6 de junio de 2023

SUMAR Y PODEMOS JUNTOS A LAS GENERALES ¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?

Ya veremos en qué acaba esta carrera de tres pies

Por Marat

Cualquiera que esté mínimamente al tanto de la tragicomedia del teatro de títeres de cachiporra en el que han estado enzarzados los últimos años los progres a la “izquierda” del PSOE está al cabo de la calle de cuál es el ambiente y el estado emocional en esa variopinta fauna y entre sus menguados votantes.

Hasta el 28 de Mayo todo eran broncas, ataques más o menos sutiles, más o menos groseros, descalificaciones y envenenados llamamientos a una supuesta unidad, que cada parte pretendía imponer desde un “trágala” tácito en unos casos (Díaz con su construcción primero de Sumar), explícito en otros (Iglesias y sus “majorettes” Belarra, Montero, Echenique y Verstrynge con su exigencia de primarias).

Sumar ha recibido un mazazo brutal con la pérdida de Compromís del Ayuntamiento de Valencia y el poder compartido en la Generalitat Valenciana, la pérdida de 7 concejales de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital (Pitita, perdón, Rita Maestre se dejó por el camino 200.000 votos), sólo compensada parcialmente por su mantenimiento en el Parlamento Autónomo, y la más que previsible pérdida de la alcaldía de Barcelona por parte de los Comunes. Los moderadísimos éxitos de otros grupos de Sumar, como CHA o IU, donde ésta ha ido sola o con otros grupos al margen de Podemos, son bagatelas en comparación con las pérdidas. El proyecto de Sumar y la imagen de Yolanda Díaz parten debilitados hacia las generales del 23-J.

Podemos ha cosechado un fracaso garrafal. De los 47 diputados autonómicos que tenía en 2019 ha pasado ahora a 14. Ha desaparecido de la Asamblea de Madrid, continúa sin tenerla en su Ayuntamiento, ya no está el Parlamento Valenciano y ha perdido sus cargos en la Generalitat, no ha obtenido ningún representante en el ayuntamiento de Valencia, ha desaparecido del parlamento canario, ha perdido todo su poder ejecutivo en gobiernos municipales y autonómicos en los que ostentaba alguno y el PSOE gobernaba. Donde se ha presentado sin IU, o donde ésta iba en coalición con otros grupos distintos a Podemos, a estos les ha ido peor aún que a los de Garzón (es lo que tiene ser un partido sustentado sobre el tuit, la televisión y unos cuántos medios digitales, eliminando militancia por si le sale crítica). Juntos apenas llegaron a los 750.000 votos.

Sin duda, el gran perdedor de municipales y autonómicas ha sido el PSOE ya que se quien gobernará en Jaen ha esfumado casi todo su poder territorial. De las 9 autonomías en las que gobernaba no ha revalidado gobierno más que en Asturias y Castilla-La Mancha. Cabe imaginar que lo logre también en Navarra, si no vuelve, como en otros tiempos, a dar su voto a la investidura del candidato de UPN, para no contar con Bildu en la propia. Pesará en su decisión el slogan fascista “que te vote Txapote” y la inoportunidad del “affaire” de las listas de los abertzales en momento político tan delicado. En las municipales ha perdido !7 ayuntamientos y sólo está en estos momentos en condiciones de gobernar en 6. De las capitales andaluzas quizá logre mantener Jaén. Es una clara premonición de lo que muy probablemente sucederá en unos meses: la victoria del PP el 23-J. Aún así la distancia en votos entre el PSOE por un lado y la suma de los obtenidos por Podemos y los partidos componentes de Sumar es sideral: en torno a 4.500.000 votos. Esto tendrá su peso psicológico entre quienes deban decantarse en la convocatoria de julio por una papeleta de la izquierda.

Así las cosas,”dicen” en Sumar y en Podemos que están negociando una candidatura conjunta para las generales que una a “progresistas y demócratas” para defender lo logrado y ampliar los derechos sociales (Díaz “dixit”) y frenar a la derecha y a VOX, en versión de Podemos. Distinta letra y notas musicales para un mismo objetivo

Entonces, ¿qué puede salir mal? TODO

Porque no es creíble

O sólo lo es para esas mentes ingenuas, absolutamente desinformadas y con la suficiente dosis de autoengaño, y esas cada vez son menos, para no querer ver lo evidente: que la negociación, si es que hay algo que mínimamente evoque una caricatura de tal cosa, no se está produciendo con voluntad de acuerdo sino de imposición, agotamiento del enemigo por presión del tiempo (límite de plazo 9 de junio) -perdón, futuro socio – y exclusiones mutuas teñidas de agresiones verbales y de ataques silenciosos.

