Manuela Carmena abrazada a Mitzy Capriles, esposa del golpista venezolano Antonio Ledezma |
Ramón
Pedregal Casanova. Crónica Popular.
Emergente
es derivado de emergencia. Emergencia significa urgencia. Con la
urgencia a los enfermos se les pone en el camino de restablecerse. Y
a mí que los llamados “emergentes” me parece que vienen a
restablecer.
“Todo
cambia para que nada cambie”,
dice el anuncio de un coche que muestra su fotografía del coche
cabeza abajo, el caso es que a los posibles compradores les parezca
que hay algún cambio, pretenden distraer poniendo el coche cabeza
abajo, y un coche cabeza abajo, cualquiera sabe, esta deshecho, mal,
o cuando menos peor que puesto sobre sus ruedas. Luego, con urgencia
o emergencia, una fuerza emergente, brotando, desde abajo, habrá de
poner el coche como están todos los coches antes de darse el golpe y
quedar boca abajo, hay que restablecerle, hacer que recupere su
momento anterior, volver atrás, volverle sobre sus ruedas y que el
conductor siga su camino. Fíjese que las palabras del anuncio nos
conducen a la famosa frase de Lampedusa en su novela “El
gatopardo”: “hacer
que cambie algo para que todo siga igual”.
Uno
de los pilares fundamentales de la sociedad capitalista es la
división, social por clases, por géneros, por individualidades, lo
que conlleva de forma intrínseca la desigualdad, y la desigualdad
por clases, géneros e individualidades consagra la injusticia:
consagra los derechos que se atribuye a si misma la minoría
explotadora.
Miren
lo que dejó escrito un juez del Tribunal Supremo en 1893: “Es una
ley invariable que la riqueza de la comunidad esté en manos de unos
pocos. … Es tan grande la consideración que tiene la ley por la
propiedad privada, que no permitirá la menor violación de esta, no,
ni siquiera por el bien de toda la comunidad”. No es el bien de la
comunidad lo que protegen con sus leyes, es el bien de la comunidad
que esos “unos pocos” se apropian.
Precisan
del miedo que infunden en la clase trabajadora, de la división que
causan con su corrupción, de su falta de empuje, de su falta de
proyecto y su conciencia de unidad de clase. ¿Creen que la división
nos beneficia a la clase trabajadora? ¿La división nos hace fuertes
frente a la minoría que se apropia de la riqueza de la comunidad?
¿La división nos une?
Sobre
este asunto tan importante ha declarado Eliane de Moura Martín,
dirigente del Movimiento de Trabajadores y Trabajadoras por Derechos:
“Debemos tener muy clara la dimensión de la unidad de los
trabajadores, independientemente de nuestras formas de trabajo, de
ser formales o informales, la unidad de hombres y mujeres en todos
los espacios que tengamos. Los trabajadores debemos tener nuestro
proyecto de producción, económico, social, cultural, político y de
género. Tenemos la obligación de luchar por el modo de vida que
queremos para nuestras sociedades, el continente y el mundo, y para
eso precisamos de unidad, de solidaridad, de generosidad, ternura,
comprensión porque somos de una diversidad fantástica, y tenemos
que encontrar un voto de equilibrio para superar las dificultades que
todos tenemos”.
Los
medios informativos del gran capital han denominado “emergentes”
a quienes, finalmente, tras las elecciones municipales en España,
han sostenido al bipartido, PPSOE, bipartido siempre como una piña
en la defensa del sistema, y ahora más que nunca: esos ciudadanos
emergentes lo han reforzado en sus dos vertientes, allí donde hacía
falta han puesto el coche PPSOE sobre sus ruedas; la fórmula es
hacer que “cambie algo para que todo siga igual”, y el
PPSOE continua en muchas poblaciones gracias a la ayuda de una u otra
mano emergente que vienen a restablecer el orden, a poner sobre sus
ruedas el coche que se encuentra cabeza abajo.
Ahora,
como Lampedusa es “viejuno” (término recreado por la emergencia)
ahora, es un anuncio capitalista, de consumo, el que dice “Todo
cambia para que nada cambie”. Hay ayuntamientos y comunidades
autónomas donde vuelven a gobernar los bipartidos gracias a los
emergentes, y con más sostenimiento que como estaban antes. Son los
nuevos monaguillos, que les llamaba Darío Fo en su obra “Aquí no
paga nadie”.
¿Cuántos
“emergentes” se callan o alardean sobre esa interpretación de
que la Historia ha terminado y disponen su discurso en defensa de la
división de la clase trabajadora frente al enemigo de clase? Quienes
no quieren la unidad de la clase trabajadora se esfuerzan por hacer
un trabajo profundo de división en la conciencia social. Quienes no
quieren la unidad de la clase trabajadora muestran dos caras: una la
que se dice equidistante y declara que no puede haber discusión,
inestabilidad le dicen, y por tanto empeñan su valía en dar la
imagen de ser “educado”, que no crea conflicto, no habla de
política que cuestione, y el segundo, que manifiesta en todos los
medios del sistema, por activa y por pasiva, que no es de izquierda,
que se ha terminado eso, que es el fin de la Historia, que semejante
división es antigua, que no es moderno decirse de izquierda. ¿Será
eso de apoyo a Tsipras que dice No en el referendum de Grecia, pero
trabajó por el Sí al pago del “rescate”, como se paga a la
mafia secuestradora, a los ladrones de Grecia con dinero público?
