Alfredo Jalife Rahme. La Jornada
El connotado investigador francés Thierry Meyssan, director de Réseau Voltaire, lanzó una temeraria bomba informativa que ha provocado muchos tremblores en el mundo, al revelar que el senador John McCain es el verdadero califa del Estado Islámico (EI) que asola el Medio Oriente, además de ser el controlador del califa falso Abu Bakar Al-Baghdadi .
No es la primera vez que Thierry Meyssan lanza misiles letales: autor del libro La terrible impostura, que desnuda la superchería del montaje hollywoodiense del 11-S, lo que le valió ser perseguido por la CIA y lo obligó al ostracismo forzado en Líbano y Siria, donde lo he entrevistado en varias ocasiones.
El activista político y periodista francés Thierry Meyssan devela que tuvo acceso hace más de tres años a un informe de inteligencia en el que se indicaba que “el 4 de febrero de 2011, la OTAN organizó en El Cairo una reunión presidida por McCain para iniciar la primavera árabe en Libia y Siria”, entre quienes se encontraba en forma oficiosa el filósofo sionista Bernard-Henri Lévy, por parte de Francia.
Ahora se entiende en retrospectiva la razón por la cual los desinformativos multimedia israelí-anglosajones dieron tanto vuelo a la primavera árabe, que acabó en "invierno árabe", aprovechando, a mi juicio, las hambrunas provocadas por el alza artificial de los alimentos en África del norte (ver mi libro: "Las revoluciones árabes en curso: el detonador alimentario global").
Thierry Meyssan expone un documento oficial de la embajada de Qatar en Trípoli que “confirma el envío de 1.800 extremistas islámicos mercenarios entrenados en Libia para combatir en Siria”, penetrando por la frontera turca.
¿Habrá tenido algo que ver en el asesinato del embajador de Estados Unidos, que "extrañamente" se encontraba en Bengasi, desde donde salieron muníficas cantidades de armamento para Al Qaeda y Al Nusra en Siria?
La revelación de Thierry Meyssan trascendió al primer nivel geoestratégico al haber sido reportada por el ya célebre portal RussiaToday, de lectura imprescindible para contrastar la desinformación israelí-anglosajona. “El politólogo francés Thierry Meyssan describe un lado oculto de la política de Estados Unidos y revela el papel del senador John McCain durante el inicio de la primavera árabe, así como su relación con una milicia del EI”.
Resulta que uno de los "encuentros clave de McCain tuvo lugar en Siria en mayo de 2013", que realizó en "forma ilegal", y donde tuvo "reuniones con terroristas buscados por Estados Unidos" y aporta las impactantes fotos donde el senador estadounidense –a mi juicio, el primer califa–, se reúne con su instrumento: el segundo califa, AbuBakr Al-Baghdadi, además de Salim Idriss, miembro del Ejército Libre (sic) de Siria.
Thierry Meyssan rememora que "el segundo califa" había sido descrito por la revista Time y el rotativo galo Le Monde como "el hombre más peligroso del mundo", o el "nuevo Osama bin Laden", sin contar que forma parte de la "lista de los terroristas más buscados por Estados Unidos", por quien "la justicia estadounidense ofrece una recompensa de 10 millones de dólares". ¡Otro montaje hollywoodiense para activar la decadente política exterior de aquel país y sus burdos cuentos texanos de Las mil y una noches!
Un mes antes de su encuentro con McCain, "AbuBakr Al-Baghdadi" (alias Ibrahim al-Badri) había creado el EIen Iraq y el Levante, "aún siendo miembro de lo que Washington consideraba como la parte moderada" del Ejército Libre de Siria.
A juicio del politólogo francés, "en el terreno no había ninguna diferencia entre el Ejército Libre de Siria, el Frente Al Nusra o el EI". Todos esos "grupos armados con distintos nombres se componen de los mismos individuos y éstos cambian constantemente de bandera"; el EI representa una "nueva etapa en materia de mercenarismo", cuando "Estados Unidos trata de dividir a Irak en tres estados" y cuyo objetivo busca alcanzar usando al grupo yihadista, "un actor no estatal”.
¿Los medievales yihadistas sunitas, nuevos condottieri medio-orientales, son producto del outsourcing de la privatización neoliberal de los ejércitos, como los mercenarios anglosajones de Blackwater, rebautizado dos veces como Xe Services (2009) y Academi (2011)?
