España empezaron de aparentes pirómanos y han acabado de bomberos-toreros.

AGITACIÓN TROTSKISTA CONTRA LA DESOCUPACIÓN Y ROSA LUXEMBURGO
Rolando Astarita. rolandoastarita.blog

En varias entradas he planteado que es imposible eliminar la desocupación en tanto se mantenga la propiedad privada del capital (véase aquí y siguientes). He dicho que esto se desprende de la teoría de la explotación de Marx y de la experiencia histórica. Y agregué que los marxistas deben explicarlo a las masas. Claramente, lo escribí en crítica a lo que están haciendo en esta campaña electoral los candidatos del FIT y de Izquierda al Frente (al menos, la mayoría de ellos). Es que cuando hablan en la TV, o en los medios masivos, no dicen que en el marco de las relaciones capitalistas el ejército de desocupados siempre tiende a recrearse. Sí lo admiten en sus periódicos, pero no cuando se dirigen a la opinión pública en el sentido más amplio. Y no lo dicen porque si lo hicieran su discurso terminaría en la incoherencia. ¿Por qué? Pues porque es absurdo pedir el voto para que en el Parlamento se apruebe una ley para acabar con la desocupación, diciendo al mismo tiempo que es imposible acabar la desocupación con esa ley.

En otros términos, para responder a las críticas (y conservar el espíritu “rojo”) las organizaciones trotskistas admiten que la desocupación es inherente al capitalismo (véase http://www.laizquierdadiario.com/La-jornada-laboral-el-reparto-de-las-horas-y-la-relacion-de-fuerzas). Pero cuando sus candidatos van a los medios, disimulan la imposibilidad de acabar la desocupación en tanto subsista el capitalismo. Por eso el mensaje habitual en la TV y otros medios masivos es “en el Congreso vamos a proponer la ley del reparto de las horas de trabajo” y “la ley de prohibición de despidos”, para lo cual “te pedimos el voto”. El discurso de Del Caño es muy ilustrativo al respecto. Repito: lo que estoy planteando es que digan, pública y abiertamente, que la desocupación, en el sistema capitalista no se suprime votando candidatos de izquierda al Parlamento. Los diputados de izquierda ayudan a las luchas obreras y por las libertades, pero su acción parlamentaria siempre será impotente para torcer, en algún sentido fundamental, las leyes económicas del capitalismo.

Esta última idea está en la tradición del socialismo revolucionario. Por ejemplo, en Reforma o revolución, de Rosa Luxemburgo. En este libro explica, de forma sencilla y accesible para cualquier trabajador, por qué los sindicatos no pueden gobernar las leyes del capitalismo. Dice que no pueden controlar:
  • la demanda de trabajo (que depende del nivel de producción);
  • la oferta de trabajo, creada por la proletarización de las capas medias de la sociedad y la reproducción de la clase obrera;
  • el nivel de productividad.
Esto significa que el valor de la fuerza de trabajo y el nivel de empleo dependen del sistema económico, no del sistema legislativo. O sea, la explotación, dentro del sistema de trabajo asalariado, no se basa en leyes parlamentarias. Por eso Rosa Luxemburgo dice que “…las relaciones fundamentales de la dominación de la clase capitalista no pueden transformarse mediante la reforma legislativa, sobre la base de la sociedad capitalista, porque estas relaciones no han sido introducidas por las leyes burguesas, ni han recibido forma legal” (énfasis agregado).

Este sencillo mensaje es vital en la lucha por la independencia de clase y contra las ilusiones en la democracia burguesa. Subrayo la idea: las relaciones fundamentales de dominación de clase no pueden transformarse mediante reformas legislativas. Debería llegar a la opinión pública, sin vueltas.