Víctor Atobas. Kaosenlared
Algunos apuntes para entender las revueltas que están teniendo lugar en el barrio de Gamonal (Burgos).
Las protestas del Bulevar; algunos apuntes.
Gamonal es populoso y obrero, más de 100.000 personas que se hacinan en un barrio abandonado y en depresión: cierre de centros de salud y guarderías, el movimiento vecinal criminalizado y perseguido, falta de inversión en políticas sociales que permitan conseguir empleo o una garantía frente a los riesgos. Familias en el paro y la miseria, que observan cómo sus hijos, los chavales del barrio y de clase trabajadora, son apaleados por los cuerpos represivos.
Como la rentabilidad de seguir construyendo más viviendas, en una ciudad jalonada de esqueletos hormigonados, ha descendido, la burguesía apuesta por los procesos de gentrificación que dispersen a la clase trabajadora de Gamonal, y por la privatización de la vía pública mediante la eliminación de 600 aparcamientos. La única alternativa para los trabajadores consistiría en adquirir una plaza privada que no se pueden permitir, en la mayoría de los casos. Para miles de familias, el modelo urbanístico ha supuesto la miseria.
Gamonal; territorio de conflictividad social y autogestión (Por Diario de Vurgos (Burgos))
Gamonal, un territorio cuya identidad viene definida por la transición de pueblo a barrio obrero a mediados del siglo XX, se convierte en periferia de la ciudad de Burgos y en uno de sus motores de desarrollo urbano al albergar de forma masiva a la población que proviene del éxodo rural. Un trasvase poblacional que en gran medida se empleará como mano de obra fabril en el recién creado Polo de Promoción y Desarrollo Industrial que se ubicará en los mismos márgenes del barrio.
De esta manera, hacinamiento urbanístico y contexto industrial, marcarán las señas de identidad de un barrio en el que la conflictividad formará parte constitutiva de su ADN. Un fenómeno que se obstina en repetirse y reaparecer a lo largo de su historia, en la que se intercalan igualmente largos periodos de adormecimiento y apatía social.
A través de nuestro viaje en el tiempo, Gamonal nos mostraría fábricas autogestionadas por los propios trabajadores como la de CYFISA, huelgas y manifestaciones multitudinarias y también luchas contra la subida del precio del autobús y la carestía de la vida. En nuestro viaje contemplaríamos incluso movimientos populares que trataban de evitar que se edificase en lugares tan emblemáticos como la Plaza Santiago o el Parque Félix Rodríguez de la Fuente.
Lucha sostenida y solidaria; ya van 40 detenid@s.
La izquierda se encuentra con dificultades para contrarrestar la manipulación y las mentiras de los medios; la criminalización infame y constante que han emprendido se responde explicando a la gente que, dichos medios y grupos como PROMECAL, pertenecen a los empresarios interesados en la especulación en el Bulevar.
El problema es que la significación de las protestas ha pretendido desposeer a las protestas de su significado político; son vándalos, no manifestantes, repiten que se trata de grupos radicales cuando se trata del movimiento vecinal y de la juventud oprimida, que tiene poco que perder; sin trabajo, sin posibilidad de pagar las tasas o el material escolar, sin futuro.
La lucha se inició hace meses con una primera manifestación, que reunió a unas 4.000 personas. Luego de varias movilizaciones similares, el Ayuntamiento se negó a escuchar la voluntad de los vecinos y la lucha se recrudeció. Como comentan algunos compañeros, Gamonal no se vende barato. Y es que hablamos de un barrio solidario y obrero que cuenta en su haber con grandes victorias, como la paralización del parking subterráneo de Eladio Perlado durante 2005; experiencias de autogestión, huelgas masivas y luchas sociales que se proyectan contra el Burgos dominado por las oligarquías.
¿Quién ejerce la violencia?