Las transmutaciones terroristas apadrinadas por Estados Unidos/Gran Bretaña/Israel son también psicolingüísticas.
En similitud a mi tesis petrolera de la pseudo ayuda humanitaria de Estados Unidos en Kurdistán, Thierry Meyssan fustiga que los recientes bombardeos de Estados Unidos no están destinados para destruir al EI, "sino a garantizar que los diferentes actores no se salgan del territorio que les ha sido asignado", cuando hasta ahora han sido "puramente simbólicos y sólo han destruido unos cuantos vehículos".
Thierry Meyssan señala que el califa supremo, McCain, es un alto funcionario del gobierno de Estados Unidos que preside el Instituto Republicano Internacional (rama de la NED/CIA): "agencia intergubernamental cuyo presupuesto es aprobado por el Congreso de Estados Unidos".
Recuerda que en nombre de la "democracia", el supremo califa "McCain preparó el fallido golpe de Estado contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez; la destitución de Jean-Bertrand Aristide en Haití, y el derrocamiento del presidente ucranio Viktor Yanukovich". ¿Dónde quedan los financiamientos espurios del megaespeculador George Soros?
Gulf Daily News, rotativo de Bahrein en el golfo Pérsico, asevera que el califa Al-Baghdadi fue entrenado por el Mossad, según revelación de Edward Snowden, anterior empleado de la NSA, quien asevera que los servicios secretos tripartitas de Estados Unidos/GB/Israel trabajaron conjuntamente para crear el nuevo califato sunita del siglo XXI: una organización terrorista que es capaz de atraer a todos los extremistas del mundo en un solo lugar mediante la estrategia del nido de avispas, diseñada “para proteger a la entidad sionista creando lemas religiosos e islámicos”.
En forma pertinente, Thierry Meyssan juzga la nota de Bahrein como pura desinformación para confundir a los neófitos, cuando Snowden no se ha pronunciado al respecto. ¿Será?
El senador John Sidney McCain III, del Partido Republicano y fallido candidato presidencial, representa uno de los lados más siniestros del belicismo estadounidense que opera como su cañón suelto (“loose canon”).
Al califa supremo no le afectó el superescándalo financiero de Los 5 Keating, donde recibió lubricaciones pecuniarias para encubrir el fraude de Lincoln Savings & Loan, a un costo de 3 mil millones de dólares, que arruinó a 23 mil ahorradores.
Más allá tanto de su innegable linaje en la marina de Estados Unidos –con abuelo y padre almirantes de cuatro estrellas–, como de su cautiverio de seis años (prisionero de guerra en Vietnam), en el que es probable que haya sufrido maltrato psicológico, es muy perturbador el belicismo a ultranza del califa supremo McCain, nacido en la base militar del Canal de Panamá, cuyas obsesiones militares con bromas macabras –su famoso cántico de Vamos a bombardear Irán– han estado a punto de provocar una tercera guerra mundial.
21 de agosto de 2014
20 de agosto de 2014
MENSAJE DE RAFA DESDE EL FRENTE ANTIFASCISTA DE UCRANIA
“Cosas de esta puta guerra”
La Mancha Obrera.
Podría volver a describiros cómo un ejército, mercenarios nazis y un gobierno legitimado por mas de medio mundo, están asesinando y torturando a miles de personas por simples motivos de odio e intereses económicos, pero seguramente los que lleguéis a leer esto lo sabréis perfectamente; y ya duele tanto escribirlo, como verlo a diario, así que me niego a hacerlo nuevamente.
También podría volver a reflexionar sobre el Comunismo, la lucha de los pueblos, la libertad… Y seguiría siendo de igual manera infructuoso.
Éste escrito, cumpla finalmente su función o no, va dirigido a la totalidad de la población, que como en anteriores ocasiones publiqué, sería incapaz de mantener los ojos abiertos más de un segundo al presenciar tan injustificable masacre.
