Iniciando el proceso de oligarquización o cuando los pirómanos se convierten en bomberos:
“La organización es la que da origen al dominio de los elegidos sobre los electores, de los mandatarios sobre los mandantes, de los delegados sobre los delegadores. Quien dice organización, dice oligarquía” (“Los partidos políticos”. Robert Michels)
El sociólogo alemán Robert Michels definió en 1929 en su obra más conocida el principio más importante de cuántos definió en la misma: la “ley de hierro de la oligarquía” en los partidos políticos.
Michels entendía que el proceso de oligarquización en los partidos era un hecho consustancial a los mismos y que derivaba en gran medida de necesidades organizativas así como de los intereses particulares y de grupo del equipo de dirección que acaba por enajenarse del control del resto de los miembros de la organización.
Seguramente sea de interés analizar algunas de las conclusiones que Michels establece en relación con la mencionada “ley de hierro de la oligarquía”:
“Cuanto más sólida se hace la estructura en el curso de la evolución de un partido político moderno, tanto más se marca la tendencia a reemplazar al líder de emergencia por un líder profesional. Toda organización partidaria que ha alcanzado un grado considerable de complicación necesita que haya cierto número de personas que dediquen toda su actividad al trabajo del partido”.
La dirección técnica provisional de Podemos para preparar la Asamblea de Otoño de esta organización es elegida a mediados de Junio en una lista cerrada propuesta por Pablo Iglesias a la que no se permite sumar miembros de otra lista alternativa a la oficial. La percepción que se ha ido imponiendo a lo largo de estos meses en buena parte de los Círculos de Podemos es que la lista técnica y provisional se intentará imponer como dirección definitiva a partir de la citada asamblea de otoño.
“en un principio los líderes surgen espontáneamente, sus funciones son accesorias y gratuitas. Muy pronto, sin embargo, se convierten en líderes profesionales, y en esta segunda etapa del desarrollo son estables e inamovibles”
“Para iniciar el proceso de votación destinado a revocar el mandato del Portavoz [el señor Pablo Iglesias Turrión, a partir de ahora PIT, que no Brad] será necesario aportar el aval de un 30% de la afiliación de Podemos”. Ello exige disponer de la lista completa de afilados de Podemos, lo que no estará disponible para cualquier “ciudadano” no miembro de la dirección nacional de Podemos. El aval del 30% de la afiliación total de la organización es algo especialmente difícil de lograr
“los líderes que al principio no eran más que órganos ejecutivos de la voluntad colectiva, se emancipan al poco tiempo de la masa y se hacen independientes de su control”
El mismo procedimiento y porcentaje (30%) que para la revocación del Portavoz de la organización se exige para la revocación de personas pertenecientes al Consejo Ciudadano (80 miembros) y del Consejo de Coordinación de Podemos (10-15 miembros). Pero, ¡atención!, “los referendos revocatorios [de cada uno de esos órganos] serán siempre de carácter individual”, lo que asegura la inamovilidad de la gran mayoría de los componentes de dichos órganos. Dado que la dirección técnica “provisional” de Podemos, que tiende a hacerse permanente, ha sido confeccionada por el propio PIT en base a criterios de confianza con la figura del Portavoz (el mencionado PIT), la continuidad del Consejo de Coordinación (el auténtico órgano de poder de Podemos) está más que asegurada porque, al contrario que el Consejo Ciudadano que sería elegido en listas abiertas en la Asamblea Ciudadana ordinaria (trianual) de Podemos, dicho Consejo de Coordinación sería elegido de forma indirecta por cooptación desde el órgano inferior al superior; esto es, por el Consejo Ciudadano. Bastará con que el Portavoz de Podemos (PIT) y, a través de él, los miembros de la dirección de cada Federación Territorial, orienten sobre a quiénes debe votarse para el Consejo Ciudadano para que una dirección hecha a su medida salga elegida. En un modelo de dominación carismático (de acuerdo a los criterios del sociólogo Max Weber) como la que representa el Portavoz de Podemos, la máxima dirección ejecutiva de la organización, a ver quién es el guapo que se opone a una dirección señalada a dedo y plebiscitada por una Asamblea Ciudadana ordinaria de fieles adeptos.
Frente a esta realidad hay quienes intentan justificar el modelo oligárquico y autocrático que Podemos está poniendo en marcha como forma de organización desde el ya manido argumento de que se intenta superar las limitaciones del 15M, contrario a la organización y las formas partidarias, haciendo ambas cosas compatibles con el movimiento “asambleario y desde abajo” y con la democracia participativa y 2.0.
Díganme si les parecen muy horizontales, participativas, asamblearias y democráticas las prácticas que se denuncian en uno de los hilos de debate interno de Podemos. El caso de Gijón. En él se alude a manipulaciones de las asambleas, a autoproclamadas direcciones locales, a decisiones que contravienen lo aprobado en asambleas anteriores, a creaciones de órganos no previstos, a sanciones a “disidentes”. No es el único caso. En círculos de Cataluña, Galicia y de Andalucía me consta que está pasando lo mismo porque se me ha hecho saber y de que se practica la caza de brujas con el que ejerce la menor crítica.
