30 de noviembre de 2013

LA OCDE ALERTA SOBRE EL DETERIORO DE LA SALUD DE LOS ESPAÑOLES

Joaquín Mayordomo. Cuarto Poder

No hay que ser muy listo para darse cuenta de que los recortes sanitarios no le traerán nada bueno a una gran mayoría de españoles. Ahora le ha tocado emitir su veredicto a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), un órgano que aglutina a los 24 países más industrializados del mundo. La OCDE analiza los “hachazos” que un día sí y otro también le está dando el Gobierno al presupuesto sanitario y, de paso, al Sistema Público de Salud. La conclusión a la que esta organización llega es que el Gobierno, con su política y recortes, está poniendo en peligro la salud de los españoles. Sin entrar en detalles, cifras o porcentajes, cabe decir que la OCDE, en su informe Panorama de la salud 2013 alerta del rápido aumento que en España están teniendo las listas de espera quirúrgica, con el consiguiente riesgo de que haya personas que jamás lleguen a operarse (sobre todo, si son pobres) pues “morirán antes de que les toque pasar por quirófano”, añado yo, a la vista de alguna experiencia últimamente conocida.

Ahora mismo, en nuestro país, las personas pendientes de una operación podrían rondar las 600.000 si tenemos en cuenta que a finales del pasado año eran ya 571.395 los usuarios de la sanidad pública que aguardaban una llamada para pasar por quirófano. En cuanto al tiempo de espera, éste supera los 100 días de media, con picos de más de 150 días en alguna especialidad. Sobre esto la OCDE también pone ejemplos; ejemplos que bien podrían sacarle los colores a la ministra Ana Mato. Mientras en Holanda el tiempo de espera para una operación de cataratas es de 30 días y una intervención de cadera, de 45, aquí, en España, la espera para estas intervenciones supera los tres y cuatro meses respectivamente.

No es baladí este tema, no, porque, ya se sabe, al PP lo que le interesa es que usted pase a ser un cliente en lugar de paciente, que es lo que era hasta ahora. Y si ya es un cliente, lo lógico es que usted pague. ¿Pague? Sí. Pague por operarse suscribiendo un seguro privado, o pague a toca teja… ¡Pero pague! También puede usted aceptar operarse en un hospital  privado  —nada de acudir a su hospital de referencia como es su derecho— como ya se le viene ofertando a multitud de pacientes en la comunidad de Madrid y en otras comunidades gobernadas por los populares. En este caso, si usted acepta esta derivación al hospital privado, no pagará —que ya lo pagó por adelantado con sus cuotas a la Seguridad Social—, aunque el beneficio de ese trabajo no revertirá en la sanidad pública, como sería lo lógico —y dado que usted es un ciudadano con derecho a una asistencia gratuita a cargo del Sistema Nacional de Salud—, sino en el negocio privado que es ese hospital (o clínica) al que usted ha aceptado acudir para operarse.

Pero volviendo al informe de la OCDE, en general, este organismo señala que toda Europa ha reducido su gasto en salud algunas décimas, un 0,2% de media en los períodos 2009-10 y 2010-11, al verse obligados algunos países, como es el caso de España, a imponer importantes recortes para reducir el déficit presupuestario y la deuda pública que arrastran. Pues… Para muestra un botón: en la ley de Presupuestos Generales para 2014, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad reduce un 35,6% su dotación. Si a esto se le añade que ya ese gasto se redujo, de media, en los tres ejercicios anteriores, un 106% (6.700 millones de €), a nadie le extrañe que las luces de alarma se hayan encendido hasta en la misma OCDE.

Y aquí surge la inevitable pregunta: ¿qué sistema sanitario le aguarda a los españoles si no hay más que recortes? Pues, según la OCDE, lo que va a suceder tras este recorte espectacular de dinero es que aquellas personas pertenecientes a grupos sociales desfavorecidos van a renunciar —están renunciando ya— a la medicación por no disponer de recursos y, lógicamente también, a someterse a un seguimiento y control de las enfermedades crónicas que padecen. Esto es lo que dice la OCDE, nada sospechosa, por otra parte, de ser una organización demagoga o de izquierdas. Y también apunta esta institución, “portavoz” de los países más ricos del mundo, que, a la larga, tanto copago, tanta disminución de la cartera de servicios, tanto reducción de personal al no ser sustituidos los profesionales que se van jubilando, y tanto cierre de centros y supresión de horario de tarde, están generando ya, y van a generar más todavía en el futuro, graves problemas de salud pública, consecuencias económicas graves para los más pobres, y un coste añadido a las arcas del Estado, se mire como se mire, a corto, medio y largo plazo.


El espectacular incremento que se ha dado en las listas de espera quirúrgicas en España —incremento al que no escapan otros países como Portugal, Inglaterra o Irlanda; algo que a los españoles no le servirá, supongo, de mucho consuelo—, es el indicador más real, más fidedigno, de que en el Sistema Público de Salud español algo va mal; yo diría que muy mal. La asfixia económica que están suponiendo para pensionistas y jubilados las distintas medidas de copago o la guerra entablada por el Gobierno autonómico de Madrid, en su intento de privatizar gran parte de la sanidad madrileña, no son más que puntas del iceberg de un proyecto más amplio y de más calado que no es otro que el modelo sanitario que el Partido Popular está dispuesto a imponerle a los españoles. Y éste es: si la salud puede ser un negocio, se dicen, lo único que tenemos que hacer, desde el Gobierno, es convertir al usuario en cliente. Así de fácil.