Lo escribo en un momento delicado, bastante delicado, de gran incertidumbre, cuando en la base apenas sale un hilo de agua e los grifos, y ni puedo imaginar como estarán en otras poblaciones más asediadas. Se perciben caras de preocupación entre los milicianos más experimentados. El idioma es una dificultad, pero poco a poco vas entendiendo parte de las conversaciones, y sobre todo, interpretas gestos, caras, miradas. Me da la sensación de que la Junta golpista de Kiev quiere echar el resto antes de posibles toques de atención, vengan de donde vengan… (Al menos esta es mi opinión). Están intentando tomar la región por todas partes, y eso evidentemente se traduce en más muerte y destrucción.
Pero insisto, la motivación que me lleva a parar un instante a escribir, no es volver a transmitiros un parte de guerra. No se trata de eso. Sólo pretendo que intentéis hacer el esfuerzo de sentir lo que he sentido al mirar tantos ojos inundados del más absoluto dolor.
Te desgarra el corazón. Dormir cada noche al lado de un gran hombre, que se preocupó por nuestro bienestar desde que llegamos (en la medida que la actual precariedad permite), que no descansaba hasta asegurarse de que la labor que desempeñaba por su pueblo estaba concluida… y al día siguiente portar su féretro rodeado de una familia e innumerables amigos rotos de dolor, supera a cualquiera.
Hace un par de días, me encontraba al otro lado de un río controlando un pequeño bosque y unos caminos y senderos que daban acceso a una pequeña población de la región de Donetsk, con el horrible sonido ambiente atronador de fondo. Vigilábamos la retaguardia de la primera línea que intentaba asegurar la zona de Yasunovata, castigada a diario durante el pasado fin de semana por la artillería del ejercito ukro.
Transcurridas unas horas, mi superior situado al otro lado del río para guardar la entrada del camino principal del pueblo, me hizo señas para que me dirigiera hacia el. Los vecinos nos habían sacado leche fresca muy fría y una especie de carne rebozada que no supe identificar, pero que agradecías enormemente después de tanto rato bajo un insufrible sol, con botas, pantalón largo, chaqueta, un pesado chaleco y demás accesorios indispensables; mas aún cuando la botella de agua que teníamos en el vehículo casi se evaporaba de la alta temperatura.
Mientras tomábamos dicho refrigerio varios vecinos se acercaron, agradecieron mi labor, nuestra labor, y me dieron muestras de profundo y sincero respeto por haber venido desde tan lejos para apoyar su defensa. Mi “khomandir” ya les había estado contando nuestro periplo.
Al rato, una preciosa niña de unos 10-12 años se acercó junto con su perro, ya que su padre se encontraba charlando con nosotros. De pronto reconoció mi cara y el lazo republicano de mi muñeca al haberlo visto días atrás en la televisión en una de las entrevistas que nos realizaron (entrevistas que por cierto desesperan, no porque considere que no puedan ser de utilidad, sino porque se te ocurren mil cosas mejores que hacer en esta tierra dada la situación actual). Al verme sonrió, una de esas sonrisillas semi-avergonzadas al encontrarse allí junto a alguien que había visto en TV, una linda sonrisa.
Dos horas después, encontrándonos de nuevo en nuestras posiciones, un compañero me alertó de que tenía que regresar rápidamente al vehículo. Corres como nunca lo has hecho al escuchar cada vez más cerca los estruendos de tu columna en retirada y los bombazos de la artillería enemiga. Monté en el coche que me esperaba con la puerta abierta y ya en movimiento. Había que marcharse con total celeridad, ya que habían llegado significativos refuerzos del ejército fascista y no se podía mantener la posición sin comprometer la seguridad de la población; había que llevárselos de allí.
Vigilante desde la ventanilla del coche, mientras abandonábamos el pueblo, observaba como sus habitantes nos despedían con gritos de ánimo, aplausos y puños en alto desde las puertas de sus casas. Entonces volví a ver a esa niña, ella no aplaudía ni gritaba. Esa preciosa niña tenía dibujado en sus ojos la imagen del más absoluto terror. Esa niña, que seguramente meses atrás vivía feliz, iba al colegio y jugaba con sus familiares y amigos, ahora sólo podía pensar en cómo de cerca caerían las balas y los misiles en esta ocasión.
No sé cómo estará, no sé si su pueblo ha sido bombardeado en estos días… es posible, ya que el conflicto en la zona sigue siendo duro y constante.
