María Igartua. Cotizalia.com
Huele a conflicto armado y eso cotiza al alza en Wall Street. Si hay algo que ha enseñado la historia es que todas las grandes crisis han sido precursoras de una guerra capitaneada por Estados Unidos y las crecientes tensiones del avispero árabe hacen sospechar que no será ahora cuando se rompa la regla.
La posibilidad de un conflicto armado de mayores proporciones de lo que ha supuesto finalmente la revolución libia cobra estos días fuerza con el cruce de acusaciones, amenazas y tensiones entre Estados Unidos e Irán con el programa nuclear de este último como punto de partida.
De hecho, el primero ya ha comenzado una gira de contactos por Asia para allanar el terreno aconsejándoles alternativas a sus importaciones de petróleo procedentes del país de oriente medio por lo que pueda pasar. Por su parte, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ha buscado el apoyo de líderes afines a su antiamericanismo en América Latina en un tour en el que se ha reunió, entre otros con su homólogo venezolano, Hugo Chávez, quién expresó su apoyo político y económico a su hermano árabe.
La situación tiene todos los ingredientes para que prenda la mecha y el sector armamentístico se frota las manos, más después de la retirada de las tropas estadounidenses de Iraq y la pérdida progresiva de intensidad de la guerra en Libia una vez muerto el dictador Muamar el Gadafi el pasado mes de octubre.
Basta con echar un vistazo al gráfico de las mayores compañías de defensa en EEUU para ver que su comportamiento en bolsa se ha calentado al mismo ritmo que las tensiones entre oriente y occidente. De hecho, desde verano -cuando registraron sus mínimos de 2011 tras el fuerte subidón del primer semestre de la mano de la primavera árabe- todas ellas registran ganancias de dos dígitos.
Y es que 2011 ha supuesto un punto de inflexión para estas empresas, que venían de experimentar tres años de fuertes caídas. Así, desde sus mínimos de agosto, Lockheed Martin, el mayor fabricante armamentístico del mundo por ventas según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz, acumula una subida superior al 21% y los analistas fijan su precio objetivo en los 81,92 euros, un 17% más de lo que cotiza a día de hoy.
Lockheed Martin es el artífice del primer cazabombardero del mundo indetectable, el F-35 Joint Strike Fighter y de la bomba racimo M30, que tiene un alcance de 70 km.
Pero no es la única, Raytheon que es el sexto fabricante de armas y está especializado en sistemas inteligentes utilizados en escudos antimisiles sube más de un 24% en los últimos seis meses y no parece que vaya a pisar el freno. “Esperamos que la acción se muestre relativamente mejor que sus competidoras en términos de ganancias”, asegura el último informe sobre el sector de JP Morgan.
También General Dynamics se ha unido al rally que vive el sector en los últimos meses. Con una subida del 26,8% desde octubre, los analistas de JP Morgan esperan que “la mayoría de la atención de los inversores recaiga tanto en los resultados como en la dirección del segmento aeroespacial y de combate”. Así, según la estimación media de los analistas recogidos por Bloomberg, la acción tiene un potencial de revalorización del 11%.
En cuanto a otro ‘clásico’ del sector armamentístico, Northrop Grumman, las posibles operaciones llevadas a cabo en el golfo pérsico pueden ser un filón para su división naval, aeroespacial y de radares. Sus títulos se anotan una subida del 19,45% desde agosto.
Y es que el sector sabe que después de una crisis siempre se ha producido un conflicto bélico. Aunque no hay ninguna teoría escrita al respecto, casualidad o no lo cierto es que la I Guerra Mundial, la II gran guerra, la del golfo, la de Vietnam… todas han seguidos a periodos de depresión económica.
Pero no hace falta irse tan lejos. Tras el pinchazo de la burbuja tecnológica en el año 2000, que desencadenó una recesión de la Economía estadounidenses en 2001, Estados Unidos respondía a los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas el 7 de octubre, estallando así la guerra de Afganistán, que precedió a la II Guerra del Golfo, en marzo de 2003, más conocida como la Guerra de Irak.
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Hola, parece que bajo este sistema estamos condenados a la guerra. Hay un libro que recopila varios artículos de Karl Marx, titulado "Elogio del Crimen", analizando lo bien que va para el sistema el crimen y la cantidad de actividad económica que genera, desde los policías a los profesores de derecho penal.
ResponderEliminarHAbría que escribir hoy "Elogio de la guerra", algunos están haciendo fortunas con la guerra.
