Alberto Pradilla. Gara
Nacida en Plasencia (Cáceres), en 1958, perdió a su hijo Daniel en el mayor atentado de la historia del Estado español. Su denuncia de la responsabilidad del Gobierno del PP, entonces en manos de José María Aznar, por su presencia en la guerra de Irak le puso en el centro de una durísima campaña de acoso que se ha alargado hasta diez años después.
Para Pilar Manjón, cada 11-M supone «una sobrecarga emocional». Perdió a su hijo en los trenes de Atocha y ha sido víctima de una dura campaña por quien todavía siembra dudas sobre el 11-M. Defiende la «inocencia de las víctimas» y aboga porque «el final de nuestro camino de dolor sea la paz y la no violencia».
Llegan cuando regresas a casa. Por muy cansada que estés, son días muy difíciles, de mucha ausencia. Pero, para nosotros, 11 de marzo son todos los días. En estos días viene toda la bruma de los recuerdos, te agobia y se te viene todo encima.
¿Qué balance hace de esta década? ¿Qué cree que ha cambiado?
Alguien puso el foco donde no tenía que estar. Ya lo dije en el Parlamento: no fuimos la derrota de nadie ni la victoria de nadie, sino las víctimas. Si hay que poner el foco en algún sitio, tendrá que estar en los terroristas o en cómo se gestionaron aquellos días. Tenía que ser ETA por narices y a día de hoy lo seguimos arrastrando. Ha supuesto una división real y de trato. En España no se ha conocido jamás los insultos a una víctima que he sufrido. Esa doble victimización ha generado una fractura.
¿Se ha sentido arropada?
Por las víctimas. Hemos formado una familia «sinpapeles» maravillosa. Por supuesto, por la familia, mi hijo, y mis queridas estrellitas, desde algún sitio. Estoy convencida porque, si no, ya hubiese tirado la toalla.
¿De quién no sintió ese apoyo?
De los políticos. Cuando alguien me dice «tu asociación está politizada», respondo que no me he presentado a ningunas elecciones. Que eso lo diga un político... Pues en bastante baja estima tiene su trabajo. A los que me gritaban «no quieres saber la verdad», yo les respondo: ¿quién ha puesto el féretro, usted o yo? ¿Cómo no voy a querer saber la verdad? ¿Puedes entender que haya un senador por Melilla que diga que Zapatero entró en un tren de cercanías? ¿Se le ha olvidado que ahí quedaron 191 vidas y 2000 heridos? Y los que los hemos sobrevivido, con la vida partida. Cuando se trata del 11-M, no pasa nada. He puesto muchas veces un ejemplo con vuestro periódico. Siempre me he preguntado si la portada de Trashorras o de Zohuier, en régimen de aislamiento en la cárcel de Villena, se hubieran publicado en GARA y el asesino hubiese sido otro... Os hubiesen cerrado. Sin embargo, aquí no ha pasado absolutamente nada.
Como ha señalado, desde el primer momento le apuntaron como «politizada».
Nadie ha llamado a mi puerta ni me han propuesto para las europeas siendo la más politizada... Si tan del PSOE somos... ¿Por qué no tengo yo un local? Que me lo hubieran cedido como a otras asociaciones. Tampoco se qué le habremos hecho al PP para ni dirigirnos la palabra o encontrarme con gente de Nuevas Generaciones que me llama «tipeja» y pone en duda que mi hijo fuese en los trenes. Y no pasa nada, porque en Twitter eso es libertad de expresión. Quien nos ha ayudado es la sociedad.
Ha mencionado a los diferentes colectivos de víctimas. ¿Cree que se les ha tratado distinto?
Ha habido diferencias, las sigue habiendo y las seguirá habiendo. Al llegar al juicio, partimos de premisas diferentes. El escrito de acusación era distinto y tuvimos que plantarnos porque, por economía procesal, nos dijeron que deberíamos de ponernos de acuerdo. Pero tener que ponerte así porque no coincides en los planteamientos que llevan las otras asociaciones... Hay una distancia, incluso a la hora de entender el atentado. Pero este año va a haber un acto conjunto, ha habido un esfuerzo por todas las partes. Sobre el trato... tendría que tirar de boletines oficiales para decirte cómo han variado las subvenciones en los últimos dos años. Quizás nosotros no seamos los politizados. Pero, a fin de cuentas, en fechas como esta, eso no cuenta. Lo que cuenta es el recuerdo, la memoria, ser su voz, que nunca el olvido caiga sobre ellos.
Tras el juicio, ¿cree que queda algo pendiente?
El juicio fue el que fue. Hubo un sumario, en mi valoración bien instruido, aunque demasiado tiempo bajo secreto sumarial. De ahí se dedujeron unas condenas, de las que yo te digo que matar en España sale muy barato. El 8 de febrero salió uno y el 16 saldrá otro de los yihadistas. Escaparon seis, hemos tenido el juicio contra las personas que les acogieron en sus domicilios y otro de los que les ayudaron a la falsificación de documentos, el dinero... ¿qué nos queda? No me preguntes por los autores intelectuales porque eso no existe en el Código Penal. Existen los inductores. Y esos los tengo muy claros. Orden de Al Qaeda y, posteriormente, la captación y radicalización de marroquíes que estaban en España. La venganza vino por nuestra participación en la guerra de Irak. Esa es mi versión y la sigo defendiendo con la misma libertad de expresión que le aplican al que me insulta.
Una década después Irak sigue en guerra y quienes la provocaron no han dado signos de reconocer su responsabilidad.
Sí, Bush y Blair, a su manera y de un modo un tanto extraño, pidieron perdón a su pueblo. Donde no se ha realizado ningún acto de reconocimiento del error es aquí. No ya tanto por las víctimas, aunque digan que no fue la guerra de Irak lo que propició que vinieran a vengarse. Aunque solo fuera porque no había armas...
Ha dicho en muchas ocasiones que pagó cara su intervención en el Congreso en 2004. ¿Sigue pensando lo mismo?
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