Janet Yellen |
Luis
Casado. Alainet
En
este caso debes tomar ‘ligereza’ en la peor de sus
acepciones, o sea irreflexivo, poco meditado, inconstante, falto de
seriedad, inestable. Tú me dirás que tratándose de los mercados
siempre es el caso, y por mi parte precisaré que me refiero a los
mercados que piensan, deciden, se tranquilizan o se asustan, huyen o
regresan al galope, rechazan o aprueban, exultan o lloran, aman u
odian, en otras palabras a quienes “hacen los mercados”, a
mendas de carne y hueso.
Suelen
llevar una gorrita –o en su defecto una visera– con la mención
“Experto” estampada en caracteres visibles, y no es
infrecuente ver letras reflectantes si se trata de un
“Economista-jefe”.
Suspenso
que se suma al suspenso, tales eminencias esperaban la palabra de
Janet Yellen como otros el agua de mayo. Para ser más precisos, el
discurso que Yellen pronunció ayer viernes en Jackson Hole. Su
palabra debía ser un faro en medio de las tinieblas.
Kevin
Logan, Economista-jefe de HSBC, pensaba “que el mensaje de
Yellen podría ser que ‘la neblina se levanta". Estoy
citando, no le quito ni le pongo, el laburo del Economista-jefe de
uno de los bancos más importantes del mundo consiste en rezar para
que Yellen anuncie cielos despejados.
Por
su parte, Drew Matus, Economista ‘senior’ del banco UBS en
los EEUU, declaraba: “Yo (…)
espero que la Presidente Yellen decida mirar el lado optimista de las
perspectivas”. Matus es un fiel exponente del Método Coué.
Tal método, designado con el apellido del psicólogo y farmacéutico
francés Émile Coué de la Chataigneraie (1857-1926), se funda en la
autosugestión y la auto-hipnosis. Para sanar basta con
auto-convencerte que ya estás sano. Simple como una de tus manos.
Greg
Robb, senior economist reporter de Market Watch, ‘operador de
negocios’ estadounidense, precisa: “Para ser justos, Matus
piensa que la FED no anunciará nada hasta la reunión de septiembre
de su Comité de Política Monetaria y no hará nada concreto hasta
su reunión de diciembre”. En otras palabras es urgente creer,
y es urgente esperar. Creamos y esperemos.
Michael
Gapen, Economista-jefe de Barclays, es optimista cuando declara:
“Esperamos que Yellen entregue una señal más fuerte sobre la
probabilidad de una próxima alza de tasas de interés”.
Parece
cosa de locos, pero todos estos “expertos”, magníficamente
pagados, no se aventuran a usar sus propios cálculos, realizados con
modelos matemáticos muy similares –conceptual y metodológicamente
hablando– a los que usan la FED o el FMI. Prefieren esperar a que
hable Yellen, como si su palabra tuviese un poder divino. ¿Prudencia,
pusilanimidad, cobardía?
Logan,
Matus, Robb y/o Gapen saben tanto o más que Janet Yellen y los
miembros de la FED sobre los índices, tendencias y cifras que
cotidianamente entregan decenas de institutos que viven de eso.
Sin
embargo, viven esperando la palabra que mana de la boca del banco
central de los EEUU, órgano constituido, como UBS, Barclays, Market
Watch o HSBC, por simples mortales tan propensos al error como el que
más. Y cobran por ello. Su ‘autoridad científica’ (¿por
qué te ríes?) no va más allá de prever cuando, o en qué grado,
la FED pudiese, si los astros se conciertan, mover pieza.
Aún
así, como escribe Greg Robb, como mucho su coraje les lleva a
pronunciar banalidades –imbecilidades es el término que conviene–
como la siguiente: “…las posibilidades de un alza de tasas
este año es de 50-50” (sic).
Mañana… ¿me visto de verano o voy con abrigo? “Las
posibilidades son de 50-50”. Te pones un impermeable, calzas
chancletas y llevas gafas de sol.