Historias miles, diarias, dramáticas. Las que llegas a conocer y las que no. Como para escribir uno y cien libros cargados de sufrimiento y horror.
A los pocos días de llegar aquí, discutía por wassap con un familiar directo acerca de porqué había tomado la decisión de llevar a cabo esta “locura”. Comprometía mi seguridad y la de mi familia. Por desgracia, como poco después ocurrió, su seguridad y también su intimidad. Les dejaba sumidos en la mas absoluta preocupación, con riesgos que ésto también conllevaba…
¿Por qué? Porque si algún día mi pueblo, mi gente, mi familia y amigos, se encuentran sufriendo una atrocidad semejante a la que padece esta población, solo podré soñar y desear que mucha gente tome ésta misma decisión que yo he tomado; y por que creo que a todos y cada uno de vosotros os ocurriría lo mismo.
Y cerca de cumplir un mes en el Donbass os diré, que aunque a nadie le desearía tener que presenciar y vivir esto, para nada me arrepiento de estar aquí. Aunque sólo fuese para tratar transmitiros, como ahora intento hacer, de mi puño y letra, cuánto sufrimiento producen los macabros intereses de unos pocos.
Les culpo a ellos, son los máximos responsables de esta terrible página de la historia. Al presidente Petro Poroshenko y su gobierno golpista de ideología nazi-fascista, al resto de estados de la UE, al de EEUU, y un larguísimo etcétera…
Pero, y perdonarme por el atrevimiento, también os culpo a todos los que con total indiferencia miráis hacia otro lado, ponéis excusas vacías de argumentación, y no hacéis absolutamente NADA por estos niños, estos ancianos, estas personas que de manera independiente, y ajenas a ideologías, lo único que quieren es recuperar una paz y libertad que les ha sido arrebatada hace demasiado tiempo. Supongo que la comodidad de vuestras vidas no os deja tiempo y/o ganas para más.
Os acuso de ser cómplices silenciosos del asesinato, tortura y masacre de miles de personas. Porque si queréis podéis conocer la verdad de lo que aquí ocurre, yo lo hice previamente a mi traslado. Porque si queréis, entre todos, podemos acabar con ello. Me dan igual vuestras ideologías y tendencias políticas, aquí hay un gobierno y súbditos forzados que atacan a población civil (con muchos de esos súbditos que ya se han negado a ello y han pasado a formar parte de las milicias o han huido por temor a represalias), y frente a ellos otra parte, una milicia formada en su inmensa mayoría por trabajadores como vosotros, que con múltiples tendencias, cierto es, la defiende.
Me enorgullece ver cómo compañeros están luchando para detener el genocidio en Gaza, tenéis todo mi apoyo. Pero al mismo tiempo me entristece profundamente observar cómo muchos miran hacia otro lado en lo que al conflicto ucraniano se refiere, no puedo entenderlo… ¿A qué tenéis miedo? ¿Es porque nos toca lo suficientemente cerca que nuestra implicación debería ser mayor? ¿Es porque está en nuestras manos exigir a nuestros respectivos gobiernos que dejen de legitimar (y financiar en muchos casos) a otro gobierno que está persiguiendo y aniquilando a gran parte de su población? ¿Acaso no luchamos por la justicia y la libertad de los pueblos?
Son personas las que aquí mueren a diario. Personas como TÚ y como YO. Que hasta hace muy poco disfrutaban de la tranquilidad y comodidad que ahora estaréis sintiendo en vuestros hogares, y que tan rápido como a ellos les fue robada, a TODOS os la pueden arrebatar.
Se llama EMPATÍA, ponerse en el lugar del otro.
Se llama SOLIDARIDAD, no permitir esta injusticia.
#SaveDonbassPeople
Rafa, voluntario internacionalista español en las milicias populares de Donestk
La Mancha Obrera.
Podría volver a describiros cómo un ejército, mercenarios nazis y un gobierno legitimado por mas de medio mundo, están asesinando y torturando a miles de personas por simples motivos de odio e intereses económicos, pero seguramente los que lleguéis a leer esto lo sabréis perfectamente; y ya duele tanto escribirlo, como verlo a diario, así que me niego a hacerlo nuevamente.
También podría volver a reflexionar sobre el Comunismo, la lucha de los pueblos, la libertad… Y seguiría siendo de igual manera infructuoso.
