17 de julio de 2014

LOS OPORTUNISTAS NO NACEN: SE HACEN

La crisis es a los oportunistas lo que la mierda a las moscas. Proliferan en esos ecosistemas. Por eso nunca hay sólo un único oportunista sino varios

Juan Manuel Olarieta. Diario-Octubre

Ni siquiera eso es cuestión de cromosomas: los oportunistas se hacen. Pero no se hacen a sí mismos, como ellos creen, sino que el Estado burgués -quienes llevan sus riendas- los hacen porque los necesitan. Ellos sólo se dejan hacer. Son los sujetos pasivos.

Un Estado necesita su oposición, como el organismo necesita sus propios anticuerpos. Si la burguesía no tiene una oposición, la crea como un traje a la medida porque necesita un determinado tipo de oposición, una oposición domesticada, no una oposición verdadera. Si no hubiera oposición, tampoco habría democracia. Es más, lo que demuestra que hay democracia es que hay oposición, ese tipo de oposición leal que es tan necesaria para la supervivencia del moderno Estado monopolista.

Pero nadie se convierte en oposición de la noche a la mañana. Los aspirantes a opositores tienen que pasar su Via Crucis; no se lo dan todo hecho sino que tienen que poner algo de su parte. En fin, tienen que demostrar cierta valía, cumplir determinadas funciones que son paradójicas: pronunciarse en contra del Estado que defienden.

Se les llama oportunistas porque son gentes sin principios, o sea, que al principio son muy radicales pero acabarán adocenados. Los oportunistas aparecen cuando al Estado, lo mismo que al mando a distancia, se le acaban las pilas y se echa de menos un recambio. Su ascenso es el termómetro que detecta el malestar social. La gente está harta, descontenta y reniega de todo, pero sobre todo del viejo andamiaje oficial, de los gastados partidos e instituciones. Hacen falta caras nuevas, modernas, que digan cosas que no estamos acostumbrados a escuchar. A veces ni siquiera son necesarias migajas para ilusionar a la gente y que todo vuelva a su cauce.

La crisis es a los oportunistas lo que la mierda a las moscas. Proliferan en esos ecosistemas. Por eso nunca hay sólo un único oportunista sino varios al acecho de su oportunidad, a la espera del momento de trepar. A medida que la crisis se profundiza, los oportunistas se multiplican como la gangrena. No debe sorprender que algunos de ellos logren un puñado de votos porque el gran oportunista de los tiempos recientes siempre fue Felipe González, que logró 10 millones de ellos en 1982.

Los del PSOE de hace 30 años sí que eran oportunistas de verdad, no los de ahora. Aquello sí que fueron campañas de imagen, no el circo de ahora. Para ser oportunista hay que ser joven, tener recorrido por delante, ya que, de lo contrario, no te da tiempo para dar el cambiazo. Los viejos no cambian, mientras que a Felipe González le pusieron de “primer secretario” con 33 años. Se preparaba la transición.

Hasta que ocupó su cargo, la secretaría del PSOE era colectiva, algo que está reñido con el marketing moderno, eso que procede de las universidades gringas y que llaman “liderazgo”. La política burguesa es electoralismo puro; votamos a personajillos y fantoches, no a partidos, ni a programas. ¿Cómo promocionar a una dirección colectiva? De ahí que con Felipe González en el PSOE se acabaran los órganos colegiados de dirección.

El oportunista es fruto de un diseño. En la transición los oportunistas como Felipe González exhibían una cuidada imagen descuidada: pelo largo, patillas y chaqueta de pana. Lo de menos es lo que uno sea; lo que vale es una imagen que sea nueva, distinta. Por eso en tiempos de la transición al PSOE se le llamaba “renovado”. Ya no era el de la guerra, sino un partido a la última moda, lo mismo que la movida madrileña y su lema “Enamorado de la moda juvenil” que cantaba Radio Futura:

"Y yo caí enamorado de la moda juvenil
de los precios y rebajas que yo vi
enamorado de ti.
Sí, yo caí enamorado de la moda juvenil
de los chicos, de las chicas, de los maniquís
enamorado de ti."

En la transición la tele no era tan importante y quienes te vendían eran periódicos y revistas. Por ejemplo, el Congreso del PSOE en Suresnes lo promocionó hasta Pedro Rodríguez, un conocido columnista del diario de los sindicatos franquistas “Pueblo”, que hizo una reseña del mismo en octubre de 1974. El PSOE necesitaba al franquismo casi tanto como el franquismo al PSOE.

Como toda la política burguesa y demás modas, los oportunistas son de usar y tirar. Tienen fecha de caducidad. Más tarde o más temprano se quedan obsoletos para que la rueda de la política siga funcionando. Son la respiración asistida: estiran un poquito más la agonía, necesitan ganar un tiempo precioso que les permita llegar hasta las próximas ilusiones.

Sí, he escrito ilusiones y no elecciones porque la política burguesa vive de ilusiones más que de elecciones. Me imagino que el lector se habrá apercibido, como yo, de lo siguiente: todos los partidos políticos quieren cambiar las cosas, lo cual significa que todos ellos reconocen que las cosas están mal. Es más, hay partidos y elecciones precisamente porque hay que cambiarlas. Sin embargo, las cosas no van a cambiar nunca mediante los votos, porque para eso están las elecciones: para que todo siga como hasta ahora. De lo contrario, ¿con qué cambio nos engañarían en las siguientes elecciones?