Por
si la insondable ignorancia –o la inconmensurable pusilanimidad–
de los Economistas-jefe no fuese suficiente, el Wall Street Journal
(WSJ) incursiona en los sondeos de opinión, como si la marcha de la
economía y las decisiones de sus manitúes dependiesen de la opinión
de una “muestra representativa” de idiotas: “En torno
a un 71% de 62 economistas encuestados este mes por el Wall Street
Journal dijeron que la FED esperaría hasta su reunión del 13-14 de
diciembre” (resic).
Cualquier
aprendiz de estadístico sabe que una muestra de 62 individuos es tan
inútil como las previsiones y consejos del WSJ. Cuando te digo que
esto no se inventa…
Janet
Yellen en Jackson Hole (Kansas City - Wyoming)
Como
quiera que sea, Janet Yellen vino a Jackson Hole, vio y habló. La
conocida publicación Fortune estima que “los mercados adoraron”
su discurso. ¿Qué dijo Janet? Lo que “los mercados”
querían escuchar: todo va bien y mañana mejor.
Según
Fortune “Yellen tuvo sobre todo palabras amables para el Tío
Sam, diciendo que ‘a la luz de los sólidos y continuos resultados
del mercado del trabajo y nuestras previsiones para la actividad
económica y la inflación’, la posibilidad de un alza de tasas de
interés adquiere fuerza”.
Ya.
¿Y ahí? Nada. No hay alza de tasas. Habida cuenta de la forma de
reaccionar de “los mercados”, o sea de los ignorantes
descritos más arriba, basta con la palabra de Yellen. La misma que
dudó más de lo conveniente en diciembre del 2015 para subir la tasa
directriz en un microscópico “cuarto de punto de base”, o
sea en un 0,25% anual, sigue dudando ahora pero es consciente de que
el mundo de los Economistas-jefe no puede seguir en Babia.
Diciéndoles
lo que querían escuchar les permitió respirar, y al mismo tiempo
tranquilizó a Fortune, que pone en primera página:
“Janet
Yellen y los inversionistas de Wall Street están de acuerdo en una
cosa: La economía de los EEUU es una inversión relativamente
buena”.
Como
diría el otro, todo está en el “relativamente”. Ni tan
cerca que te quemes, ni tan lejos que te hieles. Como hubiese dicho
Alan Greenspan, “Uds. creen que entendieron lo que yo dije pero
no saben si lo que dije quiere decir lo que yo quise decir”.
No
obstante, el laburo de Janet Yellen consiste en anunciar ‘cielos
despejados’ como deseaba Kevin Logan. Nadie espera del
presidente de la FED que venga a anunciar la crisis de los subprimes
(Alan Greenspan ni siquiera la vio venir), ni el hundimiento de los
bancos privados (Ben Bernanke juraba que Lehman Brothers
sobreviviría).
Ahora
Janet Yellen se esfuerza en demostrar que la FED dispone de
herramientas para hacerle frente a otra eventual recesión.
Una
de esas herramientas consiste en bajar las tasas de interés, pero
como sabemos estaban (y de algún modo están) en cero. Ni modo de ir
más abajo. Otra herramienta tradicional consiste en fabricar dinero
trucho, o sea hacer emisiones sin respaldo, pero los consecutivos
relajos monetarios –Quantitative Easing para los entendidos–
permitieron la emisión de billones de dólares sin alterar ni la
tasa de crecimiento, ni la tasa de inflación que sigue cerca de cero
amenazando por el contrario con transformarse en deflación.
No
importa. Janet Yellen vino, vio y habló. Los Economistas-jefe pueden
dormir en paz, el futuro se anuncia resplandeciente, los EEUU siguen
siendo una inversión relativamente buena, John Wayne es recordado
como el cowboy por excelencia, Mickey es bueno, los ‘Chicos
malos’ son malos, y todo baña en el aceite esencial que debe
lubricar las bielas de este inmenso motor que es la economía
globalizada.
Hasta
la próxima crisis que muestra ya la punta de la nariz. Pero no lo
digas: podrías despertar de su apacible sueño a los
Economistas-jefe, y desatar un pánico de no veas en “los
mercados”.