Jason
Hirthler.
CounterPunch
El autor y editor del excelente libro " La
Crisis Económica Global " Michel Chossudovsky, cita a la emérita bestia negra de la democracia,
Henry Kissinger, quien manifestó de esta manera simple y sin derramamiento de
sangre, "Controla el petróleo y
controlarás las naciones; controla los alimentos y controlarás a las personas".
Esta visión cínica podría ser la declaración de la misión del poder corporativo
mundial en el doble control total de los alimentos del mundo y de los
combustibles fósiles. Como Chossudovsky y otros escritores, entre los que
cabe incluir a James Petras y Michael Hudson, ilustran, este objetivo se
persigue en gran medida a través de tres técnicas perfeccionadas en los campos
de exterminio y bombardeos en los cráteres urbanos del mundo en desarrollo, en
las maquiladoras y fábricas de explotación del Tercer Mundo, y en el éter sin
fronteras de las finanzas globales. Caracterizada a veces como una guerra
de clases neoliberal de los ricos contra los pobres, la política de la élite
está financiada por las 500 mayores fortunas, implementada a nivel nacional por
gobiernos comprados, y en el extranjero por la doble alianza del poder militar
y las instituciones pervertidas de Bretton Woods. Sus estrategias probadas
con éxito incluyen guerras ilegales de agresión, creación de monopolios de
productos básicos y especulación financiera desenfrenada. Si alguna vez
hubo un manual de campo realizado para la explotación neoliberal, estos tres
modelos, y sus estudios de casos representativos, comprenderían sus capítulos
centrales. Éstos son algunos de los casos vale la pena considerar.
Cegado en el camino a Damasco:
trabajando el belicismo
Cuando Abby Martin entrevistó al escritor
disidente William Blum en su programa de Rusia Hoy, "Rompiendo el conjunto",
le preguntó por qué se centra tan de lleno en la política exterior. Con su
franqueza inimitable, Blum respondió que era porque era allí donde se hace el
mayor daño. Así que vamos a empezar por ahí. A pesar de que la
ingeniería de las hambrunas compite con la guerra, nada parece igualar a la
guerra en su capacidad de extender su mano cruel sobre el pasado, presente y
futuro. Como ninguna otra cosa, la guerra destruye el patrimonio cultural
con las últimas matanzas, desplaza a los vivos, y deforma a los no
nacidos. Pasado, presente, futuro, ninguna generación sin tocar, ningún suelo
sin contaminar.
Mientras que los militares reciben toda la
atención de la prensa, las empresas de defensa que suministran sus arsenales
con demasiada frecuencia escapan al ojo errante de los medios de los medios de
comunicación. Las corporaciones como Lockheed Martin, Northrop Grunman,
Boeing y General Dynamics incluyen cuatro fabricantes americanos de armas de
élite. Los generales del Pentágono leen sus folletos sobre ensaladas con
bálsamo de manzanas, marcando sus elementos preferidos: misiles Hellfire y
aviones militares de Lockheed Martin, lo último en sistemas de armas y
municiones de Alliant Techsystems y Armalite, aviones Predator
y Reaper de General Atomics, aviones F-15 de combate de Boeing y tanques Abrams
de General Dynamics. La lista es interminable. Sabemos poco sobre
ello en Estados Unidos.
Pero si usted vive en Damasco, por ejemplo, puede
que se convierta en un “receptor temprano” de esta tecnología de vanguardia,
como el misil Raytheon Tomahawk que vuela atravesando los sistemas de defensa de
misiles anticuados de Siria, cayendo sobre su hospital local o tal vez sobre su
sala de estar. Si usted vive en Waziristán, es posible que ya se haya
acostumbrado a los rumores de los drones Predator MQ-1 en lo alto del cielo,
vigilando su vecindario para llevar su sello del terror a los jóvenes
combatientes. Usted es lo suficientemente inteligente para saber, sin embargo,
que si sus vecinos se vieran afectados por lo que se conoce como
"signature strike," no debe tratar de rescatar a los supervivientes
posibles para que no acabar reventado por un segundo ataque, dirigido a los socorristas
(o, los amigos de los terroristas, de acuerdo con la lógica del Pentágono y de
la CIA).