No está mal para una organización con 5 meses de vida. Cuando esto sucede de manera tan rápida no se trata de que “la ley de hierro de la oligarquía” sea un hecho ineluctable en el desarrollo de la organización. Es que los inventores de la cosa y los que estaban en el ajo desde los primeros pasos ya venían degenerados de casa, antes incluso de montar su chiringuito.
Lo que no vale es criticar a Podemos y tratar de salvar al 15M como experiencia de “democracia participativa y de base” o criticar al 15M por su “incapacidad de ir más allá de la crítica y la movilización” y salvar a Podemos por su capacidad de convertirse en alternativa. ¿Alternativa de qué y a qué?
Podemos y el 15M son la misma cosa. La falacia de la ilusión democrática y el énfasis puesto donde no corresponde: en lo institucional para hacer sombra a la crítica política y a la lucha contra el sistema capitalista.
Podemos y el 15M son la misma cosa. El embuste de la asambleitis como ficción de una democracia en la que “tú decides” porque no es cierto. Porque de qué se va a discutir, cuáles son los límites de la crítica y cuáles son los contenidos centrales de la propuesta ya han sido prefijados, editados, elaborados y socializados desde fuera de la asamblea a través de las redes sociales y la edición de textos oficiales. Y no es cierta la horizontalidad de esas supuestas herramientas horizontales 2.0. Los consensos y las mayorías se crean y se recrean desde los cibermilitantes con más nicks que disfraces tiene Mortadelo y cuando no, directamente se eliminan de los hilos los comentarios o post molestos y disidentes.
Desde dentro de la asamblea todo está ya cocinado de antemano y reforzado por sistemas de intervención hábilmente manipuladores (hablar justo antes de la votación, colocar al grupo manipulador hábilmente distribuido por distintas zonas de la asamblea para crear la ficción de generación del consenso, camarillas que hacen circular las consignas, claves del debate y posiciones a apoyar,...). El mito de las multitudes que crean autónomamente y al margen de las organizaciones su propio discurso y el de “la gente empoderada” es una falacia. La versión Podemos del asunto, ya con organización a la vista, es situarse detrás de la gente y que sea ésta la que decida, como si el debate y los contenidos del mismo pudieran surgir por encantamiento, sin que las ideas nazcan de un grupo estructurado con un corpus teórico que las expone, discute con esa “gente” y retroalimenta el proceso y sin negar la necesidad de una dirección y de un proyecto más o menos definido y no basado en simples consignas o generalidades.
Podemos y el 15M son lo mismo. El intento, en unos casos solapado (cuando las organizaciones políticas se refugian en el anonimato de la asamblea), en otros manifiesto (cuando la organización toma forma), de sustituir un régimen de partidos por otro pero sin tocar la esencia de todo el asunto que no está en la construcción de un nuevo régimen de partidos o de partido “todoterreno” y multiideológico sino en el sistema capitalista, que no son sólo los bancos sino el régimen de producción, distribución y apropiación privada de beneficio, así como en las relaciones sociales de producción capitalistas.
Sólo el incauto que antes no se comprometió en lucha alguna y que, por inexperto, es inconsciente de la realidad de las organizaciones, puede creer en la ficción de la asamblea permanente y en la afirmación de la gente empoderada en una reedición de la ya vieja y caduca “indignación”, inútil para construir nada realmente alternativo al sistema de depredación capitalista, como se ha demostrado en todo este tiempo. ¿Que si conozco mejor método? Desde luego éste no ha hecho más que agudizar las derrotas de los oprimidos por el capital detrás de un señuelo que continúa actuando como la zanahoria delante del burro: el de pretender cambiar el teatro político sin tocar la base material sobre el que éste se asienta.
Sólo el cínico que sí sabe y que posee las capacidades necesarias para embaucar al eterno incauto en su sarta de antiguas mentiras, contadas bajo formas nuevas, poéticas y seductoras, es el que puede sostener contra viento y marea que trae una buena nueva que comparte con “la gente”, afirmando un “nosotros” contra un “ellos”, como si él mismo no fuera ya parte de la secular camada de mercaderes políticos que actuará como si estuviera abajo sólo durante el tiempo imprescindible para saltar arriba. Como diría Agustín García Calvo “cuando veas al hombre que (…) con mano segura agarra el volante, verás, si te fijas, en el cristal la cara del que sabe.”
Nunca me he llamado a engaño. Sé, porque los he conocido desde dentro, cómo son los partidos políticos. No creo en una maldad intrínseca y perversa de los mismos porque soy consciente de que sus propias dinámicas internas, las servidumbres de actuar como maquinarias electorales en un sistema de concurrencia de mercado político que se impone por encima de sus propios objetivos y la necesidad de actuar dentro de un sistema de representación (no hay otro) en el que los requerimientos son cada vez más técnicos y de expertos, junto con las ambiciones personales y las carencias de quienes los forman, crean las perversiones de sus aparatos.
Sin embargo, sigo creyendo que la forma partido es un elemento básico hasta hoy para organizar la democracia, sea burguesa u obrera. Y lo creo sin la necedad del ingenuo que se empeña en instalarse en el el autoengaño. No me creo la llamada a la ilusión, que no es otra cosa que la percepción o interpretación errónea de un estímulo externo real, porque a la “ilusión” le sucede la desilusión y porque el que busca que le engañen no merece el respeto como víctima, ya que es cómplice de su timador.
