Ramón Espinar y Lorena Ruíz Huerta en el
Foro de Nueva Economía (la de siempre, la capitalista),
como puede apreciarse en buena compañía, la del
vendeobreros Toxo y la del reaccionario monárquico
Luis María Ansón
Por
Marat
Un
amigo y lector del blog me ha pedido en un comentario efectuado en
una red social, con un cabreo del 15 (yo también), escribir sobre la
última genialidad podemita consistente en oponer a su penúltimo
invento - “la trama”- los “empresarios patrióticos”,
especie de criatura imaginaria, de entidad similar a la de los
hipogrifos.
A
los amigos y a Hacienda conviene, por distintos motivos, hacerles
caso. Así es que aquí me hallo, tratando de hilvanar un texto
mínimamente más coherente que el argumentario político de la secta
podemita. No será muy difícil, incluso intentándolo hacer mal a
propósito.
Sobre
la boludez de “la
trama” he escrito
recientemente, por
lo que me remito a dicho texto. El caso es que, cuanto más
desarrollan el concepto los del círculo morado, más se pierden en
sus propios jardines y en su indigencia intelectual. Es lo que pasa
cuando construyes la base -hipótesis- de tu edificio teórico con
material de derribo y de mala calidad: que según avanzas
en la construcción de los pisos, mayor es el riesgo de que caiga por
su propia inconsistencia y te golpeen los cascotes en la cabeza.
Si
“la trama” arranca del supuesto, omitido por falso, de que
el Estado puede ser neutro en cuanto a los intereses que representa y
defiende -algo completamente falso desde el momento en que todas las
Constituciones de países capitalistas defienden la “libertad de
empresa” o propiedad privada de los medios de producción. Y su
desarrollo jurídico va dirigido a sustentar y proteger este
principio- y que son las connivencias entre grandes empresas,
políticos y partes del cuerpo administrativo del Estado y medios de
comunicación las que manchan esa “ética impoluta” del Estado,
lo de los “empresarios patrióticos”, antítesis de la
trama, es la consecuencia del punto de arranque de un falsario.
No
se pueden decir más estupideces de un modo más condensado.
No
solo hacen un corte de mangas al hecho de que todo Estado es siempre
el Estado de la clase dominante y que, por tanto, su naturaleza
expresa unos intereses de clase determinados y ello no por corrupción
sino por Constitución misma, sino que hacen tabla rasa de la
internacionalización del capital, algo que viene sucediendo desde
hace más de 150 años de un modo creciente.
Y
esto, la internacionalización del capital, no sucede por ninguna
desviación moral de los principios que rigen la economía y la
política, sino porque en su desarrollo necesita, a la par que
conquistar nuevos mercados, una mayor concentración, a la vez que
una creciente financiarización de la economía. El propio reparto de
papeles en la producción que otorga, de hecho, la UE a cada país,
la interrelación de la economía europea y de ésta con el
capitalismo norteamericano, explica muy bien lo que estoy diciendo,
siempre dentro de un marco de relaciones centro-periferia, también
dentro de los países centrales del capitalismo. En definitiva,
dentro del escenario mundial capitalista, la economía española es
también dependiente del capital extranjero, especialmente del que
ostenta posiciones hegemónicas a nivel internacional. Todo esto no
sucede por ninguna corrupción de las reglas de juego del sistema
sino por las propias necesidades expansivas del capitalismo que, o se
desarrolla y crece, o se viene abajo. Las formas en las que lo haga
son secundarias. La corrupción, en todo caso, es una consecuencia de
un sistema de dominación de clase dado, no algo que sea disfuncional
al propio sistema. Pero, cuando se prefiere ocultar lo esencial y
quedarse con la parte más llamativa es porque se está haciendo un
juego de tahúres políticos que intentan salvar al sistema, dando a
entender que las razones de lo que sucede no están en él sino en
otro lado.
Hoy
la difusión política se ha convertido en un manual de simplezas
para dummies. El más demagogo, el que tiene
menos escrúpulos para tratar a los receptores de sus contenidos como menores de edad
mentales, es el que triunfa porque, ente otras cosas, ningún medio de
comunicación del capital -todos- le va a enmendar la plana y a
desmentir, dado que ese tipo de embustes salvan la base del
capitalismo -la explotación- y lo legitiman, al dejarlo al margen de
la crítica a sus propios fundamentos.
En
cuanto a los “empresarios
patrióticos” que,
según esos “cráneos
previlegiados”
(“Luces de
Bohemia”)
podemitas, son los que crean el 80% del empleo, mientras que el
Ibex35 en sus propias palabras “solo
ocupa al 20%” de
la población asalariada, me pregunto si les suenan los conceptos de
“empleo indirecto”
y de “empleo
inducido”. Les
sugiero que echen una mirada a las empresas
que integran el Ibex35. El capitalismo es un sistema porque posee
una organización en la que los elementos económicos y la actividad
empresarial se encuentran entrelazados e integrados mucho más allá
de lo directamente visible. Descontando a las empresas del Ibex35 que
son entidades financieras (8 de las 34 actuales), las de tipo
industrial y de servicios generan a su alrededor múltiples
actividades industriales y de servicios, bien como empleos indirectos
(en empresas proveedoras de equipos y de materiales, subcontratas,
proveedores de uniformes para la misma, empresas de seguridad,
caterings, mantenimiento, etc., etc.), bien como empleos inducidos:
actividades y empresas que surgen a su alrededor, aunque no mantengan
un vínculo contractual con dichas grandes compañías. Se
encuentran en el entorno
físico más o menos próximo a las mismas, dado que sus empleados no
suelen vivir demasiado lejos de ellas (restauración,
alimentación, bebidas, sectores ligados al ocio, consumo en general,
etc.).
Quede
claro que no estoy defendiendo ninguna tesis de un “capitalismo
nutricio” (grandes empresas) frente a otro menos “proveedor”.
