Por Marat
Tan sólo cinco meses después de iniciarse la spanishrevolution llega el 15 O, convertido ahora en globalrevolution, casi un mes después de que se repitiera la acampada de Sol, ahora en Wall Street.
Lo que alguno de sus profetas llama el “ágora mundial”, en evidente persistencia sobre el concepto de “revolución ciudadana” que destierra la categoría de clase, la lucha de clases y la revolución social desde la clase, es ya el Santo Grial Indignado.
Quizá uno de los acontecimientos de mayor difusión en los medios de comunicación en este inicio del otoño sea el Occupy Wall Street, un acontecimiento que se inscribe en las leyes de la física y que viene a coincidir en un punto con la teoría de los vasos comunicantes, según la cuál cuando un fluido baja en uno de los recipientes sube en el otro. De un modo más concreto, cuando el 15-M español declinaba en su fase de disolución aparecieron los “indignados” neoyorkinos para coger su relevo. ¿Son accidentales los relevos en el interés mediático del capital? ¿Y si no lo fueran a qué habría de obedecer que los hechos se sucedieran concatenadamente en el tiempo, evitando que la llama olímpica se apagara y que la cámara dejara de filmar la performance?
¿Se han preguntado ustedes porqué, en cambio, los medios de comunicación no hablan de la revolución naxalita en el segundo país más poblado del mundo, una revolución que controla el 40% del territorio de la India? ¿Hablaron mucho en su día esos mismos medios de la revolución comunista triunfante en Nepal? ¿Cuántos de ustedes conocían los hechos de los que les estoy hablando? ¿Se han preguntado ustedes porqué las movilizaciones sindicales en Italia, Portugal, el Reino Unido, las huelgas revolucionarias en Grecia o las populares en defensa de la sanidad pública o la enseñanza y llevadas a cabo por sindicatos y organizaciones de larga trayectoria en defensa de lo público son ignoradas por los medios de comunicación o cubiertas bajo el manto “indignado” sin que este movimiento haga nada para no apropiarse en exclusiva de banderas que otros agitan? ¿Se han preguntado porqué si esto es la “spanishrevolution” (rindiendo pleitesía al Imperio en su idioma) son tan pocos los “héroes” realmente reprimidos, al margen de algunas cargas, palos, multas y libertad provisional? El capital y su poder político vicario saben qué hacer con quienes realmente atentan contra su hegemonía y como reprimirles a sangre y fuego y no con cuatro azotes de los que salen corriendo como galgos los “cruzados de la indignación”.
Estos otros puede que le sirvan de estrategia diversiva, de reorientación de la rabia social hacia destinos cerrados y sin riesgo sistémico, sobre todo cuando no apunta ni alternativa, ni ataques a la base profunda en la que se asienta la opresión de unas clases sobre otras, ni otras demandas que la vuelta al estatus de los felices tiempos de prosperidad. He ahí toda la radicalidad de la protesta.
Pero no quiero desviarme de la primera línea que acabo de abrir al referirme a la transmigración del 15-M en el 15-O y de la Puerta de Sol en la “Plaza de la Libertad” (Plaza Zucotti).
Si alguna conclusión cabe extraer del paso de la “espontánea revolución ciudadana” de los Occupy Wall Street es la mimética reproducción en todos sus componentes –lenguaje, formas, conceptos, objetivos e ideología- del 15-M: campamentos, tiendas, secta Zeitgheist (1), asambleas, comisiones, cartelería en negro y amarillo (el cromatismo de los anarcocapitalistas), apelación a la “democracia” curalotodo como remedio contra las consecuencias sociales de la crisis capitalista, discurso errático lleno de eslóganes pretenciosos, interclasismo con apoyo de brokers incluido, caretas del reaccionario Guy Fawkes (2), uso y abuso de la propaganda del vídeo de tono alarmista destinado a la creación de un sentimiento colectivo de pánico (3),....Cuando se apela antes a la emoción que a la razón es que hay intención de bloquear el pensamiento y de pastorear borreguilmente a personas con escasa o nula cultura política y capacidad de análisis.
Ésta es la pretendida “espontaneidad” de la Internacional Mundial de Franquicias Indignada que hoy hace su presentación en sociedad en más de 800 ciudades del mundo: el #globalchange (¡cuánta almohadilla inventada en el ciberespacio para atemperar otros ruidos y otras voces más radicales que han de venir!). Es esclarecedor que lo que comenzó siendo “aquí” una reivindicación frente a los “excesos” de los mercados nos hable con lenguaje de “allí” de lo “global”, expresión de la cultura del marketing y la globalización y del “change” (cambio) pues sus promotores no pretenden en absoluto llegar a ninguna “revolution”. Y si alguno aún lo duda que revise porqué el poder lo tolera, fomenta, publicita, comunica, convoca y patrocina desde sus orígenes.
