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8 de julio de 2024

LEGISLATIVAS FRANCESAS. ÉXITO ANTIFASCISTA ENVENENADO


Por Marat

El fantasma lepenista en Francia tendrá que esperar una mejor ocasión. El bisoño pelele de 28 años de Madame Le Pen, Jordan Bardella, no será primer ministro; ni seguramente ella lo pretendía tampoco. De otro modo, hubiera presentado para dicho cargo a un personaje con mayor peso, empaque y trayectoria política. La carrera hacia la Presidencia de la V República francesa está siendo para Marion Anne Perrine Le Pen más larga de lo que ella quisiera. Trece años han pasado desde que sucedió a su padre, Jean Marie, en la dirección del Front National (FN), al que cambió de nombre en 2018 por el de Rassemblement National, en un claro guiño al gaullismo -el partido fundado por Charles de Gaulle en 1958 se llamó Rassemblement du Peuple Français- al que ha apelado con frecuencia para separarse del poujadismo charcutero en el que estuvo presente su padre, junto con antiguos dirigentes nazis del colaboracionismo de la Francia ocupada y ex paracaidistas de la guerra de Argelia, un movimiento golpista al que de Gaulle no fue ajeno pero de cuyo proceso se postuló como salvador, hacia una extrema derecha nacional, patriótica (a Francia le pierde su nacionalismo transversal), popular y social; en definitiva, políticamente aceptable (¡qué fascismo tan normal y de andar por casa!), en un país en el que la idea de pueblo (la nación en la revolución francesa) sustituye a la de clase. Fue el marxista Anton Pannekoek quien afirmó “El pueblo no existe. Sólo existen las clases”.

La primera vuelta de las elecciones legislativas francesas indicaba que el maquillaje de “la Francia calmada”, que Marine Le Pen lanzó en 2016, conociendo la contradicción nacida de un régimen político liberal con el llamado Estado Bienestar, en el que el capital nacional e internacional ya no necesitaba del pacto social con un clase trabajadora descompuesta e integrada y una izquierda política derrotada y sin proyecto, iba a ser un éxito.

El discurso oficial de la opinión “democrática” insistirá durante un tiempo en la idea de lo inesperado, de la sorpresa de la reacción democrática y popular. Algo hay de ello.

Existe una Francia que no se ha entregado a los fascistas. Está compuesta tanto de una idea desorganizada, como organizada de clase que no se ha creído el travestismo social y hasta obrerista, desde hace ya dos años opuesto a las políticas de protección social contra la pobreza de todos, que defiende el “ius sanguinis” contra la vieja y decente “ius solis” y una clase burguesa, que defiende libertades, muy poco sociales, pero que sabe que sus modos de concebir sus vidas privadas también acabarían siendo atacadas.

Entre la revolución de 1789 y la de Comuna de París de 1871 hay casi 100 años. La primera burguesa. La segunda básicamente proletaria.

Ya no habrá revoluciones proletarias, al menos pronto, pero en las “banlieus”, donde los desgraciados franceses de otros orígenes que eran invisibles, han votado contra el fascismo.

Y ahora hablaremos de política.

El frente popular ha sido una mentira.

Melenchon ha sido ya asesinado tanto por los medios de la progresía como por la derecha "democrática". Él y su populismo de socialdemocracia hiperventilada han sido ya condenados como enemigos de la gobernabilidad.

Lo que viene es mierda de extrema derecha pero entregada por etapas, una vez que la izquierda se haga realista y asuma la "necesidad" de entenderse de una forma pragmática con los restos del macronismo. 

A partir de ahí, la decepción en la izquierda respecto a un éxito desaprovechado abrirá el camino a un nuevo salto electoral del fascismo lepenista que en las próximas presidenciales francesas puede ser el definitivo. Nunca logró un triunfo mayor en una derrota legislativa. Éste no era aún su momento y Marine Le Pen lo sabía. Las presidenciales francesas de 2027, si no se adelantan, son su meta.

Ponga usted a socialistas como Hollande en un Frente Popular (Macron fue criado a sus pechos, primero cómo asesor de su Presidencia y luego como ministro de economía) y sabrá de qué modo se rompe una mayoría, insuficiente, pero lo bastante poderosa como para intentar un juego diferente, y verá cómo el realismo político se impone.

6 de junio de 2023

SUMAR Y PODEMOS JUNTOS A LAS GENERALES ¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?

Ya veremos en qué acaba esta carrera de tres pies

Por Marat

Cualquiera que esté mínimamente al tanto de la tragicomedia del teatro de títeres de cachiporra en el que han estado enzarzados los últimos años los progres a la “izquierda” del PSOE está al cabo de la calle de cuál es el ambiente y el estado emocional en esa variopinta fauna y entre sus menguados votantes.

Hasta el 28 de Mayo todo eran broncas, ataques más o menos sutiles, más o menos groseros, descalificaciones y envenenados llamamientos a una supuesta unidad, que cada parte pretendía imponer desde un “trágala” tácito en unos casos (Díaz con su construcción primero de Sumar), explícito en otros (Iglesias y sus “majorettes” Belarra, Montero, Echenique y Verstrynge con su exigencia de primarias).

Sumar ha recibido un mazazo brutal con la pérdida de Compromís del Ayuntamiento de Valencia y el poder compartido en la Generalitat Valenciana, la pérdida de 7 concejales de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital (Pitita, perdón, Rita Maestre se dejó por el camino 200.000 votos), sólo compensada parcialmente por su mantenimiento en el Parlamento Autónomo, y la más que previsible pérdida de la alcaldía de Barcelona por parte de los Comunes. Los moderadísimos éxitos de otros grupos de Sumar, como CHA o IU, donde ésta ha ido sola o con otros grupos al margen de Podemos, son bagatelas en comparación con las pérdidas. El proyecto de Sumar y la imagen de Yolanda Díaz parten debilitados hacia las generales del 23-J.

Podemos ha cosechado un fracaso garrafal. De los 47 diputados autonómicos que tenía en 2019 ha pasado ahora a 14. Ha desaparecido de la Asamblea de Madrid, continúa sin tenerla en su Ayuntamiento, ya no está el Parlamento Valenciano y ha perdido sus cargos en la Generalitat, no ha obtenido ningún representante en el ayuntamiento de Valencia, ha desaparecido del parlamento canario, ha perdido todo su poder ejecutivo en gobiernos municipales y autonómicos en los que ostentaba alguno y el PSOE gobernaba. Donde se ha presentado sin IU, o donde ésta iba en coalición con otros grupos distintos a Podemos, a estos les ha ido peor aún que a los de Garzón (es lo que tiene ser un partido sustentado sobre el tuit, la televisión y unos cuántos medios digitales, eliminando militancia por si le sale crítica). Juntos apenas llegaron a los 750.000 votos.

Sin duda, el gran perdedor de municipales y autonómicas ha sido el PSOE ya que se quien gobernará en Jaen ha esfumado casi todo su poder territorial. De las 9 autonomías en las que gobernaba no ha revalidado gobierno más que en Asturias y Castilla-La Mancha. Cabe imaginar que lo logre también en Navarra, si no vuelve, como en otros tiempos, a dar su voto a la investidura del candidato de UPN, para no contar con Bildu en la propia. Pesará en su decisión el slogan fascista “que te vote Txapote” y la inoportunidad del “affaire” de las listas de los abertzales en momento político tan delicado. En las municipales ha perdido !7 ayuntamientos y sólo está en estos momentos en condiciones de gobernar en 6. De las capitales andaluzas quizá logre mantener Jaén. Es una clara premonición de lo que muy probablemente sucederá en unos meses: la victoria del PP el 23-J. Aún así la distancia en votos entre el PSOE por un lado y la suma de los obtenidos por Podemos y los partidos componentes de Sumar es sideral: en torno a 4.500.000 votos. Esto tendrá su peso psicológico entre quienes deban decantarse en la convocatoria de julio por una papeleta de la izquierda.