El capitalismo es un sistema de relaciones entre empresas y de
relaciones sociales de producción que conlleva una estructura de
dominación de clase, ya sea “internacional”, “patriótico” o
mediopensionista. Y sobre él se edifica la explotación de una clase
social por otra. Simplemente estoy desmontando la tesis de que haya
un capitalismo que cree tal porcentaje de empleo por sí mismo, tal y
como sostienen estos defensores del “empresario patriótico”.
Por
otro lado, al capitalista “patriota” no le tiembla la mano al
sustituir mano de obra por tecnología, al aprovecharse de los nuevos
sistemas de contratación, cada vez más precarios, al incrementar
sus beneficios sobreexplotando a plantillas de trabajadores cada vez
más reducidas, al exigir el cumplimiento de horas “extraordinarias”
no remuneradas, al pagar salarios cada vez más bajos, exactamente
igual a como lo hace la gran empresa del Ibex, o incluso peor, porque
en muchas pymes la posibilidad de reivindicar, sindicarse o hacer
huelga es aún menor que en las grandes, precisamente por la menor
capacidad de presión de sus empleados.
No
quiero dejar pasar el tufillo fascista que tiene la expresión
“empresario patriota”, aunque pasado por las
influencias teóricas de Laclau. Pero se me dirá: “Laclau no era
un fascista”. A lo que es muy fácil responder: “Era un
peronista”. Y Perón tenía una concepción fascista, organicista y
corporativista del Estado y de la estructura social. Un planteamiento
que tomó del propio Mussolini. No en vano, ambos salían al balcón
de sus correspondientes residencias presidenciales a recibir los
baños de masas que les rendían las entidades gremiales de
empresarios y trabajadores creados por sus sistemas políticos para
integrar en un “abrazo” nacional la conciliación de clases en
formato “patriótico”. Espero que no me venga ningún listo a
decir que el concepto de “empresario patriótico” ha sido
recogido del pensamiento político bolivariano porque las
reminiscencias del mismo son anteriores y lo bolivariano no bebe
siempre de las mejores tradiciones ideológicas del movimiento
obrero.
Seguramente
Marine Le Pen no estaba informada de la apelación podemita a los
“empresarios
patrióticos”
cuando afirmó que "Podemos
existe porque en España no hay un Frente Nacional". Si
hubiera conocido esta nueva propuesta podemita se habría dado cuenta
que en España sí que hay un Frente Nacional, solo que se llama de
otro modo.
Quiero
hacer un pequeño aparte en el análisis de esta tontuna de “la
trama” y del “empresariado patriótico” para
referirme al modo en el que Podemos introduce la perspectiva de
género en todo ello, no así la de clase...trabajadora, porque la
burguesa ya la ha metido hasta la cocina.
Afirma
Pablo Iglesias que es el momento de abanderar "una patria
plurinacional con quienes de verdad trabajan aquí, la mediana y
pequeña empresa y las mujeres".
Ese
modo de meter a las mujeres en la macedonia con “empresarios
patrióticos”, la “trama” y las “pymes”
suena a un electoralismo que tira para atrás, según desvela, a su
pesar, la dirección de Podemos: “Las mujeres que están
consiguiendo marcar las elecciones, como ha pasado en Austria y
Holanda" ¡Vamos, que no es
cosa de olvidarse de esa franja del electorado tan numerosa! Pero que
aludan tan directamente a la perspectiva de género me hace pensar
que se han apuntado a la corriente feminista dominante, la burguesa,
esa que hace tanto hincapié en la falta de presencia de las mujeres
en los Consejos de Administración de las grandes corporaciones, como
si la emancipación del género humano, y específicamente de la
mujer trabajadora, de la explotación pasara por sustituir a
empresarios por empresarias. No
es muy explícito Podemos al respecto pero, cuando afirma que “sólo
entre el 1% y el 3% del patrimonio está en manos de las mujeres”,
da la impresión de que habla
más bien de la propiedad del capital, y de su distribución por
sexos, que de los bienes de los habitantes del país en general.
Al
fin y al cabo, tiempo atrás su mesías y ser de luz, Pablo Iglesias,
le precedió en el mismo foro. Y es que los dos saben dónde hay que ir cuando les llaman sus amos: donde está el auténtico poder, en la "economía de libre mercado". Y lo demás..."teatro, puro teatro"
Que
un perdonavidas de la lucha contra la
especulación inmobiliaria fuera hijo, financieramente protegido, de un
ex Presidente de la Asamblea de Madrid (parlamento autónomo), a la
vez ex consejero de Caja Madrid por el PSOE y profesional de la
abogacía (vamos sumando salarios y pensiones), no tendría porqué ser especialmente importante. En el
mundo podemita, desde los Errejón, con su papá alto cargo de todas
las administraciones desde el inicio de la transición, hasta los
Pablo Bustunduy, hijo de la ex ministra del PSOE Ángeles Amador,
pasando por el colocado en el Ayuntamiento de Madrid padre de Rita
Maestre, o por Jorge Lago, un tipo con casi un millón de euros en sus
cuentas, todo es una viejísima vuelta de tuerca en la que los
servidores del Estado burgués se repiten unos tras otros.
Que
alguien como Ramón Espinar Merino se compré con 21 años, aún
estudiando una carrera, un piso de protección oficial, le deje su
padre (el corrupto de las tarjetas black), madre y abuela, según él
dice, 60.000 euros para adquirirlo, no tenga trabajo y un banco le
conceda, sin tener ingresos propios, un crédito hipotecario, es lo
normal en el caso de cualquier joven de cualquier clase social,
perdón, de cualquier joven de “la gente”.
Si
ese joven ha realizado dicha compra, y si ha obtenido la ventaja de
hacerlo a través de los contactos preferenciales de su padre con la
banca y con la cooperativa de un sindicato del sistema (CCOO), es
claro que la descomposición moral de un capitalismo en crisis afecta
de un modo directo a los componentes de esas clases medias que temen
por su futuro y a las organizaciones del sistema.