No es ninguna coincidencia que el precio de las
acciones de Raytheon alcanzase el tope tras 52 semanas de rumores de
guerra con Siria. Pero ¿no son estos los fabricantes de armas que ven
reducidas sus competencias? ¿Secuestro? No se engañe. ¿Austeridad? ¿Para
quién? Las acciones de Northrup Grumman subieron hasta un
56 por ciento este año a pesar de las teatrales llamadas a la reducción del
déficit que surge de indicadores periféricos. Northrup también disfrutó de
un aumento de ingresos de 38 millones de $ USA en un año. El mensaje es
claro: la guerra se acerca, de una manera u otra, en un lugar o en
otro. Para estas empresas, la guerra es buena. La guerra es la
recompensa. La guerra es una nueva ala de invitados en Monticello (1), la
mansión del CEO (2). Y un golpe reciente en algún país remoto y distraído.
Plantado en Java: Especulando el mundo
hasta la muerte
Muchas crisis no militares innecesarias son causadas por
la especulación financiera. El colapso del mercado inmobiliario de EE.UU.
fue perpetrado principalmente por (productos) derivados e impulsado por la
codicia y la especulación comercial. Del mismo modo, los picos
innecesarios en los precios de las materias primas antes de la crisis de 2008 se
debieron en gran medida a los mismos delirios especulativos. Cuando el
precio del trigo, el arroz, el maíz y el aceite doblaron durante la noche sin
otra razón que los (mercados) futuros y las opciones de compra, cientos de
millones de personas se vieron negativamente afectados, de los miles de
millones que viven con 2 dólares al día, de repente sin poder pagar los
alimentos básicos por causas ajenas a su voluntad. Por su parte, el occidental se
encuentra con el aumento del precio de un gas no renovable o ve a su patrimonio
evaporarse durante un fin de semana.
El autor Amy Chua, en su libro World on
Fire , señaló varios ejemplos útiles de los peligros de la
especulación, elaborado a partir del colapso financiero de los tigres asiáticos
en los últimos años noventa. Digamos que usted es un fabricante de queso
de soja en Java. Un día, sin usted saberlo, gracias a algunas manipulaciones de
precios inteligentes en las bolsas de comercio de Londres y de Chicago, el
precio de la soja se triplica. Después de algunas conversaciones y abrazos
a su esposa, usted saca a sus hijos de la escuela y los pone a trabajar para
tener suficiente dinero para comprar los granos que se convertirán en
tofu. Afortunadamente, el precio del combustible es constante, ya que
necesita unos 100 litros diarios de combustible para encender sus ollas a
presión. En ese momento, el gobierno de Indonesia anuncia a bombo y platillo y
con optimismo, que ha rescindido sus subsidios a los combustibles basados en el sabio consejo
del FMI, que promete que el "libre comercio" posibilitará un auge
económico. Su mujer entra a la habitación. "Bienvenido a la
quiebra", dice ella.
Lejos de Indonesia, Goldman Sachs, Morgan Stanley
y Bank of America mantienen una inversión muy elevada en algunas o todas de las
diversas juntas de comercio, de la CME de Chicago a la NYSE para Intercambio
Internacional de Mercancías de Londres (ICE) y el International Petroleum
Exchange (IPE). Desde la desregulación de los mercados de futuros bajo la
administración Clinton, casas como Goldman han sido capaces de poner en juego
enormes posiciones de las materias primas, incluso del empleo de un (producto) derivado
especialmente formulado para índices de materias primas. Durante la última
década, el dinero se ha derramado en
los mercados de futuros de materias primas, generando la burbuja de los precios
que finalmente destruyó los pequeños agricultores y ha forrado los bolsillos de
los gigantes bancarios como Goldman y JPMorgan.
Incautos en Addis Abeba: las curvas
del mercado
En vez de manejar la pistola o la mercancía
estafa, algunos imperialistas prefieren la metodología bastante más serena del
despojo agrario. En términos de mercado, esto podría ser conocido como un
monopolio, ya que despoja a las personas de sus oportunidades de
mercado. Empresas como Monsanto, Archer Daniel Midlands (ADM) y ConAgra,
usan las instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional
(FMI) y el Banco Mundial para el contrabando de sus productos en los mercados
en desarrollo. Los Programas de Ajuste Estructural del FMI (PAE) siempre han
condicionado los préstamos a la "liberalización" de la economía
local. A menudo, esto significa no sólo la adquisición de ramas de
producción nacional por el capital extranjero, sino también la eliminación de
las medidas proteccionistas diseñadas para albergar incipientes empresas
nacionales, al igual que a los pequeños agricultores, a partir de inyecciones
de productos extranjeros competitivos con ventaja absoluta.