Así las cosas,”dicen” en Sumar y en Podemos que están negociando una candidatura conjunta para las generales que una a “progresistas y demócratas” para defender lo logrado y ampliar los derechos sociales (Díaz “dixit”) y frenar a la derecha y a VOX, en versión de Podemos. Distinta letra y notas musicales para un mismo objetivo

Entonces, ¿qué puede salir mal? TODO

Porque no es creíble

O sólo lo es para esas mentes ingenuas, absolutamente desinformadas y con la suficiente dosis de autoengaño, y esas cada vez son menos, para no querer ver lo evidente: que la negociación, si es que hay algo que mínimamente evoque una caricatura de tal cosa, no se está produciendo con voluntad de acuerdo sino de imposición, agotamiento del enemigo por presión del tiempo (límite de plazo 9 de junio) -perdón, futuro socio – y exclusiones mutuas teñidas de agresiones verbales y de ataques silenciosos.

Yolanda Díaz ha construido un “partido instrumental”, antes movimiento, que le ha servido para postularse como líder de todo el espacio, ayer figuradamente amplio, hoy potencialmente mínimo, a la izquierda del PSOE, entretejer complicidades provisionalmente sólidas con sus aliados internos con los que tiene mayor sintonía (ya veremos con el tiempo en que acaban esas fraternidades) y montar una pequeñísima pista de aterrizaje sobre el mar para el avión en llamas de Podemos, mientras desde la torre los controladores aéreos (Díaz nunca se mancha las manos personalmente, aunque sus proyectos pasados de unidad de las izquierdas gallegas han dejado un reguero de muertos políticos) dictan los nombres de los que deben ser lanzados a los tiburones para permitir que el ya carbonizado avión aterrice. Para ello cuenta con la disidencia interna podemita, que se multiplica por días, los rechazos más o menos explícitos de Compromís y Más Madrid (el siniestro y vengativo Errejón siempre agazapado en las sombras) a incluir las principales caras de Podemos en ciudades importantes y lugares destacados de las listas.

Podemos lleva años arrimando el hombro para lograr la unidad de la izquierda. Ya apuntaba maneras con aquello de “cuécete en tu salsa llena de estrellas rojas y de cosas, pero no te acerques”, que les dedicó Iglesias cariñosamente a sus excompañeros de IU en 2015. Luego absorbió a una parte y enfeudó a la otra. O cuando la dirección de Podemos fue purgando disidentes, ninguneando a dirigentes territoriales elegidas por sus exiguas bases contra el criterio del macho alfa. O cuando hace más de un año Iglesias recordó a Díaz que era vicepresidenta del Gobierno gracias a Podemos, o sea, a él, tratando de atarla en corto, a pesar de que ella no era de Podemos sino del PCE. O cuando exigía una negociación de igual a igual entre Podemos y Sumar, sabiendo que eso no sería admisible porque Sumar iba a ser un conglomerado de grupos, lo que supondría asumir a Podemos como hermano mayor, cuando a todas luces, incluso antes del resultado del 28-M, ya no lo era. O cuando ha estado meses exigiendo primarias para sumarse a los que ahora dice querer unirse, cuando las hemerotecas están plagadas de denuncias de miembros y exmiembros de Podemos que denunciaron en su día un buen número de pucherazos en primarias digitales podemitas. O cuando calificaron a sus supuestos futuros socios como “izquierda cuqui”, hasta el cierre de campaña de las elecciones de mayo, y a sí mismos como “izquierda valiente” ¡Menudos valientes que ahora llaman a la puerta de Sumar para juntarse con los cuquis!

Porque huele mal

Hay una generación de políticos entre la treintena y la cuarentena cuyo primer empleo en su vida ha sido el de concejal, alcalde, diputado autonómico o nacional, ministro, asesor o liberado por su partido. Algunos han vivido siempre de un chiringuito (fundación, ONG). Decían ser una Juventud Sin Futuro, ¿recuerdan? El grito de los jóvenes de clase media (eso era el 15-M) del “No nos representan” acabó representado en la mesocracia institucional (eso es Podemos, la IU actual Más País/Más Madrid y otros grupúsculos nacidos del estallido de la supernova podemita)

El miedo al paro y la búsqueda de empleo es un potente pegamento unitario ¿Les imaginan volviendo a trabajos de cajera de supermercado, pizzero, aforadora del Metro de Madrid, becario o profesor universitario asociado?, por citar sólo algunos empleos previos de dirigentes de algunos partidos de los que hablamos Hoy tener título universitario, lo tienen casi todos ellos, vale muy poco. No descenderían tanto de status. La política es un ámbito de relaciones. Siempre encontrarían el amparo de un trabajillo mejor que que tuvieron antes de vivir de la política pero sin el brillo de las cámaras, del saberse poseedores de la información ajena al ciudadano común, de estar donde se corta el bacalao, viviendo vidas anónimas, soportando las vulgares y aburridas conversaciones de los compañeros, preocupados por los nuevos salarios tan poco elásticos,...Ya hay una inflación de tertulianos políticos de medio pelo. No hay televisiones para todos.

Esa, por encima de cualquier otra, es la razón que moviliza la búsqueda de acuerdos: el miedo a quedarse fuera de la política profesional. El ejemplo de Teresa Rodríguez y de Kichi, mucho más que el de Garzón, que seguirá cobrando como Coordinador General de IU y no será candidato para que en Podemos sigan su ejemplo.

El principal escollo de la negociación se concentra en Montero. Mientras para Podemos es la heroína del feminismo y el buque insignia al que salvar por su rol como Ministra de Igualdad, para Sumar y sus partidos miembros Montero resta. Es algo compartido por la disidencia podemita partidaria de la unidad dentro de Sumar, aunque entienden que también debe echarse a un lado el resto de la cúpula.

Si a la dirección de Podemos le importase su organización, antes que su supervivencia dentro de la política, se preguntarían por el peso que ha tenido la Ministra de Igualdad, el resultado de sus leyes, la imagen pública que transmite y sus actitudes en la pérdida de votos de su partido. Pero no parece que vayan a hacer tal cosa.

Por el contrario, los dirigentes de Podemos mezclan victimismo, al aludir a una dinámica de "venganza", “humillación y "presión" para que Montero quede fuera de la negociación, con chantaje, al afirmar que "cualquier voz que refuerce esas críticas, esas campañas contra el feminismo, lo único que hacen y lo único que consiguen es poner una alfombra roja a la derecha y a la extrema derecha", identificando, de paso, al feminismo con la señora Montero, cuya política ha dividido al propio feminismo.

Iglesias juega a ser el Basilisco que envenena desde fuera el clima de la negociación, acusando a Compromís, los Comunes y Más Madrid de vetar a sus dirigentes en las listas de la Comunidad Valenciana , Cataluña y Madrid. Mientras, la impávida Belarra calla, demostrando, como muñeca de trapo, quien es el jefe. Los aludidos lo niegan y denuncian que Podemos miente. Los Comunes acusan a Podemos de intentar pactar en secreto una candidatura con ERC al margen de Sumar. Todos ellos son una vulgar patulea que, como delincuentes pillados por la policía, se acusan mutuamente, mientras preparan la ruptura de las supuestas negociaciones. Y Díaz, mientras tanto en estado zen y postura de loto, diciendo que todo va bien.

Todo esté juego de "verdades" y mentiras, de trampas al supuesto convergente tiene un único objetivo: justificarse ante sus fans y hooligans de las decisiones previamente tomadas de evitar la unidad por parte de Podemos y los componentes de Sumar.

A esta edificante performance ya está faltando Macarena Olona y su tingladillo, que podrían aportar un tono de refrescante sosiego.

Porque llega tarde

Y, como en el título de la vieja película, deprisa, deprisa. Antes del 9 de junio las coaliciones electorales deben presentar sus candidaturas ante la Junta Electoral.

Ignoro si quienes lean este texto en la fecha citada se van a encontrar ante una candidatura única de izquierdas o para entonces habrá saltado todo por los aires.

