9 de julio de 2017

EN LA TUMBA DE LEOPOLD TREPPER

Michel Warschawski. El porteño

A iniciativa de mi joven amigo, el documentalista Eran Torbiner, fuimos hace unas semanas a recogernos ante las tumbas de Leopold Trepper y de su compañera y cómplice Luba Brojde. Fue precisa toda la habilidad de Eran para encontrar el emplazamiento de sus tumbas en el inmenso cementerio judío de Jerusalén.

El mismo día, aún conmovido, conté a mi hija Talila, una joven cultivada y erudita, lo que acababa de hacer. Talila no había oído nunca hablar ni de Leopold (Leib) Trapper ni de la Orquesta Roja. Inmediatamente he descubierto que para la juventud israelí de su generación el nombre del jefe de la Orquesta Roja no significaba absolutamente nada. Asumo la entera responsabilidad de la falta de transmisión a mis hijos, pero la ignorancia generalizada de su generación -así como, por otra parte, de la que la precede- es un problema de sociedad y un fracaso del sistema educativo israelí. ¿Fracaso? Más bien una opción: un judío comunista que además fue un espía soviético, no es un ejemplo para la juventud israelí.

La Orquesta Roja fue una red de espionaje soviético activa durante la Segunda Guerra Mundial en Francia, Bélgica, Países Bajos y Dinamarca bajo la ocupación nazi, pero también en Berlín, en el corazón del régimen. Está admitido que pocas redes de espionaje fueron tan eficaces como la Orquesta Roja, cuyos agentes habían logrado infiltrarse en la máquina de guerra alemana y recoger así informaciones de primera mano. El Almirante Canaris, jefe del contraespionaje nazi, hizo el balance de los daños provocados por la Orquesta Roja, declarando que “al menos 200 000 soldados sucumbieron como consecuencia de la actividad de la Orquesta Roja”.

Si Stalin y los burócratas de sus servicios de espionaje hubieran tenido más confianza en esta red compuesta esencialmente de judíos internacionalistas (dos características poco apreciadas en Moscú), no habrían tenido que pagar el precio colosal de la invasión alemana en 1941: Trepper y sus amigos habían transmitido a sus jefes la fecha exacta de la Operación Barbarroja, pero en Moscú creyeron que era una operación de intoxicación británica.

La realidad de la Orquesta Roja supera todas las ficciones, incluyendo la evasión de Trepper de las oficinas de la Gestapo, cuando su red fue descubierta. Pero no se trataba de espías clásicos: Trepper y sus camaradas eran en primer lugar militantes comunistas para quienes el antifascismo era visceral, y el hecho de que la mayoría de entre ellos fueran judíos, hacía de su combate una lucha personal contra el nazismo. Esto explica, en parte, la desconfianza que reinaba entre los miembros de la red y los servicios de espionaje de Moscú y los arreglos de cuentas tras la guerra.

En 1945 Trepper fue llamado a Moscú adonde acudió con otros heraldos de la lucha antinazi en el avión personal de Stalin. Pero no fue la medalla de heraldo de la Unión Soviética la que le esperó, sino los calabozos de la siniestra Lubianka, donde pasó diez años. Comparado a los demás que fueron casi todos asesinados, se puede decir que no le salió del todo mal.

Como consecuencia de la ola de antisemitismo en Polonia en 1968, Trepper abandonó su país para ir a Francia, y luego a Israel, donde vivió con Luba en un modesto piso de protección oficial del barrio Kiryat Hayovel de Jerusalén, donde me reuní con él dos veces. En su entierro en 1982 no había más que una docena de personas -vecinos esencialmente- y, evidentemente, ningún representante oficial del Estado de Israel. Eran ha consultado el Waze: no hay ninguna calle con el nombre de Trepper o de la Orquesta Roja. A una quincena de kilómetros de Jerusalén, se ha plantado un bosquecillo con el nombre “La Orquesta Roja”, con estelas con los nombres de algunos de sus miembros.

Trepper, Hillel Katz, Zocha [Yehudith Kafri] y sus compañeros y compañeras son los verdaderos heraldos del pueblo judío en el siglo XX, no Joseph Trumpeldor o Meir Hartzion. Pero, ¿quién les menciona en los medios o en los programas escolares?

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG
La historia de Leopold Trepper, Harro Schulze-Boysen, Arvid y Falk Harnack, Mildred Fish Harnack, Hilde Rake, Hans Coppi y tantos héroes de entre sus camaradas comunistas de la Orquesta Roja me impresionaron hondamente hace casi 15 años, cuando la leí por primera vez. Aquella abnegación y sacrificio de revolucionarios y antifascistas me tocó hondamente por su lealtad a la causa por la que tantos de ellos sacrificaron sus vidas. Publicar este texto en blog es un homenaje a todos ellos. 

Sé que algún párrafo del texto molestará a quienes niegan ciertos aspectos de la historia de aquella época tal y como sucedió y que intentan reescribirla. Me niego a mutilarlo porque responde a la realidad de los hechos y porque jamás hice tal cosa. No es propio de comunistas. 