Éste escrito, cumpla finalmente su función o no, va dirigido a la totalidad de la población, que como en anteriores ocasiones publiqué, sería incapaz de mantener los ojos abiertos más de un segundo al presenciar tan injustificable masacre.
Lo escribo en un momento delicado, bastante delicado, de gran incertidumbre, cuando en la base apenas sale un hilo de agua e los grifos, y ni puedo imaginar como estarán en otras poblaciones más asediadas. Se perciben caras de preocupación entre los milicianos más experimentados. El idioma es una dificultad, pero poco a poco vas entendiendo parte de las conversaciones, y sobre todo, interpretas gestos, caras, miradas. Me da la sensación de que la Junta golpista de Kiev quiere echar el resto antes de posibles toques de atención, vengan de donde vengan… (Al menos esta es mi opinión). Están intentando tomar la región por todas partes, y eso evidentemente se traduce en más muerte y destrucción.
Pero insisto, la motivación que me lleva a parar un instante a escribir, no es volver a transmitiros un parte de guerra. No se trata de eso. Sólo pretendo que intentéis hacer el esfuerzo de sentir lo que he sentido al mirar tantos ojos inundados del más absoluto dolor.
Te desgarra el corazón. Dormir cada noche al lado de un gran hombre, que se preocupó por nuestro bienestar desde que llegamos (en la medida que la actual precariedad permite), que no descansaba hasta asegurarse de que la labor que desempeñaba por su pueblo estaba concluida… y al día siguiente portar su féretro rodeado de una familia e innumerables amigos rotos de dolor, supera a cualquiera.
Hace un par de días, me encontraba al otro lado de un río controlando un pequeño bosque y unos caminos y senderos que daban acceso a una pequeña población de la región de Donetsk, con el horrible sonido ambiente atronador de fondo. Vigilábamos la retaguardia de la primera línea que intentaba asegurar la zona de Yasunovata, castigada a diario durante el pasado fin de semana por la artillería del ejercito ukro.
Transcurridas unas horas, mi superior situado al otro lado del río para guardar la entrada del camino principal del pueblo, me hizo señas para que me dirigiera hacia el. Los vecinos nos habían sacado leche fresca muy fría y una especie de carne rebozada que no supe identificar, pero que agradecías enormemente después de tanto rato bajo un insufrible sol, con botas, pantalón largo, chaqueta, un pesado chaleco y demás accesorios indispensables; mas aún cuando la botella de agua que teníamos en el vehículo casi se evaporaba de la alta temperatura.
Mientras tomábamos dicho refrigerio varios vecinos se acercaron, agradecieron mi labor, nuestra labor, y me dieron muestras de profundo y sincero respeto por haber venido desde tan lejos para apoyar su defensa. Mi “khomandir” ya les había estado contando nuestro periplo.
Al rato, una preciosa niña de unos 10-12 años se acercó junto con su perro, ya que su padre se encontraba charlando con nosotros. De pronto reconoció mi cara y el lazo republicano de mi muñeca al haberlo visto días atrás en la televisión en una de las entrevistas que nos realizaron (entrevistas que por cierto desesperan, no porque considere que no puedan ser de utilidad, sino porque se te ocurren mil cosas mejores que hacer en esta tierra dada la situación actual). Al verme sonrió, una de esas sonrisillas semi-avergonzadas al encontrarse allí junto a alguien que había visto en TV, una linda sonrisa.
Dos horas después, encontrándonos de nuevo en nuestras posiciones, un compañero me alertó de que tenía que regresar rápidamente al vehículo. Corres como nunca lo has hecho al escuchar cada vez más cerca los estruendos de tu columna en retirada y los bombazos de la artillería enemiga. Monté en el coche que me esperaba con la puerta abierta y ya en movimiento. Había que marcharse con total celeridad, ya que habían llegado significativos refuerzos del ejército fascista y no se podía mantener la posición sin comprometer la seguridad de la población; había que llevárselos de allí.