No soy uno de esos pragmáticos que justifican el statu quo. Creo que frente al pesimismo de la razón hay que oponer el optimismo de la voluntad, que diría Gramsci, al que todos estos mercachifles prostituyen con una lectura manipulada de sus mensajes para convertirlo en siervo de sus mentiras.
Por eso cuando, después de que hayan insistido en dar lecciones de democracia a todos los demás partidos, en dar y quitar credenciales de demócratas al resto del mundo, en señalar a todos los demás, salvo a sí mismos, como “casta” (sobre ese término volveré más adelante) actúan siguiendo pautas como éstas
- Decidiendo de antemano quién será el líder de la formación aún no creada que, desde Izquierda Anticapitalista, una de las principales impulsoras de Podemos fue bautizada por su dirección como “Operación Coleta” y lanzada antes de consultar a sus bases.
- Impulsando unas primarias a las elecciones europeas, en las que era posible votar más de una vez por persona, que fueron una cobertura de expediente, ya que todos los demás candidatos tenían claro que quien tenía que salir como número 1 de la lista de Podemos era el señor PIT, el cuál intervino incluso en alguna localidad como Murcia para aconsejar que la candidata por esa región fuese la propuesta por él y no otra propuesta por los círculos de allí.
- Registrando como logotipo en el Ministerio del Interior, para la legalización del partido, la cara del señor PIT, que apareció en las papeletas de votación de dicho partido a las elecciones europeas, algo insólito en cualquier otro partido del sistema político español (en Afganistán, país con un alto % de analfabetismo, es común).
- Haciendo que la lista (cerrada, no abierta) para la dirección de “carácter técnico y provisional” que "se limitaría" a preparar la Asamblea de Otoño fuese confeccionada en base a la afinidad y la confianza que el señor PIT depositase en los propuestos a integrarla, dándose incluso el caso de que la lista alternativa (Círculo de Farmacia) recibió descalificaciones por parte de personas del grupo promotor inicial de Podemos.
- Creando sistemas de blindaje del Portavoz de Podemos, el señor PIT, del miembro individual del Consejo Ciudadano y del Consejo de Coordinación (no elegido por las bases sino por el primero por cooptación) potencialmente revocable de dicha organización, que no son precisamente más democráticos que en el resto de partidos sino, en el mejor de los casos, igual.
- Manipulando asambleas de algunos círculos locales, realizando presiones y cazas de brujas al crítico interno -incluso ya con expulsiones y amenazas de expulsiones, provocando ceses y destituyendo a personas en la coordinación de círculos, eliminando y censurando comentarios en las redes sociales, bloqueando en las mismas a miembros de la organización, creando órganos no previstos,... empieza a ser una práctica más frecuente de lo debido,
“¿Qué es casta?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul
¿Qué es casta? ¿Y tú me lo preguntas?
Casta... eres tú.”
Podemos Gratis Total: carnés a mogollón y por la patilla
“A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche” (Isaías. 55:1. La Biblia)
En menos de 2 semanas una campaña en redes sociales, en su web y, sobre todo, gratuita en los medios del capital, ha logrado que 93.000 personas se hayan afiliado, sin que les cueste un euro de cuota, a Podemos.
De todos los lugares del reino de la vieja Hispania acuden raudos y en masa -tan raudos y tan en masa que algún medio afirmaba que en algún momento llegaron a producirse ¡5 afiliaciones 5! por minuto- al canto de “Él (PIT, que no Brad) es nuestra salvación,nuestra gloria para siempre”, mientras reciben “urbi et orbe” la hostia 2.0 en el portal de Podemos (nombre, dos apellidos y DNI) de manos del sagrado Mesías de la Divina Coleta.
En tiempos de crisis y carestía, que te regalen algo no es está mal, aunque sea la tarjeta del club Carrefour o el carné de Podemos. Cualquiera de los dos obliga realmente a nada, representa similar nivel de esfuerzo y sacrificio y sirve para lo mismo. Bueno, con la del club Carrefour obtienes algún descuento acumulado en compras.
En estos días, todos los medios del capital se empeñaban en comparar el número de afiliados que Podemos estaba logrando con una oferta de carnés tan “económica” frente a los que tiene el PSOE, el PP o IU, con lo que respaldaban la idea de que Podemos es una variedad más de la gama de productos del supermercado político capitalista. Y posiblemente la más atractiva para el capital. No tienen mochilas ni prejuicio ideológico alguno.
Sugiero ideas de afiliación por lotes: familiar, de comunidad de vecinos, de peña quinielística, de club de fans de Belén Esteban, de antidisturbios demócratas y sensibles,... Al que más socios, perdón afiliados, haga de una tacada, se le reglará el juego de mesa “Juego de Tronos” con las reglas comentadas en vídeo por PIT y Monedero al alimón o bien la maleta troley de Pokemon.