Les dejo el enlace al libro completo de Gilles Perrault, “La Orquesta Roja”. Espero que les emocione y sobrecoja como a mí me sucedió al leerla. Estamos en tiempos en los que carecer de memoria es propio de criminales y de estúpidos. 

26 de junio de 2017

GARZÓN ENTONA EL TANGO DEL CABRÓN

Cuando no queda nada (bandera roja por arcoiris),
hasta la pose del "lidercillo" indica la falta
de respeto a los principios
Por Marat

Si alguien se siente ofendido por el título dispone de la opción de no continuar leyendo pero, si lo hace, lo mínimo que cabe pedirle es que no limite sus opiniones a la simpleza de coger el rábano por las hojas, que es el nivel que suelen alcanzar los “argumentos” de los “progres” que hoy no son siquiera simulacro de reformismo. Esos que frente a la falta de pan que produce el capitalismo proponen que no se les corte el rabo a los galgos. Vendrá un pijoanimalista a decirme que es una ley muy necesaria. Justamente el pijoanimalista al que la lucha de los estibadores en defensa de sus conquistas laborales históricas y de su dignidad se la trae floja. Que se vaya con viento fresco quien carece de la empatía necesaria para entender que el primer animal acosado al que debe defender es ese congénere de especie al que el poder del capital trata de aplastar una vez más.

Dice el garçon (Garzón) del pis (recomiendo ver el vídeo de 1 minuto y 33 segundos completo por su alto valor explicativo) de Pablito que está descontento en su papel de mamporrero de su amado fuhrercito y que pide mayor visibilidad de la capillita política (IU) a la que representa en su rol de indigna comparsa de los podemitas. No voy a entrar a discutir cómo era la IU que se fundó con el Partido Humanista (secta), los carlistas y el minipatidillo de bolsillo (Federación Progresista) de Tamames. Tampoco hablaré del papel indecente de Francisco Frutos, tras tanto alternativismo del procer Anguita frente al PSOE, pactando con este partido listas electorales en la época de Almunia. Ni siquiera de cómo IU ha sostenido gobiernos caciquiles, corruptos y compravotos del PSOE en Andalucía. No es necesario. Está en la mente de muchos.

Alberto Garzón, ese muñeco pálido de Pablito, llora la amargura de saber que cuando los votos de Podemos vuelvan al PSOE del saltimbanqui Sánchez, las siglas del grupúsculo que dirige no podrán recuperar el tiempo entregado al oportunismo mal dirigido. En su mente rondan aquellos versos del tango de Gardel que rezan


Aún el tiempo no logró
llevar su recuerdo,
borrar las ternuras
que guardan escritas
sus cartas marchitas
que tantas lecturas
con llanto desteñí...
¡Ella sí que me olvidó!...
Y hoy frente a su puerta
la oigo contenta,
percibo sus risas
y escucho que a otro
le dice las mismas
mentiras que a mí...”

La IU que algunos reclaman como impoluta en el pasado llevaba dentro de sus filas a trepas como Pablo Iglesias (UJCE en el pasado), a telepredicadores afectados de logorrea por un ego terapéuticamente mal tratado (Juan Carlos Monedero), a individuos con vocación de jubilarse en la política, tras tantos años como consejeros aúlicos (Manuel Monereo), a personajes que demostraban una soberbia impresionante, a la altura de su desprecio a los afilados, cuando eran alevines de IU (Irene Montero), a abogados que empezaron bien y acabaron mal (de la PAH a Podemos, pasando por el desprecio a las luchas de su pasado: Rafael Mayoral), a nazis, asesores de IU en la época de Frutos en la secretaria general del PCE y de Anguita en la dirección de ese engendro ciudadanista llamado Frente Cívico, como Verstrynge. Me refiero al sujeto que coqueteó con los nazis de CEDADE y fue admirador del fascista Girón de Velasco, el mismo que ha reconocido en varias ocasiones que hacía informes a través de un montaje llamado GODSA, de Alianza Popular, para subvencionar con dinero empresarial a su partido (los condottieri cambian de cliente como de camisa los lobos de Wall Street), el mismo que siente admiración confesa por Marine Le Pen.

Hubo un tiempo, muchos años después de abandonar IU, en el que decidí abofetear la cara indecente de un PSOE 2.0 de 1914, llamado Podemos, que imitaba al original del Isidoro de 77, con los restos de las manos muertas que quedaban de IU. Ese tiempo ya pasó. La mayoría de esa IU está compuesta por dirigentes sin decencia ni principios y por bases formadas por mediocres sin formación política alguna pero un pasivo trágala basado en el venimos del PCE, como si ese partido no se hubiera vendido al capital desde su política de reconciliación nacional de 1956 con los hijos de los franquistas, obedeciendo las órdenes de Stalin de la coexistencia pacífica de una URSS, ya muy alejada del poder de los soviets, con el capitalismo. Táctica le llaman a la renuncia.

Parece que hay un memo estalinista para el que el cuestionamiento de todo el texto viene de si fue Stalin o Kruschev el que apadrinó la escuela de las relaciones internacionales soviéticas de la coexistencia pacífica. El muy ignorante desconoce el significado de la cumbre de Yalta y el reparto pacífico de Europa y quienes salían en la foto.

