George Mavrikos, secretario general de la Federación Sindical Mundial (FSM) |
El pasado 30 de marzo, la Federación Sindical Mundial participó en el 39 º Congreso de la FNIC - CGT en Francia y estuvo representada por su Secretario General, George Mavrikos, quien pronunció el siguiente discurso
“Queridos compañeros,
Queridos colegas y amigos,
En nombre de la Federación Sindical Mundial saludamos a los trabajadores del sector de la industria química en Francia, a los miembros y cuadros de la FNIC. Le hacemos llegar un saludo camaraderil y militante a la clase obrera, a todos los trabajadores de Francia. La clase obrera en Francia ha jugado un importante papel en el pasado en el movimiento sindical dentro de las filas de la FSM y el movimiento sindical internacional de orientación clasista.
Queridos hermanos y hermanas, Vuestro congreso, el 39 congreso de la FNIC, tiene lugar en un período crucial para la clase obrera que lucha en el todo el mundo contra las bárbaras políticas anti-populares, fuertes e injustas. En nuestros tiempos, en este período, existen DOS características básicas que definen el mismo:
1. La profunda crisis del sistema capitalista
En toda Europa, en todos los países capitalistas, la crisis es profunda, grande y prolongada. Para los trabajadores y los pueblos las consecuencias de la crisis son duras. El desempleo está golpeando fuertemente. Las tasas oficiales de desempleo son aterradoras:
Grecia: 27,4%
España: 26,7%
Croacia: 18,6%
Chipre: 17,3%
Portugal: 15,5%
Eslovaquia: 14%
Bulgaria: 12,9%
Italia: 12,7%
Esta situación es aún peor entre la juventud y las mujeres. El desempleo está en el ADN del capitalismo y constituye un aliado del capital y una amenaza para las luchas y conquistas de los trabajadores.
Al mismo tiempo, somos testigos de privatizaciones generalizadas en todos los sectores estratégicos de la economía. Los salarios y las pensiones son atacados, están limitados y reducidos. Los derechos sociales también están retrocediendo, el trabajo informal, el trabajo no declarado, está generalizado, la violencia del estado, los empleadores y el autoritarismo constituyen el arsenal de los gobiernos.
En Europa, el neofascismo, la xenofobia y el racismo están aumentando y convirtiéndose en un mortal enemigo para la clase obrera, el movimiento sindical, las luchas de los trabajadores y las luchas de los pueblos. Esta es la imagen actual. Esta es la realidad actual capitalista.
La Unión Europea, el FMI, el Banco Mundial y los gobiernos, al ser todos ellos neoconservadores o social demócratas, afirman que la crisis es – supuestamente – justo una “crisis de deuda”.
Todos sabemos que existen de hecho deudas, como por ejemplo en Grecia, Portugal, España, Italia, Irlanda, etc. Pero, el ataque a las relaciones de trabajo, los recortes de salario, los ataques a la seguridad social, las privatizaciones, los altos precios de todos los bienes son un fenómeno generalizado en todos los países, tengan ellos deudas o no. La crisis del capitalismo abarca la economía, la política, el medio ambiente, etc. El cuadro es el de un sistema social corrompido, injusto y bárbaro.
Las importantes luchas que tuvieron lugar en Grecia, Portugal, España y otros países son luchas dirigidas también totalmente contra el podrido capitalismo.
La segunda característica básica de este período es la agresión imperialista. En Ucrania, Siria, Malí, la República Central Africana, las rivalidades entre imperialistas generan un número diario de víctimas. Como en los casos de Libia, Irak, Afganistán, los imperialistas afirman que ellos intervienen, matan al pueblo inocente y crean olas de millones de refugiados e inmigrantes, supuestamente para la protección de la “democracia” y la “libertad”. Los imperialistas están fingiendo. Todos conocemos la verdad y la verdad es que ellos están luchando por el saqueo de los recursos naturales y económicos, por el petróleo, gas, por ganar nuevas esferas de influencia, nuevas fronteras y por promover sus planes y juegos geoestratégicos contra los pueblos, contra la riqueza natural que existe en los países donde hay intervención extranjera.
En este contexto debemos añadir la continua agresión de Israel contra el pueblo del Líbano, contra el pueblo palestino al que ilegalmente se le niega su derecho a tener su propio territorio.
Queridos compañeros, colegas y amigos
Ante esta situación surge una pregunta central y estratégica:
¿Qué tipo de movimiento sindical necesita la clase obrera hoy?
¿A qué tipo de movimiento sindical llaman las actuales condiciones?
•¿Quiere un movimiento sindical SEGUIDOR de los gobiernos o necesita un movimiento sindical que una y organice las luchas contra las políticas anti-populares?
•¿Quiere un movimiento sindical que sea un mero espectador de los acontecimientos o necesita un movimiento sindical activo, en la primera línea, que trace los mismos?
•¿Quiere un movimiento sindical que sea colaborador y socio de los capitalistas o necesita un instrumento, un mecanismo fuerte de lucha y demandas?
•¿Quiere un movimiento sindical que sea “interlocutor y socio en el diálogo social” o un movimiento que proyecte las demandas y utilice todas las formas de lucha?
•¿Quiere un movimiento sindical sin objetivos ideológicos y políticos o necesita una escuela de lucha con provisiones ideológicas y políticas que conlleve a la abolición del capitalismo bárbaro?
•¿Quiere un movimiento que sólo describa los problemas o necesita un movimiento que demande soluciones para los mismos a favor del estrato popular?
•¿Quiere un movimiento colaborador de la UE, el FMI, el Banco Mundial o un movimiento sindical que coordine, organice la solidaridad internacionalista y apoye a la Clase Obrera Mundial en cada rincón del planeta?
Amigos y compañeros,
Para la Federación Sindical Mundial, creada en París en el año 1945 y que hoy tiene 86 millones de miembros en 120 países del mundo, la respuesta a las preguntas anteriores es clara y conocida por todos.
Consideramos además necesario enfatizar que en nuestros días los trabajadores, nosotros, necesitamos combatir la burocracia que existe dentro de los sindicatos, combatir el arribismo, combatir la corrupción. Luchando contra todos estos fenómenos negativos es necesario que las características internacionalistas, militantes y clasistas de los sindicatos sean reforzadas a nivel sectorial, nacional, regional e internacional.
Llamamos a todos los sindicalistas militantes de Francia, Europa y el mundo a trabajar sobre estos puntos básicos mencionados anteriormente, por un presente mejor, por un futuro mejor, por un mundo con justicia social y sin explotación.
Gracias”