Cuando la carga de las protestas se detiene en la codicia de los plutócratas y en la “incompetencia” de los gobernantes lo que aflora a la superficie es su crítica a un sistema que no funciona tan bien como quisieran sus promotores y que si lo hiciera continuarían gozosamente dedicados a sus privadas actividades del pasado.
El mar de fondo no es otro que el sentimiento de estafa de unas clases medias a las que les fue prometido una utopía sin fin de consumo feliz y bienestar creciente. Y ahora encuentran, primero sus hijos y, por solidaria ternura progenitora, sus padres, la razón para decir “no es eso, no es eso”. El #globalchange mira con indignada melancolía a un mundo que pudo ser y no fue, añora un Welfare que ya no volverá pero al que exige que cumpla su pacto y se irrita, como niño chico, ante su incumplimiento. No es el esclavo Espartaco el que acude a la llamada del grito prometéico de liberación de los oprimidos. La clase no existe, sólo la ciudadanía. Lo colectivo sólo lo es en la medida en la que ensalza al individuo –la “persona”- como si ésta no naciera determinada por unas condiciones sociales de producción y de relación entre las clases sociales.
Frente a la locura de un capitalismo mundial que se despeña hacia el abismo, buscando su propia supervivencia se exige “democracia” a palo seco o “real”, como si hubiera habido democracia antes de la crisis o como si ésta pudiera saciar el hambre creciente de un proletariado –sí, proletariado, no por tener prole sino por convertirse en los que ya no pueden ofrecer más que su propio miedo para aceptar cualquier tipo de atropello- creciente que puebla las ciudades del mundo. ¿Acaso hubo democracia cuando en 1973 el gobierno de la Unidad Popular Chilena fue aplastado por los tanques? ¿Acaso era más democrática la Constitución española antes de la reforma de su artículo 135 y el modo en que aquella se impuso en un país amnésico y aplastado por el miedo y la represión? ¿Acaso la Ley de Partidos que condenó a una parte de la población vasca a no ser representada les preocupó a los “indignados” españoles? ¿Acaso ha existido alguna vez democracia en las relaciones contractuales empresario-trabajador? ¿Es posible ser libre de elegir en un mercado laboral en el que quien ofrece su fuerza de trabajo sólo puede aceptar o rechazar una oferta de empleo pero no condicionar el modo en que ésta se establece? ¿Acaso era más democrático el capitalismo con el Tratado de Libre Comercio Internacional (TILC), pero sin crisis sistémica declarada, o con el embargo a Cuba por esos tiempos? ¿Acaso era más democrática la sociedad USA antes de la explosión de las burbuja Enron y las de las financieras que luego le siguieron? ¿Acaso durante el capitalismo de los 60, 70, 80. 90, 2000 y antes no existía una incompatibilidad básica, real, cotidiana y multidimensional entre capitalismo y “democracia”?
Señores de la Franquicia Mundial Indignada, señores de las revoluciones primero naranjas y luego árabes, en las que ahora reprimen a las clases populares, amigos de los bombarderos sobre Libia: lo que está en peligro con esta crisis sistémica del capitalismo no es aún la democracia (que sólo ha sido hasta el día de hoy política, y con sus cortapisas). Lo que ha sido ya destruido hasta sus cimientos son los principios de igualdad de oportunidades y de justicia social. Los términos de solidaridad y de fraternidad están demasiado prostituidos desde hace demasiado tiempo por la “tolerancia”, la caridad institucionalizada y la lástima del superior jerárquico social para ser reivindicados hoy. Pero las ideas de justicia social e igualdad sólo tienen su pleno sentido en el SOCIALISMO, concepto y horizonte que tanto odian ustedes, líderes (que los hay en su movimiento y muy visibles, por mucho que ustedes lo nieguen) de la transnacional (multinacional) indignada, educados en las caras universidades privadas que enseñan los valores meritocráticos del “emprendedor”.