Yolanda Díaz ha construido un “partido instrumental”, antes movimiento, que le ha servido para postularse como líder de todo el espacio, ayer figuradamente amplio, hoy potencialmente mínimo, a la izquierda del PSOE, entretejer complicidades provisionalmente sólidas con sus aliados internos con los que tiene mayor sintonía (ya veremos con el tiempo en que acaban esas fraternidades) y montar una pequeñísima pista de aterrizaje sobre el mar para el avión en llamas de Podemos, mientras desde la torre los controladores aéreos (Díaz nunca se mancha las manos personalmente, aunque sus proyectos pasados de unidad de las izquierdas gallegas han dejado un reguero de muertos políticos) dictan los nombres de los que deben ser lanzados a los tiburones para permitir que el ya carbonizado avión aterrice. Para ello cuenta con la disidencia interna podemita, que se multiplica por días, los rechazos más o menos explícitos de Compromís y Más Madrid (el siniestro y vengativo Errejón siempre agazapado en las sombras) a incluir las principales caras de Podemos en ciudades importantes y lugares destacados de las listas.

Podemos lleva años arrimando el hombro para lograr la unidad de la izquierda. Ya apuntaba maneras con aquello de “cuécete en tu salsa llena de estrellas rojas y de cosas, pero no te acerques”, que les dedicó Iglesias cariñosamente a sus excompañeros de IU en 2015. Luego absorbió a una parte y enfeudó a la otra. O cuando la dirección de Podemos fue purgando disidentes, ninguneando a dirigentes territoriales elegidas por sus exiguas bases contra el criterio del macho alfa. O cuando hace más de un año Iglesias recordó a Díaz que era vicepresidenta del Gobierno gracias a Podemos, o sea, a él, tratando de atarla en corto, a pesar de que ella no era de Podemos sino del PCE. O cuando exigía una negociación de igual a igual entre Podemos y Sumar, sabiendo que eso no sería admisible porque Sumar iba a ser un conglomerado de grupos, lo que supondría asumir a Podemos como hermano mayor, cuando a todas luces, incluso antes del resultado del 28-M, ya no lo era. O cuando ha estado meses exigiendo primarias para sumarse a los que ahora dice querer unirse, cuando las hemerotecas están plagadas de denuncias de miembros y exmiembros de Podemos que denunciaron en su día un buen número de pucherazos en primarias digitales podemitas. O cuando calificaron a sus supuestos futuros socios como “izquierda cuqui”, hasta el cierre de campaña de las elecciones de mayo, y a sí mismos como “izquierda valiente” ¡Menudos valientes que ahora llaman a la puerta de Sumar para juntarse con los cuquis!

Porque huele mal

Hay una generación de políticos entre la treintena y la cuarentena cuyo primer empleo en su vida ha sido el de concejal, alcalde, diputado autonómico o nacional, ministro, asesor o liberado por su partido. Algunos han vivido siempre de un chiringuito (fundación, ONG). Decían ser una Juventud Sin Futuro, ¿recuerdan? El grito de los jóvenes de clase media (eso era el 15-M) del “No nos representan” acabó representado en la mesocracia institucional (eso es Podemos, la IU actual Más País/Más Madrid y otros grupúsculos nacidos del estallido de la supernova podemita)

El miedo al paro y la búsqueda de empleo es un potente pegamento unitario ¿Les imaginan volviendo a trabajos de cajera de supermercado, pizzero, aforadora del Metro de Madrid, becario o profesor universitario asociado?, por citar sólo algunos empleos previos de dirigentes de algunos partidos de los que hablamos Hoy tener título universitario, lo tienen casi todos ellos, vale muy poco. No descenderían tanto de status. La política es un ámbito de relaciones. Siempre encontrarían el amparo de un trabajillo mejor que que tuvieron antes de vivir de la política pero sin el brillo de las cámaras, del saberse poseedores de la información ajena al ciudadano común, de estar donde se corta el bacalao, viviendo vidas anónimas, soportando las vulgares y aburridas conversaciones de los compañeros, preocupados por los nuevos salarios tan poco elásticos,...Ya hay una inflación de tertulianos políticos de medio pelo. No hay televisiones para todos.