Por esta vía de merchandising político combinada con refinadas tácticas de captación que no nos dividan sino que nos unan- “los patriotas Podemos, claro que Podemos”, “obreros y empresarios, un mismo ideario”, “Si Verstrynge está con nosotros, Don Pelayo también sería de Podemos”, “Uno, uno, uno: ser de derechas o de izquierdas es viejuno”- pronto Podemos superaría en afiliados al malvado PPSOE y acabaría con el desfasado comunista Cayo Lara, pudiendo iniciar una luminosa Nueva Era de regeneración democrática y dando lugar a un poderoso Jodimiento Nacional o de secta flower power de diseño new age.
Lo cierto es que la gran mayoría de esa afiliación de aluvión a Podemos es de gentes que nunca han estado en ningún sitio antes, que no vienen de lucha social alguna, hinchas que hoy lo son de su Mesías y de un fenómeno de moda y mañana lo serán de cualquier otro que llegue con más posibilidades de ser caballo ganador, estar en la cresta de la ola y sentirse que participan de su éxito, como los que se mueven con las luces de sus iPad en un concierto de Justin Bieber, sintiéndose parte de momento o como los que son del Real Madrid cuando gana varias ligas seguidas y se pasan al Barça cuando se da la vuelta la tortilla. Seres sin criterio político propio que van en la dirección que mediáticamente les dicten, sin preguntarse jamás porqué el capital ha escogido a dicho partido como su referencia actual, y sin querer perderse la posibilidad de cabalgar la ola de “lo nuevo”.
Por supuesto, no faltan tampoco los de “qué hay de lo mío”, los arribistas que aspiran a hacerse algún hueco en un partido que apenas tenía militantes hasta hace dos semanas y contemplan sus grandes posibilidades de pillar cacho en la nueva redistribución del sistema de partidos que creen que está por venir.
A otros les ha llevado a afiliarse el que Podemos les permita expresar su “indignación” por cómo les va a ellos particularmente en la crisis y no contra las causas sistémicas que la provocan. Si, de paso, mañana cuando se defrauden de Podemos o éste acabe liándose internamente a hostias por las tensiones entre las tonterías que dicen sus líderes a diario y las contradicciones internas de un discurso que de bandazo en bandazo cada vez se escora más hacia lo reaccionario, alguna otra opción les ofrece ahorcar a algún político en una taberna, mientras los empresarios de la comunicación levantan un nuevo souflé, el de la nueva alternativa, poco les importará que ésta vista de azul mahón, pardo o negro.
Estoy convencido de que no faltan entre esa afiliación de aluvión personas con buenas intenciones, que se han creído lo que les cuentan y que, cuando descubran que les han timado, se irán para casa y ya no querrán saber nada de luchas y compromisos, ya que como en Podemos les habían contado que sólo ellos eran los buenos, los democráticos, los no casta,...
A los supuestos izquierdistas que están en Podemos me gustaría preguntarles porqué, si según ellos Podemos es de izquierdas y anticapitalista, esta organización es la preferida en intención de voto por empresarios, altos ejecutivos y directivos, muy por encima del PP y del PSOE y, por supuesto, de otros partidos. Y me gustaría que me dieran una respuesta lo bastante coherente y respetuosa con mi propia inteligencia, ya que la suya poco me importa. Luego ya les responderé yo lo que pienso de su izquierdismo.
Un último detalle sobre la cuestión de afiliarse sin pagar cuotas a Podemos. En el preborrador sobre los principios organizativos de Podemos, que les he enlazado con anterioridad, se añade un anexo de los estatutos de la organización, dentro de los cuáles aún sigue existiendo la exigencia de pagar una cuota de afiliado.
Eugenio d´Ors a su secretaria (Josefina Carabias): “¿Ha quedado esto claro?” “Sí maestro”. “Pues oscurezcámoslo”. La opaca realidad de Podemos
Podemos es un pozo de oscuridad ideológica en la que se esconden ladinamente las cuestiones que no se desea clarificar.
Podemos ha convertido la expresión “casta política”, luego simplificada como “la casta”, en el gadget para que no se hable de clases sociales, lucha de clases, opresión de clase, capitalismo, relaciones sociales de producción, empresarios explotadores y otras cuestiones que son menudencia para esta organización. Las toca, sí, pero como complemento muy secundario y obligada por la presión de quienes le reprochan estos “olvidos”.
Cuando manejan el concepto “casta política” el señor PIT o el señor Monedero tienen la suficiente habilidad para que se note menos la condición de señuelo del término, destinado a esconder aquello de lo que apenas hablan (el marco económico de la explotación y división de clases), pero cuando lo hacen sus discípulos resulta todo más burdo, se ven con claridad los costurones del entretejido teórico y lo que se oculta bajo la superficie de tanta invocación a la archirrepetida “casta” y acaban por hablar de más.