Su crítica al capitalismo no pasa de serlo al capitalismo malo, presuponiendo que hay uno bueno. Pero incluso si no fuera ese su pensamiento, su crítica al capitalismo no propone ni cómo romper con él (destruirlo) ni qué ha de sustituirlo. El motivo de ello no es que desconozcan cómo afrontar la necesidad de un proceso de toma de conciencia de los trabajadores (apenas presentes en su movimiento), ni el modo de aplicar la teoría de la acumulación de fuerzas, ni siquiera en cómo agudizar las contradicciones del capitalismo o cuál sea la mejor alternativa posible a la deshumanización trituradora de este sistema de dominación económico. Ese es un lenguaje irritante y viejo para ustedes porque es opuesto a sus intereses de clases medias. Ustedes son “lo nuevo”. Efectivamente muy “nuevo” resulta eso de que frente a la crisis agónica del capitalismo ustedes pretendan revivir las revoluciones democrático-burguesas europeas de 1848, con algún obrero parado (no doctorado Bussines School) y pobrete de comparsa para no hacer tan burdo el experimento.
La razón por la que la crítica “indignada” circunvala al capitalismo desde dentro pero no busca derribarlo sino “humanizarlo” y “democratizarlo”, como si fuera posible convertir a Al Bundi en un filántropo, es sencilla: los protagonistas del semestre del 15 no pertenecen a la clase obrera sino a las clases medias. Y sabido es que éstas, históricamente, han unido sus destinos a este sistema económico, sin el cuál no imaginan un destino social mejor ni una identidad individual y de grupo alternativa a lo que son.
La presencia de sindicatos dentro de la franquicia social indignada no niega, en absoluto lo anterior.
En el caso USA, la AFL-CIO no es precisamente un sindicato que se destaque por su carácter anticapitalista. Ha sido un sindicato contemporizador con los gobiernos intervencionistas “demócratas” en América Latina (Guatemala, Guayana, Chile, Panamá, Granada, Venezuela) y Asia durante gran parte del siglo XX como también apoyó las guerras imperialistas de Afganistán, Yugoslavia e Irak (4). Por su parte, la IWW no ha superado las consecuencias de su escisión en los inicios del siglo XX en la que decidió mantener su pureza sindical ajena a un proyecto de partido revolucionario.
Respecto al sindicalismo español pro 15-M, 15-O y todos los meses del calendario, incluida la emblemática fecha que el sindicalismo mayoritario convirtió en ceniza –el 29-S-, lleva meses empantanado en el avance “hacia” una Huelga General a la que no sólo no pone fecha sino que ni siquiera la aproxima porque no cree en ella. Y ello no sólo porque no vea posibilidades de “salvar los muebles” en su realización (el éxito está descartado) sino porque no conecta con una clase trabajadora con la que tampoco lo hace la izquierda.
Es cierto que hay una izquierda “indignada” pero esa izquierda o bien es izquierda sistémica (5), cuyo fin se agota en su supervivencia electoral y su recorrido ideológico se cierra sobre un Keynes muerto a manos de la última pirueta del capitalismo global, o bien intenta heredar a aquella que dejó de ser comunista para deslizarse a un postsocialismo que camina en una dirección tan desnortada como la de los partidos de la Segunda Internacional.
Cualquiera de esas izquierdas forman parte del discurso indignado que sostienen personajes como Stephane Hessel, un atlantista (proOTAN) anticomunista, o un José Luis Sampedro, economista del que pocos conocen sus compromisos con las primeras escuelas de negocio creadas en España y que se inviste de un buenismo santurrón, mitad “socialismo cristiano”, mitad adaptación al discurso 15-M/DRY (6).
En la izquierda alternativa “indignada” la reciente entrada en escena de Toni Negri y Michael Hard no es casual. En realidad, todo el discurso #globalrevolution o #globalchange es muy coherente con esa visión abstracta, inmaterial, mitopoética y ajena a un sujeto revolucionario enclavado en la clase. Para los autores de “Imperio” y de “Multitud”, la masa anónima, la multitud anónima, es el sujeto de su proyecto de transformación. Parecen importar muy poco los elementos estructurales en los que se integran cada uno de los miembros de esas multitudes anónimas, “lo diverso global”, “el conjunto de singularidades” (¡qué rancio olor a individualismo pequeñoburgués!), para los que su proyecto es la “democracia”, en el que ningún sector de la población queda fuera de la multitud- ¡Vaya por dios, acabaré encamado con los chicos de la JMJ! (Jornada Mundial de la Juventud de los Papistas en Madrid en el mes de Agosto), como defendía buena parte del 15-M. ¿Necesitan ustedes más aclaración” a este proyecto postsituacionista en camino hacia la nada o, lo que es peor, hacia una derrota de los desposeídos de clase conducidos por el flautista de Hamelín? Sugiero la lectura de un breve texto que les hará comprender de qué modo la pseudoizquierda ya escribía en 2005 sobre conceptos experimentados y difundidos en 2011 (7). ¿Casualidad? Yo creo que los Reyes Magos son los padres y...en ocasiones el cartero.
