Luana
De Micco (ANSA).
ArgenPress
Amazon, el gigante norteamericano de la venta
electrónica cuya facturación superó los 60.000 millones de dólares en 2012,
obliga a sus empleados en Francia a funcionar como robots, realizando tareas
agotzdoras y repetitivas como recorrer 20 kilómetros diarios entre los
corredores de sus inmensos depósitos.
La revelación es de un periodista que consiguió
ser contratado en uno de los depósitos de Amazon France, situado en Montelimar
(sudeste del país).
A partir de esta experiencia escribió un libro
donde habla de los contratos precarios y las extenuantes modalidades de trabajo
de la célebre firma creadora del Kindle, el libro electrónico más popular
lanzado hasta ahora.
El autor de "En
Amazonie, infiltré dans le meilleur des mondes" (En Amazonía,
infiltrado en el mejor de los mundos), editado por Fayard, se llama
Jean-Baptiste Malet. Primero el periodista había pedido una entrevista con los
responsables de Amazon France, pero frente al rechazo pronto se dio cuenta de
que "para poder descubrir qué hay
del otro lado del monitor" debía "infiltrarse".
"Descubrí
que los empleados no tenían derecho a expresarse sobre las condiciones de su
trabajo, ni en los medios ni con la familia, a pesar de las reglas vigentes en
el código de trabajo. La compañía limita toda forma de comunicación",
explicó.
En vista de la Navidad 2012, Amazon France tomó a
1.200 personas con contratos temporarios, con turnos de siete horas diarias, a
9,725 euros brutos la hora.
Malet fue contratado en el depósito de Montelimar,
un hangar de 36.000 metros cuadrados, como "picker", es decir el
obrero que recorre a pie entre 20 y 25 kilómetros cada día para ir a buscar los
productos (libros, discos y cualquier otro objeto vendido en Amazon), cargarlos
en los carritos y llevarlos a los "packers" o embaladores.
Hacía turnos nocturnos, de las 21.30 a las 4.50, y
cada uno de sus gestos estaba extremadamente codificado: desde el modo de
manipular los carritos (la marcha atrás está prohibida) hasta cómo apilar los
artículos (por dimensiones, con el código de barras hacia abajo y otros
requerimientos).
Como todos los empleados, usaba un "policía electrónico", un
escáner con sistema de GPS que controla en tiempo real los traslados, la
velocidad de los gestos y eventuales tiempos de pausa.
Un informe final de productividad le era entregado
al final de cada turno. Los "picker modelo" -explicó- deben tener un
ritmo de 130 artículos por hora, realmente muy alto, considerando que al principio
no se consigue cargar más de 50 objetos.
La consecuencia son dolores de espalda, cuello,
muñecas y piernas. Pero si no se logran los objetivos, hay sanciones: y sólo
los empleados más productivos pueden aspirar a un contrato por tiempo
indeterminado.
Los clientes de Amazon -subrayó Malet- deben saber
todo esto cuando hacen sus pedidos. Y pensar, concluyó, que el lema de la
empresa es "work hard, have fun,
make history" (trabaja duro, diviértete, haz historia).