El Bulevar supone un claro ejemplo de cómo funcionan las cosas en esta ciudad. Méndez Pozo y Arranz Acinas acumulan a sus espaldas un largo historial delictivo, especulativo y criminal. Yo perdí a un familiar cercano en el accidente de la calle sauce de 2005. Once obreros murieron debido a que Arranz Acinas se ahorraba costes en las instalaciones donde guardaban la maquinaria, falta de seguridad laboral, entre otras causas.
La cuestión es que Méndez Pozo y sus semejantes han comandado los destinos de esta ciudad; miles de familias que sufren la especulación y que, habiendo sido bombardeadas por los medios de comunicación que controla Méndez, tímidamente, y al mismo tiempo que rechazan la construcción del bulevar, condenan la supuesta violencia de sus vecinos. Violencia es pasar hambre, familias enteras en el paro y la miseria de un barrio obrero. Violencia es que me retiren el tratamiento hospitalario porque el HUBU no es "un hospital para enfermos crónicos", que no haya trabajo ni posibilidades de salir adelante, que mi familiar esté muerto por su culpa. Eso sí es violencia.
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Stop represión en #Gamonal. #16E en defensa de las libertades. 16 de Enero 7 y media frente a Mº de Justicia @SOSLibertades
13 de enero de 2014
12 de enero de 2014
UN MINISTRO DE JUSTICIA CONDENADO POR MOROSO. RUIZ-GALLARDÓN, EL MINISTRO QUE NO QUERÍA PAGAR SUS DEUDAS
Ruíz-Gallardón, imagen de archivo/EFE |
Félix Bornstein. Cuarto Poder
¿Merece ser ministro de Justicia
alguien que ensaya en privado el arte de ser injusto? ¿Puede ser ministro de Justicia un individuo moroso? ¿Puede ser
ministro del ramo alguien obligado precisamente por los Tribunales de Justicia
a indemnizar a terceros los perjuicios causados por el retardo culpable en el
pago de las cantidades que debe? ¿Está habilitada para ejercer ese cargo
tan necesario para cualquier sociedad bien ordenada una persona que ha sido
desalojada de un inmueble que poseía sin título válido por la fuerza legítima
de un órgano judicial? Sí, ¿por qué no? Ese individuo puede ser alcalde de
Madrid, presidente de la
Comunidad de Madrid y ascender en el escalafón político
hasta llegar a ser ministro del Gobierno de España. No hay ningún óbice
político que se lo impida. Afortunadamente, no existe hoy en España una
instancia inquisitorial que desestime a nadie, para el desempeño de un cargo
público, por no reunir una hoja de servicios privada que resulte intachable
según los cánones de conducta más generalizados y corrientes. La virtud
política va por otros derroteros. Lo importante es ser competente, eficaz y
honesto con quien te eleva al cargo y, como es natural, también con los
electores y el conjunto de los ciudadanos.
Aceptar
en beneficio de una convivencia civilizada esas reglas del juego político no
supone, a mi entender, que la conducta privada de quienes ejercen cargos
públicos sea siempre irrelevante a la hora de admitir sin reproches su
nombramiento para desarrollar el oficio de servidor público. En este
sentido, los antecedentes, privados y personales, del individuo aludido en el
párrafo anterior rebajan necesariamente su altura moral y estética, y –sintiéndolo
mucho- ponen en entredicho su afirmación de haberse entregado en cuerpo y alma,
y de forma desinteresada, al servicio de su país. Y también contradicen
de alguna manera ciertos principios de su actuación pública, como, por ejemplo,
su decisión de limitar la tutela judicial efectiva de los ciudadanos con
la imposición de una tasa de no pequeña cuantía. Porque, ¿se encuentra
estéticamente habilitado para imponer dicha carga fiscal a los ciudadanos quien
no ha cumplido voluntariamente sus obligaciones civiles y ha forzado a sus
acreedores a demandarle ante los Tribunales?