Hay una creencia muy extendida en quienes militan en esos partidos que en Occidente aún tienen la desvergüenza de llamarse comunistas, no siéndolo, de que dichos partidos son recuperables para el socialismo. Dicha mentira, autoadministrada por quienes la aceptan para consumo propio, se basa en un hecho histórico: que la III Internacional los reconoció en su día como secciones nacionales de la misma. Pero lo que un día fue cierto no tiene hoy base alguna en la que sustentarse como verdad posterior. El pacto con las falsamente llamadas burguesías democráticas, en la lucha contra el fascismo y con aquellos partidos que solo unos años antes habían sido tildados de socialfascistas, llamado Frentes Populares en muchos países de Europa, postergó "sine die" la lucha por la destrucción del capitalismo y la revolución socialista para aclimatar a los PPCC al capitalismo contra el que habían nacido y a la aceptación, con matices, de sus democracias burguesas. La retórica y el ritual seguían siendo socialistas pero las prácticas socialdemócratas. Me pregunto qué es lo que hace que algunos que se autodenominan comunistas, habiendo sido educados políticamente en el reformismo, sigan confiando y esperando que sus PPCC de referencia y afiliación den un giro revolucionario. La posibilidad de que tal cosa suceda es la misma de que los PPSS vuelvan a la senda del socialismo y del marxismo. Pero a los miembros de unas y otras organizaciones, ya en proceso de descomposición, les sirve para acallar sus conciencias de pequeñoburgueses jugando a la ensoñación anticapitalista. Ni ellos se creen esa esperanza pero les resulta cómoda para no tener que hacer autocrítica sincera y volver a empezar, que es la tarea de cualquier revolucionario que realmente lo sea. Si fuera necesario seguirían esperando otros 60 años. Y es que romper el cordón umbilical da mucho trabajo y exige libertad de pensamiento.

Así que no me venga ningún nostálgico del “sin Garzón todo fue mejor” porque saben o debieran admitir, si tuvieran la inteligencia y la honestidad comunista para admitirlo, que ellos fueron alfombrando de basura el lugar en el que hoy está su querida “organización”.

Pues bien, toca decir que el papel de cornúpeta, de gran alce con mínimo cuerpo que hoy es IU, está alfombrado por el papel de un PCE que fue heroico en la lucha de sus militantes, no de gran parte de una dirigencia protegida ante la represión, contra el fascismo pero absolutamente alejado de la orientación de clase contra clase que debe caracterizar a los comunistas. De tales renuncias estos resultados.

La IU de Garzón es un zombie que busca, no identidad propia, no sean ustedes tan absurdos en su mentira, sino una cuota de influencia, porque la facción progre de defensores del capital no tiene poder sino destinos profesionales.

La que reivindica a la antigua IU jamás mató al padre, Santiago Carrillo, porque fue partícipe de dichas políticas de conciliación de clase, búsqueda de gobiernos de concentración y entrega del sindicato a prácticas mafiosas de colusión con el capital y sus gobiernos para domesticar a la clase trabajadora (Pactos de la Moncloa). Ese sector no puede hacer autocrítica porque le va su currículum político en ello.

De aquellos polvos estos lodos. Una parte de la antigua IU/PCE desaparecerá por mero agotamiento biológico y por senectud de un formato estéticamente anticuado de eurocomunismo.

A ellos solo cabe aplicarles aquella parte del tango del gran Gardel que dice:

Ahora, cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.”

La otra, la que ha transmigrado en el alma de Podemos, remedando las gilipolleces del ex falangista Anguita, cuando decía aquello de “algún día el alma inmortal del PCE transmigrara en Izquierda Unida”, hace tiempo que es tan indecente por carecer de escrúpulos en el arribismo de sus componentes de cúpula, traidora a la clase trabajadora e inútil para la lucha por el socialismo como lo fue el “izquierdista PSOE” de Isidoro en 1977, el que pasaba la frontera a Francia escoltado por la Guardia Civil.

Señores de IU, su desaparición será una noticia necesaria en el avance hacia la conciencia de que de las urnas solo nacerán nuevas miserias basadas en el viejo engaño del timo del tocomocho. Lo deseable es que a sus cenizas les acompañe el descubrimiento de que los podemitas no son sino los hijos del PSOE, que ustedes fueron, disfrazados de un lenguaje hortera y desclasado para postmodernos de la nada.

Hay quienes afirmamos que el tango es el "llanto del cabrón" por el contenido relativo al desamor y el engaño al amor traicionado de muchas de sus letras. Es injusta esta calificación, ya que también hay otros tangos con temáticas distintas, algunas llenas esperanza e ilusión (déjenme compartir una con ustedes), pero no deja de haber un fondo de verdad en esa primera apreciación. Ese el sentido tanguista que hoy le da el trepa sin escrúpulos e imberbe político llamado Alberto Garzón a sus llantos ante el ninguneo político al que le ha sometido su querido fuhrercito con coleta.