Por Marat
Ya que la iniciativa reivindicativa nace de lo individual tiene todo el sentido que sea abierta a aportaciones ajenas.
No obstante, y dado que parte de necesidades vitales para la clase trabajadora, creo que dichas exigencias no debieran variar significativamente en contenidos. Aunque sí podrían hacerlo en extensión, entendiendo que fuera de un límite no memorizable perderían su eficacia como puntos asumidos y defendidos por amplias capas de trabajadores.
Por otro lado, si las reivindicaciones no fueran socialmente lo bastante comunes, se disolverían en un un espacio de particularidades sin fuerza de presión y movilización.
No nos toca a nosotros definir cómo deben satisfacerse nuestras demandas sino que nuestras reclamaciones sean cumplidas porque son nuestras vidas las que están en juego.
Allá donde sean ignoradas se verá que el capitalismo, y cualquiera de sus gobiernos que las nieguen son nuestros enemigos de clase:
1) Salarios reales actualizados a la inflación tradicional y la subyacente.
2) Control de los despidos colectivos, de los individuales, de los abusos en los contratos indefinidos discontínuos. Incremento del número de inspectores y de sus inspecciones.
3) Pensiones públicas reales actualizadas a la inflación tradicional y la subyacente. Blindaje constitucional de la actualización exclusivamente pública de las mismas. Cierre a cualquier entrada privada en su financiación. No a la mochila austriaca. Límite de edad de jubilación a los 65 años. Ninguna pensión por debajo del Salario Mínimo Interprofesional.
4).Sanidad pública ajena a intromisiones de la privada en ella, Recuperación de las áreas privatizadas para lo público. Fin de la cooperación público-privado. Eliminación de cualquier forma de copago sanitario o farmaceútico. Incremento de la inversión sanitaria en personal y recursos.
5) Legislación que impida las subvenciones a la enseñanza privada en sus distintas formas. Incremento de la inversión en enseñanza pública.
6) Legislación que limite las viviendas turísticas. Fin a la orgía de las agencias de alquiler vacacional como Airbnb y su competencia. Leyes estatales que impidan la gentrificación. Despenalización de la ocupación por familias de viviendas no habitadas. Políticas nacionales de protección del suelo público y que exijan a autonomías y ayuntamientos construcción de vivienda pública. Limitaciones al precio del alquiler a precios no superiores al 25%. Aval estatal para alquiler y compra de vivienda para familias pobres. Prohibición de los lanzamientos por parte de bancos de familias en situaciones de exclusión.
7) Fin de la colaboración de España con el FRONTEX y abandono del Espacio Schengen en cuestiones relacionadas con la inmigración. Convenio del Estado con los barcos de ONGs que recogen a personas en el mar y protocolo con ellos de puertos españoles seguros. Rol de sindicatos, iglesias y ONGs como valedores de sin papeles. Refuerzo de la seguridad laboral del inmigrante por sindicatos. Favorecimiento del asociacionismo inmigrante destinado a la mejora de sus vidas. Mejora y agilización de los procesos de asilo y refugio.
8) Elaboración de una ley contra el fascismo, el odio y el antisemitismo. Ilegalización de las organizaciones fascistas. Expulsión de individuos de las mismas en Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y en el Ejército. Control de estas cuestiones en la seguridad privada.
Todo lo anterior es inútil frente a un hipotético gobierno progre-liberal con derecha autonómica, que es reaccionaria, sin la organización de clase, la presión y la movilización permanente.
No debemos engañarnos. En el momento presente, y los progre-liberales lo saben, lo que podemos arrancarles es muy poco. Ya no hay comunistas. Pero también ellos son débiles. Quitémosles la careta y lo que podamos lograr para nuestra clase.
Y, al fin y al cabo el comunismo es el movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual”. Pongámonos a ello.