Es lo que pasa cuando se deja a los gurús de segundo nivel al cuidado del rebaño, que acaban por hablar de más y dejan al descubierto lo que con tanto esfuerzo se ha estado ocultando: que Podemos es una oferta de conciliación de clases al servicio del capital. En esa dinámica de negación de los antagonismos y de amor fraterno interclases, una de las “politólogas” de Podemos y Portavoza correturnos en período de descanso vacacional del trío Complutense (PIT, Monedero y Errejón jr.), Carolina Bescansa, ha declarado recientemente: “Los empresarios dignos y decentes, que son la mayoría, están muy en contra de la corrupción en el ámbito público y cómo esta repercute en el ámbito privado” . Y ha añadido: “no hay ningún motivo para creer que los empresarios no están a favor de la defensa de los derechos humanos”. “No sorprende que nos respalden los empresarios”. Carolina: ¡Des-cansa de decir tonterías!
Cualquier persona intelectualmente honesta sabe que no hay políticos corruptos sin empresarios corruptores, que estos crearon la cultura del pelotazo urbanístico, que las “mordidas” y sobres al PP y al PSOE las suministraron los empresarios, que son estos los que más defraudan a la Hacienda Pública según datos de GESTA, que también ellos -y no sólo políticos o o dirigentes sindicales- están implicados en escándalos del ERE en Andalucía y de cursos de formación en Madrid y en otros puntos de España, que el ex Presidente de la CEOE Díaz Ferrán está en la cárcel por mangante y por corrupto, que el vicepresidente actual de la citada organización, Arturo Cantoblanco, paga parte del sueldo de sus trabajadores en negro, con lo que está perjudicando su base de cotización en caso de desempleo y para su jubilación, que....
Sobre la expresión “casta”, que Podemos circunscribe prácticamente sólo a la política, salvo alguna conexión muy puntual que hace entre política y estructura socio-económica ante las denuncias que muchos venimos haciendo de la omisión de esta segunda parte, ya he expresado desde hace meses su origen en el pensamiento liberal-prefascista italiano de los profesores Vilfredo Pareto y Gaetano Mosca, ambos nombrados senadores vitalicios por Mussolini. Estos hablaron en su día de “clase política” con el mismo significado que hoy da Podemos a “casta política” y que no es sino una hiperbolización de la primera expresión aparecida en 1896 en la obra de Mosca “Elementos de Ciencia Política”.
Guárdense los intentos de vincular esta afirmación mía con la que hace menos de dos semanas planteó el señor Ximo Puig del PSOE, entre otras cosas porque él habla de oídas y, en consecuencia, no distingue las voces de los ecos, simplemente porque no sabe de qué está hablando, como la inmensa mayoría de los políticos del PSOE. Llamativamente en su vinculación de Gaetano Mosca con el concepto “casta”, con el fascismo y con Podemos, eludió citar al otro padre inspirador de la idea que ahora maneja la formación del señor PIT, que no Brad, Vilfredo Pareto y es que éste es un referente para muchos de los profesores de Ciencias Políticas afiliados o del entorno PSOE.
Por cierto, a José Antonio Primo de Rivera, buen conocedor de la obra de Mosca, tampoco el termino le era ajeno:
“Cuando aportéis el esfuerzo y la disciplina al movimiento nacionalsindicalista tendréis la gloriosa sorpresa de descubrir vuestra fuerza. La unión y la acción. Entonces seguiréis hasta el fin para gritar con los demás Sindicatos hermanos: ¡Basta de política! ¡Basta de partidos! Queremos un Estado español genuinamente nuestro, nacido de nuestros Sindicatos. No necesitamos una casta de políticos que se interponga entre nosotros y el Estado.”
Dentro de la lista de pensadores reaccionarios, no estaría de más que los señores PIT, que no Brad, Monedero y Errejón jr. nos ilustren acerca de su seguimiento reverencial de un intelectual de referencia para el nacionalsocialismo alemán, que militó en sus filas, como Carl Schmitt, así como del modo en que influyen en su lenguaje político las categorías teóricas de este pensador en clave de “nación”, de la oposición de “amigo-enemigo” o de la de “ellos-nosotros”.
El pensamiento liberal de principios de los años veinte y posteriores del pasado siglo, como del actual, es un intento de refutar la tesis marxista de la lucha de clases y de que la infraestructura -base material; es decir, fuerzas productivas y relaciones sociales de producción- determina en última instancia la superestructura, dentro de la cuál estaría entre otras cuestiones la política y sus instituciones. Es en la teoría de las élites de la clase política dominante dónde se integrará el pensamiento de Mosca y de Pareto.
Decía Karl Marx que bajo el capitalismo “los gobiernos son simples Consejos de Administración de la burguesía". Esto rige para cualquier gobierno de cualquier signo que no socave las bases económicas del capital y que no acabe con la estructura jurídica que sustenta la legalidad de la propiedad privada.
Pues bien, el pensamiento liberal burgués ha intentado desde siempre escindir el vinculo profundo que existe entre estructura social de la propiedad y las relaciones sociales de producción, por un lado, y las formas políticas, por el otro, centrando su foco sobre el escenario político e institucional para dejar en la oscuridad la ilegitimidad del capitalismo y del Estado capital como sustento jurídico, político y coercitivo del capital, así como las relaciones entre ambos.
Centrar el análisis en la crítica hacia el entramado institucional y representativo y hacia el régimen de partidos (“casta política”), como hace Podemos, y dejar en la zona oscura la realidad de la infraestructura económica, la división de la sociedad en clases -que se niega desde los conceptos “ciudadanos” o “la gente”- y la fuente de la desigualdad en la propiedad privada de los medios de producción es hacer un discurso liberal burgués y reaccionario y tratar de hacer el timo del tocomocho a la clase trabajadora.