Años de broncas, insultos, frustraciones y odios no se disuelven en unos pocos días para dejar paso a la paz, el amor y el acuerdo, ni aunque fuesen a las reuniones pasados de éxtasis. Al contrario, la presión de la urgencia puede exacerbar las tensiones y los rencores acumulados.

El domingo 4 de junio el PCE disolvió a la dirección nacional de la UJCE y nombró una gestora, tras acusar ésta al partido de “marginar el proyecto comunista dentro de Sumar” y de deriva socialdemócrata, como si esa deriva no se hubiera producido en 1956 con la política de reconciliación nacional. Periódicamente hay grupos de socialdemócratas del PCE que acusan a su dirección socialdemócrata de serlo, creyendo que ellos no lo son por el simple hecho de declararse comunistas. Ser socialdemócratas y a la vez estalinista es una forma perfectamente compatible de no ser comunista ni unos ni otros.

A estas alturas casi todas las direcciones regionales de Podemos han entrado en rebeldía contra su dirección nacional, exigiendo su integración en Sumar.

A la desesperada, la “banda de los cuatro” de Podemos intenta garantizar una posición independiente dentro de Sumar, que les permita ir por libre, soslayando una unidad de acción posterior.

.Como pequeños Sansoncitos, la dirección estatal de Podemos puede sentirse tentada con derribar las columnas del templo progre de Sumar y enterrar con ellos a los filisteos cuquis. Cosas de ser la izquierda valiente….salvo que las direcciones regionales les monten una “catilinaria” de urgencia y les depongan. Cualquier cosa.

No sería descartable que en este ambiente de paz, amor y mutuo entendimiento, pero urgidos por la escasez de un tiempo que se escurre vertiginosamente, los negociadores peguen una cagada del tipo de la realizada hace un año por la candidatura Por Andalucía, que iba a ser allí el primer experimento de Sumar. Como a 10 minutos del tiempo límite aún negociaban a hostia limpia, jugaron al órdago del último minuto para presentar las firmas de todos los apoderados de los partidos, no pudiendo los de Podemos ser incluidos en la coalición, por llegar tarde su firma, quedando los podemitas como independientes dentro del grupo parlamentario. O quizás más que cagada fuese una de tantas “jugadas maestras” de IU. Su fineza marrullera es proverbial frente a las jugarretas podemitas, siempre mucho más torpes.

Si finalmente hubiese un pacto sería tan provisional que saltaría pronto por los aires tras las elecciones, siendo lo más probable un engrosamiento del grupo mixto y un pequeño grupo reunido en torno a Díaz de improbable evolución, ya que ésta no tiene organización propia (su pertenencia al PCE es circunstancial) sino aliados de distintas obediencias partidarias.

Porque el voto se va a concentrar como voto útil

El espectáculo degradante que están dando Podemos y los futuros integrantes de Sumar refuerza la apuesta de Sánchez de dar un cerrojazo al gobierno de coalición, convocar las elecciones y dejar con el culo al aire a sus todavía socios, concentrando todo el voto de “izquierda posible” en el PSOE.

Está dejando de funcionar el miedo a la derecha, algo que aunque fuese minoritariamente, debería hacer pensar a la izquierda, especialmente cuando buena parte de la sociedad española ha homologado ya a VOX como partido respetable.

El cambio de ciclo político hacia la derecha y un fascismo “de nuevo tipo” no es un fenómeno nacional sino mundial. Ello favorece una tendencia de los partidos progresistas y de su electorado hacia la moderación con programas políticos de mínimos que básicamente les llevan a retroceder “disciplinadamente”, ralentizando la involución en lo económico y social.

Los fracasos de la ia izquierda radical -populista, izquierdista pero en absoluto comunista -de Tsipras, Podemos y Boric muestran los límites de un relato radical a la vez que una práctica de aceptación del Estado capitalista y su sistema económico.

La práctica del izquierdismo gritón, con señuelos progres, más ligados al narcisismo de la política de la diversidad y las identidades, propio del mundo de las clases medias, que a un programa de la clase y para la clase trabajadora, ha fracasado.

En este contexto, la diferencia entre el social-liberalismo del PSOE y el izquierdismo de Podemos y otras opciones progres (Sumar, IU, los Comunes, Más País,…) es de grado, no de sustancia. Tampoco su base social y electoral va más allá. Ello abre posibilidades de juego al conservadurismo social-liberal del PSOE. Superado el sarpullido de un radicalismo vacío se acaba prefiriendo el original a la imitación con adornos.

6 de marzo de 2023

FERROVIAL COMO SÍNTOMA


Por Marat

Seguramente el asunto Ferrovial dé para más de una semana. Habitualmente las miserias políticas españolas dan para menos.

“Tito Berni” y las estupideces últimas de Podemos darán juego durante meses. PP y VOX y sus juntaletras necesitan basura para las autonómicas y locales próximas. Con suerte las extenderán, con nuevas aportaciones, derivadas de las torpezas últimas del gobierno, hasta las generales. Viven de las miserias ajenas.

El asunto Ferrovial muestra el engaño al que juegan derecha e izquierda.

Para la derecha, la marcha de Ferrovial es consecuencia de un gobierno socialcomunista (que no falte la ocasión de insultarnos a los comunistas que nada tenemos que ver con este gobierno progreliberal), del agotamiento del mismo y de unas políticas impositivas insufribles para el mundo de la empresa. Aunque en decenios no haya ganado tanto.

Ferrovial cambiará su matriz (no faltará el gilipollas que crea que se llevan hasta los edificios y los trabajadores que tienen en España) a Países Bajos. Antes se lo planteó a Irlanda o a Luxemburgo . Pudo haberlo hecho al Reino Unido (Londres), como hizo en 2021 Shell, largándose de Holanda. Es lo natural. Cualquier multinacional buscará los menores impuestos de radicación. Sorprendentemente en países de una UE que dice estar en contra de los paraísos fiscales. Pero la visión cínica o estúpida dirá que hay países europeos insolidarios en lugar de reconocer que el capital necesita sus espacios de “libre disposición” con el fin de que su acumulación no se vea entorpecida por políticas impositivas.

La tontuna hipócrita podemita y sus mariachis mediáticos acusan a Ferrovial de no ser patriota. No hace tanto que consideraban benefactor al Santander, aunque supiéramos de las actividades delictivas de una parte de su consejo de administración. Ahora Belarra hiperventila disfrazada de anticapi.

Sánchez es menos ridículo. Sólo tilda a Ferrovial de no ser comprometidos, después de que la empresa facturase 1.000.000.000 de euros durante su gobierno.

El mejor de todos es el ministro de la Seguridad Social, señor Escrivá, que cuando fue Presidente de la Airef propuso los recortes de las pensiones que ahora ejecuta, mientras ha convertido el Ingreso Mínimo Vital en un sarcasmo hiriente para quienes más lo necesitan. Para todo ello le hicieron  ministro.Ahora culpa a Ferrovial de codicia. Toca demagogia preelectoral.

Codicia, falta de patriotismo o de compromiso no son otra cosa que imputaciones de tipo moral. La basura ideológica de una izquierda según la cual si los capitalistas fuesen honrados, empáticos e igualitarios viviríamos en el país feliz, de la casa de la gominola, de la calle de la piruleta, que diría Homer Simpson.

Tanta moralina progre da bastante asco. Es la misma basura que reivindica trabajo digno y salario justo cuando bajo el capitalismo la empresa determina condiciones de trabajo y sueldo y el trabajador tiene la libertad de aceptarlos o morirse de hambre.

No, el capital no es moral o inmoral, que es otra forma moral. Es amoral porque sus principios no se basan en cuestiones como justicia o equidad sino en la de beneficio. No se trata de si del Pino es un malvado sino de que las empresas necesitan crecer y acumular capital.

Y eso hoy no lo hacen sólo compitiendo sino también limitando salarios, privatizando lo público y reduciendo impuestos, en Países Bajos o donde sea, con el PP, con el PSOE o con cualquier opción que acepte sus reglas del juego.