Marat, tú crees que EEUU se puede permitir otra guerra, a pesar de que a la pesada industria armamentística le interese?
Querido Unknown, como bien sabes, Marx en su análisis del capitalismo estableció que éste no era un sistema cerrado y total en el que los intereses de la burguesía coincidiesen automáticamente entre sí (sí frente a la clase trabajadora, una vez establecida la burguesía en el poder plítico y econonómico, nunca internamente dentro de la clase) ya que estaban en una permanente guerra civil, la de la competencia. El capitalismo, como los trabajadores, no tiene patria. Su necesidad de expansión permanente para no entrar en crisis o para tratar de salir de ella lleva a las grandes corporaciones a tratar de traspasar fronteras y a olvidarse de lo que los pequeñoburgueses llaman falazmente "intereses nacionales" para ocultar que bajo la apariencia de su existencia habitan las luchas de clases y entre fracciones del propio capitalismo. Los halcones de Washigton siempre han estado directamente conectados con el complejo militar industrial del que habló en su día Eisenhower. Eso aunque arruinen USA y contribuyan a la declinación de su Imperio. Ellos seguirán ganando dinero en todo caso. Sobre todo si tenemos en cuenta que ya no piensan en términos de futuro sino del brutal cortoplacismo de las cotizaciones de cada día. Uno de tantos signos de la decadencia irreversible del modelo de producción capitalista: su falta de previsión en cuanto a plazos que no sean los del presentismo de la inmediatez.
ResponderEliminarSí, me parece acertada la respuesta. Esperemos sin embargo, que no desencadenen otra matanza. Saludos.
ResponderEliminarOjalá no, Unknown. Ojalá no suceda.
ResponderEliminarAl fin y al cabo, en mi anterior comentario me limité a establecer una tendencia en el comportamiento bélico del capitalismo ante sus grandes crisis.
Sin embargo, de la correlación de fuerzas entre los sectores del capitalismo a los que la guerra puede dañar económicamente sus expectativas de beneficios, por un lado y los grandes corporaciones de la industria militar al servicio de los señores de la guerra, por otro, dependerá en buena medida que la agresión a Irán no se produzca. Y, por supuesto, de la capacidad dentro de USA y de los países aliados que están en la OTAN de los sectores más progresistas de la sociedad de oponerse a la guerra presionando sobre sus gobiernoS para evitarlo y creando un poderoso movimiento de opinión pública en contra.
De momento, la misma hipótesis de agresión sobre Siria está más alejada pero sólo de momento.
Todo puede cambiar en muy poco tiempo
Me temo Sr. Marat, que esta guerra no podrá pararse, como no se pararon ninguna de las anteriores (Grandes, medianas y pequeñas todas. El negocio de la guerra es el que mueve el Mundo Capitalista y nunca en la historia de la humanidad hubo tantos capitalistas en el Mundo: Mil millones en el llamado Primer Mundo y 6000 millones mas que o lo son también o desean fervientemente serlo, aunque “gocen” de la miseria que el Capital reparte con largueza.
ResponderEliminarLo mas preocupante es que como consecuencia de esta guerra inevitable, podría venir la Tercera y Última. Ciertamente será necesario movilizar a todas las fuerzas progresistas, pero ¿Será suficiente? ¿Serán suficientes? ¿Seremos capaces de arriesgar nuestras vidas? Porque no bastará con manifestaciones, concentraciones, denuncias…, habrá que arriesgar hasta el límite, habrá que ser capaces de sufrir todas y cada una de las desgracias, que con nuestra colaboración El Capital ha hecho sufrir a miles de millones de personas. ¡Ah! Y no podremos usar la violencia, porque si la usamos nos harán desaparecer ahogados en sangre y ellos en cambio la usaran, nos provocarán, nos engañarán, asesinarán en nuestro nombre y si por un imposible “milagro” sus errores hiciesen ganar a nuestra causa (tengo mas fe en sus errores que en nuestros aciertos) solo recibiremos como premio, un Mundo en el que habremos de convertir la mezquindad en solidaridad, la venganza en perdón y el odio en amor. Esta tarea será mayor y mas difícil que la de ganar la “Batalla” miles de millones en la miseria deseando vivir como nosotros “LOS RICOS”. Pero yo estoy dispuesto a lo que no lo estoy es a continuar como hasta ahora, siendo co responsable de tanta miseria. Saludos cordiales. Jesús.