Por otro lado, en la medida en que se deslegitima el propio concepto de representación para ir en pos de una democracia del “deber ser”, a la que TODOS los partidos traicionan según Podemos, en una combinación de falta de democracia y de corrupción, MENOS ÉSTE ÚLTIMO, es avanzar no hacia una democracia más plena, que no puede serlo si se limita a ser simplemente política sino que ha de desplegarse en términos económico-sociales (sociedad socialista) para lograrlo, sino hacia la negación de las formas partidarias; es decir, hacia el fascismo.
Cuando un partido se presenta como una única salvación de los males de una sociedad, a la que intenta representar en su globalidad -"la gente”-, sin centrarse en unos estratos concretos de ella, hay algo de totalitario en esa visión de la sociedad y una amenaza de vuelta de giro hacia el fascismo si dicho partido fracasa o se integra en el sistema porque entonces el pluralismo político se convertirá en algo rechazable ya que se habrá estado trabajando a favor de la profecía autocumplida del “todos son iguales”. En este sentido les invito a escuchar retrospectivamente el debate en El Programa de Julia (Otero) entre José Luis González Quirós, Presidente del partido de ultraderecha VOX, y el señor PIT, de Podemos. Llamarlo debate es insultar a la misma idea del debate, dadas las elevadas coincidencias entre estos dos políticos.
Podemos mantiene en la zona oscura la gran mayoría de su proyecto, si es que lo tiene. Desconocemos qué tipo de sociedad persigue (el postcapitalismo no es nada, sólo un nombre sin siquiera dirección: ¿involución, progreso?). Limitarse a decir que es “la gente” la que ha de empoderarse y ejercer su soberanía en cuantos asuntos le competen (república o monarquía, independencia de Cataluña si o no, encuadramiento o no en las categorías izquierda-derecha, política de alianzas sí o no y con quiénes,...) es ir dejando sus respuestas a futuro al oportunismo, la conveniencia, el cálculo, la indefinición, el aventurerismo y el engaño al elector.
Por otro lado, es llamativo el modo en que Podemos filtra su información a los medios en función de la orientación política de estos y de la ideología correspondiente de su público. Como cada segmento político (en términos izquierda-derecha. Se posicione o no así cada persona se está más en un lado o más en otro) sigue sus medios y tiende a excluir a los otros, cada sector no ve más que su lado iluminado de la luna Podemos, quedando el otro a oscuras y viceversa.
De este modo, Podemos puede lanzar mensajes que capten tanto a un público conservador como progresista, sin que chirríe demasiado la incoherencia ideológica del conjunto de sus mensajes, más que para un segmento muy informado, el cuál es muy minoritario.
Ejemplificaré de lo que estoy diciendo para que se me entienda con mayor claridad. Mientras en los medios “progresistas” Podemos insiste en sus mensajes de confrontación con IU y el PSOE y en su proyecto Ganemos en distintas provincias, nacionalidades y regiones de España, en los medios “conservadores” (no hablo de los de la Brunete mediática. Esos con sacar a pasear sus aberrantes acusaciones contra Podemos como bolivariano o proetarra ya “informan” bastante) insistirá más en cuestiones como su “patriotismo”, sus contactos con sectores de la policía y del ejército o suavizará al máximo su más que dudoso perfil republicano. Incluso presentará sus propuestas más conservadoras como las evaluaciones y el reciclaje de los funcionarios, que pueden tener gran acogida entre los votantes del PP.
Otra cosa es el interés particular que tengan los medios respecto a Podemos y qué aspectos de su política deseen estos destacar pero es claro que hay cuestiones muy puntuales de los que los medios no se enterarían si no existiera un filtraje previo desde su gabinete de comunicación que selecciona la noticia concreta a trasladar en función del medio.
En definitiva, y como conclusión de las tres instancias de análisis planteadas en este artículo -modelo de partido, proceso afiliativo y forma de vinculación a la organización y nivel de transparencia de su proyecto-, estamos ante un partido cesarista, bonapartista y falsamente asambleario, que asume aparentemente este sistema de decisiones mientras controle a su base (pero día a día el Portavoz y sus principales dirigentes toman posturas no discutidas orgánicamente por los círculos); ante un partido con una dirección rígida, que se postula como movimiento-partido, con apariencia de antipartido; ante un partido que pretende una base masiva de vinculación orgánica líquida que acabará convirtiendo la democracia interna en algo gaseoso; ante un partido cuyo proyecto ideológico se moverá entre el oportunismo "todoterreno", al más puro estilo peronista (ni izquierda ni derecha sino todo lo contrario) y que probablemente contenga una agenda oculta con la que sus afiliados del sector izquierdista (cada día menos en relación al conjunto) se lleven una desagradable sorpresa andando el tiempo.
Hoy es miércoles 13 de Agosto y, tras un mes y pico, seguimos sin saber en qué situación jurídica se encuentra la querella de PIT, que no Brad, contra la “líder”esa Esperanza Aguirre y su escudero Eduardo Inda.