Siempre se puede ver todo esto desde una distancia irónica


12 de enero de 2023

EEUU, ALEMANIA, BRASIL...¿SEGUIMOS TOLERANDO AL FASCISMO?

Por Marat

La democracia liberal (burguesa) está herida de muerte, por su flanco derecho y por su ala izquierda.

Por la derecha por la involución ideológica de gran parte de la misma, su complicidad reflejada incluso en sus gobiernos de coalición con organizaciones fascistas y la similitud programática, en muchos casos nacionales con determinados postulados de la extrema derecha, como las posturas antiinmigración.

De la izquierda, a la que cabe denominar como “los progresistas”, solo queda fracaso.

La social-liberal fue la que apostó tras el fin del modelo de Estado intervencionista, por la globalización, la deslocalización de empresas y los recortes de lo público y las coberturas sociales. Su gran preocupación se concentró en lo que llaman las clases medias.

La otra izquierda, la “radical”, es la izquierda postKumbayá, la que está transitando entré su amor al último bosquimano y su maravilloso descubrimiento de que la clase trabajadora aún existe.

Unos están siendo abandonados por segmentos de las llamadas clases medias, patrimoniales y profesionales que se descomponen o temen deshacerse hacia lo que Marx denominó como lumpemproletariado (quédense con la definición que hace Marx en El 18 Brumario porque indica con claridad lo que son determinadas clases sociales cuando se fragmentan) en brazos de la peor derecha.

Otros sin saber cómo reconquistar a la clase trabajadora ignoran aún si el camino a seguir es el de radicalizar los derechos derivados de la Revolución Francesa o la de Octubre, ignorantes de que una es heredera de la que la otra no realizó y de que su único destino lógico es asumir ambas y no limitarse a ser una socialdemocracia 2.0.

En este instante preciso, solo de un breve tiempo de oportunidad, lo que puede unir a las izquierdas pasa por actuar frente al fascismo de forma clara y decidida.

Básicamente:

  • Decreto Ley Antifascista

    • Ilegalización de las organizaciones, grupos y partidos fascistas

    • Depuración y cárcel de los elementos fascistas de la policía, el ejército, la judicatura, el empresariado, las iglesias, el funcionariado, los miembros del legislativo y del aparato mediático.

    • Identificación, persecución y represión a los trolls fascistas en redes sociales.

    • Cierre de webs, blogs y foros de debate fascistas.

    • Actuación destinada hacia las grandes redes sociales consistente en la exigencia de cierre de todo tipo de propaganda ultraderechista/fascista, so pena de que dichas redes sean bloqueadas en los países democráticos.

  • Creación de órganos específicos de unidades policiales y de inteligencia formados por elementos democráticos de amplio espectro ideológico destinados a cumplir los objetivos anteriores.

  • Apoyo, promoción y fortalecimiento de las redes democráticas antifascistas.

  • Políticas sociales que amplíen la base democrática popular de la llamada democracia liberal: ampliar las ayudas a los segmentos más depauperados de la clase media patrimonial (pequeño comercio, PyMes, pequeños agricultores,…)

  • Lucha ideológica destinada a los segmentos señalados.

  • Impedir desahucios a la clase trabajadora.

  • Ampliar los medios sanitarios hospitalarios

  • Ofrecer salidas de supervivencia a los jóvenes y viejos sin opción laboral: NO MÁS MENTIRAS FORMATIVAS Y DE EMPLEO.

  • Evitar que el cambio de modelo productivo hacia la descorbanización lo pague la clase trabajadora. En patinete o en bicicleta que vayan los empresarios, no los trabajadores

Solo con la mitad de represión al fascismo y con el 50% de las medidas sociales se salvaría la democracia liberal, lo cuál es importante para la clase trabajadora porque allá donde se impone el fascismo es dicha clase la víctima de su triunfo.

De la izquierda , la que siempre falla, porque la derecha no engaña, me queda ver lo que hará.

Las cosas no están como para una revolución proletaria….de momento.

Pero el mundo se va a poner peor que una revuelta fasciobolsonaroevangélica. Y quizá mientras piensan los burgueses en el tiempo que les queda arranquemos algo para nuestra clase.

13 de septiembre de 2022

ISABEL II, GORBACHOV Y EL FIN DE LOS TIEMPOS

Por Marat

No me apetece mucho hablar de Isabel II, tras tantos días de lameculos mediáticos, pelotilleros aúlicos, pajeros de las monarquías y cierta traidora al españolismo hortera que proclama y que ha dejado los trapos a media asta como duelo por la muerte por la ocupante de una parte de “su” patria.

No me sorprende que el ladrón putero y borracho matador de su hermano, Mitrofan y elefantes sin nombre, acuda al funeral de su “prima”. Ambos han sido grandes personajes del mundo de los negocios.

El primero como comisionista de los negocios de las grandes compañías en el extranjero. La segunda como reina del conjunto de países de la Commowealth, un lugar de encuentro económico entre metrópoli y excolonias en el que la reina ejerció sus buenos oficios.

El manto de las monarquías todo lo cubre, sobre todo los chanchullos.

Pero la monarquía inglesa es especialmente elegante. Convierte la Finca de la Corona (The Crown State), algo que nominalmente debiera ser una propiedad del Estado británico, en un negocio del que la reina, ahora el orejas, se lleva el 15%

En cualquier caso, grandes pueblos con grandes cuernos los que sustentan tales monarquías.

En las democracias liberales la diferencia entre un/a rey/reina y un/a presidente /a de república es o ves hasta que te mueres la misma imagen del parásito o te la cambian de vez en vez.

Bajo regímenes aparentemente diferentes de una democracia burguesa opera lo que realmente importa: un sistema capitalista en el que no existe otra libertad que el trabajo explotado o la submiseria de quien ni siquiera alcanza la pobreza de la precariedad laboral.

En el capitalismo liberal de formas aparentemente democráticas la realidad ha sido sarcasmo cruel -sin su “aparato” democrático, genocidio -Bajo el falso socialismo tristeza de un tiempo no hallado.

LA MUERTE DE GORBACHOV, PARADIGMA DE UN DERRUMBE IDEOLÓGICO GLOBAL

Dice el tango “que veinte años no es nada”. A pesar de que para los porteñosGardel cada día canta mejor”, en este verso de “Volver” yerra. Veinte años dan mucho de sí. Cambian una vida y a una generación. Casi tres cuartos de siglo (1917-1991) transforman a una sociedad entera, y al mundo, a través del cambio que atraviesa a varias generaciones.

"Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual"

("Manifiesto Comunista". Marx y Engels)

La primera generación que hace una revolución triunfante consolida la conquista, encuentra un sentido a su propia existencia, pues ha vivido sólo para lograrla y, de paso, inicia una limpieza interna dentro del grupo originario que la impulsó, por aquello de que “el partido se fortalece depurándose de sus elementos oportunistas”, que dijo el amigo Dzhugashvili, en una expresión premonitoria de los tiempos venideros. Este es un período de asentamiento del poder y, a su vez, de esclerotización del proceso.

Liquidados sus elementos críticos internos y sus enemigos, la revolución ya no necesita legitimarse profundizando en los principios que la inspiraron sino reforzarse en una guerra de trinchera que detiene su proceso dialéctico.

Esto se repite históricamente tanto en las revoluciones como en los períodos de cambios contrarrevolucionarios.

La segunda generación es educada en los valores que inspiraron la transformación inicial. Un sector más o más amplio o reducido, según estemos ante cambios progresivos o reaccionarios, se beneficia de ellos, ampliándose en mayor o menor medida su base social. Agradece a la generación anterior los cambios logrados y defiende el nuevo orden pero sin la pasión que generó el movimiento inicial.

La tercera generación que defiende el ya viejo orden está formada por un conjunto de cínicos y arribistas, carentes de otra convicción que no sea su propio encumbramiento.