Esa, por encima de cualquier otra, es la razón que moviliza la búsqueda de acuerdos: el miedo a quedarse fuera de la política profesional. El ejemplo de Teresa Rodríguez y de Kichi, mucho más que el de Garzón, que seguirá cobrando como Coordinador General de IU y no será candidato para que en Podemos sigan su ejemplo.

El principal escollo de la negociación se concentra en Montero. Mientras para Podemos es la heroína del feminismo y el buque insignia al que salvar por su rol como Ministra de Igualdad, para Sumar y sus partidos miembros Montero resta. Es algo compartido por la disidencia podemita partidaria de la unidad dentro de Sumar, aunque entienden que también debe echarse a un lado el resto de la cúpula.

Si a la dirección de Podemos le importase su organización, antes que su supervivencia dentro de la política, se preguntarían por el peso que ha tenido la Ministra de Igualdad, el resultado de sus leyes, la imagen pública que transmite y sus actitudes en la pérdida de votos de su partido. Pero no parece que vayan a hacer tal cosa.

Por el contrario, los dirigentes de Podemos mezclan victimismo, al aludir a una dinámica de "venganza", “humillación y "presión" para que Montero quede fuera de la negociación, con chantaje, al afirmar que "cualquier voz que refuerce esas críticas, esas campañas contra el feminismo, lo único que hacen y lo único que consiguen es poner una alfombra roja a la derecha y a la extrema derecha", identificando, de paso, al feminismo con la señora Montero, cuya política ha dividido al propio feminismo.

Iglesias juega a ser el Basilisco que envenena desde fuera el clima de la negociación, acusando a Compromís, los Comunes y Más Madrid de vetar a sus dirigentes en las listas de la Comunidad Valenciana , Cataluña y Madrid. Mientras, la impávida Belarra calla, demostrando, como muñeca de trapo, quien es el jefe. Los aludidos lo niegan y denuncian que Podemos miente. Los Comunes acusan a Podemos de intentar pactar en secreto una candidatura con ERC al margen de Sumar. Todos ellos son una vulgar patulea que, como delincuentes pillados por la policía, se acusan mutuamente, mientras preparan la ruptura de las supuestas negociaciones. Y Díaz, mientras tanto en estado zen y postura de loto, diciendo que todo va bien.

Todo esté juego de "verdades" y mentiras, de trampas al supuesto convergente tiene un único objetivo: justificarse ante sus fans y hooligans de las decisiones previamente tomadas de evitar la unidad por parte de Podemos y los componentes de Sumar.

A esta edificante performance ya está faltando Macarena Olona y su tingladillo, que podrían aportar un tono de refrescante sosiego.

Porque llega tarde

Y, como en el título de la vieja película, deprisa, deprisa. Antes del 9 de junio las coaliciones electorales deben presentar sus candidaturas ante la Junta Electoral.

Ignoro si quienes lean este texto en la fecha citada se van a encontrar ante una candidatura única de izquierdas o para entonces habrá saltado todo por los aires.

Años de broncas, insultos, frustraciones y odios no se disuelven en unos pocos días para dejar paso a la paz, el amor y el acuerdo, ni aunque fuesen a las reuniones pasados de éxtasis. Al contrario, la presión de la urgencia puede exacerbar las tensiones y los rencores acumulados.

El domingo 4 de junio el PCE disolvió a la dirección nacional de la UJCE y nombró una gestora, tras acusar ésta al partido de “marginar el proyecto comunista dentro de Sumar” y de deriva socialdemócrata, como si esa deriva no se hubiera producido en 1956 con la política de reconciliación nacional. Periódicamente hay grupos de socialdemócratas del PCE que acusan a su dirección socialdemócrata de serlo, creyendo que ellos no lo son por el simple hecho de declararse comunistas. Ser socialdemócratas y a la vez estalinista es una forma perfectamente compatible de no ser comunista ni unos ni otros.

A estas alturas casi todas las direcciones regionales de Podemos han entrado en rebeldía contra su dirección nacional, exigiendo su integración en Sumar.