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"Juego de Tronos: la trampa de Pablo Iglesias": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/10/juego-de-tronos-la-trampa-de-pablo.html
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Era previsible, tristemente. A los problemas de las asambleas del 15M (de los que tengo pendiente explayarme en algún lugar y momento), reproducidos ahora en los círculos, se añade que, a diferencia de aquéllas, éstos están en la carrera electoralista y con perspectiva boyante, lo que provoca un aluvión de oportunistas deseosos de pillar sillón ¡Menuda ensalada explosiva! Como en el 15-M, quien ha tomado las riendas en Podemos es una autodenominada clase media que, porque tiene formación académica superior –y aunque su vida depende y dependerá de un p*** salario-, se piensa que ya no pertenece a la clase trabajadora y, lo que es peor, se ha tragado sin masticar el posmoderno caramelo ideológico de que la clase trabajadora ha perdido “centralidad” como sujeto transformador (mientras el capital aplaude). Algunos de los “ricos e ilustrados” que hace poco comentaban un artículo de Público –“Los ricos votan a Podemos”- hacían alarde de un clasismo de rancio abolengo, que seguramente no comparte el grueso de la militancia de esta formación, ensalzando a su clase acomodada y educada como la única que históricamente y en la actualidad lidera los procesos revolucionarios hacia el socialismo. Uno señalaba que Robespierre y Marat fueron hijos de la burguesía, mientras que Stalin y Hitler lo fueron de la clase obrera; otro confesaba que quería cierta justicia social para poder pasear tranquilamente con su familia sin ser asaltado por los pobres. Algún otro más –probablemente desde el bosque de los trolls- sacaba el argumentario de las clases dominantes de hace 300 años sentenciando que los pobres –populacho ignorante- son los culpables de los fallos del sistema, así como el esclavo lo es de que haya esclavistas. La revolución que nos promete este nuevo “despotismo ilustrado”, esta aventura interclasista, como mucho será –si llega el caso-, algún tipo de redistribución de la riqueza que disminuya las desigualdades, pero no las elimine. Lo más preocupante –y termino- es el peligro de que la “ilusión” que han puesto muchas personas honestas y bienintencionadas en este proyecto político produzca, cuando la burbuja explote, una desilusión que puede tener graves consecuencias para un rearme político y moral de la ya de por sí maltrecha clase trabajadora. En estas circunstancias, creo que debemos implicarnos con todas nuestras capacidades en el sindicalismo de clase (ese que UGT y CCOO dejaron de ser) y su vinculación con los movimientos de base en los barrios, única manera de recuperar nuestro lenguaje, nuestra memoria y compromiso; en definitiva, nuestra conciencia y capacidad de lucha. Gracias una vez más, Marat, por compartir sus reflexiones y análisis: amargan como la verdad, pero se agradecen y engrasan la sindéresis.
ResponderEliminarEstimado Sr. Marat. deseo felicitarle por tan perspicaz artículo. También me gustaría realizarle un planteamiento. Cuando usted afirma, primero, "(...) No creo en una maldad intrínseca y perversa de los [partidos políticos] (...)"; y, segundo, "la necesidad de actuar dentro de un sistema de representación (no hay otro) (...) crean las perversiones de sus aparatos", parece dar a entender que, en primer lugar, que la corrupción política es consustancial a los partidos políticos per se, aisladamente considerados; y que, en segundo lugar, en España se materializa el sistema de representación política. Sin embargo, sobre la corrupción política Susan Rose-Ackerman afirma que es consustancial de los sistema electorales proporcionales y Antonio García-Trevijano añade que es consustancial a las oligarquías de partidos, o más precisamente, a las oligarquías de los jefes de partido en nuestra monarquía de los partidos (con origen en Zamoyski, quien rechazaría la corona para mantener el poder ejecutivo). Y sobre la representación política (desarrollada por Marsilio de Padua), los teóricos del Estado de partidos confirman su inexistencia pues las listas de partido obligan a los parlamentarios a guardar fidelidad a sus jefes de partido, so pena de verse excluidos de las mismas en la siguiente cita electoral. Por consiguiente en España no existe democracia formal (George Santayana) al carecer de los dos requisitos esenciales: la separación de poderes del Estado en origen y la representación política, como resultado de una mal llamada Constitución, pues al no constituir ni lo uno ni lo otro no es tal. Espero su comentario. Gracias por sus artículos. Saludos.
ResponderEliminarBuenos días, señor/a Punchunella:
EliminarMe ha estado bien empleada su larga cita de autores de su comentario por haber hecho yo lo mismo a lo largo de mi artículo. Donde las dan las toman.
Pero el caso es que usted alude en relación a mi párrafo a dos cuestiones a las que yo no estaba haciendo referencia. La primera, la corrupción política. Yo hablaba de las perversiones que genera la llamada ley de hierro de la oligarquía, como usted podrá comprobar en todos los párrafos anteriores al que usted alude.