¿Por qué quieren que tenga hoy la misma opinión que tenía hará seis semanas? Si así fuera, mi opinión sería mi tirano”

(“Rojo y negro“. Stendhal)

Como el resto de la sociedad han descubierto el antagonismo radical entre palabras y hechos pero, al contrario, que la población sin acceso a los mecanismos de ascenso social, necesita defender el “status quo”.

Para entonces el régimen es ya un antiguo régimen. Como un gran insecto muerto y seco por dentro, su exoesqueleto amenaza ruina. El sistema económico ya no funciona y el régimen político necesita convertir el control económico del apparátchitkid y su usufructo descarado de una propiedad estatal, no social, en privada. Y el exoesqueleto del sistema-régimen cae al suelo sin demasiado estruendo ¿Por qué no hay un ruido social? Porque no representa ni a los dirigentes, que necesitan de una rapiña o capital originario para un nuevo capitalismo no de Estado ni a una clase trabajadora cuya aspiración era un Volkswagen y una hamburguesa de McDonald´s y no el control obrero de la producción. La esperanza de una clase para sí queda suspendida hasta nuevo aviso.

En este proceso los comportamientos atribuidos a las generaciones no constituyen tipos ideales. Es posible ver entremezclados comportamientos, actitudes y pensamientos de unas y otras.

¿Gorbachov, el hombre que consiguió el fin de la Guerra Fría? Rusia y EE.UU. enfrentados, recibiendo las hostias Europa, supuestamente por la libertad de Ucrania.

¿Gorbachov, un comunista convencido que sólo buscaba mejorar la URSS? Es Andropov, su mentor a la secretaría general del PCUS, quien promueve al grupo económico de liberales anticomunistas conocidos como los editores de los “Papeles de Novosibirsk” Tatiana Zaslavskaia, Abel Agambegian (uno de los principales asesores económicos, primero de Gorbachov , después de Yeltsin, y un decidido defensor de las privatizaciones de amplios sectores de la economía soviética) o Alexander Granberg en los que plantean el paso a un sistema de economía de mercado.

¿Gorbachov, el hombre que dio la libertad a Rusia? Treinta y un años después parece que la cosecha democrática rusa es más bien parca en un país que no la conoció, al menos en el sentido burgués del término, en ningún momento de su historia.

Desde una perspectiva en absoluto estalinista la conclusión sobre la memoria de Gorbachov y el conjunto de nomenklaturistas que acompañaron su viaje al capitalismo no de Estado es que sus figuras son reivindicadas sólo por anticomunistas de derecha e izquierda.

Esta transformación hacia el capitalismo liberal desde un capitalismo de Estado fue posible porque la Nomenklatura, y no la clase trabajadora, controlaba la economía y las empresas. Que miembros y ex miembros del PCUS se adueñasen en un proceso de rapiña colosal de las grandes empresas estatales lo demuestran.

Gorbachov fue el ejecutor testamentario del viaje de una Nomenklatura -disiento del término clase que atribuyó Djilas a los apparátchiki -política y económica de un Estado sólo nominalmente socialista a otro de capitalismo liberal.

Esto es lo que sucede cuando el partido único pretende representar el conjunto de una sociedad. Marx y Engels consideraban que en el socialismo aún no habrían desaparecido las clases sociales ni sus contradicciones sino que en él se agudizarían las luchas de clases con una ventaja para las trabajadoras porque controlarían los aparatos del conjunto de poderes pero con un partido único,del que en ningún momento hablaron, ¿qué impide que las clases más formadas ocupen dichos poderes mediante su entrismo en el partido único? La NEP fue una de las vías. Desde el PCUS la nomenklatura originaria (la vieja hornada) y la adquirida (la burguesía neoconversa) acabarían siendo los viejos topos que hozasen en el capitalismo ruso actual. La gran burguesía china ha intentado aprender en cabeza ajena. Los grandes capitalistas chinos están en la dirección del PCCh e intentan planificar tanto la economía estatal como la privada para asegurar el crecimiento.

Pero es imposible planificar la economía en medio de las cada vez más frecuentes convulsiones capitalistas mundiales, las pandemias actuales e inmediatas, los costes sobre las economías mundiales de las crisis energéticas inesperadas y la escasez mundial del agua, derivada de la acción humana, que provocará nuevas guerras. 

La sociedad capitalista mundial, que incluye cualquier Estado aberrante y cualquier sociedad supuestamente cerrada, acusa siglos de descomposición evidentes.

El capitalismo de régimen político liberal también vive su crisis. La que ha derribado el mito de que socialdemocracia y keynesianismo del bienestar de las clases trabajadora y medias son compatibles con el capitalismo. Es una crisis de representación política pero no del conjunto del sistema todavía, sino de la socialdemocracia, y su izquierda, y de la derecha popular (democristiana).

Ya no hay posibilidades de igualdad redistributiva.

Los salarios están por debajo de la inflación, los tipos de interés por encima las posibilidades de pagar una hipoteca, lograr un alquiler que pueda pagarse en un piso decente, una broma sarcástica, tener un contrato indefinido significa indefinidas posibilidades de despido, ser joven o tener más de 40 años y estar en paro es una putada olímpica, acercarse a los 65 años con largo período de desempleo, el abismo.

Y, sin embargo, ¿cómo no centrarnos en las maldades de la carne y la salvación para el mundo que representa la dieta vegana, comistrajos que también nos venden muchas de las multinacionales dedicadas a la venta de carne?

Seguramente para quienes lo sufren vivir en un mundo heteronormativo, dominado por el cisgénero siendo fluide no binario o asexual calentorre debe de ser mucho más terrible que acabar en la calle por no poder pagar el alquiler, que te corten la luz por no poder pagarla (siguen haciéndolo) o vivir la humillación de ir a buscar comida a un centro solidario/ de caridad.

Francamente, que el Congreso de Chile aprobase este año un proyecto de ley para sustituir la palabra mujer por “persona menstruante”, cuando ese país vive diferencias sociales tan abismales creo que explica mucho de la patada en la boca recibida por la coalición progre-liberal de izquierda de Boric y compañía.

La izquierda actual ofende a cualquier trabajador, especialmente siendo tan desclasado y, a la vez, tan necesitado de ser comprendido en su necesidad material.

Si el enfrentamiento ideológico ha dejado de representar a la lucha de clases entre el derecho a una buena vida y el derecho liberal a la opresión de clase y hoy va de la confrontación entre carne y vegetal, las consecuencias sólo pueden ser fascistas porque el antagonismo ya ha apostado por lo irracional.

Más del 50% de la población no cree en la democracia actual, al menos en su forma de representación.

¿Les sorprende a ustedes que los nazis de DS de Suecia hayan sido el segundo partido más votado o que la fascista Meloni pueda ganar las elecciones en Italia?

Tranquilos. Ya no llevan cruces gamadas, ni fasces, ni uniformes. Tienen incluso negros en sus filas y amigos árabes. La democrática derecha europea les ha bendecido.

Cuando ya puedan empezar a actuar en serio casi no se notará. Familias desahuciadas que ocuparon pisos vacíos de bancos irán a las cárceles, algunos Menas especialmente conflictivos serán apalizados por su democrática policía, sin papeles perdidos en el oceano serán acosados por lanchas policiales hasta hundirse en el mar, mendigos que duermen en las calles morirán en extrañas circunstancias, muchos más sindicalistas que en el pasado serán encarcelados, partidos minoritarios serán prohibidos.

Total, poca cosa. Siempre habrá quienes digan que si nada has hecho, nada has de temer. Son las sabandijas que callan bajo los regímenes fascistas y que en democracias burguesas exigen tolerancia...con su peste.

7 de junio de 2022

SE AGOTÓ LA BARAKA DE LA IZQUIERDA

 Por Marat

Baraka es un término árabe que significa bendición y gracia especial divina; algo así como ser un suertudo.