La
reflexión que cabe hacer de ese caso es la siguiente: que un joven
de la burguesía con 21 años encuentre el modo de aprovecharse de la
compra de una vivienda de protección oficial, un tipo de oferta
destinada supuestamente a colectivos sociales con bajos ingresos en
un municipio en el que no vive ni está empadronado, y que
rápidamente venda, con beneficio económico personal, esa vivienda, que sabía de antemano que no iba a amortizar, significa que
Carece
de la honradez suficiente para no aprovecharse de una oferta que no
iba destinada a su clase, puesto que él vivía de los ingresos de
una familia de clase media-alta en la que entraban muchos sueldos. No era, al contrario de lo que
afirma Pablo Iglesias, un precario.
Al
afirmar tal cosa, Podemos demuestra la bajeza de quienes insultan a
todos los que sabemos lo que es vivir en una situación precaria,
cosa que ni sus dirigentes ni sus familias han vivido nunca. Preferiría no tener
que tirar de datos.
Que
el referido Ramón Espinar carece de escrúpulos morales, pues no le
basta con aprovecharse de una oferta destinada a gente que lo
necesitaba más que él, ni de las ventajas de unos contactos que
años más tarde denominará como propios de la casta, sino que además
pretende hacer pasar como comportamiento normal y carente de censura
la obtención de plusvalía por la venta de una vivienda de
protección oficial. Obtener beneficio con ello, lo niegue él o lo
defienda una arribista indecente como Beatriz Talegón es obsceno.
El discurso que "justifica" la obtención de un beneficio, dando igual que la venta sea de un bien de origen público que de uno de origen privado, indica la profundidad con la que ha calado la mercantilización de todo, también de la propia conciencia y la moral, en la mente de los "progres" y, en algunos casos, incluso de quienes se las dan de revolucionarios. Ninguna ley obliga a vender un piso de protección oficial al precio de rango más alto que permite su revalorización. Haberlo vendido por el precio en que se compró, con todos los conceptos que integraban la totalidad de dicho precio, para no perder dinero, hubiera demostrado que no existía interés de lucro alguno y dado credibilidad a lo que a todas luces ha demostrado luego ser falso: que se compró con intención de vivir en él.
Al
leer a los miserables que pretenden echar la basura fuera de su casa
bajo el argumento de qué medio lo haya difundido y sus intenciones
que, por supuesto, son las que son, uno no puede menos que recordar
aquellas miserias con las que nos bombardeaban los afiliados y
votantes del PSOE cuando Alfonso Guerra encontró un puestecillo para
su hermano Juan Guerra: “yo conozco a muchos que harían lo mismo”,
¿Tú no lo harías?” Los canallas siempre han
encontrado sus razones. No me sorprende sabiendo la catadura moral de
la gente del PSOE, que hoy es en gran medida la de Podemos. No son muy diferentes de los valores de la base social del PP. Es patética, por lo que trata de esquivar, la "argumentación" de los palmeros podemitas de que, cuando vendió su piso, (2010) Ramón Espinar no era militante de Podemos -este partido se crea en 2014-, como si el hecho de no ser miembro de un partido por entonces no existente fuera un motivo para hacer cortina de humo del pasado ético de un individuo ¿Qué pasa, que las referencias morales de alguien importan un pimiento al partido al que se incorpora y a sus cheerleaders? No estoy hablando de ningún "examen de ingreso" sino de que la evidencia retrospectiva de especulación con bien público debiera operar, como mínimo, como un motivo para excluir a alguien de la condición de portavoz de su partido en el Senado y de candidato a la secretaría general de Podemos Madrid. No puede ser adalid de los comportamientos éticos en política quien, como políticos de otros partidos, se lucra con lo público. El "contraargumento" de que su caso es incomparable con escándalos como el de la trama Gürtel sólo indica que, para el degenerado mundo podemita, lo reprobable no es el acto en sí sino la cifra.
En
una sociedad en la que todo vale, ¿qué lección podrán dar los que
son parte de ese saco de basura cuando critican al mafioso PP?
Hay
una lógica en el lumpen de los arribistas que carecen de principios
que es la de “ahora nos toca a nosotros”. Y desde ahí lo
justifican todo.
Hace muchos meses escribí esto sobre el mundo podemita:
“Bajo
el pretexto del empoderamiento de la “gente”, ese destilado
amorfo sin categoría ni clase social concreta, que huye de toda
adscripción porque, como pseudoclase media se avergüenza tanto de
lo que cree ser y no es como de lo que en realidad es, se conjuró la
más variada concurrencia de pillos que pudieran juntarse para el
común objetivo de medrar en medio de una grave crisis moral de
identidad. Todos ellos estaban dirigidos por un bufón y en cada
sección o fracción de rufianes dominaba un granuja que los
organizaba en grupo. Seres mediocres colocados en el lugar adecuado,
cantamañanas, según ellos “preparaos”, pero para dar el golpe
de su vida, aventureros de la pequeña burguesía, escritorzuelos de
seleccionados medios de la pseudoradicalidad, “espabilaos” de
partidos en horas bajas, pensadores de la nada ante su última
oportunidad, perroflautas reconvertidos en asesores, viejas glorias
recuperadas como pantallas “bonachonas” que tapasen las miserias
de los marrulleros y mediocres que se escondían tras ellas,
porteadores de carteras de catedráticos que vieron compensados sus
esfuerzos, pijas que jamás osaron meterse en líos hasta que
coincidieron en los pasillos con ellos y vieron cómo sacarles
réditos oportunistas, funcionarios desclasados en busca de un
ascenso que de otro modo no llegaría. Éste era y es el mundo
podemita. Con todos ellos formó Pablo Iglesias su "sociedad de
intereses mutuos" con ambiciones de colocarse o ya colocados en
las instituciones del Estado burgués, intentando emular, en muchos
casos, como nueva generación, los logros alcanzados por sus papás y
el objetivo de vivir a costa de los ilusos sectores populares que les
habían llevado hasta allí.” (Jean
Paul Marat: “La
crisis de Podemos lo domesticará definitivamente”).