Para quienes votan, la verdadera elección es sólo una: o bien votas a alguien que nunca va a poder poner en marcha su programa electoral, porque nunca va a gobernar, o bien votas a alguien que va a traicionar su programa electoral en cuanto gobierne. Ésta última es siempre mayoritaria, es decir, que la mayoría vota a un oportunista que le va a engañar. Pero casi todos saben que hablar de elecciones y engaños es un redundancia. Lo importante es la ley de la transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos: el engaño es mayor cuantos más sean los votos. No me refiero a hayan engañado a más votantes sino al aspecto cualitativo del fraude, que se convierte en un fiasco. Las elecciones de 1982 son el mejor ejemplo de ello.

Pero, ¿como lograr muchos votos? Los que buscan votos en la blandenguería política se equivocan de estrategia. En la transición Felipe González, el PSOE y la UGT eran extremistas y radicales, la izquierda de la izquierda. A nadie se les calentaba la boca tanto como a ellos. Cuando Felipe González se oponía a la reforma del franquismo para exigir la ruptura, le acusaban de incitar a la violencia, o sea, al terrorismo. Pero en la política burguesa no importa lo que digan de tí; el caso es que hablen. En eso los tiempos no han cambiado nada: si los franquistas te atacan es para promocionarte.

No hay más que recordar los mítines de Felipe González en contra de la OTAN, entonces el asunto de moda: “OTAN de entrada no”, fue el lema de la campaña electoral que recaudó 10 milones de votos. Naturalmente que muy poco después Felipe González nos metió en la OTAN de cabeza y otro del mismo equipo, Javier Solana, fue secretario general de la OTAN, que fue el criminal que ordenó el bombardeo de Yugoslavia con armamento radiactivo, y así sucesivamente.

De Suresnes (1974) al gobierno (1982) sólo transcurrieron ocho años. Pero mientras en París prometieron construir el socialismo, en Madrid lo que hicieron fue iniciar la reconversión industrial. En Suresnes el PSOE se pronunció en contra de la Unión Europea, pero quien introdujo a España en ella fue el gobierno de Felipe González…

Etcétera. ¿O hay que seguir contando batallitas?

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Quizá también le interese:
La paradójica patraña de la "ilusión democrática"http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/07/la-paradojica-patrana-de-la-ilusion.html

“Guárdame los votos, Pablo, que en unos meses pasaré a recogerlos. Pedro Sánchez”:  http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/07/guardame-los-votos-pablo-que-en-unos.html

"Oligarquía, afiliación de aluvión y opacidad ideológica en Podemos":  http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/08/oligarquia-afiliacion-de-aluvion-y.html

6 comentarios :

  1. !Qué desilusión! Al ver algo parecido al logotipo de PODEMOS,creí que la crítica al oportunismo iba en esa dirección;pero no,me he tenido que conformar con la radiografia hecha de este fenómeno, a través de la figura del mayor oportunista y mamporrero del reino hispano, y del capital, Felipe González.

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  2. Si me permites, Solimar, defender un texto que no es mío (ya sabes que soy muy exigente a la hora de seleccionarlos, seguramente más que conmigo mismo), te diré que es una de las cosas que me sedujo de él. Su capacidad para conectar el pasado con el presente, sin más que una sutilísima alusión a ese presente: "La crisis es a los oportunistas lo que la mierda a las moscas. Proliferan en esos ecosistemas. Por eso nunca hay sólo un único oportunista sino varios".

    Reconocerás conmigo que es una inteligente perspectiva hablar de Dopemos desde su más que evidente paralelismo con el PSOE de antaño y, yo añadiría incluso que, en cuanto a operación de marketing político no tan distinto al que este partido hace ahora con el señor Sánchez: modernidad/juventud/innovación...asepsia ideológica, que es la más indecente forma de ser de derechas

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    1. Hola Marat.

      He entendido lo que dice- y lo que insinúa- el autor del artículo,con el que estoy de acuerdo; así como con tus valoraciones y aclaraciones.Soy yo el que quizá con las prisas, y la brevedad del comentario, no lo he sabido dejar claro.

      Con la frase !qué desilusión!, queria dar a entender que, me habria gustado, que la crítica al oportunismo se hubiese hecho de forma directa al oportunismo del momento: PODEMOS;pero estoy convencido que los lectores han entendido tanto lo que se dice como lo que deja entrever.

      Un saludo

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    2. Hola de nuevo, Solimar:
      Paciencia, que habrá otras entregas, en este caso por mi parte que, como bien sabes, soy menos sutil y tiro de maza de guerra.

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    1. ¿Qué es lo que pueden ustedes, Pitufo Azul? Tanto signo final de admiración me hace pensar que es consecuencia del logro de soltar el truño después de mucho esfuerzo. Tranquilo, en cuanto los medios que les encumbraron decidan que el voto que le guardaron ustedes al PSOE en el granero ha de volver a su destinatario original (http://politica.elpais.com/politica/2014/07/17/actualidad/1405590845_123455.html) el souflé se vendrá abajo y el estreñimiento tremendo que les sobrevendrá vendrá luego acompañado de una terrible diarrea de decepciones tras la "ilusión democrática" de gentes que sólo hablaban contra la "casta" pero no contra los capitalistas.

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