Sánchez ha sido desde su elección como secretario general del PSOE, su posterior defenestración, su vuelta por aclamación y su presidencia del gobierno un hombre con baraka. Y con una convicción sobre sí mismo a prueba de bombas, puñaladas y odios políticos y mediáticos que chorreaban sangre. Su proyecto era él, dentro de su línea política de la que no se ha desviado demasiado. Sus enemigos, aquellos que desean que ni siquiera el polvo de sus huesos sea encontrado un día.

Yolanda Díaz logró el mejor resultado para la izquierda gallega no sólo nacionalista sin ser ella protagonista sino una de sus principales artífices. Su inteligencia la fue convirtiendo dentro de lo que fue la galaxia Podemos hasta llevarla a una de las vicepresidencias del gobierno, Le gusta a la progresía liberal, al sindicalismo con correa de perro y a gran parte de la CEOE. No tengo claro si les gusta a los más desgraciados de los barrios. Su tiempo se ha agotado. Sus dudas hamletianas sobre cuando matar al padre y cuando plantear una propuesta propia indican que a la izquierda del PSOE no hay nada.

El tiempo de Sánchez (el PSOE no existe desde Felipe González) se agotó. El BCE cambió el rumbo. La UE ha secado el grifo. La izquierda es social cuando elcapitalismo le encarga serlo. Se disparan la inflación, los tipos de interés y una crisis en el horizonte que va dar otras cien mil vueltas a una clase trabajadora que dice ser clase media y le gusta el maltrato.

El tiempo de Yolanda Díaz se ha agotado igualmente. Dependía de lo mismo, De una recuperación que era europea pasamos a un BCE que nos habla de subidas del tipo de interés ( las hipotecas) y de inflación. Estuvo bien vender la idea de casi pleno empleo, aunque fuera un bluf, El problema no es que Yolanda Díaz disienta de sus compañeros

El problema es que entramos en una nueva fase de interpretación de lo que es válido y lo que no para cada uno. Y que lo que a muchos les pone es el fascismo de VOX, que es lo que toca en lo económico -quien no pelee contra la desigualdad que se joda cuando le vaya mal -y lo que ideológicamente hace española a la gente cutre y sucia.

Lo que viene es una inflación galopante, precios de consumo disparados, subidas brutales de los tipos de interés (las hipotecas), crisis financiera...pero, de momento, malestar social e ira mongólica sin alternativa. Matar a un político, nunca a un gran empresario o banquero. No da para más la ira. Tampoco en mayo hace 11 años. Luego despidos a mansalva, liquidación definitiva de la sanidad pública, fin del sistema de pensiones, últimos coletazos de las coberturas asistenciales,..

Nada que debiera sorprendernos en exceso. Al fin y al cabo el eñor Escrivá, ministro de la seguridad social del gobierno Sánchez ya se ha encargado de cargarse vuestras pensiones, mamones. Votad PP y VOX, que aún os irá mejor. Es lo que  pasa cuando sólo se tiene una urna por cabeza y una papeleta en la mano en lugar de luchar por dejar de ser esclavo.



6 de mayo de 2022

POR QUÉ EL FASCISMO TRIUNFARÁ

Por Marat

No es la primera vez que me acusan de derrotista. No será la última.

Sospecho que habrá quien me señale como profeta o justificador del fascismo. No me siento con ganas de justificarme. Creo que éste llegará...por precipitado de todo lo que le abrió la puerta, el liberalismo económico, y de todo lo que debió combatirlo e hizo justamente lo contrario, favorecerlo, la izquierda.

El fascismo actual ya no viste uniformes negros, grises o azules. Sólo pegan palizas cachorros del mismo de los que él reniega oficialmente. Pero eso no se ve en los medios de comunicación.

La mal llamada memoria histórica es una ficción. Quienes  podían sostenerla desde la experiencia del pasado ya han muerto. Hoy hablar de torturas, cámaras de gas, fusilamientos y cárceles es de mal gusto. 

Cuando habla de la inmigración como problema plantea la cuestión en los barrios de falsa clase media venida a menos, y de descomposición obrera donde quienes necesitan del Estado “benefactor” se enfrentan por los restos de la beneficiencia contra los que se buscan la vida conociendo todos los trucos de cómo hacerlo.

No es culpa del extranjero crear redes naturales de solidaridad. Es lo mejor de la naturaleza humana. Así aprenden los débiles a apoyarse y a encontrar su puerta de entrada al sistema; ese que les niegael derecho  a la supervivencia que proclama en sus leyes superiores.

Eso es algo que hemos perdido los de aquí. Nos va más ir a nuestra bola y, si al amigo (ya no hay vecinos) le va mal, que le den por el culo.

Hay una lógica del todos contra todos. Y una ira, mal dirigida que, si es contra el más débil, es criminal porque desprecia su condición y la causa que le hace ser lo que es, y que si es contra el fuerte sólo lo hace contra el estado de la situación y no contra lo que está detrás.

La inteligencia del fascismo está en dar respuestas simples para mentes torturadas con poca exigencia argumental. La irá no quiere saber de razones y motivos sino de culpables y horcas.

El fascismo de hoy ya no parecece una amenaza. Se habla de él como si no lo fuera, se  les normaliza y presenta como personajes que forman parte del menú de cada día.

Cuando el Huffington Post y Wyoming hacen coñas de quienes frivolizan el dolor, la muerte y los asesinatos políticos blanquean al fascismo por la vía blanda de ridicularizarlo cuando con ellos ya no toca broma alguna sino limpiar de ratas el sitio.

Ni Hitler, ni Mussolini, ni Franco, ni Putin son cómicos. Sólo los monstruos correspondientes a las sociedades que les hicieron posibles.

Enfrente tenemos a una izquierda que defiende un Estado del Bienestar que ya no existe. Una parte de esa izquierda fue artífice de su voladura.

La otra parte de esa izquierda ya no intenta asaltar el Estado capitalista (sólo los imbéciles de izquierda y derecha hacen como si creyesen tal cosa). Se conforman con mantener la ficción de Estado redistribuidor que ya no es ni siquiera benefactor.

La ira ante un futuro cada vez más precario, inseguro y de fin de la democracia de consumo, que se inició con la indignación de las clases medias, ya está llegando a las trabajadoras. Es reaccionaria. Abrazará el fascismo porque la izquierda no va a dirigirla sino a tratar de pararla mediante parches.

Si en el pasado el comunismo fue la esperanza de la humanidad quienes hoy usurpan su memoria son un fraude, sea como socialdemocracia bastarda o como el estalinismo más casposo.

Enfrente, una larga noche de oscuridad y repliegue.

La esperanza sólo podrá sostenerse sobre lo pequeño de cada acto solidario

11 de noviembre de 2021

ME CAGO EN GRETA THUNBERG



Por Marat

Y si asomas, en fin, al estudio

de altos cristales

donde el cerebro de la empresa

dibuja los planes

de la ruta futura, y corre

recto el lápiz

y a derecho y a regla

los borra los árboles,

guiada verás de la pura ley

la mano del que sabe.”

(La cara del que sabe”. Letra de Agustín García Calvo. Música de Amancio Prada)

La niña de los cojones es odiosa. Algunos de los principales lobbies de la gran transformación del sistema productivo, energético y de la logística mundial que darán el gigantesco pelotazo económico mundial con la amenaza, real, del antropoceno que acabará en el gran desastre climático, han debido convencerla de que es algo así como Noé y su puta barcaza ante el diluvio universal.

No pongo en duda el riesgo de la desaparición de una inmensa proporción de la humanidad. Si no es porque soy padre y me gustaría tener nietos y porque tengo algún amigo más joven que yo, no consideraría una pérdida, en todo caso para la diversidad, el fin del género humano. Cada vez me importan más algunas personas concretas y nada el resto del mundo. Demasiado abstracto y desconocido. Y demasiado poco edificante como especie.

Lo que me revienta de la niñata sueca es que sea la adolescente progre y soberbia al servicio de los intereses más espurios del gran capital mundial y que la estupidez derivada de su cómoda posición de clase, y de la prepotente ignorancia propia de esa edad que cree saberlo todo, le impida ver las mentiras del relato que ha ido haciendo desde lo que definió como crisis climática, sin otros matices hacia su discurso, hasta la supuesta justicia climática de la que ahora habla, tramposo en el primer caso por lo que ocultaba y vacío de contenido en el segundo por el mismo motivo.