Que
Pablo Iglesias, ese personaje cuya identidad política es para muchos un
enigma, aunque para algunos de nosotros no lo sea más que la
evolución de Mussolini, de George Sorel y de otros, pretendiese revestir un
comportamiento, legal pero a todas luces indecente de su
lugarteniente, bajo la mendacidad de un ataque contra su secta
metapolítica, o que afirmase
que la situación de Ramón Espinar ante la compra del citado piso
era la de muchos jóvenes que vivían la precariedad, expresa
cómo la descomposición de
un sistema económico y de la
supervivencia
de las clases medias ha dado lugar a la peor degeneración de la
psicología de éstas.
Al
leer los artículos esculpatorios, escuchar los argumentos
justificativos de tal comportamiento y los intentos de salvar lo
insalvable desde la legalidad por encima de la decencia, solo puedo sentir ante este tipo de gente un asco y un desprecio infinitos.
El
puño del capital y de su Estado golpea sobre la clase trabajadora
organizada
«Proyecto
de Ley.
El
presidente del Consejo, jefe del poder ejecutivo de la república
francesa, propone a la Asamblea nacional el proyecto de ley
siguiente:
Artículo
1.º Todo francés que después de la promulgación de la presente
ley se afilie o permanezca afiliado a la Asociación
Internacional de los trabajadores o a cualquiera otra
Asociación internacional, sea pública o privada, que profese las
mismas doctrinas y tenga el mismo fin, será castigado con prisión
de dos meses a dos años y con multa de 50 a 1.000 francos. Además
será privado de todos los derechos cívicos, civiles y de familia
enumerados en el art. 42 del Código penal.
Podrá
ser sometido a la vigilancia de la alta policía por cinco años, sin
perjuicio de las penas más graves aplicables conforme con el Código
penal, a los crímenes o delitos de que los miembros de estas
asociaciones se hayan hecho culpables como autores principales o como
cómplices.
Art.
2.º Será castigado con las mismas penas y despojado de pleno
derecho de la calidad de francés, cualquiera que por uno de los
medios enunciados en el art. 1.º de la ley de 17 de mayo de 1810
haya excitado a los habitantes de una parte del territorio francés a
sustraerse a la Asamblea nacional, sea anexionándose a un Estado
vecino, sea constituyéndose en Estado independiente, sin perjuicio
de las penas más fuertes en que hayan incurrido con arreglo a los
artículos 81 y siguientes del Código penal.
Art.
3.º El art. 463 del Código penal podrá ser aplicado en cuanto a
las penas de prisión y multa pronunciadas por los artículos
precedentes.» (Diario
“La Época”.
Madrid. 19 de Agosto de 1871)
Es
obvio que Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez no son
precisamente peligrosos agentes de la I Internacional o Asociación
Internacional de Trabajadores, ni peligrosos revolucionarios huidos
tras ser aplastada la Comuna de París, motivo por el que se
perseguía en 1871 a los miembros de la AIT. A lo sumo podría
decirse de ellos que son agentes bien pagados de la concertación, la
paz social y la perpetuación del poder del capital, lo mismo que el
resto de las cúpulas de CCOO y UGT.
Pero
los 300 sindicalistas sobre los que pende la amenaza de penas de
prisión por participar en huelgas en defensa de los derechos de la
clase trabajadora nada tienen que ver con los privilegios y la cómoda
posición de ambos dirigentes sindicales.
Los
8 de Airbus son el mascarón de proa de la campaña, a la que las
direcciones de CCOO y UGT han ido a regañadientes, tras mucho tiempo
haciendo silencio y sordina e intentando rebajar las penas a multas
por detrás de los juzgados o acogiéndose a una pseudoforma de
amnistía, como si hubieran cometido delito; como si la huelga fuera
delito. Sobre cada uno de ellos recae una media de más 8 años de
cárcel (66 años a repartirse entre 8 trabajadores) por su
participación en la Huelga General del 29-S de 2010.
Ha
sido un movimiento desde las bases sindicales el que les ha
reivindicado junto al resto de los casi 300 sindicalistas -cuyas
direcciones sindicales han ocultado celosamente la lista completa de
los mismos para dificultar ese movimiento de solidaridad y poder
pastelear con el gobierno, la fiscalía y los poderes fácticos del
capital su libertad-, razón por la que desconozco si hay entre esos
300 encausados militantes de otros sindicatos, que seguro que los
hay.
Al
conjunto de esos 300 sindicalistas se les pide más de 100 años de
cárcel, lo que indica que con los 300 de Airbus, una gran empresa de
plantilla combativa, se quería hacer un escarmiento especial con el
fin de amedrentar al conjunto del movimiento sindical español y al
conjunto de la clase trabajadora del país, como si ir a una huelga
general con amenazas de cierres patronales y de despidos a los
participantes en un país con casi 4.500.000 parados oficiales no
fuera bastante represión y chantaje empresarial.
Cuando
hablo del conjunto del movimiento sindical español no me refiero a
las cúpulas sino a esos 300 sindicalistas, a los mineros, a los
trabajadores de Panrico, de Coca-Cola, de la limpieza de Madrid, de
Madrid Río, del Metro de Madrid y de tantas y tantas luchas que sí
han representado la dignidad de la clase trabajadora y no los
burócratas sindicales cuyos sentimientos de clase están más cerca
de aquellos con los que negociaban -que ya no les necesitan- a mesa y
mantel.
Hace
tiempo que el capital y su Estado -el Estado no es neutro, de forma
que obedezca a los dictados de cualquier clase social o facción
política que represente distintos y hasta enfrentados intereses de
clase (esa es la “ilusión democrática” con la que mercadea el
reformismo procapitalista- han decretado el fin del contrato social y
el inicio de una guerra de clases que gran parte de la clase
trabajadora se niega a percibir o que, cuando lo percibe, espera a
que el temporal escampe, creyendo que estamos ante una crisis
coyuntural más y que cuando ésta pase, se recuperará lo adquirido
tanto en forma de salarios, como de empleo y de derechos y
condiciones de contratación y de trabajo. Vana ilusión.
