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Al
igual que no se puede tapar la Luna con un dedo, una mentira es una
mentira, por mucho que se repita hasta la saciedad. Lejos de la
engañosa propaganda gubernamental, el año 2017 se caracterizará
por la continuidad de la crisis capitalista.
Escaso
crecimiento mundial y estancamiento de la eurozona
Por
sexto año consecutivo, las previsiones económicas de distintos
organismos confirman que, en 2017, la economía mundial volverá a
crecer por debajo del 3%, calculando los más optimistas que el
crecimiento puede alcanzar el 2,8%.
El
capitalismo mundial, en general, no avanza. La eurozona, según todos
los cálculos, continúa estancada, previéndose un débil
crecimiento de entorno al 1,4%, perdiendo peso, por tanto, en el
mercado mundial.
Economía
y geopolítica
Todos
los analistas sitúan los factores geopolíticos como una de los
mayores riesgos para la economía mundial en el 2017. Sin embargo, a
nuestro modesto entender, las cosas suceden al revés. Es
precisamente la continuidad de la crisis capitalista y su
intensificación en algunas regiones, la que provoca una fuerte
tensión geopolítica, que se expresa en forma de guerras
comerciales, cambios y realineamientos en el ámbito de la alianzas
internacionales, incremento de las rivalidades y, en última
instancia, de la guerra: continuidad de la política imperialista por
otros medios, precisamente, por medios violentos.
La
debilidad del capitalismo español
La
materialización del Brexit a lo largo de 2017, las incertidumbres
tras el referéndum en Italia, las Elecciones en Francia y Alemania,
los planes de la administración Trump en Estados Unidos, la
intensificación de las contradicciones con China y Rusia, o la
evolución que puedan tener los actuales escenarios de guerra
imperialista, afectarán, no obstante, a las previsiones económicas,
lo que se percibe con claridad en el caso español.
El
débil crecimiento experimentado en los últimos años, se
ralentizará en 2017. El Fondo Monetario Internacional fija sus
previsiones en un 2,3%, mientras que el Gobierno lo hace en un 2,5%,
por encima de la media de la eurozona, pero por debajo del ritmo de
crecimiento mundial. En todo caso, esas previsiones se apoyan en
bases sumamente débiles, pues dependen, en gran medida, de la buena
marcha del comercio exterior y de que se mantengan las cifras récord
cosechadas por el sector turístico en 2016. En ambos casos, cobra
especial relevancia la forma en que se desenvuelvan las actuales
contradicciones internacionales, en uno u otro sentido.
Por
otra parte, la subida del precio de las materias primas, que casi
todo el mundo da por hecho, no beneficia al capitalismo español. Más
aún cuando parece que, de nuevo, se apuesta por el sector
inmobiliario en un escenario caracterizado por el gran endeudamiento
y con un sector bancario sobre el que siguen existiendo serias dudas.
Los
trabajadores no deben confiar en el Gobierno
Más
allá de las previsiones de los distintos actores, lo único cierto
es que durante 2017 el nuevo Gobierno, más allá de la propaganda de
unos y otros, adoptará nuevas medidas dirigidas a intensificar la
explotación. Bajo la retórica del crecimiento del empleo, se
imponen trabajo sin derecho laboral de ningún tipo y con salarios de
miseria, entre la clase obrera se generaliza la pobreza.
A
40 años de la matanza en el despacho laboralista de Atocha, nuestro
mejor homenaje y nuestra inaplazable tarea continúa siendo defender
cada derecho como una trinchera y fortalecer la organización
sindical y política de los trabajadores. Hoy, como hace cuarenta
años, no habrá ningún cambio sin lucha, ninguna conquista sin
pagar un alto precio.
Ninguna
confianza en el nuevo Gobierno, ninguna confianza en los
representantes políticos de la patronal.