La segunda, es su referencia a la democracia, a la que usted identifica con un "sistema de representación". Sistema de representación equivale un modelo político en el que el universo (l@s ciudadan@s mayores de edad) eligen a un subconjunto de miembros que elaboren la legislación de un país; no a una democracia, que no es lo mismo. Durante el franquismo, los integrantes de las Cortes españolas eran elegidos pero el país era una dictadura. El "sistema de representación" es compatible con una democracia pluralista, con un sistema de partido/movimiento único o con una pljuralismo de partidos en el que, sin embargo, la Constitución del país y la fuerza consagren a un único partido, de entre todos los que estén legalizados, el papel de partido guía y en la práctica el único con posibilidades de gobernar.
Es cierto que en el párrafo ("Sin embargo, sigo creyendo que la forma partido es un elemento básico hasta hoy para organizar la democracia, sea burguesa u obrera).que sigue al que usted ha aludido se puede interpretar que yo mismo establezco una analogía entre sistema de representación y democracia pero lo cierto es que estoy volviendo sobre la ley de hierro de la oligarquía de los partidos políticos.
En cuanto a los constitucionalistas y teóricos de la filosofía política o de las formas de Estado, lo cierto es que creo que se sitúan más allá de la realidad del "ser" para empeñarse en el "deber ser". Es bueno, en parte, que lo hagan porque implica un esfuerzo de mejora de las formas políticas pero lo cierto es que no se sitúan en el mundo de lo real, que no es lo mismo que ser conservador, sino que manejarse con los auténticos factores que intervienen en la política.
La democracia ateniense nunca fue democrática porque excluía a la gran mayoría de la población (metecos e ilotas) y era una democracia de ricos, los únicos que podía permitirse el lujo de dedicarse a la política porque no tenían que trabajar. Algo muy parecido a la democracia USA, la única que reconoce el señor García Trevijano, por cierto, porque para ser elegido congresista o senador (no digamos Presidente) hay que tener mucho dinero o lograr que el poder económico te lo preste para que luego se lo devuelvas haciendo las políticas que a dicho poder le interesan.
Las listas abiertas serán una garantía de cesarismo en la política, al ser elegido sólo el que más destaca de dichas listas y exigirán que cada candidato, para tener más posibilidades de salir elegido, disponga de mucho dinero propio (clasismo) o prestado (lobbismo) para hacer su campaña de vóteme a mí (al estilo USA) o bien que los medios de comunicación (al estilo de lo hecho con el coleta), que son medios de dominación ideológica del capital (accionistas) decidan apoyar a un candidato dándole protagonismo en detrimento del resto de la lista, lo que pervierte la igualdad de competencia que exigiría esa democracia. Estos, no obstante, pasa también con las listas cerradas, donde unos partidos tienen más medios que otros o más apoyos mediáticos, lo que pervierte los procesos electorales. (sigue)
(continúo) En cuanto a la relación de sistema electoral y grado de corrupción (la afirmación de Susan Rose-Ackerman) creo que es un tanto discutible.
EliminarEl grado de corrupción política depende, a mi modo de ver, de los mecanismos de control sobre los patrimonios de los elegidos y gobernantes y de su aplicación o no, de las culturas políticas de los países respecto a lo que es admisible en la acción política (y no me refiero a los estados de ánimo/opinión de un país en un momento dado sino de su trayectoria al respecto) y de lo que se haga con los lobbies. Legislaciones permisivas o ausencia de estas al respecto dan un mayor nivel de corrupción visible. Legislaciones más desarrolladas sobre los mismos, legalizan esa corrupción política, haya de por medio dinero o regalos o no. Cuando legislas para un lobby eres un corrupto, lo hagas por convicción y amor al arte o por dádivas.
Respecto a la separación o no de poderes, algo hay de verdad en lo que usted afirma sobre no democracia" pero fíjese que ese concepto de democracia de democracia de Montesquieu es un concepto liberal-burgués porque no estaría de más plantearse cuáles son las alternativas para la elección de los otros poderes que no dependan del ejecutivo, del legislativo, en todo o en parte, o de ambos. ¿Que jueces, fiscales y magistrados sean elegidos por los votantes garantiza que no se corrompan cuando han de gastarse dinero en su campaña electoral? ¿Qué pasaría con los que tengan menos medios? ¿Que se elijan ellos mismos no constituye una oligarquía endogámica?
En cuanto a una Constitución que no fue fruto de una ruptura democrática con el régimen anterior (constituyentes) sino de una continuidad de la dictadura en una Monarquía previamente designada sino del pacto político, estoy de acuerdo con usted, pero ¿no cree que refleja más bien la correlación de fuerzas que existía entonces en España? Yo, que lo viví, lo recuerdo así.
En definitiva, Puchinella, que al contrario de lo que decía una canción de Jesús Munárriz y de Luis Eduardo Aute, no "todo está en los libros. Lenin decía que "el campo de la teoría es gris pero el de la vida es verde". Todo es más complejo de lo que les parece a los tratadistas y más discutible. Yo creo que en ningún lugar del mundo, mientras el poder económico y la fuerza sean la garantía de la desigualdad fundamental entre los seres humanos y de su posibilidad de competir ser elegidos y elegibles en igualdad de condiciones, no hay democracia. Y seguramente también eso será discutible, al menos para cualquier liberal que crea que la política es un sistema cerrado en el que la economía tiene poco que decir