Esta
crisis del capital no es una crisis cíclica más. Es una crisis de
sobreproducción que ha detonado en forma financiera y que los
capitalistas y sus Estados no son capaces de superar por más
centenares de miles de millones que hayan
inyectado a bancos y entidades financieras sino que, al contrario,
está entrando en una fase
de próxima implosión con efectos aún más letales sobre la
economía mundial y de las clases trabajadoras en general, que verán
aún más recortados sus salarios, depauperadas sus condiciones de
vida, incrementadas sus cifras de paro y perdidos sus derechos
históricos conquistados.
Mientras
tanto, la estrategia del capital es deshacerse de todo lo que
signifique para él coste social, recuperar para el mercado lo que
antes fue público para tratar de mantener la tasa de acumulación
del capital, endurecer las legislación sobre libertades de reunión,
manifestación, expresión, etc. hacia un concepto de “seguridad”
pública y modernizar la dotación de sus cuerpos policiales,
preparando el terreno para un incremento aún mayor de la represión
porque saben que la recuperación de la lucha de clases se producirá
con el desinfle de la ilusión democrática y la nueva fase de
depauperación vital de clase trabajadora.
Esto
lo sabíamos y denunciamos quienes en su día creamos la Coordinadora
Paremos la Criminalización de la Protesta Social, boicoteada y
reventada desde dentro
por el PCE/IU/Izquierda Abierta y desde fuera por los convocantes
de manifestaciones de hologramas de No Somos Delito, ligados a
Podemos, y que tanto problema tenían en coincidir estratégicamente
con quienes reivindicábamos la defensa de las libertades de un modo
especial para la clase que sería más duramente reprimida, la
trabajadora. Lo suyo era ya cuando aparecieron “la gente” y “los
ciudadanos”.
Hoy
la defensa de esas libertades sigue siendo fundamental para que la
clase trabajadora no se vea aplastada; es algo que comprenden muy
bien el capital, su Estado y sus partidos de turno en cada ocasión.
Por
eso creo que todo trabajador con conciencia de clase o incluso sólo
con instinto de ella debe de estar, aunque para ello tenga que
ponerse una pinza en la nariz, en
la manifestación en apoyo de los 8 de Airbus del jueves 11 de
Febrero a las 6 y media de la tarde y que transcurrirá de Cibeles a
Sol en Madridporque son
ellos quienes pueden comerse el marrón de la cárcel por defendernos
a todos los trabajadores y no ningún “dirigente”
sindical de alto nivel.
Que
nadie entienda que apoyar a los sindicalistas represaliados y
criminalizados es dar un voto en blanco, ni siquiera un balón de
oxígeno a sus direcciones porque ya no queda en ellas ni un ápice
de credibilidad. Pero pretender no ser solidarios con quienes
arriesgan la cárcel por apoyar la causa de los trabajadores sería,
además de miope y estúpido, indecente.
Más
tarde será hora de ajustar cuentas con las claudicaciones
sistemáticas de los burócratas sindicales y con sus estructuras
intermedias antes llamadas de “aristocracia obrera” y que hoy
sólo merecen el nombre de pancistas vendeobreros.
La
doble criminalización de la libertad de expresión por los elementos
fascistas y por los podemitas
“La
ley que incrimina las opiniones no es una ley del Estado para los
ciudadanos sino la ley de un partido contra otro. Ella suprime la
igualdad de los ciudadanos frente a la ley. No es una ley de unión
sino una ley de separación y todas las leyes de separación son
reaccionarias. No es una ley sino un privilegio. (…) en una
sociedad en la cual un solo órgano se cree el único y exclusivo
poseedor del Estado y en la cual un gobierno entra en una
contradicción de principio con el pueblo y considera por ello su
propia opinión, aunque ésta sea contraria a la naturaleza misma del
Estado, como la opinión general y normal, la mala conciencia de la
facción inventa leyes tendenciosas, leyes de venganza contra una
opinión que sólo se encuentra entre los miembros del gobierno.”
(“Observaciones sobre la reciente reglamentación de la censura
prusiana”. Karl Marx. 1843)
“Los
expertos de la ONU señalaron que la definición de los delitos de
terrorismo y las disposiciones relativas a la criminalización de los
actos de "incitación y enaltecimiento" o "justificación"
del terrorismo" incluidas en el proyecto de ley de Reforma del
Código Penal en materia de delitos de terrorismo "son
excesivamente amplias e imprecisas".
"Tal
como está redactada, la ley anti-terrorista podría criminalizar
conductas que no constituirían terrorismo y podría resultar entre
otros en restricciones desproporcionadas al ejercicio de la libertad
de expresión", recalcó Kaye.” (“La ONU critica la
reforma del Código Penal y la llamada "Ley Mordaza" de
España”. Agencia EFE. 23 de Febrero de 2015).
El
pasado 5 de Febrero estaba prevista la representación de la obra de
títeres “La Bruja y Don Cristobal” por los titiriteros de la
compañía Desde Abajo en el canal de Isabel II de Madrid.
La
obra, que los propios titiriteros (Alfonso Lázaro y Raúl García)
se inscribe dentro de la tradición de guiñoles conocida como
títeres
de cachiporra, cuya existencia se remonta hasta la Edad Media y
tiene su representación en distintos países de Europa.
Cualquiera
que se dé un paseo un domingo por parque de El Retiro en Madrid verá
representada esta tradición para todos los públicos, pues es en
abierto, incluidos los niños.
Los
guiñoles que, para quien no lo sepa o pretenda fingir que no lo
sabe, son muñecos representan personajes variopintos, unos buenos y
libres, otros malvados y opresores.
