Había una vez, un circo... |
Cuando Pedro Sánchez llamó a “Sálvame” para comunicar humildad y cercanía al entrar en directo para pedir perdón por el papel del PSOE en Tordesillas en relación con el Toro de la Vega -el alcalde es de este partido- y afirmar que él y su partido están contra el maltrato a los animales, trasmitiendo la imagen de que era un hombre simpático, cercano, afable y “espontáneo” tuve la sensación de un dejà vu.
Cuando horas más tarde repitió la jugada, rizando aún más el rizo de la “espontaneidad” para comunicar amabilidad, empatía, espontaneidad e “investidura” del poder que llevó a Pablo Motos a dejar que le ganara en la prueba que casi siempre gana él, supe que estaba ante una misma categoría de producto con dos marcas -Pedro Sánchez y Pablo iglesias Turrión (PIT, que no Brad) y las mismas estrategias de marketing que se dirigían a idéntico público: el que alimenta su intelecto y su formación/información por la televisión.
El formato de los combates de presing-cacht-tongo entre Marhuenda y PIT, que no Brad o entre la señora de éste y submarino de Podemos en IU, Tania Sánchez y Eduardo Inda, es tan espectáculo televisivo, tan poco racional, tan dado al entretenimiento, tan poco facilitador de la reflexión no ya como “el Hormiguero” sino como el programa de casquería gruesa que conduce Jorge Javier Vázquez. En ambos espacios televisivos las acusaciones cruzadas, la interrupción del que habla, las gesticulaciones y gritos, la dramatización teatral, la representación actoral de papeles previamente ensayados, el carácter de performance, la puesta en escena, la búsqueda de la frase de trazo grueso y el efectismo se oponen al debate argumentado, la profundidad y relevancia del contenido de lo que se debate y la posibilidad de que la audiencia se eleve por encima del bagaje cultural con el que previamente se había puesto delante del televisor.
Lo que importa es el circo, el entretenimiento, el arte ceremonial, el espectáculo, sea en relación con la operación de agrandamiento de mamas de alguna de las descollantes figuras intelectuales de “Sálvame” o con que Marhuenda sea un facha redomado o PIT, que no Brad, un terrible bolchevique que pretenda convencernos de que hay que “empoderar” a la cabra de la Legión al grado de comandanta de un Tabor de Regulares.
Como en una de tantas ediciones de “Gran Hermano”, el espectador asiste al espectáculo político televisivo convertido en un mirón pasivo, casi siempre un cotilla al que la banalización de los contenidos que le alimentan como el soma de “Un Mundo Feliz” le ha ido convirtiendo en la mayoría silenciosa de la que nos habla Baudrillard y, en el mejor de los casos, en parte del público que desde los sofás de sus casas, asiente, murmura, emite un gruñido de desaprobación o complacencia y se identifica o no con el personaje de la obra de ficción que la TDT le esta emitiendo.
Del bufón plebeyo de las cortes medievales al político mediático algo hemos avanzado en simulacro de democratización social. Hoy quien ejerce de aparente soberano es el ciudadano-espectador mientras es el noble-político quien realiza las gracias, evoluciones y piruetas para entretener a una sociedad con más tiempo libre del que quisiera porque el desempleo convierte en obligados ociosos a millones de seres humanos que tienen sumamente difícil aprovechar ese espacio socialmente improductivo en construcción que mejore sus vidas y sus personas.
Series de ficción con vampiros o zombies, talk-shows a cada cual más descerebrado, banal y embrutecedor, programas de “información”-debate-tertulianismo-cotilleo que rebajan al público a la condición de discapacitado mental. Ese es el logro de unos aparatos ideológicos del poder económico y político que condenan al individuo a una permanente etapa infantil carente de raciocinio.