A la desesperada, la “banda de los cuatro” de Podemos intenta garantizar una posición independiente dentro de Sumar, que les permita ir por libre, soslayando una unidad de acción posterior.

.Como pequeños Sansoncitos, la dirección estatal de Podemos puede sentirse tentada con derribar las columnas del templo progre de Sumar y enterrar con ellos a los filisteos cuquis. Cosas de ser la izquierda valiente….salvo que las direcciones regionales les monten una “catilinaria” de urgencia y les depongan. Cualquier cosa.

No sería descartable que en este ambiente de paz, amor y mutuo entendimiento, pero urgidos por la escasez de un tiempo que se escurre vertiginosamente, los negociadores peguen una cagada del tipo de la realizada hace un año por la candidatura Por Andalucía, que iba a ser allí el primer experimento de Sumar. Como a 10 minutos del tiempo límite aún negociaban a hostia limpia, jugaron al órdago del último minuto para presentar las firmas de todos los apoderados de los partidos, no pudiendo los de Podemos ser incluidos en la coalición, por llegar tarde su firma, quedando los podemitas como independientes dentro del grupo parlamentario. O quizás más que cagada fuese una de tantas “jugadas maestras” de IU. Su fineza marrullera es proverbial frente a las jugarretas podemitas, siempre mucho más torpes.

Si finalmente hubiese un pacto sería tan provisional que saltaría pronto por los aires tras las elecciones, siendo lo más probable un engrosamiento del grupo mixto y un pequeño grupo reunido en torno a Díaz de improbable evolución, ya que ésta no tiene organización propia (su pertenencia al PCE es circunstancial) sino aliados de distintas obediencias partidarias.

Porque el voto se va a concentrar como voto útil

El espectáculo degradante que están dando Podemos y los futuros integrantes de Sumar refuerza la apuesta de Sánchez de dar un cerrojazo al gobierno de coalición, convocar las elecciones y dejar con el culo al aire a sus todavía socios, concentrando todo el voto de “izquierda posible” en el PSOE.

Está dejando de funcionar el miedo a la derecha, algo que aunque fuese minoritariamente, debería hacer pensar a la izquierda, especialmente cuando buena parte de la sociedad española ha homologado ya a VOX como partido respetable.

El cambio de ciclo político hacia la derecha y un fascismo “de nuevo tipo” no es un fenómeno nacional sino mundial. Ello favorece una tendencia de los partidos progresistas y de su electorado hacia la moderación con programas políticos de mínimos que básicamente les llevan a retroceder “disciplinadamente”, ralentizando la involución en lo económico y social.

Los fracasos de la ia izquierda radical -populista, izquierdista pero en absoluto comunista -de Tsipras, Podemos y Boric muestran los límites de un relato radical a la vez que una práctica de aceptación del Estado capitalista y su sistema económico.

La práctica del izquierdismo gritón, con señuelos progres, más ligados al narcisismo de la política de la diversidad y las identidades, propio del mundo de las clases medias, que a un programa de la clase y para la clase trabajadora, ha fracasado.

En este contexto, la diferencia entre el social-liberalismo del PSOE y el izquierdismo de Podemos y otras opciones progres (Sumar, IU, los Comunes, Más País,…) es de grado, no de sustancia. Tampoco su base social y electoral va más allá. Ello abre posibilidades de juego al conservadurismo social-liberal del PSOE. Superado el sarpullido de un radicalismo vacío se acaba prefiriendo el original a la imitación con adornos.

28 de mayo de 2023

LA TRAMPA DE LA “HERENCIA UNIVERSAL” DE SUMAR

Foto de Brad West en Unsplash

Por Marat

No hay semana en la que los progres españoles no intenten, en Santa Alianza con su marca “umbrella” en Estados Unidos y sus homónimos europeos, colocar alguna de sus chucherías ideológicas, previamente adquiridas en el mercadillo liberal.

Abril se despedía con un nuevo aporte a la factoría de ideas mágicas de Sumar, dentro de los documentos base elaborados por uno de sus 35 grupos de trabajo, diseñados desde su fórmula de “participación democrática” para ir pergeñando su programa electoral: la “herencia universal” al cumplir la mayoría de edad, los 18 años.