En
España la tradición de los títeres de cachiporra fue recogida por
primera vez en una coproducción entre Manuel de Falla, un señor
nada sospechoso de ser un peligroso anarquista -ahora los
criminalizan como tal desde la Brunete mediática de la ultraderecha
porque uno de ellos es miembro de la CNT, como si éste no fuera un
sindicato legal- y el poeta y dramaturgo Federico García Lorca en
1923 en una obra llamada
La
niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón. La
obra se llamaría mas tarde El
Retablillo de don Cristóbal.
A García Lorca
sí que le sigue
teniendo
ganas la caverna ultraderechista española, esa que piensa que bien
asesinado estaba por rojo y maricón. Mientras tanto los libros de
texto aprobados por el Ministerio de Educación del gobierno del PP
para la educación primaria de este país afirmaban hasta no hace
mucho que Lorca se
murió.
Si
nos descuidamos y vuelven a gobernar no me sorprendería que
modifiquen el “dato” afirmando que anda todavía por ahí
“haciendo las Américas con su compañía”.
Al
poder político, económico y eclesiástico nunca le gustaron los
títeres de cachiporra porque hacían hablar y actuar a unos muñecos
de guante y de madera pero no le quedaba otro remedio que tolerarlos
en la mayoría de las ocasiones, por esa misma razón, so pena de
hacer el ridículo porque tendrían que encarcelar no sólo al
titiritero sino al títere, medio que expresa la irreverente burla.
Como
afirma la periodista Marta Peirano en un interesantísimo artículo
del que les he puesto el enlace más arriba
“Los
títeres de cachiporra son políticos de nacimiento y violentos por
definición: son la proyección popular de la libertad contra la
opresión. Se reconocen porque no son de cuerda sino de guante, y
porque siempre pegan al poderoso, al rico, al policía, a la
autoridad”
Si
se afirma que los contenidos de la representación eran violentos y
no para niños convendría recordar lo que la aludida obra
coproducida por Lorca y Falla decía y hacía. Reproduzco
literalmente un párrafo del interesante artículo que ya les ha
mencionado:
"Oigan
señores el programa de esta fiesta para niños, que yo pregono desde
la ventanita del guiñol, ante la frente del mundo", dice Lorca.
Su Don Cristobal es un viejo verde que se casa con la bella Rosita en
contubernio con la codiciosa madre de la muchacha, que le pega los
cuernos con cuatro amantes hasta que queda embarazada de cada uno de
ellos. A medida que van saliendo los niños, Don Cristobal les sacude
un porrazo porque cada uno es de un hombre distinto. Esto es sólo el
comienzo de un largo relato de enredos, cachiporrazos y crueldades
sin fin.”
Por
cierto, aunque no es un guiñol sino un muñeco de paja de tamaño
natural vestido de negro, en el festejo de Carnaval de Villanueva de
la Vera (Cáceres), el Peropalo representa a un personaje malvado, un
hombre de poder según algunas versiones, que es manteado,
descuartizado, disparado con escopeta y finalmente quemado por la
población de la localidad que participa en la festividad. Esa
actividad es representada en plaza pública ante la vista y jolgorio
de niños y mayores. ¿Violento? Es un muñeco.
El
toro de La Vega, un animal de carne y hueso, es alanceado hasta su
muerte en la localidad del mismo nombre en una fiesta que se
considera una tradición y nadie ha prohibido. También hay niños
entre los pobladores de la localidad. No he escuchado a muchos jueces
ni padres de allí escandalizarse ni les he visto rasgarse las
vestiduras.
Y
ahora vayamos al fondo de la cuestión:
En
el teatrito de pressing catch (recordaré que es una representación
con tongo socialmente asumido) al que nos tienen acostumbrados la
derecha del PP y su “oponente” de turno (durante muchos años el
PSOE, hoy Podemos y sus marcas) ganar una posición, colarle un gol
es un objetivo en el que ambos ponen el máximo empeño. Nada real se
transforma en esa performance política.
La
representación de ese teatrito de Don Cristobal que conforman PP y
Podemos suele ser incruenta, salvo la dimisión de algún personaje
menor. En este caso, la peleita virtual a través de los medios y de
las redes sociales, en las que los hinchas de un lado y de otro
participan como comparsas airadas, sí que ha tenido su consecuencia.
La prisión provisional y sin fianza de Alfonso Lázaro y Raúl
García por decisión de un juez fascista, con pasado como policía
franquista, llamado Ismael Moreno, del que recomiendo conocer su
http://canarias-semanal.org/not/17736/el-juez-de-los-titiriteros-un-ex-policia-franquista-metido-a-magistrado-de-la-audiencia-nacional/
¿Hay razones para inhabilitarlo como incapacitado para impartir
justicia? Yo creo -pero es sólo una opinión en mi ejercicio de la
libertad de expresión- que SÍ.
Entrar
a explicar el contexto de la obra, los significados reales de las
escenas “violentas” y el papel que juega la pancarta “Alka-ETA”
como explicación de tantas pruebas fabricadas por una policía de
comportamiento mafioso y terrorista (recordemos el caso Alfon, en
prisión FIES) es caer en la trampa de situar el derecho a la
libertad de expresión y de creación intelectual a la defensiva.
¡VOSOTROS FASCISTAS SOIS LOS TERRORISTAS!
Conviene
aclarar que la compañía Desde Abajo actúo contratada por el
Ayuntamiento de Madrid cuando era alcaldesa Ana Botella y entonces
nadie se rasgó las vestiduras, del mismo modo que esta compañía ha
actuado en diversas localidades de España sin que nadie lo hiciese,
quizá porque los responsables de la representación objeto de tanta
ira garrula siempre han distinguido entre sus obras para niños y sus
obras para adulto y dejado claro que ésta lo era para adultos. Otra
cosa muy distinta es la responsabilidad de quienes contrataron su
actuación.