Sea cuál sea el impacto numérico de los asistentes hoy sábado al 15-O (seguramente mucho menor en cada país de lo que la suma a escala mundial pretenderá extrapolar) no pasará del axioma “somos muchos, estamos haciendo algo”. Pero, ¿el qué? ¿para qué?, ¿qué cambiará realmente dentro del sistema capitalista, fuera del hecho, positivo, eso sí, de que, la dimensión planetaria de las crisis sistémica del capitalismo necesita la internacionalización de las respuestas?
En realidad el 15-O no es el inicio de nada que pueda llamarse revolución sino el cierre del círculo (tan redondo como la inicial O) desde dentro. Al mundial sólo puede sucederle, en el mejor de los casos, el mundialito. Cuando la teoría y la práctica “revolucionarias” no están dispuestas a ir más allá de lo que sus líderes (que los tienen) y sus individualistas activistas de clase media pretenden, el viaje de la locomotora no puede continuar porque le faltan energía motriz, raíles y estación de destino.
La creencia de que algo hay que hacer ciega la capacidad crítica y conduce al más burdo oportunismo a esos autoproclamados militantes de izquierda ´-básicamente sistémica o ansiosos por entrar al supermercado electoral, aunque negándolo: baste mirar con qué ansias se lanzan a recoger avales para presentarse a las elecciones generales del 20-N en el Estado español- de apoyar un movimiento con el que algunos de ellos se muestran críticos pero consideran útil. Y esta consideración les basta para disculpar la génesis del mismo, su orientación ideológica, el límite de sus contenidos reivindicativos, el horizonte político en el que se inserta (la demanda de vuelta a los buenos tiempos del Welfarismo), la hegemonía del bloque social de clase que impulsa el proyecto e incluso su condición de condón contra la aparición de otros tipos de proyectos orientados desde la clase trabajadora en sí y en clave de clase para sí.
En este estado de cosas, qué hacer cuando las únicas iniciativas parecen ser las que nacen del movimiento mundial indignado y la situación de próximo colapso del capitalismo mundial que puede aplastar a las clases trabajadoras del mundo.
En primer lugar, negar el hecho de que las únicas movilizaciones estén surgiendo desde los indignados: Grecia, Portugal, Italia, el Reino Unido,... muestran que las organizaciones de trabajadores también se movilizan y, en la gran mayoría de los casos lo hacen autónomamente, desde posiciones de clase y desde la izquierda, incluso también desde la sistémica, aunque no sólo, como lo demuestra el caso griego, donde los indignados hace meses que fueron desenmascarados en su intento de desmovilizar a la propia izquierda combativa y rupturista con el capitalismo.
En segundo lugar, aceptar el hecho de que la aceleración histórica en el proceso de descomposición del capitalismo va a ir, en cualquier caso, muy por delante de la capacidad de una respuesta realmente revolucionaria y anticapitalista, que el proyecto socialista o comunista está por reconstruir porque no existe y que la travesía del desierto será dura y terriblemente dolorosa, sea con o sin indignados que van en otra dirección, con o sin la izquierda sistémica que sólo quiere mitigar los efectos más perversos de la crisis. Baste comprobar sus programas políticos.
En tercer lugar, iniciar la puesta en pie de la reconstrucción del partido de la clase trabajadora, del Partido Comunista (no de ninguna versión de los herederos del eurocomunismo). Ello implica la vuelta a las fuentes del marxismo revolucionario, la reconstrucción de un discurso propio, la difusión de ese discurso entre las clases trabajadoras, la elaboración y socialización de escenarios ideales que hagan deseable el socialismo a nuestra clase, superando los graves errores que llevaron a la descomposición de las sociedades que se reclamaban tal pero que, a pesar de su función histórica de freno a la hegemonía total del capitalismo, cayeron, entre otras cosas porque no se instalaron en los corazones y en las mentes de sus destinatarios. Y todo ello, inevitable y necesariamente, desde la reconstrucción de la organización política, del trabajo de masas organizado, de la dirección política de los proyectos bajo un programa máximo al que el programa mínimo y la práctica política no traicionen.