En las actuales sociedades capitalistas la sofisticación no es precisamente el mecanismo de manipulación y dominación a quienes tienen menos capacidad para defenderse de la sodomización mental. Lo habitual es la emisión de mensajes destinados a un esfuerzo mental mínimo, donde los contenidos vienen ya formateados y preparados como los potitos de las comidas para bebés.
El mercado político no es sino la prolongación del mercado de consumo de mercancías.La comunicación, que no información, queda reducida a eslóganes publicitarios en un estado de permanente campaña en la que la tensión, la agresividad y la violencia verbal representan a una fracción mínima (muestra) del universo total de la población. El debate político es el desplazamiento metonímico de la violencia social, como válvula de escape que permite que la presión no suba en exceso y se mantengan los mínimos necesarios para el consentimiento.
Puesto que la representación política, las organizaciones, y la propia sociedad con ellas, carecen de alternativas reales para afrontar una crisis económica capitalista que es endémica, la tensión se desplaza hacia el escenario político, dejando que los poderes económicos queden en la sombra mientras las figuritas del guiñol fingen golpearse con rutinarios mamporros retransmitidos a los hogares en los que unas mayorías cada vez más fatigadas los contemplan.
El pretendido espacio de disidencia social y política frente al orden imperante no supera un tercio de la sociedad y está compuesto fundamentalmente por aquellos que, habiendo perdido un estatus relativamente acomodado, pretenden recuperarlo y volver a los buenos tiempos de la estabilidad social y el consumo despreocupados.
Pero ese tercio y sus supuestas correlaciones políticas son plasmados por el foco mediático como la disidencia global oficializada a la que dar la palabra y la bendición institucional que haga las veces de reintegración en el orden sistémico de quienes en realidad nunca estuvieron fuera de él ni en su contra porque es su orden, en el que creen y el que desean.
La gran mayoría de las auténticas víctimas de la crisis asiste silenciosa a su sacrificio ya que carece de voz política que la exprese con voluntad de derribar el orden económico, político y social que sustenta al capitalismo.
“Si hay alguna esperanza está en los proles”, dijo Winston Smith en “1984” -yo también creo que está en ellos porque cada vez tienen menos que perder y un mundo por ganar- pero no ha renacido aún el derrotado partido que siempre les representó. Todos los que reclaman su patrimonio son aún demasiado sectarios, cerrados en sí mismos y miedosos para serlo. Habrá que ir poniendo la semilla destinada a un resurgir que expulse a las clases medias autoatribuidas y reales del escenario central de la protesta para situarlas a la cola y dependiendo de la lucha protagónica del viejo y, a la vez, moderno Prometeo de la Humanidad: esa clase que al liberarse de la opresión y la explotación, emancipa a todas las demás del yugo capitalista de la producción, el consumo fetichista y la falta de futuro.
Mientras tanto, cuando veo a PIT, que no Brad o a Pedro Sánchez sé que se me está vendiendo el mismo producto caducado: ciudadanismo interclasista que incluye a los explotadores, discurso aceptable y bendecido por el sistema capitalista, apelación a “la gente” en lugar de a la clase, primarias como solución a cualquier tipo de mal, incluida la calvicie y la alitosis y telepredicación apelativa al hooligan descerebrado en lugar de al ser humano crítico y capaz de expresar un NO que se salga del guión y esté dispuesto a avanzar, como el bosque de Birnam, hasta derribar las murallas del castillo de Cawdor. Juventud, divino tesoro...de la trivialidad.
Eso sí, al menos Pedro Sánchez da la impresión de ser un tipo más humilde, que se baña más a menudo y que tiene la dentadura más limpia que PIT, que no Brad. Algo es algo. Y si para las señoras está más bueno que el escuálido cargado de hombros y de soberbia, algo más se logra. Al menos gustará a las chicas.