Esto está abriendo dos casos de "libre
comercio" con consecuencias muy crueles. En primer lugar, la colocación
de los excedentes de las materias primas agroalimentarias occidentales en los
países pobres. Las leyes de la OMC estipulan acceso a los mercados sin
trabas para la agroindustria mundial bajo los principios del libre
comercio. Naturalmente, no hay titanes de la agroindustria en Kampala para
penetrar en el mercado americano de maní, por lo que esta operación suele ser
una carretera de un solo sentido desde los rebosantes silos de grano de
Occidente. En general, esta "ayuda alimentaria" paradójicamente
conduce a una pérdida de la seguridad alimentaria en un país que fue
autosuficiente. En lugar de producir frijoles o maíz para el consumo local,
los agricultores están siendo empujados a la quiebra o se ven obligados a
dedicarse a la producción de granos de café Arábica para la exportación a los
cafés de moda occidentales (mientras su gobierno destina préstamos para
importar maíz y otros alimentos de primera necesidad).
En segundo lugar, y esto es aún más odioso, si
usted es un pequeño agricultor en un país africano. Como Chossudovsky
ha indicado en
numerosas ocasiones en relación con la agricultura etíope, tal vez usted ha
sobrevivido sólo por los pelos a una sequía terrible (provocada en parte por el
cambio climático derivado de los hábitos de consumo descomunal e indiscriminado
del mundo occidental). De pronto, con toda la “casualidad” de un
prestamista nacional, se le acerca una marca sin que usted lo sepa, una ONG o
tal vez un agente de la agroindustria aparece de pie en su puerta, con los
brazos extendidos, ahuecando un puñado de semillas sin pedir dinero a cambio. Usted
acepta con gratitud, pensando que Dios le ha concedido una recompensa por su
sufrimiento.
Un año después, las cosas han cambiado. Usted
descubre que cualquiera de las semillas son "semillas terminator" que
son estériles después de su primera cosecha, o descubre que replantar las
semillas requiere un desembolso importante de dinero en efectivo para el
verdadero dueño de las semillas, Monsanto. Le dicen que Monsanto es
titular de los derechos de propiedad intelectual de esa variedad de semilla,
que se diseñó en un laboratorio en Missouri mediante la creación de una nueva
forma genética sobre la base de varias cepas existentes, algunas de ellas
procedentes de su propio patio trasero, generado a través de milenios de
hibridación locales, que no cuestan nada, y cuyos beneficios fueron compartidas
por toda la comunidad.
No sólo eso, sino que usted tiene que comprar
costosos pesticidas para asegurar que logre los rendimientos prometidos en la
cosecha. Es posible que necesite un herbicida pre-emergente para matar las
malas hierbas y un fungicida después del brote para matar el moho, y bastante
más agua, ya que la semilla, aunque promocionada como resistente a la sequía,
puede requerir más agua en su plantación para lograr un aspecto saludable. Usted
no puede permitirse todo esto, se derrumban los cultivos, su granja se arruina,
y piensa en el suicidio o en la vergüenza para toda su vida? 270.000 agricultores
indios optaron
por la primera salida. Debe ser un hecho muy repetido que, una
vez que el FMI entra en una economía en desarrollo, ésta deja de desarrollarse.
Por supuesto, me ha faltado mencionar el coste
externo de la agroindustria sobre la población local. Como recientemente
un informe sobre Argentina señaló ,
las tasas de cáncer en las comunidades rurales se dispararon casi
simultáneamente con la introducción de glifosato, herbicida "bala de
plata" infame puesto en marcha en 1996 de Monsanto. Mientras que las
semillas 'Round Up Ready' han ayudado a los agricultores a usar tierras
improductivas de cultivo, la contaminación de la capa freática y,
posteriormente, a la población local, es aterrador. En una aburrida
autodefensa, el gigante mundial ensayaba sin convicción sus recalentados temas
de conversación sobre la seguridad de sus toxinas. Probablemente los
argentinos, molestos de todos modos, han tenido suficiente con esta problemática,
dado que el gobierno hechó al FMI fuera del país hace una década. Cuando
se trata de romper las medidas proteccionistas, no hay nada tan útil como la
zanahoria que cuelga de un préstamo del FMI de miles de millones de
dólares. No muy diferente de la visión del Comodoro Perry (3) vigilando la
bahía de Tokio con una escuadra de cañoneros humeantes. Una avaricia inspirada
por otro miedo, pero el resultado fue muy similar.