Sólo desde planteamientos que contemplen estas tareas será posible enfilar el segundo decenio del siglo XXI con alguna posibilidad de sembrar las bases de una revolución socialista mundial, que rompa con la dictadura capitalista sin recurrir al eufemismo de frases huecas tipo “salgamos corriendo del capitalismo”, a la que algún irónico graffitero hubiera podido completar con la expresión “pero sin romper nada”, a tenor del beato y reaccionario pacifismo noviolento impuesto desde esa conjunción de las sectas de diseño New Age y el turismo antiglobalización sufragado por los propios globalistas (8)
De lo contrario, temo que asistiremos a algo parecido a lo que proclaman los versos de Antonio Machado:
“El vano ayer engendrará un mañana vacío y ¡por ventura! pasajero”
NOTAS:
(1) http://grantjkidney.com/the-zeitgeist-movement-plans-to-occupy-washington-d-c/
(2) http://www.youtube.com/watch?v=l6jdkpQjueo&feature=related Escuchemos también en el siguiente vídeo, a partir del minuto 1:09 a uno de los líderes de la secta Zeitgheist anunciar su posible advenimiento social : http://www.youtube.com/watch?v=vOWv1dmlYrk&feature=related
(3) http://www.youtube.com/watch?v=-r5XHt74OuA&feature=player_embedded
(4) http://www.visionesalternativas.com/index.php?option=com_deeppockets&task=contShow&id=60838
(5) http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com/2011/01/la-corporacion-y-la-izquierda-espanola.html
(6) http://www.youtube.com/watch?v=eIZrcC3IYyU Llamativo su lenguaje, sus categorías conceptuales y el modo en el que adapta su discurso a lo que venden los promotores de DRY: demagógica adulación al movimiento indignado y negación a sacar las últimas consecuencias sobre el capitalismo y su necesidad de derribarlo. En su boca, la expresión “sistema” se convierte en un genérico indefinido. Convendría compararlo con algunos de los que sostenía antes de entrar en la órbita de los ATTAC. Una crítica que parece morder pero lo hace al aire.
(7) http://www.inisoc.org/i77multi.htm
(8) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=116109
15 de octubre de 2011
30 de septiembre de 2011
EL DULCE PÁJARO DE LA LIBERTAD
Ernesto González. Kaosenlared.net
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Conste que no soy castrista, pero considero a Cuba, con todos sus enormes defectos y carencias, uno de los pocos territorios en los que aún es posible encontrar un rastro de la justicia social en la que creo. Lejana, muy lejana aún al comunismo pero en una línea que no es divergente con ese camino, siempre que los proyectos de modernización y rectificación de Raúl no le conviertan en otro Deng Xiaoping en camino a un capitalismo de aromas chinos. Este artículo es una inteligentísima crítica, en mi opinión, de un cubano que vive en Chicago pero que sigue estando con la Revolución. Hay en su artículo una visión, de fondo, muy acertada de cómo el capitalismo, ante su bancarrota, trata de reinventarse a través de la reintroducción de las "revoluciones burguesas" de 1848 para evitar nuevos estallidos de revoluciones proletarias, tanto en el centro como en su periferia. Se les olvida que, cuando los trabajadores son desposeídos de sus derechos, y aherrojados por el yugo de la pobreza, las palabras democracia y libertad se convierten en un sarcasmo que, más temprano que tarde, acabarán sembrando las calles de rabia roja. Como decía el moro (Marx), "la historia se repite siempre dos veces, la primera como tragedia, la segunda como farsa". En fin que, como siempre, me enrollo. Lean y disfruten el bello texto de Ernesto González: http://www.kaosenlared.net/noticia/el-dulce-pajaro-de-la-libertad
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Conste que no soy castrista, pero considero a Cuba, con todos sus enormes defectos y carencias, uno de los pocos territorios en los que aún es posible encontrar un rastro de la justicia social en la que creo. Lejana, muy lejana aún al comunismo pero en una línea que no es divergente con ese camino, siempre que los proyectos de modernización y rectificación de Raúl no le conviertan en otro Deng Xiaoping en camino a un capitalismo de aromas chinos. Este artículo es una inteligentísima crítica, en mi opinión, de un cubano que vive en Chicago pero que sigue estando con la Revolución. Hay en su artículo una visión, de fondo, muy acertada de cómo el capitalismo, ante su bancarrota, trata de reinventarse a través de la reintroducción de las "revoluciones burguesas" de 1848 para evitar nuevos estallidos de revoluciones proletarias, tanto en el centro como en su periferia. Se les olvida que, cuando los trabajadores son desposeídos de sus derechos, y aherrojados por el yugo de la pobreza, las palabras democracia y libertad se convierten en un sarcasmo que, más temprano que tarde, acabarán sembrando las calles de rabia roja. Como decía el moro (Marx), "la historia se repite siempre dos veces, la primera como tragedia, la segunda como farsa". En fin que, como siempre, me enrollo. Lean y disfruten el bello texto de Ernesto González: http://www.kaosenlared.net/noticia/el-dulce-pajaro-de-la-libertad
De estas mujeres que protestan en La Habana, antes por sus maridos y familiares presos, ahora por una libertad que no estoy seguro de que exista, prefiero pensar que se han llenado de ignorancia, porque no puedo creer (no completamente) que el móvil sea solo dinero. La ignorancia no permite ver la realidad total sino el segmento donde el Yo reina, reinado pequeño e insignificante que la realidad, tarde o temprano, se encarga de desmontar a través del dolor.