¡Cuánto se parece a aquel referéndum sobre la entrada de España
en la OTAN! En España estaba la CIA detrás. ¿Podemos creer a los
que la prensa del sistema ha denominado emergentes?
Y
si quienes no quieren la unidad popular, la unidad de la clase
trabajadora, le hacen el trabajo al enemigo, ¿qué es lo que
proponen quienes llaman a la unidad popular? Es preciso que se
expliquen, que intensifiquen la lucha ideológica, que pongan las
medidas primeras, segundas, … y que la clase trabajadora se
organice, cree estructuras propias en base a su modelo social, a sus
intereses, a su cultura, que desarrolle lo que la determina como
fuerza política de transformación social.
He
conocido a alguien a quien un patrón intentó comprarle para que
dejase una huelga e hiciese lo posible para que los demás
trabajadores la abandonasen también, y contestó al patrón:
“seguiremos en huelga, en nuestra hambre mandamos nosotros”.
La
imagen de Manuela Carmena abrazándose a la López, golpista contra
el pueblo de Venezuela, no es la imagen de la izquierda, es la de la
emergente jueza contraria al proceso bolivariano, que niega a la
izquierda y aprueba la división social en intereses de clase. Por
eso abraza a la golpista venezolana que es la emergencia
proimperialista, que venía del día 7 en que ha hecho campaña en
Madrid contra los gobiernos de Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y
los avances de liberación social en el continente suramericano.
La
López ha hecho campaña junto a otros 7 de su cuerda encabezados por
el escribidor Mario Vargas Llosa, ejemplo público de reaccionario
por antonomasia. Y después de ese primer abrazo municipal de Carmena
alcaldesa de Madrid, le ha dado otro el PP que manteniendo sus
intereses ha dejado a la López que hable en su conferencia nacional,
contra Venezuela, que la tilde de dictadura y defienda a los
golpistas venezolanos, porque allí los bienes de la comunidad no son
de unos pocos.
El
espectáculo ha sido de urgencia, vemos que ha tenido su primera
parte y su segunda parte, no podía ser menos. Primero Carmena,
alcaldesa emergente de Madrid, y después Rajoy, la reciben, la
abrazan y la defienden como progolpista y ansiosa de la división
social a la que aspira su minoría venezolana. A la López esto le ha
hecho decir que Rajoy es el único presidente del mundo que la ha
recibido. ¿Puede imaginar por qué ningún otro presidente ha
querido verse al lado de semejante personaje? ¿Puede imaginar
Carmena el lugar en que la deja la López?
Hay
que hacer izquierda construyendo espacios de unidad popular,
programas de unidad, acciones de unidad popular, y solo darán
confianza, autoestima, conciencia social y aspiraciones, deseos
grandes, si son concepciones propias de clase; sólo serán de unidad
popular si transgreden el sistema y el régimen de la minoría que
nos somete. La unidad popular se hará respetar por la clase
trabajadora si la conforma la clase trabajadora y se dirige con
propósitos de clase trabajadora, en la calle y en el campo
electoral, si tiene como objetivo abrir paso a su propio modelo
económico, social y político, porque ¿para qué sirve la unidad de
la clase trabajadora?
Elian
de Moura: “… Los trabajadores debemos tener nuestro proyecto
de producción, económico, social, cultural, político y de género.
Tenemos la obligación de luchar por el modo de vida que queremos
para nuestras sociedades, el continente y el mundo, y para eso
precisamos de unidad, de solidaridad, de generosidad, ternura y
comprensión, porque somos de una diversidad fantástica …”
Quienes
han vendido a la mayoría social, quienes han robado, han dado
nuestra riqueza a los banqueros, quienes han privatizado lo público,
quienes han hecho leyes contra la clase trabajadora, quienes se han
corrompido, … no son nuestros dirigentes, no deben mandar, no nos
obedecen pues no nos representan. Y lo que ha ocurrido con los
emergentes sigue dándonos lecciones, ¿dónde ha quedado el tan
cacareado cambio? Parece que lo decían para que todo siguiese igual,
¿dónde está la ruptura con el régimen del 78? ¿A quién y qué
ideas abrazaban, y a quién y a qué ideas respaldan ahora que
Tsipras en Grecia declara, en el primer discurso después de ofrecer
el cuerpo del pueblo griego a la troika para el sacrificio, que ha
mentido a la clase trabajadora?
Debemos
restar a los emergentes, o nunca tendremos nuestro proyecto
organizativo de unidad popular, de acción, de producción,
económico, social, cultural, político y de género. Hay que parar
este sistema de repartos de penas y beneficios, no es bueno para
nosotros, clase trabajadora: porque nos dividen nos ganan.
¿No
han oído o leído ustedes la frase “¡Trabajadores del mundo,
uníos!”? Seguro que sí conoce ese símbolo de la unidad entre
obreros y campesinos, ese símbolo que pone de uñas a los emergentes
y hace temblar al imperio.
NOTA
DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Puede que también le interese: “Los syrizos descargan su frustración en su “enemigo comunista”:
http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/07/los-syrizos-descargan-su-frustracion-en.html
Buen post
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