Vigilante desde la ventanilla del coche, mientras abandonábamos el pueblo, observaba como sus habitantes nos despedían con gritos de ánimo, aplausos y puños en alto desde las puertas de sus casas. Entonces volví a ver a esa niña, ella no aplaudía ni gritaba. Esa preciosa niña tenía dibujado en sus ojos la imagen del más absoluto terror. Esa niña, que seguramente meses atrás vivía feliz, iba al colegio y jugaba con sus familiares y amigos, ahora sólo podía pensar en cómo de cerca caerían las balas y los misiles en esta ocasión.
No sé cómo estará, no sé si su pueblo ha sido bombardeado en estos días… es posible, ya que el conflicto en la zona sigue siendo duro y constante.
Historias miles, diarias, dramáticas. Las que llegas a conocer y las que no. Como para escribir uno y cien libros cargados de sufrimiento y horror.
A los pocos días de llegar aquí, discutía por wassap con un familiar directo acerca de porqué había tomado la decisión de llevar a cabo esta “locura”. Comprometía mi seguridad y la de mi familia. Por desgracia, como poco después ocurrió, su seguridad y también su intimidad. Les dejaba sumidos en la mas absoluta preocupación, con riesgos que ésto también conllevaba…
¿Por qué? Porque si algún día mi pueblo, mi gente, mi familia y amigos, se encuentran sufriendo una atrocidad semejante a la que padece esta población, solo podré soñar y desear que mucha gente tome ésta misma decisión que yo he tomado; y por que creo que a todos y cada uno de vosotros os ocurriría lo mismo.
Y cerca de cumplir un mes en el Donbass os diré, que aunque a nadie le desearía tener que presenciar y vivir esto, para nada me arrepiento de estar aquí. Aunque sólo fuese para tratar transmitiros, como ahora intento hacer, de mi puño y letra, cuánto sufrimiento producen los macabros intereses de unos pocos.
Les culpo a ellos, son los máximos responsables de esta terrible página de la historia. Al presidente Petro Poroshenko y su gobierno golpista de ideología nazi-fascista, al resto de estados de la UE, al de EEUU, y un larguísimo etcétera…
Pero, y perdonarme por el atrevimiento, también os culpo a todos los que con total indiferencia miráis hacia otro lado, ponéis excusas vacías de argumentación, y no hacéis absolutamente NADA por estos niños, estos ancianos, estas personas que de manera independiente, y ajenas a ideologías, lo único que quieren es recuperar una paz y libertad que les ha sido arrebatada hace demasiado tiempo. Supongo que la comodidad de vuestras vidas no os deja tiempo y/o ganas para más.
Os acuso de ser cómplices silenciosos del asesinato, tortura y masacre de miles de personas. Porque si queréis podéis conocer la verdad de lo que aquí ocurre, yo lo hice previamente a mi traslado. Porque si queréis, entre todos, podemos acabar con ello. Me dan igual vuestras ideologías y tendencias políticas, aquí hay un gobierno y súbditos forzados que atacan a población civil (con muchos de esos súbditos que ya se han negado a ello y han pasado a formar parte de las milicias o han huido por temor a represalias), y frente a ellos otra parte, una milicia formada en su inmensa mayoría por trabajadores como vosotros, que con múltiples tendencias, cierto es, la defiende.
Me enorgullece ver cómo compañeros están luchando para detener el genocidio en Gaza, tenéis todo mi apoyo. Pero al mismo tiempo me entristece profundamente observar cómo muchos miran hacia otro lado en lo que al conflicto ucraniano se refiere, no puedo entenderlo… ¿A qué tenéis miedo? ¿Es porque nos toca lo suficientemente cerca que nuestra implicación debería ser mayor? ¿Es porque está en nuestras manos exigir a nuestros respectivos gobiernos que dejen de legitimar (y financiar en muchos casos) a otro gobierno que está persiguiendo y aniquilando a gran parte de su población? ¿Acaso no luchamos por la justicia y la libertad de los pueblos?
Son personas las que aquí mueren a diario. Personas como TÚ y como YO. Que hasta hace muy poco disfrutaban de la tranquilidad y comodidad que ahora estaréis sintiendo en vuestros hogares, y que tan rápido como a ellos les fue robada, a TODOS os la pueden arrebatar.
Se llama EMPATÍA, ponerse en el lugar del otro.
Se llama SOLIDARIDAD, no permitir esta injusticia.
#SaveDonbassPeople
Rafa, voluntario internacionalista español en las milicias populares de Donestk
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