El respeto que siento por la femineidad, por lo que esa parte de la naturaleza humana significa y realiza en este planeta tan jodido, me lleva a pensar que más que (o además de) cobradoras de un amo, a estas damas se les ha hecho imposible saber cómo van las cosas en el mundo, y preguntarse qué es (REALMENTE) la libertad.
Quienes conocen de eso señalan que de lo único que podemos librarnos es del condicionamiento, que los seres verdaderamente libres tienen la inocencia de los niños pero la conciencia de lo vivido. ¿Sabrán ellas que ya están esclavizada$$?
Si es capitalismo lo que buscan, no han acertado a comprender que no va a ser el de Suecia, el de Francia ni el de Noruega el que llegaría a Cuba. Les sugeriría mirar hacia la reciente matanza de Monterrey, hacia la violencia EXTREMA que hay en otras islas del Caribe.
Supongamos lo imposible. Que llegan las LIBERTADE$$. Que la disidencia-fragmento-tópica (ya típica) pueda expresarse en las urnas, ¿qué propuesta llevarían? Repetirán los mismos tópicos que oímos aquí, se atacarán furiosamente por el poder, prometerán primero lo que lo$ interese$ creado$ no permitirán cumplir después, organizarán el mismo espectáculo que vemos cada cuatro años, en los Estados Hundidos, jurando cambios, mejoras, trabajos, LIBERTAD DE EXPRESIÓN, de movimiento, mercado (mucho), DERECHOS.
¿Qué quieren decir esas frases, en realidad, o sea, en la REALIDAD MUNDANA, COTIDIANA, SIMPLE del ciudadano común, qué quiere decir tener derechos? ¿Que el banco se quede con la casa que han pagado durante quince o veinte años? ¿Que de un día para otro tengan que irse a vivir bajo un puente? ¿Qué le pregunten si tienen UN SEGUNDO SEGURO médico para los co-pagos y otros drenajes que nunca terminan? ¿Que la televisión les programe los calmantes, los energizantes y los neutralizantes? ¿Que un gurú les diga lo fácil que es convertirse en millonario? ¿Que acepten que un Subaru va a darle felicidad de por vida?
Sigamos suponiendo. ¿Cómo va a afectarse la vida de estas mujeres protestonas? ¿Tienen hijos, nietos? ¿Saben lo que será de ellos? ¿Cómo los visualizan disfrutando de esa libertad que piden? ¿Trancados en una habitación cuatro horas al día, enREDados en la maravillosa Red de Redes? ¿O expuestos a las adicciones? ¿Cuántas son? ¿Las conocerán? ¿Querrán verlos gordos, embobecidos, taciturnos, paseando perros el sábado por la noche en vez de estar compartiendo con sus amigos y sus novias?
He visto jóvenes en el tren comiendo snacks, compartiéndolos con esa naturalidad que solo ellos son capaces de mantener aun en este territorio supremamente marcado por la individualidad. Esos jóvenes que no han almorzado sino un puñado de porquería salada ESTÁN DESPERTANDO; no son muchos por ahora, pero los he visto asistiendo a películas provocadoras, al Festival Cubano con T-Ché(rs) y otros símbolos intratables en esos predios, preguntándose por qué no saltan a las calles como los chilenos de su misma edad, exigentes de un gobierno que se responsabilice en algún grado con el futuro que ellos representan.