El 19 de junio de 1995, por orden del
Juzgado de Primera Instancia núm. 41 de Madrid, se produjo el lanzamiento de
los ocupantes de un céntrico piso de la capital del Reino. Los poseedores desalojados
se apellidaban Ruiz-Gallardón
Jiménez y ninguno de ellos
residía en la vivienda. Simplemente detentaban su uso material porque la
inquilina del piso, la madre de los tres hermanos, había fallecido en octubre
de 1992 y los citados eran sus herederos universales. Como quiera que la
inquilina fallecida había dejado en el inmueble determinadas pertenencias, sus
hijos se habían tomado la libertad, a costa de la propietaria del piso, de
retener su posesión mientras se ponían de acuerdo sobre el destino de esos
bienes muebles y tramitaban las oportunas particiones hereditarias.
El caso es que la propiedad ni
cobraba las rentas de un alquiler extinguido con el fallecimiento de la
inquilina (su pago sólo se había transferido, por inercia del banco de la
arrendataria, hasta el mes de mayo de 1993), ni tampoco podía disponer del
piso. Y, además, tenía que hacer frente a una serie de consumos particulares
(gas, electricidad y teléfono) no satisfechos por los hermanos. Cuando, gracias
a la tutela judicial de sus derechos, la dueña recuperó la posesión de su piso
comprobó que todavía permanecían allí algunos muebles y enseres, situación que
comportaría para su peculio el desembolso de gastos adicionales, como los de
transporte de los bienes abandonados por los herederos al depósito municipal.
No voy a decir los nombres de dos de los tres hermanos porque no tienen
relevancia alguna para el interés y el escrutinio públicos. No ocurre lo mismo
con Alberto Ruiz-Gallardón,
hoy Ministro de Justicia en el Gobierno de Mariano Rajoy.
Ante el cúmulo de hechos consumados
por los hermanos, la dueña del piso no se conformó con la recuperación de su
posesión. Obtenida ésta, solicitó de otro Juzgado de Madrid la reparación de
los perjuicios causados. Y, por Sentencia de 1 de julio de 1997, dictada por el
Juzgado de Primera Instancia núm. 8 de Madrid, los hermanos Ruiz-Gallardón
Jiménez fueron condenados, solidariamente, a pagar a la dueña la cantidad de
2.664.421 pesetas como indemnización por la privación del uso de la vivienda
hasta el día del lanzamiento judicial, más los gastos anejos. Además, fueron
condenados al pago de los correspondientes intereses legales y también al de
las costas procesales. Posteriormente, la Audiencia Provincial
de Madrid, mediante Sentencia de 8 de febrero de 2000, redujo el importe de la
condena a la cantidad de 1.327.309 pesetas al considerar que la posesión de los
demandados se había extendido “sólo” hasta el mes de mayo de 1994, con los
oportunos intereses legales y sin hacer pronunciamiento expreso en materia de
costas en ninguna de las dos instancias.
Sea como fuere, la cantidad exacta
adeudada es, según mi opinión, lo de menos. Lo más importante para el
observador público es el abuso jurídico cometido por los demandados –entre los
que se encontraba un servidor del interés general- al disponer de un patrimonio
ajeno en su propio beneficio y desconociendo los legítimos intereses de su
propietario. Imponiendo su voluntad y, a mayor abundamiento, a coste cero.
Obligando al dueño a acudir a los Tribunales para que éstos le repusieran en la
posesión pacífica de su dominio y condenaran a pagar a los okupas la indemnización de los daños
inferidos.
¿Verdaderamente puede ser un
buen Ministro de Justicia un individuo con tales antecedentes? ¿Puede pedir
a los ciudadanos que se aprieten el cinturón y paguen el servicio público de la Justicia quien no
reconoce espontáneamente los derechos particulares de los demás? Puede. ¿Pero
no había en el banquillo de los aspirantes al cargo un candidato con un
historial privado más virtuoso?
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