Engañado en Bagdad: Dos por el precio
de ninguno
Por supuesto, a veces no hay necesidad de las
organizaciones internacionales de crédito o la Organización Mundial del
Comercio (OMC) en absoluto. En Irak, después de destruir a la cacareada
Guardia Republicana de Saddam Hussein, los estadounidenses establecieron un
campamento en el palacio presidencial de Saddam en Bagdad, elaborando su utopía
neoliberal bajo las cúpulas doradas y columnas de mármol de la caída dictadura. Del
mismo modo como el vicepresidente Dick Cheney logró contratos de reconstrucción
sin licitación para sus amigos de Halliburton, el virrey Paul Bremer describió
100 órdenes destinadas a que el gobierno reflexionase y neoliberalizase la
economía. La orden de 81 estipula el uso de variedades
"estables" de la planta, un término codificado para semillas
transgénicas entregados a la demanda de la agroindustria occidental.
Como una guía aproximada de la cantidad de dinero
que hay en la agroindustria, los bancos reportaron un beneficio neto de Monsanto
de unos mil quinientos millones de dólares al trimestre. Anotaron
$ 1480 millones en el segundo trimestre de este año, coincidiendo con la infame
"Ley de Protección de Monsanto", que protege a los productores de
semillas OGM de litigios sobre riesgos para la salud. (Esta ley recibió el
visto bueno del presidente Obama en marzo.)
También bajo el Virrey (¿o es el visir?) del
petróleo Paul Bremer rápidamente se abrieron las puertas a las
multinacionales occidentales a través de Acuerdos de Producción Compartida
(PSA) que se aplicarían a las decenas de campos de petróleo iraquíes no
construidas. British Petroleum, ExxonMobil y otros conglomerados
petroleros recibieron nuevos contratos de exploración petrolera cuando los
EE.UU. se ocuparon el país, con acuerdos sobre la producción de los restos (a menudo, son los
franceses o rusos los que han conseguido ajustar dichos acuerdos.
Uno de los “crímenes” innombrables de Saddam
Hussein fue el hecho de que nacionalizó los campos petroleros iraquíes en
1972. ExxonMobil, BP y Shell, todas tienen miles de millones de dólares en
acuerdos de producción para campos petroleros iraquíes a pesar de la falta de
voluntad del gobierno iraquí a firmar la ley de hidrocarburos que el gobierno de
Bush trató de imponer.
Por supuesto, la simple promesa del que gobierno
local obtendrá una importante rebanada del pastel también funciona. Shell
ha estado causando estragos en Nigeria desde 1990, principalmente en la región
sur del delta del Níger. Han surgido varias organizaciones militantes que
ha realizado vanos intentos de arrebatar el control de sus propios recursos al
gobierno corrupto y la alianza multinacional. Cabe destacar al Movimiento
para la Emancipación del Delta del Níger (MEND). Perplejo, Shell ha
ofrecido una escasa compensación por sus derrames de petróleo en la región,
mientras que el año pasado se embolsó 25 mil millones de $ USA, un pequeño
aumento con respecto a 2011, lo que naturalmente ha parecido inestable a sus
accionistas empapados de avaricia (frente a los aldeanos nigerianos empapados
de petróleo, pero sin un centavo).
Como Shamus Cooke escribió recientemente,
"La esencia del neoliberalismo se
reduce a lo siguiente: el gobierno debe utilizarse exclusivamente para ayudar a
las grandes empresas y los ricos con los recortes de impuestos, subsidios,
privatizaciones, leyes antiobreras, etc, mientras que todos los programas de
gobierno que ayudan a gente trabajadora y pobre deben ser eliminado. Es
realmente así de simple". Lamentablemente,
la definición de Cooke da en el clavo del núcleo del programa neoliberal, el
lucro por cualquier medio necesario.
NOTAS DEL TRADUCTOR:
(1) Monticello fue la residencia del tercer
Presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson
(2) CEO: Director Ejecutivo de una institución y
organización.
(3) La evocación del hecho histórico se relata en http://es.wikipedia.org/wiki/Barcos_Negros