La cultura dominante ya no tiene nada que aportar como no sea condicionamiento constante que nos capacite para comprar Más, Más Rápido y de forma Más CONVENIENTE (y estar Más solos que nunca apretando teclas y ansiosos por la próxima y millonésima foto de match.com.) .Occidente implanta con la tecnología de la soledad y las compras, la Presidencia del Yo que vive en su concha donde satisface cómodamente sus necesidades biológicas, y que solo abrirá la boca para confirmarle a los demás lo bien que vive y lo feliz que le hace LO SUYO. Si esta felicidad es real, por qué entonces tanta constante intoxicación visual/líquida/polvorienta…¿? (la lista es legión).
El Yo está vacío, no puede hacer contacto con la humanidad que compartimos todos, sus paredes son cada vez más altas, como lo son sus miedos, sus angustias. Y el vacío no se llena. Es imposible.
No sé cómo se llamará el sistema económico/político/social que permita a los niños, esos recién llegados a esta debacle que hemos creado, permanecer felices más tiempo de la cuenta, aunque no sea tanto como el que merecen; no sé si ese sistema no se ha inventado, se está inventando o definitivamente es imposible de lograr. Sé que los he visto felices bajo un frío horrible, jugando con la nieve, junto a las quejas de sus padres por la congelación y la grisura que los pequeños parecen ignorar; y los he visto bajo un calor tremendo, en Cuba, correteando, riéndose, sin pensar en el último NINTENGO salido al mercado, sin saber lo que es POSEER ni identificarse con los objetos y convertirse en uno de ellos. Es como si estuvieran por encima de la pobreza, de la riqueza, de la acumulación o la dejación.
No sé tampoco cómo ha de llamarse el estilo de vida que le permita a los jóvenes conocerse sin que medie el millón de fotos de match.com o el flirt de Facebook o de otro millón de redes sociales diseñadas para tenerlos aislados (¿privacidad?) en sus habitaciones; no sé cómo se podría llamar (ni me importa nombre alguno), ese estilo de vida que permita la espontaneidad, la conversación lenta en un Malecón inmenso, los dedos que tocan una piel cercana, un beso que no mira el reloj, la interacción humana con el vecino, con el amigo y el enemigo. No sé cómo se llama ese sistema que nos permitiría a todos vivir como seres humanos y no como tragantes insaciables y cada vez más inconfesablemente infelices.
Ernesto González, escritor cubano residente en Chicago, publica artículos en revistas locales y electrónicas, ha enseñado español en la East-West University y en la escuela Cultural Exchange, y fue asesor de la prueba de español creada por Riverside Publishing Sus novelas están disponibles en amazon.com (EEUU) y lulu.com (Europa y Latinoamérica), y pueden leerse fragmentos en Google Books. Su último texto “Rosario, Fuego y Vacilón” en:
http://www.lulu.com/product/paperback/rosario-fuego-y-vacilon/16439148
El respeto que siento por la femineidad, por lo que esa parte de la naturaleza humana significa y realiza en este planeta tan jodido, me lleva a pensar que más que (o además de) cobradoras de un amo, a estas damas se les ha hecho imposible saber cómo van las cosas en el mundo, y preguntarse qué es (REALMENTE) la libertad.
Quienes conocen de eso señalan que de lo único que podemos librarnos es del condicionamiento, que los seres verdaderamente libres tienen la inocencia de los niños pero la conciencia de lo vivido. ¿Sabrán ellas que ya están esclavizada$$?
Si es capitalismo lo que buscan, no han acertado a comprender que no va a ser el de Suecia, el de Francia ni el de Noruega el que llegaría a Cuba. Les sugeriría mirar hacia la reciente matanza de Monterrey, hacia la violencia EXTREMA que hay en otras islas del Caribe.
Supongamos lo imposible. Que llegan las LIBERTADE$$. Que la disidencia-fragmento-tópica (ya típica) pueda expresarse en las urnas, ¿qué propuesta llevarían? Repetirán los mismos tópicos que oímos aquí, se atacarán furiosamente por el poder, prometerán primero lo que lo$ interese$ creado$ no permitirán cumplir después, organizarán el mismo espectáculo que vemos cada cuatro años, en los Estados Hundidos, jurando cambios, mejoras, trabajos, LIBERTAD DE EXPRESIÓN, de movimiento, mercado (mucho), DERECHOS.