No hace mucho escribí un artículo que ustedes pueden encontrar en este blog titulado “Guárdame los votos Pablo, que en unos meses pasaré a recogerlos. Pedro Sánchez”. Ya está sucediendo. Es lógico: el 35% de los votantes de Podemos proviene del PSOE y son personas que creen que ser de izquierdas es no ser tan cutre y carca como el PP. Nada debe sorprender de estos “progresistas” del mundo PSOEDEMOS.
Quien sepa interpretar que lo haga. En “La Sexta Noche” del sábado 21 de Septiembre ha entrado PIT, que no Brad, después de meses de silencio meditativo, como respuesta a la crítica dentro de su “movimiento” a su hiperliderazgo bonapartista, para retar a Pedro Sánchez a un debate. Será divertido comprobar cómo nada pueden ofrecer ni uno ni otro a la clase trabajadora de este país, más allá de críticas mutuas, velados guiños y alguna palabra talismán que nada significa.
Propongo que el debate se haga en "Sálvame de Luxe" y que, en lugar de conducirlo Jorge Javier Vázquez, sean Belén Esteban o bien Kiko Hernández los moderadores, aunque también veo capacitadas para lidiar el evento a Lydia Lozano y a María Patiño.
El día anterior, el curilla efébico y andrógino Errejoncito jr. en el programa “La otra red” del canal Cuatro admitía que, según en qué condiciones y si el PSOE cambiaba, (¿creería en sus palabras este personajillo?) Podemos podría pactar con este partido. ¿Alguien creía otra cosa? Yo creo que ni los fans, que no militantes, de Podemos más fantalizados pensaban en lo contrario. Radiografía del viaje desde el reformismo más agotado de Zapatero hasta la nada de PIT, que no Brad, pasando por todas las contradicciones posibles.
En Podemos hay dos almas, además de algún primo que se cree revolucionario y desconoce dónde está pinado: la derecha democrática, representada por el voto que viene del PSOE, y la extrema derecha del borracho de taberna exaltado y matón. De esta última escribiré en unos días.
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Quizá también le interese:
"El lado fascista de Podemos del que no hablan La Sexta, Cuatro o Público": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/09/el-lado-fascista-de-podemos-del-que-no.html
"Esoterismo y negocios giran alrededor del planeta Podemos": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/10/esoterismo-y-negocios-giran-alrededor.html
"Juego de Tronos: la trampa de Pablo Iglesias": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/10/juego-de-tronos-la-trampa-de-pablo.html
¿El PSOE en contra del maltrato animal? Sería preferible que se posicionaran en contra del maltrato a la sociedad (y a las personas), algo que requeriría un cambio imposible en ese partido.
ResponderEliminarGracias por su gran aportación al debate sobre el texto, sobre su fondo y su intencionalidad.
EliminarPa´habernos matao.
que te parece esto?
ResponderEliminarhttp://www.eldiario.es/canariasahora/canariasopina/Podemos-Leninismo_6_306279376.html
no lo suscribo, sino que te pregunto tu opinión.
saludos tovarich
Ese artículo es basura a la altura de su autor. Lenin y el partido bolchevique jamás ocultaron lo que eran ni lo que pretendía, cosa que estos sujetos sí.
EliminarLos bolcheviques nunca tuvieron problemas, mientras Lenin vivió, para presentar su programa ante los soviets, que nada tiene que ver con los agitamanitas y comeflores interclasistas de Podemos.
Lo que Podemos representa no es un leninismo 2.0 o 3.0 sino un fascismo en marcha que ha aprendido de la historia
Decía el semiólogo Ferruccio Rossi Landi, ya en los años 60 del pasado siglo, que la clase dominante no es tanto -o no sólo- la que posee los medios de producción, como la que posee los medios de comunicación -en los que hoy se incluyen los digitales. Sus análisis sobre Podemos, Marat, se van cumpliendo más rápida y palmariamente de lo que suponía. Espero su anunciada entrega sobre la quintacolumna fachosa en dicha formación, a la que ya vemos asomar la patita. Su información es muy valiosa para abrir los ojos a algunas personas. Siento no tener tiempo para comentar más. Salud.