La herencia universal consistiría en la entrega de 20.000 € del Estado español a cada ciudadano al alcanzar la mencionada edad. Con el paso de los días parece que la propuesta podría acabar incorporándose al programa de Sumar. En cualquier caso, no se determina el destino al que debiera dedicarse esta cantidad pero, si se vincula con los propagandistas modernos de la misma, Thomas Piketty y Anthony Barnes Atkinson, sería empleada para cuestiones como la entrada para la adquisición de una vivienda, el emprendimiento y la formación.

Conviene señalar que la universalidad de esta renta es más publicitaría que real puesto que, al no tener carácter retrospectivo para quienes hubiesen superado los 18 años, su carácter general sólo lo tendría al ser independiente de las rentas de sus familias (se supone que la casi totalidad de sus beneficiarios no estaría emancipado); esto es, al margen de que se trate de familias de rentas altas o bajas, algo en línea con los criterios extrañamente igualitarios de las Rentas Básicas Universales y sus variantes.

El coste de la herencia universal sería de unos 10.000 millones de euros al año para unos 500.000 jóvenes que anualmente alcanzan la mayoría de edad. Se financiaría vía impuestos a las rentas superiores a un millón de euros.

El objetivo socioeconómico declarado de la propuesta sería favorecer la "igualdad de oportunidades y combatiría las desigualdades" de origen.

Y ahora hablemos en serio de la llamada herencia universal para jóvenes de 18 años.

Para entender toda la quincalla ideológica que se esconde en la trastienda progre de la llamada herencia universal es necesario dar varios pasos atrás y desmontar, hasta verle las tripas, el objetivo aludido de favorecer “la igualdad de oportunidades y combatir las desigualdades de origen.

La sociedad capitalista se asienta en la dualidad de legitimación política y moral de la libertad y la igualdad, que nacen de la Revolución Francesa y de la “De los derechos del hombre y del Ciudadano” de 1789 (no confundir con la Declaración Universal de los Derechos Humanos) que, en su artículo 1º proclama: Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad común”. Igualdad sí pero sin exagerar, no vayamos a caer en el comunismo.

Bajo la forma de dominación capitalista la igualdad es meramente declarativa ya que tiene un tratamiento jurídico diferente que el de la libertad.

En el concepto de ciudadanía liberal, el entramado del poder político se apoya en un orden legal que garantiza un conjunto de libertades políticas tales como el sufragio universal, el derecho a representar y ser representado, las libertades de expresión, opinión, asociación, reunión y manifestación pertenecen al ámbito de lo público y directamente político.

Pero la idea de igualdad, cuando va más allá de su enunciado legal, relativo a los derechos políticos, se estrella contra lo económico; de hecho, es en la economía donde la igualdad proclamada en la esfera jurídico-política se desmonta como falacia.

La sociedad capitalista se organiza sobre la libre concurrencia de los intereses particulares, sometidos al sistema económico de la propiedad privada empresarial. En esa libertad de concurrencia se encuentran tanto la empresa como el trabajador pero lo hacen desde distintas situaciones: mientras la empresa dispone del dinero para contratarle y de un número potencialmente muy amplio de trabajadores a los que puede contratar por igual o menor salario, el trabajador sólo puede vender su capacidad productiva a un número mucho más reducido de empresas.

El contrato de trabajo se establece entre una persona jurídica (empresa) y una persona física (trabajador individual). En la gran mayoría de los contratos de trabajo no hay negociación de los mismos, salvo para categorías específicas de alta cualificación, y esto sólo en una parte de los casos. No se negocia desde la igualdad de condiciones salariales, de trabajo, etc. El trabajador sólo tiene la opción de aceptar un contrato de trabajo previamente redactado por la empresa o de rechazarlo. Hasta ahí su libertad en una desigualdad de condiciones ante el contrato -esto sin contar los trabajos en la economía sumergida o las condiciones de trabajo y salariales no reflejadas en el contrato -. Pero, a partir del acuerdo desaparece la libertad del trabajador, obligado a venderse por horas, por meses, por años de su vida por un sueldo establecido previamente a la venta del producto de su trabajo por la empresa a la que ha generado un beneficio muy superior al salario recibido.

Es en el trabajo asalariado bajo las relaciones de producción capitalistas donde nace la desigualdad social de origen. Y es en la reproducción social donde se hereda una posición de clase determinada, y se perpetúa la desigualdad social, especialmente en períodos históricos en los que la movilidad social ascendente apenas funciona.