Más allá de las evidencias científicas, que sería insensato y criminal ignorar o negar, sobre los efectos devastadores del calentamiento global, se está imponiendo un pensamiento irracional, acrítico y cínico, consistente en buscar en los políticos a los responsables del desastre, en crear en el ciudadano medio un sentimiento de culpa por sus pautas de consumo y en obviar al sistema de producción capitalista como el auténtico culpable de la destrucción planetaria.

Y aquí se esconde una doble trampa.

Por un lado, al desplazar la responsabilidad de la lucha contra el cambio climático hacia políticos y ciudadanos se está dejando de lado el auténtico poder, el sistema capitalista.

Del mismo modo que la empresa no puede sobrevivir sin el beneficio, el capitalismo no puede hacerlo sin la acumulación. Destruir el planeta no es algo personal. Imaginar al capitalista como un judío ávido de dinero reflejado en el iris de sus ojos es algo tan absurdo y nazi como estúpido es ese cine norteamericano que no imagina la representación del terror sin casquería desatada y troceamientos de cuerpos. No goza el capitalista con la maldad, salvo en los casos de psicópatas clínicos. Es sólo parte de su naturaleza, necesita la depredación para crecer. Del mismo modo que requiere de la explotación del trabajador (retribuirle no por el valor de lo que produce sino por lo que necesita para su supervivencia. De otro modo no existiría el beneficio empresarial), precisa de la esquilmación de los recursos naturales, del agua de ríos y mares que ha contaminado y va privatizando crecientemente para el consumo humano, de la tierra que fue pasando de un bien que no era de nadie a una propiedad de terratenientes e inmobiliarias, del aire que ha envenenado con su sistema de producción industrial.

No existe dentro del sistema mundo capitalista un solo país cuyos sucesivos gobiernos no se sujeten a la lógica del beneficio capitalista. En unos casos porque esos gobiernos creen en el sistema económico que defienden. En otros porque están sujetos al poder real, el del capital, por mucho que sus programas políticos parezcan ser moderada o criticamentealternativos al mismo. Cuando habla la patronal, por encima de los cacareos mediáticos o tribunicios, la política obedece y ejecuta órdenes.

Por otro lado, cuando se imputa al ciudadano la obligación moral de luchar contra el cambio climático se están echando balones fuera de una realidad que le supera, por mucho que existan seres egoístas que son capaces de esparcir su basura sin sentimiento alguno de culpa.

A todo ser humano debiera incumbirle lo que afecte al resto de los que habitan cerca de él, más que nada por no acabar todos ciegos a base de darnos hostias. No hace falta siquiera la condescendencia, mucho menos la empatía.

Si nos ponemos a buscar cabrones seguro que el del campo de golf de un área geográfica seca, el usuario del todoterreno, el dueño de un avión particular contaminan más que usted que no tiene coche o que incluso lo tiene sin etiqueta medioambiental, más que usted que aún tiene una calefacción central de carbón, donde quiera que aún pueda tenerla.

Pero es usted tan imbécil para considerar que es su responsabilidad una causa tan importante cómo impedir el deterioro del planeta no voy a intentar convencerle de lo contrario. Considere que organizar patrullas para limpiar las cañadas, separar la basura en 7 bolsas o llevar las pilas hasta el próximo depósito desconocido en la ciudad le convierte en un ciudadano sosteniblemente ejemplar. Lo suyo es pedalear por la madre tierra.

No. Cambiar el mundo, demostrar que uno se niega a que la belleza del bosque desaparezca, pasar de hablar de la tontuna de la justicia climática a algo real, significa pelear por otra realidad distinta a la capitalista. Y hacerlo con todas las consecuencias.

El cambio de paradigma productivo, energético y de sistemas de transporte va a significar que los costes de esa transformación los va a pagar la clase trabajadora, a través de los recortes sociales en derechos conquistados, lo que no es nuevo, en gastos en reposiciones en energías del hogar y de los vehículos.

La desaparición del gas en los hogares significará la sustitución de cocinas, calderas, sistemas de calefacción. El cambio de compañías eléctricas conllevará el paso de los clásicos proveedores a las nuevas formas de acceso a la energía y sus nuevas instalaciones.

Ya nos han avisado en hechos y en palabras que la energía de los hogares será mucho más cara.

Decenas de miles, sólo en España, de trabajadores autónomos, piratas sumergidos que sobreviven a duras penas, están siendo ya expulsados de la posibilidad de acceder a cada vez más zonas de las ciudades. No hay diferencia en cómo tratan derecha e izquierda a esos desterradados del pan.

Cada vez que hablan los gobiernos de subvenciones para la transición energética mienten. Sólo en el caso de los vehículos, en el mejor de los casos pasar de un automóvil con carburantes derivados del petróleo, a pesar de los miles de euros que prometen como ayuda a la compra, el coste no es menor de 9.000 €. Pregúntense cuántos trabajadores autónomos y piratas que sobreviven a duras penas podrían pagar 9.000 €.

Hasta ahora estoy hablando sólo de efectos de la gran transformación productiva que se me ocurren. Estoy muy lejos de sospechar el efecto real que el cambio de sistema productivo, energético y de transporte va a significar sobre las clases trabajadoras en miles de cuestiones que se me escapan, que soy todavía incapaz de adivinar.

Cuando se inició la revuelta de los chalecos amarillos hubo un detonante que pasó desapercibido. Uno de los argumentos del gobierno Macron para subir el precio del gasoleo a sectores populares, trabajadores, agricultores, autónomos, era el carácter contaminante de esta energía.

Entonces me declaré absolutamente a favor de su protesta. Sabía que el descontento arrancaba de ahí pero que iba mucho más lejos y tenía razones mucho más profundas.

Hubo quienes criticaron mi postura porque en el movimiento de los chalecos amarillos había fascistas del grupo de Marinne Le Pen. Era casi el primer partido de Francia ¿Esperaban ustedes que no hubiera fascistas dentro del movimiento? ¿O existían causas y razones del propio movimiento que justificaban su protesta? Creo que había razones para apoyar esa protesta. Así lo entendieron desde grupos maoistas hasta la propia CGT, que creo que es de confianza para cualquier sujeto decente.

Habrá muchos más chalecos amarillos. Sospecho que se harán fascistas. No por su deseo de serlo sino por una izquierda que, cuando gobierna, habla de cualquier cosa menos de las necesidades inmediatas de una clase trabajadora que se ahoga dentro de su propia miseria y de sectores autónomos que nunca alcanzaron la categoría de clases medias pero que se entregarán la fascismo por culpa de unas izquierdas dedicadas a la poesía y a unas libertades personales que no han hecho compatibleds con la idea de clase cuando podían serlo.

La pretendida injusticia climática no es una cuestión de la diferencia Norte-Sur o centro-periferia. Es una cuestión de clase porque rs la clase trabajadora la que va a ser arruinada con la gran transformación y rejuvenecimiento del sistema capitalista.

El mundo posible se llama comunismo pero a ustedes los progres les avergüenza, mientras a los fascistas la idea comunista les sirve como insulto incluso para definir a cualquier persona mínimamente honesta.

Por cierto, y hablando de lo que debiera haber hablado, no he tocado la cuestión de cómo va a afectar a la clase trabajadora la lucha contra el cambio climático en plan progre y liberal dentro de las empresas. Os vais a cagar, trabajadores que todo os lo coméis. Pero es la mierda que os habéis ganado a pulso. A disfrutarla.