¿Qué quieren decir esas frases, en realidad, o sea, en la REALIDAD MUNDANA, COTIDIANA, SIMPLE del ciudadano común, qué quiere decir tener derechos? ¿Que el banco se quede con la casa que han pagado durante quince o veinte años? ¿Que de un día para otro tengan que irse a vivir bajo un puente? ¿Qué le pregunten si tienen UN SEGUNDO SEGURO médico para los co-pagos y otros drenajes que nunca terminan? ¿Que la televisión les programe los calmantes, los energizantes y los neutralizantes? ¿Que un gurú les diga lo fácil que es convertirse en millonario? ¿Que acepten que un Subaru va a darle felicidad de por vida?
Sigamos suponiendo. ¿Cómo va a afectarse la vida de estas mujeres protestonas? ¿Tienen hijos, nietos? ¿Saben lo que será de ellos? ¿Cómo los visualizan disfrutando de esa libertad que piden? ¿Trancados en una habitación cuatro horas al día, enREDados en la maravillosa Red de Redes? ¿O expuestos a las adicciones? ¿Cuántas son? ¿Las conocerán? ¿Querrán verlos gordos, embobecidos, taciturnos, paseando perros el sábado por la noche en vez de estar compartiendo con sus amigos y sus novias?
He visto jóvenes en el tren comiendo snacks, compartiéndolos con esa naturalidad que solo ellos son capaces de mantener aun en este territorio supremamente marcado por la individualidad. Esos jóvenes que no han almorzado sino un puñado de porquería salada ESTÁN DESPERTANDO; no son muchos por ahora, pero los he visto asistiendo a películas provocadoras, al Festival Cubano con T-Ché(rs) y otros símbolos intratables en esos predios, preguntándose por qué no saltan a las calles como los chilenos de su misma edad, exigentes de un gobierno que se responsabilice en algún grado con el futuro que ellos representan.
La cultura dominante ya no tiene nada que aportar como no sea condicionamiento constante que nos capacite para comprar Más, Más Rápido y de forma Más CONVENIENTE (y estar Más solos que nunca apretando teclas y ansiosos por la próxima y millonésima foto de match.com.) .Occidente implanta con la tecnología de la soledad y las compras, la Presidencia del Yo que vive en su concha donde satisface cómodamente sus necesidades biológicas, y que solo abrirá la boca para confirmarle a los demás lo bien que vive y lo feliz que le hace LO SUYO. Si esta felicidad es real, por qué entonces tanta constante intoxicación visual/líquida/polvorienta…¿? (la lista es legión).
El Yo está vacío, no puede hacer contacto con la humanidad que compartimos todos, sus paredes son cada vez más altas, como lo son sus miedos, sus angustias. Y el vacío no se llena. Es imposible.
No sé cómo se llamará el sistema económico/político/social que permita a los niños, esos recién llegados a esta debacle que hemos creado, permanecer felices más tiempo de la cuenta, aunque no sea tanto como el que merecen; no sé si ese sistema no se ha inventado, se está inventando o definitivamente es imposible de lograr. Sé que los he visto felices bajo un frío horrible, jugando con la nieve, junto a las quejas de sus padres por la congelación y la grisura que los pequeños parecen ignorar; y los he visto bajo un calor tremendo, en Cuba, correteando, riéndose, sin pensar en el último NINTENGO salido al mercado, sin saber lo que es POSEER ni identificarse con los objetos y convertirse en uno de ellos. Es como si estuvieran por encima de la pobreza, de la riqueza, de la acumulación o la dejación.
No sé tampoco cómo ha de llamarse el estilo de vida que le permita a los jóvenes conocerse sin que medie el millón de fotos de match.com o el flirt de Facebook o de otro millón de redes sociales diseñadas para tenerlos aislados (¿privacidad?) en sus habitaciones; no sé cómo se podría llamar (ni me importa nombre alguno), ese estilo de vida que permita la espontaneidad, la conversación lenta en un Malecón inmenso, los dedos que tocan una piel cercana, un beso que no mira el reloj, la interacción humana con el vecino, con el amigo y el enemigo. No sé cómo se llama ese sistema que nos permitiría a todos vivir como seres humanos y no como tragantes insaciables y cada vez más inconfesablemente infelices.
Ernesto González, escritor cubano residente en Chicago, publica artículos en revistas locales y electrónicas, ha enseñado español en la East-West University y en la escuela Cultural Exchange, y fue asesor de la prueba de español creada por Riverside Publishing Sus novelas están disponibles en amazon.com (EEUU) y lulu.com (Europa y Latinoamérica), y pueden leerse fragmentos en Google Books. Su último texto “Rosario, Fuego y Vacilón” en:
http://www.lulu.com/product/paperback/rosario-fuego-y-vacilon/16439148
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