Cuando el objetivo buscado no es derribar el sistema capitalista y transformar la propiedad privada de la empresa en propiedad social (no confundir con propiedad estatal) para superar la contradicción capital-trabajo, fuente de la desigualdad social, sino una reforma del mismo que palíe sus peores lacras, la intervención política se realiza sobre la redistribución de la riqueza generada.

Pero desde el reformismo ya no se está planteando acabar con la desigualdad real, la de origen, la causada por la diferencia entre el enriquecimiento que genera el beneficio empresarial y el salario del trabajador, que es sólo una parte del valor que éste produce con su trabajo, sino “favorecer la igualdad de oportunidades”.

El concepto “igualdad de oportunidades” engarza dentro de una visión moralista que tiene su origen en la filantropía de economistas liberales como Stuart Mill, reformadores sociales cristianos como Thomas Paine, defensores de la idea del “bien común” como Adam Smith o jesuitas como Luigi Taparelli, que acuñó la expresión “justicia social”.

Desde el jesuitismo de Taparelli se avanzó hacia el socialismo fabiano, contrario a la lucha de clases, asumido después por el laborismo británico, el socialismo francés y el alemán, al que Marx combatiría en su “Crítica al Programa de Gotha

A lo largo de más de dos siglos la miseria intelectual de los Paine, continuada en el presente por los  Piquetty, los Raventós o los Van Parijs, ha intentado soslayar la desigualdad social, nacida de la explotación laboral para vender una falsa igualdad de oportunidades de quienes son desiguales desde la cuna y el trabajo. Los profetas  de esa calaña que hoy justifican el fin de las conquistas de la clase trabajadora a través de sus recetas de Renta Básica Universal son incapaces de responder a críticas como las planteadas en el artículo “Lo que no te cuentan los “progres” cuando hablan de la renta básica universal” (aquí) y al modo en que su propuesta trata de legitimar el fin del llamado Estado del Bienestar.

La llamada “igualdad de oportunidades” no es sino la coartada legitimadora del orden social capitalista, del mismo modo que el “interés general”, en cuya filosofía se integra la primera, es la argucia con la que la clase dominante pretende camuflar sus intereses particulares como intereses de toda la sociedad. En dicha retórica, y en la práctica política que conlleva, la diferencia entre derecha e izquierda es, en el mejor de los casos, de grado.

Dentro de la falacia de la igualdad de oportunidades adquiere toda su lógica el Ministerio de Igualdad de la señora Montero. Lo suyo no es intentar una igualdad de clase. Con igualar la situación de mujeres y hombres de la clase dominada ya le basta. Reto a cualquiera de ustedes a que me mencionen una sola ley del ministerio podemita de la señora Montero que sea de clase y no de género. El capitalismo, intocable.

REGALITOS EN CAMPAÑA QUE SON GATO POR LIEBRE

El cuerno de la abundancia ofreció en la campaña de las municipales y autonómicas regalitos para distintos segmentos de votantes como si se tratase de “las chuchesde Rajoy. Desde el cine a dos euros para pensionistas, el 50% en interrail por Europa para jóvenes, el aval del ICO para la compra de la primera vivienda, a las flores en cada balcón de Ayuso y los chupetes con el oso y el madroño de Almeida. Es la fiesta de la democracia.

Y ahora vayamos al grano, a lo que de verdad importa.

El salario del trabajador se compone de tres partes:

  • El salario directo: el sueldo neto que recibe a final de mes, lo que cobra.

  • El salario indirecto: educación, sanidad,…

  • El salario diferido: pensiones, coberturas de desempleo.

El salario indirecto nace de los impuestos. El diferido fundamentalmente de la parte del salario bruto descontada cada mes al trabajador.