28 de abril de 2021

EL ESTADO SIGUE SIENDO LA CUESTIÓN CENTRAL


Por Marat

Creyó que si trabajaba duro estaría protegido en su vida ,cuando se quedase en paro, al enfermar, en la vejez, cuandosus hijos necesitasen aprender. Pero habían cambiado las reglas del juego y nadie se lo había advertido”

(El texto es mío pero alguien lo convertirá en un meme y se lo atribuirá a un personaje histórico o un periodista se lo apropiará como suyo. Son cosas de Internet)

Hablar de lo que pasa hoy en términos de cómo le va a la clase trabajadora y a los sectores populares – esas clases medias que, a lo largo de la historia, siempre han querido verse reflejadas en la clase dominante y nunca en las subalternas y que ahora están siendo laminadas por la concentración del capital que acaba con el trabajo profesional autónomo- puede parecer algo propio de arqueólogos o de nostálgicos de la historia. Pero la historia es terca y devuelve a la realidad lo que antes nació de sus cimientos.

Cuando en 1973 empezó a quebrarse el crecimiento capitalista basado en inversiones del Estado en coberturas sociales y en consumo de masas como medio de expansión de los mercados, los Estados empezaron a involucionar sus políticas sociales y a crecer, en paralelo las tendencias autoritarias y la vigilancia tanto por parte de las empresas como de aquellos.

Los años posteriores han ido haciendo que los recortes, primero tentativos y muy finos, al Estado del Bienestar capitalista fueran casi imperceptibles. De hecho, creo que las protestas sindicales de los 70 y 80 en Europa fueron más producto de la capacidad de movilización sindical del momento que de la conciencia de la clase trabajadora en aquella época.

Más tarde las lonchas del salchichón social han ido siendo cada vez mayores y afectando a lo nuclear sobre lo que la socialdemocracia asentó su pacto social con el capital y su Estado: la sanidad pública, las coberturas de desempleo y las pensiones. Todo hacia la privatización, nada hacia su mantenimiento. Tampoco con los gobiernos social-liberales de los Partidos Socialistas ni con los de coalición europea de socialistas y excomunistas”, aunque llamar tal cosa a estos últimos sea como admitir que algún día lo fueron...y eso sería exagerar mucho, no para el neofascismo, que combina violencia política en sus proclamas y ultraliberalismo en sus propuestas económicas, y para el que un liberal compasivo como el Presidente de Canadá, como Justin Trudeau es un comunista.

Pero todas esas políticas antisociales han sido aplicadas por el Estado y éste es un Estado de clase, de la clase capitalista.

Confundir Gobierno y Estado puede ser fruto de la ignorancia o de la intencionada voluntad de la izquierda, la progresía.

No hace falta recurrir a Marx ni a Lenin para entender la esencia del Estado bajo el capitalismo. Debieran bastar casi 50 años de retrocesos de los derechos de la clase trabajadora, de recortes sociales y de privatizaciones para entender que el Estado responde a los intereses del capital y que las Constituciones que dicen proteger los derechos sociales y económicos de los más débiles no encuentran obstáculos del poder judicial para ser violadas por las nuevas leyes.

Retrocedemos como clase, no de un modo disciplinado sino en desbandada, vemos cómo los neutrales economistas nos venden el regreso hacia formas laborales neoesclavistas, aprendemos a pensar al modo en el que nos enseñan los medios de comunicación, sean los tradicionales o las redes sociales, aceptamos como válido el modelo ideológico de nuestros sobreexplotadores, porque explotados somos desde el momento en que aceptamos vender nuestra capacidad de trabajar a quien obtiene un beneficio por ello. Toda esa normalidad es parte del Estado capitalista porque él organiza la enseñanza, paga a las religiones, sostiene con subvenciones a todos los medios de comunicación, independientemente de su ideología, da legitimidad a los jueces que justifican el derecho de pernada de los peores salteadores de la política y del mundo empresarial, protege o hace la vista gorda ante sectores golpistas militares y ante policías criminales y fascistas porque algún día los necesitará ¿Ven ustedes muchas diferencias entre derecha e izquierda en estás cuestiones? Yo no y sé porqué no y porqué creo que confundir izquierda y comunismo es insultarnos a los comunistas.

Ayer, en un contexto que no viene al caso, me tocó hacer de ambulancia para una señora mayor de Getafe a la que las ambulancias privadas contratadas por la Comunidad de Madrid le habían dejado claro que no llegarían a atenderla hasta pasados 20 ó 25 minutos. No tenía buen aspecto la señora como para esperar tanto tiempo. Afortunadamente el Hospital Universitario estaba cerca, no tanto Urgencias, que estaba lo más alejado posible de la entrada. Me pregunto porqué se diseñan así muchos hospitales. 

En cualquier caso, la inexistencia de un servicio de medicina de urgencia, en lo referente a ambulancias rápidas cuando se necesitan, es lo que pasa cuando recortas y privatizas los servicios públicos y la lógica del mercado se impone por encima del derecho a la salud y la vida.

También es cierto que la señora afectada era mayor y, ya que la pandemia en Madrid ha sido una oportunidad para matar viejos en residencias, señora Ayuso, tampoco es cuestión de dejar pasar las posibilidades que se nos presentan en la vida para corregir el coste de las pensiones, ¿verdad? Matar viejos se va a convertir en un deporte federado en no demasiado tiempo. Lástima que los edadistas, los que odian a los mayores, no se suiciden, en coherencia con su fobia, antes de llegar a esa jodida etapa de la vida. 

Por todo lo anterior creo que para combatir al capitalismo no valen las tiritas que la progresía de izquierda le pone a las situaciones terribles de la clase trabajadora y los sectores populares. Hasta el grado del parche, siempre inútil, absolutamente insuficiente e insultante para quien sufre las peores condiciones de vida, es una burla patética porque está sujeto a la política partidaria de quien gobierne.

Ahora que la pandemia ya va acercándose a lo que los países venden como nueva normalidad, el capital, sus gobiernos de turno, pero siempre sus Estados permanentes, están preparando las peores recetas por parte del capital que puedan caber en la mente de los trabajadores y de los sectores populares.

Si ustedes siguen creyendo que cambiando el gobierno se cambian las políticas sociales realmente y no se limita la cuestión a una mera exhibición de algunos éxitos que no son ni para el conjunto de la clase ni le cambian el futuro real; si ustedes siguen creyendo que un gobierno cambia a un Estado, a ustedes no tengo nada que decirles. Sigan con su mentira.

El coletas tenía razón en una cosa, lo de que el cielo no se toma por consenso sino por asalto. Ahora solo falta decirle que su mentira es obscena porque la frase de Marx de tomar el cielo por asalto, referido a la Comuna de París, aludía a la necesidad de destruir el Estado burgués para construir, en su lugar, otro proletario y lo de Iglesias se limitaba a ocupar electoralmente esferas del gobierno y de otras áreas de influencia. Ahora su asalto se limita a sobrevivir. Es lo que pasa cuando disfrazas de transformación social la mera ocupación temporal, durante cuatro años, del gobierno y no del Estado.

Y es que de eso se trata, amiguitos progres de izquierda. De tomar, violentamente, porque no existe otro modo, el Estado burgués, y luego ya hablamos de tofu con sabor a pollo, de tíos embarazadEs, o de combatir al fascismo (ya veremos luego que solo es en campaña), nenes.

Ah, y vais a perder frente a Ayuso y VOX, no solo por impresentables de derechas como Gabilondo sino porque los barrios son para vosotros los lugares que visitar en campaña para hacer algo guayy ellos han sido capaces de transformar el cansancio y la frustración en fiesta y en su concepto de “libertadsin que vosotros, los progres, hayáis sido capaces de ofrecer una esperanza que valga en el aquí y ahora.

Tomar por la fuerza el Estado haría que la situación de los trabajadores fuese respetable, sencillamente porque, en el peor de los casos, el capital empezaría a estar interesado en pactar. En el mejor se abriría la posibilidad de aplastarlo. A partir de ahí vendrían las victorias que arrancásemos, si quisieramos hacerlo y nos importasen.

Pero es posible que estuviéramos hablando de elecciones y no de la realidad del Estado capitalista y de cómo acabar con él, ¿verdad?