La
caverna mediático-fascista gritaba “apología de ETA, violaciones
en un espectáculo con niños. ¡Crucifícalos!”. Y el “juez”
Ismael Moreno sin esperar a que pasaran los carnavales y que llegase
la Semana Santa, se saltó todo el período de la Cuaresma y les
crucificó. A la fiesta se sumo ese engendro de la AVT, que ha
secuestrado el nombre de las víctimas del terrorismo, se ha
querellado contra unos cómicos que movían a unos títeres
representando una función. Y de paso, ha dejado en el más
lamentable ridículo a la memoria de esas víctimas y a los
familiares de las mismas que no hacen bandera fascista de la sangre.
¿Pero
era un espectáculo para niños?
Lo
primero que convendría saber es cuántos fueron los padres
escandalizados, qué conocían o no de la tradición de los títeres
de cachiporra y si se rasgan igualmente las venas ante los
espectáculos degradantes que en horario infantil nos dan
televisiones como Tele 5 o si controlan los contenidos televisivos,
así como los usos del móvil y de Internet que hacen sus hijos.
Tengo la convicción de que una buena parte de los airados padres
ante el teatrito de títeres no pasarían la prueba.
En
segundo lugar convendría preguntarse a qué jugaron los
organizadores y responsables de comunicación del Carnaval de Madrid
(Ayuntamiento) cuando comunicaron a la vez que no era un espectáculo
para niños sino para adultos y que era para todos los públicos:
Podemos y sus marcas blancas, Carmena y su equipo municipal se superan. Hasta ahora habían sido capaces de decir una cosa y a renglón seguido otra. Pero decir dos cosas opuestas a la vez entra dentro de la categoría de lo insuperable.
Convendría
interrogarse por el carácter progresista de la Concejala de Cultura
y ex okupa del Patio Maravillas (gran precursor podemita), corriente
institucional de pacto con el Ayuntamiento de Madrid de la era
Gallardón, doña Celia Mayer, cuando presentó denuncia a través de Madrid Destino
(empresa municipal) contra los dos titiriteros por enaltecimiento del
terrorismo. Actúo igual que la AVT, Ismael Moreno y la Brunete
mediática fascista. Su decisión, por elevación, es como si la
hubiera tomado la Alcaldesa Manuela Carmena, esa señora tan
defensora de los derechos humanos que dejó morir a un preso de los
GRAPO, cuando era jueza penitenciaria, que se encontraba en huelga de
hambre pidiendo mejoras de las condiciones carcelarias y reagrupación
de los presos.
Que
ahora Celia Mayer, máxima responsable de Cultura en el Ayuntamiento
y, por tanto, del Carnaval de Madrid, o al menos de su parte
municipal, se plantee retirar la denuncia es sólo consecuencia
oportunista, que no sensible, del cabreo popular y democrático
contra el encarcelamiento de los dos titiriteros de Desde Abajo.
No
basta con que cesase al director artístico municipal que programó
la contratación de los títeres en un intento de soltar lastre,
hacer rodar una cabeza de turco y salvar sus posaderas municipales.
Debe dimitir ella misma, como máxima responsable de Cultura y, en
consecuencia, de la programación del Carnaval de Madrid en la parte
que compete al Ayuntamiento. Su papel como chivata de la policía,
acusadora e incriminadora e inquisidora de dos pobres cómicos, lo
exige y la decencia política, de la que tanto alardean los
podemitas, también.
Que
doña Manuela Carmena calificase de “espectáculo deleznable”
la representación sólo indica
que la deleznable, indigna y despreciable es ella, incapaz de asumir
los errores municipales como máxima representante de un Ayuntamiento
que un día sí y otro también hace el ridículo por sus idas y
venidas, pseudoavances y retrocesos reales (Ley de Memoria Histórica
municipal parada), desprecios a los trabajadores de limpieza
municipal, Coca-Cola (arbolito navideño de la marca cuando ellos
están en lucha), progresismo de cartón piedra, exhibición de
orgullo porque Madrid sea con su mandato un lugar privilegiado para
especuladores internacionales, reino de Taifas administrativo y casa
de tócame Roque de descoordinación. ¿Está la señora Carmena, jueza jubilada, mostrando una pauta de comportamiento corporativa con el sector más reaccionario y fascista de la judicatura, en concreto con alguien como Ismael Moreno? La pregunta creo que no es demasiado ociosa.
En
su calificación de la obra, la señora Carmena no quedó muy por
detrás del Ministro del Opus y violento destructor de libertades, y
personaje siniestro, Jorge Fernández Díaz, para el que la
representación fue “repugnante”
La
explota-bebés, para su promoción personal, en el Congreso -que
tiene guardería y ella misma una nany que esperaba fuera al niño- y
antiabortista (“El aborto no es un tema que construya potencia
política de transformación social y, por lo tanto, no es
prioritario” , Carolina
Bescansa, una de las máximas dirigentes de Podemos, ha declarado
sobre la cuestión lo siguiente:
"El
ayuntamiento de Madrid resolvió de manera inmediata y fulminante el
asunto, relegando de su responsabilidad a las personas que
organizaron el carnaval y denunciando a los titiriteros"
(…) "Este es un asunto deplorable. Fueron unos
títeres absolutamente impresentables. Aquí lo que ha pasado es que
ha habido una compañía que ha hecho una cosa muy mal y ahora deben
responder"
Pero
si todo lo anterior indica la calaña humana de los apaleadores de
titiriteros, no debemos olvidar a los relativizadores de la
criminalización.
Veamos
el vídeo de la intervención de la señora Bescansa con sus consideraciones sobre el asunto:
Veamos
como Pablo Iglesias intentaba hacer luz de gas sobre la cuestión:
Es
cierto que hay cosas muy graves en este país pero no le preocupan
tanto al señor Iglesias como el intentar zafarse del comportamiento
irresponsable y de chivatos de la policía de Podemos y de su marca
blanca en el Ayuntamiento de Madrid, Ahora Madrid.