Atravesamos un tiempo el que a la clase trabajadora no le va especialmente bien

  • En sanidad la protesta social ha demostrado que el problema es nacional y que si en Madrid el avance hacia la destrucción de la sanidad pública está pronto a ser logrado donde gobierna la izquierda la cosa sólo va un poco mejor ¿ O es que no han habido manifestaciones en defensa de la sanidad pública donde gobierna el PSOE? En esos lugares no es para tirar cohetes

  • En pensiones recomiendo la lectura de la parte que afecta a las mismas en mi artículo “Transfondo del show a hostia limpia de la izquierda”. En resumen: 29 años el período de cálculo de las pensiones futuras, edad de jubilación a los 67 años, incremento de años para acceder al 100% de la pensión, entrada de capital privado en los sistemás de pensiones,…

  • Sugiero la lectura de un texto anterior por lo que afecta a la Reforma Laboral: se mantiene el despido fácil y barato de la reforma Rajoy, dejando como estaba en el despido improcedente los 33 días por año trabajado y un tope de 24 meses, permite, como anteriormente sucedía, que la empresa cambie sustancialmente las condiciones de trabajo de un empleado y le despida con un máximo de 20 días por año trabajado, con un tope de 12 meses, no recupera los salarios de tramitación y perpetúa la precariedad laboral, aunque con el bonito nombre de “fijos discontinuos”.

Más allá de todas las promesas que hizo el PSOE para convertir unas autonómicas y municipales en unas generales adelantadas están dos hechos evidentes:

  • Los regalitos electorales, incluídos los 38,5 millones para salud mental, y otras 100 chuches van en detrimento del gasto social incluido en los Presupuestos Generales del Estado.

  • El gasto en los posibles "regalitos" prometidos es puramente coyuntural y va en detrimento del que estructuralmente debería corresponder a gasto público.

La "herencia universal" de Sumar tiene de fondo un sesgo liberal opuesto a la tradición de las organizaciones de la clase trabajadora, antes de que dejaran de defender sus intereses, y lo es porque supone varias dejaciones políticas e ideológicas concretas.

La primera es la desrresponsabilización por parte de Estado capitalista, que lo es gobierne el partido que gobierne, de la protección social, vía impuestos y aportaciones de trabajo a la protección social de los ciudadanos y particularmente de las clases subalternas para trasladar dicha responsabilidad al individuo en una especie de "toma 20.000 € al cumplir la mayoría de edad y búscate la vida". Es el sueño húmedo de cualquier liberal; hallar una forma de ir desmantelando el Estado social sin que implosione de golpe su legitimidad. 

La segunda es la desvinculación de las nuevas formas de redistribución social, llámense Ingreso Mínimo Vital, Renta Básica Universal, Renta Garantizada o Herencia Universal, de los derechos conquistados por la clase trabajadora, como son la sanidad pública, las pensiones o las coberturas de desempleo, para ser sustituidos por otros de tipo potestativo y asistencial, que son más fácilmente eliminables por factores coyunturales como un cambio de gobierno o una crisis económica aguda, al no estar asociados a los derechos nacidos del trabajo. 

Es cierto que el segmento de población activa más golpeada por el paro es el juvenil pero también lo es que 20.000 € no resolverían su situación  y que si ese dinero se dedicase a los posibles fines de los que hasta el momento se ha hablado (entrada a la compra de la primera vivienda, formación y emprendimiento), la falacia se mostraría con toda claridad. Si estás en paro, el banco no te concederá una hipoteca, aunque dispongas de 20.000 €. Esto en un país en el que en 2022 las prestaciones por desempleo  cubren al 68,7% de los parados mientras en 2009 alcanzaban al 80%. A los 10 años entre el 65 y el 70% de los negocios creados por emprendedores habrán fracasado, con su consiguiente endeudamiento, según afirman los expertos en la materia. En cuanto a emplear dicho dinero en formación, ¿no será ésta una nueva forma de continuar con el proceso privatizador en los ciclos de enseñanza pública no obligatoria, como sucede en la primera?

Aún siendo regalitos envenenados diferentes, la Renta Básica Universal y la Herencia Universal están dentro del mismo objetivo de desmonte por fases del llamado Estado del Bienestar a lo largo de las distintas etapas de la vida de la persona. 

Es sintomático que un un economista poco sospechoso de bolchevismo como Santiago Niño Becerra sea quien arroje luz sobre este tipo de regalitos:

 "El sistema de pensiones que hemos conocido es insostenible, por ello, y entre otras razones, se impondrá la renta básica: una especie de ingreso medio que absorberá subsidios y pensiones y a partir de aquí que cada cual se las componga como pueda"

Espero que la elección de la papeleta electoral entre el mal mayor y el mal menor les haya resultado provechosa.