ResponderEliminarCreo que el semiólogo seguía en sus pajas comunicativas, esas que tienden a aislar la superestructura ideológica de la que hablaba Marx de su base material o infraestructura. Detrás de los medios de comunicación hay empresas que no son de comunicación/ideología de la clase dominante sino bancos, grandes corporaciones industriales, fondos de inversión,...
EliminarCreo que ni el semiólogo citado, ni otros como Mijail Bajtin, -y menos yo misma, que no soy del oficio- separen o aíslen la infraestructura de la superestructura. Las grandes corporaciones industriales que usted menciona pertenecen a la clase dominante ¿o no? que a su vez están relacionadas con el capital financiero. Los medios de comunicación, o más bien de manipulación de masas, son vitales para ellos, a igual que lo fueron en el pasado las miles de publicaciones obreras para el movimiento. Y siento hablar en pasado.
EliminarBuenas noches.
No era mi intención incomodarla, Tita Barahona, ni mucho menos, aunque a veces suene mi modo de expresarme un tanton brusco y le pido disculpas si así le ha parecido.
EliminarPero cuando usted me citaba al semiólogo Ferruccio Rossi Landi afirmando que "la clase dominante no es tanto -o no sólo- la que posee los medios de producción, como la que posee los medios de comunicación" me resultaba evidente una tendencia que vengo observando desde hace tiempo de considerar a los medios de comunicación como un factor un tanto autónomo en la dominación y alienación de los oprimidos por parte del capital y eso no es en absoluto así.
Los medios de comunicación son medios del capital pero no porque estos sean empresas capitalistas de comunicación, que lo son, sino porque son medios del capital participados y dirigidos por este mismo en pos de sus propios objetivos económicos, políticos e ideológicos.
Dicho de otro modo. No es cierto que un mecanismo de dominación destacado y especial sea el de los medios de comunicación sino el del conjunto de instrumentos de dominación del capital (relaciones salariales y laborales, legislación del Estado capitalista, educación, cultura, religión, comunicación, sistema político,...). Separarlos y dotar de relevancia especial a unos u otros es una trampa porque el sistema capitalista es un todo que tiene su base en la estructura social y económica de la sociedad y de las relaciones sociales de producción capitalistas.
Espero haberme explicado mejor ahora.
Buenas noches.
Totalmente de acuerdo. Regulación del mercado de trabajo, ordenamiento jurídico, sistema escolar, cultura, religión, medios de comunicación … forman un todo, y ninguno de estos elementos se puede analizar sin ponerlo en relación con los demás. La relevancia de los medios de comunicación de masas no la atribuyo a que sea el eje articulador o preeminente en ese conjunto, sino al hecho de que, desde que la radiodifusión, primero, y la TV después, entraron como caballos de Troya en todos los hogares, se han convertido en la única vía a través de la cual la mayoría de trabajadores se forman e informan. Esto lo saben muy bien los gurús de la Complutense; saben que La Tuerka, por ejemplo, la ven cuarenta millares de espectadores, mientras que Salvados atrae a cuatro millones. DE ahí que seguro que no le harían ascos a participar en el “Sálvame de Luxe” que usted imagina moderado por productos del “fast-food” mediático como Belén Esteban o Lydia Lozano. Al fin y al cabo PIT (que no Brad) es uno más de estos productos.
ResponderEliminar¿Cómo crear canales alternativos de formación/información que contrarresten la hegemonía de los mass media y ayuden a recomponer la cultura propia, autónoma, de la clase trabajadora que aquéllos, junto a otros factores, han contribuido a disolver? ¿Qué papel podría jugar Internet? Son preguntas cuya respuesta requiere un debate en profundidad que no es mi intención abrir en este espacio, entre otras cosas porque no cuento con el tiempo, ni la preparación, suficientes.
Una vez más, gracias por compartir.