Ramón
Espinar, senador de Podemos por Madrid, e hijo del usuario de tarjeta
black de Bankia, y miembro del PSOE del mismo nombre, intentaba
zanjar el asunto con una mera alusión a error.
Y
los titiriteros acusados por los podemitas que se pudran en la
cárcel. El diputado de Podemos en la Comunidad de Madrid, Emilio Delgado, sube un escalón y llama "zumbados" a los dos artistas, a quienes acusa de abusar de la confianza de quien les contrata y de la atención del público.
De paso, que nada debe ser desaprovechado, ataca a sectores de izquierda por criticar las canalladas de Ahora Madrid, títeres de Podemos. Tengo calificativos hacia este señor que estoy recitando mentalmente pero que no los traslado al texto por respeto a todos ustedes.
Para
Jorge Moruno, voz de su amo de Público (diario oficial de Podemos) y
de Roures y dirigente podemita, el problema estaba en el
comportamiento de los artistas, razón por la que echaba su palada de
basura sobre ellos, sin olvidarse de atacar a quienes denunciamos la
canallada de su partido.
Un
sujeto realmente aborrecible este señor.
Conviene
señalar que cuando ante un “error” -vulgo canallada del cobarde
que evita asumir sus propias responsabilidades sin descargarlas en
quienes no la tienen- se actúa mancomunadamente en una estrategia de
luz de gas sobre esos “errores”, desvío del balón y colectiva
actuación indigna (algún día habría que pedirles explicaciones a
los cheerleaders podemitas en las redes sociales, capaces de
justificar las mayores infamias de su partido, del mismo modo que
sucede en otros partidos) estamos ante una asociación de canallas
sin principio moral alguno.
Mención
aparte están todos esos opinadores de ocasión que por motivos
políticos, desinformación o mala intencón, que de todo ahí
quieren quedar bien con unos y con otros, hacer casar lo justo con lo
injusto, repartir culpas entre quienes la tienen y quienes no. Me
refiero a los que dicen aquello de “injusticia” “barbaridad”,
“salvajada”, “arbitrariedad” PERO...no era para niños.
Ese
PERO está paliando lo que dice rechazar, la cárcel. “Olvida”,
“ignora” o hace “abstracción” de que los titiriteros
aclararon siempre que su espectáculo era para adultos y que el
“error”, que no es simple “error” sino una mezlca de
estupidez, inepcia, malas artes, engaño, cobardía y falta de
decencia, hace que la carga de la prueba caiga del lado de políticos,
administradores, creadores de envenenada opinión y forofos
incondicionales de lo que diga el político de turno, sin un instante
de vacilación, duda, investigación y reflexión sobre los hechos.
Consecuencia: dos inocentes entrullados. Una de las campeonas de ese PERO es la señora Ada Colau, alcaldesa de Barcelona. Fíjense en la parte final de su texto en facebook
Por cierto, doña Ada Colau repite los mismos esquemas de comportamiento con los trabajadores del Metro de Barcelona que en su día tuvo Esperanza Aguirre, con los del Metro de Madrid, negándose a dialogar con ellos mientras estén en huelga. Cosas del cambio de los gobiernos de progreso. En ese discurso de equidistancia calculada está la esencia del discurso podemita, ciudadanista, reformista y de la gente. Un proyecto que sólo consiste en defender el voto con uñas y dientes para hacer vaya usted a saber qué porque, ante el menor contratiempo o presión, se bañan en dos ríos a la vez, matizan y reculan. Lo importante es para ellos el gobierno, que no el poder. Una vez aposentados en él ya se irán improvisando y dosificando las renuncias, si no se producen todas a la vez, estilo Syriza. Y es que el capital sabe muy bien que cuando se le agotan unos caballos hay que cambiarlos por otros de refresco que mantengan la ficción gatopardiana de "cambio" en base a ilusiones de ilusionistas para ilusionados que, cuando se desilusionen, se irán a casa completamente desmovilizados porque tampoco es cosa de esforzarse mucho más allá de votar cada 4 años.
Son
otro tipo de cómplices con la opresión y con la salvajada
arbitraria de un juez y de una coalición de políticos sin
escrúpulos de unos y otros partidos. Y son cómplices por
oportunismo de salvar los votos hasta de donde nunca les llagarán.
Sólo
pondré un ejemplo que me resulta particularmente triste porque
proviene de alguien, hoy recién estrenada diputada, a la que conozco
personalmente, con quien he tenido en el pasado un trato afable y
que, por encima de las capacidades políticas de las que disponga,
siempre he considerado una buena persona. Me refiero a la diputada de
IU-UP, Sol Sánchez.
Uno
no se equivoca nunca si ante el atropello y la arbitrariedad del
poder y de la judicatura condena a ambos porque no hay matices ante
lo injusto y descabellado.
La
alusión al supuesto “error” o bien cargaba algo de
responsabilidad en los artistas o bien suavizaba la canallada
política como algo involuntario.
Es
cierto que posteriomente Sol Sánchez, en una acción que la honra,
matizó su tuit anterior en varios otros
Ante la dinámica de fascistización del Estado capitalista español sólo nos caben dos cosas: exigir la inmediata excarcelación de los dos titiriteros y la retirada de las iniciativas del ministerio fiscal contra los 300 sindicalistas, junto con la exigencia de las responsabilidades políticas y de otro tipo que corresponda aplicar a los criminalizadores en cada uno de sus ámbitos, y organizarnos para la pelea porque la lucha contra el neofascismo estatalizado y contra el capital que se ampara tras él será especialmente dura. Es
caro el oficio de titiritero cuando se paga con la cárcel un trabajo
por el que apenas iban a cobrar 1.000 euros por las dos actuaciones
cuando el encargado de programar las actuaciones iba a cobrar 5.600 y
la coordinadora artística de la empresa municipal organizadora de
los Carnavales, Madrid Destino, se llevará 23.000 euros.